miércoles, 7 de octubre de 2015

¿ Venimos predestinados a este mundo ?


¿ Qué es la verdad ?

" Yo para eso nací y para eso vine al mundo, a fin de dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad oye mi voz". Le contestó Pilatos: "¿Qué es la verdad?" ( Juan 18:37)

   Transcurridos dosmil años, ese requerimiento de Pilatos a Jesús aún resuena en nuestra conciencia. 
        
           ¿Qué es la verdad?. Y ël se calló, tal vez porque el legítimo Prefecto de la provincia romana de Judea no contaba con el acervo psíquico moral para acertar a comprender las verdades enmudecedoras que pudiesen brotar de los labios del Mensajero Divino.

            La verdad de Jesús, en aquel tiempo, no cabía en nuestras almas y aun hoy no hay espacio para ella. Espíritus de tercer orden en la escala espírita- conforme nos enseña el codificador de la Doctrina Espírita Allan Kardec- somos incapaces de aceptar el mensaje de Jeús y vivirla en su plenitid y simplicidad. Tal vez por el hecho de ser tan simples, no conseguimos ajustarnos emocionalmente a su intrincado valor moral.

           Somos criaturas vivientes en el siglo 21,relaccionadas con el intelectualismo falso que nos aparta sobremanera del pensamiento Crístico del primer siglo.

          Jesús personifica la justicia y nosotros amamos la injusticia porque andamos distraídos con sus beneficios efímeros.

        Jesús expresa el amor absoluto y somos símbolos, estereotipos y nosotros nos desenvolvemos arquetipos de las pasiones atrofiantes.

        Jesús inspira libertad y nos estamos liando a los viejos conceptos de dominación y subyugación por la materia a través de la mente.

        La verdad de Jesús aun está prendida a sus labios:: "quien tenga oídos que  oiga".

       ¿ Qué es la verdad ?. Y Jesús una vez más contó con los emisarios a fin de no violentar nuestra mente, un tanto infantil. A los sordos es preciso acostumbrarse gradualmente a como son.

           Cuando vino el Maestro al Orbe terrestre, contó con Juan el Bautista para allanar el camino. No su camino, sino el camino ascensional de aquellos que querían seguir la verdad.
                 Aun así, la verdad permanece amortiguada, el desorden  sigue camuflado y, por fin, distanciado del pensamiento Crístico.
         ¿ Qué es la verdad? Clama la multitud oprimida y masacrada por la descreencia y el cientifismo del siglo 19.
         Las voces del cielo emprenden nuevos esfuerzos, nuevas luces, nuevos caminos. Jesús en su soberanía de Gobernador Espiritual de la Tierra, destaca para el trabajo árido y renovador al pedagogo Hippolyte León Denizard Rivail, ofreciendo a todos los que lo deseasen, el mensaje inmortal y consolador, capaz de liberar las conciencias con las verdades universales.
      El codificador Allan Kardec, pseudónimo adoptado por él para vincularlo a la Doctrina de los Espíritus naciente  no a  ninguna personalidad, se ve en momentos angustiantes ante los caminos a trillar. ¿Por donde comenzar?. ¿ Por las conclusiones científicas tan discutidas por los hombres de la época o por las indagaciones filosóficas tan en evidencia en el medio cultural? . Pensaría él: sería justo desligar la doctrina de ls espíritus del caracter religioso y consolador?. No.
          La Doctrina Espírita, renovadora por su naturaleza, se corporifica estampada en la primera cuestión del El Libro de los Espíritus, la célebre interrogación: ¿ Qué es Dios?.
         
          De esta forma, deja el legado de un patrimonio universal sobre la verdad, obligándonos a todos- científicos, filósofos, religiosos- a responder a tal requerimiento sin huír de la verdad, nunca antes tan clara y profunda.
        ¿ Qué es la verdad?. Y el Espíritu de Verdad responde: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", sin usar de violencias o precipitación, sin  erigirse en juez o en defensor, sin restringir o apartar a las criaturas de Dios. ¡ La Verdad es !. ¡ Simplemente es....!.
      
       

Jane Maiolo (  La autora )
Profesora de Enseñanza Fundamental, formada en Letras es pos-graduada en Psicopedagogia.  Colaboradora de la Sociedade Espírita Allan Kardec de Jales. Investigadora del Evangelio de Jesus. Presentadora del Programa Semientes del Evangelio de la Red  Amigo Espírita.
 Traducción: Jose L. Martín -
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DESPERTANDO A TRAVÉS DEL AMOR

Jesús estableció el amor a Dios  por encima de todo y al prójimo como así mismo, como la base, la razón y el fin de la vida, para crecer y elevar la realidad interior de la criatura, haciendo de ella  surgir en todas sus potencialidades,  que están es un estado latente en su interior.

Amar es un arte que exige madurez y sacrificio en el cual se deben invertir los valores del sentimiento y de la inteligencia para alcanzar la plenitud. Ese amor  sin cadenas, fomenta el sentido de la fraternidad, que produce una generosa tolerancia  para con las  faltas y limitaciones ajenas y perdona penetrando por detrás de las apariencias, no siempre agradables, que permanecen ocultas.

Para equilibrar al hombre el concepto de Jesús sobre el amor es el derrotero más seguro.

A medida que adquiere madurez el amor se hace más extenso, exteriorizándose y alcanzando a las demás personas interfiriendo las condiciones de vida del lugar donde marcha.

La necesidad de vivir en sociedad es manifestación del amor, en su más profunda expresión, impeliendo a los individuos hacia una comunión de sentimientos más plena, a través de la cual se realizan.

Las desdichas morales y angustias generadoras de sufrimientos variado alcance resultan de la visión destorcida sobre el amor que lleva a la criatura a las imposiciones egoístas, que disimulan con la apariencia del sentimiento noble.

Los antagonismos, los odios fulminantes, las amarguras de larga duración, los estímulos para la venganza, surgen por la ampliación arbitraria de la facultad de amar, sometiendo al projimo y explotándolo,  se impone y corrompe, cosa que debilita los tejidos sutiles de la organización espiritual, facultando el desencadenamiento de innumerables enfermedades.

El pasado es una sombra pesada, ocultando desdichas e impiedad, el futuro es poderosa luz a diluir todas las edificaciones de la perversidad y de la insania que medran y se desarrollan en los laberintos de la ignorancia y de la ilusión.

Todos somos víctimas de nosotros mismos, que devolvemos mal por mal, sin aprovechar el dolor como generador de bendiciones  y el infortunio como sumidero de moléculas e imperfecciones.

La vida no es ministrante de pasiones mezquinas ni campo de continuo barbarismo a sueldo de los impositivos egoístas de cada criatura.  El hombre a de tener tiento, oir y meditar. El Señor escucha  las oraciones de arrepentimiento y se apiada de todos. Es tiempo de recomenzar.  La vida no tiene limites en su extensión y su objetivo es la felicidad  de todos los que nos encontramos arrastrados por las corrientes de los acontecimientos que desencadenamos  a través de nuestros pensamientos, palabras y actos…

Cuando un enfermo pide la protección espiritual, casi siempre lo hace con la intención de recomponer el organismo, recuperar la salud, usufructuar de un periodo Más demorado en el cuerpo. Y extraña mucho que los resultados sean opuestos a los anhelados. Olvidando que la verdadera  vida es la del Espíritu, es muy natural que ante una permanencia  más prolongada en el cuerpo,  con gravámenes y peligros  que pueden perjudicar el proceso de elevación de la criatura, en muchos casos está  sea reenviada al hogar; del mismo modo que, tomando en consideración los beneficios que la reencarnación propicia, aun cuando bajo dolores y pruebas muy severas, se esfuercen los Mentores  por dilatar el plazo de permanencia. La función del sufrimiento no es punitiva, es rectificativa, educativa.

El hombre debe despertar para el examen de otros valores que quedan al margen y que necesitan ser considerados. Tan pronto funcionan sus objetivos, se diluyen las penosas imposiciones y el individuo marcha  con seguridad viviendo las experiencias  del bien y del amor. Es necesario romper el circulo del hierro en que se mueven las criaturas, implicadas en los vicios y crímenes, yendo  a la tierra y volviendo sin que hayan conseguido provecho y paz en las experiencias que se consideran malogradas.

Somos viajeros de los infinitos  caminos del tiempo, permanecemos, por capricho, en los valles desiertos y sombríos, cuando nos esperan las cumbres amplias y habitadas por la felicidad. Nos detenemos, por el momento, en el pantano, sufriendo la asfixia de las exhalaciones  de los cuerpos  y vegetales en putrefacción,  cuando estamos destinados  al altiplano de la paz donde la brisa perfumada del amor nos rocía, canta la balada de la perenne esperanza de victoria.

Caemos para levantar. Paramos para recobrar fuerzas y proseguir. Permanecer en la caída o persistir  en el descanso es matar el tiempo y retroceder en la conquista de la gloria.

“No relaciones dolores  ni anotes sinsabores. Quien se complace, en lamentaciones, de la retaguardia se opone al crecimiento y a la conquista que lo aguardan.

La existencia significa mucho para el espíritu, y almas ennoblecidas que nos aman, se empeñan para que no nos falte valor y oportunidad, servicio y realización. no obstante de nosotros depende la permanencia  en la vega, mirando las estrellas o en la ascensión, rumbo a los astros relucientes. ..

En la Biblia, el libro que narra el pueblo  hebreo, en la trama del Viejo Testamento, encontramos revelaciones espirituales y advertencias no siempre consideradas, premoniciones y profetismo, anunciando la llegada de Jesús a la Tierra. En el Nuevo testamento identificaremos al Maestro en continua labor  invitando a seguirle, sufriendo por amor y entregándose en total donación. Su voz canta para nuestros iodos los poemas de las aguas, del aire, de los vegetales y de toda la Naturaleza, en el apogeo de las Bienaventuranzas que fascinan, abriendo los ojos, los oídos y el entendimiento. Meditar en sus nobles enseñanzas es fortalecer el ánimo. Se toman fuerzas para abandonar  la utopía y retornar al hogar, como el “hijo prodigo” de la parábola, donde esperan cariño y afecto. Conocedor del mundo  se puede elegir, para después, saber la directriz a tomar: ¡Dios, o las riquezas! Nuevos amigos nos presentaran nuevos rumbos y ampliaran, el entendimiento,  considerando la fe.

“No recelemos romper con el mal que todavía reside en nuestro mundo interior. No consiste en un acto simple lo que ha de seguir a nuestra decisión, por el contrario tendremos que invertir mucho para alcanzar la meta. Quien se niega  al avance  reposa, sin embargo, se candidata a la parálisis.

No posterguemos, por comodidad o negligencia, el momento de la felicidad. Entregándonos al Bien  estaremos amparados por donde caminemos. No nos serán regateados auxilios, sin embargo, tendremos que seguir con los propios pies, bajo el comando de una firme voluntad y de una robusta  decisión.

Las enfermedades expurgadoras invitan a la renovación y son las que ayudan a la liberación de los vicios.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro de Cuadros de la Obsesión de Divaldo Pereira Franco


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Aguarda el tiempo

Aconteció tal vez lo que no esperabas.
Tus contrarios te ironizan.
El sentimiento herido te detesta.
Entretanto, refleja las bendiciones  que la Divina Providencia ya te concedió y procura sonreír.
No te indispongas con nadie.
Continúa trabajando y sirviendo en paz.
Aguarda al tiempo donde se manifiesta, mas claramente la voz de Dios.
Libro de Respuestas, Emmanuel, psicografia de Francisco Candido Xavier, CEU)

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¿ Venimos predestinados a este mundo ?

A lo largo de la historia humana, los filósofos de las distintas épocas, han debatido este asunto; unos defendiendo el determinismo y la predestinación, liberando al ser humano de cualquier responsabilidad en sus actos, al quedar considerado a la altura de una máquina ciega que actúa porque así se lo han impuesto, carente de una voluntad propia. Otros han sentido que el ser humano conserva en cualquier caso la libertad de pensamiento y la voluntad para actuar o no actuar, querer o no querer, lo que le hace un Ser libre y organizador de su propia vida, aunque dentro de las circunstancias a veces encadenantes de la existencia.
Del mismo modo muchas personas creen en la fatalidad ciega e inexorable y se dejan llevar por los acontecimientos de la vida, sin hacer ningún esfuerzo por cambiar a veces el rumbo de los mismos. Otros sin embargo luchan de forma heróica para revertir lo que para algunos parece imposible, ¡ y sin embargo lo logran ¡. Si nuestros destinos ya estuviesen determinados de antemano, apenas seríamos unas marionetas en manos de la divinidad en un teatro de extrema crueldad.
La vida del ser humano no es producto de la casualidad o de un destino ciego y fatal, o de la buena o mala suerte, sino el resultado de la acción de unas leyes naturales, justas y equilibradas, de modo que la propia vida nos proporciona aquellas experiencias que necesitamos para asimilar los aspectos positivos que en cada momento estamos en
condiciones de aprender, y también para corregirnos de los negativos, en un continuo proceso de perfeccionamiento del Ser.
El destino del Ser humano no es un fatalismo ciego, sino un determinismo de las causas que lo originaron. Los destinos humanos a veces son dolorosos por determinismo de la ley del Karma cuando se viola la ley del Amor, pero otras veces estos destinos dolorosos son escogidos voluntariamente por el Ser antes de regresar a este mundo, para superando sus pruebas, lograr en esa vida un más rápido progreso espiritual
Razón tenía Einstein cuando afirmó que Dios no juega a los dados la suerte de los humanos; por tanto no podemos acusarlo o culparlo por un destino humano difícil o amargo. ¡Dios no impone caprichosamente ninguna clase de sufrimiento al Ser humano¡ ; solo nosotros nos hemos ganado lo bueno o malo que nos acontece cuando haciendo mal uso de nuestra libertad, nos hemos creado nuestros propios infiernos y destinos amargos.
No obstante, Dios además de infinita justicia, es también infinita misericordia, pues nos deja la posibilidad de que podamos rectificar nuestro destino kármico en la vida, aunque solo sea de modo parcial, y permite que el destino que nos hemos labrado nosotros mismos no sea ciego o irremediable, pues siempre nos ofrece la posibilidad de modificarlo o rectificarlo con nuestras acciones positivas.
Para los Espíritus Superiores, el determinismo no existe. La fatalidad existe solamente por la elección que el espíritu hace antes de encarnar para sufrir determinada prueba. Esto en cuanto a las pruebas físicas, pues en las de carácter moral, el Ser conserva siempre el libre albedrío para decidir sus actos y su destino.
Existe la predestinación en cuanto a las pruebas elegidas por el Ser antes de encarnar. pero no el fatalismo en cuanto a determinismo que rija la vida del hombre, pues este siempre conserva su libre albedrío para poder modificarlo.
Si el ser humano a veces no es totalmente libre porque suele estar obligado a obrar diferente al modo en que piensa o al que desea, es porque está sujeto a la ley de Causa y Efecto, lo cual acontece muy frecuentemente desde vidas anteriores. El ser humano no está empujado inexorablemente al mal. Los actos que practica no fueron previamente determinados. Sus crímenes no son una sentencia del destino. Como prueba o expiación puede elegir una existencia en la que sea arrastrado al crimen, pero siempre al final será libre de cometerlo o no cometerlo.
No todo lo que nos sucede está escrito de antemano, pues lo que nos ocurre es el resultado de nuestro libre actuar hasta en las pequeñas cosas de cada día, no quedando nunca sin saldar o reajustar nada que hayamos hecho erróneamente, aunque los acontecimientos o pruebas trascendentes o importantes que se presentan en la vida del Ser humano sí que están previstos desde antes del nacimiento en este mundo, porque son como las lineas maestras que en cada existencia deberemos afrontar todos y cada uno de nosotros, y forman parte de la cosecha obligada que debemos recoger por la siembra libre y voluntaria que anteriormente hicimos, así como también de la planificación que hicimos desde antes de venir a este mundo, sobre las metas a alcanzar y los objetivos que cumplir en nuestra vida humana. El Ser arrastra la fatalidad de sus inclinaciones y defectos, pero tiene la libertad de ceder ante ellos o no hacerlo para no tener que seguir afrontando las consecuencias de su equivocada elección.
Por tanto, podemos asegurar que nuestro destino lo vamos forjando cada día, y lo podemos modificar mediante el propio esfuerzo.

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MUNDO NORMAL PRIMITIVO.

84 – ¿Los Espíritus constituyen un mundo aparte, fuera del que vemos?
– Sí, el mundo de los Espíritus o de las inteligencias incorpóreas.
85 – En el orden de las cosas, ¿cuál de los dos es el principal,el mundo de los Espíritus o el mundo corporal?
– El mundo espírita, que preexiste y sobrevive a todo.
86 – ¿Podría dejar de existir o no haber existido nunca el mundo corporal, sin que se alterase la esencia del mundo espírita?
– Sí, pues son independientes; no obstante, su correlación es incesante, porque reaccionan perennemente uno sobre el otro.
87 – ¿Ocupan los Espíritus una región determinada y circunscripta en el espacio?
– Los Espíritus están por todas partes. Pueblan infinitamente los espacios infinitos. Están siempre a vuestro lado, observando y actuando sobre vosotros sin que lo percibáis, porque los Espíritu son una de las potencias de la Naturaleza e instrumentos de los que Dios se sirve para la realización de sus designios providenciales;pero no todos pueden ir a todas partes, pues hay regiones prohibidas a los menos avanzados.


EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.


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