INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- En la oscuridad
2.- Influencia moral de los médiums
3.- Disertación mediúmnica sobre el Espíritismo, por Amalia D. Soler
4.-La mediumnidad, como tesis de un psiquiatra
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EN LA OSCURIDAD
Cada situación a la que somos conducidos es portadora de ocultas enseñanzas para nuestro bien. Los designios superiores jamás nos proponen cuestiones de las que no necesitamos en la arena de las circunstancias.
La concepción de los
abismos purgatoriales, es una información muy valiosa para los encarnados,
auxiliándolos en la preparación necesaria para la ciencia del bien vivir.
Tremendos precipicios, donde entidades culpables se
interpelan unas a otras en deplorables actitudes;
rayos llameantes caen del firmamento sobre los valles de la rebeldía; innumerables
entidades dominadas por extrañas alucinaciones en cámaras rectificadoras…
Voces lastimosas dispersas
desvaneciéndose hacia el cielo de humo… No,
no son solo lamentaciones; a proporción, se modifica el griterío y se oyen
también carcajadas,
Impresiones.
Andre Luiz, a través del médium Chico Xavier en el libro “En el Mundo Mayor” en el capitulo VIII “En el Umbral de las Cavernas” nos relata este cuadro de las zonas tenebrosas del Astral Inferior.
Siendo una zona pantanosa, donde numerosos grupos de entidades humanas desencarnadas se perdían de vista, en asombrado desdén, a la manera de millares de locos, separados unos de los otros, o en grupos, según la especie de desequilibrio que les era peculiar.
Calderaro que estaba allí para aprender y estudiar con el fin de poder elucidar a los hombres, decía que no le era posible calcular la extensión de la llanura inmensa, y que aunque hubiese marcas tipográficas, para tal apreciación, la niebla era demasiado densa para que se pudiese computar distancias.
El decía que aquel “pueblo desencarnado” no se daba cuenta de su propia situación. Mientras densos grupos de almas torturadas se debatían en una sustancia viscosa, en el suelo, asambleas de Espíritus dementes pululaban no lejos en interminables contiendas por mezquinos intereses.
El paisaje era
impresionante por las características infernales.
Notando la displicencia de muchos de aquellos hermanos infelices. Los grupos de infortunados actuaban, allí, desconociendo los padecimientos unos de los otros. Ciertos grupos, volitaban a pequeña altura, como bando de cuervos ennegrecidos, más oscuros que su propia sombra que los envolvía, al paso que bastos cardúmenes de desventurados yacían adheridos al suelo, como aves desdichadas con las alas partidas…
Los veían, algunos, pero no
les daban la menor importancia, estaban muy preocupados consigo mismo; guardaron en
su corazón sentimientos rastreros y tardarían en liberarse de ellos.
Funcionaban
por allí, innumerables puestos de socorro y variadas escuelas en las que mucha gente practican la abnegación. Los torturados y los que padecían eran atendidos, de acuerdo con las posibilidades de aprovechamiento que demostraban.
Las regiones inferiores jamás estarán sin enfermeros y sin maestros, porque una de las mayores alegrías de los cielos es la de evacuar los infiernos.
Son bandas de seres los que se movilizan a ras del suelo, por el método de la volatilidad, facultad, que depende fundamentalmente de la fuerza mental almacenada por la inteligencia, importa, con todo, considerar que los vuelos altísimos del alma solo se hacen posibles cuando a la intelectualidad elevada se alía el amor sublime. Hay espíritus perversos con vigorosa capacidad volitiva, a pesar de estar circunscritos a bajas incursiones. Son dueños de inmenso poder de raciocinio y manejan ciertas fuerzas de la Naturaleza, pero sin características de sublimación en el sentimiento, lo que les impide grandes ascensiones.
Los lugares purgatoriales de los deseos y de las acciones criminales, aguardan a las almas manchadas por los desvaríos, constituyen lógicas realidades, en las zonas espirituales del mundo. Allí, los avarientos, los homicidas, los codiciosos y los viciados de todos los matices se agregan en deplorable situación de ceguera intima. Formando cordones compactos, inclinándose más y más hacia los despeñaderos.
Cuando mejoran, son asistidos, activas y abnegadas congregaciones de socorro que funcionan en el Más Allá.
Autoridades graduados
allí, atendiendo a imperativos superiores, improvisan tribunales
con funciones educativas, cuyas sentencias, resuman
siempre en determinaciones de trabajo regenerador, a
través de la Reencarnación en la Costra Terrestre.
De ese vastísimo arsenal de alineación de la mente, ensombrecida de culpas, sale el mayor coeficiente de las reencarnaciones dolorosas que pueblan los círculos carnales. De allí, como de otras zonas análogas, siguen para el campo físico, más denso, millones de hermanos en pruebas ríspidas, para que se aligeren de los débitos y armonicen lo íntimo perturbado. Pocos consiguen valerse de la oportunidad terrena, en el sentido de restaurar las propias energías. Es siempre fácil huir al camino recto, pero muy difícil el retorno…
Para conseguir la sabiduría con provecho, es indispensable adquirir amor.
La muerte nunca será un pasaporte gratuito para la ventura celestial. Nunca promoverá compulsoriamente hombres a ángeles. Cada criatura transpondrá esa aduana de la eternidad con el exclusivo equipaje de lo que hubiere sembrado, y aprenderá que el orden y la jerarquía, y la paz del trabajo edificante, son características inmutables de la ley, en todas partes.
Nadie después del sepulcro, gozará de un descanso que no haya merecido, porque “El reino del Señor no viene con apariencias externas.”
Trabajo realizado por Merchita
Extraído
del libro “En el Mundo Mayor” de Chico Xavier
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INFLUENCIA MORAL DE LOS MÉDIUMS
Disertación de un Espíritu sobre la influencia moral La siguiente instrucción, acerca de este tema, nos ha sido impartida por un Espíritu del cual ya hemos incluido numerosas comunicaciones en este libro :
“Como hemos dicho, los médiums, en cuanto tales, sólo ejercen una influencia secundaria en las comunicaciones de los Espíritus. Su tarea es la de una máquina eléctrica que transmite telegramas entre dos puntos apartados de la Tierra. De esta manera, cuando queremos dictar una comunicación, los Espíritus actuamos sobre el médium como el telegrafista lo hace sobre el aparato telegráfico. Es decir que, del mismo modo que el tac-tac del telégrafo va trazando a miles de leguas, sobre una tira de papel, las señales que reproducen el telegrama, nosotros también transmitimos, por medio del aparato mediúmnico, a través de las distancias inconmensurables que separan el mundo visible del mundo invisible, el mundo inmaterial del mundo encarnado, aquello que os queremos enseñar. No obstante, así como las influencias atmosféricas perturban a menudo las transmisiones del telégrafo eléctrico, también la influencia moral del médium perturba algunas veces la transmisión de nuestros mensajes de ultratumba, dado que nos vemos obligados a hacerlos pasar por un medio que les es adverso.
Con todo, la mayoría de las veces, esa influencia es neutralizada por nuestra energía y por nuestra voluntad, a fin de que no se ponga de manifiesto ningún efecto perturbador. De hecho, dictados de un elevado alcance filosófico, así como comunicaciones de una moralidad intachable, son transmitidos a veces por médiums poco apropiados para esas enseñanzas superiores. Mientras que, en algunas oportunidades, comunicaciones poco edificantes llegan a través de médiums que se avergüenzan de haberles servido de conductores.
”De manera general, podemos afirmar que los Espíritus se atraen por sus similitudes, y que muy raramente los Espíritus de las pléyades elevadas se comunican mediante instrumentos que son malos conductores, toda vez que tienen a mano buenos instrumentos mediúmnicos, en una palabra, cuando disponen de buenos médiums. ”Los médiums ligeros y poco serios atraen, pues, a Espíritus de esa misma naturaleza. De ahí que sus comunicaciones se caractericen por las banalidades, las frivolidades, las ideas truncas y a menudo poco ortodoxas, espíritamente(2) hablando.
Algunas veces, por cierto, ellos pueden decir –y dicen– cosas buenas. Pero en ese caso, especialmente, es necesario efectuar un examen severo y escrupuloso, porque junto a esas cosas buenas algunos Espíritus hipócritas insinúan, con habilidad y calculada perfidia, hechos fraguados, afirmaciones falaces, a fin de abusar de la buena fe de sus oyentes. En ese caso, se debe eliminar sin piedad toda palabra, toda frase equívoca, y sólo conservar del dictado lo que la lógica admite, o lo que la doctrina ha enseñado ya. Las comunicaciones de esa naturaleza sólo son de temer para los espíritas que se mantienen aislados, para los grupos nuevos o poco esclarecidos, puesto que en las reuniones donde los adeptos están más adelantados y han adquirido experiencia, el grajo pierde su tiempo si se adorna con las plumas del pavo real, y siempre será rechazado sin miramientos.
”No he de referirme a los médiums que se complacen en solicitar y recibir comunicaciones obscenas. Dejémoslos que se deleiten en la compañía de los Espíritus cínicos. Por otra parte, las comunicaciones de esa índole exigen, de por sí, la soledad y el aislamiento. En todo caso, no despertarán más que menosprecio y rechazo entre los miembros de los grupos filosóficos y serios. No obstante, la influencia moral del médium se hace sentir realmente cuando este sustituye, con sus ideas personales, aquellas que los Espíritus se esfuerzan por sugerirle, y también cuando extrae de su imaginación teorías fantasiosas que, de buena fe, cree que son el resultado de una comunicación intuitiva. En ese caso, por lo general habrá mil posibilidades contra una de que eso sólo sea el reflejo del Espíritu del médium. Incluso, algunas veces se produce el hecho curioso de que la mano del médium se mueve en forma casi mecánica, impulsada por un Espíritu secundario y burlón. Contra esta piedra de toque se quiebran las imaginaciones ardientes, porque, arrastrados por el entusiasmo de sus propias ideas, por el oropel de sus conocimientos literarios, los médiums ignoran el modesto dictado de un Espíritu sabio y, como quien deja escapar la presa para perseguir su sombra, lo sustituyen por una paráfrasis ampulosa. Contra este temible escollo chocan también las personalidades ambiciosas que, a falta de las comunicaciones que los Espíritus buenos les rehúsan, presentan sus propias obras como si pertenecieran a esos Espíritus. De ahí la necesidad de que los directores de los grupos espíritas estén dotados de un tacto sutil y de una extraordinaria sagacidad para discernir entre las comunicaciones auténticas y las que no lo son, y para no herir a quienes se engañan a sí mismos.
”Uno de vuestros antiguos proverbios dice: En la duda, abstente. Por lo tanto, admitid tan sólo lo que para vosotros sea de una incuestionable evidencia. Cuando surja una opinión nueva, por poco dudosa que os parezca, sometedla al tamiz de la razón y de la lógica, y desechad valerosamente lo que la razón y el buen sentido reprueben. Más vale rechazar diez verdades que admitir una sola mentira, una sola teoría falsa. En efecto, sobre esa teoría podríais edificar un sistema completo, que se desmoronaría ante el primer soplo de la verdad, como si fuera un monumento construido sobre arena movediza; mientras que, si hoy rechazáis algunas verdades, debido a que estas no son demostradas con claridad y lógica, más adelante un hecho contundente o una demostración irrefutable habrá de confirmaros su autenticidad.
”Recordad, sin embargo, ¡oh espíritas!, que nada es imposible para Dios y para los Espíritus buenos, excepto la injusticia y la iniquidad. ”En la actualidad, el espiritismo está bastante difundido entre los hombres, y ha moralizado suficientemente a los adeptos sinceros de esa santa doctrina, de modo que los Espíritus ya no se ven obligados a utilizar malas herramientas, es decir, médiums imperfectos. Por consiguiente, si ahora un médium, sea cual fuere, se convierte en objeto de legítima sospecha, por su conducta y sus costumbres, por su orgullo y su falta de amor y caridad, rechazad, rechazad sus comunicaciones, porque en ellas hay una serpiente oculta entre la hierba. Esta es mi conclusión acerca de la influencia moral de los médiums.”
– Espíritu Erasto- ( De El Libro de los Médiums )
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DISERTACIÓN MEDIÚMNICA SOBRE EL ESPIRITISMO, POR AMALIA D. SOLER
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LA MEDIUMNIDAD, COMO TESIS DE UN PSIQUIATRA
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