domingo, 1 de enero de 2017

Anticristo


                                          SER ESPÍRITA

  Durante la última cena con Jesús de Nazaret, todos sus discípulos comieron y bebieron con Él, pero sin embargo ninguno comprendía la gravedad del momento que vivían, su significado, ni las enseñanzas y ejemplos que habían recibido del Maestro, cuando estaba a punto de culminar su misión y dejar su doctrina, selladas para siempre en la posteridad, por aquél drama cruento que estaban a punto de vivir, sin comprender apenas lo que iba a suceder ni el por qué. Ninguno comprendía en aquel momento lo que estaban a punto de vivir; nadie menos  el Maestro, que entre dolores físicos y morales por tanta incomprensión de los que creían comprenderle y decían amarle, Él se enfrentaba entre tanto a su destino humano que con aquel cruel holocausto quedó marcado  para siempre por su misión divina.

Hay muchas personas que se dicen y se creen espíritas, solo porque leyeron a Kardec, e inclusive porque asistieron a determinadas conferencias espíritas que les gustaron. Pero sin embargo el ser Espiritista, como el ser adepto de tal religión, no solamente presupone que haya leído o escuchado algo y que se crea con un amplio conocimiento de esta doctrina. Al verdadero espírita, como concluyó Kardec, se le reconocerá por su valor moral en la vida cotidiana. Recordemos que "fuera de la Caridad no hay salvación".  Otros se llegan a creer como tales, solo porque su imaginación alborotada, pensó en fantasmas y apariciones, y se sintió protagonista de alguno de los llamados "fenómenos paranormales", haciendo su "pupurri" particular de temas esotéricos, de brujería o de magias que leyó, con aspectos del espiritismo kardeciano, etc,etc.

Ser espírita, no supone ser perfecto, ni mucho menos aún, estar en posesión de la verdad absoluta, que por otro lado podríamos preguntarnos: ¿Si así fuera de que nos serviría este gran conocimiento?. Solo en la medida de que nos acompañase una mejora moral, porque de lo contrario, todo quedaría en palabras vacías que no nos conducen a nada.

 Ser espírita no supone el ser perfecto, sino el luchar contra uno mismo para llegar a serlo; es un camino, no es una meta, pues la única meta del espírita es su mejoramiento moral en pos de una perfección que ve al final de este camino, pero que en realidad sabe que nunca llegará a alcanzar en su total plenitud, porque ese grado de Perfección infinita, es Dios, nuestro Creador y el de todo cuanto existe.

Aprovecho el presente artículo para desearos a todos, de corazón, mis mejores deseos de Paz, de evolución y de progreso, y que todos sepamos llevar dignamente nuestras cargas cotidianas, haciendo siempre la voluntad del Padre, que es el mejor y único camino para crecer espiritualmente y conquistar valores que nos capaciten para vivir en mundos mucho mejores que este planeta Tierra, en el que ahora hemos merecido estar.

Un abrazo con cariño fraterno:
- Jose Luis Martín-

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                                                     LA ORACIÓN

El primer deber de todo ser humano, el primer acto que debe señalar su retorno a la actividad cotidiana, es la oración.- Casi todos vosotros oráis, pero, ¡cuán pocos saben hacerlo! ¡Qué importan al Señor las frases que hilvanáis unas con otras de una manera maquinal, por haberos habituado a ello, ya que es una obligación que cumplís y que, como todo deber, os resulta pesado! 
La plegaria del cristiano, del espírita, cualquiera que sea el culto a que pertenezca, debe ser hecha en el momento mismo en que el espíritu vuelve a uncirse el yugo de la carne. 
Tiene entonces que elevarse hasta los pies de la Divina Majestad, humilde y profundamente, en un impulso de reconocimiento por todos los beneficios recibidos hasta esa fecha: por la noche que acaba de pasar y durante la cual se os permitió aun sin vosotros saberlo regresar cerca de vuestros amigos y guías para adquirir, al contacto con ellos, más fuerza y perseverancia. Vuestra oración debe elevarse con humildad hasta los pies del Señor, para encomendarle vuestra debilidad y pedirle su apoyo, indulgencia y misericordia. 
Tiene que ser profunda, porque es vuestra alma la que debe elevarse hacia el Creador, transfigurándose como Jesús en el monte Tabor y llegando hasta Él blanca y radiante de esperanza y amor. 
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. 


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                    EL TÚNEL MEDIÚMNICO

   En la hora en que el descubrimiento de la antimateria por la Física levanta la  hipótesis de los universos dobles, científicamente elaborada, la imagen del  túnel mediúmnico se reviste de mayor expresión. Esa imagen es también una  elaboración científica, y por señal del eminente físico inglés Sir Oliver Lodge que sustentó lo siguiente: Vivimos en un mundo sólo, en un verdadero  Universo, pero que debe ser comprendido como Universo, dividido en dos  partes. De un lado queda la planicie de los Hombres y del otro el plan alto de  los Espíritus. Dividiendo las dos regiones  yerguen la montaña desconocida.
 La curiosidad humana es inmensa y desde todos los tiempos los hombres  vienen cavando y perforando la base de la montaña en el anhelo de ver lo que  existe al otro lado. Poco a poco un túnel se fue abriendo. Y de pronto los hombres comenzaron a oír pisadas sordas que venían a su encuentro. Son  los habitantes del plan alto que, impulsados por la misma curiosidad, perforan también su túnel. Día a día los golpes se vuelven más audibles de lado a lado. Los dos equipos se aproximan y llegamos al momento en que la apertura del  túnel se hace inminente.

         Esa imagen encuentra la referencia actual de la hipótesis físico-astronómica  de los Universos dobles. Isaac Asimov
    , en su libro “El Universo”,considerando  que las partículas de antimateria producidas en un laboratorio explotan al                 encontrarse con las correspondientes de materia, en una explosión  doble, en  que las dos se desintegran,propone la           existencia de un elemento intermediario que al mismo tiempo separa y une los dos universos.    Ese elemento                       corresponde a la teoría del fluido universal en el Espiritismo, teniendo las mismas características genéticas, dinámicas
   y funcionales de  ese fluido.
      Por otro lado, esas características son las mismas del periespíritu, elemento procedente del fluido universal y que                sirve de unión entre el espíritu y el cuerpo, en la constitución psicosomática del hombre. Y es gracias a , por el doble            esfuerzo de los médiums y de los espíritus, en el anhelo recíproco de vencer la muerte y la separación, para alcanzar la    era  cósmica de la comunicación trans-espacial y transpersonal.ese elemento   intermediario por lo que ocurren los              fenómenos mediúmnicos, permitiendo la comunicación de los Espíritus a través  de personas especialmente                        sensibles,como en el caso de Francisco Cándido Xavier. El túnel mediúmnico se abre, así en ese irrefrenable y sordo          proceso, que se desenvuelve en las profundidades del propio hombre, a la rebeldía de su aura sensorial y por tanto              exterior, los Espíritus se muestran más interesados en el desenvolvimiento moral de la  Humanidad Terrena. Eso se            debe a que la evolución intelectual del hombre ya lo capacita para la integración en la   Humanidad Cósmica, que                puebla los  Universos dobles por el Infinito. Esa es la razón de porqué Chico Xavier,efectuó  su trabajo psicográfico              de más de 40 años, habiendo publicado 116 libros, además de millares de mensajes entrando  varias veces en el                campo de las Ciencias – recibió mayor cuantía de comunicaciones de naturaleza filosófica y moral.
    Libro: “Chico Xavier pide permiso” Psicografía Francisco C. Xavier / Autores diversos

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                                         Violencia en el hogar

       Mucho se habla acerca de la violencia. Aquella que existe en las calles y  alcanza a personas aparentemente                        inocentes.

        La estadística diaria habla de asaltos, de asesinatos, de secuestros. Y parece que nadie está a salvo.

        Se comenta también la violencia de esposos ebrios o en descontrol  agrediendo a sus esposas.

        Se habla de padres atormentados o en desesperación que agreden  físicamente a sus hijos ocasionándoles lesiones           corporales o incluso la muerte.
        Todo eso impacta y muchas voces se yerguen para protestar, proteger, sugerir soluciones.

        Existe, sin embargo, otro tipo de violencia no menos cruel, pero no siempre percibida por los demás, porque queda               encubierta por la cobardía. 

        O tal vez exactamente porque ocurre entre las cuatro paredes del hogar.
        Nos referimos a los viejos obligados por sus propios hijos a una labor  excesiva.

        Viejos que ya trabajaron mucho y hoy, subordinados económicamente a   aquellos que criaron, son constreñidos a               realizar tareas superiores a sus fuerzas ya debilitadas.

        Correr tras los niños traviesos todo el día, limpiar la casa, lavar y planchar ropas, hacer compras en el supermercado. 

        Aunque la visión se presente turbia y haya dificultades para distinguir si el semáforo está libre para los autos o para             ellos.

        Y cuando la ropa no estuviere bien planchada o la comida de la manera  deseada, escuchan reclamos y acusaciones de que no valen ni el trastorno  que causan.

      Son hermanos dependientes de otros hermanos, debido a las enfermedades o porque son menores, que deben                    amargar el pan que reciben para  alimentarse todos los días.
      Pan que tiene el gusto a hiel.
      Hijos pequeños que soportan todos los días los gritos y las agresiones verbales de padres frustrados en sus pasiones
       o sueños.

       Violencia en el hogar que traduce,en verdad,la violencia que está en el alma de cada uno.
       Cada uno de nosotros refleja en sus actos su verdadera identidad. Buena o mala.

       Quizás algunos de nosotros no lleguemos a los extremos que mencionamos. Sin embargo, estamos a medio camino.
       Por eso, si la conciencia nos dice que estamos muy agresivos, siendo mal  educados y descuidados con nuestros                seres queridos, paremos de inmediato.
       Si nuestros gritos y reclamos están alcanzando a los padres viejos y enfermos, recordémonos de cuanto hemos                    recibido de ellos.

       Cuantas noches de insomnio cuando nosotros, niños todavía, estábamos  enfermos.Cuantas canas nosotros mismos          coloreamos con la blancura de la  nieve con nuestras rebeldías y groserías. 

        Ni por eso nos dejaron de amar. Para ellos siempre seremos los eternos niños que un día arrullaron.

        Ahora sus manos y rostros arrugados nos piden calma, cariño, atención.
        Es lo mínimo que les podemos ofrecer como muestra de gratitud por todo lo  que recibimos.

       ¿Trabajo como terapia? ¡Excelente! Pero no en exceso, que no se les debilite aun más las pocas fuerzas que poseen
        o que los preocupen al punto de perder el sueño.

        Si nuestra rabia está siendo descargada sobre hermanos menores o subordinados de cualquier otra manera,                       recordemos que eso no fue obra de  la casualidad.

        Son las Leyes Divinas que colocaron al más débil bajo nuestra protección.Y la Providencia Divina que nos encamina           a aquellos mismos que ayer, de una u otra manera, lastimamos o hasta robamos.

        Si nuestros hijos pequeños están recibiendo las descargas de nuestras  frustraciones, empecemos a actuar de                     manera diferente.

        Aquellos que renacen en la carne son siempre Espíritus en la escalada del  progreso. Normalmente no es muy fácil 
       el recomenzar, la retomada de los  compromisos.

        Paciencia es lo que nos piden. Cuidados. Y amor.

* * * Aprendamos a respetar en el niño la inocencia del Espíritu que aun no se mostró por completo.

        Y en las canas de la vejez la experiencia y los dolores de aquellos que ultrapasaron los años en el trabajo y en la                 lucha.

       Redacción del Momento Espírita

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"El               
                 
                     "Anticristo"
      por Frederico Nietszche. 
       La sociedad está afectada por profundos males.- El espectáculo de las corrupciones, del  impudor, que 
alrededor nuestro se ostentan, la fiebre de riquezas, el lujo insolente, el frenesí de  la especulación que, 
en su avidez, llega a agotar, a estancar las fuentes naturales de la producción, todo eso llena de tristeza al pensador. 
        Y, como en el orden de las cosas todo se encadena, todo produce sus frutos, el mal  profusamente sembrado  parece atraer al dolor y a la tempestad. Ese es el aspecto formidable de la situación. Parece que                llegamos en la hora sombría de la Historia. 
        Desgraciados de los que sofocaron las voces de la conciencia, que asesinaran el ideal puro y           desinteresado,que enseñaran al pueblo que todo era materia y la muerte ¡la nada! Desgraciados         los que no quisieron comprender que todo ser humano tiene derecho a la existencia, a la luz y,           mas todavía, a la vida espiritual; que dieron el ejemplo del egoísmo, del sensualismo y                         la inmoralidad!                          
       Contra esa sociedad que no ofrece al hombre ni amparo, ni consuelo, ni apoyo moral, una                 tempestad furiosa se prepara. Centellean, a veces, rayos del seno de las multitudes; la hora de           la cólera se avecina. Porque no es sin peligro que se comprime al alma humana, que se impide           la evolución moral del mundo, que se encierra al pensamiento en el círculo de hierro delescepticismo y del negativismo. Llega un día en que ese pensamiento retrocede violentamente,          en que las camadas sociales son conmovidas por terribles convulsiones. 
¡      Levanta, ya, tu frente, oh hombre! y recobra la esperanza.Un nuevo resplandor va a descender        de los espacios a iluminar tu camino. Todo lo que hasta ahora te enseñaron era estéril e                      incompleto. Los materialistas no percibieron de las cosas mas que la apariencia y la superficie.            Ellos no conocen de la vida infinita sino los aspectos inferiores. El sueño de ellos es una                    pesadilla. 
       Sin  duda, si consideramos el espectáculo de la vida en la Tierra, forzoso es reconocer que lo             que en ella predomina, en las inferiores regiones de la Naturaleza, es la lucha ardiente, el                   combate sin treguas, la perpetua guerra con que cada ser procura conquistar un lugar al Sol. Si, los seres se traban y las fuerzas universales se chocan en lucha gigantesca; mas, en definitiva, lo             que de esa lucha resulta no es el caos, la confusión, como podría esperar de fuerzas ciegas; es         el equilibrio y la armonía. Por todas partes la destrucción de los seres y de las cosas no es sino el       preludio de reconstrucciones, de nuevos nacimientos. 
      Y que importa la muerte aparente, si la vida es inmortal, si el ser es, en su esencia, imperecible; si   aun esa muerte es una de las condiciones, una de las fases de su elevación.                                          Es preciso no ver solo la evolución material. Esa no es mas que una fase de las cosas. La                 destrucción de los organismos nada prueba. Son construcciones pasajeras; el cuerpo es apenas     u  una vestidura. La realidad viva reside en el ser psíquico, en el espíritu. Es él quien anima esas           formas materiales. El espíritu torna a contrarse integralmente en el mas allá de la tumba, con las         cualidades adquiridas y los merecimientos acumulados,pronto para nuevas ascensiones.Vuelve         a encontrarse revestido de ese envoltorio sutil, de ese cuerpo fluídico que le es inseparable, que         existía antes del nacimiento, subsiste actualmente en cada uno de nosotros y sobrevivirá a la             muerte; la existencia de ese cuerpo sutil está demostrada por experiencias  cotidianas de                   desdoblamiento, de exteriorización de la sensibilidad, por la aparición, a la distancia, de los 
      fantasmas de vivos durante el sueño, así como por la de personas fallecidas (97). 
      CRISTIANISMO Y ESPIRITISMO 
                     LEÓN DENIS 


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