INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-Herencia fisiológica y herencia psíquica
2.- El doble etérico
3.-¿Por qué creo en la inmortalidad?
4.-¿ Realmente hizo Jesús los "milagros" que narran los Evangelios?
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HERENCIA FISIOLÓGICA Y HERENCIA PSÍQUICA
Los seres humanos heredamos lo psicológico, no lo espiritual. La progenie recibe de sus ascendientes las características físicas que le distinguen, pero no sus peculiaridades psíquicas. Por la acción de los mecanismos hereditarios, a partir de la conjunción de las células reproductoras de los progenitores, los individuos tienden a parecerse a ellos, aunque se presentan variaciones y diferencias que tienen su explicación en las condiciones del espíritu y su pasado reencarnatorio. El Espiritismo, al probar de modo determinante la persistencia y supervivencia del espíritu, acepta la herencia desde un punto de vista físico, pero no en el aspecto espiritual, puesto que tendencias, aptitudes y demás características morales e intelectuales de la personalidad humana, son patrimonio exclusivo del alma, inmortal por naturaleza, las cuales desarrolla a través de las vidas sucesivas. Por extensión, podría decirse que a la par de la hereditariedad física, impulsada por los genes, factores constituyentes de los cromosomas de las células, está la hereditariedad psíquica, inherente al espíritu y que es el resultado de sus adquisiciones en innumerables etapas encarnatorias.
- Jon Aizpurúa- de su obra "Tratado de Espiritismo"
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EL
DOBLE ETÉRICO
( 1 de 2 )
El doble etérico es un cuerpo o vehículo provisorio, una especie de mediador plástico o elemento de ligazón entre el periespiritu y el cuerpo físico del hombre. Está constituido por el éter físico emanado de la tierra y se podría decir que se disuelve en la tumba después de la muerte física. Recibe los impulsos del periespiritu y los transfiere a la carne y también lo hace en sentido inverso. Se le conoce también como Cuerpo Vital.
El doble etérico es parecido al hilo eléctrico, cumpliendo la función de transmitir al cuerpo lo que siente el espíritu en su mundo oculto, las emociones que el alma plasma en la mente espiritual imponderable
Es muy conocido y estudiado desde hace muchos siglos por otras doctrinas espiritualistas. El doble etérico con sus “chacras” o centros de fuerzas etéricas está situado en la periferia del cuerpo humano, y es conocido hace muchos siglos por los viejos ocultistas o iniciados hindúes, egipcios, esenios, caldeos, asirios y chinos.
Conociendo bien el doble etérico, los médiums podrán mejorar su tarea mediúmnica y dinamizar las fuerzas magnéticas; y los espíritas adoctrinadores esclarecer innumerables incógnitas y las ventajas que reportan los trabajos de materialización, voz directa, levitaciones, transportes y operaciones fluídicas. En todos esos fenómenos, en doble etérico es el principal responsable por la elaboración de ectoplasma y de la coordinación de los fluidos nerviosos de los médiums de efectos físicos.
Es una materia de suma importancia para los adeptos. El Espiritismo al ser una doctrina evolutiva y de constantes investigaciones en el campo de la mediúmnidad, aconseja a los médiums “analfabetos” de muy “buena intención” es estudio de la mediúmnidad, siendo la humildad una virtud muy discutida entre los hombres, pues casi siempre se confunde con el servilismo, que es el fruto de las circunstancias, que obliga a la persona hacia un comportamiento mejor, accidente sin llegar a ser el resultado de la evolución.
La estructura, el mecanismo, la fisiología del doble etérico y su funcionamiento, todavía es materia desconocida para la mayoría de los médiums, por eso, casi todos se aventuran en realizaciones imprudentes, sin el mínimo conocimiento de las funciones primarias de los diversos vehículos que conforman el periespiritu inmortal y le sirven para acondicionar la fenomenología mediúmnica en la tierra. Se ignora su verdadera composición fisiológica cuando actúa en un campo vibratorio superior, al de la vida material.
El doble etérico envuelve al hombre como una cobertura de gas vaporoso. Es un vehículo invisible para la vista del hombre común, y desconocido para la medicina terrena, siendo un cuerpo invisible para los ojos carnales; en la vista espiritual, se presenta como una capa densa, algo física, sensible al perfume, al frio, al calor, al magnetismo y también le afectan los condimentos, ácidos, sustancias hipnóticas, sedativos y por el contacto humano en los momentos de mayor condensación.
El doble etérico, al separarse del cuerpo físico, ya sea durante el tiempo que dura el efecto anestésico, el trance mediúmnico, o cuando el espíritu de noche vaga fuera del cuerpo carnal, provoca en el hombre una considerable reducción de vitalidad física, y la bajada de la temperatura. Por eso también adquiere mayor libertad de acción, aumenta sus energías y se vuelve hipersensible, porque al estar el cuerpo dormido o en trance, se mantiene con una reducida cuota de Prana para sustentarse. No es difícil, que el cuerpo físico, luego manifieste en su contextura material los efectos de cualquier acontecimiento ofensivo, que haya ocurrido durante la separación de su vehículo etérico.
Los clarividentes capacitados ven el doble etérico como un vehículo vaporoso, que cubre al cuerpo en todos los sentidos y le ínter penetra los poros físicos y periespirituales. Su configuración es transparente y su emanación etéreo física ultrapasa el cuerpo del hombre en un cuarto de pulgada en todos los sentidos. Además de su configuración, se forma un aura radiactiva semejante a un inmenso huevo, que despide, a veces, unas chispas argénteas. Es el "aura de la salud” muy conocida por los ocultistas y magos, la que alcanza de cinco a diez centímetros más allá del cuerpo físico. También se ve de un color rosa blanquecino, bastante luminoso, impregnado de tonos azules y que a veces emite fulguraciones violáceas.
Hay casos, en los que su color se inclina hacia los matices del aluminio transparente o al vidrio opaco, debido a la salud del hombre o a la mayor o menos capacidad de absorción del Prana. La contextura del doble etérico varia conforme al tipo biológico humano, siendo más sutil y delicado en los seres superiores y más densos en las personas primitivas.
La función principal del
doble etérico, es la de transmitir hacia el cerebro del hombre, las vibraciones
que emiten las emociones e impulsos que el periespiritu recibe del Espíritu o
Alma inmortal.
Por lo tanto, también absorbe el Prana o la vitalidad del mundo oculto, emanado del Sol, conjugándolo a las fuerzas exhaladas del medio físico; enseguida las distribuye para el sistema nervioso y demás partes del organismo carnal. Aunque sea un intermediario entre los centros sensoriales de la conciencia periespiritual y los centros de conciencia cerebral física, el doble etérico es el resultado de las emanaciones radioactivas del cuerpo físico de la tierra.
No es un vehículo consciente, dado que es incapaz de actuar por si o en forma inteligente, cuando está desligado del hombre. Aunque realice ajustes y tome providencias defensivas esto sucede por automatismo instintivo biológico del propio organismo carnal, pues este, cuando se mueve en forma independiente de la dirección del espíritu, revela un sentido fisiológico rector y disciplinado, nutriendo y reparando las células gastadas o enfermas, sustituyéndolas por otras sanas, a fin de recuperar las pérdidas materiales.
El doble etérico, además de sus importantes funciones de intercambiar las reacciones del periespiritu y del cuerpo carnal, es una gran reserva de vitalidad indispensable.
Durante el nacimiento y crecimiento del hombre el doble etérico en la prueba de la mediúmnidad, se modela obedeciendo a la inclinación de la línea magnética del periespiritu, quedando algo apartado a la altura del bazo físico y del chacra esplénico, facilitando el trance mediúmnico, con más frecuencia. El epiléptico es una criatura cuyo doble etérico también se aparta con cierta frecuencia de su cuerpo físico, pero no es un fenómeno disciplinado por la intervención de la técnica Sideral antes de reencarnarse, sino, que sucede por la violencia y absoluta impresión de su portador.
El trance del médium de fenómenos físicos y el ataque del epiléptico, tienen cierta semejanza entre sí. La diferencia está, en que el médium entra en trance de forma espontánea y en el momento oportuno para cumplir con su trabajo, y el epiléptico cae al suelo ni bien su doble eterico se satura de venenos expurgados por el periespiritu, apartándolo violentamente, cuyas emanaciones quedan en medio del ambiente. En ciertos casos, se comprueba que el epiléptico también es un médium de fenómenos físicos en potencia, pues la constante salida de su doble eterico de su cuerpo físico, termina por abrirle una senda para la fenomenología citada.
La doble inclinación del
periespiritu y del doble etérico, que faculta la mediúmnidad de efectos
físicos, la psicografia mecánica o la incorporación completa, nada tiene que
ver con las facultades espirituales innatas del hombre superior.
A través de esa “abertura” que lo introduce en el más allá, el médium es el hombre hipersensible en contactos demorados con los fenómenos del mundo oculto. Eso también es un cuchillo de doble filo, pues en cuanto falsee sus costumbres y se dedique a las pasiones violentas y cultive los vicios degradantes, se arriesga al fracaso espiritual durante la vida física.
Los médiums, en general, son nerviosos, enfermizos, fácilmente, afectados por los fenómenos materiales del medio donde viven, de las reacciones morales emotivas y mentales de los demás seres que los rodean en el mundo. Viven súper excitados por las preocupaciones comunes, mientras que las cosas más simples se les hacen voluminosas, afligiéndolos debido a la mente hipersensible y al contacto frecuente de su doble etérico con el mundo oculto.
El desvío parcial del doble etérico y del periespiritu que es bastante acentuado en los médiums de efectos físicos, mucho más que en las otras facultades, los mantiene en sintonía frecuente con la humanidad desencarnada, haciéndole sufrir la influencia de los sentimientos y las emociones buenas o malas proyectadas del “otro lado” por los seres desencarnados.
Las sustancias alopáticas, toxicas, y agresivas, que dejan residuos en el éter físico que fluye por el sistema nervioso de los médiums, como también presiona al periespiritu y al doble eterico, aumentan la “abertura” o “ventana viva” que se entre abre hacia el otro lado.
Por todo esto el médium debe vigilar constantemente sus emociones y actos, huir de las pasiones y de los vicios lascivos, antes que resistir a la voluntad subvertida y a las desmedidas ambiciones, como a los proyectos siniestros de los espíritus malévolos y mistificadores.
Los Mentores Siderales solo conceden la facultad mediúmnica a los espíritus que seriamente desean cumplir, leal y correctamente en la tierra, los preceptos y las normas necesarias para su aprovechamiento espiritual a su favor y de la humanidad. Mientras tanto, no pueden prever la falsedad, la vanidad, la subversión, deshonestidad de sus pupilos, cuando están encarnados, dado que se dejan fascinar por las tentaciones, vicios, y convites pecaminosos que los hacen fracasar en la prueba de la mediúmnidad.
Los espíritus endeudados ruegan a los técnicos Siderales por la hipersensibilización periespiritual, para desempeñar los servicios mediúmnicos que les permita resarcirse de sus débitos del pasado; En general, después de encarnados, se dejan influir por las voces maléficas de las tinieblas, pasando a comerciar su mediúmnidad.
Cuando perciben su situación caótica, les falta la condición moral y el potencial de voluntad para rehacerse ante la desdicha infranqueable. Las drogas hipnóticas y anestesias utilizadas en las operaciones, los anti espasmódicos, los gases volátiles, los sedativos hipnóticos, los barbitúricos, el oxido de carbono, el fumar y ciertos alcaloides, como la mezcalina, y el acido lisérgico y otros más, son sustancias que actúan violentamente en los intersticios del doble etérico, pues la catalepsia, el trance mediúmnico, la anestesia total, la hipnosis y el ataque epiléptico, son el resultado de la retirada súbita de ese cuerpo delicado y responsable por la absorción vital del medio.
Aunque la necesidad obligue al médium a utilizar las citadas sustancias, en momentos imprescindibles, resulta imprudente abusar de las mismas, bajo cualquier pretexto o motivo.
Las drogas y los gases anestesiantes, en general, apartan al doble etérico por el lado izquierdo, a la altura del bazo físico y sobre el cual funciona el “Chacra” esplénico; eso provoca trances, hipersensibilidad e inconvenientes bajando la temperatura del cuerpo y reduciendo la vitalidad orgánica.
El médium que abusa de las drogas, desconoce la causa, actúa frecuentemente sobre su doble etérico y en su sistema nervioso, pudiendo volverse un atrofiado psíquico, dado que se transforma en un blanco accesible al asedio del mundo inferior.
En los trabajos de efectos físicos, el doble etérico al apartarse por la izquierda del médium, a la altura del bazo, se vuelve un punto de apoyo para los espíritus desencarnados, que actúan con más eficiencia entre los dos mundos. El es el responsable por la exudación del ectoplasma del médium y por el intercambio de los fluidos nerviosos, que sirve para la materialización, voz directa, levitaciones y transportes. Es el mediador plástico y el catalizador de las energías mediúmnicas, aglutinándose de tal forma, que sirve al mismo tiempo, entre el plano espiritual y el mundo físico.
Los espíritus desencarnados no pueden materializarse, si pretenden utilizar únicamente su periespiritu. Para lograrlo deben de revestirlo e ínter penetrarlo con la sustancia plástica ectoplasmico, que se exuda del doble eterico proyectado por el médium o de las personas presentes. Algunas veces se producen materializaciones algo deformadas, una especie de nubes blanquecinas y vaporosas, recordándonos a la figura humana, como si estuviera recortada sobre el fondo de una cerrazón lechosa y pastosa.
Eso sucede, porque los espíritus solo pueden impresionar a los sentidos de los “vivos” por el empleo y uso de esa masa lechosa, etéreo físico, movedizo e inestable, formado por el ectoplasma del médium y ofrecido a través de su doble etérico.
Cuando se trata de buenos espíritus, los llamados muertos, tienen buena apariencia, son más bellos que los guapos de la tierra, pues su periespiritu es un organismo de contextura anatómico-fisiológica muy superior a la configuración letárgica del cuerpo físico, que está sujeto a las transmutaciones celulares y al envejecimiento precoz.
En las materializaciones los espíritus al servirse del doble etérico de los médiums, tienen que adaptarlos a su plástica espiritual, como cuando se infla un globo de gas, donde la menos deficiencia del aire a presión exterior, lo deforma.
El doble etérico es un cuerpo o vehículo provisorio, una especie de mediador plástico o elemento de ligazón entre el periespiritu y el cuerpo físico del hombre. Está constituido del éter físico emanado de la tierra y se podría decir que se disuelve en la tumba después de la muerte física. Recibe los impulsos del periespiritu y los transfiere a la carne y también lo hace en sentido inverso.
El doble etérico es parecido al hilo eléctrico, cumpliendo la función de transmitir al cuerpo lo que siente el espíritu en su mundo oculto, las emociones que el alma plasma en la mente espiritual imponderable.
Es muy conocido y estudiado desde hace muchos siglos por otras doctrinas espiritualistas. El doble etérico con sus “chacras” o centros de fuerzas etéricas está situado en la periferia del cuerpo humano, y es conocido hace muchos siglos por los viejos ocultistas o iniciados hindúes, egipcios, esenios, caldeos, asirios y chinos.
Conociendo bien el doble eterico, los médiums podrán mejorar su tarea mediúmnica y dinamizar las fuerzas magnéticas; y los espíritas adoctrinadores esclarecer innumerables incógnitas y las ventajas que reportan los trabajos de materialización, voz directa, levitaciones, transportes y operaciones fluídicas. En todos esos fenómenos, en doble eterico es el principal responsable por la elaboración de ectoplasma y de la coordinación de los fluidos nerviosos de los médiums de efectos físicos.
Es una materia de suma importancia para los adeptos. El Espiritismo al ser una doctrina evolutiva y de constantes investigaciones en el campo de la mediúmnidad, aconseja a los médiums “analfabetos” de muy “buena intención” es estudio de la mediúmnidad, siendo la humildad una virtud muy discutida entre los hombres, pues casi siempre se confunde con el servilismo, que es el fruto de las circunstancias, que obliga a la persona hacia un comportamiento mejor, accidente sin llegar a ser el resultado de la evolución.
La estructura, el mecanismo, la fisiología del doble etérico y su funcionamiento, todavía es materia desconocida para la mayoría de los médiums, por eso, casi todos se aventuran en realizaciones imprudentes, sin el mínimo conocimiento de las funciones primarias de los diversos vehículos que conforman el periespiritu, y que sirven al periespiritu inmortal, para acondicionar la fenomenología mediúmnica en la tierra. Ignoran su verdadera composición fisiológica cuando actúa en un campo vibratorio superior, al de la vida material.
El doble etérico envuelve al hombre como una cobertura de gas vaporoso. Es un vehículo invisible para la vista del hombre común, y desconocido para la medicina terrena, es un cuerpo invisible para los ojos carnales, en la vista espiritual, se presenta como una capa densa, algo física, sensible al perfume, al frío, al calor, al magnetismo y también se afecta por los condimentos, ácidos, sustancias hipnóticas, sedativos, entorpecimientos y por el contacto humano en los momentos de mayor condensación.
El doble etérico, al separarse del cuerpo físico, ya sea durante el tiempo que dura el efecto anestésico, el trance mediúmnico, o cuando el espíritu de noche vaga fuera del cuerpo carnal, provoca en el hombre una considerable reducción de vitalidad física, y la bajada de la temperatura. Por eso también adquiere mayor libertad de acción, aumenta sus energías y se vuelve hipersensible, porque al estar el cuerpo dormido o en trance, se mantiene con una reducida cuota de Prana para sustentarse. No es difícil, que el cuerpo físico, luego manifieste en su contextura material los efectos de cualquier acontecimiento ofensivo, que haya ocurrido durante la separación de su vehículo etérico.
Los clarividentes capacitados ven el doble etérico como un vehículo vaporoso, que cubre al cuerpo en todos los sentidos y le ínter penetra los poros físicos y periespirituales. Su configuración es transparente y su emanación etéreo física ultrapasa el cuerpo del hombre en un cuarto de pulgada en todos los sentidos. Además de su configuración, se forma un aura radiactiva semejante a un inmenso huevo, que despide, a veces, unas chispas argénteas. Es el aura de la salud” muy conocida por los ocultistas y magos, la que alcanza de cinco a diez centímetros más allá del cuerpo físico. También se ve de un color rosa blanquecino, bastante luminoso, impregnado de tonos azules y que a veces emite fulguraciones violáceas.
Hay casos, donde su color se inclina hacia los matices del aluminio transparente o al vidrio opaco, debido a la salud del hombre o a la mayor o menos capacidad de absorción del Prana. La contextura del doble eterico varia conforme al tipo biológico humano, siendo más sutil y delicado en los seres superiores y más densos en las personas primitivas.
La función principal del
doble etérico, es la de transmitir hacia el cerebro del hombre, las vibraciones
que emiten las emociones e impulsos que el periespiritu recibe del Espíritu o
Alma inmortal.
Por lo tanto, también absorbe el Prana o la vitalidad del mundo oculto, emanado del Sol, conjugándolo a las fuerzas exhaladas del medio físico; enseguida las distribuye para el sistema nervioso y demás partes del organismo carnal. Aunque sea un intermediario entre los centros sensoriales de la conciencia periespiritual y los centros de conciencia cerebral física, el doble etérico es el resultado de las emanaciones radioactivas del cuerpo físico de la tierra.
No es un vehículo consciente, dado que es incapaz de actuar por si o en forma inteligente, cuando está desligado del hombre. Aunque realice ajustes y tome providencias defensivas esto sucede por automatismo instintivo biológico del propio organismo carnal, pues este, cuando se mueve en forma independiente de la dirección del espíritu, revela un sentido fisiológico rector y disciplinado, nutriendo y reparando las células gastadas o enfermas, sustituyéndolas por otras sanas, a fin de recuperar las pérdidas materiales.
El doble etérico, además de sus importantes funciones de intercambiar las reacciones del periespiritu y del cuerpo carnal, es una gran reserva de vitalidad indispensable.
Durante el nacimiento y crecimiento del hombre el doble etérico en la prueba de la mediúmnidad, se modela obedeciendo a la inclinación de la línea magnética del periespiritu, quedando algo apartado a la altura del bazo físico y del chacra esplénico, facilitando el trance mediúmnico, con más frecuencia. El epiléptico es una criatura cuyo doble etérico también se aparta con cierta frecuencia de su cuerpo físico, pero no es un fenómeno disciplinado por la intervención de la técnica Sideral antes de reencarnarse, sino, que sucede por la violencia y absoluta impresión de su portador.
El trance del médium de fenómenos físicos y el ataque del epiléptico, tienen cierta semejanza entre sí. La diferencia está, en que el médium entra en trance de forma espontánea y en el momento oportuno para cumplir con su trabajo, y el epiléptico cae al suelo ni bien su doble eterico se satura de venenos expurgados por el periespiritu, apartándolo violentamente, cuyas emanaciones quedan en medio del ambiente. En ciertos casos, se comprueba que el epiléptico también es un médium de fenómenos físicos en potencia, pues la constante salida de su doble eterico de su cuerpo físico, termina por abrirle una senda para la fenomenología citada.
La doble inclinación del
periespiritu y del doble etérico, que faculta la mediúmnidad de efectos
físicos, la psicografia mecánica o la mediumnidad de incorporación completa, nada tiene que
ver con las facultades espirituales innatas del hombre superior.
A través de esa “abertura” que lo introduce en el más allá, el médium es el hombre hipersensible en contactos demorados con los fenómenos del mundo oculto. Eso también es un cuchillo de doble filo, pues en cuanto falsee sus costumbres y se dedique a las pasiones violentas y cultive los vicios degradantes, se arriesga al fracaso espiritual durante la vida física.
Los médiums, en general, son nerviosos, enfermizos, fácilmente, afectados por los fenómenos materiales del medio donde viven, de las reacciones morales emotivas y mentales de los demás seres que los rodean en el mundo. Viven súper excitados por las preocupaciones comunes, mientras que las cosas más simples se les hacen voluminosas, afligiéndolos debido a la mente hipersensible y al contacto frecuente de su doble etérico con el mundo oculto.
El desvió parcial del doble etérico y del periespiritu que es bastante acentuado en los médiums de efectos físicos, mucho más que en las otras facultades, los mantiene en sintonía frecuente con la humanidad desencarnada, haciéndole sufrir la influencia de los sentimientos y las emociones buenas o malas proyectadas del “otro lado” por los seres desencarnados.
Las sustancias alopáticas, toxicas, y agresivas, que dejan residuos en el éter físico que fluye por el sistema nervioso de los médiums, como también presiona al periespiritu y al doble etérico, aumentan la “abertura” o “ventana viva” que se entre abre hacia el otro lado.
Por todo esto el médium debe vigilar constantemente sus emociones y actos, huir de las pasiones y de los vicios lascivos, antes que resistir a la voluntad subvertida y a las desmedidas ambiciones, como a los proyectos siniestros de los espíritus malévolos y mistificadores.
Los Mentores Siderales solo conceden la facultad mediúmnica a los espíritus que seriamente desean cumplir, leal y correctamente en la tierra, los preceptos y las normas necesarias para su aprovechamiento espiritual a su favor y de la humanidad. Mientras tanto, no pueden prever la falsedad, la vanidad, la subversión, deshonestidad de sus pupilos, cuando están encarnados, dado que se dejan fascinar por las tentaciones, vicios, y convites pecaminosos que los hacen fracasar en la prueba de la mediúmnidad.
Los espíritus endeudados ruegan a los Técnicos Siderales por la hipersensibilización periespiritual, para desempeñar los servicios mediúmnicos que les permita resarcirse de sus débitos del pasado; En general, después de encarnados, se dejan influir por las voces maléficas de las tinieblas, pasando a comerciar con su mediúmnidad.
Cuando perciben su situación caótica, les falta la condición moral y el potencial de voluntad para rehacerse ante la desdicha infranqueable. Las drogas hipnóticas y anestesias utilizadas en las operaciones, los anti espasmódicos, los gases volátiles, los sedativos hipnóticos, los barbitúricos, el oxido de carbono, el fumar y ciertos alcaloides, como la mezcalina, y el acido lisérgico y otros más, son sustancias que actúan violentamente en los intersticios del doble etérico, pues la catalepsia, el trance mediúmnico, la anestesia total, la hipnosis y el ataque epiléptico, son el resultado de la retirada súbita de ese cuerpo delicado y responsable por la absorción vital del medio.
Aunque la necesidad obligue al médium a utilizar las citadas sustancias, en momentos imprescindibles, resulta imprudente abusar de las mismas, bajo cualquier pretexto o motivo.
Las drogas y los gases anestesiantes, en general, apartan al doble etérico por el lado izquierdo, a la altura del bazo físico y sobre el cual funciona el “Chacra” esplénico; eso provoca trances, hipersensibilidad e inconvenientes bajando la temperatura del cuerpo y reduciendo la vitalidad orgánica.
El médium que abusa de las drogas, desconoce la causa, actúa frecuentemente sobre su doble etérico y su sistema nervioso, pudiendo volverse un atrofiado psíquico, dado que se transforma en un blanco accesible al asedio del mundo inferior.
En los trabajos de efectos físicos, el doble etérico al apartarse por la izquierda del médium, a la altura del bazo, se vuelve un punto de apoyo para los espíritus desencarnados, que actúan con más eficiencia entre los dos mundos. El es el responsable por la exudación del ectoplasma del médium y por el intercambio de los fluidos nerviosos, que sirve para la materialización, voz directa, levitaciones y transportes. Es el mediador plástico y el catalizador de las energías mediúmnicas, aglutinándose de tal forma, que sirve al mismo tiempo, entre el plano espiritual y el mundo físico.
Los espíritus desencarnados no pueden materializarse, si pretenden utilizar únicamente su periespiritu. Para lograrlo deben de revestirlo e ínter penetrarlo con la sustancia plástica ectoplásmica, que se exuda del doble etérico proyectado por el médium o de las personas presentes. Algunas veces se producen materializaciones algo deformadas, una especie de nubes blanquecinas y vaporosas, recordándonos a la figura humana, como si estuviera recortada sobre el fondo de una cerrazón lechosa y pastosa.
Eso sucede, porque los espíritus solo pueden impresionar a los sentidos de los “vivos” por el empleo y uso de esa masa lechosa, etéreo físico, movedizo e inestable, formado por el ectoplasma del médium y ofrecido a través de su doble etérico.
Cuando se trata de buenos espíritus, los llamados muertos, tienen buena apariencia, son más bellos que los guapos de la tierra, pues su periespiritu es un organismo de contextura anatómico-fisiológica muy superior a la configuración letárgica del cuerpo físico, que está sujeto a las transmutaciones celulares y al envejecimiento precoz.
En las materializaciones
los espíritus al servirse del doble etérico de los médiums, tienen que
adaptarlos a su plástica espiritual, como cuando se infla un globo de gas,
donde la menos deficiencia del aire a presión exterior, lo deforma. (...//...)
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¿POR QUÉ CREO EN
LA INMORTALIDAD?
Hace muchos siglos, Cícerón escribió: hay en el espíritu de los hombres, no sé
porque, un cierto presagio de una existencia futura, la cual crea raíces
profundas en los mayores genios y en las almas más sublimes.”
Hellen Keller,
escritora, conferencista y consejera de la Fundación Americana de los Ciegos,
declaró: “El hecho de ser ciega y sorda para el mundo material me ayuda a
desenvolver la conciencia del mundo invisible, espiritual. Conozco
a mi amigos no por la apariencia física, sino por su espíritu.
Gracias a eso, la muerte no me separa de aquellos que amo. El cualquier
momento puedo traerlos cerca de mí, con el fin de alegrar mi soledad.
Por tanto, para mi no hay muerte en el sentido de la cesación de la vida.
Los que ven
acostumbran a confiar exclusivamente en lo que ven. Cuando un ente
querido muere y deja de ser visto, pierden el contacto con él.
Tengo
embotado el sentido de lo visible, al paso que el sentido interior me
proporciona la visión de lo invisible.
Cuando vagueo por la
oscuridad, deparando con dificultades, tengo conciencia de voces animadoras que
murmuran en el mundo del espíritu. Emparedada en el silencio y en las
tinieblas poseo la luz que me dará la visión mil veces más clara cuando
la muerte me puso en libertad.”
¡El teólogo y filosofo
inglés, Hames Matineau dijo, cuando conmemoraba sus 80 años: “como fue reducida
la parte del trabajo de mi vida que conseguí ejecutar!
“Nada es tan claro
como esto: la vida en la Tierra, aun la más plenamente vivida, es apenas un
fragmento. Así, la vida intelectual y espiritual del hombre en la Tierra no es
un círculo perfecto y completo, sino una parábola que cada vez más se extiende
al infinito.
Esta tierra no nos da
a beber de la copa hasta el final de la vida. Nos permite sólo un sorbo de
amor, la belleza, el carácter y la verdad."
“Si la muerte es el
fin de todo, el trofeo está, por así decir, irónicamente apartado de nosotros.
Un Dios digno de confianza no procedería así."
Hornell Hart, profesor
emérito de sociología en la Universidad de Duke, así se expresó en los años 60:
“Mi creencia personal de la inmortalidad ha sido inconmensurablemente
fortalecida por la investigación física. Esa investigación, hace más de 75
años, esclareció una cuestión que me afligió por largo espacio de tiempo: “el
yo, el Espíritu, el alma, ¿sobrevive a la muerte?
“Más de 3 millones de
experiencias, como las efectuadas en la Universidad de Duke, por el Dr. Joseph
Banks Rhine, y en otros lugares, demostraron que el Espíritu humano puede
funcionar independientemente del espacio y tiempo, tal como nosotros lo
entendemos.”
“El Hecho de
poder observar nuestra conciencia y operar separadamente del cerebro
y del organismo material refuerza mi creencia en que el alma transciende al
cuerpo.”
Esas anotaciones
demuestran que la inmortalidad y la individualidad del alma, bien como su
consecuente evolución infinita, son una necesidad lógica para todos aquellos
que creen en un Dios sabio y justo.
¿Usted sabía?
El pudo observar y conversar
con esos espíritus, materializados, obteniendo de ellos informaciones valiosas
acerca de la vida después de la muerte.
Sus principales obras en esa
materia fueron: “Tratado de Metapsíquica”, “El Sexto sentido”, “El futuro de la
Premonición” Y “La Gran Esperanza”.
Redacción de Momento Espirita
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¿ Realmente, Jesús hizo los "milagros" que narran los Evangelios?
Los evangelistas, en su
papel de cronistas narradores de la historia de Jesús, no fueron, salvo Juan,
testigos directos de los hechos milagrosos narrados. Sin embargo todos
los evangelistas pretendieron agrandar la figura del Maestro, que ya era
suficientemente grande por si misma , sin necesidad de las exageraciones de sus
entusiastas seguidores, tal como lo era el relato de ciertos milagros que
cuentan que obró Jesús, planteados como hechos extraordinarios,
maravillosos y sobrenaturales, porque se habían producido por encima de
cualquier norma natural establecida. Con su ardiente fe,
entusiasmo y deseos de engrandecer más al “Maestro”, los relatos sobre su
vida y obras lo han mitificado en exceso.
Hay
que dejar muy claro que Jesús durante toda su
misión en este mundo, NO alteró
ni transgredió ninguna Ley Natural.
En ningún lugar de los
evangelios Jesús afirma que Él es Dios, pero lo que sí que afirmó es que
Él era hijo de Dios, al que llamaba Padre, y para mostrarnos la gran afinidad y
Amor que le unía al Padre Celestial, también afirmó que quien lo
veía a Él, veía a su Padre.
Realmente
Jesús por su gran evolución espiritual y su poder magnetizador.
como por sus propias capacidades naturales de su elevado
rango divino que le facultaban un poder extraordinario sobre la materia
y sobre los espíritus de rango inferior a Él, así como por estar
permanentemente asistido por otros Seres espirituales ,también de elevada
jerarquía y poder, protagonizó hechos que a los ojos de la ignorancia popular
parecían salir del ámbito de la naturaleza conforme esta es conocida e interpretada
normalmente en el mundo, por lo que al no encontrarles una explicación lógica y
salirse del ámbito de lo ordinario, tenido como natural o normal, no podían ser sino
“milagros”. Estos se entendían como una especie de intervención
“maravillosa” o “sobrenatural “ de Dios, consistente en modificar o
alterar lo considerado como normal y establecido dentro de la Naturaleza
. Consecuentemente, si según las creencias comunes Dios es
Todopoderoso, lo normal es creer que puede hacer
caprichosamente lo que quiera cuando quiera y como quiera en medio de su
creación; eso es el “milagro”, y claro está, como Jesús se proclamó
“Hijo de Dios”, también debía Él mismo ser Dios y tener los mismos poderes y
facultades que su “Padre”..... pues entonces por ser Hijo de Dios, Él también
podría hacer los milagros que quisiera.
Muchos de los “milagros” atribuidos
a Jesús de Nazaret, tienen una explicación desde
un enfoque de conocimiento parapsicológico y espírita. Así por ejemplo,
cuando se le vio caminar sobre las aguas, en efecto era Él, pero no con su
cuerpo carnal sólido y pesado, sino en su cuerpo astral, ligero y
vaporoso, pues por ley física natural, el cuerpo sólido y pesado de
una persona de pie sobre el agua, se hunde de inmediato, por mucha densidad
salina que tenga este agua.
Igualmente todas las “apariciones” de
Jesús que tras su muerte testifican los evangelistas, no son sino
eso: apariciones de Jesús en su cuerpo espiritual materializado, pero no con el
cuerpo físico que naturalmente abandonó con la muerte. En este
sentido sí es cierto que protagonizó todos los milagros que cuentan los
evangelios así como otros muchos que no se relatan, porque Jesús no tenía
interés alguno de que su presencia en este mundo pasase a la historia
como por haber sido un gran taumaturgo o “milagrero” y una mayor abundancia
de atención a estos hechos hubiese entorpecido aún más si cabe, la comprensión
de su verdadera misión que era de carácter puramente espiritual.
Precisamente
por ser Todopoderoso, Dios se
manifiesta mediante unas
leyes justas, sabias y
perfectas , como reflejo y consecuencia de Él
mismo, por lo que toda Su Obra es
Perfecta y eterna, no necesitando ni pudiendo ser modificada o derogada.
Dicho esto, no cabe
en ninguna mente racional la
concepción de un Dios que se
enmienda caprichosamente a Si
mismo en Su Obra, o que
lo hace solamente para demostrar al orgulloso Ser
humano, lo poderoso y superior que le es, esto lo
acreditaría como un Dios más orgulloso que
el propio ser humano, con lo que creer esta
falacia supondría atribuir a Dios una connotación
negativa por un defecto moral que contradeciría su infinita Perfección. Un Ser
con algún defecto moral sería un Ser imperfecto y por tanto no podría
ser Dios.
Los “cronistas evangélicos “ a los que arriba
aludía, admirados por los fenómenos extraños pero naturales
que protagonizó el Maestro y que no comprendían,
exageraron los relatos tal como el de
la presunta “resurección” de Lázaro, a
la que para añadir más mérito y mayor
asombro, describen el estado del cadáver como en proceso de descomposición ,
afirmando que “ya olía”. De este
modo resaltaban que Jesús no era un
hombre como los demás hombres – y desde luego
que no lo era- ; pero
tampoco comprendieron quien fue
realmente. Por eso, primero lo exaltan
como “el Hijo único de Dios”, y más
tarde como Dios mismo, pues solamente el mismísimo Dios podría
hacer aquellos prodigios. La realidad de este episodio debió de ser que
Lázaro estaba en estado de catalepsia o muerte aparente, y Jesús con su gran
poder magnético lo devolvió al estado normal; el detalle de los días
transcurridos y de que ya olía, no pasan de ser exageraciones del relator
evangelista para exaltar más aún aquel extraordinario episodio.
En el Evangelio de S.Juan,
cap. 11, se puede comprobar que cuando avisan a Jesús para que fuese a curar a
Lázaro, él les contesta que “esta enfermedad no es de muerte,
sino para gloria de Dios”, y mas adelante añade: “nuestro
amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo”. Es de resaltar este
detalle: dice que va a despertarlo porque duerme, pero en ningún momento dice
que va a resucitarlo porque está muerto.
En
el caso de la resurección de la hija de Jairo, Jesús
nuevamente afirma que solo duerme, tal como se puede comprobar en el Evangelio
de Mateo 18-26, y añade: “no lloréis, no ha
muerto: está dormida.”. Aquí
tenemos la misma explicación y evidencia que en la
“resurección” de Lázaro.
Otro
indicio que nos sugiere que cuando Jesús habló de resurección, no se refería a
la del cuerpo, sino a la del alma, lo encontramos en el Evangelio de S.Marcos cap.
12, cuando los Saduceos plantean a Jesús el problema de la
resurección en el matrimonio de personas que se casaron varias veces por haber
enviudado, preguntándole quién sería de todos el cónyuge después de la
resurección, Jesús contesta que “en la
resurección, ni ellos tomarán mujer, ni ellas marido, sino que serán como
ángeles en el Cielo”, o sea
espíritus sin cuerpo físico.
Otro tipo de
milagros, como el de la multiplicación de panes y peces, o la del vino en la boda
de Canaan, etc, se explican modernamente por el conocimiento del
fenómeno constatado por la Parapsicología y el Espiritismo de los
“Aportes”; o al igual que el milagro de andar sobre las aguas, se comprende
solamente como la manifestación de Jesús en su cuerpo espiritual, que
caminaba sobre las aguas y no se hundía. Otra vez se
dejó ver a sus discípulos durante el episodio de la “pesca milagrosa”
mientras que su cuerpo físico dormía fuera del lugar del “prodigio”. Cualquier
parapsicólogo hoy en día conoce el fenómeno de los “desdoblamientos
astrales” o de la "bilocación" que pueden explicar lo que sucedió en
el episodio de la citada pesca milagrosa, así como también el citado fenómeno
de “aportes”, aunque todavía no se haya encontrado una explicación racional
al mecanismo de cómo suceden los mismos.
Si no conociésemos Sus
leyes, Dios nos podría parecer a veces injusto, o que no existe, porque
creeríamos que todo sucede según el azar o la suerte, pero a poco que las
conozcamos, deberemos transitar por la senda del Amor que es la
principal Ley moral . Así vamos comprendiendo los engranajes de la
Justicia Divina y como es necesario aceptar siempre Su Voluntad,
que no siempre coincidirá con nuestra voluntad humana o con nuestros
intereses..
No esperemos milagros a capricho o a
medida del Ser humano, como si de maravillosos juegos de magia se
tratasen. Si somos así de ingenuos, no tardaremos en desengañarnos del
dios de nuestra particular creencia, que nada tiene que ver con el auténtico
Dios Universal, tan desconocido aún a pesar de que nos acompaña siempre
interiormente..
Dios es inmutable y no cambia el orden natural de las cosas al gusto particular de cada uno, y lo que desde una óptica humana puede parecer un mal, este viene impuesto por unas leyes perfectas y justas establecidas y ese aparente mal no lo impone Dios directamente, sino que es consecuencia de nuestros errores y tiene la función de depurarnos y corregirnos; además puede ser necesario para acceder a un verdadero bien espiritual.
- José Luis Martín-
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