Amados hijos,
Que las bendiciones de amor traigan paz a vuestros cuerpos, mentes y corazones.
Este es un tiempo en que el amor incondicional está despertando en to los corazones y en la consciencia crística de los Hijos de la Tierra, para poner fin a la intolerancia que separa a hermanos de hermanos en vuestro planeta.
La separación genera desigualdad, animosidad, odio, desamor, fomentando la guerra entre aquellos que vieron el mundo de la materia para amar.
Mirad a vuestra vuelta, amados, para percibir el clima de guerra que preside vuestro dia a dia, y el dia a dia de vuestro planeta.
El ser humano transformó su sobrevivencia en una guerra.
La lucha es constante para obtener comida, un empleo, una buena relación con un amigo sincero, un cuerpo saludable, una mente sana.
! Lo que genera todo eso, amados,no es sino la falsa idea de la separación!
Es tiempo de adecuar vuestra atención al lenguaje de vuestros corazones.
Es tiempo de dejar despertar la mente crística que todo lo revela cuando el corazón abre sus puertas para guiar vuestras vidas.
La vida es un bien precioso, una dádiva concedida a aquellos que buscan reintegrarse en la Hermandad de la Luz, para vivenciar la experiencia única de ser feliz.
Sí, amados, la felicidad es una realidad que en este tiempo llama a las puertas de toda la humanidad .
Es preciso por tanto, que podáis oír el llamado para abrirle la puerta y dejarle entrar en la frecuencia cristalina que fundamenta el verdadero vivir, la frecuencia del amor, de la paz, de la unidad, de la comprensión.
Este es el gesto de la humanidad tan esperado por aquellos que ya vencieron el límite y que vivencian la experiencia de ser felices; abrir la puerta del corazón depende solo de cada uno de vosotros, oír el lenguaje del corazón depende de vosotros, guiar vuestros pasos por la voz del corazón depende solo de vosotros.
Buscar, por lo tanto, cambiar el foco de vuestras atenciones.
Buscar meditar en silencio, manteniendo la serenidad que calma el torbellino de vuestros pensamientos, aprovechando para sentir los latidos de vuestros corazones, sintiendo la fuerza de la linfa que mantiene vuestros cuerpos físicos, templo de vuestras almas, vivos, prontos para caminar por la nueva mansión que se abre gloriosa al frente de todos vosotros.
Seguir los pasos que os indiquen vuestros corazones, ejercitando la humildad aquellos que saben que todo lo que tiene vida está ligado a la misma fuente infinita de amor- sabiduría, y solo en el pulsar del amor-sabiduría la vida tiene sentido, los acontecimientos experimentados en ella tienen sentido, las personas tienen sentido.
Todos vosotros, como humanidad, llegaréis en este tiempo a la última encrucizada del camino, la encrucijada que exige que ejercitéis la mayor escuela de vuestras existencias, la escuela de la Luz o de la oscuridad.
Ese no es un momento fácil, es sin embargo, un momento de enormes dificultades, un momento al que la vida exige de cada uno de vosotros, discernimiento, verdad, comprensión, humildad, y mucho amor.
Amor para concluir vuestras tareas, humildad para enseñarles vuestra verdadera dimensión, verdad para que podáis asumir vuestras responsabilidades y comprensión para "servir".
Servir al Dios que existe en vosotros, sirviendo al prójimo, sirviendo a la Madre Tierra, ayudando a recuperar sus tierras, sus aguas o el aire, la barrera de protección que filtra el sol y lo hace soportable para vosotros, los humanos.
El servicio a Dios es la base, el fundamento para vuestra transformación. Es a partir de servir cuando vuestras consciencias se expanden, dando razón y comprensión del verdadero significado de la palabra "hermano". Ser hermano es reconocer un igual en el otro; es preciso que todos los Hijos de la Tierra recuperen la consciencia de que son hermanos, para que puedan ver en los otros a sí mismo, para que puedan sentir el dolor del otro como su dolor, para que puedan regocijarse con la alegría de otro sentido,la misma alegría, para que puedan compartir,verdaderamente, todo con todos.
Compartir lo que cada uno recibió de la vida, para traer para sí aquello que aun le hace falta.
Solo así, solo rescatando la conciencia del compartir, todos tendrán todo y todos se completarán.
Bien amados, corred tras de vuestra felicidad, corriendo tras los desafíos que la vida os coloca en el camino, para que podáis terminar vuestro proceso de transformación.
Y no os olvidéis del perdón; perdón para vosotros mismos, perdón para todos los que os ofendieron, pidiendo perdón a todos los que ofendisteis a lo largo de la jornada.
El perdón liberta, purifica, disuelve la rigidez causada por los enfados, dolores, sufrimientos y desilusiones.
Bien amados, agradecemos por todas las oraciones a lo largo de esos quince años, que alimentasteis con la intención de servir con amor y luz todos los habitantes de la Madre Tierra.
Que vuestros corazones continúen iluminados, que vuestras mentes continúen reflejando la claridad de aquellos que buscan el camino de la Luz, que vuestras oraciones continúen dando soporte a la transformación de vuestro planeta, y que vuestras vidas continúen sirviendo de ejemplo para todos vuestros hermanos.
Bien amados, Yo os dejo ahora derramando sobre todos vosotros mis bendiciones y envolviendo a todos en mi manto de protección, porque Yo Soy María, Vuestra Madre.
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