domingo, 27 de febrero de 2022

Religiones Cristianas: Dogmas, Sacramentos y Culto (7)

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Algo sobre "Mancias" y demás "artes adivinatorias"

2.- Espíritus familiares

3.- Religiones Cristianas: Dogmas, Sacramentos y Culto (7)

4.- La Virtud




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Algo sobre  las “Mancias” y demás “Artes Adivinatorias ”


                                                           


    El Ser humano necesitó siempre creer en algo maravilloso y mágico, aunque sea en individuos que afirmen “ poder leer el futuro” en las manos, o en los posos del café, en la bola de cristal, en el humo del tabaco, en las hortalizas o en los astros.

Es evidente que en la actualidad existen  dos tendencias sociales bien definidas y diferenciadas: Una son las de las personas imbuidas en  una especie de corriente de credulidad colectiva en tantas “Mancias”, adivinaciones, fe religiosa, rituales mágicos, esoterismos, o  en lo que sea.  La otra es otra corriente  totalmente opuesta  como lo es el la del ateísmo, agnosticismo, materialismo puro  e incredulidad en todo lo que no sea la materia palpable, tangible y experimentable por la ciencia  empírica;  esta segunda corriente está ocasionada tanto por los absurdos  sostenimientos dogmáticos  de carácter religioso  y muchas veces irracional  que  determinados cultos y personas sostienen, como por la falta de respuestas íntimas  coherentes con la razón y la lógica que presentan estas religiones vacías de contenido y de credibilidad,  así como  por tantos desengaños originados por los abundantes casos de mentiras, malos ejemplos, estafas o fraudes de personas que se dedican profesionalmente a engañar a los demás y a vivir a costa de la buena fe, la credulidad y hasta del fanatismo religioso de otras personas.

Se ha entrado así de lleno en el campo de lo supersticioso, pues todas esas llamadas “Ciencias Ocultas”,  así como el Esoterismo , el Ocultismo   lo “Sobrenatural”, lo “Mágico” y el gusto por lo misterioso, tan de moda, promulgan algunas verdades o verdades a medias, que mezclan con  afirmaciones mas o menos absurdas, sin sentido, aunque bien aliñadas con  el correspondiente tinte del  misterio o de lo sobrenatural, que tienden a llenar el vacío que han ido dejado tantas religiones dogmáticas y trasnochadas, con sus rituales un tanto vacíos de sentido y contenido, así como  sus  dogmas carentes de sentido, de lógica  y de falta de respuestas ante tantos interrogantes y planteamientos que inquietan alguna vez a los seres humanos,  dando lugar  asimismo a esa otra corriente de agnosticismo, ateísmo e incredulidad que han ido forjando con sus  particulares conceptos  de la Verdad,  tan desfigurados y a veces tan  absurdos, de modo que en esta época de materialismo, estas cuestiones no contestadas o desfiguradas han abonado el ateísmo y hasta el nihilismo como consecuencia de tanto fraude, tanta mentira y tanto materialismo que todo este entramado de falsedades ha generado.

Sería injusto  y erróneo no reconocer que, en el extremo opuesto,  también hay personas dotadas realmente de ciertas capacidades psíquicas; que están capacitadas para poder “ver”  o presentir el futuro individual o colectivo a grandes rasgos poco matizados, aunque los realmente dotados de percepción o conocimiento extrasensorial, hay que reconocer que son los menos; esto no quita ni un ápice de valor a la existencia de los “psíquicos” reales, plenamente  dotados de sus facultades.

 En realidad en estos casos se trata de médiumnidades, pues para ser médium  no hace falta ser previamente espírita, así como para ser espírita no es necesario ser médium. Sin embargo si que es necesario ser sensitivo o estar dotado para desarrollar la mediumnidad.

 Estas personas profesionalizadas, reciben dinero por sus previsiones y sus facultades intuitivas, y como tales “psíquicos” o “médiums”, funcionan mediante un estímulo sensorial sobre el que fijan su mente y concentración, dentro de las normas particulares de cada especialidad, tal como por ejemplo, por medio de las cartas (cartomancia), de las manos (quiromancia), de los astros (astrología), de los posos del café, etc., aunque posiblemente el principal estímulo que tienen muchos de estos embaucadores, sea el beneficio económico que sacan a su "ciencia" o "poder . “mágico”

    En sus consejos y directrices, cuando son serios y sin afirmaciones disparatadas, suelen emplear  un método psicológico y una lógica general, y procuran no arriesgar demasiado en afirmaciones (o negaciones) muy concretas e individualizadas, actuando como auténticos  y audaces  psicólogos.


En el caso de la cartomancia, puede haber una parte de inspiración con  apoyo de un método prefijado del simbolismo de los naipes. Cuando el consultante es invitado a sacar una carta, parece ser que su subconsciente participa de ese gesto  que es el que  desencadena este “arte adivinatorio”, de caracter intuitivo, que puede ser real o ser una farsa. Las cartas son inmutables y sus imágenes fijadas en la mente de sus practicantes, se transforman en símbolos significativos, hablando una sola lengua para todos. No obstante el operador puede tener sus propios  códigos para interpretarlas. Otras veces las cartas no pasan de ser un simple vehículo condicionante  o acondicionador mental para desencadenar una facultad de precognición.


La quiromancia como ya se ha dicho, es un arte adivinatorio procedente de la India, basado en la lectura de las rayas de las manos. Se dicen a veces cosas verdaderas, pero el sistema en realidad se basa en lo mismo que sucede con la adivinación por los posos del café, o de  las cartas, etc. Y es que muchas veces esas personas están dotadas del sentido de la “doble vista”, con la capacidad psíquica de percibir cosas ausentes o pasadas, o  incluso de penetrar  también, aunque mucho más raramente , en cosas que están por venir en el futuro. Son como verdaderos sonámbulos para los que los objetos no son mas que medios o apoyos para  fijar su atención, provocando una especie de éxtasis momentáneo. Por otra parte en la quiromancia se entra en contacto directo con el consultante, estableciendo una mayor relacción magnética entre consultor y consultado, que  se comunican a nivel del intercambio de radiaciones de los periespíritus de ambos ( sus mentes intuitivas), y  el sujeto dotado habla así  inspirado a la manera de los sonámbulos, haciendo una lectura  de sus sensaciones psíquicas  mas que de las manos propiamente dichas, que al igual que las cartas también tienen atribuido un significado y un simbolismo en cada línea.

 Quiero subrayar que la quiromancia  nada tiene que ver  con el Espiritismo, así como tampoco ninguna de las otras artes adivinatorias.

Es de tener en cuenta que en la quiromancia, a pesar de que cada linea y señal tiene su descripción pormenorizada y su significado, con el paso del tiempo estas líneas se van modificando naturalmente, lo que de ser cierto y comprobado este “arte” adivinatorio haría  necesaria una lectura nueva cada cierto periodo de tiempo.

Muchos de estos adivinos  en busca de dinero, poder o prestigio entre sus creyentes, con sus actuaciones han  originado la “nigromancia” o “necromancia”, por la que han pretendido  adivinar o conocer el futuro evocando a los muertos para obtener de ellos revelaciones de asuntos materiales o mundanos. Por extensión a todas las “artes” de adivinación se les ha llamado “necromantes”, debido a la creencia popular de que en todos los medios de adivinación son las almas de los muertos las que actúan. Así se les ha  relacionado con la “magia negra” y hasta con  el demonio; esto ha dado lugar a que  esta  idea de adivinar el futuro consultando a los muertos, se las  confundiese con  lo que es la mediumnidad  y el Espiritismo que nada tiene que ver  en absoluto con todo esto, pues en él se emplea la mediumnidad  solamente como herramienta de investigación, información  y ayuda espiritual mediante el intercambio de comunicación con Seres del más allá, seleccionando  los espíritus que  por este medio se pueden manifestar para enseñar algo positivo, moral y fiable que ayude y oriente  a los seres humanos y a otros Seres espirituales que no pueden aprender directamente de ellos por permanecer en una faja  de existencia vibratoria espiritual diferente, pero que a las reuniones mediúmnicas pueden acudir y de hecho acuden, o incluso los acompañan otros Espíritus Superiores, aunque los primeros no participen directamente en ellas.

 Estas enseñanzas  se obtienen después de analizar la fiabilidad de la calidad ética y moral del Ser comunicante o manifestante siguiendo los criterios señalados  en la Codificación Espírita que dejó  plasmada en sus  obras Allan Kardec, con  el objetivo definido de un  crecimiento moral y espiritual  que se puede extraer  de los sabios y buenos consejos y enseñanzas ofrecidos por estos elevados  Seres espirituales del “Mas Allá”.


Ante el tema de la Astrología, con sus signos zodiacales que para mucha gente es casi una religión, pues goza de muchos creyentes con una fe ciega, he de  afirmar que tampoco  tiene ningún fundamento científico, a pesar de que  como entretenimiento cotidiano proliferan los horóscopos en los periódicos, la televisión, las revistas, etc. Suelen hablar del  futuro o de nuestras características relacionadas con un determinado signo zodiacal.

    Según las figuras que se forman con líneas imaginarias que unen entre si a esos astros que se divisan en el cielo por las noches, estos signos se distribuyen en un número de doce, que se reparten a lo largo de los doce meses del año, stribuyendo la influencia de cada uno de ellos sobre los seres  humanos,en especial los que nacieron bajo la presencia predominante en el cielo de determinado signo.

  Lo malo está en la gente que lo cree y   que  se convence en aspectos negativos, tal como  que su signo no se puede llevar bien con tal otro por ser antagonista, etc. Mucho se podría profundizar en el tema de la Astrología, pero vemos como por ejemplo dos personas gemelas, nacidas a la misma hora en el mismo lugar, pueden ser dos almas totalmente diferentes en gustos y temperamentos.

 Sabemos como en  los pronósticos astrológicos intervienen (o debieran intervenir), la posición del sol y los planetas en cada momento, pero sin embargo no se tiene en cuenta, por ejemplo, a los satélites de Júpiter o de Saturno, que son cuerpos mayores que Mercurio o Plutón por lo que en buena lógica su influencia debiera ser mayor, ni tampoco se tienen en cuenta los agujeros negros, ni los cuasares, etc. Por ejemplo se sabe que Plutón no fue descubierto hasta 1.930, por lo que los horóscopos que se habían hecho hasta entonces debían estar todos equivocados. Incluso en nuestros recientes días aún se descubrió no hace mucho un nuevo planeta, aunque muy pequeño, dentro del sistema solar, y según se afirmó, muy similar a la Tierra, el cual lógicamente también estaría aportando sus influencias que no se han tenido nunca en cuenta por ignorarse su existencia. 

Sobre este tema también se podría considerar que las constelaciones  del zodiaco en realidad no existen, pues como ya afirmé antes, solo son figuras mitológicas construidas  en el cielo de las noches por la fantasía de quienes intuyen  o atribuyen  un poder influyente  de las estrellas y  planetas  sobre los  seres humanos.. En fin, se podría alegar mucho  más sobre esto, pero la realidad pura y simple  es que los astros no tienen ninguna influencia en nuestras vidas, a excepción de  ciertas  influencias magnéticas  naturales  que afectan a nuestro planeta como a los humanos que estamos en él, tal  como las mareas o los vientos que generan la influencia magnética de la luna, del sol y algunos planetas cercanos. 

Resulta de esta creencia que al ser los astros quienes dirigen e influyen en nuestras vidas, destinos, caracteres, etc,  ponen en entredicho nuestra libertad íntima y natural para decidir a cada paso nuestro destino individual, y así el esfuerzo por labrar el propio destino, el de vivir y el convivir con los demás, queda fuera de lugar, pues todo depende del signo zodiacal establecido en el momento de nuestro nacimiento,( la llamada “carta astral”), con  su influencia  inevitable,  exonerándonos  así de toda responsabilidad en los defectos de nuestros caracteres y del esfuerzo por corregir esos defectos morales, lo que nos hace  seres realmente libres.

En cualquier caso la Astrología prevé tendencias generales y no acontecimientos concretos, pues el ser humano con su voluntad y libre albedrío puede orientar o cambiar a cada momento las supuestas influencias de los astros. Si acaso, en su ambigüedad, la Astrología puede servir, según quien interprete los signos, para orientar a las personas en su vida,teniendo en cuenta  los resultados que finalmente determina el libre albedrío humano, pero esta misma función de orientación psicológica que señalamos para la Astrología, también la realiza la Psicología y el Psicoanálisis sin recurrir a los astros.

En cuanto a las “videncias” de los echadores de cartas (Cartomancia) y otras especialidades afines, me atrevo a afirmar que, salvo rarísimas y honrosas excepciones que confirmarían esta regla, la  inmensa mayoría de esos  “videntes” que viven de  sus “especialidades adivinatorias”, son unos grandes embaucadores y vividores que explotan  la credulidad, la buena  fe  y  la ilusión de tantas gentes que confían en ellos.

Si los actos del futuro, no permaneciesen ocultos y conociésemos todos los detalles de nuestro destino individual por venir, descuidaríamos nuestro presente, y condicionaríamos nuestra libertad  para actuar en la vida en cada momento, porque el  conocer algo que hubiese de suceder  fatídica e irremediablemente, nos haría descuidar los actos comunes de la vida  cotidiana, o bien  nos obsesionaríamos por evitarlo en unos casos, o por adelantarlo en otros.

Al tener oculto el futuro, aun sin  ser conscientes de ello, con nuestras actuaciones y pensamientos estamos preparando lo que realmente sucederá antes o después en ese futuro, aún en cosas de las que no desearíamos que fuesen así..

Si  nuestros  actos  estuviesen fijados invariablemente por la fuerza del destino o porque “lo dijesen los astros”, no tendríamos responsabilidad en ellos, por carecer de la libertad moral de crear nuestras propias causas con sus correspondientes efectos a percibir. Como consecuencia  de esto, no seríamos capaces de poder evolucionar espiritualmente al despreocuparnos de todo y no esforzarnos por nada , porque lo esperaríamos todo del destino o de los astros, quedando sumidos en una resignada y  lógica  indolencia.

Otro tema bien distinto es el del “don de la profecía”, que descartando también a muchos falsos y fraudulentos profetas, los que de verdad lo son, lo deben a una facultad extrasensorial de clarividencia o de precognición mas o menos desarrollada, y generalmente suelen ser personas sencillas, con un elevado nivel moral, que ejercitan su capacidad sin interés económico alguno. Estos raros casos, en efecto, a veces  pueden  percibir a grandes rasgos  algunos  sucesos  generales previstos para el futuro, pero que siempre pueden ser modificados desde el presente.

- Jose Luis Martín-

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         ESPÍRITUS FAMILIARES        

                                                                          


Pregunta 205 Libro de los Espíritus: Según algunas personas, la doctrina de la reencarnación parece destruir los lazos de familia, pues hace que estos se remonten más allá de la existencia actual.

“Los extiende, pero no los destruye. Como el parentesco se basa en afectos anteriores, los lazos que unen a los miembros de una misma familia son menos precarios. La reencarnación aumenta los deberes de la fraternidad, puesto que en vuestro vecino o en vuestro servidor puede encontrarse un espíritu que ha estado unido a vosotros por los lazos de la sangre”.

Los espíritus familiares forman parte de una realidad muy importante, que muy pocas veces se estudia con detenimiento en el ámbito espírita.

Hablamos de espíritus inferiores, de obsesores, de espíritus guías o elevados, pero nos olvidamos de aquellos que permanecen mucho tiempo con nosotros y realizan una labor encomiable. Como hemos visto en el primer párrafo de la pregunta 205, los lazos se fortifican con la reencarnación, aumentando los “deberes de la fraternidad”. Sin embargo, como si se tratara de una estación de tren, y con el paso relativo del tiempo, llegan unos y marchan otros, modificándose los roles que juegan los espíritus familiares en función de las circunstancias personales y colectivas de cada momento.

No necesariamente han de ser espíritus más elevados, simplemente, el hecho de pertenecer al mundo de los espíritus, y la liberación de los límites que la materia les imponía, les proporciona una visión de las cosas muchísimo más amplia que cuando estaban encarnados, además de una libertad imposible con cuerpo físico. En el mundo espiritual descubren su realidad, observan, analizan, estudian, aprenden con suma facilidad. Ven con claridad porque los velos materiales para ellos ya no existen. Vislumbran el horizonte de grandeza que asoma para todos. A partir de ahí, su amor, su entrega y su predisposición se vuelca con aquellos que amaron en la Tierra. Se convierten en fieles colaboradores de los que pasan a ser sus tutelados.

Sin duda, el conocimiento de esta realidad debe de servir de enorme estímulo para todos. Saber que nunca estamos solos, siempre amparados por seres muy queridos, algunos fácilmente identificables por sus recientes vínculos familiares; otros pertenecientes a un pasado no menos rico, a otras existencias, pero que también forman parte de nuestra familia espiritual. Todos ellos forman un conjunto armónico que nos debe de llenar de alegría y plenitud. De tal forma que nunca nos debemos sentir desamparados, desasistidos. Estamos rodeados de seres que nos infunden mucho amor, lo que ocurre es que, debido a nuestra ignorancia y materialismo, esas energías vivificantes que constantemente nos transmiten quedan ahogadas por otras corrientes de baja vibración, que con frecuencia nos dominan y arrastran. No obstante, la realidad es bien distinta y debemos trabajar y esforzarnos para estar en permanente sintonía con aquellos que nos desean todo el bien del mundo.

Nota a la pregunta 569 Libro de los Espíritus: «Las misiones de los espíritus siempre tienen por objeto el bien. Ya sea como espíritus, o como hombres, están encargados de contribuir al progreso de la humanidad, de los pueblos o de los individuos, dentro de un orden de ideas más o menos amplio y especial. También preparan el curso de algunos acontecimientos y velan por el cumplimiento de determinadas cosas. Algunos tienen misiones más restringidas y en cierto modo personales o por completo locales, tales como asistir a enfermos, a los moribundos y afligidos, velar por aquellos de los cuales se convierten en guías y protectores, y orientarlos con sus consejos o mediante los pensamientos buenos que les sugieren. Podemos decir que hay tantas clases de misiones como tipos de intereses que cuidar, ya sea en el mundo físico o en el moral. El espíritu adelanta conforme a la manera como cumple su tarea».

Pregunta 571 L. E.: ¿Solo los espíritus elevados cumplen misiones?

“La importancia de las misiones depende de las capacidades y de la elevación del espíritu…”.

Los espíritus familiares se sienten dichosos de ser útiles. En función de sus capacidades, de su elevación, como nos indica la codificación espírita, así realizan sus tareas. Todas son importantes, todas son necesarias; de lo cual, hemos de sentir enorme gratitud por su encomiable esfuerzo. Trabajo en beneficio propio que algún día habremos de corresponder, cuando las circunstancias lo permitan.

De ese modo, todo se entrelaza, todo invita al trabajo y al progreso. Sobre todo, por la felicidad que se siente al contribuir al crecimiento y superación de obstáculos de aquellos con quienes se han tenido y se tienen unos vínculos muy sólidos, fortalecidos con el paso del tiempo, gracias a la convivencia desde los dos planos de la vida y desde la comunión de pensamientos.

Por otro lado, y en relación a la mediumnidad, en el Libro de los Médiums, capítulo XXV De las evocaciones, ítem 269, encontramos también lo siguiente: “…siempre hay espíritus en torno a nosotros, las más de las veces inferiores, que no piden otra cosa que comunicarse…”.

Lo cual significa que, debido al atraso de nuestro planeta, con mucha frecuencia estamos rodeados de espíritus inferiores que buscan distraer, perturbar, vincularse en la medida de lo posible a nosotros para conseguir sus objetivos poco nobles. Es ahí donde la participación de los espíritus familiares juega un papel importante, trabajando por conseguir que esa influencia sea mínima, obviamente con la imprescindible colaboración nuestra, sin la cual resultaría imposible lograrlo, puesto que no pueden cohibir el libre albedrío de nadie. La ley de afinidad es fundamental en este tipo de situaciones,

Al mismo tiempo, en el ítem 282, pregunta 5, nos encontramos con la siguiente respuesta en relación a la evocación de algunos espíritus: “A menudo son prevenidos de ello por los espíritus familiares que os rodean, los cuales van a buscarlos…”.

Es decir, no podemos olvidar su trabajo como intermediarios. No solo tratan de evitarnos la influencia perniciosa negativa de determinados espíritus, sino que, por otro lado, ayudan a buscar a los espíritus, que se encuentran en una posición superior o especial, que nos pueden ser de gran ayuda para nuestro crecimiento espiritual.

Por todo lo expuesto hasta ahora, hemos de reflexionar sobre los caminos que todos los espíritus tenemos trazados para el crecimiento personal y colectivo. La reencarnación nos coloca en una posición temporal para el cumplimiento de una tarea importante para el progreso. Ellos, los espíritus familiares, también cumplen su tarea y progresan de igual forma, en función de su esfuerzo y dedicación. Todo se entrelaza, todo se eslabona en la evolución.

Por último, en el capítulo XIV del Evangelio según el Espiritismo, ítem 8, nos encontramos con lo siguiente: “Los verdaderos lazos de familia no son, pues, los de consanguinidad, sino los de la simpatía y la comunión de pensamientos, que relacionan a los espíritus antes, durante y después de su encarnación…”.

“Las familias unidas por los vínculos espirituales son duraderas y se afianzan por medio de la purificación, además de que se perpetúan en el mundo de los espíritus a través de las diversas migraciones del alma…”.

Bien es cierto que no todos los espíritus familiares están en condiciones de ayudar; debido a sus equivocaciones, algunos pueden estar en una posición algo precaria, necesitados de purga y reparación. En estos casos, solo la oración sentida y sincera les puede ayudar a salir de esa lamentable posición. Es un deber que la caridad nos impone siempre. El hecho de que los lazos espirituales de sus seres queridos les sostengan y amparen, les puede servir de estímulo para esforzarse mucho más para salir lo antes posible de esa maraña de errores que les vincula a los planos inferiores, circunstancia que les impide disfrutar todavía de la dicha que su familia espiritual ya posee, lograda con su esfuerzo y tesón.

En resumen, y fuera de esos casos tristes y lamentables, los otros espíritus familiares, aquellos que se encuentran en buenas condiciones, vienen con la tarea de proporcionarnos aliento en los momentos de dificultad, nos sostienen en las pruebas. Muchas veces aprovechan el momento del sueño para reunirse con nosotros y proporcionarnos inestimables consejos; también nos traen mensajes de espíritus venerables. Nos consuelan e inspiran cuando recibimos los golpes inevitables de la vida. En una palabra, esos vínculos se afianzan y se fortifican a través de las diferentes existencias y migraciones de las almas

Y qué pensar cuando este mundo sea ya de regeneración, todos reunidos alrededor de la llama de la concordia y el amor; a partir de ese momento crucial, las posibilidades de progreso se multiplicarán y crecerán de forma ahora inimaginable. Pensemos en ello.

 José M. MeseguerAmor, Paz y Caridad

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 RELIGIONES CRISTIANAS: DOGMAS,                     SACRAMENTOS Y CULTOS  (7)                           




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   En cuanto a la remisión de los pecados deducida de estas palabras de Jesús: " Lo que sea ligado en la Tierra, será ligado en el Cielo", parece que estas palabras se refieren más bien a los hábitos, a las aficiones materiales que el Espíritu contrae durante la vida terrestre y que le encadenan fluídicamente a la Tierra después de su muerte.
  Viene después la Eucaristía o presencia real del cuerpo y sangre de Jesucristo, la hostia consagrada, el sacrificio de Jesús renovado diariamente en la misa por voz del sacerdote, en millares de altares del Catolicismo, y la absorción por los fieles del cuerpo ensangrentado de Cristo, según la fórmula del catecismo del Concilio de Trento:
"No es tan solo el  cuerpo de Cristo que está contenido en la Eucaristía, con todo lo que constituye un cuerpo verdadero, con los huesos y los nervios; es Jesucristo todo entero."
  ¿De dónde procede esta misteriosa afirmación de la Iglesia? De las palabra de Jesús que tenían un carácter puramente simbólico. Está claro que Jesús no quiso hablar más que de su cuerpo espiritual, personificando al hombre regenerado por el Espíritu de caridad y amor. La comunión entre el ser humano y la naturaleza divina se efectúa por la unión moral con Dios; se realiza por las aspiraciones poderosas y constantes del alma hacia su Padre y hacia el foco Divino. Toda ceremonia material es vana si no corresponde a un estado elevado del pensamiento y del corazón.

El culto religioso es un homenaje legítimo tributado a la Omnipotencia; es la elevación del alma hacia su Creador; la relación natural del hombre con Dios. Las prácticas de ese culto son útiles, las aspiraciones que despiertan, la poesía consoladora que de ellas se desprenden son un sostén para el hombre, una protección contra sus pasiones. Mas para hablar al Espíritu y al corazón del creyente, el culto deberá ser sobrio en sus manifestaciones, debe renunciar a una ostentación de riqueza material, nociva siempre para el recogimiento, la oración. Sencillo y grande en sus formas, debe dar la sensación de la majestad divina.

    En edades remotas y arrastrado por el fanatismo religioso resultante de su ignorancia y de su inferioridad moral, el hombre ha ofrecido a la Divinidad sacrificios cruentos; el sacerdote ha encerrado el Espíritu de las generaciones en una red de ceremonias aterradoras.

  Los tiempos han cambiado, la inteligencia alcanzó mayor desarrollo, las costumbres se han suavizado, mas la opresión sacerdotal se manifiesta aun en nuestros días, en esos ritos bajo los que la idea de Dios se vela y oscurece en ese ceremonial cuyo lujo y esplendor cautivan los sentidos y apartan el pensamiento del elevado fin que persigue, Bajo el fausto y las brillantes pompas del Catolicismo, ¿no se siente un espíritu de dominación que trata de invadirlo, de enlazarlo todo, y que bajo esas formas diversas y prácticas externas, se aparta cada vez más del ideal cristiano?.

   Es necesario y urgente que el culto tributado a Dios vuelva a ser sencillo y austero en sus principios como en sus manifestaciones. ¡ Cuantos progresos se lograrían si el culto practicado en familia fuese de todos los miembros, agrupados y recogidos , elevando en un acto de fe sus pensamientos y corazones al Eterno; si en épocas fijas todos los creyentes se reuniesen para oír de labios autorizados palabras de verdad !. Entonces la doctrina de Jesús, mejor comprendida sería amada y practicada, y el culto, vuelto a la sencillez y sinceridad primitivas, ejercería una acción eficaz sobre las almas.

   A pesar de todo, el culto romano se empeña en conservar formas tomas de las antiguas religiones orientales, formas que ya nada dicen al corazón, siendo para los fieles una costumbre rutinaria sin influencia sobre su vida moral. Persiste en dirigirse a Dios desde hace dos mil años, con palabras que salen de los labios, pero cuyo sentido no se entiende ya.

    Todas estas manifestaciones tienden a apartar al hombre del estudio profundo y de la reflexión a fin de desarrollar en él la vida contemplativa. Las oraciones largas, el brillante ceremonial, ocupan los sentidos, mantienen la ilusión y acostumbran al pensamiento a funcionar mecánicamente sin el concurso de la razón.

   Todas las formas del culto romano son un legado de tiempos pasados. Sus cremonias, sus vasos de oro y de plata, sus cánticos, sus procesiones, etc. son una herencia del paganismo. Del brahamanismo se ha tomado el altar, el fuego sagrado en el que arde, el pan y el licor que el sacerdote consagra a la divinidad. Del budismo se ha copiado el celibato de los clérigos y la jerarquía sacerdotal.

  Poco a poco se ha ido efectuando una sustitución en la que se encuentran vestigios de las creencias desvanecidas. Los dioses paganos se han convertido en demonios. Las divinidades de los fenicios y de los asirios, Baal-Zaboud (Belcebú). Astatoth, Lucifer, fueron transformados en potencias infernales. Los demonios del platonismo que eran Espíritus familiares, se convirtieron en diablos. A los héroes, a los personajes reverenciados en la Galia, en Italia, en Grecia, se les hizo santos. Se conservaron las fiestas religiosas de los pueblos antiguos, dándoles formas algo diferentes, como la de los Muertos. En todas partes se injertó un culto nuevo sobre el culto antiguo, que bajo otros nombres eran una reproducción del mismo. En la India y en Persia se encuentran los mismos dogmas cristianos.

  El Zend-Avesta contiene, como la doctrina cristiana, las teorías de la caída y la redención, la de los ángeles buenos y malos, la desobediencia inicial del hombre y la necesidad de salvación por la gracia. Bajo este montón de formas materiales y de concepciones añejas, en medio de la pesada herencia de las religiones que constituyen el actual Cristianismo, cuesta trabajo reconocer el pensamiento del fundador. Ciertamente los autores del Evangelio, no habían previsto ni los dogmas, ni el culto, ni el sacerdocio. Nada semejante se encuentra en el pensamiento evangélico. Nadie ha estado menos imbuido que Jesús en el espíritu sacerdotal; nadie ha estado menos enamorado de las formas y de las prácticas exteriores. Todo en él es sentimiento, elevación de ideas, pureza de corazón  y sencillez.

   Sobre este punto sus sucesores han desconocido por completo sus intenciones. Arrastrados por los intereses materiales que dominan en la sociedad, han sobrecargado la religión cristiana con un pomposo aparato bajo el que queda sofocada la idea madre. Pero tarde o temprano, el pensamiento del Maestro, restablecido en su primitiva pureza, brillará con nuevo esplendor. Las formas religiosas pasarán, se derrumbarán las instituciones humanas, mas la palabra de Cristo vivirá eternamente para dar vida a las almas y regenerar las sociedades.

FIN
       León Denis, de su obra Cristianismo y Espiritismo

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                                  LA VIRTUD

                                                 


 

    Para Cicerón, virtud es la fuerza viril o valor moral que se sobrepone al sufrimiento y a la muerte.

   Y afirmaba Aristóteles que el "el hombre virtuoso es aquel que encuentra placer en hacer actos de virtud".

     Con eso, la virtud se transforma en el hábito del bien, pues se incorpora al modus operandi del individuo, tornándose parte integrante de su naturaleza.

     La virtud siempre trabaja fiel a las manifestaciones psicológicas y delante de las leyes, creando necesidad de actuar y produciendo placer al realizarlo´

     El hombre la adquiere con el esfuerzo dirigido al bien que lo inspira, e, insistiendo en practicarla, conforma su vida a sus dictámenes.

  Para conseguir esa disposición es imprescindible adquirir el conocimiento del bien: es decir, que el hombre sepa del valor moral de sus actos, de acuerdo con las leyes morales.

      Así, la tendencia al bien es el primer paso para la virtud: su realización se transforma en experiencia estimuladora; pero, sólo es virtud cuando se constituye en un hábito natural, consciente y placentero.

     El motivador de la virtud y su alimento es el amor al bien, como afirmaba Aristóteles, que el "hombre virtuoso es aquel que hace del bien, una necesidad imprescindible, que pone su felicidad en el bien".

      Solamente los hombres libres interiormente poseen la virtud, porque sus actos son resultado de su libre determinación, por orden intima de su voluntad personal.

    San Agustin, que la adquirió con gran esfuerzo y perseverancia, repasando mentalmente, antes de acostarse, todos sus actos para verificar en cuales no fuera correcto y poder corregirlos al día siguiente, enseñaba: "Virtud es la buena cualidad del ánimo, por la cual se vive bien y la cual nadie usa mal" de acuerdo con su razonamiento moral.

     Así el hombre se inclina moralmente a una constante acción del bien que le hace bien a través de los actos buenos . 

( extraido del libro "Hacia las estrellas ".)

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