Estando la médium en oración, vio a Teresa de Ávila muy hermosa, la cual le dijo:
«Según las virtudes que practicáis en vuestra vida terrestre, ocupáis un estado más feliz o más desgraciado en el espacio. El ser que en la tierra ha sido virtuoso, caritativo, sufrido, resignado y amoroso, cuando desaparece de la tierra es semejante al viajero que emprende un viaje en un día de primavera, que a medida que avanza en su camino, el sol sube majestuoso en el espacio y su viaje está lleno de luz y de hermosura; pues el espíritu que obra bien al desaparecer de la tierra, va abriendo sus facultades a la luz, y cuando despierta lo encuentra todo alumbrado, comprende en donde se halla y sabe que es feliz.
Pero el espíritu que en la tierra ha sido egoísta y avaro, que todo lo ha esperado de vuestro mundo, que no ha sido ni misericordioso, ni caritativo, ni virtuoso, este espíritu entra en el mundo espiritual cuando el Sol está en su ocaso; a medida que va despertando, las tinieblas van aumentando y cuando está completamente despierto todo lo ve tenebroso y terrible; quiere saber donde está, pero no le es posible averiguarlo; va de una parte a otra y no encuentra más que tinieblas, desierto y espanto; en el espacio todo es lúgubre y entonces empieza la desesperación.
Habitantes de la tierra: apresuraos a atraer la luz sobre vosotros con buenas obras, cambiad de vida los que practicáis el mal, o sino vuestra última hora será terrible y vuestro despertar horroroso».
Del Libro "Guia Practica del Espiritista", por el Medium Miguel Vives.
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CONCIENCIA
El hombre que dilapidó la vida de otro hombre, huyó a la corrección de la justicia, yéndose lejos. Asentó su morada en otra región, cambió de nombre, comenzó con nuevos proyectos y buscó nuevas relaciones, pero en poco tiempo, se reconoció enfermo y abatido.
Solamente después de largos tratamietos y dolores inexplicables, comprendió que estaba preso en sí mismo.
- Emmanuel-
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El camino para aprender a amar se hace “Perdonando”, quien desea crecer en el amor lo logra viviendo en el perdón.
Perdonar es el camino de la liberación, el que realmente se libera es quien perdona, echando fuera de su alma todo rencor y la venganza que solamente lo envilece y lo consume.
Perdonar a pesar de tener razón y mil justificaciones para no hacerlo.
Perdonar cuando te han ofendido y humillado, así se manifiesta la grandeza del corazón.
Solamente el que ama auténticamente puede decir, perdono y olvido.
Perdonar es cuando a pesar de haber sido ofendido te atreves a dar una sonrisa de amor.
Deja hoy tus rencores, ese recuerdo que anhela ver al que te ha ofendido de rodillas pidiendo clemencia.
Deja hoy ese fuego que enciende tu cólera y llena tu ser de rabia y de rencor. Aparta ese sentimiento que tienes cuando ha sido pisoteado tu orgullo y has sido lastimado en lo más profundo, cuando deseas con todas tus fuerzas ver destruido y humillado a quien te ha ofendido.
¿Serías capaz de perdonar a ese amigo que te traicionó, o aquella ofensa de quien tu creías no te podía fallar?
¿Serás capaz de llenar tu alforja de amor y olvido, y salir al encuentro con lo único que le puedes ofrecer, tu perdón?
Ahora puedes ser libre, perdonar y olvidar, eleva tu alma a aquel que te perdonó y encuentra la paz
Perdonar es el camino de la liberación, el que realmente se libera es quien perdona, echando fuera de su alma todo rencor y la venganza que solamente lo envilece y lo consume.
Perdonar a pesar de tener razón y mil justificaciones para no hacerlo.
Perdonar cuando te han ofendido y humillado, así se manifiesta la grandeza del corazón.
Solamente el que ama auténticamente puede decir, perdono y olvido.
Perdonar es cuando a pesar de haber sido ofendido te atreves a dar una sonrisa de amor.
Deja hoy tus rencores, ese recuerdo que anhela ver al que te ha ofendido de rodillas pidiendo clemencia.
Deja hoy ese fuego que enciende tu cólera y llena tu ser de rabia y de rencor. Aparta ese sentimiento que tienes cuando ha sido pisoteado tu orgullo y has sido lastimado en lo más profundo, cuando deseas con todas tus fuerzas ver destruido y humillado a quien te ha ofendido.
¿Serías capaz de perdonar a ese amigo que te traicionó, o aquella ofensa de quien tu creías no te podía fallar?
¿Serás capaz de llenar tu alforja de amor y olvido, y salir al encuentro con lo único que le puedes ofrecer, tu perdón?
Ahora puedes ser libre, perdonar y olvidar, eleva tu alma a aquel que te perdonó y encuentra la paz
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REFLEXIONANDO CON MERCHE
Queridos amigos, hola buenos días, en la actualidad los tiempos están muy difíciles, sabemos que hay muchos hermanos que están sufriendo muchas necesidades y bien sabemos que poco pueden dar aquellos que no les sobra, y mucho menos cuando en su propia familia cuenta con necesitados, que adquieren prioridad por tratarse de seres muy queridos y que no puedes pasar por alto cuanto les acontece.
Jesús cuando vino ayudar a sus hermanos, no lo hizo con monedas, puesto que se encontraba también entre los pobres, pero sabemos de cuanto socorrió a todos los desvalidos, de ahí que los ricos y poderosos, lejos de dar dinero, deberían procurar puestos de trabajo, donde el hombre pudiera ganar el sustento con el sudor de su frente. Lejos de ofrecer la limosna que humilla en muchos casos, es mejor ofrecer un medio de abrirse camino en la vida.
Hay muchos hermanos que se dedican de lleno a ayudar a los pobres, como es el caso de algunos religiosos, que entregaron su vida al Señor, y lejos de dedicarse solo a adorarle, se dedican a ayudar a los pobres, y no hacen nada fuera de lo que tienen que hacer, porque es su tarea, si no serian los más egoísta de la tierra, porque sin obligaciones adquiridas, como las tiene un padre de familia, que ha de ganar el sustento para mantener a su familia, sin los deberes primorosos de una madre, para educar a sus hijos, para asearles, cuidarles cuando están enfermos, incluso muchas madre de hoy en día trabajando para poder traer dinero a casa, por diversos y múltiples casos, como los que enfrentamos hoy en día la mujer, serian egoístas, entonces ellas esas personas solteras, sin ataduras de ninguna clase, el ofrecerse para ayudar a los necesitados es una labor que dice mucho a favor de ellas.
Con una particularidad, no se sufre lo mismo con un hijo de tus entrañas, que con un ajeno, si, estamos de acuerdo que nuestra doctrina nos dice que hemos de amarnos como hermanos, pero sabemos también que los lazos de la familia, son los que más fuerte se anudan, siendo a veces muy difíciles, de romper, por la cruel separación, como es el caso de la pérdida de un ser querido, siempre vamos a sentir más que se muera un ser de nuestra familia, que cuando sea alguien que no conocemos, que no lo hemos visto en la vida, y que por diversas circunstancias la vida nos coloco al lado para ver y contemplar la muerte, o un mal desenlace, de esos que ocurren sin esperar y que nos visita a muchos sin hacer nada para merecerlo.
Entonces al estar la situación tan fea, cada uno hemos de movernos de la forma que podamos, no podemos salvar al mundo porque no contamos con medios, para hacerlo, pero si contamos con bienes en nuestras almas, para predicar el Evangelio de Cristo que es un bálsamo reparador para las heridas, y un alimento para nuestras almas, al vivificar el espíritu, se lucha con más animo, sin desesperar, y todo se ve con otras perspectivas.
Nuestra paz no depende de la abundancia, y si de los valores definitivos de los que estamos poseídos. Por eso Jesús vino a ofrecernos esos valores, que muchos desprecian, y que no deberíamos olvidar que son dones substanciales que ha procurado nuestro espíritu.
Es necesario construir el castillo interior, donde podamos erguir sentimientos a los campos más altos de la Vida.
El que sigamos a Jesús no nos proporciona facilidades efímeras, sino para que seamos poseídos por las riquezas imperecibles; no para que nos rodeemos de favores externos y si, para que concentremos en nosotros las adquisiciones definitivas.
Nuestra vida no se trata de la riqueza numérica de las cosas y gracias, adquisiciones nominales y títulos exteriores. Nuestra paz y felicidad depende del uso que hagamos, de las oportunidades y dones, situaciones y favores, de los valores que hemos recibido el Altísimo. Conforme empleemos los dones del cielo, así ellos constituirán la paz o la desdicha en épocas venideras, donde el reajuste nos ponga ante nuestros hechos como ante un riguroso juez que nada pasará por alto.
- Merchita-
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