INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El culto a los murtos en una visión kardeciana ( 3 de 3)
2.- El Espíritu. Su llegada al Más Allá ( 1 de 5 )
3.- En el momento de la reencarnación
4.- Lo que somos y lo que seremos
************************
EL CULTO A LOS MUERTOS, EN UNA VISIÓN KARDECIANA
(3 de 3 ) ...//...
No podemos pensar que estar ante el túmulo es una manera de manifestar que se piensa en el Espíritu ausente: la exteriorización de ese acto es la oración que santifica el recuerdo; poco importa el lugar si el recuerdo es dictado por el corazón.
Conocemos muchas personas que solicitan antes de morir, ser enterradas en tal o cual cementerio. Esa actitud , sin duda alguna, demuestra inferioridad moral. "¿El qué representa un pedazo de tierra más que otro, para un espíritu elevado?".
En cuanto a las honras que se tributan a los despojos mortales de parientes y amigos, el Espiritismo esclarece que en el momento en que el Espíritu llega a cierto grado de perfección, ya no tiene la vanidad de la sociedad humana, y comprende la futilidad de tales solemnidades. Con todo, hago una reseña sobre algunos, pues hay "Espíritus que en el primer momento tras la muerte, gozan de gran satisfacción por las honras que les tributan, o se disgustan con el abandono en que dejan su envoltorio, pues conservan aún algunos preconceptos de este mundo.
¿ El difunto asiste a su entierro?. "Muy frecuentemente",- esclarecen los Benefactores- "algunas veces no percibe lo que pasa si aún permanece perturbado"-complementan.
Muchas veces el fallecido presencia las reuniones de sus herederos para el reparto de sus bienes, y disputando como chacales por la herencia. "En esa ocasión el fallecido ve cuanto valían las propuestas que le hacían.
Todos los sentimientos se tornan patentes y la decepción que experimente viendo la rapacidad de los que dividen su expolio".
Reflexionemos juntos: ¿el día 02 de noviembre es consagrado a los fallecidos liberados o a los muertos que aún están unidos a la vida material?. Existen dos posibilidades en los muertos: los que se sienten totalmente libres del yugo carnal, están "vivos" para una vida espiritual plena, y los que permanecen con la sensación de que aún están encarnados, pero "muertos" para la vida física, pues solamente vivencian en la espiritualidad la vida animal. "Para el mundo los muertos son los que dejaron la carne; para Jesús son los que viven inmersos en la materia, alejados de la vida original, que es la espiritual. Es lo que explica aquella célebre enseñanza evangélica cuando la persona quería seguir al Maestro, pero antes quería enterar a su padre que había fallecido, y Jesús le dijo: Dejar a los muertos el cuidado de enterrar a sus muertos, tu sin embargo, ven a anunciar el Reino de Dios".
La visita a los túmulos es un acto exterior que evoca el recuerdo de los seres queridos desencarnados y la forma como las personas demuestran el recuerdo y el cariño que sienten por ellos, pero eso tendrá su debido valor si esa actitud lo es con marcada intencionalidad. No debe, por tanto, representar un compromiso social si está llena de manifestaciones de desespero, de cobranzas, de acusaciones, como suele ocurrir en muchas ocasiones. En verdad, si la visita a los túmulos no es condenable, es totalmente innecesaria porque el fallecido no se encuentra en el cementerio, pudiendo ser recordado y homenajeado a través de la oración, en cualquier momento y en cualquier lugar. Por tanto, nuestros seres queridos ya fallecidos pueden ser recordados en la propia intimidad del hogar, en vez de la frialdad de los cementerios y catacumbas.
Es obvio que "tiene sentido rememorar con alegría y no lastimar a los que ya partieron y están plenamente vivos. Finados, es una mezcla de alegría y dolor, d presencia-ausencia, de fiesta y añoranza. A los que quedamos por aquí nos cabe recordar y celebrar la vida con amor y ternura, para después, quizás, no amargarnos con el recuerdo. A los que partieron, nuestra oración, nuestra gratitud, nuestra añoranza, nuestro cariño, nuestro amor".
Si somos capaces de orar, con serenidad y confianza, transformando la nostalgia en esperanza, sentiremos la presencia de los parientes y amigos desencarnados entre nosotros, que nos envuelven el corazón con alegría y paz. Por esta razón y muchas otras, hagamos del día 2 de noviembre un día de reverencia a la vida, recordando cariñosamente a los que nos antecedieron en el retorno a la patria espiritual, y también los que conoceré todavía por los caminos de la existencia terrena.
FIN
Jorge Hessen
************************************
EL ESPÍRITU
SU LLEGADA AL MÁS ALLÁ
( 1 de 5 )
Inmensas caravanas de emigrantes de la Tierra, llegan al Más Allá, sin solución de continuidad.
Procedentes de los más variados rincones del Orbe, llevan impreso en el espíritu, las señales vigorosas que reflejan los últimos instantes transcurridos en el vehículo celular.
Llevan consigo el equipaje de los hechos acumulados durante su tránsito por el mundo de las expresiones físicas. La desencarnación no modificó sus hábitos ni costumbres; no les otorgó títulos ni conquistas, no les quito méritos ni realizaciones. Cada uno se presenta tal cual vivió. No existe el milagro de la transformación
El deseo de la muerte es muy profundo cuando perdemos a un ser muy querido, la vida sin él, nos resulta imposible, y la primera opción es para muchos partir con él. Es el deseo interno de querer morir para volver a encontrarse con el amor en las regiones de la Espiritualidad.
Con el corazón oprimido, inclinados hacia el ser que nos deja, vemos extinguirse lentamente sobre sus facciones la sombra del más allá. La lumbre interior solo lanza ya pálidos y temblorosos resplandores; cada vez es más débil, y luego se extingue… Todos nos hemos preguntado alguna vez, sobre este misterio que es la muerte. Es un problema que a todos nos interesa, ya que en todos ha de cumplirse la ley. Nos interesa saber, si en esta hora, todo se ha terminado; si la muerte no es más que un taciturno reposo en el aniquilamiento o, por el contrario, es la entrada en otra esfera de sensaciones.
Por todas partes se levantan problemas, en todas partes el sufrimiento reina como un soberano; por todas partes el aguijón de la necesidad y del dolor estimula al movimiento desenfrenado, al vaivén terrible de la vida y de la muerte. La muerte es el signo de interrogación colocado siempre ante nosotros; la primea pregunta a la cual suceden innumerables preguntas y cuyo examen ha hecho la preocupación, la desesperación de las edades, la razón de ser de una multitud de sistemas filosóficos.
Llorar a los muertos es hacerles sufrir, ya que la muerte no existe, a pesar del concepto que tengan los materialistas y muchos religiosos… Morir es renacer, volver el espíritu a su verdadera patria, que es la espiritual. ¿Por qué entregarnos a la desesperación o al desconsuelo, si los que suponemos muertos están vivos?
La ausencia del ser querido es la que nos suele torturar, a veces no existe en el ser la duda de que sigue viviendo. Pues lo que sentimos es la de su presencia a nuestro lado.
Y este es el gran equivoco, la ausencia que nos falta es la del cuerpo, pues el Espíritu que ama jamás se aparta de los que han quedado en la retaguardia, mientras se lo permitan sus nuevas posibilidades. Y cuando pueden intentan, comunicarse…
En las practicas espiritas orientadas según las enseñanzas de Kardec, los Espíritus se comunican sin ninguna evocación individual y siempre nos convocan a la meditación en torno a las responsabilidades que nos correspondan, reprendiéndonos con mansedumbre, guiándonos con sabiduría y hermanándose a nosotros gracias a la experiencia que tienen, tras haber vencido la jornada en la densa organización corporal. Al testificar la continuidad de la vida, comprueban que la justicia divina no falla y que concede a cada uno lo que es merecedor, según como se haya conducido cuando estaba encarnado. Reaparecen con las características de la personalidad que les hemos conocido y se hacen identificar a la saciedad para que nos tranquilicemos, a fin de darnos coraje para enfrentar nuestros necesarios embates.
Es el Evangelio el que nos da exuberantes demostraciones de la inmortalidad y de la comunicabilidad de los pseudomuertos. Toda la Biblia está salpicada de constantes noticias de la comunicación entre los dos planos de la vida.: el físico y el espiritual, expresándose de las más variadas maneras: visiones, sueños, profecías, obsesiones, curas espirituales, bilocaciones, apariciones materializaciones, desmaterializaciones, intervenciones, etc. Referida como un don por el Apóstol Pablo, la mediúmnidad está siempre presente en las páginas del Libro de los Libros, como un puente de luz entre los hombres encarnados y los Espíritu.
Como una luz penetrante, la revelación de la vida más allá de la tumba es un incentivo y un consuelo para los que de la Tierra solamente conocen pruebas, dolores muy agudos, limitaciones y amarguras, y una bendición superior para los que dan amor al prójimo, sacrificándose por el bien general y practican la renuncia y la dedicación a su prójimo.
Trabajo realizado por Merchita, extraído del libro “Más Allá de la muerte” de Divaldo Pereira Franco y del libro “Después de la muerte” de León Denis
En el momento de su reencarnación ¿es acompañado el Espíritu por otros Espíritus amigos suyos, que asisten a su partida del Mundo Espírita, así como acuden a recibirlo cuando en él reingresa?
- Esto depende de la esfera en que el Espíritu habite. Si se halla en alguna de las esferas en que reina el afecto, los Espíritus que le aman lo acompañan hasta el último momento, alentándolo, y a menudo incluso lo siguen en la vida.
. Los Espíritus amigos que nos siguen en la vida ¿son a veces aquellos a quienes vemos en sueños, testimoniándonos afecto, y que se nos presentan bajo rasgos desconocidos?
- Con mucha frecuencia son ellos. Acuden a visitarnos, del modo que vosotros vais a ver a un preso.
El Libro de los Espíritus
ALLAN KARDEC
************************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario