LO QUE ES:
Es el conjunto de principios y leyes, revelados por los Espíritus Superiores, contenidos en las obras de Allan Kardec, que constituyen la codificación espirita: El Libro de los Espíritus, El Libro de los Médiums, El evangelio según el Espiritismo, El Cielo y el Infierno y La Génesis.
Es, aún, el Consolador prometido, que vino, en su debido tiempo, a recordar y complementar lo que Jesús enseñó, "restableciendo todas las cosas en su verdadero sentido", trayendo, así, a la Humanidad las bases reales para su espiritualización.
LO QUE REVELA:
Revela conceptos nuevos y más profundizados al respecto de Dios, el Universo, los Hombres, de los Espíritus y de las leyes que rigen la vida.
Revela, además, lo que somos, de dónde venimos, para donde vamos, cual es el objetivo de nuestra existencia y cuál es la razón del dolor y del sufrimiento.
SU ALCANCE:
Trayendo conceptos nuevos sobre el hombre y todo lo que lo rodea, el Espiritismo toca todas las áreas del conocimiento, de las actividades y de los comportamientos humanos.
Puede y debe ser estudiado, analizado y practicado en todos los aspectos fundamentales de la vida, tales como: científico, filosófico, religioso, ético, moral, educacional y social.
SU ORIGEN Y SU MISIÓN:
Programada y revelada por los Espíritus Superiores, en la condición de ministros de Dios y agentes de su voluntad, la Doctrina Espirita tiene origen divino.
Y tiene por misión instruir e ilustrar a los hombres, abriendo una nueva era para la regeneración de la Humanidad…
SUS ENSEÑANZAS FUNDAMENTALES:
Dios es la inteligencia suprema y causa primera de todas las cosas. Es eterno, inmutable, inmaterial, único, omnipotente, soberanamente justo y bueno.
El universo es creación de Dios. Abarca todos los seres racionales e irracionales, animados e inanimados, materiales e inmateriales.
Mas allá del mundo corporal, morada de los Espíritus encarnados, que son los hombres, existe el mundo espiritual, habitación de los Espíritus desencarnados.
En el universo hay otros mundos habitados, con seres de diferentes grados de evolución: iguales, más evolucionados y menos evolucionados que los hombres.
Todas las leyes de la Naturaleza son leyes divinas, puesto que Dios es su autor. Abarcando tanto las leyes físicas como las leyes morales.
El hombre es un Espíritu encarnado en un cuerpo material. El periespiritu es el cuerpo semimaterial que une el Espíritu al cuerpo material.
Los Espíritus son los seres inteligentes de la creación. Constituyen el mundo de los Espíritus, que preexiste y sobrevive a todo.
Los Espíritus son creados sencillos e ignorantes. Evolucionan intelectual y moralmente, pasando de un orden inferior hacia uno más elevado, hasta la perfección, donde gozan de inalterable felicidad.
Los Espíritus preservan su individualidad, antes, durante y después de cada encarnación.
Los Espíritus reencarnan tantas veces cuantas fueran necesarias para su propio perfeccionamiento.
Los Espíritus evolucionan siempre. En sus múltiplas existencias corporales pueden estacionar, nunca retroceder. La rapidez de su progreso intelectual y moral, depende de los esfuerzos que hagan para llegar a la perfección.
Los Espíritus pertenecen a diferente orden, conforme al grado de perfección que hayan alcanzado: Espíritus puros, que alcanzaron la máxima perfección; Espíritus buenos en los cuales el deseo del bien es lo que predomina; Espíritus imperfectos, caracterizados por la ignorancia, por el deseo del mal y por las pasiones inferiores.
Las relaciones de los Espíritus con los hombres son constantes, y siempre existieron. Los buenos Espíritus nos atraen para el bien, nos sustentan en las pruebas de la vida y nos ayudan a soportarlas con coraje y resignación. Los imperfectos nos incitan para el mal.
Jesús es el guía y modelo para toda la Humanidad. Y la doctrina que enseñó y ejemplificó y es la expresión más pura de la Ley de Dios.
La moral de Cristo, contenida en el Evangelio, es la guía para la evolución segura de todos los hombres; su práctica es la solución para todos los problemas humanos y el objetivo a ser alcanzado por la Humanidad.
El hombre tiene el libre albedrío para actuar, más responde por las consecuencias de sus actos.
La vida futura reserva a los hombres penas y gozos compatibles con el procedimiento de respeto o no a la Ley de Dios.
La oración es un acto de adoración a Dios. Está en la ley natural, y es el resultado de un sentimiento innato en el hombre, así como es innata la idea de la existencia del Creador.
La oración hace mejor al hombre. Aquel que ora con fervor y confianza, se hace más fuerte contra las tentaciones del mal y Dios le envía buenos Espíritus para asistirlo. Es este un socorro que jamás se le niega, cuando es pedido con sinceridad.
PRACTICA ESPIRITA:
Toda la práctica espirita es gratuita, como orienta el principio moral del Evangelio: " Dad gratuitamente lo que habéis recibido gratuitamente".
La práctica espirita es realizada con sencillez, sin ningún culto exterior, dentro del principio cristiano de que Dios debe ser adorado en espíritu y en verdad.
El Espiritismo no tiene sacerdotes y no adopta ni usa en sus reuniones y en sus prácticas: altares, imágenes, andas, velas, procesiones, sacramentos, concesiones de indulgencias, vestiduras sacerdotales, bebidas alcohólicas o alucinógenas, incienso, humo, talismanes, amuletos, horóscopos, cartomancia, pirámides, cristales, trompetas, o otros objetos cualquiera, rituales o formas de culto exterior.
El Espiritismo no impone sus principios. Convida a los interesados en conocerlos, a someter sus enseñanzas al tamiz de la razón, antes de aceptarlas.
La mediúmnidad, que permite la comunicación de los Espíritus con los hombres, es un don que muchas personas traen consigo al nacer, independientemente de la directriz doctrinaria de vida que adopte.
Practica mediúmnica espirita es solo aquélla que se ejerce con base en los principios de la Doctrina Espirita y dentro de la moral Cristiana.
El Espiritismo respecta todas las religiones y doctrinas, valora todos los esfuerzos para la práctica del bien, trabaja por la confraternización y por la paz entre todos los pueblos y entre todos los hombres, independientemente de su raza, color, nacionalidad, creencia, nivel cultural o social. Reconoce aún, que " el verdadero hombre de bien es el que cumple la ley de justicia, de amor y de caridad, en su mayor pureza".
“NACER, MORIR, RENACER AÚN Y PROGRESAR SIEMPRE, TAL ES LA LEY."
“FE INALTERABLE SOLO ES LA QUE PUEDE MIRAR FRENTE A FRENTE A LA RAZON EN TODAS LAS ÉPOCAS DE LA HUMANIDAD."
“FUERA DE LA CARIDAD NO HAY SALVACIÓN."
“EL ESTUDIO DE LAS OBRAS DE ALLAN KARDEC ES FUNDAMENTAL PARA EL CORRECTO CONOCIEMIENTO DE LA DOCTRINA ESPIRITA."
Obras de la Codificación de Kardec :
El libro de los Espíritus
El libro de los Médiums
El evangelio según el Espiritismo
El Cielo y el Infierno
La Génesis
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FATALIDAD Y LIBRE
ALBEDRÍO
Antes del regreso a la experiencia en el Plano Físico, nuestra alma en oración ruega al Señor la concesión de la lucha para el trabajo de nuestro propio reajuste. Solicitamos la reaproximació n de antiguos adversarios. Imploramos el retorno al círculo de obstáculos que nos presenció la derrota en romerías mal vividas... Suplicamos la presencia de verdugos con quienes cultiváramos el odio, para intentar la cultura santificante del amor... Pedimos sea llevado de nuevo a nuestros labios el cáliz de las pruebas en que fracasamos, esperando ejercitar la fe y la resignación, la paciencia y el valor. . . Y con la intercesión de variados amigos que se transforman en confiantes avalistas de nuestras promesas, obtenemos la bendición de la vuelta. Efectivamente en tales circunstancias, el esquema de la acción surge trazado. Somos herederos de nuestro pretérito y, en esa condición, construimos nuestros propios destinos. Entretanto, imantados temporalmente al vehículo terrestre, acariciamos nuestras antiguas tendencias de fuga al deber ennoblecedor. Instintivamente, tornamos, despreocupados, a la casa de ventajas físicas, de caprichos perniciosos, de mentiroso dominio y de nefasto placer. El egoísmo y la vanidad acostumbran retomar el timón de nuestro destino y abominamos el sufrimiento y el trabajo, como si nos fuesen duros verdugos, cuando solamente con el auxilio de ellos conseguimos volver a erguir el corazón hacia la victoria espiritual a que somos dirigidos. Es, por eso, que fatalidad y libre albedrío coexisten en los mismos ángulos de nuestra jornada planetaria. Generamos causas de dolor o alegría, de salud o enfermedad en variados momentos de nuestra vida. El mapa de regeneración vuelve con nosotros al mundo, consonante a las responsabilidades por nosotros mismos asumidas en el pretérito remoto y próximo; con todo, el modo por el cual nos libramos de los efectos de nuestras propias obras facilita o dificulta nuestra marcha redentora en la senda que el mundo nos ofrece. Aceptemos los problemas y las inquietudes que la Tierra nos impone ahora, atendiendo a nuestros propios deseos, en la planificación que ayer organizamos, fuera del cuerpo denso, y tengamos cautela con el modo de nuestra movilización en el campo de nuestras propias tareas, porque, conforme a nuestras directrices de hoy, en la preparación del futuro, la vida nos ofrecerá mañana paz o lucha, felicidad o prueba, luz o tiniebla, bien o mal. ( Del libro "Nacer y Renacer" de Emmanuel) ******************* LA AUTOCOMPRENSIÓN DE LOS ESPÍRITUS El espíritu, ¿comprende siempre la manera en que produce su vestimenta y los objetos cuya apariencia él muestra? “No. A menudo contribuye a la formación de esas cosas mediante un acto instintivo que él mismo no comprende, en caso de que no esté suficientemente ilustrado para ello". - El Libro de los Espíritus - ***************** VARIEDADES DE MEDIUMS COMUNES A TODAS LAS CLASES DE MEDIUMNIDAD: Médiums sensitivos: personas susceptibles de sentir la presencia de los Espíritus por una impresión general o local, vaga o material. La mayor parte distingue los Espíritus buenos o malos en la naturaleza de la impresión. (Núm. 164). |
“Los médiums delicados y muy sensitivos deben abstenerse de comunicaciones con los Espíritus violentos, cuya impresión es penosa a causa de la fatiga que de ello resulta”.
Médiums naturales o inconscientes: los que producen los fenómenos espontáneamente, sin ninguna participación de la voluntad, y lo más a menudo sin saberlo. (Núm. 161).
Médiums facultativos o voluntarios: los que tienen el poder de provocar los fenómenos por un acto de su voluntad. (Núm. 160).
“Cualquiera que sea esta voluntad nada pueden si los Espíritus se niegan; lo que prueba la intervención de un poder extraño”.
- Extraido del Libro de los Médiums-
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LA IRRITABILIDAD
¿Estás enojado?
¿Desearías pagarla con el primero que se te acercase?
¿Necesitas hablar decir todo lo que sientes, verter el veneno de tu rebelión y así te sentirías más tranquilo?
¿Verdad que piensas que llevas tu la razón?
Suele suceder, cuando somos contrariados, cuando algo nos sale mal, cuando nos hacen daño, es el impulso del animal dolido, el que nos lleva a explotar y sin medida arremeter contra aquello que más cerca tenemos.
Pero esto no debe ser así, el hombre ha de tener el control de sí mismo, y es algo que hay que tratar de conseguir. Es preciso antes de hablar contar hasta tres, esto ya lo hemos escuchado muchas veces, y no le hemos dado importancia, pero es un gran remedio, debemos pasar por el tamiz de la razón y el buen sentido todo lo que vamos a decir antes de hacerlo, hemos de controlar los impulsos inferiores, y no es el que más grita, o el que más se defiende el que tiene la razón.
Contar hasta tres, es muchas veces, cuando hemos discutido, cuando alguien nos ha contrariado, contener nuestros impulsos de contestar, reflexionar, y espera unos días, para pensar en lo que nos han hecho, en lo que nos han dicho, y ver si merece la pena hacer una replica, el sentirnos ofendidos, y ver si no es mejor, alzar nuestro brazo y dejarlo todo pasar, para cuando nuestro sentir sea limpio, ver si realmente merece la pena hacerlo.
La verdad no necesita que se defienda, ella misma lo hace por su razón de ser, es la persona que no actúa bien, que no se siente segura de su comportamiento, la que al ser contrariada necesita replicar defenderse, mientras la que es ofendida y no se siente culpable, se queda igual, porque realmente no le llega aquello que le lanzan.
Por eso muchas veces no merece la pena discutir, cuando estamos seguros de nuestro buen comportamiento, no merece la pena que nos defendamos nuestros hechos son los que hablan y nos definen tal como somos.
Igual sucede cuando somos ignorantes, en cualquier parte, nuestros hechos hablan por nosotros, la gente nos ve, y nos rechaza, porque en cualquier parte y sin apenas darnos cuenta, nuestros impulsos inferiores afloran dejando en ridículo nuestra personalidad.
El hombre ha de aprender a dejar a un lado sus instintos animalescos, si, si muchas veces pudiéramos vernos después de una discusión en una pantalla, nos pesaría esa reacción nuestra fuera de control, nos avergonzaría, y quisiéramos seguramente borrarla, que no hubiera sucedido, pero ya no es posible, por eso hay que controlar nuestra lengua viperina educarla, ser nosotros dueños de ella, para que solo se exprese cuando nosotros razonadamente le demos permiso. Hemos de aprender a poner en funcionamiento el freno que ella trae, y no dejarla manejarse a su antojo, haciéndonos caer en palabras obscenas, que nos desprestigian ante la sociedad, y sobre todo ante nosotros mismos, pues es la conciencia la que después nos acusa de ordinarios, de bárbaros.
Siempre el amor, es la puerta que nos da acceso a conseguir todas las virtudes, en cualquier situación que nos podamos encontrar, si este aflora en nuestro interior, restando importancia a los hechos, balsamizando toda conducta precaria, arrojando un velo para conseguir el olvido de la ofensa, para dar acceso a la disculpa, a la tolerancia, al perdón, todo cambiará y la vida adquirirá otro sentido muy distinto para nosotros, lejos de sentirnos humillados, ofendidos, nos sentiremos como verdaderos héroes, siendo dueños de nosotros mismos ante cualquier situación, manejando las circunstancias según las miras de Cristo, que nos decía que aquel que estuviera libre de culpas que arrojase la primera piedra.
Hay que tener mucho cuidado en el trato de los problemas con los otros, porque muchas veces, ellos ni ligeramente piensan en aquello que podamos pensar. Los pregoneros de moral rigurosa, pocas veces no caen en las situaciones que condenan.
Toda persona que lesiona a otra, en los compromisos del corazón, está fatalmente lesionándose a si misma. Respetemos siempre las uniones y separaciones entre las personas de nuestro mundo particular, sin sorpresa o censura, ya que no conocemos sus razones y procesos de origen.
Ante los errores del amor, si usted nunca erró por emoción, imaginación, intención o acción, arroje la primera piedra, conforme recomienda Jesús.
Trabajo realizado por Merchita
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