La Importancia de Compartir
Durante casi tres días tuvimos la oportunidad de compartir un evento de CEPABRASIL en la ciudad de Bento Gonçalves en el que el tema central era “La Identidad del Espiritismo”, del que se informa en esta edición de América Espírita.
El tema es siempre de actualidad, y en el intercambio sobre las realidades que se viven en los distintos países se entiende la angustia y el dolor que viven los que ven distorsionado un conocimiento que tiene la potencialidad de liberar al hombre y fue convertido en otra religión, con las implicancias de inmovilismo que este concepto conlleva. Pero vemos que esa preocupación ha sido el acicate que ha llevado a muchos intelectuales estudiosos de la Doctrina Espírita a profundizar su estudio, a comparar sus postulados con los de la filosofía y los nuevos conocimientos, y desde allí potenciar su producción literaria en pos de ofrecer al mundo su visión progresista, libre de ataduras atávicas.
Así, pudimos acceder a exposiciones de una profundidad admirable, donde la pasión y la razón se unieron para tratar de superar ese dolor y convertirlo en acción.
Rescatamos los cuatro puntos que expuso el Profesor Luiz Signates como disparadores de esa acción, que compartimos ampliamente:
Los espíritas deberíamos participar de
• El debate para lograr una Sociedad mejor, más justa, más equitativa, más solidaria.
• La Espiritualización del mundo, que ya ha comenzado por varios caminos.
• La Cuarta Fase del Espiritismo: La transformación moral.
• El compromiso con el Movimiento Espírita.
Es que cuando el espíritu encarnado comprende su propia trascendencia, entiende que cada pensamiento, cada sentimiento, cada acción tiene repercusiones en el contexto de la Vida Universal, donde todo está maravillosamente conectado.
Gracias a la excelente exposición de nuestro amigo Moacir Costa de Araújo Lima pudimos comprender mejor cómo la posición del observador hace la diferencia en cualquier instancia y la responsabilidad que nos cabe en la modificación del Planeta.
Pero esa modificación tiene, necesariamente que comenzar en el interior de cada uno de nosotros, de lo contrario no tendrá el efecto deseado, porque la evolución es un proceso mucho más profundo de lo que podemos comprender y donde cada uno de nosotros es un pequeño factor que colabora.
Creemos que en la CEPA están dadas las condiciones para trabajar en este sentido, en un ambiente de armonía, de discusión amplia y tolerante, de amistad y solidaridad, y sobre todo de alegría por abrazar un conocimiento en el que la razón y la pasión pueden ir de la mano para construir una sociedad mejor.
Dante Lópes
Presidente de la Confederación Espírita Panamericana
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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EN EL CAMINO DE LA ASCENSIÓN
La vida es solo amarguras, ilusiones, cansancios…. ¿Por qué el amor y el odio, la alegría y el disgusto, la cuna y la tumba, el bien y el mal, ese constante díptico el flagrante oposición?
“Todo es perfecto en la Creación Divina. El orgullo humano es el que nos impide tener una clara visión de las causas, por estar pendiente del utilitarismo de los defectos mezquinos. Deambulante del instinto, de donde llego, el hombre retiene los llamados a la violencia y a las pasiones a las cuales llegó antes que brillen en él los astros de la felicidad que lo elevaran en la búsqueda de los tesoros de la alegría pura y de las fortunas intransferibles que deberá conseguir con su esfuerzo personal. Vivir, es también despedirse del cuerpo, muriendo en parte, en la argamasa celular, a fin de vivir sin el cuerpo, liberado de él en la plenitud de la Vida.”
El hombre en la Tierra, no es un paria del destino. Se torna execrable cuando lo quiere, e infame por propia elección. La Naturaleza lo incita a la belleza, el dolor a la renovación, tanto como la poda al reverdecimiento; la vida lo emula a la solidaridad, así como el infortunio a la bondad; la esperanza lo vitaliza para crecer, en cuanto a la dificultad lo inclina a la sumisión y lo desafía para el combate. Solamente que las armas, deberán estar hechas de elementos no agresivos ni vengativos.
La Divinidad nos favorece con el aire, la lluvia, el sol y el paisaje; nos facilita la adquisición del pan, la preservación de la salud, la convivencia social y nos impulsa a crecer… Los limitados, aquellos para los que escasean los recursos, están inscriptos en los códigos del equilibrio, que proponen resarcimiento y redención. La lluvia que renueva el arroyo está constituida por las partículas que el sol extrajo del riachuelo… Siempre hay retornos hasta que el sol de la intemperancia, apaciguándose, no absorba nuevos compromisos que tendrá que devolver… Por tanto, nadie alzará el vuelo hacia el triunfo, partiendo de un suelo de cadáveres, de víctimas indefensas…
El hombre está predestinado a la ventura. Los tropiezos e impedimentos que le dificultan el camino ascensional los puede apartar en base a honorables sacrificios. ¿Qué es la vida en la Tierra? Un instante comparado con la elocuencia de la Eternidad. ¿Qué es el poder en el mundo? Un halito de la nada ante la grandeza del Infinito. Por todos esos nadas el hombre desperdicia la paz malbarata esperanzas, saltando al pozo inmediato de la desventura donde desaparece poco a poco, consumido, alucinado. En el hombre son innatas la ideas de Dios, de la Inmortalidad, de la Justicia que recompensa con premios o latigazos, del Amor… sin embargo lo entorpece en orgullo que expele miasmas mefíticos, terminando por intoxicar a aquellos que los producen. La felicidad tan anhelada, pues, está al alcance de una conciencia tranquila, que surge de un carácter recto y de una mente sana. La tranquilidad jamás asfixiará a los remordimientos y el poder de cualquier talante nunca adquirirá la fortuna de la paz, si no se basa en la humildad, en la honorabilidad, en el bien. El poder real es aquel que no puede ser borrado y que tiene su génesis en el espíritu: los valores intrínsecos, incorruptibles.
Todas las cosas mantienen una correlación entre sí. Es tan importante el Sol que dona su luz y calor como el gusano que abre canales en la tierra para la aireación de las raíces; es tan valioso el brillante que refleja los astros como el grano de trigo que produce el pan. Sin aquel se puede pasar, sin este, es más difícil. En el mundo escasean los panes en cuanto se multiplican las gemas y la miseria irrumpe incontrolable.
Nadie puede convertirse en árbitro de la vida o de la muerte. Ninguna persona puede tomar en sus manos del destino de otra y hacer de el lo que le plazca. La Tierra no es una nave a la deriva en el océano de oxigeno que la envuelve ni el hombre es un objeto para ser consumido por las pasiones.
No hay tesoro más valioso que la paz ni posesión más preciosa que la rectitud del comportamiento. Todo pasa, menos las acciones practicadas que fomentan la libertad o producen crueles grilletes, matrices que se transforman en la producción de implementos futuros para el Espíritu.
Hagamos silencio, y escucharemos a Dios, porque el late en nosotros, entreguémonos sin recelos.
Hoy caminamos, ignorando la ruta del mañana. No perjudiquemos el porvenir, vencidos por las inquietudes. No nos afanemos por las cosas materiales. ¡Despertemos y vivamos!... Siempre es tiempo, aunque las oportunidades pasen. Aprovechémoslo.
Merchita
Extraído del libro “Del Abismo a las estrellas” Divaldo Pereira Franco
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Siendo Dios, soberanamente justo y bueno, no condena a sus criaturas a castigos perpetuos por faltas transitorias; les ofrece en todo momento medios para progresar y reparar el mal que pudieron hacer. Dios perdona, pero exige el arrepentimiento, la reparación y el retorno al bien; de suerte que la duración del castigo es proporcional a la persistencia del espíritu en el mal; en consecuencia, el castigo sería eterno para aquel que permaneciese eternamente en el mal camino; pero, desde que la claridad del arrepentimiento entra en el corazón del culpado, Dios extiende sobre él su misericordia. Así, la eternidad de las penas debe ser entendida en el sentido relativo y no en el sentido absoluto.
EL ESPIRITISMO EN SU MÁS SIMPLE EXPRESIÓN (20) A. KARDEC
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MEDIUMNIDAD Y ORACIÓN
En todos los procesos de intercambio mediúmnico, desde la mediúmnidad torturada hasta la mediúmnidad gloriosa, la oración es como una luz bendita que asimila corrientes superiores de fuerza mental que auxilia tanto en la redención como en la ascensión.
El hombre terrestre crea enormes dificultades en su camino, con todo, la muerte lo obliga a volver a los principios de la sencillez para la regeneración de su propia vida.
Las almas cuando están ligadas entre si, viven unidas las unas a las otras por lazos magnéticos con los que superan obstáculos y distancias.
El hogar es una escuela en la que las almas se aproximan para realizar el esfuerzo de su propia regeneración, con vistas al perfeccionamiento que será su adquisición del futuro.
La mujer so siempre deberá ver en el compañero al hombre amado con ternura, y si a un hijo espiritual necesitado de comprensión y sacrificio para erguirlo; igualmente, no siempre el hombre podrá contemplar en la esposa a la flor de sus primeros sueños, pero si una hija de su corazón que le exige de su tolerancia y bondad, a fin de llevarla de las tinieblas a la luz. El amor no es la felicidad rosada y dulce del sexo armoniosamente correspondido. Es una luz que brilla más alto inspirando el valor de la renuncia y del perdón incondicionales a favor del ser o de los seres que amamos.
El amor debe ser la única actitud para con el adversario. La venganza, es el alma de la magia negra. Mal por mal significa el eclipse absoluto de la razón, por el mal solo obtendremos ceguera y muerte. El odio es como el fuego, que todo lo consume, pero el amor sabe la forma de apagar el fuego y reconstruir. Según la Ley, el bien neutraliza al mal, el que se transforma, por fin, en un servicio del propio bien. Ayuda y ama siempre, pues el tiempo se encarga siempre de disipar las tinieblas, a la medida que aumenta en el hombre su merito personal.
La oración en algunos casos no modifica los hechos en si, pero puede lograr modificar al ser, aportándole un coeficiente de energías que la ayudan a aceptar las pruebas que tiene que pasar, tratando de vencerlas con paciencia y valor. Un Espíritu transformado, naturalmente, transforma las situaciones.
Muchas veces pedimos lo que no conocemos, recogiendo lo que no deseamos. Al final, sin embargo, hay siempre ganancia, porque el Señor nos permite sacar, de cada situación y de cada problema, los precisos valores de la experiencia.
El perdón es el remedio que recompone el alma enferma, no se debe permitir en ningún momento que la desesperación subyugue las energías… Recordar las ofensas es mantenerse en las tinieblas. Olvidar el mal es lo mejor para que la luz del bien facilite el camino…
Como nadie está libre de mancha, la justicia a de pronunciarse a través de la Bondad Divina.
Con mucho amor y cariño de Merchita
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