miércoles, 3 de mayo de 2017

¿ Cómo vivimos durante el sueño?


Contenido de este Blog en el dçia de hoy:

-Bendita Mediumnidad
-¿Perdón o legalización del aborto?
- La Ira
-¿ Cómo vivimos durante el sueño ?


                                                                *****************
                                                               

                        BENDITA MEDIUMNIDAD

Aún recuerdo aquel domingo de octubre, frío y oscuro, cuando volvía a casa. Iba paseando por las calles desiertas. De repente me pareció que alguien me estaba siguiendo amparándose en lo oscuro de la noche. Mi corazón golpeó más fuerte en mi pecho, la sangre empezó a correr más deprisa y un latigazo de adrenalina recorrió todo mi cuerpo. La idea de que alguien aprovechara esa oscuridad para, en el mejor de los casos, atracarme hizo que todos mis sentidos se alteraran.
           Mi vista, mis sentidos estaban a flor de piel, intentaba escuchar, ver en la oscuridad, pero nada, cualquier ruido de una hoja me ponía en guardia. Llegué a la avenida donde la luz ya iluminaba unos metros a mí alrededor y me sentí más seguro.
            Es curioso que tuviera más miedo a la oscuridad que a un posible atracador, puesto que si hay un atracador poco importa si hay más o menos oscuridad, pero la luz me hizo sentir más seguro. Entré en el hogar nervioso, sediento, inquieto. Debía calmarme, comer algo ligero e irme a descansar, puesto que el día siguiente debería ir al Centro Espírita para participar en la reunión mediúmnica. Hacía ya algún tiempo que me integré a un Centro Espírita con la idea de progresar en el estudio y práctica del Espiritismo, y mi tarea era la de sumar energía a la de mis compañeros a través de la oración, mientras otros orientaban, comunicaban, y escudriñaban a los espíritus desencarnados que necesitaban ayuda. En el viaje de ida, en el coche, pensé en lo ocurrido el día anterior y en el hecho de que a fin de cuentas no hubo ningún motivo para asustarme, pero lo cierto es que me asusté. Pasó en ese momento por mi mente la idea de que algún espíritu estuviera sentado en los asientos de atrás de mi vehículo, sin que yo pudiera verlos. Instintivamente miré por el espejo retrovisor, en un acto reflejo… evidentemente no vi nada.
           Llegando al Centro Espírita, ya calmado, concentrado y con ganas de trabajar, me integré a la reunión, como hacía siempre.
            La reunión iba avanzando cuando escuché a través de la voz de una médium, a un espíritu que decía que había venido acompañando a uno de los integrantes del grupo. En un principio interrumpí la oración para prestar atención, segundos después conseguí prestar atención y dirigí mi pensamiento en ayudar a ese espíritu, con lo que la energía continuaba emanando. Era curioso que el orientador no le preguntara a quien iba acompañando, al contrario, dedicaba todas sus palabras para decirle que estaba en un lugar seguro y que podía contar con nosotros para ayudarle. Mis ganas de saber si por casualidad era yo su blanco se desvaneció cuando sonaron estas palabras por la boca del orientador: “… No sufras, hermano, aquellos que te perseguían, han sido apartados de tu presencia. Ya no saben donde estás, y si por acaso lo supieran, aquí no pueden entrar, por al alta carga de vibración positiva que nos envuelve. No nos importa lo que has hecho, sino lo que harás a partir de ahora.
       ” El espíritu dudó, se mantuvo en silencio durante un tiempo. El orientador respetó ese silencio, para que el espíritu visitante meditara en todo lo que le había dicho. Los demás médiums seguían trabajando, yo escuchaba pequeños murmullos, mi atención estaba centrada en ese espíritu y el hecho de que estuviera cerca me facilitaba escucharlo mejor.
         El silencio se rompió cuando el orientador, viendo que nada decía el espíritu le dijo en voz pausada y amorosa:
- Necesito que me ayudes.
El espíritu giró la cabeza hacia su interlocutor y con cara extraña le contestó: - ¿Yo? ¿quieres que te ayude? ¿Cómo voy a ayudarte si no te conozco?
- Si que puedes ayudarme, no es difícil, necesito que me ayudes para que yo pueda ayudarte.
        Necesito que des tu el paso. Intuyo que hay un hecho que te atormenta, una acción realizada que te perturba. Mi trabajo es el de ayudarte sin pedirte nada a cambio, tan sólo tus palabras.
-       ¿En qué te basas para decirme todo eso? ¡puedo negarlo todo!
 -       Cierto. Podrás negar pero no evitar que esas sombras que te persiguen se vayan. ¡Que curioso!             A mi también me pareció que una sombra me siguiera por aquella oscura calle.
-         Muchas de las sombras que nos persiguen son nuestros propios miedos – le comentaba el orientador – no son sombras físicas, sino mentales. Es la respuesta a una mala acción o pensamiento. Eso me hizo pensar mucho. Decidí acordarme y después de la reunión meditar sobre ello. El espíritu fue orientado y el trabajo continuó.
           Ya por la noche, en el hogar, a última hora, la que dedicaba a la lectura, medité en las palabras del orientador. Intentaba acordarme de acciones que hubiera cometido hacia los demás, hacia alguna persona… y no encontraba respuesta coherente. ¿Serían mis sombras o un espíritu? – continué preguntándome.
           En uno de esos intervalos en que dejas de pensar e intentas descansar mentalmente, me vino un pensamiento en el que no había caído. ¿Has pensado que en vez de hacer algo sea el no haberlo hecho? ¿No has pensado en que puede ser que alguien te siga para que lo ayudes y tú, instintivamente no le prestas atención?
          Es imposible, yo no soy médium. Yo no veo ni escucho a los espíritus – me contesté. Reconozco que cada persona tiene un trabajo a desarrollar. Es verdad, también, que siempre admiré a los médiums serios y más de una ocasión me lamenté de no tener esa mediumnidad que muchos de mis compañeros tienen, pero hemos aprendido que mediumnidad es igual a responsabilidad y eso conlleva sacrificio y templanza. Por lo tanto, no pueden ser espíritus sino mis propios miedos, mi propia conciencia que me alerta. Eso me hizo estar más alerta a todo y me di cuenta que en ciertos momentos me alteraba, incluso conscientemente me estaba dando cuenta de que hablaba sin pensar, chillando… y a la vez, no siempre con razón. Pedí hablar con los directores de mi Centro Espírita al respecto.
            El día de la entrevista entré preocupado y salí aún más preocupado si cabía. En un principio me hablaron de mi forma de ser, de comportarme y de actuar que tenía. Acertaron de pleno en la mayoría de las cosas… en otras, si eran ciertas, quizás no quise admitirlo en ese momento. Lo que más me impactó fue cuando me dijeron que se me estaba desarrollando la mediumnidad.
        - ¿Perdón? ¿Estáis seguros?- pregunté algo pálido.
- Nosotros lo intuíamos, pero la Espiritualidad nos lo ha confirmado. El Espíritu Guía me dice que debes esforzarte aún más en aprender y debes empezar a controlar tu conciencia. Pensar antes de hablar. Meditar antes de actuar. Debes sumarte al grupo de estudio del “Evangelio Según el Espiritismo” que se realiza en el Centro Espírita los miércoles y seguir participando de las reuniones mediúmnicas con el fin de ir perfeccionándote.
          - ¿Y cuándo empezaré como médium? – pregunté en el momento en que un escalofrío recorrió todo mi ser.
          - Tiempo al tiempo. No hay que correr. Cuando se crean unos cimientos, hay que esperar un tiempo prudencial para ver si están en perfectas condiciones antes de empezar a construir encima. No vaya a ser que con las prisas, no estuviera bien y todo el trabajo de construcción sea en vano, con el consiguiente riesgo de perder el trabajo realizado hasta el momento.
          Recuerdo que mi mente voló. Me veía en la carne de alguno de mis compañeros dando paso a los Espíritus. Y no puedo negar que miles de preguntas se amontonaron en mi cabeza, lo que me bloqueó y un intenso dolor de cabeza me invadió. Después, ya todos en el salón, tomando un café con leche y hablando de varias cosas, me despejé.
           En mi época de bombero, recuerdo haber pasado malas noches. Pero esa noche misma no pude pegar ojo. Todos los temores me invadían. Soñé como si estando yo echado en la cama, los espíritus se fueran turnando para ponerse encima de mí y comandar mi cuerpo. Yo notaba como entraban y como salían… ¡Dios mío, que tortura!
            Después de tantos años, a veces, aún recuerdo esos inicios de esa profesora que se llama mediumnidad. Es con ella que he aprendido lo que es sufrir y amar, tener y perder, querer y no poder, poder y no querer….
             A través de mi pensamiento han pasado cientos y cientos de espíritus de todo tipo. Recuerdo aún las dudas del inicio. ¿seré yo o será un espíritu? Y a veces echo de menos esa observación, porque a través de la constancia, del trabajo creamos una rutina y esa rutina nos ayuda a quitar barreras, es cierto, pero también a estar menos vigilantes… total, ser médium es estar en el filo de la navaja: no corras para no cortarte e intenta mantener el equilibrio para no caerte.
            Si hoy debo hablar sobre la mediumnidad, no podría hacerlo sin reconocer que mis rodillas aún conservan signos de errores que me hicieron caer, pero también conservo los callos de las manos al agarrarme con fuerza a la cuerda que los compañeros y la espiritualidad me pusieron delante para que con esfuerzo pudiera levantarme y continuar. Bendita mediumnidad. Bendita oportunidad.

 Johnny M. Moix- Art. extraído de la Rev. Actualidad Espiritista nº 10-

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¿Perdón o Legalización del Aborto? 

Por: María Coello 

       El tema del aborto venía generando reclamos a la Iglesia Católica en muchos países del mundo, reclamos impulsados por aquellos que quieren vivir sin asumir sus responsabilidades, vivir en libertinaje sumergidos en la ignorancia de las pasiones. El Aborto de acuerdo a las enseñanzas de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, es un pecado tan grave que aquellos que lo procuren o se lo realicen incurren inmediatamente en la excomunión, hasta ser absueltos en confesión. Pero sorpresivamente el Papa Francisco anunció que dará a todos los sacerdotes católicos la potestad de perdonar los casos de aborto, facultad que antes estaba reservada a obispos o confesores con un estatus especial. 

       A pesar de que el Papa Francisco reconoce que: “El aborto es un pecado grave ya que termina con una vida inocente”, en su opinión “no existe pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y limpiar cuando encuentra un corazón arrepentido que busca reconciliarse (con Dios)”. Añade que su papado se caracteriza por convertir a la iglesia en una institución inclusiva e indulgente. Motivo por el cual nos dice: “Entrego de aquí en adelante a todos los sacerdotes, en virtud de su ministerio, la facultad de absolver a aquellos que han cometido el pecado de procurar un aborto. 

         Por su parte Monseñor Rino Fisichella, un alto funcionario de la Santa Sede, declaró en una conferencia de prensa que las palabras del papa se aplicaban también a los que participan de un aborto: “El pecado del aborto técnicamente es una expresión que incluye a todas las personas que participan en un aborto” y añadió “el pecado del aborto es incluyente. Por eso, el perdón del pecado del aborto abarca y se extiende a todos los que participan en este pecado”. Es decir a la mujer que se hace el aborto, a la enfermera, al medico y todos aquellos que hayan prestado su concurso y apoyo al hecho. En conclusión el Papa Francisco otorga a los sacerdotes licencia para absolver el crimen del aborto, aunque dice que no se trata de legalizar el aborto, sino perdonar al arrepentido. 

          ¿Y quienes son ellos para perdonar los pecados en nombre de “Dios” ?, ¿Cómo es posible que en esta época se continúe engañando a la humanidad?. Y lo más insólito ¿Por qué la humanidad se deja engañar?. Pues, porque en todos los tiempos seres inmorales han encontrado en la Iglesia un justificativo para cometer crímenes y faltas de todo tipo con la anuencia irresponsable de los representantes de “Dios”, del “Dios” mezquino y ruin que ellos han creado a través de su doctrina dogmática. 
           Mientras la Iglesia asegura que fuera de ella no hay salvación el Espiritismo te dice que no existe el perdón de los pecados, que somos los únicos responsables de cada unos de nuestros actos, que cada falta cometida hay que pagarla y que responderemos por nuestros errores ante las Leyes Universales; que de nada sirve que repitas las monótonas letanías de las oraciones y te des un montón de golpes de pecho, si no cambias tu comportamiento y te encaminas por el sendero del bien, que es el único arrepentimiento valedero, que aunque no te exima de responsabilidad te da la oportunidad de reparar el daño causado y continuar el camino por la senda evolutiva del amor. 

              Definitivamente hay un abismo que separa al Espiritismo de Luz y de Verdad de las apócrifas religiones positivas, que como bien dice el Maestro Joaquín Trincado son las causas del mal mundial. Eres libre de crear tu propio destino, de derribar las falsas creencias que te han impuesto y que condicionan tu libertad de pensamiento; quizás sea mas cómodo quedarse en la tradición, en la zona de confort que asumir nuestra responsabilidad espiritual, y si bien es cierto, que para reconciliarte con el bien no existe un plazo, que tienes por delante toda la eternidad, no adelantar en tu progreso te conducirá por el camino con mayor dolor y sufrimiento. 

              Tienes que comprender que Dios es una energía inteligente, infinita eterna e inmutable, que no es un hombre que te está vigilando desde algún lugar del Universo, para castigarte cuando te portas mal, que el pecado es el nombre que le dieron las religiones a los errores que cometemos en nuestro aprendizaje humano, para culpabilizarnos, manejarnos y poder vivir a costa de nuestros miedos y temores. Cuando comprendes estas verdades como dice Amalia Domingo Soler, “no tendrás necesidad de ir en busca de emisarios que te castiguen o te perdonen”, porque entenderás que dentro de ti mora una chispa de la divinidad. 

             Las religiones, necesarias en un principio, se han mantenido en el tiempo por la ignorancia de los hombres; el conocimiento verdadero es liberador, por eso te invitamos a que te permitas abrir la puerta del Espiritismo, en sus enseñanzas encontrarás la verdad, libre de todo fanatismo, cuyos principios morales nunca estarán en concordancia con el crimen y el mal. El estudio de nuestra Doctrina te brindará las herramientas necesarias para cambiar tu vida y encontrar respuestas racionales a tus interrogantes, nuestros ideales son sinónimo de libertad, de fraternidad, de moral, de evolución y de progreso, que te llevaran indefectiblemente a realizar tu esencia espiritual.

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                               LA IRA

           Nuestra   vida tiene algunos ingredientes indeseables que atentan contra nuestro equilibrio interno  . En muchas ocasiones somos portadores de problemas en nuestro campo mental y las tribulaciones diarias nos apartan a menudo de la seriedad, para arrastrarnos al camino de los comportamientos desbordados.
        Sumado a eso tenemos un orgullo tenaz que nos abruma con órdenes para reaccionar de tal o cual manera, o bien afloran los deseos insatisfechos que se expresan con la apariencia de la rabia. En otras ocasiones surge el miedo en la mente, proveniente del pasado, con muy diferentes camuflajes (es el jefe con miedo a sus subordinados, es el marido con miedo a perder el control de su hogar,etc), e impulsa al individuo a estar permanentemente en guardia contra los otros y a expresarse con ira la mayor parte de las veces.
        El psiquiatra Mira y López calificó a la ira como el gigante rojo del alma. Tal es el color en la cara de quien siente rabia, una de las emociones que más perjudican al ser humano. Los perjuicios mentales y físicos causados por la ira, son enormes. Es sabido que el exceso de adrenalina en el cuerpo desbarata los sistemas de defensa del organismo, y la ira es una orden mental para que esta hormona sea fabricada por encima de los límites naturales. Se trata, por cierto, de un gigante negativo del alma, fruto de los  remanentes de nuestra animalidad ancestral, de los restos emocionales inferiores de nuestra psiquis que demandan la adecuada corrección.

         Enumeramos a continuación algunos puntos básicos en relación con la ira:
a)   Interiorización de la ira: se produce cuando el individuo almacena un contenido energético deletéreo. Siempre está rumiando su disgusto. Eso lo lleva a transformarse en un enfermo crónico al que posiblemente le aparecerá una úlcera, malestares, desesperación, infecciones diversas. Es lo que se llama “morirse de rabia”, con manifestaciones de ira bajo la forma de cólera interior(rencor), odio, etc.
b)   Niveles de ira: la ira puede manifestarse en diferentes grados: forma leve (contrariedades, leve resentimiento), protesta interna (cuando permanecemos ofendidos), rebelión personal (cuando trasladamos la protesta al ofensor), rabia o furia (cuando se perdió el sentido común y el control sobre los actos).
c)   Camuflajes de la ira: nos referimos a sus disfraces. Por ejemplo, el impulso reivindicativo (sed de justicia), la crítica(susceptibilidades, censuras, etc). La ironía(por miedo a manifestar su descontento usa la ironía),etc. Para el Dr. Mira y López el odio no es más que una cólera en conserva, es decir, una cólera crónica por temor a una reacción del otro o del sistema, tremor a una sanción moral y social, o temor a la imposibilidad de llegar al objeto de nuestro odio. Es muy común que aflore el odio entre religiosos, entre razas, entre políticos o entre familias.
d)   Ira y  miedo: no se puede sentir ira si antes no se ha sentido miedo. El miedo al fracaso, por ejemplo, enciende la chispa de la cólera. Un simple mosquito en la habitación podrá provocar la cólera cuando no hemos conseguido resolver una situación previa.

          El estallido de ira no es más que un desborde tumultuoso de energías dañinas. Por lo común se dice que conviene que la persona libere ese exceso energético con gritos, gestos e imprecaciones diversas. Sin embargo, cuando educamos la mente para el cultivo de actitudes de bondad, de plegaria o de meditación, para la buena música y la respiración profunda, ya estamos moderando las energías del alma en busca de paz interna.
        Cada uno canaliza y libera sus energías psíquicas por medio de los conductos que le son más afines. Un individuo inclinado a la sensualidad, verterá sus energías por los canales de su organización genésica, mientras que el intelectual o el escritor, abrirá las compuertas cerebrales para exteriorizar su contenido energético. De la misma forma hará el ser que alcanzó un elevado nivel de evangelización y bondad. Derramará su potencial psíquico por la vía del corazón y esparcirá aromas de paz por donde quiera que vaya.


-Jasón de Camargo- ( Educación de los Sentimientos)

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¿ CÓMO VIVIMOS DURANTE EL                           SUEÑO ?

El ojo clarividente es el ojo espiritual, y está como colocado en el pináculo de todo pensamiento. Dirigid vuestro pensamiento a Londres, y si tenéis desarrollado el ojo espiritual, con el pensamiento, el llegará a Londres. Otro tanto sucede con el oído espiritual y con los demás sentidos del mismo orden, los cuales no costituyen un don especial, pues son propios de todos nosotros y en todos nosotros se hallan en germen.

Nuestros sentidos espirituales han quedado inutilizados, desde el nacimiento, por una continua falta de ejercicio y han llegado a perder sus naturales condiciones de acción. Cuando abandonamos nuestro cuerpo al sueño, caemos en un estado semejamte al de una persona que por cualquier motivo queda ofuscada o aturdida. Vemos sin mirar y oímos sin escuchar.

Al dormirnos queda el cuerpo casi literalmente muerto, mientras el espíritu permanece vivo, hallandose entonces en condiciones casi iguales a las del niño cuando no tiene todavía bien educados los sentidos físicos. Durante la noche nos transformamos o pasamos a ser un verdadero espíritu viviente; empero quedamos como sin acción propia a causa de que hemos de hacer uso de de los sentidos espirituales en la misma forma que durante el día usamos los sentidos físicos o corporales.

Muchas personas pueden mezclarse con nuestro espíritu, causa de que nuestro espíritu, después de haber permanecido tan largo tiempo,ineducado, ha adquirido ya la costumbre de andar a ciegas.Un hombre que vive sin propósito y sin aspiraciones en esta vida, pronto verá su inteligencia degenerar y hacerse muy inferior. Nuestro yo espiritual está en estas mismas condiciones, con frecuencia se halla fuera del cuerpo rodeado por otros espíritus también sin propósito y sin aspiraciones determinadas.

Las más viva fantasía no podrá describir lo que cada uno de nosotros ejecuta durante la noche y esos miles y miles de ciegos que se extravían, andan y corren a tientas por todas partes, por sus casas, por las calles, por los campos, unas veces cerca, otras veces, muy
lejos; pero no están nunca dormidos, sinó despiertos, aunque andan y discurren como hallándose en un sueño, que no es un sueño en realidad. Algunas veces sucede que abre el espíritu los ojos, y entonces,ve a gente conocida o extraña, escenas que le son familiares
o que no ha observado jamás, pero en casi ninguna ocasión acepta como realidad nada de eso, y lo que su inteligencia reusa aceptar como cosa real, nunca la memoria lo retendrá, considerándolo verdadero.

Sucede a algunas personas que, al morir, cree su espíritu que se halla todavía en poseción del cuerpo físico, y puede permanecer en esta situación durante muchos años, viviendo con nosotros y figurándose hasta que durme y come con nosotros, siempre en ese grado de existencia que lo hace invisible a nuestros ojos,´pero cerca de nosotros. Los seres, al abandonar el cuerpo físico, no siempre entran en seguida en una gloriosa condición de existencia, a menos que su inteligencia estuviese ya muy despierta en su vida terrena, caso en el cual podrían apreciar cada cosa correspondiendo con su cotidiana experiencia.

Nuestros amigos pueden también recibirnos al llegar como recibimos a los huéspedes en nuestra propia casa; pero sólo somos huéspedes, pues no podemos permanecer en estos círculos a menos que espiritualmente formemos ya parte de ellos. Y si un espíritu es de orden inferior, estará obligado, después de algún tiempo, a volver al plano espiritual al que pertenece.

La última idea que hemos tenido al dormirnos, es la que perdura en nuestro espíritu en el momento en que éste abandona el cuerpo,tengamos presente este reconocimiento de nosotros mismos como espíritus, fijemos en el cerebro la idea de que no hemos de usar ya
de los sentidos corporales y será de gran ayuda a nuestros amigos invisibles para despertar manteniendo en nosotros el conocimiento de lo realmente experimentado.

De ahí que mientras estamos en plena poseción del cuerpo podemos portarnos como bien educados y vivir durante el día en las más altas regiones intelectuales. Sucede todo lo contrario por la noche, a pesar de estar bien educados en la escuela de los sentidos físicos,
pues el espíritu, al abandonar el cuerpo, no puede llevarse esta educación consigo. Inconscientemente podemos vernos arrastrados hacia personas o escenas que nos sean repulsivas, conducidos por corrientes espirituales bajas y groseras, y por ellas llevados, así como un niño ignorante que intenta vadear un río. No sabemos nada de la acción del espíritu en las movedizas corrientes espirituales, y deberíamos advertir que las más bajas y malas o de inferior naturaleza son muy poderosas en las capas más próximas a la
tierra.

Si nos fuese posible seguir la recta dirección hacia las más altas y superiores regiones del espíritu, dejando atrás la corriente de los oscuros y groseros espírtus que nos rodean aquí y por todas partes, nos veríamos llegar finalmente a un bello país,esplendoroso iluminado y lleno de flores, todo ello realzado por un admirable panorama, hallandonos en él reunidos con las personas que más hemos deseado ver y con las cuales estamos más íntimamente
unidos en espíritu, descansando en medio de inmensos placeres que no nos privarían , sin embargo, de la contemplación de de escenas y paisajes de indescriptible encanto. Allí tendríamos conciencia de la vida y gozaríamos de un dulce descanso.

Todo lugar donde se reúnen personas de baja mentalidad, puestos bajo la influencia de pasiones rastreras, cualquiera su carácter distintivo, será siempre un foco de malas ideas, y estas ideas salen de allí formando como un verdadero riachuelo, aunque invisible, y fluyen y corren lo mismo que el agua que mana de una fuente. En las grandes ciudades, todos esos lugares insanos forman muchos y miles de riachuelos de inmundos elementos, juntándose los unos con los otros, aunque nunca llegan a formar un vivo y rápido torrente, sino que
más bien resultan una corriente mansa y engañosa, en la cual muchos se dejan inexpertamente caer, permitiendo que dulcemente los arrastre. Toda reunión de personas habladoras , chismosas o aficionadas al escándalo, no es más que una reunión de espíritus afines. Esto es lo que sucede en toda familia en la cual reina el el desorden, la malquerencia, el trato grosero o la petulancia.
La alta sociedad y la que llamamos inferior en la escala social, pueden de igual modo contribuir al aumento de esa baja corriente espiritual.
Los espíritus más puros no pueden vivir en esa inferior corriente sin ser por ella afectados de un modo asaz desfavorable, lo que exige un gasto continuo de fuerzas para defenderse de ellas.

Lo indudable es que las montañas elevadas se hallan más libres de esos espíritus bajos, que buscan siempre los sitios inferiores o más bajos, como todo lo que es pesado y grosero. Ahora muchos de estos dañosos e invisibles elementos están junto a nosotros, nos rodean, y de ahí la necesidad en que nos vemos de formar grupos de personas que aspiren naturalmente a lo más puro, los cuales, reuniéndose con frecuencia, en la comunión de sus conversaciones y aún en la de su silencio, pueden dar origen a una corriente de más puros pensamientos e ideas. La corriente espiritual formada por un grupo de personas, aunque sea poco numerosas,que se hallen de perfecto acuerdo y animados de benéficas y amorosas intenciones, es de un valor tal que no podemos formarnos idea, pues ahí está la más poderosa de todas las fuerzas espirituales. .

Hemos de pensar que podemos ser absorbidos por la timidez de , como también absorber su inercia y su falta de energía y no sabremos nunca claramente cuando un hombre o una mujer cualquiera puede sernos perjudicial o nos puede hacer algún beneficio. Pero el tiempo de las ocultaciones ha pasado ya. Muchas inteligencias van despertando y son hoy capaces de entender, cuando menos, estas verdades.   Los tiempos en que el materialismo pudo aplastar toda espiritual verdad, ya están muy lejos y los tiempos en que toda verdad será demostrada han comenzado realmente. Del mismo modo, las pocas personas que hoy gozan del conocimiento de que trata este capítulo, tienen, sin embargo, ellas solas poder bastante para la acción que hemos descrito.

( Anteriormente publicado por Patricio Escárate )

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