INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Algo sobre "Mancias" y demás "artes adivinatorias"
2.- Espíritus familiares
3.- Religiones Cristianas: Dogmas, Sacramentos y Culto (7)
4.- La Virtud
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Algo sobre las “Mancias” y demás “Artes Adivinatorias ”
El Ser humano necesitó
siempre creer en algo maravilloso y mágico, aunque sea en individuos que
afirmen “ poder leer el futuro” en las manos, o en los posos del café, en la
bola de cristal, en el humo del tabaco, en las hortalizas o en los astros.
Es evidente que en la
actualidad existen dos tendencias
sociales bien definidas y diferenciadas: Una son las de las personas imbuidas
en una especie de corriente de
credulidad colectiva en tantas “Mancias”, adivinaciones, fe religiosa, rituales
mágicos, esoterismos, o en lo que
sea. La otra es otra corriente totalmente opuesta como lo es el la del ateísmo, agnosticismo,
materialismo puro e incredulidad en todo
lo que no sea la materia palpable, tangible y experimentable por la
ciencia empírica; esta segunda corriente está ocasionada tanto
por los absurdos sostenimientos dogmáticos de carácter religioso y muchas veces irracional que
determinados cultos y personas sostienen, como por la falta de
respuestas íntimas coherentes con la
razón y la lógica que presentan estas religiones vacías de contenido y de
credibilidad, así como por tantos desengaños originados por los
abundantes casos de mentiras, malos ejemplos, estafas o fraudes de personas que
se dedican profesionalmente a engañar a los demás y a vivir a costa de la buena
fe, la credulidad y hasta del fanatismo religioso de otras personas.
Se ha entrado así de lleno
en el campo de lo supersticioso, pues todas esas llamadas “Ciencias Ocultas”,
así como el Esoterismo , el Ocultismo lo “Sobrenatural”, lo “Mágico” y
el gusto por lo misterioso, tan de moda, promulgan algunas verdades o
verdades a medias, que mezclan con afirmaciones mas o menos absurdas, sin
sentido, aunque bien aliñadas con el
correspondiente tinte del misterio o de
lo sobrenatural, que tienden a llenar el vacío que han ido dejado tantas
religiones dogmáticas y trasnochadas, con sus rituales un tanto vacíos de
sentido y contenido, así como sus dogmas carentes de sentido, de lógica y de falta de respuestas ante tantos
interrogantes y planteamientos que inquietan alguna vez a los seres
humanos, dando lugar asimismo a esa otra corriente de
agnosticismo, ateísmo e incredulidad que han ido forjando con sus particulares conceptos de la Verdad,
tan desfigurados y a veces tan
absurdos, de modo que en esta época de materialismo, estas cuestiones no
contestadas o desfiguradas han abonado el ateísmo y hasta el nihilismo como
consecuencia de tanto fraude, tanta mentira y tanto materialismo que todo este
entramado de falsedades ha generado.
Sería injusto y erróneo no reconocer que, en el extremo
opuesto, también hay personas dotadas
realmente de ciertas capacidades psíquicas; que están capacitadas para poder
“ver” o presentir el futuro individual o
colectivo a grandes rasgos poco matizados, aunque los realmente dotados de
percepción o conocimiento extrasensorial, hay que reconocer que son los menos;
esto no quita ni un ápice de valor a la existencia de los “psíquicos” reales, plenamente
dotados de sus facultades.
En realidad en estos casos se trata de médiumnidades,
pues para ser médium no hace falta ser
previamente espírita, así como para ser espírita no es necesario ser médium.
Sin embargo si que es necesario ser sensitivo o estar dotado para desarrollar
la mediumnidad.
Estas personas profesionalizadas, reciben
dinero por sus previsiones y sus facultades intuitivas, y como tales
“psíquicos” o “médiums”, funcionan mediante un estímulo sensorial sobre el que
fijan su mente y concentración, dentro de las normas particulares de cada
especialidad, tal como por ejemplo, por medio de las cartas (cartomancia), de
las manos (quiromancia), de los astros (astrología), de los
posos del café, etc., aunque posiblemente el principal estímulo que tienen
muchos de estos embaucadores, sea el beneficio económico que sacan a su
"ciencia" o "poder . “mágico”
En sus consejos y directrices, cuando son
serios y sin afirmaciones disparatadas, suelen emplear un método psicológico y una lógica general, y
procuran no arriesgar demasiado en afirmaciones (o negaciones) muy concretas e
individualizadas, actuando como auténticos
y audaces psicólogos.
En el caso de la cartomancia, puede haber una parte de inspiración con apoyo de un método prefijado del simbolismo de los naipes. Cuando el consultante es invitado a sacar una carta, parece ser que su subconsciente participa de ese gesto que es el que desencadena este “arte adivinatorio”, de caracter intuitivo, que puede ser real o ser una farsa. Las cartas son inmutables y sus imágenes fijadas en la mente de sus practicantes, se transforman en símbolos significativos, hablando una sola lengua para todos. No obstante el operador puede tener sus propios códigos para interpretarlas. Otras veces las cartas no pasan de ser un simple vehículo condicionante o acondicionador mental para desencadenar una facultad de precognición.
La quiromancia como ya se ha dicho, es un arte adivinatorio procedente de la India, basado en la lectura de las rayas de las manos. Se dicen a veces cosas verdaderas, pero el sistema en realidad se basa en lo mismo que sucede con la adivinación por los posos del café, o de las cartas, etc. Y es que muchas veces esas personas están dotadas del sentido de la “doble vista”, con la capacidad psíquica de percibir cosas ausentes o pasadas, o incluso de penetrar también, aunque mucho más raramente , en cosas que están por venir en el futuro. Son como verdaderos sonámbulos para los que los objetos no son mas que medios o apoyos para fijar su atención, provocando una especie de éxtasis momentáneo. Por otra parte en la quiromancia se entra en contacto directo con el consultante, estableciendo una mayor relacción magnética entre consultor y consultado, que se comunican a nivel del intercambio de radiaciones de los periespíritus de ambos ( sus mentes intuitivas), y el sujeto dotado habla así inspirado a la manera de los sonámbulos, haciendo una lectura de sus sensaciones psíquicas mas que de las manos propiamente dichas, que al igual que las cartas también tienen atribuido un significado y un simbolismo en cada línea.
Quiero subrayar que la quiromancia nada tiene que ver con el Espiritismo, así como tampoco ninguna
de las otras artes adivinatorias.
Es de tener en cuenta que en
la quiromancia, a pesar de que cada linea y señal tiene su descripción
pormenorizada y su significado, con el paso del tiempo estas líneas se van modificando
naturalmente, lo que de ser cierto y comprobado este “arte” adivinatorio haría necesaria una lectura nueva cada cierto
periodo de tiempo.
Muchos de estos
adivinos en busca de dinero, poder o
prestigio entre sus creyentes, con sus actuaciones han originado la “nigromancia” o
“necromancia”, por la que han pretendido
adivinar o conocer el futuro evocando a los muertos para obtener de
ellos revelaciones de asuntos materiales o mundanos. Por extensión a todas las
“artes” de adivinación se les ha llamado “necromantes”, debido a la
creencia popular de que en todos los medios de adivinación son las almas de los
muertos las que actúan. Así se les ha
relacionado con la “magia negra” y hasta con el demonio; esto ha dado lugar a que esta
idea de adivinar el futuro consultando a los muertos, se las confundiese con lo que es la mediumnidad y el Espiritismo que nada tiene que ver en absoluto con todo esto, pues en él se
emplea la mediumnidad solamente como
herramienta de investigación, información
y ayuda espiritual mediante el intercambio de comunicación con Seres del
más allá, seleccionando los espíritus
que por este medio se pueden manifestar
para enseñar algo positivo, moral y fiable que ayude y oriente a los seres humanos y a otros Seres
espirituales que no pueden aprender directamente de ellos por permanecer en una
faja de existencia vibratoria espiritual
diferente, pero que a las reuniones mediúmnicas pueden acudir y de hecho
acuden, o incluso los acompañan otros Espíritus Superiores, aunque los primeros
no participen directamente en ellas.
Estas enseñanzas se obtienen después de analizar la fiabilidad
de la calidad ética y moral del Ser comunicante o manifestante siguiendo los
criterios señalados en la Codificación
Espírita que dejó plasmada en sus obras Allan Kardec, con el objetivo definido de un crecimiento moral y espiritual que se puede extraer de los sabios y buenos consejos y enseñanzas
ofrecidos por estos elevados Seres
espirituales del “Mas Allá”.
Ante el tema de la Astrología, con sus signos zodiacales que para mucha gente es casi una religión, pues goza de muchos creyentes con una fe ciega, he de afirmar que tampoco tiene ningún fundamento científico, a pesar de que como entretenimiento cotidiano proliferan los horóscopos en los periódicos, la televisión, las revistas, etc. Suelen hablar del futuro o de nuestras características relacionadas con un determinado signo zodiacal.
Según
las figuras que se forman con líneas imaginarias que unen entre si a esos
astros que se divisan en el cielo por las noches, estos signos se distribuyen
en un número de doce, que se reparten a lo largo de los doce meses del año, stribuyendo
la influencia de cada uno de ellos sobre los seres humanos,en especial los que nacieron bajo la
presencia predominante en el cielo de determinado signo.
Lo malo
está en la gente que lo cree y que se convence en aspectos negativos, tal
como que su signo no se puede llevar
bien con tal otro por ser antagonista, etc. Mucho se podría profundizar en el
tema de la Astrología, pero vemos como por ejemplo dos personas gemelas,
nacidas a la misma hora en el mismo lugar, pueden ser dos almas totalmente
diferentes en gustos y temperamentos.
Sabemos como en los pronósticos astrológicos intervienen (o
debieran intervenir), la posición del sol y los planetas en cada momento, pero sin
embargo no se tiene en cuenta, por ejemplo, a los satélites de Júpiter o de
Saturno, que son cuerpos mayores que Mercurio o Plutón por lo que en buena
lógica su influencia debiera ser mayor, ni tampoco se tienen en cuenta los
agujeros negros, ni los cuasares, etc. Por ejemplo se sabe que Plutón no fue
descubierto hasta 1.930, por lo que los horóscopos que se habían hecho hasta
entonces debían estar todos equivocados. Incluso en nuestros recientes días aún
se descubrió no hace mucho un nuevo planeta, aunque muy pequeño, dentro del
sistema solar, y según se afirmó, muy similar a la Tierra, el cual lógicamente
también estaría aportando sus influencias que no se han tenido nunca en cuenta
por ignorarse su existencia.
Sobre este tema también se
podría considerar que las constelaciones
del zodiaco en realidad no existen, pues como ya afirmé antes, solo son
figuras mitológicas construidas en el
cielo de las noches por la fantasía de quienes intuyen o atribuyen
un poder influyente de las
estrellas y planetas sobre los
seres humanos.. En fin, se podría alegar mucho más sobre esto, pero la realidad pura y
simple es que los astros no tienen
ninguna influencia en nuestras vidas, a excepción de ciertas influencias magnéticas naturales que afectan a nuestro planeta como a los
humanos que estamos en él, tal como las
mareas o los vientos que generan la influencia magnética de la luna, del sol y
algunos planetas cercanos.
Resulta de esta creencia que
al ser los astros quienes dirigen e influyen en nuestras vidas, destinos,
caracteres, etc, ponen en entredicho
nuestra libertad íntima y natural para decidir a cada paso nuestro destino
individual, y así el esfuerzo por labrar el propio destino, el de vivir y el
convivir con los demás, queda fuera de lugar, pues todo depende del signo
zodiacal establecido en el momento de nuestro nacimiento,( la llamada “carta
astral”), con su influencia inevitable,
exonerándonos así de toda
responsabilidad en los defectos de nuestros caracteres y del esfuerzo por
corregir esos defectos morales, lo que nos hace
seres realmente libres.
En cualquier caso la
Astrología prevé tendencias generales y no acontecimientos concretos, pues el
ser humano con su voluntad y libre albedrío puede orientar o cambiar a cada momento
las supuestas influencias de los astros. Si acaso, en su ambigüedad, la
Astrología puede servir, según quien interprete los signos, para orientar a las
personas en su vida,teniendo en cuenta
los resultados que finalmente determina el libre albedrío humano, pero
esta misma función de orientación psicológica que señalamos para la Astrología,
también la realiza la Psicología y el Psicoanálisis sin recurrir a los astros.
En cuanto a las “videncias”
de los echadores de cartas (Cartomancia) y otras especialidades afines, me
atrevo a afirmar que, salvo rarísimas y honrosas excepciones que confirmarían
esta regla, la inmensa mayoría de
esos “videntes” que viven de sus “especialidades adivinatorias”, son unos
grandes embaucadores y vividores que explotan
la credulidad, la buena fe y la
ilusión de tantas gentes que confían en ellos.
Si los actos del futuro, no
permaneciesen ocultos y conociésemos todos los detalles de nuestro destino
individual por venir, descuidaríamos nuestro presente, y condicionaríamos
nuestra libertad para actuar en la vida
en cada momento, porque el conocer algo
que hubiese de suceder fatídica e
irremediablemente, nos haría descuidar los actos comunes de la vida cotidiana, o bien nos obsesionaríamos por evitarlo en unos
casos, o por adelantarlo en otros.
Al tener oculto el futuro,
aun sin ser conscientes de ello, con
nuestras actuaciones y pensamientos estamos preparando lo que realmente
sucederá antes o después en ese futuro, aún en cosas de las que no desearíamos
que fuesen así..
Si nuestros
actos estuviesen fijados
invariablemente por la fuerza del destino o porque “lo dijesen los astros”, no
tendríamos responsabilidad en ellos, por carecer de la libertad moral de crear
nuestras propias causas con sus correspondientes efectos a percibir. Como
consecuencia de esto, no seríamos
capaces de poder evolucionar espiritualmente al despreocuparnos de todo y no
esforzarnos por nada , porque lo esperaríamos todo del destino o de los astros,
quedando sumidos en una resignada y
lógica indolencia.
Otro tema bien distinto es
el del “don de la profecía”, que descartando también a muchos falsos y
fraudulentos profetas, los que de verdad lo son, lo deben a una facultad
extrasensorial de clarividencia o de precognición mas o menos desarrollada, y
generalmente suelen ser personas sencillas, con un elevado nivel moral, que
ejercitan su capacidad sin interés económico alguno. Estos raros casos, en
efecto, a veces pueden percibir a grandes rasgos algunos
sucesos generales previstos para
el futuro, pero que siempre pueden ser modificados desde el presente.
- Jose Luis Martín-
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ESPÍRITUS FAMILIARES
Pregunta 205 Libro de los Espíritus: Según algunas personas, la doctrina de la reencarnación parece destruir los lazos de familia, pues hace que estos se remonten más allá de la existencia actual.
“Los extiende, pero no los destruye. Como el parentesco se basa en afectos anteriores, los lazos que unen a los miembros de una misma familia son menos precarios. La reencarnación aumenta los deberes de la fraternidad, puesto que en vuestro vecino o en vuestro servidor puede encontrarse un espíritu que ha estado unido a vosotros por los lazos de la sangre”.
Los espíritus familiares forman parte de una realidad muy importante, que muy pocas veces se estudia con detenimiento en el ámbito espírita.
Hablamos de espíritus inferiores, de obsesores, de espíritus guías o elevados, pero nos olvidamos de aquellos que permanecen mucho tiempo con nosotros y realizan una labor encomiable. Como hemos visto en el primer párrafo de la pregunta 205, los lazos se fortifican con la reencarnación, aumentando los “deberes de la fraternidad”. Sin embargo, como si se tratara de una estación de tren, y con el paso relativo del tiempo, llegan unos y marchan otros, modificándose los roles que juegan los espíritus familiares en función de las circunstancias personales y colectivas de cada momento.
No necesariamente han de ser espíritus más elevados, simplemente, el hecho de pertenecer al mundo de los espíritus, y la liberación de los límites que la materia les imponía, les proporciona una visión de las cosas muchísimo más amplia que cuando estaban encarnados, además de una libertad imposible con cuerpo físico. En el mundo espiritual descubren su realidad, observan, analizan, estudian, aprenden con suma facilidad. Ven con claridad porque los velos materiales para ellos ya no existen. Vislumbran el horizonte de grandeza que asoma para todos. A partir de ahí, su amor, su entrega y su predisposición se vuelca con aquellos que amaron en la Tierra. Se convierten en fieles colaboradores de los que pasan a ser sus tutelados.
Sin duda, el conocimiento de esta realidad debe de servir de enorme estímulo para todos. Saber que nunca estamos solos, siempre amparados por seres muy queridos, algunos fácilmente identificables por sus recientes vínculos familiares; otros pertenecientes a un pasado no menos rico, a otras existencias, pero que también forman parte de nuestra familia espiritual. Todos ellos forman un conjunto armónico que nos debe de llenar de alegría y plenitud. De tal forma que nunca nos debemos sentir desamparados, desasistidos. Estamos rodeados de seres que nos infunden mucho amor, lo que ocurre es que, debido a nuestra ignorancia y materialismo, esas energías vivificantes que constantemente nos transmiten quedan ahogadas por otras corrientes de baja vibración, que con frecuencia nos dominan y arrastran. No obstante, la realidad es bien distinta y debemos trabajar y esforzarnos para estar en permanente sintonía con aquellos que nos desean todo el bien del mundo.
Nota a la pregunta 569 Libro de los Espíritus: «Las misiones de los espíritus siempre tienen por objeto el bien. Ya sea como espíritus, o como hombres, están encargados de contribuir al progreso de la humanidad, de los pueblos o de los individuos, dentro de un orden de ideas más o menos amplio y especial. También preparan el curso de algunos acontecimientos y velan por el cumplimiento de determinadas cosas. Algunos tienen misiones más restringidas y en cierto modo personales o por completo locales, tales como asistir a enfermos, a los moribundos y afligidos, velar por aquellos de los cuales se convierten en guías y protectores, y orientarlos con sus consejos o mediante los pensamientos buenos que les sugieren. Podemos decir que hay tantas clases de misiones como tipos de intereses que cuidar, ya sea en el mundo físico o en el moral. El espíritu adelanta conforme a la manera como cumple su tarea».
Pregunta 571 L. E.: ¿Solo los espíritus elevados cumplen misiones?
“La importancia de las misiones depende de las capacidades y de la elevación del espíritu…”.
Los espíritus familiares se sienten dichosos de ser útiles. En función de sus capacidades, de su elevación, como nos indica la codificación espírita, así realizan sus tareas. Todas son importantes, todas son necesarias; de lo cual, hemos de sentir enorme gratitud por su encomiable esfuerzo. Trabajo en beneficio propio que algún día habremos de corresponder, cuando las circunstancias lo permitan.
De ese modo, todo se entrelaza, todo invita al trabajo y al progreso. Sobre todo, por la felicidad que se siente al contribuir al crecimiento y superación de obstáculos de aquellos con quienes se han tenido y se tienen unos vínculos muy sólidos, fortalecidos con el paso del tiempo, gracias a la convivencia desde los dos planos de la vida y desde la comunión de pensamientos.
Por otro lado, y en relación a la mediumnidad, en el Libro de los Médiums, capítulo XXV De las evocaciones, ítem 269, encontramos también lo siguiente: “…siempre hay espíritus en torno a nosotros, las más de las veces inferiores, que no piden otra cosa que comunicarse…”.
Lo cual significa que, debido al atraso de nuestro planeta, con mucha frecuencia estamos rodeados de espíritus inferiores que buscan distraer, perturbar, vincularse en la medida de lo posible a nosotros para conseguir sus objetivos poco nobles. Es ahí donde la participación de los espíritus familiares juega un papel importante, trabajando por conseguir que esa influencia sea mínima, obviamente con la imprescindible colaboración nuestra, sin la cual resultaría imposible lograrlo, puesto que no pueden cohibir el libre albedrío de nadie. La ley de afinidad es fundamental en este tipo de situaciones,
Al mismo tiempo, en el ítem 282, pregunta 5, nos encontramos con la siguiente respuesta en relación a la evocación de algunos espíritus: “A menudo son prevenidos de ello por los espíritus familiares que os rodean, los cuales van a buscarlos…”.
Es decir, no podemos olvidar su trabajo como intermediarios. No solo tratan de evitarnos la influencia perniciosa negativa de determinados espíritus, sino que, por otro lado, ayudan a buscar a los espíritus, que se encuentran en una posición superior o especial, que nos pueden ser de gran ayuda para nuestro crecimiento espiritual.
Por todo lo expuesto hasta ahora, hemos de reflexionar sobre los caminos que todos los espíritus tenemos trazados para el crecimiento personal y colectivo. La reencarnación nos coloca en una posición temporal para el cumplimiento de una tarea importante para el progreso. Ellos, los espíritus familiares, también cumplen su tarea y progresan de igual forma, en función de su esfuerzo y dedicación. Todo se entrelaza, todo se eslabona en la evolución.
Por último, en el capítulo XIV del Evangelio según el Espiritismo, ítem 8, nos encontramos con lo siguiente: “Los verdaderos lazos de familia no son, pues, los de consanguinidad, sino los de la simpatía y la comunión de pensamientos, que relacionan a los espíritus antes, durante y después de su encarnación…”.
“Las familias unidas por los vínculos espirituales son duraderas y se afianzan por medio de la purificación, además de que se perpetúan en el mundo de los espíritus a través de las diversas migraciones del alma…”.
Bien es cierto que no todos los espíritus familiares están en condiciones de ayudar; debido a sus equivocaciones, algunos pueden estar en una posición algo precaria, necesitados de purga y reparación. En estos casos, solo la oración sentida y sincera les puede ayudar a salir de esa lamentable posición. Es un deber que la caridad nos impone siempre. El hecho de que los lazos espirituales de sus seres queridos les sostengan y amparen, les puede servir de estímulo para esforzarse mucho más para salir lo antes posible de esa maraña de errores que les vincula a los planos inferiores, circunstancia que les impide disfrutar todavía de la dicha que “su familia espiritual ya posee”, lograda con su esfuerzo y tesón.
En resumen, y fuera de esos casos tristes y lamentables, los otros espíritus familiares, aquellos que se encuentran en buenas condiciones, vienen con la tarea de proporcionarnos aliento en los momentos de dificultad, nos sostienen en las pruebas. Muchas veces aprovechan el momento del sueño para reunirse con nosotros y proporcionarnos inestimables consejos; también nos traen mensajes de espíritus venerables. Nos consuelan e inspiran cuando recibimos los golpes inevitables de la vida. En una palabra, esos vínculos se afianzan y se fortifican a través de las diferentes existencias y migraciones de las almas…
Y qué pensar cuando este mundo sea ya de regeneración, todos reunidos alrededor de la llama de la concordia y el amor; a partir de ese momento crucial, las posibilidades de progreso se multiplicarán y crecerán de forma ahora inimaginable. Pensemos en ello.
José M. Meseguer- Amor, Paz y Caridad
LA VIRTUD
Para Cicerón,
virtud es la fuerza viril o valor moral que se sobrepone al sufrimiento y a la
muerte.
Y afirmaba Aristóteles que el "el hombre virtuoso es aquel que encuentra placer en hacer actos de virtud".
Con eso, la virtud se transforma en el hábito del bien, pues se incorpora al modus operandi del individuo, tornándose parte integrante de su naturaleza.
La virtud siempre trabaja fiel a las manifestaciones psicológicas y delante de las leyes, creando necesidad de actuar y produciendo placer al realizarlo´
El hombre la adquiere con el esfuerzo dirigido al bien que lo inspira, e, insistiendo en practicarla, conforma su vida a sus dictámenes.
Para conseguir esa disposición es imprescindible adquirir el conocimiento del bien: es decir, que el hombre sepa del valor moral de sus actos, de acuerdo con las leyes morales.
Así, la tendencia al bien es el primer paso para la virtud: su realización se transforma en experiencia estimuladora; pero, sólo es virtud cuando se constituye en un hábito natural, consciente y placentero.
El motivador de la virtud y su alimento es el amor al bien, como afirmaba Aristóteles, que el "hombre virtuoso es aquel que hace del bien, una necesidad imprescindible, que pone su felicidad en el bien".
Solamente los hombres libres interiormente poseen la virtud, porque sus actos son resultado de su libre determinación, por orden intima de su voluntad personal.
San Agustin, que la adquirió con gran esfuerzo y perseverancia, repasando mentalmente, antes de acostarse, todos sus actos para verificar en cuales no fuera correcto y poder corregirlos al día siguiente, enseñaba: "Virtud es la buena cualidad del ánimo, por la cual se vive bien y la cual nadie usa mal" de acuerdo con su razonamiento moral.
Así el hombre se inclina moralmente a una constante acción del bien que le hace bien a través de los actos buenos .
(
extraido del libro "Hacia las estrellas ".)
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