Vera Jakuwoski
Instruye y Consuela
La Doctrina Espírita me enseñó
a ser una persona mejor.
A comprender el real sentido
de la palabra caridad.
Me enseñó a ejercer el
espíritu humanitario de Jesús
sobretodo me enseñó a amar a todos
mis hermanos en humanidad,
perdonando errores, en la comprensión de que
somos parte de un todo que vibra,
y que todos somos todavía imperfectos,
a pesar de que ejerciendo nuestra
capacidad de Libre Albedrío,
es entonces cuando nos podemos tornar
criaturas relativamente perfectas,
desde que nuestra voluntad sea firme.
Vera Jacubowski
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ESCUCHANDO NUESTROS SENTIMIENTOS
“ El que tenga oídos para oír, oiga.”
Evangelio Según el Espiritismo,
Capítulo XVII ítem 5
Las anotaciones aquí organizadas indican las oraciones angustiadas de millones de almas que ansían la felicidad sin saber como y que hacer para alcanzarla. Innumerables de esas rogativas parten de corazones queridos e iluminados en el conocimiento espírita. Afligidos unos, desanimados otros, a pesar de la claridad del saber doctrinario, se sienten frustrados al examinar su vida interior. Tareas y orientaciones, oraciones y esfuerzo, según sus súplicas, no han sido suficientes. Continúan día tras día, cargando el martirio mental sin soluciones o alternativas de sosiego y de paz interior.
Nos adentramos al período de madurez. El espiritismo es una semilla vigorosa y promisoria cultivada con sacrificio y renuncia por labradores heroicos. No obstante, ¿de qué servirán las semillas si no fueron lanzadas en terreno fértil? Es bajo el sol abrasador de este momento de transición que nos compete labrar el suelo y dominar el arado para el plantío de un nuevo tiempo en la propia intimidad.
El período de madurez de las ideas espíritas será alcanzado con la instauración de las actitudes de amor en nuestras relaciones. Para eso, es indispensable profundizar la investigación mental en el reino subjetivo de los sentimientos. Cuando consigamos mejorar nuestro desenvolvimiento orientando nuestra vida moral con intenciones nobles, renovaremos la conducta manifestando serenidad y auto control. El camino es universal. Es el mismo para todos: el bien y el amor. La forma de caminar, es esencialmente individual, particular.
Las anotaciones aquí organizadas indican las oraciones angustiadas de millones de almas que ansían la felicidad sin saber como y que hacer para alcanzarla. Innumerables de esas rogativas parten de corazones queridos e iluminados en el conocimiento espírita. Afligidos unos, desanimados otros, a pesar de la claridad del saber doctrinario, se sienten frustrados al examinar su vida interior. Tareas y orientaciones, oraciones y esfuerzo, según sus súplicas, no han sido suficientes. Continúan día tras día, cargando el martirio mental sin soluciones o alternativas de sosiego y de paz interior.
Nos adentramos al período de madurez. El espiritismo es una semilla vigorosa y promisoria cultivada con sacrificio y renuncia por labradores heroicos. No obstante, ¿de qué servirán las semillas si no fueron lanzadas en terreno fértil? Es bajo el sol abrasador de este momento de transición que nos compete labrar el suelo y dominar el arado para el plantío de un nuevo tiempo en la propia intimidad.
El período de madurez de las ideas espíritas será alcanzado con la instauración de las actitudes de amor en nuestras relaciones. Para eso, es indispensable profundizar la investigación mental en el reino subjetivo de los sentimientos. Cuando consigamos mejorar nuestro desenvolvimiento orientando nuestra vida moral con intenciones nobles, renovaremos la conducta manifestando serenidad y auto control. El camino es universal. Es el mismo para todos: el bien y el amor. La forma de caminar, es esencialmente individual, particular.
El mensaje espírita, en muchas ocasiones, es difundido
como amenaza y recibido como tormenta por
muchos adeptos. Resalta excesivamente las heridas,
estipula rigidez de conducta y excesos normativos.
Urge dar un “nuevo sentido” al mensaje consolador.
La Doctrina Espírita es la Buena Nueva de los tiempos
modernos. Su más noble característica consoladora
solamente será comprobada cuando sus
postulados estén al servicio de la liberación de consciencias,
a través de la responsabilidad y del amor.
En esas oraciones angustiantes de muchos adeptos, oímos las preguntas: ¿Qué me falta hacer para ser feliz?, ¿Dónde estoy fallando?, ¿Será una obsesión que me persigue? ¿Por qué me encuentro así? ¿No debería estar mejor?, ¿Cómo armonizar conductas doctrinarias con sentimientos personales?, y las preguntas se multiplican al infinito traduciendo ruegos conmovedores y dudas sinceras.
En esas oraciones angustiantes de muchos adeptos, oímos las preguntas: ¿Qué me falta hacer para ser feliz?, ¿Dónde estoy fallando?, ¿Será una obsesión que me persigue? ¿Por qué me encuentro así? ¿No debería estar mejor?, ¿Cómo armonizar conductas doctrinarias con sentimientos personales?, y las preguntas se multiplican al infinito traduciendo ruegos conmovedores y dudas sinceras.
A pedido del Doctor Bezerra de Menezes, adorable
tutor de los dolores humanos, destinamos
al mundo físico este volumen sincero. Aquí anotamos
algunas inolvidables enseñanzas que
marcaron la visita de una semana del instructor
Calderaro al Hospital Esperanza, cuya misión
fue la realización de servicios complejos en las
más profundas plagas: el sufrimiento en la erraticidad.
Nuestros núcleos de amor cristiano y espírita cimentaron bases seguras para la información doctrinaria en el siglo XX. Nos compete ahora sembrar el afecto, las propuestas renovadores del corazón, y el desenvolvimiento de las habilidades emocionales.
El siglo XXI es el siglo del sentimiento. Trabajar por el desenvolvimiento de los potenciales y de las virtudes del Espiritismo para el siglo XXI. Educar para ser, educar para convivir bien consigo, educar para ser feliz, esos son los pilares de la armonía interior y de la felicidad a la luz del espíritu inmortal en este siglo del corazón. La información consuela e instruye. La transformación libera y moraliza. La información impulsa. La transformación descubre. Los informadores piensan. Los transformados crean. La teoría impulsa a buscar nuevos valores. La reeducación de los sentimientos señala la paz interior. Las directrices doctrinarias estimulan convenciones que sirven de límites disciplinarios. La renovación de la sensibilidad nos conduce al encuentro de la singularidad que permite la plenitud íntima. Inteligencia - es el instrumento evolutivo para las conquistas de afuera. Sentimientos - es la conquista evolutiva para las adquisiciones íntimas. En la acústica del alma existen mensajes sobre los Planos del Creador para nuestro destino. Aprender a oírlos y ejercitar, diariamente, la plena atención a los dictámenes liberadores de los sentimientos. Interferencias internas y externas nos sustraen, constantemente, la preocupación de esos “mensajes del corazón”-
Nuestros núcleos de amor cristiano y espírita cimentaron bases seguras para la información doctrinaria en el siglo XX. Nos compete ahora sembrar el afecto, las propuestas renovadores del corazón, y el desenvolvimiento de las habilidades emocionales.
El siglo XXI es el siglo del sentimiento. Trabajar por el desenvolvimiento de los potenciales y de las virtudes del Espiritismo para el siglo XXI. Educar para ser, educar para convivir bien consigo, educar para ser feliz, esos son los pilares de la armonía interior y de la felicidad a la luz del espíritu inmortal en este siglo del corazón. La información consuela e instruye. La transformación libera y moraliza. La información impulsa. La transformación descubre. Los informadores piensan. Los transformados crean. La teoría impulsa a buscar nuevos valores. La reeducación de los sentimientos señala la paz interior. Las directrices doctrinarias estimulan convenciones que sirven de límites disciplinarios. La renovación de la sensibilidad nos conduce al encuentro de la singularidad que permite la plenitud íntima. Inteligencia - es el instrumento evolutivo para las conquistas de afuera. Sentimientos - es la conquista evolutiva para las adquisiciones íntimas. En la acústica del alma existen mensajes sobre los Planos del Creador para nuestro destino. Aprender a oírlos y ejercitar, diariamente, la plena atención a los dictámenes liberadores de los sentimientos. Interferencias internas y externas nos sustraen, constantemente, la preocupación de esos “mensajes del corazón”-
Escuchar los sentimientos no significa adoptarlos
de pronto, sino aceptarlos en nuestra intimidad
y crear una relación amigable con todos
ellos. Aceptarlos sin reprimirse ni avergonzarse.
Esa actitud es el primer paso para un diálogo educativo en nuestro mundo íntimo. Solamente así tendremos una conexión con nuestra real identidad psicológica, posibilitando la rica aventura del auto descubrimiento en el rumbo de la singularidad - a la identidad cósmica del Espíritu.
Escuchar los sentimientos es cuidar de si, amarse a si mismo. Es un cambio de actitud con uno mismo. El acto de existir acontece en el sentimiento. Quién piensa correctamente sobrevive; quién siente noblemente existe. El pensamiento es la ventana a la realidad; el sentimiento es el punto del encuentro con la verdad. Es por nuestra forma de sentir la vida que nos tornamos en singulares, únicos, y celebramos la individualidad. Cuando entramos en sintonía con nuestra exclusividad y manifestamos lo que somos, la felicidad acontece en nuestras vidas. El sentimiento es la mayor conquista evolutiva del espíritu. Aprendiendo a escucharlos, estaremos entendiendo mejor nuestra alma. No existe un solo sentimiento que no tenga importancia en el proceso del crecimiento personal.
Cuando me digo a mi mismo “no puedo sentir eso”, simplemente estoy despreciando la oportunidad de auto investigación, de saber cual es o cuales son los mensajes profundos de la vida mental. El ejercicio del auto-amor está en aprender a oír la “voz del corazón”, pues en él residen los dictámenes para nuestra paz y armonía. Los sentimientos son guías infalibles del alma en busca de ascensión y libertad. El auto-amor consiste en el arte de aprender a escucharlos, y estudiar el lenguaje del corazón. Por el lenguaje de los sentimientos, entendemos el “apoyo” del universo a nuestro favor. ¿Pero como seguir nuestro sentimientos con tantas ilusiones? He allí la enorme tarea de nuestros grupos de amor espírita-cristiano: educar para oír nuestros sentimientos. Radiografiar nuestro corazón. Desarrollar estudios sistematizados de uno mismo.
Esa actitud es el primer paso para un diálogo educativo en nuestro mundo íntimo. Solamente así tendremos una conexión con nuestra real identidad psicológica, posibilitando la rica aventura del auto descubrimiento en el rumbo de la singularidad - a la identidad cósmica del Espíritu.
Escuchar los sentimientos es cuidar de si, amarse a si mismo. Es un cambio de actitud con uno mismo. El acto de existir acontece en el sentimiento. Quién piensa correctamente sobrevive; quién siente noblemente existe. El pensamiento es la ventana a la realidad; el sentimiento es el punto del encuentro con la verdad. Es por nuestra forma de sentir la vida que nos tornamos en singulares, únicos, y celebramos la individualidad. Cuando entramos en sintonía con nuestra exclusividad y manifestamos lo que somos, la felicidad acontece en nuestras vidas. El sentimiento es la mayor conquista evolutiva del espíritu. Aprendiendo a escucharlos, estaremos entendiendo mejor nuestra alma. No existe un solo sentimiento que no tenga importancia en el proceso del crecimiento personal.
Cuando me digo a mi mismo “no puedo sentir eso”, simplemente estoy despreciando la oportunidad de auto investigación, de saber cual es o cuales son los mensajes profundos de la vida mental. El ejercicio del auto-amor está en aprender a oír la “voz del corazón”, pues en él residen los dictámenes para nuestra paz y armonía. Los sentimientos son guías infalibles del alma en busca de ascensión y libertad. El auto-amor consiste en el arte de aprender a escucharlos, y estudiar el lenguaje del corazón. Por el lenguaje de los sentimientos, entendemos el “apoyo” del universo a nuestro favor. ¿Pero como seguir nuestro sentimientos con tantas ilusiones? He allí la enorme tarea de nuestros grupos de amor espírita-cristiano: educar para oír nuestros sentimientos. Radiografiar nuestro corazón. Desarrollar estudios sistematizados de uno mismo.
Debemos esforzarnos todo lo posible para
aplicar la orientación de la doctrina con nuestro
prójimo.
¿Pero y nosotros? ¿Como cuidar de nosotros
mismos? La propuesta liberadora de Jesús establece:
“amar al prójimo”, y agrega: “como a ti
mismo”. Los impulsos del self no atendidos, con
el tiempo, se transforman en tristeza, angustia,
desánimo, mal humor, depresión, irritación, melindre
e insatisfacción crónica.
Más allá de los factores de orden evolutivo, encontramos
gravámenes sociales a las preguntas
de baja auto-estima.
Las generaciones nacidas en la segunda mitad del siglo XX alcanza los albores del siglo XXI con “heridas psicológicas” profundas, resultantes de una sociedad represiva, cuyas relaciones de amor, con raras y heroicas excepciones, fueron vividas de forma condicional a través de las exigencias. Para ser amada, la criatura tuvo que atender los estereotipos de conducta.Un amor compensatorio. Un rigor que aparta al ser humano de su individualidad enterrando su vocación, sus instintos, sus habilidades y hasta sus mismas imperfecciones. El peor efecto de esa represión social es la distancia que se creo de los sentimientos. Esa generación pos-guerra vive en la actualidad el conflicto consecuente de célebres cambios en la educación y en la ciencia, que obligan a gigantescos desafíos para responder a la intrigante pregunta: ¿Quién soy yo?. Paciencia, atención, perdón, tolerancia, no juzgamiento, caridad y tantas otras enseñanzas del Evangelio que procuramos en la relación con el prójimo, deben ser aplicados, igualmente a nosotros mismos. Entonces surge la pregunta: ¿Cómo? Está lejos de nosotros pretender responder. Nuestra propuesta consiste en ofrecer algunas prestaciones para que juntos pensemos esa respuesta. Nos mueve solamente el sentimiento de ser útil, compartir vivencias que susciten el debate, la reflexión conjunta, la meditación y el estudio de nuestro grupo de amor espírita cristiano. Grupos dispuestos a comprender el lenguaje emocional bajo la óptica de la inmortalidad.
Las generaciones nacidas en la segunda mitad del siglo XX alcanza los albores del siglo XXI con “heridas psicológicas” profundas, resultantes de una sociedad represiva, cuyas relaciones de amor, con raras y heroicas excepciones, fueron vividas de forma condicional a través de las exigencias. Para ser amada, la criatura tuvo que atender los estereotipos de conducta.Un amor compensatorio. Un rigor que aparta al ser humano de su individualidad enterrando su vocación, sus instintos, sus habilidades y hasta sus mismas imperfecciones. El peor efecto de esa represión social es la distancia que se creo de los sentimientos. Esa generación pos-guerra vive en la actualidad el conflicto consecuente de célebres cambios en la educación y en la ciencia, que obligan a gigantescos desafíos para responder a la intrigante pregunta: ¿Quién soy yo?. Paciencia, atención, perdón, tolerancia, no juzgamiento, caridad y tantas otras enseñanzas del Evangelio que procuramos en la relación con el prójimo, deben ser aplicados, igualmente a nosotros mismos. Entonces surge la pregunta: ¿Cómo? Está lejos de nosotros pretender responder. Nuestra propuesta consiste en ofrecer algunas prestaciones para que juntos pensemos esa respuesta. Nos mueve solamente el sentimiento de ser útil, compartir vivencias que susciten el debate, la reflexión conjunta, la meditación y el estudio de nuestro grupo de amor espírita cristiano. Grupos dispuestos a comprender el lenguaje emocional bajo la óptica de la inmortalidad.
Tenemos en el Hospital Esperanza, los grupos
de reencuentro, que son de actividades de psicología
del alma, con fines terapéuticos y educativos
- verdaderos talleres del sentimiento. En
el plano físico, actividades similares podrán
constituir una auténtica pedagogía de conceptuación
para el mensaje de amor contenido en
el Evangelio y en la codificación Kardeciana.
En estas páginas ofrecemos algunos enfoques elementales para la composición de grupos de estudios a la luz del mensaje renovador del Espiritismo, cuyo objetivo sea discutir el ingente desafío de aprender a amarnos a nosotros mismos tanto como merecemos, promoviendo el desenvolvimiento personal a la luz de la inmortalidad. Grupos de reencuentro que se estructuren como encantadoras oficinas del corazón. Nuestros textos no poseen conclusiones. Al contrario, son sinceras con el instinto de ser debatidos, investigados y contestados, buscando ampliar el entendimiento y una formulación de conceptos sobre el arte de sentir y vivir.
Delineamos algunas ideas que nos ayudan a pensar en nuestro bien sin ser egoístas, conquistamos autonomía sin vanidad, trazamos los peldaños del auto-amor sin arrogancia. Que quede claro: auto-amor no es entrenar el pensamiento para beneficio propio, sino para educar el sentimiento para “escuchar” a Dios en nosotros. Descubrir nuestro valor personal en la obra de la creación. Tejemos nuestras consideraciones inspiradas en el Evangelio Según el Espiritismo.
Las palabras inmortales de la Buena Nueva constituyen los cánones más completos de la psicología de la felicidad para los habitantes del planeta Tierra. Busquemos en nuestro interior la palabra del Maestro. En otra ocasión, se volvió hacia la multitud, y les dijo: ¿Quién tocó mi vestido? Escuchando y auscultando el corazón femenino que lo buscó, rico en sensibilidad y afecto. ¡Escuchemos al alma y sus manifestaciones en el corazón! ¡Celebremos la experiencia de amarnos tanto como merecemos!
En estas páginas ofrecemos algunos enfoques elementales para la composición de grupos de estudios a la luz del mensaje renovador del Espiritismo, cuyo objetivo sea discutir el ingente desafío de aprender a amarnos a nosotros mismos tanto como merecemos, promoviendo el desenvolvimiento personal a la luz de la inmortalidad. Grupos de reencuentro que se estructuren como encantadoras oficinas del corazón. Nuestros textos no poseen conclusiones. Al contrario, son sinceras con el instinto de ser debatidos, investigados y contestados, buscando ampliar el entendimiento y una formulación de conceptos sobre el arte de sentir y vivir.
Delineamos algunas ideas que nos ayudan a pensar en nuestro bien sin ser egoístas, conquistamos autonomía sin vanidad, trazamos los peldaños del auto-amor sin arrogancia. Que quede claro: auto-amor no es entrenar el pensamiento para beneficio propio, sino para educar el sentimiento para “escuchar” a Dios en nosotros. Descubrir nuestro valor personal en la obra de la creación. Tejemos nuestras consideraciones inspiradas en el Evangelio Según el Espiritismo.
Las palabras inmortales de la Buena Nueva constituyen los cánones más completos de la psicología de la felicidad para los habitantes del planeta Tierra. Busquemos en nuestro interior la palabra del Maestro. En otra ocasión, se volvió hacia la multitud, y les dijo: ¿Quién tocó mi vestido? Escuchando y auscultando el corazón femenino que lo buscó, rico en sensibilidad y afecto. ¡Escuchemos al alma y sus manifestaciones en el corazón! ¡Celebremos la experiencia de amarnos tanto como merecemos!
El eminente Doctor Carl Gustav Jung aseveró:
“Ninguna circunstancia exterior sustituye a la experiencia interna. Es solo a la luz de los acontecimientos internos que me entiendo a mi mismo. Son ellos los que constituyen la singularidad de mi vida".
Escuchemos los sentimientos y nuestra vida tendrá más encanto, alegría y paz.
Nutrida con las mejores esperanzas de cooperar y servir, destino a los lectores y amigos del ideal un abrazo afectuoso”. Ermance Dufaux, Septiembre de 2006
“Mientras procuramos las causas de las decepciones de nuestras relaciones en el estudio de las imperfecciones, no encontramos respuesta satisfactoria a nuestras indagaciones y ni consuelo para nuestra alma. Solamente comprendiendo sinceramente cuales lecciones evangélicas dejamos de aplicar en cada paso del camino,obtendremos aliento, orientación y estímulo. ¡Misericordia para con las imperfecciones ajenas, piedad para con nuestras faltas!”
Ermance Dufaux, Escuchando Nuestros Sentimientos Capítulo 7 Carta de Misericordia
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LEY DEL KARMA
( La siembra de ayer; la cosecha de hoy )
Escuchemos los sentimientos y nuestra vida tendrá más encanto, alegría y paz.
Nutrida con las mejores esperanzas de cooperar y servir, destino a los lectores y amigos del ideal un abrazo afectuoso”. Ermance Dufaux, Septiembre de 2006
“Mientras procuramos las causas de las decepciones de nuestras relaciones en el estudio de las imperfecciones, no encontramos respuesta satisfactoria a nuestras indagaciones y ni consuelo para nuestra alma. Solamente comprendiendo sinceramente cuales lecciones evangélicas dejamos de aplicar en cada paso del camino,obtendremos aliento, orientación y estímulo. ¡Misericordia para con las imperfecciones ajenas, piedad para con nuestras faltas!”
Ermance Dufaux, Escuchando Nuestros Sentimientos Capítulo 7 Carta de Misericordia
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LEY DEL KARMA
Nuestra vida actual con sus vicisitudes adversas o favorables, es la consecuencia de nuestras previas actuaciones en el pasado, y aun en el presente.
Hagamos un estudio amplio de esta Ley que dividiremos en tres partes. En cada una de ellas, podremos conocer aspectos diversos de esta Ley Cósmica.
Comencemos esta primera parte, con el estudio del karma como ley retributiva, su acción en la vida humana y su relación con el libre albedrio.
Cuando llegamos a conocer y ser conscientes de que, la Vida del ser espiritual es una sola, manifestada en personalidades diferentes y continuadas, hasta su liberación de las reencarnaciones; vidas humanas en diversas épocas, ambientes y aspectos, con libertad de acción; llegamos también a comprender que el ser espiritual -el Ego- es el mismo que, con su buena o mala conducta, en las diversas personalidades o vidas humanas, ha ido sembrando el amor o el dolor, creando con ello deudas o méritos, que han ido acumulando en su propia naturaleza psíquica o espiritual.
Las leyes que rigen la Vida Una del ser espiritual en sus diversos aspectos, están orientadas para el progreso y evolución. Y dentro de esas leyes, existe una que es de retribución. Y esta Ley Cósmica, que está inmanente y manifestándose en todos los mundos del Universo, es conocida con diversas denominaciones, optando nosotros por la más empleada por las escuelas esotéricas y espiritualistas como: Ley del Karma.
La Ley del Karma es, pues, una ley cósmica de retribución, manifestación de la Justicia Divina. Justicia perfecta, que está basada en la Sabiduría y Amor de la Divinidad.
Por ende, esta ley de la vida, es siempre para el bien, aunque como humanos ignorantes, no la comprendemos en sus aspectos de manifestación dolorosa.
De la naturaleza retributiva de la Ley del Karma, se desprende lo que se denomina como: karma doloroso o karma placentero.
Doloroso o placentero que creamos con nuestra conducta, en el uso del libre albedrío o libertad que la ley concede a la ‘Chispa’ divina. Por ello, el ser espiritual es el único responsable de la condición de su vida humana actual; y de su condición feliz o dolorosa, al pasar al umbral del más allá.
Y es en su acción retributiva (compensación) que esta ley une a los seres en el plano físico, por medio de la reencarnación, ya que ambas -reencarnación y karma- actúan en perfecta simbiosis en el proceso evolutivo de la humanidad.
En nuestras acciones de bien o de mal hacia otros, estamos ligándonos kármicamente con ellos, en vidas próximas: de dicha o de desdicha. La Ley del Karma nos colocará, en el devenir del tiempo, en situaciones de recibir daño en diverso modo, de quienes daño recibieron de nosotros, o de otros. Del mismo modo, seremos beneficiados en vidas futuras, de quienes hayamos beneficiado en la vida presente.
Prueba de ello nos dan esos casos de personas a las que todo cuanto emprenden, les sale mal y ‘las desgracias les persiguen’; mientras que a otros todo se les facilita, como si la llamada suerte les acompañase por doquier. Es la ley, en su función de reajuste y retribución.
¿No son conocidos hoy, casos de personas que han sido y son flageladas y torturadas por regímenes dictatoriales? Son los mismos que han flagelado y torturado en el ayer. Reciben en sí, en su propia carne, el dolor causado a otros. Y esos casos de personas que, por un error judicial han sido condenadas a varios años de cárcel por un crimen que no han
cometido, según se comprueba posteriormente. ¿Qué son, sino la acción de reajuste de la Ley, por algún crimen cometido en vidas pasadas y que ha quedado impune? Y esos otros tantos de presos políticos, ¿no serán también reajustes compensatorios?
Sabemos que la Ley del Karma está basada en el amor y sabiduría Divina; por ende, nadie recibirá un dolor que no le corresponda. Si bien como persona, el afectado no recuerda la causa y se rebela. Sí como espíritu, que se manifiesta por lo que conocemos como la ‘voz’ de la Conciencia, que generalmente no se escucha.
Y entre los múltiples aspectos que podrían citarse, ¿sabéis la causa de todos esos matrimonios sin hijos, a pesar de su gran deseo de tenerlos, y cuya condición es motivo de infelicidad de esas parejas? Pues, sencilla- mente que, en otras vidas anteriores han impedido la procreación, ya por
medio del aborto provocado, o bien de algún otro modo.
¿Y los casos de aborto espontáneo (involuntario por parte de los padres) en los primeros meses de gestación? Efectos de causas son. La Ley del Karma une a ambos: la gestante con los seres reencarnantes, frustrando sus ansias recíprocas. Son casos de seres que, en vidas anteriores hubieron cometido crímenes de homicidio, y especialmente los profesionales del aborto (comadronas y ginecólogos inescrupulosos) que, como reencarnantes, fracasan una y otra vez en su intento de volver a la vida física que ansian.
¿Y qué son los casos de los minusválidos, tales como los mongólicos, la imbecilidad desde la infancia, así como las parálisis y demás infradotados, sino reajustes kármicos, para ayudar al ser espiritual a volver al camino de su ascensión espiritual, por medio del dolor, que actúa como detergente para depurar su alma? (*)
Cuando en una o más vidas humanas hacemos o practicamos el mal, contrariando la ley del amor, cuando en el uso del libre albedrío, hacemos mal uso de las facultades mentales y anímicas, que hemos desarrollado en el devenir de las múltiples vidas y experiencias, quebrantamos el ritmo armónico que debe ser mantenido para la consecución del proceso evolutivo del espíritu, llegando de ese modo, al límite que la ley
del libre albedrío concede.
Entonces la Ley del Karma entra en acción.
No nos dejemos arrastrar por el comodismo, que puede arrastrarnos a un estancamiento en nuestro progreso, ni de las atracciones de la vida fácil, que nos desvían del camino de las superaciones en el proceso evolutivo, camino estrecho y empinado, que requiere renunciamientos y una firme determinación de alcanzar la Meta. Por ello tan sólo algunos valientes son quienes lo emprenden, los más se dejan vencer por las atracciones que se hallan a los lados del camino.
Sebastián de Arauco
(*) Recordemos que no todos los casos de dolor o sufrimiento son debidos a causas negativas del pasado, en ocasiones los espíritus bajan en condiciones difíciles para probarse a sí mismos y para ayudar a los miembros de su familia a incentivar ciertos valores y cualidades
*************************( La siembra de ayer; la cosecha de hoy )
EL PASADO Y SU REPERCUSIÓN EN EL PRESENTE
La carga de energías, equilibradas o no, provenientes del inconsciente, ejerce permanente influencia en la vida de los indivíduos.
Las energías del inconsciente son relevantes en la interacción mente-cuerpo. Componen esa resultante de fuerzas que actúan conjuntamente con el cuerpo físico en la producción de las reacciones químicas orgánicas. Por lo general, dirigen nuestra casa mental y ejercen su influencia desde el momento en que se inicia el proceso de la reencarnación en adelante. Cuando el Espiritismo afirma que la energía espiritual fue elaborada en las sucesivas encarnaciones previas, está proclamando que el inconsciente es fruto de estas experiencias hacia el consciente y desde este al cerebro. Si son malas provocan los desequilibrios mentales y orgánicos, que como una plaga infectan en la actualidad la mayoría de los hogares. Solo una educación persistente en el terreno de los sentimientos hará posible el correcto equilibrio en el terreno espiritual y, consecuentemente, en el terreno físico de los indivíduos.
Por lo tanto, somos herederos de nosotros mismos. Cosechamos lo que hemos sembrado en el pasado. Sin embargo, lo importante es nuestro trabajo en dirección de la bondad y de las demás virtudes, porque solo ellas tendrán la fuerza necesaria para producir felicidad en el futuro. Las enfermedades, mentales o físicas, provienen de un pasado signado por problemas espirituales y nada nos impide rectificar los rumbos, lo que a partir de ahora nos garantizará mejores perspectivas.
Numerosos síntomas del terreno físico o mental tienen origen en reencarnaciones anteriores. Seguidamente citamos algunos ejemplos :
a) Claustrofobia: miedo dentro de un espacio reducido, cerrado y oscuro, indica que las personas han tenido experiencias desagradables en el pasado con ese tipo de situación. Pueden haber estado ajo tierra, enterradas vivas, presas durante largo tiempo en celdas estrechas, etc.
b) Miedo a los animales: evidencia que el indivíduo puede haber hallado la muerte a causa del ataque de animales salvajes en algún momento del pasado.
c) Jaqueca: desencarnar a raíz de un fuerte golpe en la cabeza puede llegar a producir jaqueca en la reencarnación siguiente.
d) Fobia al mar o al río: puede ser indicador de una muerte o de fuerte pánico en una reencarnación anterior al atravesar un río, etc.
e) Manías: muchas de las manías de la vida actual pueden haber tenido su comienzo en una encarnación anterior. Existe la manía de andar siempre apurado, de usar cierto tipo de ropas, de robar en determinadas situaciones (cleptomanía).
f) Psicosis: los dramas violentos experimentados en el pasado podrían manifestarse en el presente como fuerzas generadoras de desequilibrio en el campo de la conciencia, Las introversiones profundas, las neurosis, las esquizofrenias y los demás trastornos mentales son pautas relacionadas con el desahogo tormentoso de esas energías del inconsciente. Constituyen la catarsis del espíritu.
g) Afinidades o aversiones: pueden indicar que en un pasado lejano tal amistad o antagonismo fueron fruto de relaciones amistosas o conflictivas respectivamente.
Trastornos del Comportamiento
CAUSAS- Fragilidad del sistema de la conciencia.
PUEDEN SER :
1. CONTRARIEDADES DIARIAS- cargas emocionales reiteradas (estrés, enfermedades, Tv, etc)
2. DESPERTAR ESPIRITUAL- activa las percepciones (apertura psíquica)
3- MEDIUMNIDAD- Facultad ostensiva y sin educación.
4. EXPERIENCIAS DEL PASADO- Desahogo tormentoso de los contenidos emocionales del espíritu.
5. OBSESIÓN- reduce las resistencias del consciente y produce distorsiones del comportamiento.
- Jason de Camargo- (Educación de los Sentimientos)
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¿Tiene
relación el diablo con la mediumnidad?
Sobre
todo dentro de las iglesias cristianas, se ha llegado a admitir la
mediumnidad, pero solamente como posible manifestación diabólica,
cerrando toda posibilidad de manifestación a los demás seres
espirituales o Almas,( aunque sean bondadosas), a las cuales se las
sitúa en unos lugares o estados definitivos sin posibilidad de
comunicación con los vivos, como son el Cielo y el Infierno que estas iglesias nos presentaron.
Han querido hacer creer que
la muerte es la barrera infranqueable y definitiva que separa
implacablemente, sin posibilidad de reencuentro a vivos y a muertos;
así como han utilizado la figura de los demonios, hoy ya muy
anacrónica y fuera de lugar en las conciencias y creencias de
muchísima gente.
No
entro aquí en intentar demostrar la inexistencia de este célebre
personaje de ficción que a tantos ha aterrorizado y que a tantos
ha convertido en agnósticos o ateos, pero sin embargo, yo me
pregunto: ¿ Por qué cuando un Espíritu se manifiesta, por qué
habría de ser siempre un demonio y no uno bueno?; ¿ Por qué Dios
habría de dar permiso exclusivo para manifestarse a los espíritus
malos o “demonios” y sin embargo a los buenos no?.
Sin
embargo si he de señalar que a veces la iglesia Católica ha tenido
que reconocer la manifestación por vía mediúmnica de otros
Seres, que no han sido el demonio, pero que sin embargo han tenido
cierta notoriedad dentro de sus filas, porque, ¿ Qué han sido
sino las apariciones Marianas y de Santos?. ¿Eran seres humanos o
eran Espíritus?.....
No
obstante la mediumnidad es un hecho natural y frecuente, que ha seguido manifestándose a lo largo de la
historia, y nunca ha dejado de ser esa prueba que en el fondo todos
hemos deseado alguna vez para que se nos haga evidente y tangible
la existencia del Más Allá que a todos nos aguarda al final de esta
vida.
Ante la pregunta del enunciado, también podemos contestar, que lo que no existe no puede relacionarse con nada, y como ya quedó aclarado, el personaje teológico del diablo o diablos, tal como nos lo vendieron, sencillamente no existe.
- Jose Luis Martín -
“Si
solo el demonio se comunica, puesto que es el enemigo de Dios y de
los hombres, ¿Por qué recomienda orar a Dios, someterse a su
voluntad, sufrir sin murmurar las tribulaciones de la vida, no
ambicionar honores ni riquezas, practicar la caridad y todas las
máximas de Cristo, en una palabra, hacer todo lo posible por
destruir su imperio?. Si es el demonio quien da tales consejos, es
preciso convenir
que
tan astuto como es, es bien poco diestro en suministrar armas contra
sí mismo.”
-
El Libro de los Mediums -
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