domingo, 4 de octubre de 2015

El origen del Espiritismo






                  ¿       QUIEN VE A DIOS ?

Puesto que Dios es la esencia divina por excelencia, solamente puede ser percibido en todo su esplendor por los Espíritus que han alcanzado el más alto grado de desmaterialización. En cuanto a los Espíritus imperfectos, por el hecho de que estos no vean a Dios, no se concluye que estén más alejados de Él que los demás, puesto que, al igual que todos los seres de la naturaleza,están inmersos en el fluido divino, del mismo modo que nosotros lo estamos en la luz. Lo que ocurre es que las imperfecciones de esos Espíritus son como vapores que les impiden verlo. Cuando
la niebla se disipe, lo verán resplandeciente. Para eso no necesitan ascender ni buscarlo en las profundidades de lo infinito. Cuando la visión espiritual quede desobstruida de las manchas morales que la oscurecían, lo verán, sea cual fuere el lugar en que se hallen, incluso en la Tierra, porque Dios está en todas partes.


El Génesis- Allan Kardec-
Comentario, Nos os parece fascinante, la verdad eterna es inalterable, aunque nos queda un largo camino en el tiempo, alcanzaremos el gozo de vencer nuestra imperfección, de nosotros depende llegar mas pronto que tarde.
- Marco Antuan-

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       ¿Cuál es el origen del espiritismo?

El Espiritismo nace el 18 de abril de 1857 con la publicación del Libro de los Espíritus conteniendo las bases de la revelación de los espíritus. Sin embargo la mediumnidad ha existido desde siempre, especialmente extendida años antes de esta fecha de 1857 con un gran número de hechos espíritas aconteciéndose en numerosos lugares del mundo. Uno de los primeros hechos que promovieron el interés de la opinión pública fue el ocurrido en
Hydesville, una pequeña aldea residencial de Nueva York. En su pequeña casa de madera, comenzaron a escucharse extraños e incoherentes golpes en paredes y techos, molestando incluso para poder dormir a la familia de John Fox. A tal estruendo llegaron que la noche del 31 de marzo de 1848 se encontraban en aquella casa y sus alrededores cerca de 300 personas. Entre ellas personalidades importantes como lo era el Juez Edmonds, presidente del Tribunal supremo. Se preguntó a los golpes y ruidos y contestaron estableciéndose una histórica telegrafía espiritual, según los golpes convenidos era un sí o un no, y según el número de golpes se representaba una letra del alfabeto. Gracias a este medio aquellos golpes dijeron pertenecer al espíritu de un buhonero que había sido asesinado en aquella casa, y que su cuerpo se encontraba enterrado en el sótano. Con el apoyo de las autoridades deciden hacer una excavación en al sótano de la casa y encontraron cal y algunos huesos humanos. Pero fue cincuenta y cinco años después cuando ya nadie recordaba el fenómeno en el 1904, cuando se encontraron los restos que faltaban cuando cayó una pared del sótano, lo que llevó a pensar que primero fue enterrado por el asesino y temiendo ser descubierto se emparedó en la pared. Y así lo certifica el Boston Journal, periódico no espiritista que concluye que esto venía a disipar las posibles sombras de dudas sobre la veracidad de los hechos que acontecieron en aquella casa. Pero para su divulgación no fue necesario este segundo descubrimiento, a partir de ese 31 de Marzo de 1848, la fama de estos hechos llegó a todos sitios, al tiempo que muchos otros fenómenos tenían lugar. Esa misma noche del 31 de marzo, Andrew Jackson Davis sorprendente médium que daba constantemente pruebas de la mediumnidad recibió una comunicación que decía, ?Esta noche comienza una auténtica invasión organizada para demostrar al hombre la existencia de los espíritus? Y así ocurrió los fenómenos se sucedieron, algunos en pleno día ante la vista de todos, como ocurriese con Daniel Douglas Home médium que demostraba con fenómenos de todo tipo la existencia de la realidad espiritual. Gran parte de la prensa de la época se hacía cargo de todos estos fenómenos y en una época en la que no existía Internet, se tomó la comunicación con los espíritus como una diversión más entre las familias y las reuniones de amigos. Pero tocaba al hombre encontrar el verdadero sentido de estos hechos, lo que podría surgir de ellos, y la revelación que los espíritus superiores estaban intentando llevar a cabo y esta fue la tarea que llevó a cabo a Allan Kardec y la que dio inicio al Espiritismo.

- JuanCarlos Mariani-
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                                            ESO TAMBIÉN PASARÁ

El médium minero Francisco Cándido Xavier contó que, de sus días de profunda amargura, solicitó al benefactor espíritu que llevase su pedido de socorro a María de Nazaret, para que ella lo consolase, ya que sus problemas eran graves.
María de Nazaret
Después de algunos días, el benefactor retornó diciéndose portador de un recado de la madre de Jesús.
Chico inmediatamente tomo papel y lápiz y se colocó en la posición de escribir: Puede hablar, tomaré nota  de cada palabra.
Emmanuel, benefactor atento, le habló:
Anote ahí, Chico. María me pidió para que le trajese el siguiente recado:
“Eso también pasará. Punto final.”
Chico tomó nota rápidamente y pregunto al benefactor: ¿Solo eso?
Y él respondió: Así es, Chico. La Madre Santísima pidió  para decirle que eso también pasará.
 * * *
Como Chico Xavier, muchos de nosotros, cuando nos visita el dolor, nos gustaría recibir un mensaje individual de consuelo.
Pensando que fuimos olvidados por la Divinidad, rogamos nos sea concedida una diferencia especial por parte de los benefactores espirituales.
Todavía, Dios todo lo sabe y todo lo ve. Nada acontece sin Su consentimiento, basta que depositemos confianza en Sus Soberanas Leyes.
Todas las cosas, en la Tierra pasan…
Los días de dificultades pasaran…
Pasaran también los días de amargura y soledad…
Los dolores y las lágrimas pasaran.
Las frustraciones que nos hacen llorar… Un día pasaran.
El dolor por el ser querido que se va por medio de la muerte, pasara.
Los días de glorias y triunfos mundanos, en que nos juzgamos mayores y mejores que los otros… Igualmente pasaran.
Esa vanidad interna que nos hace sentir como el centro del Universo, un día pasará.
Los días de tristeza… Los días de felicidad… Son lecciones necesarias que, en la Tierra, pasan, dejando en el Espíritu inmortal las experiencias.
Si hoy, para nosotros, es un día de esos repletos de amargura, paremos un instante.
Elevemos el pensamiento y busquemos la voz suave de la Madre amorosa que nos dice cariñosamente: Eso también pasará…
Y guardemos la certeza, por las propias dificultades ya superadas, que no hay mal que dure para siempre.
 * * *
El planeta Tierra, semejante a enorme embarcación, algunas veces parece que va  a zozobrar ante la turbulencia de gigantescas olas.
Son guerras, intereses mezquinos, falta de valores…
Mas eso también pasará, porque Jesús está en el timón de esa embarcación, y sigue con la mirada serena de quien guarda la certeza de que la agitación hace parte del derrotero evolutivo de la Humanidad, y que un día también pasará.
El sabe que la Tierra llegará a puerto seguro porque ese es su destino.
Así, que hagamos nuestra parte lo mejor que podamos, sin desanimarnos.
Y confiemos en Dios, aprovechando cada segundo, cada minuto, que ahora, ya no es igual que cuando iniciamos el programa  y lo de ahora también pasará…
- Redacción de Momento Espírita-

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La pereza
“La pereza es la madre de todos los vicios”:
Dice que la pereza trae pobreza, frustración y problemas. Es fácil deducir las consecuencias de la pereza, si no hay acción no hay resultados.
La pereza es la falta de estímulo, de deseo, de voluntad para atender a lo necesario e incluso para realizar actividades creativas o de cualquier índole. Es una congelación de la voluntad, el abandono de nuestra condición de seres activos y emprendedores.
Es perezoso quien renuncia a sus deberes con la sociedad, con la ciudadanía, quien abandona su propia formación cultural. La persona que nunca tiene tiempo para leer un libro, para ver una película, para escuchar un concierto, para prestar atención a una puesta de sol. Aquel que tiene pereza ha de convertirse en más humano.
Todos tenemos pereza en algún momento de nuestras vidas, especialmente si estamos pasando por momentos depresión o ansiedad. Es difícil definir la pereza y separarla de nuestro estado mental.

Un pariente de la pereza es la procrastinación. La diferencia está en la persona que deja algunas cosas para después no necesariamente es perezosa. Cuando procrastinamos dejamos de hacer algunas actividades que no nos gustan pero continuamos haciendo otras.

Es diferente tener pereza por un rato a ser perezoso. El tener ratos de pereza es normal. El ser perezoso no es normal, los seres humanos estamos diseñados para el movimiento, nuestra mente y cuerpo están diseñados para ser usados constantemente o se atrofian. 

Al no hacer nada por pereza obviamente no se obtienen buenos resultados y la vida se complica. La mayoría de las personas perezosas o aprenden cuando la vida les da golpes o terminan pobres y con problemas a menos que se ganen la lotería o se casen bien. 
Tomado en sentido propio es una «tristeza de ánimo» que aparta al creyente de las obligaciones espirituales o divinas, a causa de los obstáculos y dificultades que en ellas se encuentran.
Bajo el nombre de cosas espirituales y divinas se entiende todo lo que Dios nos prescribe para la consecución de la eterna salud (la salvación), como la práctica de las virtudes cristianas, la observación de los preceptos divinos, de los deberes de cada uno, los ejercicios de piedad y de religión. Concebir pues tristeza por tales cosas, abrigar voluntariamente, en el corazón, desgano, aversión y disgusto por ellas, es pecado capital. Tomada en sentido estricto es pecado mortal en cuanto se opone directamente a la caridad que nos debemos a nosotros mismos y al amor que debemos a Dios. De esta manera, si deliberadamente y con pleno consentimiento de la voluntad, nos entristecemos o sentimos desgano de las cosas a las que estamos obligados; por ejemplo, al perdón de las injurias, a la privación de los placeres carnales, entre otras; la acidia es pecado grave porque se opone directamente a la caridad de Dios y de nosotros mismos.
Todos somos hijos de Dios, el Padre de todas las Almas reparte  con todos igualmente  sus dones; a unos da más, a otros da menos, siempre de acuerdo con la capacidad de cada uno.
En la parábola de los talentos, observamos claramente al perezoso, que no es ni más ni menos  que aquel que solo recibió un talento y lejos de hacerlo fructificar lo enterró en la arena.
No hay nadie que estemos en el mundo sin la posesión de un talento o de dos, incluso aquellos que se creen en la pobreza y mendigan la caridad pública, si indagan  sus aptitudes, lo que traen oculto escondido en sus almas, verían que no son desgraciados como creen.
No hay exclusiones ni privilegios para el Señor, por eso  cada uno debemos ser conscientes de lo que poseemos y compenetrados  de nuestros deberes debemos actuar  de acuerdo con los preceptos de la Ley Divina, todos portamos talentos para garantizar  no solo nuestro estado actual, sino también nuestra situación futura, porque el mundo no es más que una estancia a dónde venimos   a adquirir provisiones para construir y abastecer nuestra futura morada.
Jesús  nos entrego los principios de fraternidad  en los Evangelios, y los siervos perezosos, llenos de preconceptos y temores humanos, en vez de ganar  medios para elevarse,  pasaron la existencia rodeados  de  tinieblas, sin aumentar sus riquezas
Una forma de curar la pereza es Probablemente la motivación, es encontrar algo que nos apasione, es estar agradecidas por nuestra vida y nuestro trabajo. Si tú tienes pereza lo mejor que puedes hacer es ponerte en movimiento, la pereza crea un círculo vicioso: si tienes pereza no haces nada y si no haces nada te da más pereza.

Para curar la pereza hay que romper este círculo poniéndote en acción aun cuando no se sienta el deseo. Al ponerte en acción la pereza desaparece. Si hay tendencias hacia la pereza pero la persona se mantiene en movimiento la pereza crónica no llega.
De la forma que podemos ayudar a un perezoso  es invitándola a ponerse en acción y halagándola en sus acciones es decir si esta cocinado le dices que cocina rico etc. No esperes grandes cambios las personas cambian solas nadie las cambia.
Decía Jenofonte que nunca el alma entregada a la pereza produce nada bueno, se entiende, sencillamente, porque entregada a la pereza, el alma directamente no produce.
Quizás por eso, por el no producir, el no contribuir, el no aportar… la pereza fue elegida como uno de los siete pecados capitales, porque en realidad, en sí mismo, el no producir debería ser, en ocasiones, un derecho humano.
Todos necesitamos momentos de apatía, de no hacer nada. Momentos de silencios en el cuerpo y en el alma donde reubicar lo vivido recientemente. Momentos de auto diálogo (que no es lo mismo que monólogo), donde encajar lo que entre tantas prisas, no tuvimos tiempo de decirnos.
En algunos casos la pereza podría ser incluso una defensa, cuando sentimos que no tenemos la capacidad o que no podemos llegar a conseguir algo no resulta extraño que nos de mucha pereza el esfuerzo que conlleva. Y es tan difícil desperezarse y afrontar esas cosas que tanto nos asustan...
Simbólicamente la pereza es parar.
Todos necesitamos detenernos.
Pero no se entiende aquí detención como bloqueo, si no como estrategia que me permita valorar que parte del camino he recorrido, y enfrentarme al resto del camino con la energía justa.
Así que utilicemos la pereza, el día que nos agarre, como descanso… pero también como un tiempo de inflexión y liminal, desde el cual reconocer que las cosas no son como fueron pero tampoco como serán.
Los Espíritus más nobles, la mayoría de las veces  permanecían en absoluta dependencia, sudando y gimiendo para sostener el carro purpureo de los opresores.
Con Jesús surge una nueva época para el mundo. El ministerio del Señor, es de acción y movimiento. El Maestro se levanta al alba  y se devociona al bien de los semejantes hasta bien entrada la noche.
Médico – no descansa en auxilio efectivo a los enfermos.
Profesor – no se fatiga con la repetición de las lecciones.
 Juez – ejemplifica la imparcialidad y la tolerancia.
Bienhechor – esparce sin cesar las bendiciones del amor infinito.
Sabio – coloca a la ciencia del bien al alcance de todos.
Abogado – defiende los intereses de los débiles y de los humildes.
Trabajador divino – sirve a todos sin reclamos y sin esperar recompensa.
El ejemplo de Cristo es sublime y contagioso.
Entonces como compañeros suyos en su apostolado de amor apartémonos de la pereza, de la comodidad, para ayudar en su nombre a abrir horizontes más amplios a la comprensión de la vida.
Seamos de las personas  que desean ayudar, consagrándonos por entero al servicio, con el solo fin de romper con nuestra pereza  y conseguir el objeto  de amparar a los compañeros necesitados.
El trabajo es una bendición divina. Pablo de Tarso cuando se traslada de la dignidad del Sanedrín a la ruda labor del telar  confeccionando tapices para no ser carga de nadie, a fin de garantizar de esa manera su libertad de palabra y acción, es el símbolo  del cristiano que educa y realiza, a la vez  que demuestra que a la pureza de la enseñanza debe aliarse la gloria del ejemplo.
Y honrando hasta hoy, en el trabajo digno a su principal norma de acción, el Cristianismo es la fuerza liberadora de la Humanidad, en todos los rincones del mundo.
Un alma sin trabajo digno es una sombra de inercia  en el concierto  de la armonía general.
Cerebros y corazones, manos y pies en disponibilidad, palabras huecas y pensamientos estancados, constituyen el deplorable congelamiento del servicio de la evolución.
La vida es la fuerza divina  que marcha hacia adelante. Estén prevenidos, por tanto, aquellos que creen encontrar en el mensaje del Más Allá el elixir del éxtasis perezoso e improductivo.
El mundo espiritual no abriría sus puertas para consagrar la ociosidad.
Las almas que regresan de la tumba indican a cada compañero en la Tierra, la importancia de la existencia en la carne y despiertan en su conciencia, no solo la responsabilidad de vivir, sino también la noción de que el servicio incesante al bien es la norma para alcanzar la felicidad imperecedera.

Enviado por Merchita

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