El camino hacia la cumbre está señalado por infinidad de rutilantes luces indicadoras. Nadie puede errar la senda si presta atención a las advertencias de los grandes Maestros y a sus más esclarecidos alumnos.
Personajes ejemplares han desfilado por la historia, emitiendo sanos juicios y abogando por el recto proceder.
Obligado es repetir unas comprometidas palabras de Jesús, según Mateo, que encierran un alto significado. “Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan...”
Sócrates enseñaba a no desdeñar a persona alguna, diciendo: “Nuestras oraciones deben encaminarse a la prosperidad de todos porque los dioses saben muy bien lo que particularmente nos conviene”.
Decía Pitágoras: “Halla la felicidad en poca cosa. Perdona las debilidades humanas”.
El budismo declara: “El rencor nunca acaba con el odio. Sólo el amor termina con él. Esta es una ley de la vida.
De J. Bálsamo nos llega la consoladora frase que abre la puerta a una esperanza cierta. “Para Dios nunca es tarde, porque nunca anochece en su día infinito”.
La humanidad, un día, habrá de avergonzarse de su ingratitud hacia toda enseñanza, por humilde que sea, expresada con el noble intento de invitar a sus congéneres a iniciar el propio crecimiento moral.
El tropiezo y la inevitable caída es la consecuencia de caminar con los ojos cerrados.
Permanecer, por indolencia, atrapados en el profundo letargo y abandono de inquietudes espirituales, no hace más que retardar la evolución individual y colectiva. Vivir sin esperanza, cual enfermos terminales, impide vislumbrar horizontes de mayor relieve, y dificulta el tránsito por este mundo.
Inevitablemente, los más acérrimos detractores de la espiritualidad, tras la muerte física, comprobarán sorprendidos, que somos inmortales. Es el rotundo triunfo de la eterna verdad sobre la inexistente muerte definitiva.
Sin amor no existiría la Creación. El Amor es la esencia de la Causa primera, la Energía que fecunda Vida Eterna.
El Amor no adolece de nada porque es el Todo.
El Amor moldea y reblandece al espíritu más duro, y una vez instalado en él, se transforma en fraterno abrazo universal.
El Amor es el potente sentimiento que cuando cautiva, libera de egoísmos y vanidades.
El Amor aleja el frío de las almas enfermas y les devuelve el calor de la Vida.
Junto al Amor germina, esplendorosa, la semilla del Bien, por eso el ser que ama despide generosidad y perdón.
El Amor es el fuego que purifica, sofocando deficiencias y encendiendo ansias de progreso.
El Amor es luz que guía a las almas hacia la sabiduría.
La fuerza vigorosa del Amor invade a toda criatura que consienta ser arrebatada por el éxtasis de saber que es hija del Creador.
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¿Eres médium?
¿Estudiaste como se debe desarrollar la mediúmnidad?
¿Sabes la responsabilidad que implica el ejercer la mediúmnidad?
El señor ha querido que la luz se hiciera para los hombres y que penetrase en todas partes por la voz de los espíritus, con el fin de que cada uno pudiera adquirir la prueba de la inmortalidad; con este objeto los espíritus se manifiestan hoy en día, en todos los puntos de la tierra y la mediúmnidad que se revela en las personas de todas las edades y condiciones, en los hombres y en las mujeres, en los niños y en los ancianos, es una de las señales del complemento de los tiempos predichos.
Para conocer las cosas del mundo visible y descubrir los secretos de la naturaleza material, Dios ha dado al hombre la vista del cuerpo, los sentidos y los instrumentos especiales; con el telescopio penetran sus miradas en las profundidades del espacio, y con el microscopio ha descubierto el mundo de lo infinitamente pequeño. Y para penetrar en el mundo invisible le ha dado la mediúmnidad.
Los Médiums son los interpretes encargados de transmitir a los hombres las enseñanzas de los espíritus, “son los órganos materiales por los cuales se expresan los espíritus para hacerse inteligibles a los hombres” Su misión es santa, porque tiene por objeto abrir horizontes de la vida eterna.
Los Espíritus vienen a instruir al hombre sobre sus destinos futuros, a fin de conducirles por el camino del bien, y no para ahorrarle el trabajo material que debe tomarse en la tierra para su adelantamiento, ni para favorecer su ambición y su codicia. De esto deben penetrarse muy bien los Médiums para no hacer mal uso de sus facultades.
El que comprende la gravedad del mandato de que está revestido, lo cumple religiosamente; si convirtiera en distracción o diversión para el o para los otros una facultad dada con un fin tan formal y que le pone en relación con los seres de ultratumba, su conciencia se lo echaría en cara como un acto sacrílego.
Los Médiums como interpretes de la enseñanza de los espíritus, deben hacer un papel importante en la transformación moral que se opera; los servicios que puedan prestar están en razón de la buena dirección que den a sus facultades, porque los que siguen una mala senda, son más perniciosos que útiles a la causa del espiritismo; por las malas impresiones que producen, retardan más de una conversión. Por eso se les pedirá cuenta del mal uso que han hecho de una facultad que les fue dada para el bien de sus semejantes.
El médium que quiera conservar la asistencia de los buenos espíritus, debe trabajar en su propio mejoramiento; el que quiera ver aumentar y desarrollar su facultad, debe progresar moralmente y abstenerse de todo lo que pudiese desviarle de su objeto providencial.
Si los buenos espíritus se sirven algunas veces de instrumentos imperfectos, es para dar buenos consejos y procurar conducirles al bien; pero si encuentran corazones endurecidos, y si sus avisos no son escuchados, entonces se retiran y los malos tienen el campo libre.
Para obtener la asistencia de los buenos espíritus y separar a los espíritus ligeros y mentirosos, los Médiums deben ser formales; sin la formalidad la mediúmnidad es una facultad estéril que puede redundar en perjuicio del que la posee, porque puede degenerar en una obsesión peligrosa.
El médium que comprende su deber, en lugar de enorgullecerse por una facultad que no le pertenece puesto que puede serle retirada, atribuye a Dios las cosas buenas que obtiene; si sus comunicaciones merecen elogios, no se envanece, porque sabe que son independientes de su merito personal, y da gracias a Dios por haber permitido que los buenos espíritus vengan a manifestársele. Si dan lugar a critica, no se ofende por ellos, porque no son obra de su propio espíritu; dice que ha sido un mal instrumento y que no posee todas las cualidades necesarias para oponerse a la intervención de los malos espíritus; por eso el médium a de procurar adquirir estas facultades, y solicitar por medio de la oración, la fuerza que le falta.
Extraído del Evangelio Según el Espiritismo por Mercedes Cruz Reyes
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CONFLICTOS ENTRE PADRES E HIJOS ·Emmanuel · psicografia de Francisco Cándido Xavier
Padres e hijos en conflicto. Es posible cuentes con ellos en el equipo familiar. Sufres por verlos en contradicción con tus ideas o enlazando experiencias inquietantes y negativas. Entretanto, es imperioso te ilumines de paz y comprensión, a fin de entenderlos. Dales la palabra dirigida con paciencia y amor, para que tu voz se haga oída y bendecida aun mismo cuando no acepten tu modo de pensar o de ser.
Casi siempre, en la Tierra, los sentimientos que nos perjudican, en aquellos que se nos asocian a la existencia física, son la cosecha de las plantaciones de orden moral que llevamos a efecto en las letras afectivas del pretérito, pidiéndonos reajuste y renovación. Y en las llamadas complicaciones no representan otra cosa sino los lazos oscuros que entretejimos, al atrapar almas queridas en el coche sentimental - lazos esos que pasan a reclamarnos el preciso deshacimiento, para que la mutua liberación nos felicite.
El hijo excesivamente vinculado al corazón maternal, con manifestada dificultad para ser el mismo, en la mayoría de las ocasiones es aquel mismo compañero que la genitora ató a la propia senda, en épocas pasadas, para suplicarle ahora el apoyo necesario, con el fin de exonerarse de las trabas psicológicas que lo atan a la inseguridad.
Y la hija inmensamente ligada al espíritu paternal, en serios obstáculos para desenmarañarse de la autoridad, habitualmente es la misma compañera que encadenada al propio destino en experiencias transatas, implorándole hoy el auxilio indispensable, con el fin de desembarazarse del egoísmo con el que se le apego a la influencia, en nombre del amor.
Cuantos choques y cuantos atritos, hasta que se establezcan las concesiones reciprocas, a través de varios ajustes cármicos en que y otros se vean emancipado de las condiciones obsesivas en las que se inter ligaron!
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Si traes ese o aquel hijo en conflictos o si te encuentras frente a padres difíciles, nunca te irrites ni condenes.
Ámalos tal como muestran y ora por ellos, alabándole la presencia y respetándoles las decisiones, en la certeza de que Dios, cuya infinita bondad ha celado por nosotros, cuidará también de ellos. Y que ni ellos ni nosotros fuimos creados para el cautiverio afectivo, más si para ser responsables y libres, de modo que trabajemos conscientemente en el aprimoramiento de la vida, ante la sublimación del amor inmortal.
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