INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Preludios del regreso a la vida corporal ( 1 de 3 )
2.- Pluralidad de mundos habitados
3.- Laboratorio del mundo invisible
4.- Unas reflexiones sobre conocimiento espiritual
******************************
Antes de comenzar esta charla, diré a los hermanos lectores, que la lectura e interpretación de la Doctrina Espírita, me ha hecho pensar seriamente, en muchas cuestiones, que hacen a mi vida en lo personal y que posteriormente, tales cuestiones, se reflejaron en mis seres queridos, en mis hijos, familiares, compañeros de esta nueva encarnación.
La magnifica obra del Maestro Allan Kardec, en su codificación, fue, es y será mi guía permanente para el estudio de la Doctrina y sus entretelones de la vida material, más aún, la vida en el plano Espiritual, que a mi entender es nuestra verdadera morada.
Entre las cuestiones que me fueron presentando, en la medida de mi entendimiento, me despertó mayor interés , en los procesos reencarnatorios, tan bien explicados en el “Libro de los Espíritus”; capítulo IV “Pluralidad de las Existencias” y más específicamente, el capítulo VII, “Retorno a la Vida Corporal”, capítulos éstos, tan amplios e importantes, para nuestro entender, que los he tomado como perfectos para la introducción de esta charla.
Si bien me encuentro entre hermanos estudiosos del Ideal Espírita, espero a través de la presente, poder reafirmar conceptos y si Dios me lo permite, abrir nuevas expectativas, para el estudio más acabado de aquellos hermanos que le interesen “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal” y los entretelones de cómo se reencarna, abarcando los entretelones tan poco comunes, en algunos casos, de una nueva existencia, de una nueva existencia que ha de comenzar, el Espíritu para su evolución hacia Dios.
Debo aclarar lo mucho que me ha ayudado para el logro de esta charla, el contenido que se encuentra en el libro “Misioneros de la Luz”, los capítulos XII, XIII y XIV. Preparación, de Experiencias, Reencarnación y Protección, respectivamente, dictado por el Espíritu de André Luiz, al Médium, Francisco Cándido Xavier.
Para ir entrando en el tema, he tomado del capítulo, cuarto, del Libro de los Espíritus, “Pluralidad de las Existencias”, el punto número (dos) “Justicia de la reencarnación”, en la pregunta N° 171, dónde el Maestro Allan Kardec, pregunta al mundo espiritual de Luz; ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación? Respondiéndose: En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar lo repetimos: Un buen padre siempre deja siempre a sus hijos, una puerta abierta al arrepentimiento, ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido el mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios?,. Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
Para no dejar puntos poco claros a éste respecto, el Maestro Allan Kardec, nos dice: “Todos los Espíritus tienden hacia la perfección y Dios les provee los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero en su justicia les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba”.
No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su muerte estuviera irremediablemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y nos hubiera tratado con imparcialidad.
La Doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el hombre, muchas existencias sucesivas, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con los hombres de una condición inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestra esperanza, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos los indica y los Espíritus así lo enseñan.
Saliendo de las textuales palabras del maestro Allan Kardec y entendiendo que en mayor o menor medida, somos deudores ante la Justicia Divina y que muchos de nosotros ya hemos tenido varias existencias, llegando el momento de preguntarnos: ¿Cómo se han operado esta y aquellas? ¿Hemos sido siempre conscientes del cumplimiento de esta ley? ¿Quién nos orienta en La nueva travesía terrestre? Estas y un sin número de preguntas tienen respuesta, siempre y cuando veamos al ser humano, al Espíritu inmortal, dentro de un punto de vista independiente, único y no generalizar la reencarnación como un hecho puramente usual, basándonos en el imperativo de la procreación y que las virtudes o desgracias del recién llegado, son obra de la suerte. Esto quiere decir, que cada ser esta subordinado indefectiblemente a sus obras del pasado y que en el mayor de los casos, descendemos a la tierra, endeudados con la Justicia Divina, para soportar pruebas o difíciles expiaciones que se muestran desde el primer día de nuestro nacimiento, habiendo elegido en el mayor de los casos, nosotros mismos, lo más conveniente para nuestro adelanto, y en otros casos la reencarnación se impone, sobre todo cuando, el Espíritu no es todavía apto para realizar una elección con conocimientos propios del acto que ha realizar y sus consecuencias.
Las pruebas están a la vista ¿Cuántas veces hemos visto nacer niños, ciegos o sin sus extremidades o con crueles enfermedades, sin ningún pecado aparente? Casos que turban nuestra razón y hasta veríamos a un Dios injusto, sino tuviéramos el conocimiento que nos proporciona el estudio del Espiritismo, más cuando profundizamos la ley de causas y efecto, que se acciona con el Libre Albedrío de nuestros actos. Y con un sentimiento de Amor y caridad, esos seres de gran elevación nos dicen; ¡Todo se paga! Y necesario ha de ser para que la balanza de la Justicia Divina, volcada, hacia el lado del bien nos haga merecedores de vestir con el color blanco del manto nupcial y los colores áuricos de las virtudes adquiridas, para siempre.
Pues para la Justicia Divina, no hay errores, sólo entre los hombres existen falsas sentencias y delitos impunes, procederes estos que indican la inferioridad espiritual del mundo en que vivimos.
No es el propósito del presente escrito, indagar sobre tratados de leyes terrenales, ni de sus aplicaciones, solo me extendí brevemente en estas cuestiones que son de carácter introductorio, pero afirmando nuevamente que todo impedimento físico del grado que fuese, es la parte visible, es el efecto de una causa.
Para continuar esta charla, primero veremos los acontecimientos de cómo el Espíritu llega de su retorno de la vida material a la vida Espiritual. Es como ver el inicio de una nueva etapa.
Durante la vida material, el Espíritu se halla ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial, que se denominó periespíritu. La muerte solo destruye el cuerpo y no al periespíritu, el cual se separa del cuerpo cuando cesa en éste la vida orgánica. Las observaciones realizadas nos dicen que el desprendimiento del periespíritu se opera de diferentes formas, es gradual y en un plazo muy variable. En algunos Espíritus es rápida, éste proceso de liberación con la materia inerte, más aún hablando de Espíritus muy apegados al cuerpo físico, es más lento y largo, semanas, meses y hasta largos años, y en el peor de los casos, sienten con espanto, cómo es roído su cuerpo físico. Bien sabemos que el grado de adelanto moral, cumple un rol importantísimo, cuanto más conocimiento hay de la individualidad del ser, del desapego de las pasiones que embrutecen al alma y el conocimiento del “Porque de la vida”, el Espíritu escapa más rápido de esas ataduras, y felices aquellos que transitaron el camino del bien, se liberan dando gracias a Dios por la dicha que experimentan. ¿Pero que hay de aquellos que no han sabido ir por ése camino angosto y recto, qué por producto de la misma ignorancia, tomaron atajos hacia la delincuencia, el homicidio y hasta el suicidio? Algunos pensando que con éste accionar se terminarían sus suplicios, sus pesares y desdichas. Y cuando reingresan a la Patria Espiritual, sienten el remordimiento de sus actos, y una voz que les dice:
PLURALIDAD DE MUNDOS HABITADOS
"El estudio del cosmos engendra y afirma en el espíritu del hombre la idea de la pluralidad de mundos habitados." ( Camilo Flammarión )
El Universo está poblado por seres de variadísimas formas e infinita gradación evolutiva.
La vida no es un accidente que se produjo excepcionalmente en la Tierra. Ella es una constante universal. No estamos solos en un Universo infinito, eterno e ilimitado. Sería un grosero antropocentrismo creer que este globo es la única escuela dcl Universo y negar las posibilidades de vida en el piélago inmenso de otros planetas, sistemas o galaxias, que en el espacio existen en número infinito; vida que, obviamente, habrá adquirido distintas formas de expresión, de acuerdo con sus propias circunstancias.
El espíritu evoluciona a través de la pluralidad de vidas en la pluralidad de mundos, de manera tal, que la existencia se perpetúa en la inmensidad sin límites.
. Jon Aizpurúa- ( de su obra "Tratado de Espiritismo")
***********************
Laboratorio del mundo invisible
127. La escritura directa o pneumatografía es aquella que se produce espontáneamente sin auxilio de la mano del médium ni del lápiz. Basta tomar una hoja de papel blanco, lo que se puede hacer con todas las precauciones necesarias para no ser chasqueado por ninguna superchería, doblarla y colocarla en alguna parte, en un cajón o simplemente sobre un mueble, y si se tienen las condiciones que se requieren, al cabo de cierto tiempo más o menos largo se encuentran en el papel caracteres trazados, diversos signos, palabras, frases y aun discursos, las más de las veces con una sustancia pardusca parecida al plomo; otras veces con lápiz encarnado, tinta ordinaria y aun tinta de imprenta. He aquí el hecho en toda su sencillez, y cuya reproducción, aunque poco común, no es, sin embargo, muy rara, porque hay personas que lo obtienen con mucha facilidad. Si se ponía el lápiz con el papel se podría creer que el Espíritu se ha servido de él para escribir; pero desde el momento que el papel está enteramente solo, es evidente que la escritura está formada por una materia depositada. ¿De dónde ha tomado el Espíritu esta materia? Tal es la pregunta que hemos dicho, a cuya solución nos ha inducido la caja de tabaco de que más arriba hemos hablado.
128. El Espíritu de San Luis nos ha dado esta solución con las respuestas siguientes:
1. Hemos citado un caso de aparición del Espíritu de una persona viva. Este Espíritu tenía una caja de tabaco y tomaba polvo. ¿Sentía, efectivamente, la impresión del que toma polvo en realidad?
No.
2. Esta caja de tabaco tenía la misma forma que la que él usaba ordinariamente y que estaba en su casa. ¿Qué era, pues, la caja de tabaco que tenía este hombre en sus manos?
Una apariencia; sucedió de este modo para que notase la circunstancia, como lo ha sido, y que la aparición no se tomase por una alucinación producida por el estado de salud del vidente. El Espíritu quería que esta señora creyese en la verdad de su presencia, y tomó todas las apariencias de la realidad.
3. Decís que fue una apariencia; pero una apariencia nada tiene de real, es como una ilusión de óptica; nosotros quisiéramos saber: ¿esta caja de tabaco sólo era una imagen sin realidad, o tenía alguna cosa de material?
Ciertamente: con ayuda de este principio material es como el periespíritu toma la apariencia de vestidos semejantes a los que llevaba el Espíritu cuando vivía.
Observación. - Es evidente que en este caso la palabra apariencia debe tomarse en el sentido de aspecto, imitación. La casa de tabaco real no estaba allí; la que tenía el Espíritu sólo fue la representación: era, pues, una apariencia comparada con el original, aunque formada de un principio material. La experiencia nos enseña que no es necesario tomar siempre a la letra ciertas expresiones empleadas por los Espíritus; interpretándolas según nuestras ideas, nos exponemos a grandes equivocaciones por esto es menester profundizar el sentido de la palabra siempre que presenta la menor ambigüedad; esta recomendación nos la hacen constantemente los mismos Espíritus. Sin la explicación que hemos provocado, la palabra apariencia constantemente reproducida en casos análogos, podía dar lugar a una falsa interpretación.
4. ¿Acaso sería doble la materia inerte? ¿Y habría en el mundo de los Espíritus una materia esencial que revistiera la forma de los objetos que vemos? En una palabra, ¿estos objetos tendrían su doble etéreo en el mundo invisible, así como los hombres están representados en él por los Espíritus?
Esto no se opera de este modo; el Espíritu tiene sobre los elementos materiales esparcidos por todas partes en el espacio y en vuestra atmósfera, una potencia que estáis lejos de adivinar. Puede a su gusto concentrar estos elementos y darles la forma aparente acomodada a sus proyectos.
Observación. - Esta cuestión como hemos visto, era la traducción de nuestro pensamiento, esto es, de la idea que nos habíamos formado sobre la naturaleza de estos objetos. Si las respuestas fuesen como algunos lo pretenden, el reflejo del pensamiento, hubiéramos obtenido la confirmación de nuestra teoría, en lugar de una teoría contraria.
5. Os haré la pregunta de nuevo de una manera categórica, a fin de evitar todo equívoco. ¿Los vestidos con que se cubren los Espíritus son alguna cosa?
Me parece que mi respuesta precedente resuelve la cuestión. ¿No sabéis que el mismo periespíritu es también algo?
6. Resulta de esta explicación que los Espíritus hacen sufrir a la materia etérea transformaciones a su gusto y que de este modo, por ejemplo, se hizo la caja de tabaco; el Espíritu no la encontró hecha, sino que la hizo él mismo en el momento que la necesitaba, por un acto de su voluntad, y que pudo deshacerla; lo mismo debe ser en cuanto a los otros objetos, tales como vestido, joyas, etc.
Esto es evidente.
7. Esta caja de tabaco fue visible para esta señora, al punto de hacerla ilusión. ¿Hubiera podido el Espíritu hacerla también tangible para ella?
Lo hubiera podido.
8. ¿Si hubiese llegado el caso, hubiera podido tomarla en sus manos, creyendo tener una verdadera caja de tabaco?
Sí.
9. ¿Si la hubiera abierto, probablemente habría encontrando tabaco; si lo hubiese tomado le hubiera hecho estornudar?
Sí.
10. ¿El Espíritu puede, pues, dar no sólo la forma, sino las propiedades especiales?
Si él lo quiere; y en virtud de este principio he respondido afirmativamente a las preguntas precedentes. Tendréis pruebas de la poderosa acción que ejerce el Espíritu sobre la materia, lo que estáis lejos de comprender, como os he dicho ya.
11. Supongamos, pues, que hubiera querido hacer una sustancia venenosa, y si una persona la hubiese tomado, ¿se hubiera envenenado?
Lo hubiera podido, pero no lo hubiera hecho; no se le hubiese permitido.
12. ¿Podría haber hecho una sustancia saludable y propia para curar una enfermedad, y se ha presentado este caso?
Sí, muy a menudo.
13. Entonces podría hacer una sustancia alimenticia; supongamos que hubiese hecho un fruto, un manjar cualquiera, ¿se hubiera podido comer y quedar saciado?
Sí, sí; pero no investiguéis tanto para encontrar lo que es tan fácil de comprender. Basta un rayo de sol para hacer perceptibles a vuestros órganos groseros estas partículas materiales que llena el espacio en medio del cual vivís; ¿no sabéis que el aire contiene vapores de agua? condensadlos, los pondréis en el estado normal; privadles del calor y he aquí que esas moléculas impalpables e invisibles vienen a ser un cuerpo sólido y muy
sólido, y muchas otras sustancias de las cuales los químicos os sacarán maravillas más admirables aún; sólo el Espíritu posee instrumentos más perfectos que los vuestros: la voluntad y el permiso de Dios.
Observación. - La cuestión de saciedad es aquí muy importante. ¿Cómo una sustancia que no tiene sino una existencia y propiedades temporales y en algún modo de convención puede producir la saciedad? Esta sustancia por su contacto con el estómago, produce la sensación de saciedad, pero no la saciedad resultante de la plenitud. Si tal sustancia puede obrar sobre la economía y modificar un estado mórbido, puede del mismo modo obrar también sobre el estómago y en ello producir el sentimiento de la saciedad. Rogamos, sin embargo, a los señores farmacéuticos y fondistas que no conciban celos, ni crean que los Espíritus vengan a hacerles la competencia; estos casos son raros, excepcionales, y no dependen jamás de la voluntad; de otro modo se alimentaría y curaría a muy poco precio.
14. ¿Los objetos hechos tangibles por la voluntad del Espíritu, podrían tener un carácter de permanencia y de estabilidad, y venir a ser usuales?
15. ¿Todos los Espíritus tienen en el mismo grado el poder de producir objetos tangibles?
Es cierto que cuanto más elevado está el Espíritu, más fácilmente lo obtiene; pero aun esto depende de las circunstancias; los Espíritus inferiores pueden obtener este poder.
16. ¿El Espíritu sabe siempre cómo producir ya sean sus vestidos, ya sean los objetos de los cuales ofrece la apariencia?
No; muchas veces concurre a su formación por un acto instintivo que él mismo no comprende, si no es bastante ilustrado para esto.
17. ¿Si el Espíritu puede tomar en el elemento universal los materiales para hacer todas estas cosas, darles una realidad temporal con sus propiedades, puede también sacar del él lo que necesite para escribir, y por consecuencia esto nos parece que da la llave del fenómeno de la escritura directa?
¡Por fin hemos llegado a donde queríais!
Observación. - Aquí era en efecto adonde queríamos venir a parar con todas nuestras preguntas preliminares; la respuesta prueba que el Espíritu había leído nuestro pensamiento.
18. ¿Si la materia de que se sirve el Espíritu no tiene persistencia, cómo es que las señales de la escritura directa no desaparecen?
No censuréis las palabras; en primer lugar que yo no he dicho: jamás; se trataba entonces de un objeto material voluminoso; ahora se trata de caracteres trazados que siendo útil conservarles se les conserva. He querido decir que los objetos compuestos de este modo por el Espíritu no podrían llegar a ser objetos usuales porque en realidad no hay agregación de materia como en vuestros cuerpos sólidos.
Allan Kardec
Extraído del libro "El libro de los médiums"
UNAS REFLEXIONES SOBRE CONOCIMIENTO ESPIRITUAL
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario