miércoles, 5 de febrero de 2025

Los fluidos que nos envuelven

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Energías

2.-En la siembra del amor

3.-Cirugía espiritual

4.- Los fluidos que nos envuelven

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                                                     ENERGÍAS

    En el transcurso de charlas espiritualistas y, sobre todo, al final de ciertas conferencias contradictorias, varias veces me han presentado esta cuestión: “¿Qué es la energía en las diversas formas en que actúa, que ya se nos hacen familiares?” 

    Gracias a las enseñanzas de nuestros guías espirituales, estamos en condiciones
de responder: “La energía resulta de esa corriente inmensa de fuerzas que recorre el Espacio, regula la marcha de los astros y alimenta la vida de todos los seres en los planetas...”


    La electricidad, las ondas hertzianas y todas las fuerzas radiantes, cuya existencia constatamos hoy, no son más que emanaciones derivadas, y podríamos decir incluso parcelas, de esa poderosa corriente de fuerza y de vida que anima el Universo y cuya fuente está en Dios.

    La energía o movimiento representa la acción más sensible del ser universal, en el Tiempo y en el Espacio. Dios es la fuente de la vida y la vida se manifiesta por el movimiento.

    Duración, Espacio y Movimiento forman, en su reunión, la unidad que se manifiesta: ¡Dios!

    Desde Galvani, la atención del hombre se ha encaminado hacia la electricidad, pero fue solo a partir de los trabajos de William Crookes sobre los estados sutiles  de la materia cuando hemos empezado a percibir la extensión, a calcular la potencia de las fuerzas invisibles. Se sabe que las experiencias de ese ilustre sabio,
con los médiums Home y Florence Cook, fueron el punto inicial de grandes descubrimientos que se sucedieron y revolucionaron la Física. Ciertamente, antes de él, Allan Kardec y la Escuela Espirita habían establecido la existencia del mundo de los fluidos, pero fue Crookes el primero que consiguió captar las fuerzas radioactivas y almacenarlas, de modo a hacerlas útiles para la Ciencia humana.

    Sus análisis sutiles de la fuerza psíquica están descritos en su libro Recherches sur le Spiritualisme (Pesquisas de los Fenómenos Espíritas).

    Quizá se observe que no hay que confundir las radiaciones del Espacio con el fluido humano. Pero sabemos que una relación íntima los religa y que todas las fuerzas terrestres, celestes y humanas se relacionan a un principio común.

    La materia, bajo sus diversos aspectos, constituye un inmenso reservorio de energía. En realidad, ella es tan solo fuerza condensada: los sólidos se transforman en líquidos, los líquidos en gases, los gases en fluidos, y éstos, a medida que se vuelven más sutiles, más quintaesenciados, recuperan sus propiedades primitivas
y parecen impregnarse de inteligencia. Por lo menos es lo que parece resultar de ciertas manifestaciones del rayo.

    En un grado superior, la fuerza parece identificarse con el espíritu y se convierte
en uno de sus atributos.

    Toda materia concreta es tan solo, por lo tanto, la energía capturada. El químico Fabre calculó que un kilo de carbón concentra 23 billones de calorías, que liberadas, bastarían, según dice, para accionar una red de líneas de ferrocarril, durante dos años. Ahora bien, tan solo liberamos, actualmente, un número
proporcionalmente insignificante. El día en que se sepa desintegrar, liberar todas las partículas de la materia, estaremos en posesión de una fuerza incalculable.

    Sin embargo tales progresos, según dicen los espíritus, son medidos por el valor moral de la Humanidad. Dios no permite que ciertas revelaciones o descubrimientos se lleven a cabo antes de que el hombre haya alcanzado una conciencia más completa de sus deberes y de sus responsabilidades.

- LEÓN DENIS -

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                       EN LA SIEMBRA DEL AMOR 

Ayuda siempre, hijo mío. 

Piensa en el bien, exalta su grandeza e intensifica sus dones en la tierra. 

La gloria más expresiva del perdón no reside tanto en la superioridad de aquel que lo concede, sino en la suma de los beneficios generales que vendrán después de él.
- El más alto valor del concurso fraternal, no está contenido en el socorro a las necesidades materiales de orden inmediato y, sí, en el estímulo de la confianza y la fraternidad. 

Solamente los espíritus en desequilibrio extremo, grandemente endurecidos en el mal, menosprecian las manifestaciones del bien. 

Sé que es difícil juzgar el destino de una dádiva y, a veces, tu pensamiento se pierde, inútilmente, en complicadas conjeturas. 

“¿Habré dado para el bien? ¿Habré dado para el mal?” –  Te Interrogas a ti mismo. 
Pero, si no diste cuanto posees, si apenas concediste migajas del tesoro que el Señor te confió, ¿No podrás ayudar al próximo, tranquilamente, en nombre del mismo generoso Señor que todo te prestó en el mundo, a título precario? 

Claro que no te ruego favorecer el crimen y el desorden visibles a nuestra mirada. Entretanto, si te puedo pedir alguna cosa, en ningún momento te niegues a la cooperación fraternal. 

No abandones al enfermo, recelando aborrecimientos y no huyas del hermano desdichado que cayó en las mallas de la justicia, temiendo sinsabores. 

Si tu bondad no fue comprendida, aprende a esperar. 

¿No es más cristiano aquél que sirve por amor de servir, sin ninguna expectativa de remuneración? 

No te olvides de que el Maestro fue conducido al madero de la angustia, por ayudar y amar siempre… 

Equivócate, auxiliando. 
Será mejor así, porque todos estamos bajo la mirada de la vigilancia Divina. 

El hombre que ayuda por vanidad y ostentación casi siempre, en poco tiempo, crea para sí mismo el hábito de auxiliar, alcanzando sublimes virtudes. Aquél que, todavía, fiscaliza mucho los beneficiados y razona con exceso en cuanto a “dar” y a “no dar” no es raro, que se convierta, en un calculista de la piedad, endureciendo el corazón, por numerosos siglos. 

¡Oye! Estamos al frente del tiempo infinito… 
Es imprescindible sembrar. 
No abones el vicio y el crimen. Tampoco olvides, que es necesario plantar mucho amor, para que el amor nos favorezca.. 

FRANCISCO CANDIDO XAVIER 
Por el espíritu NEIO LUCIO 


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                                         CIRUGÍA ESPIRITUAL

                              ( disertaciones mediúmnicas)

                                                                           


Jaén, 3 de junio de 1974

  - Soy un hermano vuestro, que quiere para vosotros la bendición de Dios.

- Gracias hermano

- Vengo a deciros que la oración es el bisturí que extirpa los dolores, sufrimientos y adversidades que padecen los hombres, y el narcótico que hace falta para esa cirugía espiritual es la FE y la ESPERANZA. ¿ Me vais comprendiendo?.

- Perfectamente hermano.

- El Espíritu, cuando por ley divina que ignoramos nosotros todavía, pide reencarnar en la Tierra o en otros mundos destinados a ello. ha hecho un compromiso espiritual. dictado por su libre albedrío, de lo que tiene que luchar, sufrir, llorar, y a la vez que él lo hace, quienes han de compartirlo con él. Esto, como veis, no es una injusticia; es una justicia divina y una facilidad que Dios da a sus Espíritus para que progresen, porque el progreso, que es indefinido, hay que depurarlo con dolores, incertidumbres y lágrimas. Por eso, el destino es inexorable y si no es cumplida la misión, hay que volver a cumplirla. Y esas leyes tan grandes, esa enorme cantidad de leyes tan divinas, ni vosotros ni nosotros podemos comprender todavía el alcance de su proyección, pero es bien cierto que Dios ha hecho estas leyes para todos sus hijos y según el grado de adelanto y luz que tiene el Espíritu, así va definiendo y asimilando las leyes que corresponden a su plano . Los grandes mentores que ya han pasado todas esas fases de la vida no necesitan ese acopio de dolor. de incertidumbre, ni de lágrimas.

     El hombre, humanamente, como estáis vosotros, tiene un velo muy tupido para comprender la exactitud de las ya citadas leyes pero, hermanos amados, el remedio infalible que tienen todos esos males que el hombre engendra por su poca constancia, su poca fe, su poco valor, su poco conocimiento divino y su poca resignación para soportar el dolor y el sufrimiento, es la FE y la ESPERANZA.

    Quisiéramos poder explicar- pero no podemos hacerlo- la transformación que experimenta el ser cuando ha cumplido fielmente su cometido, cuando ya ha dado el adiós al mundo de redención o expiación, para ir a otros mundos superiores en luz, sabiduría y amor. Pero los que estáis en la Tierra, o como nosotros, ligados a ella, hemos de tener una voluntad sin límites y uan conocimiento muy claro de que las cosas no ocurren por azar, sino que están previstas de antemano para bien de los que sufren y de los que por lazos de afinidad se identifican con ellos.  La vida en la Tierra es de una valentía inmensa, porque no solo sufrís los dolores, sino la terrible incertidumbre que desarma al corazón, la fortaleza de ánimo, y daña con frecuencia la santa fe.

    Todo cuanto os expongo os está causando molestias-

- ¡ No hermano, no digas eso, continúa !

 -  Con mi inútil charla, vengo a deciros: Para todo, aunque no pidáis, hay siempre una  protección divina que está con vosotros; muchas veces el dolor lo sentís mucho más fuerte. Los remedios no llegan; la incertidumbre campea por sus respetos en todas vuestras voluntades; el ánimo se acobarda, el corazón se contrae, la fortaleza se quiebra y la voluntad se marchita. Pues todas esas adversidades no tienen comparación con los actos en que salís victoriosos, que no conocéis ni conoceréis hasta que estéis en el plano astral que os corresponda. Pero como hemos dicho que la oración es el bisturí divino, os animamos que hagáis un esfuerzo inaudito, que templéis fuertemente vuestra alma, porque según el temple que tenga el alma ante las pruebas, será o no rechazado el dolor. Y cuando sintáis que no se han concedido vuestras súplicas o vuestros deseos, ¡ jamás dudéis ni desmayéis !. Eso jamás, porque ha de cumplirse exactamente todo lo previsto, y si perdéis esa grandiosidad y ese sostén divino que son la FE y la ESPERANZA, os resultarán insostenibles vuestros dolores y vuestras lágrimas.

    Los hermanos de acá nunca os dejan, siempre os protegen. Los resultados no son visibles para vosotros, pero estar seguros, sin miedo a equivocaros, que la solución vendrá; que la misericordia de Dios, aunque no os lo creáis, no falla nunca y llega a su tiempo exactísimo, porque esas Leyes que os rigen y nos rigen a todos, son inmutables y ciertamente exactas y divinas.

- Buenas noches hermanos; quedaros con Dios.

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   LOS FLUIDOS QUE NOS ENVUELVEN

10. La capa de fluidos espirituales que rodea a la Tierra puede compararse con las capas inferiores de la atmósfera: más pesadas, más compactas, menos puras que las capas superiores. Esos fluidos no son homogéneos; constituyen una mezcla de moléculas de diversas cualidades, entre las cuales necesariamente se encuentran las moléculas elementales que forman su base, aunque con mayores o menores alteraciones. Los efectos que producen esos fluidos guardan relación con la suma de las partes puras que contienen. 

     Tal es, en comparación, el alcohol rectificado o mezclado en proporciones diversas con el agua u otras sustancias: su peso específico aumenta a consecuencia de esa mezcla, mientras que su potencia y su condición de inflamable decrecen, aunque en el todo siga habiendo alcohol puro. 

     Los Espíritus destinados a vivir en ese medio extraen de él sus periespíritus; no obstante, conforme el Espíritu sea más o menos depurado, su periespíritu habrá de constituirse con las partes más puras o más densas del fluido característico del mundo en el que encarna. 

     El Espíritu produce allí, siempre por comparación y no por equivalencia, el efecto de un reactivo químico que atrae hacia él las moléculas que su naturaleza puede asimilar. 

     Resulta de eso un hecho fundamental: la constitución íntima del periespíritu no es la misma en todos los Espíritus encarnados o desencarnados que pueblan la Tierra o el espacio que la circunda. No ocurre lo mismo con el cuerpo carnal que, como ha sido demostrado, se forma de los mismos elementos, sea cual fuere la superioridad o inferioridad del Espíritu. Por eso, los efectos producidos por el cuerpo son los mismos en todos, las necesidades son semejantes, mientras que difieren en todo lo que respecta al periespíritu. 

     También resulta que la envoltura periespiritual de un Espíritu se modifica con el progreso moral que este realiza en cada encarnación, aunque encarne en el mismo medio; que los Espíritus superiores, que excepcionalmente encarnan para cumplir una misión en un mundo inferior, tienen un periespíritu menos denso que el de los nativos de ese mundo. 

La Génesis - Capítulo XIV *296 
Allan kardec. 


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