. ¿Por qué el espíritu que está en el espacio se encarna en un cuerpo?
−Porque es la ley de su naturaleza, la condición necesaria para sus progresos y para su destino. La vida material, con sus dificultades, precisa esfuerzo, y el esfuerzo desarrolla nuestras fuerzas latentes y nuestras facultades en germen.
¿El espíritu se encarna sólo una sola vez?
− No, se encarna tantas veces como sea necesario para alcanzar la plenitud de su ser y de su felicidad.
Pero, ¿para lograr este fin, es necesaria la pluralidad de existencias?
− Sí, porque la vida del espíritu es una educación progresiva que supone una serie larga de trabajos que hay que realizar y de etapas que hay que recorrer.
Una sola existencia humana, cuándo es muy buena y muy larga, ¿no podría bastar para el destino de un espíritu?
− No. El espíritu no puede progresar, reparar, más que renovando muchas veces su existencia en condiciones diferentes, en épocas variadas, en medios diversos. Cada una de sus reencarnaciones le permite refinar su sensibilidad, perfeccionar sus facultades intelectuales y morales.
Usted dijo que el espíritu se reencarnaba para reparar ¿Significa que practicó el mal en sus vidas precedentes?
− Sí; el espíritu practicó el mal por el mismo hecho que no hizo todo el bien que debía cumplir. Queda ahí un hueco que es preciso completar.
¿Qué es el mal?
− Es la ausencia del bien, como lo falso es la negación de la verdad; la noche, la ausencia de luz. El mal no tiene existencia positiva; es negativo por naturaleza. Hacer el bien, es aumentar el Ser en nosotros; omitir el bien, es disminuir el Ser.
¿Cómo nos permiten las reencarnaciones reparar las existencias fracasadas?
− Lo mismo que el obrero que hizo mal su tarea la empieza de nuevo, así el espíritu que falló su vida la rehace.
¿Tenemos pruebas de la reencarnación de los espíritus?
− Sí, primero aquellas a los que los espíritus mismos nos aportan en sus revelaciones; luego, las aptitudes innatas de cada individuo, que determinan su vocación y le trazan aquí abajo las grandes líneas de su vida. De ahí las diferencias materiales, las intelectuales y las morales que distinguen entre ellos a los hombres sobre la tierra y que explican las desigualdades sociales.
¿La doctrina de la reencarnación es un descubrimiento reciente del espíritu humano?
− De ninguna manera. La humanidad siempre creyó en ella; toda la antigüedad la profesó; los grandes iniciados lo enseñaron al mundo, y Jesús mismo se refiere a ella en su Evangelio.
Ya que vivimos muchas veces, ¿cómo es que no conservamos ningún recuerdo de nuestras vidas pasadas?
− Dios no lo permite, porque nuestra libertad disminuiría por la influencia del recuerdo de nuestro pasado. «El que pone la mano en el arado, si quiere trazar su surco, no debe mirar atrás.»
Así, ¿por que fenómeno se produce en nosotros el olvido de nuestras vidas anteriores así en nosotros?
− En el momento en el que el espíritu se reencarna, es decir cuando vuelve a un cuerpo, a medida que penetra en él, sus facultades se velan una tras otra; la memoria se borra y la conciencia se duerme. En el momento de la muerte, se produce el fenómeno contrario. A medida que el espíritu se desencarna, las facultades se sueltan una tras otra, la memoria se recupera, la conciencia se despierta. Todas las vidas anteriores regresan poco a poco a la conciencia del espíritu que acaba de desencarnar.
¿No existe ningún medio de provocar momentáneamente el recuerdo de las antiguas vidas?
− Si, por la hipnosis o el sueño artificial en grados diversos. Sabios contemporáneos hicieron y hacen todavía cada día experimentos concluyentes que prueban la realidad de las existencias anteriores.
¿Cómo se hacen estos experimentos?
− Cuando un experimentador concienzudo e instruido encuentra un sujeto apto a sufrir su influencia magnética, le adormece. Gracias a este sueño, la vida presente queda momentáneamente suspendida; entonces, la memoria de las vidas anteriores, adormecida en las profundidades de la conciencia, se despierta, y el sujeto hipnotizado ve de nuevo y cuenta todo su pasado. Se ha escrito libros enteros sobre estas preciosas revelaciones que nos hacen conocer las leyes del destino.
¿Es necesario que la vida presente sea suspendida, adormecida, para que las vidas anteriores se revelen?
− Sí, como es necesario que el sol se acueste para que las estrellas, escondidas en las profundidades de noche, aparezcan en nuestros ojos.
Extraído del libro “Síntesis doctrinal y práctica del Espiritismo”
León Denis
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" Si trabajas, puedes servir;
Si sirves adquieres lo necesario;
Si dispones de lo necesario, encuentras la paz;
Si posees la paz, sigues con Dios."
Emmanuel, a través de Fco. Cándido Xavier
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