lunes, 26 de mayo de 2014

EL CONTINUADOR DEL ESPIRITISMO


   
            EL CONTINUADOR DEL ESPIRITISMO

                GABRIEL  DELANNE

                                                                (1857-1926)

Gabriel Delanne fue uno de los principales continuadores del espiritismo después del fallecimiento de Allan Kardec, al lado de Léon Denis y Camille Flammarion. Sus textos fueron dedicados principalmente a las cuestiones de la inmortalidad del alma y la reencarnación. Como Ernesto Bozzano y Camille Flammarion, privilegió como espírita, un enfoque científico de los fenómenos psíquicos.
Dirigió la publicación periódica La Revue scientifique et morale du spiritisme (La Revista científica y moral del espiritismo) órgano de la Unión Espírita Francesa, cuyo primer número apareció en marzo de 1883. Su sepultura se encuentra en el cementerio Père Lachaise cerca de la de Allan Kardec. “No tenemos pues la pretensión de haber hecho un descubrimiento. Sólo tratamos de revelar las leyes naturales y, recordad esta expresión, democratizar el misterio; y uno puede preguntarse, con amargura, por qué la ciencia oficial nos tiene siempre tan duramente apartados. Desgraciadamente, ese es el hecho; la terquedad de los eruditos es inimaginable. Siempre ha sido así; para convencerse, basta con leer la historia de todas las grandes adquisiciones del espíritu humano. He aquí aproximadamente, señor, donde nos encontramos en el terreno de la experiencia. Que, sobre el estudio de estos fenómenos, construyéramos una filosofía, es posible. Pero no somos sectarios; para hablar propiamente, no tenemos, como la Iglesia, dogmas que sea prohibido tocar. Que se nos venga a demostrar que no tenemos razón, y si hay allí un verdadero progreso en el orden científico, lejos de protestar y empeñarnos, nos declararemos absolutamente encantados. Pero pienso que no hay que hablar de eso por el momento”. Extracto de una entrevista a Gabriel Delanne realizada en 1920 por el Dr. Paul Heuzé.
El 31 de marzo de 1880, se expresó públicamente durante la conmemoración anual del fallecimiento de Allan Kardec organizado en el Père Lachaise: “Allan Kardec no ha venido traer una religión, no ha impuesto ningún culto; su moral es la de Jesús despojada de toda falsa interpretación; pero de lo que ha dotado a la humanidad, es de una doctrina capaz de responder a todas las objeciones de la incredulidad y a todos los grandes problemas planteados por la razón. En efecto, hasta aquí sólo hemos considerado el lado moral de su doctrina, pero su estudio más profundo nos muestra que siguiendo sus enseñanzas, puede llegarse a los más hermosos descubrimientos científicos. Si hay un campo de estudios todavía inexplorado, es el que comprende las relaciones entre el mundo invisible y el nuestro. Cuántos problemas por resolver antes de poder dar una teoría científica de esas relaciones; pero vendrá un día en que serán conocidas como los fenómenos estudiados científicamente y ya no serán un secreto para nosotros”.
Concluyendo su intervención, añadió: “A ejemplo suyo, haremos todos nuestros esfuerzos para divulgar sus ideas y sembrar por todas partes la buena nueva”.
Hoy sabemos que el gran espírita mantuvo su promesa hecha sobre la tumba de Allan Kardec y que trabajó hasta su último aliento para hacer reconocer el aspecto científico del espiritismo. El espiritismo ante de la ciencia, El fenómeno espírita, El alma es inmortal y La reencarnación, son las principales obras que produjo durante su existencia, sin contar sus artículos en La Revista Espírita y las conferencias que dictó. El Espiritismo ante la Ciencia, es una obra importante en la cual demuestra que el espiritismo ofrece la prueba de que el alma existe realmente y que se manifiesta en todas las acciones de la vida. El Espiritismo ante la Ciencia debería ser leído y releído por todas las personas que desean ocuparse del origen del hombre, pero después de la lectura preliminar de los libros de Allan Kardec y de Léon Denis. En esta obra, describe precisamente el papel del periespiritu: “Comprobamos en el hombre la fusión de estos dos elementos: el cuerpo y el alma. Están unidos en forma íntima y reacciona uno sobre el otro, así como lo demuestra el testimonio diario de los sentidos y la conciencia. De allí que hayamos dicho del alma, parece que hubiera contradicción, pero ella es más aparente que real, pues el hombre no está formado solamente del cuerpo y el alma, sino además de un tercer principio intermediario entre el uno y la otra llamado periespiritu, es decir sobre el espíritu. La necesidad de este mediador se comprenderá enseguida, poniendo en paralelo la espiritualidad del alma con la materialidad del cuerpo. El alma es inmaterial porque los fenómenos producidos por ella no pueden compararse a ninguna propiedad de la materia. El pensamiento, la imaginación o el recuerdo no tienen ni forma, ni color, ni dureza, ni maleabilidad; estas producciones del espíritu no están regidas por ninguna de las leyes que rigen el mundo físico, son puramente espirituales y no pueden medirse, ni pesarse. Por su naturaleza el alma escapa de la destrucción, puesto que se manifiesta en toda su plenitud después de la disgregación del cuerpo, pues el alma es inmaterial e inmortal. El cuerpo es la envoltura del principio pensante, que vemos nacer, crecer y morir. Los elementos que lo componen se han extraído de la materia que forma nuestro globo. Cuando tienen un cierto tiempo alojados en el organismo, ceden el lugar a otros que vienen a reemplazarlos.
Estas operaciones se renuevan hasta la muerte del individuo; entonces los átomos que componían en último lugar el cuerpo humano, son recogidos por la circulación de la vida y entran en otras combinaciones, en virtud de esa gran ley de que nada se crea y nada se pierde en la naturaleza. El cuerpo y el alma son pues esencialmente distintos: uno notable por sus incesantes transformaciones, la otra por la inmutabilidad de su esencia”. Todavía a propósito del periespiritu:
A la muerte del cuerpo, al no existir ya ese doble, todo se desploma, se degrada y se elimina, en un lapso de tiempo muy corto. Es este cañamazo fluídico lo que es diferente según los individuos, conserva a cada uno su estructura particular, las formas generales del cuerpo y de la fisonomía que lo hacen reconocer durante el curso de su existencia”.
Gabriel Delanne era una verdadera enciclopedia viviente y puede afirmarse que el espiritismo le debe su fuerza y su claridad científica.

LOS PIONEROS DEL ESPIRITISMO (IGOR MANOUCHIAN) 
 JORNAL ESPIRITE 
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                ANDRÉ LUIZ

       EN CUANTO A LOS DEMÁS

Si usted cree que puede alcanzar la sublimación espiritual sin los demás, por cierto aún no llegó a la verdad.

La vida fue creada, a la manera de máquina compleja, en que las 
piezas, diferentes entre sí, guardan función específica.

No huya del engranaje de su grupo si desea perfeccionarse y progresar.

Los demás son las áreas destinadas a complementar y mejorar sus 
propios reflejos.

A través de ellos es que usted se analiza para observarse con seguridad.

No intente transformarlos, de inmediato, porque, igual que ocurre 
con nosotros, son espíritus en evolución caminando en medio de dificultades y sombras, hacia el conocimiento superior.

No exija de ellos la perfección que aún estamos lejos de poseer.

Éste nos enseña paciencia, aquél la comprensión, aquél otro el imperativo

de la bondad, tanto como somos personalmente, para cada uno de ellos, pruebas vivas en esos mismos asuntos.

Crea: siempre que los demás nos aparezcan en forma de problemas,

somos para ellos otros tantos problemas para resolver.

Usted dice que necesita identificarse con la vida y descubrirse para 
hacer lo mejor, entretanto, únicamente por los demás es que usted se encuentra y se realiza para las conquistas supremas de la felicidad y del amor.

Marco Antuan
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TERAPIA DE LA ORACIÓN
En el tratamiento de la obsesión es necesario resaltar la terapia de la oración como elemento valioso de introducción para la cura.
No ignoramos que la psiquiatría, nueva ciencia del mundo médico, a pesar de teorizada en los hospicios se corporificó en la práctica que la define, en los campos de guerra del siglo presente. Llamados  al pronto socorro en la retaguardia, desde el conflicto ruso japonés, los psiquiatras chocan con numerosos problemas de neurosis traumática, identificando las más extrañas molestias en  la imaginación y usando la palabra de entendimiento y simpatía como recurso psicoterapéutico de incalculable importancia.
Por eso, disponemos, actualmente, en el moderno psicoanálisis, de la psicología del estallido como medicación regeneradora. La confesión del paciente  vale por la expulsión de residuos tóxicos en la vida mental y el consejo del especialista idóneo actúa como donación de nuevas formas pensamiento, en el amparo del cerebro enfermizo.
Invocamos semejantes apuntes para configurar en la lucha humana el verdadero combate evolutivo en millares de almas  que caen diariamente en los meandros de las propias complicaciones emocionales, entrando, sin percibir, en la faja  de las fuerzas inferiores que, al surgir de nuestro pasado, nos acechan y generan en nosotros prejuicios, dolorosos procesos de obsesión, retardando nuestro progreso, por intermedio de los pensamientos desequilibrados con  que se yuxtaponen  en nuestra vida intima.
Es por esa razón que vemos,  tanto en los círculos terrestres, como en las regiones inferiores de la vida espiritual, las enfermedades, alucinaciones que se alojan en la mente, al comando magnético de los poderes de las sombras, con las cuales están en sintonía.
Y la técnica de las inteligencias que nos exploran el patrimonio mente-psiquico, se basa, de manera invariable, en la comunión telepática, por la cual implantan  en aquellos que les aceptan el dominio de las creaciones mentales perturbadoras, capaces de asegurarles la continuidad de la vampirización.
Atentos, así,  a la psicogénesis de esos casos de desarmonía espiritual, casi siempre formados por la influenciación consciente o inconsciente de las entidades infelices, desencarnadas o encarnadas, que se les asocian a la experiencia cotidiana, recurramos a la oración como elemento de ligación con los Planos Superiores, exorando el amparo de los Mensajeros Divinos, cuyo pensamiento sublimado puede crear, de improviso,  nuevos motivos a nuestro favor o a favor de aquellos que nos proponemos socorrer.
No nos olvidemos de que poseemos en la oración nuestra más alta fuente de poder, en razón de facilitarnos el acceso al Poder Mayor de la Vida. siendo así, en cualquier emergencia en la tarea asistencial, a nuestro beneficio o en beneficio de los otros, no olvidemos el valor de la oración en terapia, recordando la sabia conceptuación del Apóstol Tiago, en el versículo XVI del capítulo 5 en su Es pistola Universal: “Orad uno por los otros, a fin de que sanéis, porque la oración del alma justa mucho puede en sus efectos.”
Por el Espíritu Francisco Meneses Díaz de la Cruz – Del Libro: A la Luz de la Oración, Médium Francisco Cándido Xavier
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