Todos aprendemos unos de otros , algunas veces nos toca aprender y otras nos toca enseñar, todo esta en tratar de mantener nuestras mentes abiertas, si no logramos comprender algo, no es porque no sea importante, es unica y exclusivamente porque no estamos listos para esa lección. No nos cerremos en nuestras creencias como la unica verdad, abramos nuestras mentes y corazones para poder recibir lecciones que hasta un niño pequeño nos puede brindar.
Mercy Ingaro
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Se está haciendo frecuente la discusión con respecto al problema de la depresión en la infancia.
Es asustador el número de niños que entran en ese estado de alma, preocupante.
Pero, aunque se intente descubrir las causas generadoras de ese mal y se levanten varias cuestiones sobre el asunto, el problema continúa.
Para un observador atento, quizás no sea difícil detectar las posibles raíces del problema.
Es que, envueltos en la agitación de la sociedad actual, los padres y los demás parientes se han olvidado de dar la atención debida a los pequeñitos.
En general, ellos son relegados a un segundo plano en el orden de las prioridades.
En primer lugar, viene la ocupación con los recursos financieros que garanticen el sustento físico de la familia. Y esa preocupación absorbe a tal punto a los padres, que muchas veces los pequeños son atropellados en vez de conducidos con amor y cariño.
Es común que veamos a los chiquillos en el asiento trasero del automóvil o en la ventanilla del autobús escolar, con sus caritas melancólicas mirando hacia el vacío, como si estuvieran absorbidos por profundos cuestionamientos.
Se pudiésemos oír sus devaneos, quizás escuchásemos sus angustias íntimas:
¿Por qué tengo que salir de mi placentero hogar para estar con personas que no conozco?
¿Por qué preciso dejar mis juguetes e ir a jugar con esos otros niños que quieren tomar los míos y no me dejan jugar con los suyos?
¿La maestra no va a rezongarme? ¿Y si algún chico mayor me pega? ¿Y si entra un asaltante en la escuela y me roba?
¿Y que tal si cuando vuelvo para casa, toda mi familia ha desaparecido o se ha marchado? O entonces, ¿será que mi madre va a acordarse de buscarme al final de la clase?
Para el adulto, que vive una realidad distinta a la del niño, todo eso parece pueril, pero para él es motivo de inquietud y angustia.
Hoy en día, movidos por el deseo sincero de prevenir a los niños contra los males de las drogas y de la violencia, quizás hayamos volcado una carga demasiado grande de pavor sobre esas almas aún frágiles.
En el hogar, muchas de ellos conviven diariamente con la brutalidad y la violencia de los juegos electrónicos, sin estar maduros para separar lo que es ficción de la realidad.
Y, un día, ellos salen del hogar y parten para un mundo diferente del suyo, llenos de miedo e inseguridad.
Además, conllevan, en lo profundo de su alma, traumas y conflictos de otras existencias, pues no podemos olvidar que nuestros niños son espíritus reencarnados.
Considerando todo esto, si realmente deseamos ayudar a nuestros hijos, busquemos entenderlos mejor. Tratemos de penetrar en su mundo y brindarles el amparo y la protección que tanto necesitan.
Socorramos nuestros pequeños que suplican, muchas veces a través de la rebeldía, por nuestra atención y cariño, para que puedan caminar con seguridad en ese mundo turbulento y asustador para muchos de ellos.
¡Piense en ello!
No espere que su hijo muestre síntomas de depresión, obsérvelo y ampárelo siempre.
Repiense las actividades que se le imponen y verifique si no están sobrecargando, encorvando sus estructuras psicológicas aún frágiles.
Muchas veces, con la intención de preparar a nuestros hijos para el mundo competitivo de la actualidad, olvidamos de considerar aspectos importantes de su psiquis, principalmente sus tendencias y aptitudes.
Es importante que nos cuestionemos sobre lo que es más importante: instruir muy bien al hombre, o formar el hombre de bien.
¡Pensemos en eso!
-Redacción de Momento Espírita-
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EN LA ESFERA DE LA PALABRA
POR EL Espíritu André Luiz.
Psicografia de Francisco Cándido Xavier
En las tareas de la reunión del día seis de Mayo de 1954, después del servicio habitual de socorro a desencarnados en sufrimiento, nuestro amigo André Luiz se hizo escuchar por nosotros, de manera clara e incisiva, recordándonos la necesidad del verbo bien conducido, con las siguientes enseñanzas:
Cierta palabra envenenada fue proyectada al mundo por una boca liviana y, en breves días, dejó casi imperceptible fermento de incomprensión, naciendo a partir de ahí, una vasta epidemia de maledicencia.
De la maledicencia surgieron anotaciones malvadas e ingratas, generando discordia, perturbación, desanimo y enfermedad.
De semejantes desequilibrios, emergieron conflictos y desvaríos, creando aflicción y ruina, guerra y muerte.
Hermanos míos, para el médico desencarnado, la palabra mal conducida es siempre la raíz oscura de gran parte de los procesos patógenos que flagelan a la humanidad.
La palabra deprimente es como una sarna invisible, complicando los problemas, ennegreciendo el destino, retardando el progreso, deshaciendo la paz, golpeando la fe y anulando la alegría.
Si buscamos en el mundo seleccionar alimentos sanos, con seguridad y beneficio para el cuerpo, es indispensable escoger conversaciones edificantes, capaces de preservar la belleza y la armonía de nuestras almas.
Las bocas reunidas para la exaltación del mal, se asemejan a cubos de basura, con fugas de bacilos de delincuencia y descomposición espiritual.
Atendamos al silencio, donde nos sea posible el concurso fraterno.
Dijo el profeta que “la palabra dicha a su tiempo es como manzana de oro en un cesto de plata”.Sin embargo, solo el amor y la humildad consiguen producir ese milagro de luz.
Para compararnos con Cristo, es imprescindible sintonizar el estado de nuestra vida con Su Evangelio Redentor. Busquemos sentir a Jesús.
No nos olvidemos de que la lengua habla con los hombres y de que el corazón habla con Dios.
Del libro: Instrucciones Psicofónicas
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ESPIRITISMO Y ECOLOGÍA
GRUPO EL AMOR EN ACCIÓN
Recientemente fue lanzado un libro del Periodista y ambientalista André Trigueiro, de la red Globo News, por la Federación Espírita Brasileña, que ya es éxito editorial en Brasil por tratar de este tema que es muy actual y engloba toda la vida en la Tierra y la supervivencia del planeta.
André demuestra en la obra las afinidades que existen entre Ecología y Espiritismo que son ciencias sistémicas que buscan investigar, cada cuál, con su herramienta de observación las relaciones que prestan sentido a la vida. Esa visión de realidad se revela de forma tan explícita que aparecen en ciertas obras espíritas y puede muy bien ayudar a los científicos.
No es novedad en la visión de muchos científicos que vivimos la mayor crisis ambiental de la Historia de la Humanidad con la destrucción de los bosques. La polución de los ríos y océanos. La basura y la polución del aire de las grandes ciudades colocando el dióxido de carbono en la atmósfera de la Tierra. ¿Cómo podría el Espiritismo enfrentar este asunto tan importante y urgente con la debida claridad y objetividad en una sociedad materialista vuelta para un capitalismo destructor de los recursos naturales?
La ciencia espírita explica que nuestro planeta en estos momentos es de “pruebas y expiaciones”, planeta de rescates y dolores y que va a entrar en un nuevo ciclo de “regeneración”, lo que significa decir que en este periodo el hombre respetará la vida en todos los sentidos sea en el mar, en el aire, en los bosques y en la vida en todos los sentidos sea en el mar, en el aire, en los bosques y en la vida humana diciendo un no a la práctica del aborto. Tenemos, aún, la polución mental del hombre materialista que emite vibraciones de odio, desamor, venganza, que impregnan la psicoesfera de la Tierra y contribuyen para el objetivo de los crímenes hediondos que nos hacen sufrir.
Chico Xavier cuando estaba encarnado y entrevistado en varias emisoras de Televisión siempre afirmaba que la destrucción de los recursos naturales es el mayor crimen que el hombre puede hacer con nuestra casa planetaria, afirmando, siempre, que no saldremos de la Tierra hasta que sea rescatada la deuda con la naturaleza.
De esta manera debemos tener en mente que el planeta también está dentro de nosotros sea encarnados o desencarnados. Las colonias espirituales son ciudades donde viven millones de espíritus que van a volver a la Tierra y ellos están esperando la oportunidad de volver al cuerpo carnal – lo que llamamos reencarnación – para una nueva etapa de progreso espiritual, pero, para tanto, necesitarán del clima saludable, medio ambiente sustentable y condiciones favorables de supervivencia.
Finalmente debemos tener un profundo Amor por La Tierra conservando y mejorando todo lo que existe y el Amor a nuestro semejante que se encuentra en nuestro camino evolutivo para el alcance de la felicidad.
Piense en esto!
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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