Las tres principales religiones habrahamicas presentan algunas similitudes. Por razones obvias son monoteístas y conciben un Dios con atributos antropomórficos. Las características de sus relatos parten relativamente de los mismos valores de historias y lugares, aunque los presentan con desempeños, expectativas y significados bastante diferentes. Hay extremas contiendas internas entre los habrahamicos con base en particularidades doctrinarias y sus prácticas, a ejemplo del tradicional cristianismo, desmembrado en tres segmentos (católico, ortodoxo y protestante). El nombrado Islam tiene dos ramas ( sunitas y xiitas ), cada una con varias denominaciones. Y el casi ecléctico judaísmo contemporáneo se presenta también bajo varias denominaciones ( ortodoxos, conservadores y reformistas ).
Casi siempre, en varios lugares, las diferentes religiones habrahamicas denuncian un coflicto amargo entre sí a través de la intolerancia, la guerra y el terrorismo, con mucho derramamiento de sangre humana. En el inicio del siglo XXI habían 3,8 billones de seguidores de las tres principales religiones habrahamicas y se estima que el 54% de la población mundial se considera adepta a una de esas religiones. En ese panorama nefasto, aun hoy nos llaga la noticia de que jihadistas ultraradicales de la provincia septentrional de Raqa condenaron y mataron por apedreamiento en una plaza pública ( tradiicón mosáica) a una mujer de Tabaqa bajo la acusación de adulterio, según afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH)
Infelizmente se observa aquí una práctica consonante con la tradición habrahamica: consta en el Decálogo la ley de " no adulterarás", motivo por el cual el Viejo y el Nuevo Testamento están super hacinados con advertencias sobre el tema. Consta en Éxodos, en Levítico, en las narrativas de Jeremías, de Ezequiel, de Oseas y otros, y son señaladas en los Evangelios citas sobre este asunto. Mateo expone: "Vosotros oiréis que fué dicho: "No adulterarás", pero yo digo : Cualquiera que mire a una mujer y la desee, ya cometió adulterio con ella en su corazón". Marcos anota : "Él respondió: Todo aquel que se divorcie de su mujer y se case con otra mujer, estará cometiendo adulterio contra ella. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro hombre, estará cometiendo adulterio". Un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, otro contamina vergonzosamente a su nuera y otro deshonra a su hermana, hija de su propio padre".
En las Viejas Escrituras, constan en Proverbios: "Mas el hombre que comete adulterio no tiene juicio; todo aquel que así procede a sí mismo se destruye. Gacela amorosa, corza graciosa; que los senos de su esposa siempre lo llenen de placer y siempre lo embrague el cariño de ella". En las narraciones de los tres profetas leemos: "¿ Por qué debería yo perdonar?". "Sus hijos me abandonaron y juraron por aquellos que no son dioses. Aunque tenga suplidas sus necesidades, ellos cometerán adulterio y frecuentarán las casas de prostitución". "Y entre los profetas de Jerusalem ví algo horrible: ellos cometen adulterio y viven una mentira. Enfadan a los que practican el mal para que ninguno de ellos se convierta a su impiedad. Para mi son todos como Sodoma; el pueblo de Jerusalem es como Gomorra". " ¡ Tú, mujer adultera, prefieres a extraños a tu propio marido !....Yo condenaré al castigo determinado para mujeres que cometen adulterio y que derraman sangre; traeré sobre tí la venganza de sangre de mi ira y de la indignación que mis celos provocan". "Cuando el Señor comenzó a hablar por medio de Oseas, le dijo: "Vé, toma una mujer adúltera y a los hijos de su infidelidad, porque la nación es culpable de más vergonzoso adulterio por apartarse de su Señor".
Rememoremos a Jesús. Atrás han quedado los hechos apostólicos. Él ante una adúltera fué cuestionado: " Maestro esta mujer fué sorprendida en acto de adulterio. En la Ley, Moisés nos ordena apedrear a tales mujeres. ¿ Y el Señor que dice?. "Ellos estaban usando esa pregunta como trampa a fin de tener una base para acusarlo. Pero jesús se inclinó y comenzó a escribir en el suelo con el dedo. A la vista de que continuaban interrogçandolo, El se levantó y les dijo : "Si alguien está sin pecado que tire la primera piedra". Los que lo oyeron fueron saliendo, uno cada vez, comenzando por los más viejos. Jesús quedó solo con la mujer en pie delante de Él. Entonces Jesús, puesto en pie le preguntó: ¿ Mujer, donde están ellos?. ¿Nadie te condenó?. "Nadie Señor" dijo ella. declaró Jesús: "Yo tampoco te condeno. Ahora ve y abandona tu vida de pecado".
En el episodio de la adútera ante el Mesías hay un hecho relevante: ¿donde estaba el adúltero?. ¿Por qué entonces solo la mujer debería ser condenada y apedreada?. ¿No deberían ambos, hombre y mujer, sufrir la misma pena, según la Ley de Moisés?. Pues el Profeta del Sinaí ordenó, en caso de adulterio, la condenación tanto del hombre como de la mujer; luego ambos deberían ser condenados, pero con el paso del tiempo, el castigo pasó a ser aplicado solo a la mujer, teniendo en cuenta que se trataba de una sociedad patriarcal y machista.
El adulterio, como acto de relacionarse con un tercero en la constancia del casamiento", es considerado una grave violación de los deberes conyugales por casi todas las civilizaciones de casi toda la historia, siendo que algunas sociedades castigaban gravemente al cónyuge adúltero y/o la persona con quien practicaba el acto, siendo ambos susceptibles a la muerte. Con el paso del tiempo la práctica de adulterio pasó a ser criminalmente más grave cuando era practicado por la mujer en relación al hombre. Hoy en día aunque tal discriminación no exista en las leyes de los países occidentales, o haya perdido su eficacia sociológica, en la práctica del día a día, la conducta contínua siendo vista de modo diferente, dependiendo del género de quien realiza el adulterio. Hoy, esa violación aún es castigada severamente, incluso con pena de muerte, como ocurre en algunas partes del mundo, generalmente en los grupos musulmanes, como hicieran los jihaidistas. En los países de occidente el castigo se da mucho más blandamente, aunque aún es causa suficiente para el divorcio o rescisión del casamiento.
Dice el Espíritu Emmanuel lo siguiente: " Cual ocurre a los flagelos de la guerra, de la piratería, de la violencia y de la esclavitud que acompañan a la comunidad terrestre, hace milenios, diluyéndose poco a poco, el adulterio aún permanece en la Tierra, como instrumento de prueba y expiación, destinados naturalmente a desaparecer, en la ecuación de los derechos del hombre y de la mujer, que se armonizarán por el mismo peso, en la balanza del progreso de la vida".
Profiere también el mentor de Chico Xavier que "tantos fueron los desvaríos de los Espíritus en evolución en el planeta- espíritus entre los cuales estaban muchos raros entre nosotros, compañeros de la Tierra, -no nos hallamos incluídos- que sin duda Jesús, personalizando en la mujer sufridora a la familia humana, pronunció la inolvidable sentencia, convocando a los hombres, supuestamente puros en materia de sexualidad, a lanzar sobre la infeliz compañera, la primera piedra".
Ante aquella adúltera, conforme narra el evangelista, recordemos que Jesús era el único que en aquella circunstancia poseía autoridad moral para juzgar. No obstante no juezgó y no condenó, ni dijo que deberían apedrarla o no. Jesús solo aguardó y pronunció: "Que tire la primera piedra qien esté limpio de culpa". Esta sentencia hace de la indulgencia un deber para con los otros, porque nadie hay que no necesite, para sí mismo, de indulgencia. Ella nos enseña que no debemos juzgar con más severidad a los demás de lo que nos juzgamos a nosotros mismos, ni condenar en otro aquello que nos absolvemos. Antes de condenar a alguien una falta, veamos si la misma censura nos puede ser hecha".
- Jorge Hessen -
*******************************
Estado
de los Espíritus errantes, es decir, no encarnados, durante los
intervalos de sus diversas existencias corporales. De ninguna manera
la erraticidad es una señal absoluta de inferioridad para los
Espíritus.
Hay
Espíritus errantes de todas las clases, salvo los del primer orden,
o Espíritus puros que, al no tener más necesidad de reencarnarse,
no pueden ser considerados como errantes.
Los
Espíritus errantes son felices o desdichados según el grado de su
depuración.
Es
en este estado que el Espíritu –cuando se ha despojado del velo
material del cuerpo – reconoce sus existencias anteriores y las
faltas que lo alejan de la perfección y de la felicidad infinita;
entonces, es también cuando elige nuevas pruebas para progresar más
rápidamente.
Tomado
del libro Vocabulario Espírita
Adaptación
Oswaldo E. Porras Dorta
***********************
VALORES HUMANOS
Indudablemente, estamos asistiendo a un verdadero declive en nuestra sociedad, por falta de valores humanos y juzgamos a nuestros semejantes con una dureza inusitada, dando rienda suelta a nuestros instintos más primarios, los cuales nos conducen a situaciones verdaderamente difíciles.
Es lógico pensar que seres que atentan contra otro semejante y llegan a causarle daño, tanto físico como psíquico, caiga sobre ellos el peso de la ley de los humanos, llegando en algunos casos, según el país donde se vive, hasta decretar la pena máxima, o sea, la muerte. Quizás algunas personas pensarán que de este modo se acabarán los robos, violaciones y otras tantas barbaridades que el ser humano comete, pero solamente cabe en la mente de personas poco evolucionadas, el castigo máximo, como símbolo de escarmiento. De todos es conocido que no es por el temor a la muerte por lo que acabarán las personas que infringen las leyes; deberíamos hacer un repaso en la historia no lejana y veríamos la cantidad de seres que se les causó la muerte por ideas buenas o no tan buenas, pero en realidad no se solucionaron los problemas hasta afrontar los mismos y mas bien se lograrán progresos a través del diálogo y el ejemplo, y no ppor el solo hecho del temor a la muerte, y deberíamos hacer un examen de conciencia y estudiar a que es debida tal situación en los momentos actuales.
Si indudablemente no es correcto atropellar a las personas que aparentemente son inocentes, tampoco es el camino segar la vida de un equivocado que por falta de conocimientos, que en algunos casos les ha negado la misma sociedad, comete delitos que a los ojos humanos son punibles y exigen un castigo ejemplar, y, repito: A los ojos humanos y no a los ojos de Dios, pues no existe un Dios que exija ningún escarmiento por por grande que sea el error cometido, sino que por desconocimiento de las leyes fundamentales de la vida, encuentran su propio castigo que se han labrado entrando en esa Ley Divina de Causa y Efecto; y por dicha ley, unicamente debemos regenerar en bien, todo el mal que hayamos causado, para poder ir evolucionando a través de las distintas oportunidades que el Creador nos de, aquí en la Tierra.
¿Será debido pues, que tras muchos siglos, el ser humano todavía no ha despertado ese sentimiento del Amor y el perdón?. ¿No será también que tras las leyes de los humanos se esconden seres que, incapaces de aportar soluciones racionales a la sociedad, se solidarizan con esas leyes duras, que carentes de Amor, cortan y siegan la vida sin pensar que todos tenemos parte de culpa por ser integrantes de la sociedad humana?.
¿ No sería más correcto dar oportunidades de enmienda a esos seres que ofuscados en sus tristes vidas, desconocen verdades tan grandes como el Amor Fraternal entre los humanos y enseñarles con el ejemplo cual es el sendero a seguir?, y así quizás, muchas de las personas que hoy se les considera dañinas para la sociedad, acabarían integrándose en ella, pero jamás segándoles la vida por no poder cumplir con las leyes y prejuicios establecidos por los humanos. Pero para que que esta forma de pensar tuviwera cabida en nuestra sociedad, habría que hacer un trabajo dedicado desde la más tierna infancia, inculcando a todos los infantes un sentido de justicia de lo que hacer el bien por el bien de todos; pero para ello habría que involucrar a los estamentos oficiales de las naciones, los cuales deberían integrar un plan de enseñanza de los valores humanos como asignaturas de máxima consideración, por ser el tronco de las futuras generaciones y considerar que la principal asignatura a aprender es el Amor y la Fraternidad.
Es necesario intentar comprender el alcance de estos pensamientos, pues si se llegasen a plicar en las sociedades futuras, iremos dejando los lastres milenarios que la humanidad arrastra y que hoy por hoy se siente frustrada una gran parte de ella por no encontrar el camino adecuado.
- Salvador Sanchis Alonso-
Publicado en la Revista "Fraternidad Cristiana Espírita".
***********************
EL PROBLEMA DEL SER Y DEL DESTINO
Una dolorosa testificación sorprende al pensador al finalizar la vida, y resulta aún más punzante con las impresiones sentidas a su vuelta al espacio. Entonces advierte que la enseñanza dada por las instituciones humanas en general: religiones, escuelas, universidades, ¡ SI !, nos enseñan muchas cosas superfluas, en cambio no nos enseña casi nada de aquello que necesitamos para conducir, dirigir la existencia terrestre y la preparación al Más Allá.
Aquellos a quienes incumbe la alta misión de alumbrar y guiar el alma humana, parecen ignorar su naturaleza y sus verdaderos destinos.
En los centros sanitarios reina aún completa incertidumbre respecto a la solución del más importante problema que el hombre haya tenido que resolver en su paso por la Tierra. Esta incertidumbre recae sobre la enseñanza. La mayoría de profesores y maestros apartan sistematicamente de sus lecciones, todo lo que se refiere al problema de la vida, a las condiciones de su objeto y finalidad.
En realiad, en la Universidad como en la Iglesia, el alma moderna no encuentra más que oscuridad y contradicción de todo lo que concierne al problema de su naturaleza y de su porvenir. A semejangte estado de cosas se les debe atribuir en gran parte, los males de esta época, la incoherencia de las ideas, el desorden de las conciencias, la anarquía moral y social.
La educación que se da a las generaciones es complicada; no les alumbra el camino de la vida; no les contempla para las luchas de la existencia. La instrucción clásica puede enseñar a cultivar, a adornar la inteligencia; n enseña a obrar, a amar, a sacrificarse. Menos aún enseña a formarse una concepción de la vida y del destino, que desarrolla profundas energías del Yo y orienta nuestros entusiasmos, nuestros esfuerzos hacia un fin muy elevado. Sin embargo, esta concepción es indispensable a todo ser, a toda sociedad, pues es el sostén, la suprema consolación en las horas difíciles, la fuente de las viriles virtudes y de las altas inspiraciones.
La filosofía de escuela después de tantos siglos de estudios y labor no es mas que una doctrina sin luz, sin calor y sin vida.
De aquí el abatimiento de tantos jóvenes de nuestra época, que no creen mas que en la fortuna, que no honran mas que el éxito o se consideran vencidos antes de haber comenzado la lucha. El pesimismo es la enfermedad moral de nuestro tiempo.
Ya es tiempo de reaccionar vigorosamente con nuevos métodos de enseñanza que respondan a las urgentes necesidades del momento actual.
Es necesario preparar los espíritus a las necesidades, a los combates de la vida presente y de las vidas posteriores; es necesario, sobre todo, enseñar al ser humano a conocer, a desarrollar, en vista de su destino, las fuerzas latentes que duermen en él.
Hasta aquí el pensamiento ha dormido confinado en estrechos círculos: religiones, escuelas o sistemas que se excluyen y se combaten recíprocamente. De aquí la división profunda de los espíritus, esas corrientes violentas y contrarias que perturban y remueven el medio social.
Enseñemos a salir de estos rígidos círculos y a dar libre vuelo al pensamiento. Cada sistema posee parte de la verdad; ninguno contiene la verdad entera. El Universo y la vida tienen aspectos demasiado diferentes para que ningún sistema pueda abrazarlos a todos. De estas concepciones distintas, es necesario separar los fragmentos de la verdad que contienen, acercarlos, ponerlo de acuerdo, y después unirlos a los nuevos y múltiples aspectos de la verdad que a diario descubrimos, encaminándoles finalmente hacia la unidad majestuosa y la armonía del pensamiento.
La crisis moral y la decadencia de nuestro tiempo provienen en gran parte,de que el espíritu humano se ha inmovilizado durante demasiado tiempo. Es preciso arrancarlo a la inercia, a las runas seculares, llevarlo acia elevadas altitudes, sin perder de vista las sólidas bases que acaba de ofrecerle una ciencia profunda y renovada. Esta ciencia del mañana que es el Espiritismo, es la que trabajamos para constituir. Ello nos proporcionará el criterio indispensable, los medios de verificación, sin los cuales el pensamiento, abandonado a sí mismo, podrá siempre extraviarse....
En todas partes, tanto dentro como fuera, existe un estado de crisis inquietante. Bajo la brillante superficie de una refinada civilización, se esconde un hondo malestar. La irritación crece en todas las capas sociales.
El conflicto de los intereses, la lucha por la vida, son cada día más encarnizados. El sentimiento del deber se ha debilitado en la conciencia popular, tanto, que muchos hombres no saben casi donde reside el deber. La fuerza ciega domina más que nunca. Con pérfida elocuencia, algunos se dedican a desencadenar pasiones, los malos instintos de la multitud, a esparcir historias malsanas, a veces criminales. Después, cuandola tempestad se avecina, se esconden y eluden toda responsabilidad.
Ninguna obra humana puede ser grande y duradera si no se inspira, en teoría y en práctica, en las Leyes Eternas del Universo. No es posible, hoy, desconocer esta ley soberana que arrastra al espíritu y sus obras, a través del infinito del tiempo y del espacio, hacia un fin cada vez más elevado; pero solo es realizable por nuestro propio esfuerzo.
- León Denis -
***********************
VALORES HUMANOS
Asesinatos legales |
Indudablemente, estamos asistiendo a un verdadero declive en nuestra sociedad, por falta de valores humanos y juzgamos a nuestros semejantes con una dureza inusitada, dando rienda suelta a nuestros instintos más primarios, los cuales nos conducen a situaciones verdaderamente difíciles.
Es lógico pensar que seres que atentan contra otro semejante y llegan a causarle daño, tanto físico como psíquico, caiga sobre ellos el peso de la ley de los humanos, llegando en algunos casos, según el país donde se vive, hasta decretar la pena máxima, o sea, la muerte. Quizás algunas personas pensarán que de este modo se acabarán los robos, violaciones y otras tantas barbaridades que el ser humano comete, pero solamente cabe en la mente de personas poco evolucionadas, el castigo máximo, como símbolo de escarmiento. De todos es conocido que no es por el temor a la muerte por lo que acabarán las personas que infringen las leyes; deberíamos hacer un repaso en la historia no lejana y veríamos la cantidad de seres que se les causó la muerte por ideas buenas o no tan buenas, pero en realidad no se solucionaron los problemas hasta afrontar los mismos y mas bien se lograrán progresos a través del diálogo y el ejemplo, y no ppor el solo hecho del temor a la muerte, y deberíamos hacer un examen de conciencia y estudiar a que es debida tal situación en los momentos actuales.
Si indudablemente no es correcto atropellar a las personas que aparentemente son inocentes, tampoco es el camino segar la vida de un equivocado que por falta de conocimientos, que en algunos casos les ha negado la misma sociedad, comete delitos que a los ojos humanos son punibles y exigen un castigo ejemplar, y, repito: A los ojos humanos y no a los ojos de Dios, pues no existe un Dios que exija ningún escarmiento por por grande que sea el error cometido, sino que por desconocimiento de las leyes fundamentales de la vida, encuentran su propio castigo que se han labrado entrando en esa Ley Divina de Causa y Efecto; y por dicha ley, unicamente debemos regenerar en bien, todo el mal que hayamos causado, para poder ir evolucionando a través de las distintas oportunidades que el Creador nos de, aquí en la Tierra.
¿Será debido pues, que tras muchos siglos, el ser humano todavía no ha despertado ese sentimiento del Amor y el perdón?. ¿No será también que tras las leyes de los humanos se esconden seres que, incapaces de aportar soluciones racionales a la sociedad, se solidarizan con esas leyes duras, que carentes de Amor, cortan y siegan la vida sin pensar que todos tenemos parte de culpa por ser integrantes de la sociedad humana?.
¿ No sería más correcto dar oportunidades de enmienda a esos seres que ofuscados en sus tristes vidas, desconocen verdades tan grandes como el Amor Fraternal entre los humanos y enseñarles con el ejemplo cual es el sendero a seguir?, y así quizás, muchas de las personas que hoy se les considera dañinas para la sociedad, acabarían integrándose en ella, pero jamás segándoles la vida por no poder cumplir con las leyes y prejuicios establecidos por los humanos. Pero para que que esta forma de pensar tuviwera cabida en nuestra sociedad, habría que hacer un trabajo dedicado desde la más tierna infancia, inculcando a todos los infantes un sentido de justicia de lo que hacer el bien por el bien de todos; pero para ello habría que involucrar a los estamentos oficiales de las naciones, los cuales deberían integrar un plan de enseñanza de los valores humanos como asignaturas de máxima consideración, por ser el tronco de las futuras generaciones y considerar que la principal asignatura a aprender es el Amor y la Fraternidad.
Es necesario intentar comprender el alcance de estos pensamientos, pues si se llegasen a plicar en las sociedades futuras, iremos dejando los lastres milenarios que la humanidad arrastra y que hoy por hoy se siente frustrada una gran parte de ella por no encontrar el camino adecuado.
- Salvador Sanchis Alonso-
Publicado en la Revista "Fraternidad Cristiana Espírita".
***********************
EL PROBLEMA DEL SER Y DEL DESTINO
Una dolorosa testificación sorprende al pensador al finalizar la vida, y resulta aún más punzante con las impresiones sentidas a su vuelta al espacio. Entonces advierte que la enseñanza dada por las instituciones humanas en general: religiones, escuelas, universidades, ¡ SI !, nos enseñan muchas cosas superfluas, en cambio no nos enseña casi nada de aquello que necesitamos para conducir, dirigir la existencia terrestre y la preparación al Más Allá.
Aquellos a quienes incumbe la alta misión de alumbrar y guiar el alma humana, parecen ignorar su naturaleza y sus verdaderos destinos.
En los centros sanitarios reina aún completa incertidumbre respecto a la solución del más importante problema que el hombre haya tenido que resolver en su paso por la Tierra. Esta incertidumbre recae sobre la enseñanza. La mayoría de profesores y maestros apartan sistematicamente de sus lecciones, todo lo que se refiere al problema de la vida, a las condiciones de su objeto y finalidad.
En realiad, en la Universidad como en la Iglesia, el alma moderna no encuentra más que oscuridad y contradicción de todo lo que concierne al problema de su naturaleza y de su porvenir. A semejangte estado de cosas se les debe atribuir en gran parte, los males de esta época, la incoherencia de las ideas, el desorden de las conciencias, la anarquía moral y social.
La educación que se da a las generaciones es complicada; no les alumbra el camino de la vida; no les contempla para las luchas de la existencia. La instrucción clásica puede enseñar a cultivar, a adornar la inteligencia; n enseña a obrar, a amar, a sacrificarse. Menos aún enseña a formarse una concepción de la vida y del destino, que desarrolla profundas energías del Yo y orienta nuestros entusiasmos, nuestros esfuerzos hacia un fin muy elevado. Sin embargo, esta concepción es indispensable a todo ser, a toda sociedad, pues es el sostén, la suprema consolación en las horas difíciles, la fuente de las viriles virtudes y de las altas inspiraciones.
La filosofía de escuela después de tantos siglos de estudios y labor no es mas que una doctrina sin luz, sin calor y sin vida.
De aquí el abatimiento de tantos jóvenes de nuestra época, que no creen mas que en la fortuna, que no honran mas que el éxito o se consideran vencidos antes de haber comenzado la lucha. El pesimismo es la enfermedad moral de nuestro tiempo.
Ya es tiempo de reaccionar vigorosamente con nuevos métodos de enseñanza que respondan a las urgentes necesidades del momento actual.
Es necesario preparar los espíritus a las necesidades, a los combates de la vida presente y de las vidas posteriores; es necesario, sobre todo, enseñar al ser humano a conocer, a desarrollar, en vista de su destino, las fuerzas latentes que duermen en él.
Hasta aquí el pensamiento ha dormido confinado en estrechos círculos: religiones, escuelas o sistemas que se excluyen y se combaten recíprocamente. De aquí la división profunda de los espíritus, esas corrientes violentas y contrarias que perturban y remueven el medio social.
Enseñemos a salir de estos rígidos círculos y a dar libre vuelo al pensamiento. Cada sistema posee parte de la verdad; ninguno contiene la verdad entera. El Universo y la vida tienen aspectos demasiado diferentes para que ningún sistema pueda abrazarlos a todos. De estas concepciones distintas, es necesario separar los fragmentos de la verdad que contienen, acercarlos, ponerlo de acuerdo, y después unirlos a los nuevos y múltiples aspectos de la verdad que a diario descubrimos, encaminándoles finalmente hacia la unidad majestuosa y la armonía del pensamiento.
La crisis moral y la decadencia de nuestro tiempo provienen en gran parte,de que el espíritu humano se ha inmovilizado durante demasiado tiempo. Es preciso arrancarlo a la inercia, a las runas seculares, llevarlo acia elevadas altitudes, sin perder de vista las sólidas bases que acaba de ofrecerle una ciencia profunda y renovada. Esta ciencia del mañana que es el Espiritismo, es la que trabajamos para constituir. Ello nos proporcionará el criterio indispensable, los medios de verificación, sin los cuales el pensamiento, abandonado a sí mismo, podrá siempre extraviarse....
En todas partes, tanto dentro como fuera, existe un estado de crisis inquietante. Bajo la brillante superficie de una refinada civilización, se esconde un hondo malestar. La irritación crece en todas las capas sociales.
El conflicto de los intereses, la lucha por la vida, son cada día más encarnizados. El sentimiento del deber se ha debilitado en la conciencia popular, tanto, que muchos hombres no saben casi donde reside el deber. La fuerza ciega domina más que nunca. Con pérfida elocuencia, algunos se dedican a desencadenar pasiones, los malos instintos de la multitud, a esparcir historias malsanas, a veces criminales. Después, cuandola tempestad se avecina, se esconden y eluden toda responsabilidad.
Ninguna obra humana puede ser grande y duradera si no se inspira, en teoría y en práctica, en las Leyes Eternas del Universo. No es posible, hoy, desconocer esta ley soberana que arrastra al espíritu y sus obras, a través del infinito del tiempo y del espacio, hacia un fin cada vez más elevado; pero solo es realizable por nuestro propio esfuerzo.
- León Denis -
No hay comentarios:
Publicar un comentario