sábado, 24 de mayo de 2014

Las religiones de la muerte


La luz de la Verdad
LAS RELIGIONES DE LA MUERTE


 Una reflexión sobre el pensamiento de las religiones dogmáticas cuanto à la realidad del espíritu eterno


Fe y cuestionamiento

El tiempo, ese caminante de la convención humana, que marca los hechos en su inexorable secuencia, determina que los conocimientos estén en constante avance, donde, paulatinamente, nos vamos librando de las ignorancias milenarias rumbo a la conciencia universal. Entretanto, teologías de diversas religiones dogmáticas insisten en continuar aparcadas. Cuando leemos los discursos de los que dicen predicar "la palabra de Dios" se constata que pararon en el tiempo. Por cuenta de esta actitud, la Doctrina Espirita está sujeta a constantes amonestaciones que parten de estas agremiaciones exclusivistas y sectarias.

Qué lleva a estas religiones a adoptar estas posiciones estancadas, relativas al conocimiento, que es dinámico?

Buscamos en el ilustre pensador J.Herculano Pires apoyos para mejor esclarecernos de cómo y por qué el oscurantismo aún consigue florecer.

 Observamos que estas posiciones, enraizadas en un pasado distante e irreductible, floreadas de dogmas indiscutibles, se hacen de difícil comprensión, cuando se permuta el raciocinio lógico y el buen sentido, por la mistificación. Esto hace con que todo sea considerado como sagrado y lo ‘‘sagrado’’ es incuestionable, y por esto ‘‘incuestionable’’, se torna un punto de fe, viniendo  la fe  a ser una bandera para la salvación. Este ansia de salvación, por el terror a la muerte, se torna el motivo final para que se apeguen  a los dogmas de fe, y así  arrodillados quedan, porque lo contrario de esto llevaría a los fieles al campo prohibido del cuestionamiento  atéo, considerado absurdo, igual que dudar del propio Dios o de las verdades impuestas como incuestionables que traerán como consecuencia una morada definitiva en el lugar del horror y de los sufrimientos interminables en el ¡infierno eterno!

Demostrar la dinámica de esta fe que rehuye  provocar analisis profundo de sus creencias, de comprobada incoherencia e ilógica. Como prueba evidente de estos absurdos claustros mentales, se hacen necesarios  aquellos que se sienten libres para ejercer el dominio sobre sus potencialidades.

Cualquier ciudadano común que se identifique religioso, en lo íntimo admite la existencia de una vida espiritual posterior a la muerte física. Algunos no poseyendo esta convicción en profundidad asumen tener miedo a la muerte como consecuencia de la poca religiosidad. Otros declinan  ninguna fe. Una masa mórbida permanece con los ojos bajos y "temerosos de Dios" y al inminente castigo; quizás esté aquí la base de la conversión de los presidiarios. Todo esto son frutos de los pocos conocimientos de las religiones sobre la realidad del espíritu, y esto lleva a las incertidumbres que determinan nuevas posturas de fe al religioso vacilante, generando nuevas mistificaciones grotescas.

 La Incredulidad Religiosa

Contrariar  la creencia en el “post-morten” y sus consecuencias venideras, motivación principal de las religiones, es la creencia en la idea de la inactividad total del Ser, por la ‘‘no sobrevivencia del espíritu’’ como individualidad, que cierto segmento religioso enseña, suponiendo esto la victoria del pensamiento nihilista sobre la fe. Es el famoso; - “¡Murió,  se acabo!”

Esta creencia que es mas propia del materialista ateo y del escéptico, cultivada en el  cristianismo, se fundamenta en algunos trechos transparentes de la Biblia que los requieren a su favor, inclusive, por cuenta de este futuro ‘nada’ espiritual, predica que los impíos, después del juicio final, serán aniquilados en una actitud de verse liberados de una vez del infierno,que no existe  para estos condenados, además de la inconsciencia del espíritu post-morten que es admitida por otros.

Por cuenta de esta eliminación de la substancia y la esencia, nos esclarece el filósofo J. Herculano Pires, en su obra "Agonía de las Religiones":  "El materialismo murió por falta de materia, como afirmó Einstein, y las religiones agonizan, como podremos ver, por falta de espíritu"; nada mas absurdo que una religión enseñando misterios y magias aunque no admitan esto. Recordemos del mito de la creación de Adán y Eva y de la creencia en sacrificios propiciatorios en una época de tantas informaciones en los escaparates del conocimiento.

Sospechando de esta herencia de los misterios de las creencias dogmáticas del hombre, nos esclarece aun el profesor J. Herculano Pires, que "...sus raíces se entrelazan en el suelo de las herencias atávicas, ambos tienen la misma procedencia remota, derivan de  fórmulas mágicas y pasarán por los mismos procesos de elaboración mística en las coordenadas del tiempo y del psiquismo en desenvolvimiento." Se justifica este comportamiento simplón de cierta forma  irresponsable, cuando se constata que "...fundan su eficacia en la fe ingenua que brota del sentimiento religioso intuitivo (o instinto espiritual) y requieren posturas corporales específicas y elementos materiales como vehículos de la gracia celeste." Uno de estos elementos puede ser visto en la exigencia del bautismo, motivo de muchas disensiones entre estas iglesias, que el autor acredita al apego a las tradiciones por ‘‘acomodación’’.

El estudio de la inmortalidad, la tesis de la existencia de la continuidad de la vida contínua del espíritu, debe de pasar por estas observaciones, ya que innumerables corrientes religiosas abogan lo contrario, y paradojicamente aun utiliza esto para combatir la Doctrina Espirita, exponente mayor de la vida después de la vida. Es un comportamiento comprensible; según la visión de J. Herculano Pires, si verificarnos que el hombre civilizado tiene sus raíces profundas y vigorosas en la jungla, aunque no quieran los religiosos dogmáticos, en opinión del profesor citado, este homo brutalis tenia sus leyes: subyugar, humillar, torturar, matar. Ahora, estas religiones poseen características de herencias atávicas además del desprecio por la evidencia de la inmortalidad de la alma. Con sus valores y filosofías, los nihilistas y los exclusivistas, quieren que su creencia sea "la única válida";  que su modo de ver el mundo y los hombres sea el "único cierto", y que su dios es el "único verdadero", y  así siendo bueno para ellas también lo es para la comunidad, pero, los opuestos a su modo de pensar, deben de ser eliminados. El profesor nos esclarece en cuanto a estas posturas como consecuencia de esta fe: "Las religiones de la violencia hicieron de Dios una divinidad implacable y los libros básicos de sus revelaciones están llenos de homicidios y genocidios en nombre de Dios",aunque tenga el hombre este sentimiento religioso motivado por el anhelo existencial, no lo educó para la muerte; este espíritu de dominación tribal fue en busca de mayor ejército en nombre del proselitismo, aliando el hacer existencial a una pseudo transcendencia.


Los Nuevos Conocimientos

De todas las formas de conocimientos existentes, pesan contra estas retrógradas corrientes de pensamiento las pesquisas en la área de la parapsicología y psiquiatría, del descubrimiento del cuerpo de plasma a la memoria extracerebral. Estas son dos grandes contribuciones de la ciencia al conocimiento humano, que además de corroborar las tesis espiritas, vienen a fertilizar el pensamiento del hombre con relación a su aparente finitud material ampliando la perspectiva espiritual. Con esto, entramos en la Era del Espíritu, lo que permitirá corregir los engaños de las religiones cristianas tradicionales, pues "su herencia no es el pecado ni la muerte, sino la vida en nueva dimensión ¹".

Entretanto, estas mismas iglesias sufren de una alergia al futuro, como dice J. Herculano, citando una pesquisa hecha en el instituto de Altos Estudios de Paris, por el profesor Remy Chauvin, que constató la existencia en el campo científico de la "alergia al futuro", un síntoma que las vuelven víctimas del "rechazo liminar", sin examen, de toda novedad, aun sustentada por científicos de categoría ― y verificamos como encajan  de manera perfecta  en estas esferas de clausura espiritual. Comentando como es "la mentira" uno de los puntos básicos de la crisis de las religiones, esta sería, sin embargo, solo uno de los motivos, pues, lo fundamental reside en los ‘‘engaños’’ recurrentes de la falta de comprensión de los problemas esenciales del hombre, lo que justifica encontrarnos personas cultas, honestas, creyendo ingenuamente en las mas absurdas cosas por aceptar los dogmas infalibles y sus interpretaciones “evangélicas ortodoxas”.

Ante todos estos agresivos aparatos ideológicos para la exterminación de la manifestación del espíritu eterno, verificamos que algo está muriendo en ciertas religiones y el hombre, abandonado en el horizonte de las posibilidades eternas, se lanza a la herencia del pasado del  homo brutalis, persiguiendose a si mismo, pues es espíritu renunciando a su ascensión definitiva por encima del mundo de dolores por aferrarse a los dogmas que esposan las verdades eternas, y nos dice Herculano, "Las medidas enérgicas de Paulo se transformarán en represivas, judaizando el cristianismo" y presenciamos hasta hoy el peyorativo comercio simoníaco siendo cultivado por la ignorancia vigilada venida del miedo a la condenación eterna. ¿Como explicaríamos tantos cultos ligados a los beneficios materiales? 
Esta proliferación de creencias interdictadas a la razón sofoca las defensas naturales del alma, soterrándola de gritos selváticos espurios por ilógicos, confirmando la asertiva del profesor de que la creencia "es un acto emotivo y sin presencia de la razón, es una fe emocional, por tanto sugestionada, que conduce el elemento inmaduro a las barbaries , fabricando asesinos al servicio de Dios", es lo que nos viene mostrando la historia.

Contra todos estos maleficios espantosos a que asistimos conviene recordar la actualidad de las palabras del renovador universal, Allan Kardec, "solo la razón, firmada en experiencias objetivas y en principios lógicos nos puede  dar la fe verdadera que nos permite decir, como Denis Bladle: ― Yo no creo, Yo lo se".

Hechas estas debidas consideraciones en cuanto a los rumbos del pensamiento equivocado de las escuelas dogmáticas  de la fe, se hace necesario   admitir que hubo distanciamiento de algunos conocimientos ante el espacio-tiempo transcurrido, que, carcomidos por las eras, pueden ya exigir de estas escuelas del alma nuevos reajustes de su arsenal filosófico, pues "los hombres empezarán a descubrir que poseen mucho más de lo que las iglesias les pueden dar."
Traducido por Cassio - Adaptado por J.L.Martín

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FRUTOS DEL ESPIRITISMO
 El Espiritismo ha ejercido en los tiempos actuales, una influencia enorme en el estado de espíritu de nuestros contemporáneos.  No solo ha abierto a la ciencia todo un dominio desconocido, la ha obligado a hacer constar la realidad de los hechos: sugestión, exteriorizació n, telepatía que, durante largo tiempo había negado o rechazado; además ha dirigido los pensamientos hacia el más allá; ha despertado en las conciencias nebulosas y adormecidas de nuestro tiempo, el sentimiento de la inmortalidad; ha hecho más viva, más real, más tangible, la creencia de la supervivencia de los desaparecidos. Allí donde no había más que esperanzas y creencias, ha traído certidumbre. 
 Bajo la cáscara del fenómeno se ocultada una revelación. De la comunión de las almas ha nacido una doctrina. Y por ella, el problema del destino, problema  eterno de la Humanidad, a revestido nuevo aspecto.
 El destino, feliz o desgraciado, es la consecuencia de nuestros actos. El alma ella misma crea su porvenir. Por su propio esfuerzo se desprende de las bajas materialidades, progresa y se eleva hacia la luz divina, uniéndose más estrechamente con las sociedades luminosas del espacio, y tomando parte, por una creciente colaboración, en la obra Universal.
 El Espiritismo satisface, al mismo tiempo, la razón y el sentimiento. Estas dos potencias han estado en lucha, y perpetuo conflicto. Lo que ha ocasionado sufrimiento y desorden  a las sociedades humanas. La religión apelando al sentimiento y aportando la razón, caía a menudo en el fanatismo y en el extravió. La ciencia procediendo en sentido contrario, permanecía seca fría, impotente para regir las costumbres.
 El Espiritismo es una doctrina que ha venido a restablecer el equilibrio y la armonía entre estas dos fuerzas, a unirlas y a imprimirles un impulso común hacia el bien. El Espiritismo es la religión científica del porvenir. El hombre, libre de los dogmas que violentan y de las inhabilidades que oprimen, recobra su independencia y el uso de sus facultades. Examina juzga libremente y solo acepta lo que le parece bueno.
 El Espiritismo ensancha la acción de la fraternidad. Establece  por medio de los hechos, que esta no es solo un puro concepto, sino que es la ley fundamental de la naturaleza, ley cuya acción se ejerce en todos los planos de la evolución humana, lo mismo bajo el punto de vista físico o espiritual, en lo visible que en lo invisible.
 Por su origen, por los fines  que le están asignados, todas las almas son hermanas. Con el Espiritismo, corazón y entendimiento, todo tiene su parte. El círculo de las afecciones  se extiende. Los humanos  y los invisibles, en la realidad, caminan con frecuencia juntos, a través de las alegrías  y de las lágrimas, de las felicidades y de los infortunios. El amor de los seres amados nos envuelve, nos consuela, nos reanima. Los terrores de la muerte han desaparecido en el hombre.
El Espiritismo, practicado con prudencia  y conocimiento además de ser un manantial de enseñanza, es también un medio de impulsión moral. Las advertencias, los consejos de los espíritus, sus descripciones de la vida del más allá, influyen en los pensamientos y en los actos del hombre. Van modificando su carácter y su modo de vivir.
 Las confesiones de los Espíritus, narrando sus angustias por haber empleado mal su vida terrenal; la del egoísta, que no encuentra en torno de si más que indiferencia y vació; la del envidioso, que está sumido en una especie de oscuridad producida por la acumulación de sus malos pensamientos, impresionan al hombre.
 Los pensamientos y los actos crean alrededor del alma culpable; una atmósfera fluidica que se condensa, se va reduciendo poco a poco y la encierra como en una cárcel.
 Las descripciones de las recompensas y de las penas, ejercen una influencia en el estado del espíritu y de los experimentadores, induciéndolos a considerar la vida y sus responsabilidades bajo un aspecto más serio y a someter más estrictamente sus actos a la regla austera del deber.
 La mayor parte de los hombres no tienen conciencia de sus defectos. Se ignoran a si mismos y acumulan faltas sobre faltas, sin darse siquiera cuenta. Bajo este punto de vista, las indicaciones de los guías son muy útiles para conducirse el hombre, para dominarse y frenar los fogosos arranques de su naturaleza.
 Por la práctica del espiritismo y las  instrucciones de los Espíritus elevados el hombre puede adquirir la ciencia preciosa de la vida, el dominio de las emociones y de las sensaciones, la facultad de gobernarse y de imponerse a los sordos impulsos del propio ser.
 El nuevo Espiritualismo ha logrado ya la unión de adeptos de todos los rangos y de todos los países; algún día unirá a todas las religiones y a todas las sociedades humanas.
 Poco a poco, el círculo de la vida colectiva se ha ensanchado. Se han constituido agrupamientos y han surgido conflictos. Las guerras se han sucedido. A través de luchas perpetuas, luchas de razas, de religiones, de ideas, es como  se prosigue la marcha dolorosa y se despierta la conciencia de la humanidad.
 A despecho de las pasiones y de los odios, las barreras se rebajan entre los pueblos; las relaciones se multiplican haciéndose más fáciles; se cambian ideas, las civilizaciones se compenetran  y se fecundan. La noción de la humanidad se edifica, se habla, se sueña en la paz, en la lengua, en las religiones universales.
 El nuevo espiritualismo, apoyado en la ciencia, nos trae esta concepción, esta revelación en la cual se fusionan y reviven, bajo formas más sencillas y más elevadas, las grandes concepciones del pasado, las enseñanzas de los Mesías enviados por el cielo a la tierra. Y el será un nuevo elemento de vida y de regeneración para todas las religiones del globo.
 El Espiritismo facilitará la unidad religiosa y moral. La solidaridad que une a los vivos  de la tierra con los del cielo, se extenderá poco a poco por toda la tierra y todos comulgaran en una misma creencia, en un mismo ideal realizado.
El hombre aprenderá a desprenderse de las cosas materiales y a remontar más alto sus aspiraciones.
 Todo subirán, a través de la pruebas y de las lagrimas, desde las regiones oscuras hasta la luz divina. La senda de la misericordia y del perdón está siempre abierta para los culpables.
 La revelación de los espíritus disipa las tinieblas del odio, las incertidumbres y los errores que rodean al hombre ¡Ella hace brillar sobre el mundo el gran sol de la bondad, de la concordia, de la verdad ¡
Trabajo  de Merchita extraído del libro “En lo Invisible” León Denis
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Venza la ansiedad 


En los actuales dias que vivimos en la Tierra con tanto progreso material, el ser humano vive aturdido ante los graves conflictos: el miedo, la tristeza, la depresión y la ansiedad. Esto tiene asolado a millones de personas en todo el planeta y no son fáciles sus curas o alivio al amparo del ser humano.
Inicialmente pretendemos ofrecer algunas definiciones de este terrible drama:
"Ansiedad es la sensación , a veces vaga, de que algo desagradable está a punto de suceder". El diccionario Aurelio presenta estos conceptos: "Ansia, aflicción, angustia....Perturbación del Espíritu causada por la incertidumbre o por el recelo...; Ansiedad: estado afectivo caracterizado por un sentimiento de inseguridad."

Lector amigo, observe entonces, que la ansiedad está íntimamente ligada con las incertidumbres de la existencia en la Tierra y en la vida espiritual, solo que son muchos los que se afligen con lo que les podrá suceder después de la muerte.
Buda- el Iluminado- ya llamaba la atención para la impermanencia de todo cuanto se refiere al cuerpo orgánico o al espiritual, solo que son muchos los que se afligen con lo que les podrá suceder. Platón, filósofo de la antigüedad, afirmaba que la única cosaq que no cambia en el Universo es la Ley del Cambio.

Así, por la dinámica de la Vida, en movimiento contínuo, nada permanece estacionario. Criatura alguna, por fuerza de este movimiento incesante, experimenta seguridad absoluta y permanente del cuerpo. Todos estamos sujetos a cambios que pueden ocurrir en cualquier momento. En relación a esta impermanencia y a esta inseguridad, se comprende por qué la mayoría de los hombres vive abrazado a esa sensación de que algo desagradable está a punto de suceder.
El ansioso crónico sufre, entre otras razones, porque sueña en conseguir ciertos bienes y valores y sueña en conservar siempre lo que viene a conquistar. Como no consigue todo lo que desea, o como siente que no conservará para siempre lo eventualmente conquistado, se angustia. Sufre con la sensación de que no conseguirá alcanzar la meta o con la sensación de que en cualquier momento perderá lo poco que conquistó!

,Se puede pues, decir entonces que la ansiedad es una perturbación del espíritu causada por la incerteza o por el recelo. Los estudiosos hacen una distinción importante entre el miedo y la ansiedad; en cuanto el miedo es a la reacción alpeligro esterno y real, la ansiedad significa"una expresión de conflictos internos, la mayoría de las veces, inconsciente".


La ansiedad puede ser considerada normalo patológica. La ansiedadnormal es aquella en la que el indivíduo presentará las manifdestaciones psíquicas o físicas en intensidad leve o moderada, no frecuentes y con una duraci-on limitada de tiempo. La ansiedad será patológica siempre que las manifestaciones psíquicas mencionadas se presenten a un nivel acentuado, inaceptable. Traerá inclusive , maleficios para la económia oránica, En este grado, la ansiedad solamente perturba y perjudica.

El rencor y el resentimiento son otra enfermedad del alma. La cura del rencor exige una reforma íntima profunda. Aquellos que lo conservan, enferman, no solo no solo espiritual, sino físicamente. La mejor terapia es la del perdón, no solo de palabras sino sobre todo, del olvido del mal recibido.

La depresión es también una dolencia del alma y está vinculada la mayor parte de las veces, al presente y al pasado del Espíritu que vivió equivocado y contrarió esta u otras vivencias anteriores a la concienciade culpa. ¿Cómo vamos nosotros a curar esas graves dolencias?. El Espiritismo,ampliando las enseñanzas morales del mensaje de Jesús para los tiempos actuales, nos ofrece alguna sugerencia?. Vamos a seguir algunas reglas que pueden cambiar su vida:

1.- Haga el bien a sí mismo y a sus semejantes;
2.- Clonfíe en Dios, plznee una vida y hágala.
3.- Ame a su familia procurand mejorar sus relaciones familiares
4.-Aprenda a dominar sus emociones
5.- Sea Vd. Su psicoterapeuta descubriendo sus virtudes.
6.-Sea competente planeando sus acciones.
7.-Vaya más allá del bienestar material pensando en los valores de la educación
del Espíritu.
8.- Crezcase ante los obstáculos.
9.- Viva bien con todos.
10.- Cuide con celo de su cuerpo, pero principalmente, de la iluminación interior.

Finalmente, con el despertar del Espíritu y la vivencia del amor, creemos que podemos vencer estos males que han llevado a tantas personas al sufrimiento y así, podremos alcanzar un estado de plenitud.La Iluminación.

Fuente: CLARO, Izaías, " Como superar la aniedad" Edições Jerônimo Mendonça, 2001, São Paulo.

João Batista Cabral-



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