viernes, 16 de mayo de 2014

Perturbadores



                                                         PERTURBADORES

Dices creer en los Espíritus.  Sin embargo, descuidas tu mente y 
sigues arrastrado por las fuerzas maléficas de la Erraticidad.

Informas sobre las características de la fe espirita a la que te 
ligas, y conoces algo de la vida espiritual. Sin embargo,descuidas 
el equilibrio y vives abrazado a perturbaciones provocadas por 
Espíritus infelices que te arrastran al país de las sombras .

Afirmas la evidencia de que la vida prosigue..A pesar de eso, no 
vigilas ¨los camino del corazón¨, y permites que vándalos 
desencarnados  te transformen en transmisor de insensateces.

Insistes en la realidad de los Espíritus y en la comunicación de 
ellos con los hombres de la Tierra.

Entre tanto, no te munes de la piedad y el amor para ayudarlos, 
para que sus hazañas no los sorprendan en lo cotidiano de la vida 
carnal.

Prescribes caminos a seguir advirtiendo a los extraviados con 
respecto a los obsesores y sus secuaces, que retornan de la tumba 
para cobrar deudas del pasado.   

Y sin embargo, sigues como si estuvieras indemne a las influencias 
de ellos, como si no hubieras vivido antes.

Expones, con arrobos verbales, la llama de tu fe, y esclareces sobre 
la vida después del cuerpo de barro y ceniza; pero no vives de modo
 que puedas atestiguar la excelencia de esa convicción, a fin de 
ponerte a salvo de las influencias perniciosas de vengadores de más 
allá de la muerte.

Oras y pides socorro a los Espíritus, porque sabes de su legitimidad en
 el mundo de más allá de las formas.    Sin embargo, no te conduces 
como marino, que conociendo las dificultades de la travesía, sabe 
descubrir entre las aguas tumultuosas, el caminal de seguridad que lo 
conduzca hasta el puerto de descanso.
                                                                                    000
Ten más cautela.
Los espíritus infelices de mente ultrajada, viven más con los 
compañeros encarnados de lo que se supone. Se mezclan en las 
actividades comunes, deambulan por el nido doméstico, 
participan de las conversaciones, permanecen con los comensales,
 de los cuales dependen en legitimo proceso de vampirismo ...
Se perturban y perturban ...
Sufren y hacen sufrir.
Odian y generan odios.
Desdichados, labran la desdicha de los demás.
Infelices, quitan la felicidad de otros.
                                                                                000
Ora y trabaja.
Eleva tu pensamiento a las Cimas de la Vida, y actúa en las 
profundidades del valle en que te encuentras.

No mandes a hacer el bien , hazlo tú.

No recetes fórmulas de socorro ayuda tu mismo.

No delegues, a otros, servicios de beneficencia - sé tú un ángel 
de auxilio.

Y preservando tu organización somática con la conducta recta, 
tu Espíritu, respetado en si mismo, se elevará de las luchas 
inferiores a las fronteras de la serenidad, vibrando distante de las
 celadas impías de los adversarios de la paz.
Espiritu Marco Prisco
Medium Divaldo Pereira Franco

Comentario: Amigos mios, no basta saber creer 
y tener fe, para luchar contra las fuerzas maléficas, 
no podemos descuidar  nuestra mente.  Un solo 
pensamiento negativo, es una espiral de malas 
sintonías, elevemos nuestros pensamientos. 
Hoy los hermanos de la luz quisieron que yo recordara 
lo que debo hacer, permitan compartirlo con todos ustedes.
Con respeto y amor
Marco Antuan
                                              *******************



FRUTOS DEL ESPIRITISMO

El Espiritismo ha ejercido en los tiempos actuales, 
una influencia enorme en el estado de espíritu de 
nuestros contemporáneos.  No solo ha abierto a la 
ciencia todo un dominio desconocido, la ha obligado 
a hacer constar la realidad de los hechos: sugestión,
 exteriorización, telepatía que, durante largo tiempo había negado o 
rechazado; además ha dirigido los pensamientos hacia el más allá; ha 
despertado en las conciencias nebulosas y adormecidas de nuestro tiempo, 
el sentimiento de la inmortalidad; ha hecho más viva, más real, más tangible, 
la creencia de la supervivencia de los desaparecidos. Allí donde no había más 
que esperanzas y creencias, ha traído certidumbre. 
 Bajo la cáscara del fenómeno se ocultada una revelación. De la comunión de
 las almas ha nacido una doctrina. Y por ella, el problema del destino, problema 
 eterno de la Humanidad, ha revestido nuevo aspecto.
 El destino, feliz o desgraciado, es la consecuencia de nuestros actos. El alma 
ella misma crea su porvenir. Por su propio esfuerzo se desprende de las bajas 
materialidades, progresa y se eleva hacia la luz divina, uniéndose más 
estrechamente con las sociedades luminosas del espacio, y tomando parte, por 
una creciente colaboración, en la obra Universal.
 El Espiritismo satisface, al mismo tiempo, la razón y el sentimiento. Estas dos 
potencias han estado en lucha, y perpetuo conflicto. Lo que ha ocasionado 
sufrimiento y desorden  a las sociedades humanas. La religión apelando al 
sentimiento y aportando la razón, caía a menudo en el fanatismo y en el 
extravío. La ciencia procediendo en sentido contrario, permanecía seca fría, 
impotente para regir las costumbres.
 El Espiritismo es una doctrina que ha venido a restablecer el equilibrio y la 
armonía entre estas dos fuerzas, a unirlas y a imprimirles un impulso común 
hacia el bien. El Espiritismo es la religión científica del porvenir. El hombre, 
libre de los dogmas que violentan y de las inhabilitudes que oprimen, recobra 
su independencia y el uso de sus facultades. Examina juzga libremente y solo 
acepta lo que le parece bueno.
 El Espiritismo ensancha la acción de la fraternidad. Establece  por medio de los
 hechos, que esta no es solo un puro concepto, sino que es la ley fundamental 
de la naturaleza, ley cuya acción se ejerce en todos los planos de la evolución 
humana, lo mismo bajo el punto de vista físico o espiritual, en lo visible que en 
lo invisible.


 Por su origen, por los fines  que le están asignados, todas las 
almas son hermanas. Con el  Espiritismo, corazón y 
entendimiento, todo tiene su parte.
 El círculo de las afecciones  se extiende. Los humanos  y los 
invisibles, en la realidad, caminan con frecuencia juntos, a través de las alegrías 
 y de las lágrimas, de las felicidades y de los infortunios. El amor de los seres 
amados nos envuelve, nos consuela, nos reanima. Los terrores de la muerte han 
 desaparecido en el hombre.
El Espiritismo, practicado con prudencia  y conocimiento además de ser un 
manantial de enseñanza, es también un medio de impulsión moral. Las 
advertencias, los consejos de los espíritus, sus descripciones de la vida del más 
allá, influyen en los pensamientos y en los actos del hombre. Van modificando 
su carácter y su modo de vivir.
 Las confesiones de los Espíritus, narrando sus angustias por haber empleado 
mal su vida terrenal; la del egoísta, que no encuentra en torno de si más que 
indiferencia y vacío; la del envidioso, que está sumido en una especie de 
oscuridad producida por la acumulación de sus malos pensamientos, 
impresionan al hombre.
 Los pensamientos y los actos crean alrededor del alma culpable; una 
atmósfera fluidica que se condensa, se va reduciendo poco a poco y la 
encierra como en una cárcel.
 Las descripciones de las recompensas y de las penas, ejercen una 
influencia en el estado del espíritu y de los experimentadores, 
induciéndolos a considerar la vida y sus responsabilidades bajo un 
aspecto más serio y a someter más estrictamente sus actos a la regla
 austera del deber.
 La mayor parte de los hombres no tienen conciencia de sus defectos. 
Se ignoran a si mismos y acumulan faltas sobre faltas, sin darse siquiera
 cuenta. Bajo este punto de vista, las indicaciones de los guías son muy 
útiles para conducirse el hombre, para dominarse y  frenar los fogosos 
arranques de su naturaleza.
 Por la práctica del espiritismo y las  instrucciones de los Espíritus elevados
 el hombre puede
 adquirir la ciencia preciosa de la vida, el dominio de las emociones y de las 
sensaciones, la facultad de gobernarse y de imponerse a los sordos impulsos 
del propio ser.
 El nuevo Espiritualismo ha logrado ya la unión de adeptos de todos los rangos
 y de todos los países; algún día unirá a todas las religiones y a todas las 
sociedades humanas.
 Poco a poco, el círculo de la vida colectiva se ha ensanchado. Se han constituido 
agrupamientos y han surgido conflictos. Las guerras se han sucedido. A través 
de luchas perpetuas, luchas de razas, de religiones, de ideas, es como  se prosigue 
la marcha dolorosa y se despierta la conciencia de la humanidad.
 A despecho de las pasiones y de los odios, las barreras se rebajan entre los 
pueblos; las relaciones se multiplican haciéndose más fáciles; se cambian ideas,
 las civilizaciones se compenetran  y se fecundan. La noción de la humanidad se 
edifica, se habla, se sueña en la paz, en la lengua, en las religiones universales.
 El nuevo espiritualismo, apoyado en la ciencia, nos trae esta concepción, esta 
revelación en 
la cual se fusionan y reviven, bajo formas más sencillas y más elevadas, las 
grandes concepciones del pasado, las enseñanzas de los Mesías enviados por el 
cielo a la tierra. Y el será un nuevo elemento de vida y de regeneración para 
todas las religiones del globo.
 El Espiritismo facilitará la unidad religiosa y moral. La solidaridad que une a los 
vivos  de la tierra con los del cielo, se extenderá poco a poco por toda la tierra y 
todos comulgaran en una misma creencia, en un mismo ideal realizado.
El hombre aprenderá a desprenderse de las cosas materiales y a remontar más 
alto sus aspiraciones.
 Todos subirán, a través de la pruebas y de las lagrimas, desde las regiones 
oscuras hasta la luz divina. La senda de la misericordia y del perdón está siempre
 abierta para los culpables.
 La revelación de los espíritus disipa las tinieblas del odio, las incertidumbres y 
los errores que rodean al hombre ¡Ella hace brillar sobre el mundo el gran sol de 
la bondad, de la concordia, de la verdad.
Trabajo realizado por Merchita, extraído del libro “En lo Invisible” León Denis
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Partida y llegada
Espíritu de Víctor Hugo

Cuando observamos,  en la playa, apartarse un velero de la costa, navegando mar adentro, impelido por la brisa matinal, estamos ante un espectáculo de rara belleza.
El barco,   impulsado por la fuerza de los vientos, va ganando el mar azul y nos parece cada vez menor.
No se demora mucho y solo podemos contemplar un pequeño punto blanco  en la línea remota e indecisa, donde el mar  y el cielo se encuentran.
Quien observa el velero desaparecer  en la línea del horizonte, ciertamente exclamará: Ya se fue.
¿Habrá desaparecido? ¿Evaporado?
No, ciertamente. Apenas lo perdimos de vista.
El ser amado  continuo siendo el mismo. Su capacidad mental no se perdió.  Sus conquistas siguen intactas, de la misma forma que cuando estaba a nuestro lado.
Conserva el mismo afecto que sentía por nosotros.   Nada se pierde, a no ser el cuerpo físico el cual no necesita cuando está al otro lado.
Y es así que, en el mismo instante en que decimos: Ya se fue, al más allá, otro dirá  feliz: Ya está llegando.
Llego  al  destino llevando consigo las adquisiciones hechas durante el viaje terrenal.
La vida jamás se interrumpe  ni ofrece cambio espectacular,  pues la naturaleza no da saltos.
Cada uno lleva su carga de vicios y virtudes, de afectos y desafectos, hasta que resuelven deshacerse  de lo que juzgan innecesario.
La vida está hecha de partidas y llegadas. De idas y venidas.
Siendo así, lo que para unos parece ser una partida, para otros es una llegada.
Un día partimos del mundo espiritual en dirección al mundo físico; otro partimos de aquí para el mundo espiritual, en un constante  ir y venir, como viajeros de la Inmortalidad que somos todos nosotros.
Victor Hugo, poeta renacentista francés, que vivió en el siglo XIX, hablo de la vida y de la muerte diciendo:
Cada vez que morimos  ganamos más vida. las almas pasan de una esfera para otra  sin perder la personalidad, tornándose  cada vez más  brillante. Se bien que voy  a entregar a la sepultura aquello que no soy.
Cuando yo descienda para la sepultura,  podré decir,   como tantos: Mi día de trabajo termino. Más no podre decir mi vida acabo.
El túmulo no es un callejón sin salida, es un pasaje.  Se cierra el crepúsculo  y la aurora   viene a abrirlo nuevamente.
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