PERTURBADORES
Dices creer en los Espíritus. Sin embargo, descuidas tu mente y
sigues arrastrado por las fuerzas maléficas de la Erraticidad.
Informas sobre las características de la fe espirita a la que te
ligas, y conoces algo de la vida espiritual. Sin embargo,descuidas
el equilibrio y vives abrazado a perturbaciones provocadas por
Espíritus infelices que te arrastran al país de las sombras .
Afirmas la evidencia de que la vida prosigue..A pesar de eso, no
vigilas ¨los camino del corazón¨, y permites que vándalos
desencarnados te transformen en transmisor de insensateces.
Insistes en la realidad de los Espíritus y en la comunicación de
ellos con los hombres de la Tierra.
Entre tanto, no te munes de la piedad y el amor para ayudarlos,
para que sus hazañas no los sorprendan en lo cotidiano de la vida
carnal.
Prescribes caminos a seguir advirtiendo a los extraviados con
respecto a los obsesores y sus secuaces, que retornan de la tumba
para cobrar deudas del pasado.
Y sin embargo, sigues como si estuvieras indemne a las influencias
de ellos, como si no hubieras vivido antes.
Expones, con arrobos verbales, la llama de tu fe, y esclareces sobre
la vida después del cuerpo de barro y ceniza; pero no vives de modo
que puedas atestiguar la excelencia de esa convicción, a fin de
ponerte a salvo de las influencias perniciosas de vengadores de más
allá de la muerte.
Oras y pides socorro a los Espíritus, porque sabes de su legitimidad en
el mundo de más allá de las formas. Sin embargo, no te conduces
como marino, que conociendo las dificultades de la travesía, sabe
descubrir entre las aguas tumultuosas, el caminal de seguridad que lo
conduzca hasta el puerto de descanso.
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Ten más cautela.
Los espíritus infelices de mente ultrajada, viven más con los
compañeros encarnados de lo que se supone. Se mezclan en las
actividades comunes, deambulan por el nido doméstico,
participan de las conversaciones, permanecen con los comensales,
de los cuales dependen en legitimo proceso de vampirismo ...
Se perturban y perturban ...
Sufren y hacen sufrir.
Odian y generan odios.
Desdichados, labran la desdicha de los demás.
Infelices, quitan la felicidad de otros.
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Ora y trabaja.
Eleva tu pensamiento a las Cimas de la Vida, y actúa en las
profundidades del valle en que te encuentras.
No mandes a hacer el bien , hazlo tú.
No recetes fórmulas de socorro ayuda tu mismo.
No delegues, a otros, servicios de beneficencia - sé tú un ángel
de auxilio.
Y preservando tu organización somática con la conducta recta,
tu Espíritu, respetado en si mismo, se elevará de las luchas
inferiores a las fronteras de la serenidad, vibrando distante de las
celadas impías de los adversarios de la paz.
Espiritu Marco Prisco
Medium Divaldo Pereira Franco
Comentario: Amigos mios, no basta saber creer
y tener fe, para luchar contra las fuerzas maléficas,
no podemos descuidar nuestra mente. Un solo
pensamiento negativo, es una espiral de malas
sintonías, elevemos nuestros pensamientos.
Hoy los hermanos de la luz quisieron que yo recordara
lo que debo hacer, permitan compartirlo con todos ustedes.
Con respeto y amor
Marco Antuan
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El Espiritismo ha ejercido en los tiempos actuales,
una influencia enorme en el estado de espíritu de
nuestros contemporáneos. No solo ha abierto a la
ciencia todo un dominio desconocido, la ha obligado
a hacer constar la realidad de los hechos: sugestión,
exteriorización, telepatía que, durante largo tiempo había negado o
rechazado; además ha dirigido los pensamientos hacia el más allá; ha
despertado en las conciencias nebulosas y adormecidas de nuestro tiempo,
el sentimiento de la inmortalidad; ha hecho más viva, más real, más tangible,
la creencia de la supervivencia de los desaparecidos. Allí donde no había más
que esperanzas y creencias, ha traído certidumbre.
Bajo la cáscara del fenómeno se ocultada una revelación. De la comunión de
las almas ha nacido una doctrina. Y por ella, el problema del destino, problema
eterno de la Humanidad, ha revestido nuevo aspecto.
El destino, feliz o desgraciado, es la consecuencia de nuestros actos. El alma
ella misma crea su porvenir. Por su propio esfuerzo se desprende de las bajas
materialidades, progresa y se eleva hacia la luz divina, uniéndose más
estrechamente con las sociedades luminosas del espacio, y tomando parte, por
una creciente colaboración, en la obra Universal.
El Espiritismo satisface, al mismo tiempo, la razón y el sentimiento. Estas dos
potencias han estado en lucha, y perpetuo conflicto. Lo que ha ocasionado
sufrimiento y desorden a las sociedades humanas. La religión apelando al
sentimiento y aportando la razón, caía a menudo en el fanatismo y en el
extravío. La ciencia procediendo en sentido contrario, permanecía seca fría,
impotente para regir las costumbres.
El Espiritismo es una doctrina que ha venido a restablecer el equilibrio y la
armonía entre estas dos fuerzas, a unirlas y a imprimirles un impulso común
hacia el bien. El Espiritismo es la religión científica del porvenir. El hombre,
libre de los dogmas que violentan y de las inhabilitudes que oprimen, recobra
su independencia y el uso de sus facultades. Examina juzga libremente y solo
acepta lo que le parece bueno.
El Espiritismo ensancha la acción de la fraternidad. Establece por medio de los
hechos, que esta no es solo un puro concepto, sino que es la ley fundamental
de la naturaleza, ley cuya acción se ejerce en todos los planos de la evolución
humana, lo mismo bajo el punto de vista físico o espiritual, en lo visible que en
lo invisible.
Por su origen, por los fines que le están asignados, todas las
almas son hermanas. Con el Espiritismo, corazón y
entendimiento, todo tiene su parte.
El círculo de las afecciones se extiende. Los humanos y los
invisibles, en la realidad, caminan con frecuencia juntos, a través de las alegrías
y de las lágrimas, de las felicidades y de los infortunios. El amor de los seres
amados nos envuelve, nos consuela, nos reanima. Los terrores de la muerte han
desaparecido en el hombre.
El Espiritismo, practicado con prudencia y conocimiento además de ser un
manantial de enseñanza, es también un medio de impulsión moral. Las
advertencias, los consejos de los espíritus, sus descripciones de la vida del más
allá, influyen en los pensamientos y en los actos del hombre. Van modificando
su carácter y su modo de vivir.
Las confesiones de los Espíritus, narrando sus angustias por haber empleado
mal su vida terrenal; la del egoísta, que no encuentra en torno de si más que
indiferencia y vacío; la del envidioso, que está sumido en una especie de
oscuridad producida por la acumulación de sus malos pensamientos,
impresionan al hombre.
Los pensamientos y los actos crean alrededor del alma culpable; una
atmósfera fluidica que se condensa, se va reduciendo poco a poco y la
encierra como en una cárcel.
Las descripciones de las recompensas y de las penas, ejercen una
influencia en el estado del espíritu y de los experimentadores,
induciéndolos a considerar la vida y sus responsabilidades bajo un
aspecto más serio y a someter más estrictamente sus actos a la regla
austera del deber.
La mayor parte de los hombres no tienen conciencia de sus defectos.
Se ignoran a si mismos y acumulan faltas sobre faltas, sin darse siquiera
cuenta. Bajo este punto de vista, las indicaciones de los guías son muy
útiles para conducirse el hombre, para dominarse y frenar los fogosos
arranques de su naturaleza.
Por la práctica del espiritismo y las instrucciones de los Espíritus elevados
el hombre puede
adquirir la ciencia preciosa de la vida, el dominio de las emociones y de las
sensaciones, la facultad de gobernarse y de imponerse a los sordos impulsos
del propio ser.
El nuevo Espiritualismo ha logrado ya la unión de adeptos de todos los rangos
y de todos los países; algún día unirá a todas las religiones y a todas las
sociedades humanas.
Poco a poco, el círculo de la vida colectiva se ha ensanchado. Se han constituido
agrupamientos y han surgido conflictos. Las guerras se han sucedido. A través
de luchas perpetuas, luchas de razas, de religiones, de ideas, es como se prosigue
la marcha dolorosa y se despierta la conciencia de la humanidad.
A despecho de las pasiones y de los odios, las barreras se rebajan entre los
pueblos; las relaciones se multiplican haciéndose más fáciles; se cambian ideas,
las civilizaciones se compenetran y se fecundan. La noción de la humanidad se
edifica, se habla, se sueña en la paz, en la lengua, en las religiones universales.
El nuevo espiritualismo, apoyado en la ciencia, nos trae esta concepción, esta
revelación en
la cual se fusionan y reviven, bajo formas más sencillas y más elevadas, las
grandes concepciones del pasado, las enseñanzas de los Mesías enviados por el
cielo a la tierra. Y el será un nuevo elemento de vida y de regeneración para
todas las religiones del globo.
El Espiritismo facilitará la unidad religiosa y moral. La solidaridad que une a los
vivos de la tierra con los del cielo, se extenderá poco a poco por toda la tierra y
todos comulgaran en una misma creencia, en un mismo ideal realizado.
El hombre aprenderá a desprenderse de las cosas materiales y a remontar más
alto sus aspiraciones.
Todos subirán, a través de la pruebas y de las lagrimas, desde las regiones
oscuras hasta la luz divina. La senda de la misericordia y del perdón está siempre
abierta para los culpables.
La revelación de los espíritus disipa las tinieblas del odio, las incertidumbres y
los errores que rodean al hombre ¡Ella hace brillar sobre el mundo el gran sol de
la bondad, de la concordia, de la verdad.
Trabajo realizado por Merchita, extraído del libro “En lo Invisible” León Denis
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Partida y llegada
Espíritu de Víctor Hugo
Cuando observamos, en la playa, apartarse un velero de la costa, navegando mar adentro, impelido por la brisa matinal, estamos ante un espectáculo de rara belleza.
El barco, impulsado por la fuerza de los vientos, va ganando el mar azul y nos parece cada vez menor.
No se demora mucho y solo podemos contemplar un pequeño punto blanco en la línea remota e indecisa, donde el mar y el cielo se encuentran.
Quien observa el velero desaparecer en la línea del horizonte, ciertamente exclamará: Ya se fue.
¿Habrá desaparecido? ¿Evaporado?
No, ciertamente. Apenas lo perdimos de vista.
El ser amado continuo siendo el mismo. Su capacidad mental no se perdió. Sus conquistas siguen intactas, de la misma forma que cuando estaba a nuestro lado.
Conserva el mismo afecto que sentía por nosotros. Nada se pierde, a no ser el cuerpo físico el cual no necesita cuando está al otro lado.
Y es así que, en el mismo instante en que decimos: Ya se fue, al más allá, otro dirá feliz: Ya está llegando.
Llego al destino llevando consigo las adquisiciones hechas durante el viaje terrenal.
La vida jamás se interrumpe ni ofrece cambio espectacular, pues la naturaleza no da saltos.
Cada uno lleva su carga de vicios y virtudes, de afectos y desafectos, hasta que resuelven deshacerse de lo que juzgan innecesario.
La vida está hecha de partidas y llegadas. De idas y venidas.
Siendo así, lo que para unos parece ser una partida, para otros es una llegada.
Un día partimos del mundo espiritual en dirección al mundo físico; otro partimos de aquí para el mundo espiritual, en un constante ir y venir, como viajeros de la Inmortalidad que somos todos nosotros.
Victor Hugo, poeta renacentista francés, que vivió en el siglo XIX, hablo de la vida y de la muerte diciendo:
Cada vez que morimos ganamos más vida. las almas pasan de una esfera para otra sin perder la personalidad, tornándose cada vez más brillante. Se bien que voy a entregar a la sepultura aquello que no soy.
Cuando yo descienda para la sepultura, podré decir, como tantos: Mi día de trabajo termino. Más no podre decir mi vida acabo.
El túmulo no es un callejón sin salida, es un pasaje. Se cierra el crepúsculo y la aurora viene a abrirlo nuevamente.
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