jueves, 23 de febrero de 2017

El Viaje



                                                                           
                                                          Lo cotidiano 

En beneficio de nuestro autoconocimiento debemos reflexionar sobre los consejos que nuestro amigo y colaborador nos trae, recordándonos que en los momentos más habituales y rutinarios de nuestra vida podemos realizar pequeños actos solidarios, que al ser integrados en nuestra conducta se transformarán en fuertes y profundas raíces que sustentarán nuestro futuro emocional y espiritual.

Muchas veces nos preguntamos de qué manera modificar el curso de nuestras vidas para alcanzar estados interiores de mayor optimismo y serenidad. Sentimos una necesidad interior de hacer algo por nosotros que nos permita sentir de otra manera, vibrar, emocionarnos, reencontrarnos. Muchas veces el camino es darnos un gusto, satisfacer nuestro “yo” con alegrías efímeras como comprarnos algo, practicar un deporte o hacer un viaje. Algunas de esas veces podemos hacerlo y también comprobamos que si bien realizamos nuestro deseo y este nos da satisfacción, rápidamente llega una nueva sensación de inestabilidad que nos deja al principio del camino. Nadie puede negar que necesitemos de estímulos y que en alguna medida estos nos disponen a sentirnos mejor, pero también es cierto que su duración es corta en el tiempo y que en general son insuficientes para darnos lo que de ellos esperamos.
En lo cotidiano, en nuestros hogares, en nuestro trabajo, es donde encontraremos magníficas oportunidades de hacer algo distinto por nosotros mismos y ese hacer por nosotros se debe transformar en hacer por los demás. Un nuevo modo de entender nuestras apetencias, nuestros gustos y de cómo satisfacerlos necesita crecer en nuestro interior a partir de la convicción de que el dar a los demás es la fuente de mayor alegría y felicidad para nuestro espíritu. Busquemos en nuestro medio inmediato las necesidades de nuestros seres queridos y realicemos acciones concretas que ayuden a mejorar sus situaciones. Podemos responsabilizarnos en el hogar de una tarea que normalmente cumple otro familiar, estar atento en todo momento a aliviar el trabajo de los demás, no esperar a que se nos pida algo para realizarlo sino anticiparnos para gratificar al otro -madre, padre, hijo o hermano-, demostrando en nuestra acción solidaria la valoración que de su tarea hacemos. No hay nada más grato para alguien que otro nos ofrezca desinteresadamente su mano para ayudarle, sea en una tarea material, doméstica o laboral, sea en un apoyo afectivo o económico, en una compañía o visita a nuestros abuelos, en un paseo con nuestros hijos, en cualquier circunstancia de nuestra vida diaria, acompañando nuestra acción con un sentimiento de alegría y agradecimiento hacia aquellos que nos necesitan.

- Esteban Pérez López- Actualidad Espiritista

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EL VIAJE

 Dicen que la vida es un viaje.

Puedo afirmar que si, somos viajeros inmortales y transitamos por etapas entre las dos dimensiones.

Existe el tiempo de estar en el cuerpo y el tiempo de estar fuera del cuerpo.

Esa es la belleza de la vida, una vida sin final, que tuvo comienzo en la simplicidad y en la ignorancia, pero que no tendrá fin.
            
De estación en estación, la gente va y viene.
            
Y en ese ir y venir, vamos mezclándonos unos con otros, para que la gran familia de los espíritus, hijos de Dios, fortalezca los lazos de fraternidad y de amor.
            
Ya fuí tantos personajes, ya estuve en tantas familias, ya viajé por tantos otros mundos.
            
Cuando estamos encarnados y planeamos nuestros viajes por la Tierra, necesitamos de ropas adecuadas, al frío o al calor.
            
Dependiendo del país a ser visitado es importante conocer lo básico del idioma local, o se hará con un diccionario para las primeras necesidades.
            
El viaje desde el mundo espiritual para el mundo material, exige una preparación más compleja.
            
La primera parte de la planificación pide una nueva familia, con espíritus conocidos, o no, afines, o no tanto.
            
Todo depende de la necesidad evolutiva del viajante.
            
En los viajes de turismo por la Tierra, son un privilegio los los intereses culturales y de placer.
            
Del mundo espiritual para el mundo material, las exigencias son mayores y todo está preparado para que la encarnación traiga el mejor aprovechamiento para quien regresa a las luchas en la carne.
            
Un equipo espiritual planea nuestra vuelta y procura  rodearse de todos los cuidados para que el viaje al mundo de las formas presente los mejores resultados.
            
En los viajes en fiestas, los hombres llevan sus economías para poder comprar souvenirs, a fin de guardar los mejores recuerdos de los paseos emprendidos.
            
Una vez todo planeado, las maletas están llenas y el viaje comienza con las mejores expectativas.
            
Del lado de acá es preciso preparar a la familia para que acoja al reencarnante, orientar al espíritu viajero para que no se pierda en el mundo de las ilusiones y confunda su origen, creyendo se de allá y no de acá.
            
Del mundo espiritual para la Tierra no se lleva recursos financieros para la adquisición de souvenirs, el propósito es el adquirir valores espirituales y morales que garanticen un retorno seguro al hogar espiritual.
            
En el viaje en días festivos, las personas desean desligarse, si es posible, olvidando el trabajo y los problemas en general. Ese olvido dura el tiempo del viaje.
            
En el viaje para una nueva encarnación, el espíritu se olvida de todo lo que ya vivió, todos los equívocos y desengaños cometidos en vidas pasadas.
            
Él viaja con el recuerdo reajustado, para que pueda recomenzar todo de nuevo, es un bendito viaje.
            
Quien parte de vacaciones determina la hoja de ruta a seguir, del mismo modo los que vuelven a la vida física, cuando son lo suficiente maduros espiritualmente, determinan sus propios caminos.
            
Cuando las vacaciones llegan al final es común escuchar de las personas:
        "¡ Qué pena !, ¿ya se terminó? No quiero volver a la rutina, si pudiese no volvería más...."
            
Cuando la vida física se va acabando, aquellos que no retornan abruptamente por accidente, afirman también:
" ¡ Ah, .... si yo pudiese !, me quedaría aquí definitivamente..."
            
Pero tanto uno como el otro, tienen un tiempo determinado para volver al hogar.
            
Para unos es el final de las vacaciones, para el espíritu inmortal, cuando la muerte se presenta, es una etapa más de su viaje entre las dos dimensiones.

Yo desde aquí estoy a camino de ese lado, y usted está de viaje por el mundo material.
            
Tanto ahí como aquí, necesitamos de una brújula para orientarnos en la ruta.
            
En ese instante, mi mirada no se encuentra limitada por la visión física, entonces yo te puedo decir: sea cual fue el camino recorrido hasta ahora, puede ser alterado, modificado.
            
El dolor y la desilusión no son fatalidades en la vida de nadie.
            
Usted es el viajante, ¡ cambie su ruta en caso de que los dolores te lleven al desánimo!
            
No espere a la última estación para arrepentirse.
            
¡ El amor es la ruta, Jesús es el camino!
            
Yo te veo desde aquí, pero tu no me ves desde ahí, Yo te puedo asegurar que aunque el viaje sea complicado y los caminos pedregosos, es posible cambiar de rumbo.
            
¡ Recuérdelo, usted no es de ahí, está de viaje !.
            
No junte mucho peso en el corazón, para que en el momento del retorno sus pies no queden pegados al suelo de ese planeta.
            
Existe un tiempo para quedar en el cuerpo, y un tiempo para quedar fuera del cuerpo.
           
Si la vida le exigió despedidas de corazones amados, no se desespere, pues todos están viajando,
            
Algunos parten antes, otros parten después, pero todos parten.
            
Las despedidas son siempre complicadas, pues tenemos que decir adiós, pero te aseguro que los "adioses" no son definitivos.
            
La vida es un continuo " hasta pronto".
            
Evite la valoración excesiva de los pequeños contratiempos del viaje, sonría más, ame más.
            
Si detuvieses tus ojos solamente en las dificultades del camino, no conseguirás ver lo bello.
            
La gracia del viaje es la ruta y la compañía, por tanto ,mezclaros los unos con los otros como Jesús  se mezcló con nosotros, para que un día podamos amarnos unos a otros, como Él nos amó y nos ama.
            
Para quien partió antes que usted, para quien queda en tu partida, el conocimiento del Espiritismo sirve como pasaporte para mejor embarcarnos por las aduanas de la vida única del espíritu inmortal.
            
¡ No tenga miedo !
            
¡ Vaya en la fe, vaya en el bien !
            
           
Luiz Sérgio (espíritu) por Adeilson Salles
            Primavera de 2015
(Art. del Blog de  la Editora Intelitera)


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ENDIOSAMIENTO Y MEDIUMNIDAD

A la hora del estudio y práctica de la mediumnidad es necesario mantener siempre vivo el  autoanálisis y una vigilancia estrecha de nuestros pensamientos y sentimientos para no desviarse del camino, de los objetivos que nos demanda dicha práctica; de lo contrario es muy fácil caer por derroteros que no nos benefician, aún incluso pueden llegar a perjudicar el normal desenvolvimiento de una facultad.
Cuando se produjo el conocido momento en donde el espíritu de Emmanuel manifestó el compromiso que traía con Francisco Cándido Xavier y las tres condiciones esenciales para el éxito del trabajo espiritual en común; es decir, disciplina, disciplina y disciplina; no se refería exclusivamente a este concepto desde el punto de vista práctico, de trabajo metódico, regular; si no a la disciplina moral por controlar y someter sus malas tendencias morales en beneficio de la obra que apenas acababa de iniciar.
En efecto, es muy importante no perder nunca el norte; poseer unos principios, unas bases de conducta para no desviarse nunca de ellas.
El trabajo diario, los acontecimientos, las experiencias y circunstancias en el camino nos van marcando, y depende de nuestra actitud, de nuestras reacciones ante esas circunstancias, el que podamos avanzar con paso firme, y con el consiguiente éxito o fracaso en nuestros objetivos.
La mediumnidad es básicamente un trabajo en equipo. La parte visible, el médium propiamente dicho, junto con el resto de componentes, han de formar un conjunto armónico, en sintonía con los espíritus nobles. Tarea nada fácil pues exige compromiso firme y voluntad decidida de cambio moral, para ajustarse a la frecuencia vibratoria de los hermanos espirituales superiores.
De las experiencias se han de sacar buenas conclusiones así como de los errores que podamos cometer, estando siempre abiertos al análisis continuo y al discernimiento. A modificar rumbos, en caso necesario, cuando no nos son útiles o equivocados. Para ello es necesaria una cierta humildad, ser conscientes de nuestras enormes limitaciones y de lo mucho que nos queda por corregir y aprender. De lo contrario, no sólo podemos caer en el fanatismo del que ya hablamos el mes anterior sino también en el endiosamiento, que es la creencia en la infalibilidad, en creer que son siempre los espíritus superiores los que comunican a través de nosotros; olvidando la posible intervención de los espíritus mixtificadores y la inevitable cuota de animismo que puede aparecer en mayor o menor grado.
Éxitos pasados no garantizan éxitos futuros. La mediumnidad es inseparable de la condición humana, de las diferentes etapas del ser. Estamos sometidos como cualquier persona, a los altibajos propios de la vida, y esto afecta al intercambio entre los dos planos.
La falta de vigilancia y de control moral puede propiciar la incursión de espíritus que se entrecruzan en el camino para desestabilizar. Como buenos estrategas, primero estudian a sus posibles víctimas, observando concienzudamente sus debilidades, sus taras morales, para obrar en consecuencia. La ley de afinidad, por la cual el semejante atrae al semejante es un factor determinante, puesto que esa parte negativa busca la manera de inclinar la balanza a su favor, sugiriendo e incentivando pensamientos que ensalcen al médium, haciéndole creer que es casi infalible, que su valía, conocimientos y experiencia le van a llevar siempre por un camino seguro, olvidando o incluso rechazando la necesaria colaboración de sus compañeros que, por lo general, no suelen estar tan influenciados, siendo más objetivos a la hora de valorar un trabajo, unos resultados.
Por tanto, el amor propio, el orgullo y la vanidad, son como antenas que facilitan la aproximación, por esa misma ley de afinidad, de entidades desequilibradas, que buscan el fracaso del médium y de las personas que componen el grupo de trabajo.
El endiosamiento por lo tanto, está muy vinculado al orgullo. ¡Cuántos médiums se creen casi infalibles! En permanente conexión con el mundo espiritual, con una serie de espíritus que están a su servicio para rebelarles cualquier curiosidad o información que precise el sensitivo. Consideran la mediumnidad como un don, algo que les hace especiales, por encima de los demás.
Los “avisos” o mensajes que recibe moralizantes, tratando con dulzura y mucho tacto corregir las malas tendencias, considera el médium endiosado que es para los otros y no para sí mismo. Con lo cual, aquello de lo que se podría haber tomado nota para ir corrigiendo, se interpreta como un bello comunicado de solidaridad y amor universal, pronto para olvidar.
Del mismo modo, cuando los excesos del ego hacen acto de presencia y los análisis constructivos del trabajo mediúmnico se ponen sobre la mesa, muchos mediums se retraen, se consideran incomprendidos, juzgados, optando por el rechazo y el aislamiento. A partir de ese momento el bajo astral ha conseguido su objetivo que es distanciar al médium invigilante, desprevenido, orgulloso de su trayectoria. Esta circunstancia puede llegar a propiciar que bellas mediumnidades en desarrollo o en etapas de aprendizaje desistan ante la falta de humildad y de un sentido autocrítico que les haga ver la realidad para corregirse.
Por otro lado, la falta de autocontrol, de la suficiente paciencia y regularidad en los trabajos hacen que muchos ansiosos desistan por el motivo de no conseguir en los plazos que se habían marcado los resultados, que, probablemente otros sí hayan conseguido con aparente menos esfuerzo; olvidando que cada médium es un mundo, que su desarrollo y cualidades dependen de muchos factores que no estamos en condiciones de juzgar. No hay que olvidar nunca que Dios no es arbitrario, y que: “A cada cual según sus obras”; del presente y las sembradas en el pasado.
Por otra parte, animar en exceso, alentar, y el estar muy pendientes del éxito del médium incipiente también puede tener consecuencias negativas, puede llegar a creer que es imprescindible y que su trabajo es el más importante. ¡Lamentable error! De ese modo, el elogio si no se considera como un estímulo para mejorar, puede llegar a ser mucho más peligroso que la crítica.
Una persona muy sabia decía que “al médium se le prueba en todo”. Nadie está, por tanto, libre de equivocaciones, de errores, todos estamos sometidos a unas mismas leyes, a unos mismos principios a los que nos debemos de someter inexorablemente. No existen privilegios para nadie, lo que cada médium logra es una conquista adquirida, sin embargo, el aprendizaje no cesa nunca.
No existe médium perfecto por la sencilla razón de que no existen personas perfectas. Hasta el mismo maestro Jesús, con toda su grandeza, siendo el espíritu más grande que jamás a encarnado en la tierra, también se vio expuesto al examen de rigor, a lo que se denominaban “tentaciones” según algunas religiones, para darle la posibilidad de reafirmar con su respuesta enérgica,  su compromiso y fidelidad a una misión.
La mediumnidad de prueba e incluso impuesta es una bella dádiva divina, que actúa como poderoso auxiliar en la evolución del espíritu muy endeudado. Por lo general, espíritus muy viejos cuyas imperfecciones han salpicado, perjudicado e influenciado negativamente a muchos espíritus en el pasado. Es por ello, que el rescate debe de ser arduo y laborioso para conseguir, con el auxilio de los espíritus superiores, enmendar errores, colaborando en la obra divina, a la que hemos estado convocados muchas veces pero con bastante desacierto o dándole la espalda.
Como explica muy bien el propio espíritu de Emmanuel: “Casi siempre, los médiums son Espíritus que caen de las cimas sociales, por los abusos de poder, de autoridad, de fortuna y de inteligencia, y que regresan al planeta terráqueo para sacrificarse en favor del gran número de almas que desviaron de las sendas luminosas de la fe, de la caridad y de la virtud.”
Por lo tanto, el endiosamiento y la vanidad nunca pueden tener cabida, porque no se corresponde con la realidad espiritual del ser. Como reza un viejo adagio: “Cuanto más elevado es un espíritu, más humilde se torna, ante la grandeza que descubre ante sí y la comprensión de su insignificancia.”
 José Manuel Meseguer
©2017, Amor, Paz y Caridad
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                                 LOS LIBRE- PENSADORES
En el articulo "El libre pensamiento y la libertad de conciencia" dice Kardec: "El libre pensamiento, en su acepción mas amplia, significa: libre examen, libertad de conciencia, fe raciocinada; el simboliza la emancipación intelectual, la independencia moral, complemento de la independencia física; el no quiere mas esclavos del pensamiento que los esclavos del cuerpo, porque lo que caracteriza el libre pensador es que el piensa por si mismo y no por los otros, en otras palabras, que su opinión le pertenece particularmente. Puede, pues, haber libres pensadores en todas las opiniones y en todas las creencias. En ese sentido, el libre pensamiento eleva la dignidad del hombre; de el hace uno ser activo, inteligente, en lugar de una máquina de creer.” [*]
 Veamos que, de esa citación, emerge el entendimiento de que libre pensamiento es fe raciocinada, manifestación clara de la libertad de conciencia que asiste todas las criaturas como uno derecho inalienable y expresión de las divinas leyes. El libre pensar dignifica el individuo, pues lo mismo abandona la indigencia intelectual de la creencia ciega y, al edificar en la práctica la propia autonomía, aprende a pensar con criticidad, libertándose de la pereza mental que tiene acometido multitudes a una manera mediocre de ser y estar en el mundo. No se trata de auto-suficiencia, más de una actitud de superación de la postura de adestramiento e condicionamiento à tutela ajena, históricamente producida en el seno de las teologías dogmáticas.
 El Espiritismo, como propuesta filosófica que salí a borbotones del mundo de los Espíritus, sugiere al adepto esclarecido la práctica consciente de la libertad de pensar - una actitud filosófica sin miedo u culpa -, madurando su propia reflexión sobre el contenido que la Doctrina presenta, mediante el estudio perseverante, problematizado y serio de los textos de Kardec.
 LOS ESPÍRITAS SON LIBRES PENSADORES
 Nadie extrañe la naturalidad con lo que podremos lidiar con la expresión "libre pensador" en la comunidad espirita, pues, el maestro Allan Kardec, al hacer uno balance sobre el movimiento espirita de 1867, esclarece que podremos entender como libres pensadores todas las personas "que no si sujetan à la opinión de nadie en materia de religión y de espiritualidad" .
 Destaca todavía, en otro texto, que esta calificación no especifica ninguna creencia en particular, pero que podría ser aplicada en las distintas matices del espiritualismo racional, tanto cuanto la incredulidad e, en ese caso, "todo hombre que no si guía por la fe ciega es, por esto mismo, libre pensador; a este título, LOS ESPÍRITAS SON LOS LIBRES PENSADORES." [7]
 Logo, recordemos que la fe raciocinada profesada en el Espiritismo preconiza la libertad de pensar o el libre examen, actividad intelectual indispensable a su adepto sincero y lúcido, con fin que desarrolle  una actitud filosófica delante de la Doctrina de los Espíritus.
 Concluyese, de ese modo, que el espirita antes de se tornar uno creyente deberá se constituir en uno libre pensador porque solamente merece creencia aquello que si comprende racionalmente e, por lo tanto, se tiene convicción.
  [*] Revista Espírita, fevereiro de 1867.
[7] Revista Espírita, janeiro de 1867.
 Sacado del articulo "Por Uma Atitude Filosófica" de Vinícius Lousada
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" La persona no necesita hacer nada contra quien esté haciendo el mal... La sentencia ya está labrada y el choque de retorno habrá de ser muy duro"
- Chico Xavier -
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           INFLUENCIA ESPIRITUAL.

Los espíritus ejercen influencias sobre los seres humanos. Naturalmente, esas acciones son relativas, no llegando a comprometer el libre albedrío de cada uno. 

Allan Kardec en El Libro de los Espíritus ítem 459, pregunta: “¿Influyen los Espíritus en nuestros pensamientos y acciones?”. Y la respuesta dice: “Bajo este aspecto su influencia es mayor de lo que creéis; porque a menudo son ellos quienes os dirigen”. 

Esta afirmación no puede justificar las acciones agresivas perpetradas por personas, que juzgan ampararse en la influencia de los espíritus, para disculparse de sus faltas. 

La influencia de los espíritus es, en la mayoría de las veces, benéfica, como él se deja traslucir en el libro El Cielo y el Infierno en el apartado del Código Penal para las penas futuras, ítem 20: “Todos tienen su ángel guardián que vela por ellos, que espía los movimientos de su alma y se esfuerza en suscitar en ellos buenos pensamientos, y el deseo de progresar y de reparar en una nueva existencia el mal que han hecho. Sin embargo, el guía protector obra lo más a menudo de una manera oculta, sin ejercer ninguna presión”. 

De esa manera, para que se efectúe cierta influencia espiritual, es necesario que haya aceptación implícita de la persona, a través de la identificació n vibratoria de los pensamientos de las dos partes, como se puede deducir de la afirmación de Allan Kardec, en el libro El Cielo y el Infierno en el apartado del Código Penal para las penas futuras, ítem 19: “El Espíritu tiene siempre el libre albedrío”. Y eso le facilita la libertad de dirigir su propia vida. 

La influencia extraña puede ocurrir, igualmente, entre los seres humanos, a través de la actuación de los pensamientos de otras personas, cuando encuentran el ambiente mental de la misma sintonía vibratoria. 

Para apartar la influencia malhechora, de espíritus poco evolucionados o de los seres humanos, las personas deben mantenerse vigilantes, bajo la protección de la oración, como recomienda Jesús: “vigilad y orad, para que no entréis en tentación” (Mt 26, 41). 

La oración, impregnada de pensamientos positivos forma alrededor de los seres humanos un campo vibratorio de fuerzas creadoras del bien, capaz de apartar las influencias negativas y sintonizar con las energías positivas tanto de los seres encarnados como de los desencarnados, que se identifican por la semejanza de propósitos. 

Extraído del libro 

ENFERMEDADES DEL ALMA del Dr. Roberto Bróilo
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