jueves, 2 de febrero de 2017

El Precepto Universal


                                

ACCIÓN DE LAS ENTIDADES INFERIORES SOBRE LOS ENCARNADOS DURANTE EL CARNAVAL

En el “Libro de los Espíritus”, encontramos el esclarecimiento de las relaciones existentes entre el mundo físico y la acción del mundo espiritual sobre este. Dicen los inmortales que los Espíritus son atraídos por las costumbres, por los hábitos, por el carácter dominante de los hombres y que estos son más o menos asistidos, rodeados e influenciados según la naturaleza de sus propios pensamientos.
La influencia se establece de tal forma, que los Espíritus dicen que la población espiritual se codea y prácticamente se confunde con la masa de encarnados, participando intensamente de sus actividades y acciones. Para tener conciencia de la dimensión de esta relación y de los procesos que ahí se establecen, acompañemos la narrativa del Espíritu Manuel Philomeno de Miranda y su equipo en una excursión a determinada fiesta popular en la sociedad terrestre, descrita en la obra Entre los Dos Mundos:
(…) cara a los desconciertos emocionales que las exageraciones festivas producen en las criaturas menos cautelosas, hay una verdadera infestación espiritual perturbadora de la sociedad terrestre, cuando legiones de Espíritus infelices, ociosos y perversos, son atraídos y sincronizan con las mentes descontroladas. En ese periodo se instalan innumerables obsesiones colectivas que entorpecen a multitudes, diezman existencias, alucinan a valiosos individuos que se vinculan a grandiosos proyectos significadores.
Entonces, nos llamo para visitar una de las capitales brasileñas próxima, en la cual la explosión de alegría popular, en un denominado festival de verano, era ampliada por el abuso del alcohol, de las drogas y del sexo desvariado. Inmediatamente nos vimos en una concurrida playa, maravillosamente adornada, , en la cual centenas de millares de personas se entregaban al exceso de las pasiones. La música ensordecedora sorprendia a la masa informe, compacta y sudorosa que se agitaba al ritmo alucinante, mientras era estimulada por especialistas en la técnica de agitación popular.
Precisando la vista, podía percibir que, no obstante a la iluminación fuerte, se cernía una nube espesa donde se agitaba otra multitud, de desencarnados, mezclándose con las criaturas terrestres de tal forma permeada, que se tornaría difícil establecer fronteras delimitadoras entre una u otra faja de convivencia. La desnudez predominaba en todas partes, los movimientos sensuales y eróticos de los cuerpos con abundante transpiración exudaban el fuerte hedor de las drogas ingeridas o inyectadas, produciendo extraño desagradable hedor a nuestras percepciones.
En el caos natural que se hacía, esos espíritus, perversos unos, exploradores otros, vampi rizadores en número expresivo, exploraban sus dependientes psíquicos en lamentable promiscuidad, sometiéndolos a situaciones deplorables y a placeres groseros que nos chocaban, a pesar de nuestra larga experiencia en relación a connubios de ese orden… ¡Yo imaginaba, como es posible que el ser humano de estos días de cultura, de ciencia y de tecnología, se permitían tantas sensaciones salvajes e irresponsables!
El desfile parecía no tener fin, siempre aturdido por los conjuntos musicales de textura primitiva, que los hipnotizaban, impidiendo el discernimiento. Era comprensible que se permitiesen todos los tipos de lascivias y de perversión, ya que la multitud era un cuerpo uniforme, en el cual las personas no disponían de espacio para la libre circulación, ocasionando la confusión de los sentidos y la mezcla absurda de los atritos físicos.
Se trataba, sin embargo, del culto a la diosa Folia, en una inundación física y psíquica de las más vulgares y pervertidas, en cuyo placer todos se entregaban al olvido de la responsabilidad, al apagamiento de las amarguras y a la liberación de las pasiones primitivas. Jóvenes y adultos parecían haber perdido la dirección de la razón, dejándose enloquecer por el gozo exagerado, como si todo quedase centralizado en aquel momento y nada más hubiese después.
Criminales de varias clases se mostraban a los juerguistas burbujeantes e intentaban robarlos, les roban, atacándolos con armas blancas, al tiempo en que perversos psicópatas se servían de la confusión para dar largas a los disturbios que los señalaban. Alteraciones y peleas violentas, que culminaban en homicidios infelices, se mezclaban con los disparates de la fiesta que no cesaba, porque, en aquella coyuntura la vida era destituida de significado y de valor.
No salía de la perplejidad en que me encontraba, cuando el hermano Petitinga vino en mi auxilio, comentando:
-Pasada la ola de embriaguez de los sentido, los escoyos de la fiesta se presentaron en los cuerpos cansados, en las mentes intoxicadas, en las emociones descontroladas y los individuos despertaban con inmensa dificultad para adaptarse a la vida normal, a las convenciones éticas, necesitando proseguir en la misma bacanal hasta la consumación de las energías.
“Debilitados por las extravagancias, nostálgicos por la lujuria desmedida y ansiosos por nuevos apetitos, intentaran transformar todas las horas de la existencia a los delirios a que ahora se entregan… Intentaran invertir todos los esfuerzos para que se repitan los exageras, y porque las locuras colectivas se hacen con cierta periodicidad y ellos dependen de ese opio para olvidarse de si mismos, pasan a vivir exclusivamente el día a día del desequilibrio en pequeños grupos, en los bares, en los guetos y lugares promiscuos, en los subterráneos del vicio donde se des identifican con la vida, con el tiempo y con el deber.
“Tornando insoportable la situación de cada una de esas víctimas voluntarias del sufrimiento futuro, los parásitos espirituales que se les acoplan, los obsesores que los dominan, explorando sus energías, nos lanzan a los abismos de la lujuria cada vez más desgastante, al debilitamiento moral, de la violencia, a fin de mantenerlos en el clima propio que les permite la exploración hasta la exhaustación de todas las fuerzas.
"Es muy difícil en la actualidad detener la creciente ola de sensualidad, de erotismo, de la depravación en los paisajes terrestres, especialmente en determinados países. Esto es porque, las autoridades que gobiernan algunas ciudades y naciones, con las excepciones comprensibles, están más preocupadas con las conquistas de los votantes para engañar, que interesadas en su educación.
La educación, que libera de la ignorancia, despierta para el deber y la concienciación de las masas, no siendo de valor para esos gobernantes, porque si el pueblo fuese esclarecido los despojaba del poder de que disfrutan, cara a la claridad mental del discernimiento. Reservan entonces altas verbas para ser aplicadas en el desperdicio moral, disfrazando las donaciones bajo la justificativa de que se trata de la utilización para el placer y la recreación, cuando estos son opuestos a los exageras de los sentidos físicos. Más recientemente, fueron encontradas otras explicaciones para la legalización de las orgias públicas, bajo los focos poderosos de la Prensa, como son los del turismo, que deja lucros en las ciudades pervertidas y cansadas por la lujuria.
Es cierto que atraen a los turistas, algunos para observar los extraños comportamientos de las masas, que tienen en cuenta de subdesarrolladas, de atrasadas, de primitivas, permaneciendo en camarotes de lujo, como antiguos romanos contemplando las arenas festivas, en las cuales los asesinatos legales se mostraban en las danzas, en las luchas de gladiadores y en el teatro fescenino… Otros, atender a los propios tormentos, mal contenidos, que pueden ser liberados con total permisión, durante los festejos incólumes. Y otros, porque necesitan de carnes nuevas para el comercio sexual, especialmente si está lleno de niños vendidos por hábiles exploradores y padres infelices.
“Por otro lado, los vehículos de información de las masa exaltan el cuerpo, fomentan las pasiones sensoriales induciendo a las nuevas generaciones y a los adultos frustrados al el libertinaje, el fetiche de las sensaciones, transformando la sociedad en un gran lupanar.
“No es de mi estilo entretejer consideraciones que puedan tornarse críticas destructivas, más hemos de convenir que, sobrevivientes que somos de la muerte, no podemos dejar de considerar que los engaños juerguistas de hoy serán los desencarnados tristes de mañana, queramos o no, siendo de lamentar la situación en la cual despertaran después de la pérdida del vehículo orgánico.
“Solo la educación, en otras bases, cuando la ética y la moral renazcan en el organismo social, se demostrará que para ser feliz y para recrearse, no se torna imperioso el desprecio a sí mismo, ni a su desintegración en un día, olvidándose de su eternidad”. En ese camino, nuestro conductor nos invitó a la primera tarea que se iniciara en aquella misma ciudad, pese al sonido terrible y flagelador de la música agresiva y de la algazara de sus aficionados. 
Texto psicografiado por Divaldo Pereira Franco, por el Espíritu Manuel Philomeno de Miranda, extraído de la obra Entre los Dos mundos, capitulo 4, el cual recomendamos el estudio de la obra

DIVALDO FRANCO

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            EL PRECEPTO UNIVERSAL


PAZ - Ahinsa (a=no + hinsa=violencia)
No violencia
 



Esto puede evocar una idea de pasividad, pero Paz no es inacción, como demostró Gandhi al movilizar un país de forma pacífica, a través de la filosofía del la Ahimsa (no violencia). Gandhi definió la manifestación de la Ahimsa así:La no violencia no consiste en renunciar a toda lucha real contra el mal. La no violencia, tal como yo la concibo, emprende una campaña más activa contra el mal que la Ley de Talión, cuya naturaleza misma trae como resultado el desarrollo de la perversidad. Yo elevo, frente al inmoral, una oposición mental y, por consiguiente, moral. Trato de ablandar la espada del tirano, no cruzándola con un acero más afilado, sino defraudando su esperanza al no ofrecer resistencia física alguna. Él encontrará en mí una resistencia del alma, que escapará de su asalto. Esa resistencia primeramente lo cegará y en seguida lo obligará a doblarse. Y el hecho de doblarse no humillará al agresor, sino que lo dignificará…
La Ahimsa no es solamente un estado negativo que consiste en no hacer el mal, sino que es además un estado positivo que consiste en amar, en hacer el bien a todos, incluso a quien hace el mal. La Ahimsa no es cosa tan fácil. Es más fácil danzar sobre una cuerda que sobre el filo de la Ahimsa. 

También en la cultura judaica el término hebraico Shalom, traducido como “paz”, tiene asimismo un significado que nos remite a la acción. Shalom deriva de un radical que, según sea empleado, puede significar el hecho de completar o concluir un trabajo, por ejemplo, completar la construcción de una casa (1Rs 9.25); el acto de restablecer las cosas a su antiguo estado, en su integridad, por ejemplo, “apaciguar” a un acreedor al pagar el débito de una transacción comercial (Ex 21.34) o cumplir los votos a Dios (Sl 50.14).

¿De que vale tanta lectura, si no la aplicamos?

Nunca podremos implantar con éxito utopías espiritualistas o sociales, como la anarquía, mientras seamos tan solo reflejo de los viejos modelos (¡y échale viejo a esto!). La Biblia dice: “No se pone vino nuevo en odres viejos”. ¡Antes tenemos que convertirnos en lo nuevo, para que haya lo nuevo! “Sé el cambio que deseas ver en el mundo”, ya lo decía el Mahatma. Las más diversas religiones ponen énfasis en cierto mensaje que, si fuese aplicado al día-a-día, transformaría todas las relaciones sociales. 
Una regla de conducta, llamada la “regla de oro”:

HINDUISMO:
No hagas a los demás aquello que no quieres que se te haga a ti; y desea también para el prójimo aquello que deseas y aspiras para ti mismo. Ese es todo el Dharma, atiende bien a esto
(Mahabharata, apud. Rost, p. 20; Campbell, p. 52)

JUDAISMO:
No hagas a otro lo que abominas que se te haga a ti. He aquí toda la Torah. Todo lo demás es comentario
(Hillel, apud. Schlesinger & Porto, p. 26; Rost, p. 69)

No te vengarás ni guardarás ira contra los hijos de tu pueblo; sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor
(Levítico 19:18)

ZOROASTRISMO:
Lo que es bueno para cualquier uno y para todos, para quien quiera que fuese – eso es bueno para mí… Lo que juzgo bueno para mí mismo, deberé desearlo para todos. Solo la Ley Universal es la verdadera Ley
(Gathas, apud. Rost, p. 56)

BUDISMO:
Todos temen el sufrimiento, y todos aman la vida. Recuerda que tú también eres igual a todos; haz de ti mismo la medida de los demás y, así, abstente de causarles dolor
(Dhammapada, apud. Rost, p. 39)

CRISTIANISMO:
Todo aquello, por tanto, que queráis que los hombres os hagan, hacedlo vosotros a ellos, porque esto es la Ley y los Profetas
(Mateo 7:12)

Mi mandamiento es este: Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado
(Juan 15:12)

ISLAMISMO:
Ninguno de vosotros es un verdadero creyente a menos que desee para su hermano aquello que desea para sí mismo
(Hadith, apud. Rost, p. 103; Campbell, p. 54)

FE BAHA’I:
¡Oh Hijo del Hombre! ...Si tienes los ojos vueltos hacia la justicia, elige para tu hermano aquello que para ti mismo eliges. Bienaventurado quien prefiere a su hermano antes que a si mismo... tal hombre figura entre el pueblo de Baha’i
(Palabras del Paraíso; “Tercera” y “Décima” hojas del Paraíso)

WICCA:
Todo cuanto hagas, sea positivo o negativo, retorna a ti tres veces
(Lay trina)

CONFUCIONISMO:
No ordenes a otros aquello que no quieres que te sea ordenado a ti
(Anacletos 15:23)

JAINISMO:
En la felicidad y en el sufrimiento, en la alegría y en la tristeza, respeta a todas las criaturas tal como respetas a ti mismo
(Lord Mahavir 24º Tirthankara)

INDIOS NORTEAMERICANOS:
El respeto por toda vida es la fundación
(La gran ley de la paz)

SIKHISMO:
No estés alienado de los otros, pues Dios vive en todos los corazones
(Sri Gurú Granth Sahib)

El problema es que no siempre sabemos ponernos en el lugar del otro. Cuando mucho, nos parece que el otro tiene que pensar y proceder como nosotros, y no como un ser autónomo que tuvo sus propias experiencias y visión de mundo. Entonces interpretan mal la regla de oro, creyendo que deben EMPUJAR a los otros hacia aquello que te ha “funcionado” a ti. ¡Incluso medicamentos que salvan la vida de uno pueden matar a otro! Hay además otras máximas, presentes también en diversas religiones, que nos exhortan a retribuir el mal con el bien:

HINDUISMO: Aun cuando fueseis ofendidos, deberéis hablar amablemente, y cuando fuereis insultados, responded con una bendición.

ZOROASTRISMO: Responde siempre a la maldad con gentileza, y a la perversidad con bondad.

JUDAISMO: Si aquel que te aborrece tiene hambre, dale pan para comer, y si tiene sed, dale agua para beber.

BUDISMO: El hombre vence al odio por el amor; triunfa sobre el mal por medio del bien; subyuga al avaro por medio de la generosidad y al mentiroso por medio de la verdad.

CRISTIANISMO: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por aquellos que os difaman.

ISLAMISMO: Alejad el mal con el bien y, ¡he aquí!, aquel que te era enemigo se te convertirá en amigo amoroso.

FE BAHA’I: Debéis mostrar ternura y amor a todo ser humano, aun a vuestros enemigos, y a todos dar acogida con sincera amistad, con alegría y benevolencia.

Haciendo así, permaneces en equilibrio contigo mismo y con el Cosmos/Dios, y es esa unión con algo mayor lo que hace la Fuerza.

ISLAMISMO: Alá sopló en el alma humana su propio espíritu (…) dando vida a ese cuerpo y confiriéndole un lugar privilegiado en la Creación. Pero el alma humana ha olvidado su origen. Comprendemos que la gran ciencia humana, ese vacío que entrevera a todo ser humano que sale en busca de un sentido para su vida, es fruto de la desconexión con ese origen divino. (Muhammad Ragip, representante de la orden sufí Halveti Al-Jerrahi)

BUDISMO: Entonces, Buda habla sobre la vida – la vida de todos nosotros – poniendo el ejemplo de la carroza que tiene su eje fuera de alineación. Él dice que nuestras vidas están fuera de equilibrio. Y ese desequilibrio es lo que conduce al sufrimiento. (Rodney Downey, representante del Zen coreano)

CRISTIANISMO: Permaneced en mí, y yo permaneceré en vosotros; como el sarmiento, que por sí mismo no puede dar fruto si no permanece en la vid, así también vosotros, si no permanecéis en mí. (Juan 15:4)
Maestro: ¿Cuál es el grande mandamiento en la ley? 
- Y Jesús le dijo:
Amarás al Señor tu Dios de todo corazón, y de toda tu alma y de todo tu
entendimiento. - Este es el mayor y el primer mandamiento. -Y el segundo,
semejante es a éste. "Amarás a tu prójimo como a tí mismo".
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
(Mateo, cap. XXIII, v. 34 a 40).

Traducción de Teresa - Del texto original de "Acid", adaptado por Cassio

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                   Permanece con Dios 

Cap. VI – Ítem 8 
Acuérdate de Dios para que sepas agradecer los talentos de la vida. 
Cuando estés fatigado piensa en Él, el Eterno Padre, que jamás desfallece en la Creación. 
Cuando estés apenado eleva a Él tus sentimientos y medita acerca de la alegría solar, con la cual cada mañana Su Infinita Bondad diluye las tinieblas. 
Cuando estés enfermo concéntrate en el perfecto equilibrio con el cual Su Compasión repara los paisajes de la Naturaleza, aun cuando la tempestad haya destruido todos los recursos que los milenios acumularon. 
Cuando no seas comprendido dirígete a Él, el Eterno Donador de todas las bendiciones, tantas veces escarnecido por nuestras debilidades sin que decaiga Su Paciencia Inconmensurable, en relación con los sufrimientos de nuestras imperfecciones embrutecedoras. 
Cuando te humillen ofréndale los dolores de tu sensibilidad herida o de tu dignidad menospreciada, y reflexiona acerca del celestial anonimato en el que se oculta Su inconcebible grandeza, para que nos creamos autores del bien que Le pertenece en todas las circunstancias.
Cuando estés en soledad busca Su compañía sublime en la persona de aquellos que van detrás de ti en la retaguardia, los que se tambalean por el sufrimiento, más solitarios que tú en las pruebas y en la miseria que flagelan sus horas y crucifican sus esperanzas. 
Cuando estés afligido confíale tus ansiedades con la comprensión de que, en Él, Amor Imperecedero, todas las tormentas se calman. 
Sea cual fuera la dificultad, recuerda al Todo Misericordioso que no se olvida de nosotros. Y abrazado a tu deber, como si se tratara de la expresión de Su Divina Voluntad para con tus pasos de cada día, encontrarás en la oración la verdadera fuerza de tu fe, que se erguirá por encima de las oscuridades y los problemas de la Tierra en dirección a la ruta de luz que te indica las sendas del Cielo. 

Emmanuel 
Francisco Cândido Xavier y Waldo Vieira 
Extraído del libro “El Espíritu de la Verdad”


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                                                MELANCOLÌA. 

...Expulsa la melancolía de tu alma, esa huéspeda obstinada que te envuelve en un tapiz de mil amarguras, mientras te cuchichea desánimo e inquietud. 
Nadie está a solas en su dolor. 
Melancolía también es una enfermedad o un síndrome de ob­sesión... 

Joanna de Ângelis/Divaldo Franco 


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¿Por qué permite Dios que los Espíritus malos se comuniquen con los hombres y digan cosas perjudiciales?

“Hasta en lo que es más perjudicial hay una enseñanza.* Corresponde a vosotros saber aprovecharla. Es preciso que haya comunicaciones de toda índole, para que aprendáis a distinguir a los Espíritus buenos de los malos, y para que ellos os sirvan de espejo a vosotros mismos.”
17. ¿Pueden los Espíritus, por medio de comunicaciones escritas, inspirar desconfianza infundada contra ciertas personas, y sembrar la discordia entre amigos?
“Los Espíritus perversos y envidiosos pueden hacer, en el terreno del mal, todo lo que hacen los hombres. Por eso es necesario cuidarse de ellos. En cambio, los Espíritus superiores son siempre prudentes y reservados cuando deben emitir una censura.
No hablan mal de nadie, sino que advierten con cautela. Si quieren que dos personas, para su mutuo beneficio, dejen de tratarse,provocarán incidentes que las distanciarán en forma natural. Un lenguaje capaz de sembrar la discordia y la desconfianza es, en todos los casos, obra de un Espíritu malo, sea cual fuere el nombre con que se presente. Por consiguiente, recibid siempre con reserva lo malo que un Espíritu pueda decir de alguno de vosotros, sobre todo cuando un Espíritu bueno os haya hablado bien de esa persona, y desconfiad también de vosotros mismos y de vuestras prevenciones. De las comunicaciones de los Espíritus conservad solamente lo que tengan de bueno, lo importante, lo racional, y lo
que vuestra propia conciencia apruebe.”
18. Por la facilidad con que los Espíritus malos se entrometen en las comunicaciones, parece que nunca estaremos seguros de que se nos diga la verdad.
“Sí, podéis estar seguros, porque tenéis la razón para juzgar las comunicaciones.

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC

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