lunes, 29 de agosto de 2016

DIOS Y EL UNIVERSO




Tratamiento Espiritual durante el Sueño

    Muchas veces somos operados espiritualmente durante el sueño sin saberlo. Muchas de nuestras dolencias pueden ser curadas durante el sueño con la ayuda de buenos espíritus cuando la cura es importante.
    Por el sueño es desligada la consciencia de la vigilia o consciente físico, así hay una facilidad mayor de trabajarse a nivel del cuerpo astral y los demás niveles de conciencia para que, desdoblados, los espíritus trabajen esas situaciones y liberen a través del magnetismo algunas memorias o inclusive sanar las enfermedades del cuerpo.
   Las criaturas que normalmente se adormecen profundamente en esa especie de tratamiento, tendrían dificultades mayores para expandir su conciencia( entrar en el estado alterado), para verificación de su pasado, en caso de que no estuviesen en proceso de sueño.
Producido el sueño, la expansión y el trabajo a nivel interno quedan facilitados y la criatura tendrá condiciones de entrar en contacto con las situaciones del pasado, no trayendo nada para la memoria consciente. Pero de la misma forma, se dará la liberación del problema y la resolución de la dificultad.
El ser humano se manifiesta en múltiples dimensiones de la vida y sus dificultades proceden o tienen su raíz enclavada en esas mismas dimensiones, que son invisibles e insospechadas o no admitidas para una gama grande de investigadores de las ciencias humanas.

Por el sueño el Espíritu se desdobla

   El tema “Visitas espíritas entre personas vivas” es una secuencia del estudo sobre “El sueño y los sueños”, encartado en el capítulo VIII, del Libro Segundo de El Libro de los Espíritus, bajo el título "Emancipación del Alma".

 Por el sueño el Espíritu se desdobla. Ya los sueños constituyan los recuerdos más o menos nítidos de los hechos ocurridos durante el sueño, periodo en que el Espíritu, frecuentemente entra en contacto con otros seres.

  Los principios analizados bajo el título "El sueño y los sueños", se aplican al presente estudio, con la diferencia de que en este, el intercambio se da entre los llamados "vivos", esto es, entre los encarnados.
Existe otra variedad del fenómeno, menos frecuente, en que el Espíritu encarnado, durante el propio sueño, visita a otro encarnado acordado, pudiendo el visitante ser o no, visto por el visitado.
En caso de que el visitante se vuelva visible para el visitado, el fenómeno es designado como " bilocación" o "bicorporeidad", especie del género "ubicuidade", que es la facultad de estar presente en todos los lugares al mismo tiempo, en la acepción del Diccionario Houais de la Lengua Portuguesa.
Siendo el Espíritu una unidad indivisible, le es imposible estar en dos o más lugares simultáneamente, con todo, esta indivisibilidad no le impide irradiar sus pensamientos para diversos lados y poder así manifestarse en muchos puntos, sin haberse fraccionado, como sucede con la luz, que expande sus rayos a su vuelta. Entretanto,no todos los Espíritus irradian con la misma potencia. La capacidad de irradiación está directamente ligada al desenvolvimiento de cada uno.
  Una persona, encontrándose adormecida o en estado de éxtasis leve o profundo, puede, en espíritu semi-desligado del cuerpo, aparecer, hablar y hasta hacerse tangible a otras personas. Y, de hecho, poderse comprobar que estaba en dos lugares al mismo tiempo. Solo que en un lugar estaba el cuerpo físico y en otro el Espíritu, revestido por su periespíritu, momentáneamente visible y tangible.
La bicorporeidad, aunque sea un acontecimiento importante, ha sido ignorada por muchos, como si fuese, siempre, producto de la imaginación, impresión que es reforzada por el hecho de que la mayoría de las veces, poco o ningún recuerdo guardamos de lo que sucede durante el desdoblamiento, como elucida Gabriel Delanne.
 Eso demuestra cuanto desconocemos la propia naturaleza espiritual y nuestros potenciales.
   Según el Espíritu André Luiz, en la obra psicografiada por los médiums Francisco Cándido Xavier y Waldo Vieira, aún tenemos mucha dificultad para comprender los mecanismos de las alteraciones del corazón, densidad, forma, locomoción y ubicuidad del cuerpo espiritual (periespíritu), porque no disponemos en la Tierra de más avanzadas nociones acerca de la mecánica del pensamiento.
 Kardec explica como se da la bicorporeidad, incluyendo que, por más extraordinario que sea tal evento, como todos los tros, se encuadra en el "orden de los fenómenos naturales, pues sucede por las propiedades del periespíritu".. Indicamos para consulta el tercer volumen de la Revista Espírita-Diario de Estudios Psicológicos-marzo de 1860, editada por la FEB, en el cual despunta una experiencia realizada por Kardec, promovida con un encarnado (Dr. Vignal), miembro de la Sociedad Parisina de Estudios Espíritas, que fue invocado durante el sueño, de cuyo ejemplar cogemos interesantes observaciones comparativas entre las sensaciones de un "vivo" y de un "muerto", sobre sus facultades de ver, oír y percibir las cosas, entre otras informaciones importantes.
Exceptuando la bicorporeidad, así como la visita entre encarnados y desencarnados, el encuentro de personas encarnadas durante el sueño es también un hecho bien corriente, del cual no siempre nos damos cuenta, como vimos, debido a la amnesia después del despertar del sueño.
Gustavo Geley (1865-1924), cientifico renombrado, ex-director del Instituto Metapsíquico de Paris, médico en Nanci, con base en sus incansables pesquisas,  conceptuó muerte y vida, fenómenos intrinsecamente ligados al tema  ahora en estudio:
"La desencarnación es un proceso de síntesis, síntesis orgánica y síntesis psíquica. La encarnación es un proceso de análisis. Y la subdivisión de la conciencia en facultades diversas, y de sentido único en sentidos múltiples, es para facilitar su ejercicio y conducir su desenvolvimiento".
Las circunstancias que llevan a los Espíritus a buscarse durante el sueño, es algo semejante a llo que se da en la Tierra, cuando tenemos voluntad de visitar a nuestros familiares, parientes y amigos, con la diferencia de que en los encuentros espirituales, estamos despojados de la máscara del cuerpo de carne y, de cierta forma, despojados de los papeles provisionalmente ejecutados en la vida de relación social.
En estado de sueño, el Espíritu queda preso al cuerpo pr una especie de hilo conductor o filamento, designado por Kardec como "rastro luminoso", o "lazo fluídico", por medio del cual pasan las impresiones y las voluntades del alma hasta el cerebro del encarnado.
El mismo proceso se da en otras formas de desdoblamiento,conscientes o no, como en el caso, por ejemplo, de los fenómenos mediúmnicos, en que el médium presta su organismo físico para que las entidades se comuniquen por medio del habla (psicofonía), o por la escritura(psicografía). Por tanto, los Espíritus que no presentan ese lazo o cordón fluídico, están desencarnados.
Hay varios relatos en la literatura espírita sobre la visita entre personas vivas, durante el sueño o desdoblamiento, como por ejemplo, en los episodios narrados por Kardec en El Libro de los Médiums, en especial los casos de San Alfonso de Ligorio y San António de Pádua.
Estos dos últimos fueron retirados, como dice Kardec, no de leyendas populares, sino de la historia eclesiástica :
 San Alfonso de Ligorio fue canonizado antes del tiempo prescrito, por haberse mostrado simultáneamente en dos sitios diferentes, lo que pasó por un milagro.
San Antonio de Pádua, estaba predicando en Italia, cuando su padre, en Lisboa, iva a ser ajusticiado bajo la acusación de haber cometido un asesinato. En el momento de la ejecución, San Antonio aparece y demuestra la inocencia del acusado. Se comprobó que en aquel instante, San Antonio predicaba en Italia, en la ciudad de Pádua.
En el hombre, la vida se presenta como si fuese una moneda de dos caras: la del cuerpo y la del alma, dos fases de una sola existencia. En la primera, el Espíritu está constreñido por el olvido en virtud de los lazos carnales, siend que la influencia de la materia es tan grande, que muchas veces, ni se da cuenta de que es un Espíritu inmortal.
 En la segunda, viéndose libre de los lazos físicos, las facultades del Espíritu se amplían, conforme el caso, para que él pueda enjuiciar un poco mejor su situación como ser inmortal, circunstancia que influye grandemente en sus decisiones durante la vigilia.
  Como la primacía es del alma, por preexistir y sobrevivir al cuerpo, el Espíritu, durante la encarnación, se siente prisionero o exilado en el organismo físico, razón por la cual aprovecha todas las brechas o los momentos de desprendimiento para refrescarse en el mundo espiritual, donde se encuentra con sus semejantes, para los cuales es atraído por afinidades y por intereses queridos en lo íntimo, de acuerdo con su estado evolutivo.
  Aquel que se da cuenta de esta realidad, antes de entregarse al reposo nocturno, procura hacer una oración, para tener un reposo tranquilo, oportunidad en que podrá, en esos instantes de libertad, sacar fuerzas y consuelo para continuar luchando por el propio progreso, "y al despertar, sentirse más fuerte contra el mal, más corajudo ante la adversidad".
Christiano Torchi
Fuente: Revista Reformador – septiembre/2008

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"Los abusos de toda índole cesarán por sí mismos cuando los hombres se regeneren mediante la Ley de la Caridad." 
E.S.E
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DIOS Y EL UNIVERSO
Necesario es aclarar que no vamos a hacer una definición de DIOS, de esa Grandiosidad Cósmica, indefinible e incomprendida todavía por nuestra limitada inteligencia humana, pues, lo limitado no puede definir lo ilimitado. No obstante, para aquellos de vosotros que vuestra religión de herencia familiar os haya inculcado ideas de una Divinidad a semejanza del hombre de nuestro mundo, necesario es hacer algunas consideraciones que os ayuden a
adquirir una idea más amplia de la Realidad Divina.
Comencemos por analizar ese concepto de ese Dios que nos enseñaron desde la infancia, de ese “Dios” del Antiguo Testamento, implacable en su ira, celoso, vengativo y cruel; concepto admisible para humanidades de la edad de piedra formada entre la furia de los elementos, y sostenido también por los guías de las humanidades de las siguientes edades de barbarie, pero inadmisible en esta era de luces. El primer mandamiento dice: “Ama a Dios sobre todas las cosas”, y por otro lado presenta a un Dios celoso, iracundo y vengativo. Esto es un contrasentido porque nadie puede amar aquello que teme. Pero si consideramos a Dios como Amor permanente, origen de todo bien, que se da a quien quiere recibirlo, podremos llegar a comprenderlo mejor y amarlo; pero difícil resulta amar lo que no se conoce. Amemos a Dios, sí, pero amémosle en aquello que vemos y comprendemos, amémosle en sus criaturas, en su creación. Porque ese Dios que nos presentan con las imperfec­ciones de una humanidad atrasada como la nuestra es completamente inadmisible.
Ese “Dios” vengativo y cruel, hermanos míos, no existe, nunca ha existido; es creación mental de conciencias todavía poco evolucionadas. Ese Dios que exige adoración, que condena eternamente al hombre por el hecho de un momento de debilidad o pasión, o por no cumplir ciertos requisitos establecidos, ese Dios no existe, nunca ha existido.
La Realidad Divina es para nosotros los humanos algo imposible de concebir en su plenitud, y cualquier especulación filosófica y teológica que lo defina, no puede dar de Ella más que una idea vaga y una remota aproximación. Pero si bien como humanos no podemos someter a concepto esa Grandiosidad Divina, ya que ello sería limitarla, necesitamos, no obstante, tener una idea aun cuando nuestra limitada capacidad humana nos impida comprender su magnificencia.
Tenemos que admitir que existe una Sabiduría Cósmica, que existe un Poder Cósmico transcendente, del cual tan sólo percibimos algunos de sus efectos. Negarlo sería negarnos a nosotros mismos. Necesario es comprender y admitir que existe una FUERZA CREADORA UNIVERSAL, una Fuerza poderosísima que transciende al Cosmos infinito, a toda su manifestación física visible e invisible; así como espiritual en otras dimensiones desconocidas de los humanos, y que está inmanente en ellas, que vibra en ellas, lo cual podremos apreciar fácilmente en las múltiples manifestaciones de vida en constante transformismo y evolución.
Aun dentro de nuestra limitada inteligencia humana, tenemos que comprender que existe una causa primera; que hay una fuerza creadora. Pues, esa Fuerza Creadora, que crea vida en su propia esencia, existe: llamémosle Dios o como queráis.
Dos aspectos hemos de reconocer, dentro de nuestra comprensión humana: el aspecto espiritual, ya que Dios es Espíritu, y el aspecto físico. El primero como el cúmulo de todo Poder, Sabiduría y Amor del Cosmos, que es el TODO-DIOS en su aspecto espiritual transcendente; y el segundo, como inmanente en su creación, que es el TODO-CÓSMICO, en su aspecto físico.
Energía Creadora, causa suprema de toda vida, de todo bien, Dios es el Poder Creador Universal y de las grandes leyes que transcienden a todas las galaxias distribuidas en el Cosmos infinito, y cuyas leyes los humanos no acertamos a comprender aún; pero que iremos comprendiendo a medida que vayamos evolucionando.
Y esa Energía creadora y renovadora, Fuerza poderosísima, Causa Suprema de toda vida y de todo bien, a lo que pobremente llamamos Dios, vibra permanentemente en amor hacia toda su creación. Amor que es armonía generadora de felicidad, por lo que, si queremos ser felices, unámonos a ÉL, vibrando como ÉL constantemente en amor.
Dios, como espíritu, no tiene forma. Es vibración poderosísima que se proyecta al Cosmos y vibra en toda su creación. La forma es propia de los mundos físicos, en donde el Espíritu habita en sus formas primarias de evolución. Porque, todo en el Cosmos es espíritu en diversos grados de evolución. En sus fases primitivas, el hombre no podía adorar sino lo objetivo, aquello que pudiese ver y apreciar con sus sentidos; por ello, necesitó la imagen, imaginando un Dios a su semejanza, porque no podía concebir algo mejor. De aquí la creación del concepto de personalizar a la Divinidad. Actual­mente, el Dios Cósmico que la ciencia nos deja entrever, ya no cabe dentro de las viejas concepciones religiosas.
Dios vibra en Amor y cuya vibración poderosísima transciende al Universo todo, animando toda manifestación de vida. Porque siendo el Universo su obra, su creación, está inmanente en ella. Y ese Universo del cual formamos parte, y que como humanos tenemos una limitadísima idea de su extensión, se manifiesta en dos aspectos básicos: espiritual y físico. En su manifestación espiritual grandiosa, la iréis conociendo a medida que vayáis penetrando en la ciencia espiritual. Y en su manifestación física es la que podéis apreciar en cada momento de nuestra vida, en los múltiples aspectos de vida manifestada y perceptible a vuestros sentidos.
Y para daros una idea que se aproxime en algo a la realidad de lo que es el Universo en su aspecto físico, contemplemos con detenimiento el firmamento en una noche estrellada. Podremos ver tan sólo una parte, una pequeñísima parte de ese Universo, que es nuestra galaxia (Vía Láctea). Según los datos más recientes, la ciencia astronómica nos ofrece las siguientes cifras correspondientes a nuestra galaxia, o sea nuestro universo:
* Estrellas grandes, medianas y pequeñas, más de 100.000 millones.
* Estrellas gigantes y supergigantes, más de 10.000 millones (nuestro sol está considerado entre las peque­ñas por los astrónomos).
Y esos millones y millones de estrellas o soles, que son otros tantos sistemas planetarios en diversos grados de evolución, estando cada uno de esos sistemas compuestos de un número de planetas o mundos que giran alrededor de su estrella o sol. Nuestro sistema está compuesto por nueve planetas descubiertos hasta ahora, que giran alrededor del sol.
Puede que para alguno parezca inverosímil las cifras citadas, de tantos millones de estrellas, que son otros tantos sistemas planetarios o solares en diversos grados de evolución. Y estos datos son, solamente de nuestra galaxia, nuestro Universo, el cual forma parte de un grupo de 17 galaxias, de la cual, la denominada Andrómeda, es la más cercana a la nuestra. Pero, con el último telescopio instalado en el Monte Palomar (USA) y otros, se ha descubierto que hay muchos de esos grupos o supergalaxias, que son otros tantos sistemas galácti­cos y que los astrónomos estiman en cientos de galaxias cada uno, según pueden apreciar en los modernos telescopios.
Que mediten sobre ésto los teólogos, los sostenedores de esas ideas… que nos presentan a Dios como un ser celoso, iracundo y vengativo, exigiendo adoración y ritos paganos; y a este mundo como el privilegiado de Dios. Siendo nuestro mundo tan sólo un punto insignificante en la universalidad de los mundos ¿sobre qué se fundará la insistencia de sostener el privilegio con que se ha pretendido favorecer a nuestro mundo de haber sido el objeto especial de la bondad divina y haber recibido al “Eterno en persona”?
Todo el Universo está lleno de sistemas planetarios. Y en todas las partes de ese Universo, del Cosmos, hay centros colosales de energía emanada de la GRANDIOSIDAD CÓSMICA para abastecer esos sistemas y mantenerles la vida en un constante movimiento y transformismo. Todo se transforma y evoluciona, impulsado por esa ENERGÍA-CÓSMICA-DIOS, energía que, en nuestro lenguaje humano conocemos como Ley de Evolución.
Y esos sistemas planetarios son mundos con vida en diversos grados de evolución, sujetos a la misma ley de todas las formas de vida física: nacimiento, desarrollo, madurez, vejez, muerte y desintegración. Tened por cierto, como una verdad incontrovertible, que tan sólo en nuestra galaxia hay millones de mundos habitados: unos por humanidades más adelantadas y en otros más atrasadas. Y en alguno de esos, puede que nosotros hayamos vivido ya, antes de transmigrar o venir a este planeta Tierra.
Mundos existen en los cuales las artes y las ciencias han alcanzado tal grado de progreso que, sabios de nuestro mundo y los artistas orgullosos se avergonzarían al compararlas con las suyas.
Y en nuestro propio sistema solar hay un mundo en el que la vida es una ventura, un paraíso florido. Y al igual que nuestro planeta Tierra, ese mundo avanza en la inmensi­dad del espacio sideral, conduciendo a una humanidad dichosa y feliz, que ya ha sobrepasado la etapa del dolor y que disfruta ya de una vida de amor espiritual, amor fraterno en alto grado, y en donde se trabaja ya por el progreso de otros mundos. Y desde principios de este siglo, espíritus pertene­cientes a ese mundo vienen encarnando en el nuestro por amor, en misión de adelanto científico y moral.
Con lo expuesto comprenderéis la necesidad imperiosa de capacitarnos para un más rápido progreso espiritual, que es el objeto de la vida humana.
Y mediante el conocimiento de las leyes de la Vida, en sus aspectos humano y espiritual, y vuestro firme propósito de progreso, podréis ir ascendiendo en el empinado camino de la evolución, que conduce a la felicidad.
SEBASTIAN DE ARAUCO

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       LECCIONES PARA LA REFLEXIÓN 
Mercedes Cruz Reyes

La Tierra que el Padre nos ha cedido para nuestra depuración podría hacernos felices, si todos, pobres y ricos, pensáramos cada día: ¿a qué he venido a la Tierra? Pero hemos faltado y faltáis a la ley. Las pasiones, el orgullo y la crueldad se han apoderado de la humanidad y en lugar de hacer un edén de este mundo que habitamos, lo hemos convertido en un infierno, y digo infierno porque en la Creación no hay otros infiernos que aquellos que los hijos rebeldes se crean, en donde sufren y en donde sufrimos, porque en lugar de la paz tenemos la guerra, y en vez de amaros no os podéis sufrir los unos a los otros, y gran parte de la humanidad vive como las fieras: gruñendo y despedazándose, y el resultado de tal proceder son lágrimas, sangre, horrores, crímenes, sufrimientos, castigos y turbaciones, por siglos y siglos”. 

La Tierra es un hospital de generaciones enfermas que están pasando la convalecencia; sólo los Espíritus de buena intención son los que pueden conseguir con sus sanos consejos el alivio y regeneración de los enfermos. 

Cuando nos entregamos al sueño y paseamos en el otro lado de la vida, si nuestro Espíritu no encontrará una mano amiga que le detuviera y no oyera una voz cariñosa que nos preguntara: ¿A dónde vas pobre desterrado? ¿Creéis que tendrías fuerza para reanimar su organismo y comenzar el trabajo de un nuevo día? No: el alma necesita amor como vuestras flores el rocío, como las aves sus alas; sin ese alimento esencialmente divino no puede vivir; y cuando sus culpas le obligan a carecer de familia, de hogar, de seres afines a él, y tiene que permanecer en una doble prisión, separado de sus semejantes, entonces su razón se oscurece. 

El hombre es un ser sociable por excelencia, se siente atraído a formar familia, como que es miembro de la familia universal; recuerda su origen, y sin los lazos del amor, de la amistad, del parentesco, de la simpatía, no puede vivir, y como no puede vivir, por eso no falta quien le quiera, visible o invisible; por eso el desgraciado dice muchas veces: quisiera siempre estar durmiendo, porque durmiendo soy más feliz; entonces no me acuerdo de mis desventuras; y no es que no se acuerda, al contrario, las ve con más claridad; lo que tiene es que las ve acompañado de Espíritus amigos que le alientan y le fortifican y le ayudan a llevar el peso de su cruz. 
“Todos los que os creéis desheredados en la Tierra tenéis vuestros tutores en el Espacio, quienes cuidan de vuestra herencia y os guardan vuestros tesoros para cuando seáis dignos de poseerlos. 
“Hay algunos Espíritus tan depravados, hacen tan mal uso de su libre albedrío, que a éstos necesariamente les dura más tiempo la orfandad, porque rechazan con sus desmanes todo el amor y la tierna solicitud de las almas que quieren su bien. 
“Es muy distinto ver las miserias de la Tierra a gran distancia a vivir en medio de ellas, y son muchos los Espíritus que sucumben en medio de sus rudas pruebas y de sus expiaciones. 
“Nunca por muy criminal que veáis al hombre no le corrijáis a través de la violencia, que harta desgracia tiene con la enormidad de sus delitos. 
“¿Dónde hay mayor infortunio que en la criminalidad? ¿Qué infierno puede compararse con la interminable serie de penosísimas encarnaciones que tiene que sufrir el Espíritu rebelde inclinado al mal? En unas la locura, en otras la espantosa deformidad, en aquélla la miseria con todos sus horrores y sus vergonzosas humillaciones y otros sufrimientos que nos es imposible enumerar, porque para sumar todos los dolores que puede sentir el Espíritu no hay números bastantes en vuestras tablas aritméticas para formar el total; la imaginación se pierde cuando quiere sujetar a una cantidad fija el infinito de la vida que nos envuelve en absoluto. 
“Después de esas encarnaciones horribles, vienen esas existencias lánguidas, tristes, solitarias, en las cuales la vida es una continua contrariedad; el Espíritu ya se inclina al bien, pero su amor no encuentra recompensa; almas, al parecer ingratas, miran con indiferencia los primeros pasos de aquel pobre enfermo que quiere amar y no encuentra en quien depositar su cariño, y hasta las flores se marchitan con su aliento antes de ofrecerle fragancia; esas existencias son dolorosísimas; expiación que sufre actualmente la mayoría de los terrenales, Espíritus de larga historia, sembrada de horrores y de crueldades. En ese período es cuando necesita el hombre conocer algo de su vida, porque ya tiene conocimiento suficiente para comprender las ventajas del bien y los perjuicios del mal. 
Las mesas danzaron y los demás muebles cambiaron de lugar. Y resonaron en distintos puntos de la Tierra las voces de los Espíritus, porque era necesario que comprendierais que no estabais solos en el mundo. 
“Muchos suicidios ha evitado la Doctrina Espirita y a muchas almas enfermas se les ha devuelto la salud. 
“A un gran número de sabios orgullosos les ha demostrado que la ciencia humana es un grano de arena en comparación del infinito, de la ciencia universal; y una revolución inmensa llevaremos a cabo, porque ha llegado la hora del progreso para las generaciones de ese planeta. 
“Comenzamos a conocer la verdad que muchas veces rechazamos, porque la luz nos deslumbra, pero al fin nos habituaremos a ella, ensancharemos el círculo de nuestra familia terrenal y miraremos en los Espíritus miembros de nuestra familia universal. 
“Seréis más compasivos con los criminales cuando sepáis que también lo habéis sido vosotros y que quizá mañana volveréis a caer; que al Espíritu apegado al mal le cuesta mucho decidirse al bien; es como el pequeño que da un paso y retrocede cinco, y anda repetidas veces un mismo camino; pues de igual modo hacemos nosotros y hemos hecho todos los Espíritus de la Creación, con la sola diferencia que unos tienen más decisión que otros y más valor para sufrir la pena que se han impuesto. 
“Vosotros, los que buscáis en las comunicaciones saludable consejo y útil enseñanza, aprovechad las instrucciones de ultratumba siempre que éstas os marquen el sendero de la virtud y no halaguen vuestros vicios, ni patrocinen vuestras debilidades; desconfiad siempre de todo Espíritu que os prometa mundo de gloria en cuanto abandonéis la Tierra. Estudiad vuestra historia, miraos sin pasión, y os veréis pequeños, pequeñísimos, microscópicos, llenos de innumerables defectos: celosos, vengativos, envidiosos, avaros, muy amigos de vosotros mismos, pero de vuestro prójimo, no; y con una túnica tan manchada, no esperéis sentaros a la mesa de vuestro Padre, para lo cual precisáis cubriros con vestiduras luminosas y así poder penetrar en las moradas donde la vida está exenta de penalidades, sin que por esto los Espíritus dejen de entregarse al cultivo de las ciencias y al nobilísimo trabajo de la investigación, porque siempre tendrán las almas algo más que aprender. 
“Nosotros venimos a demostraros que el alma nunca muere y que el hombre es el que a sí mismo se premia o se castiga; que las leyes de Dios, que son las que rigen la Naturaleza, son inmutables. Venimos a aconsejaros, a fortaleceros, a enseñaros a conocer la armonía universal, a contaros la historia de vuestros desaciertos de ayer, causa de vuestros infortunios de hoy; esta es la misión de los Espíritus cerca de vosotros; impulsaros al trabajo, al cultivo de vuestra razón, que es la que os ha de conducir al perfecto conocimiento de Dios. Cuando comprendáis que en la Creación todo es justo, entonces será cuando adoraréis a Dios en espíritu y verdad, entonces alabaréis su nombre con el hosanna prometido por las religiones, que aún no se ha cantado en la Tierra por la raza humana; las aves son las únicas que lo entonan cuando saludan al astro del día en su espléndida aparición. 
“Recordad siempre que no hay gemido sin historia, ni buena acción sin recompensa; trabajad en vuestro progreso, y cuando encontréis uno de esos desgraciados, como el Espíritu que ha dado origen a nuestra comunicación, compadecedle, porque tras de aquel sufrimiento tan horrible le esperan por razón natural muchas existencias dolorosísimas en las cuales la soledad será su patrimonio, y aunque como os he dicho antes, el Espíritu nunca está solo, al alma enferma le sucede lo que al hombre cuando sale de una enfermedad gravísima, que en la convalecencia está tan delicado, tan impertinente, tan caprichoso, tan exigente, que toda su familia tiene que mimarlo, acariciarlo y prestarle los más tiernos cuidados; y esto mismo exigen los Espíritus cuando salen del caos de los desaciertos y comienzan su rehabilitación; entonces quieren el amor de la familia, la simpatía de los amigos, la consideración social, y como no han ganado lo que desean, como no lo merecen, no lo tienen; y aunque no les falte un Ser que les quiera y les compadezca, eso no es bastante para ellos; quieren más, y corren anhelantes tras un fantasma que los hombres llaman felicidad, y como el judío errante de la leyenda cruzan ese mundo sin encontrar una tienda hospitalaria donde reposar. 
“La mayoría de los Seres encarnados en la Tierra sois enfermos convalecientes, y sólo en los Espíritus encontraréis los médicos del alma que calmarán vuestra sed devoradora. 
“Estáis cansados y fatigados, tenéis hambre, tenéis frío; reposad un momento, vuestros amigos de ultratumba quieren hacer menos penosa vuestra jornada, demostrándoos con hechos innegables que en la vida infinita todo es justo”. 
Lo que es nosotros, hemos debido al estudio del Espiritismo los goces más puros de nuestra vida; hemos adquirido una profunda resignación y un íntimo convencimiento de que nadie tiene más de lo que se merece; esta certidumbre es la verdadera, la única felicidad que puede tener el Espíritu en medio de su expiación. 
Nosotros, estudiando la Naturaleza, leyendo en ese libro que nunca tendrá fin, admirando la exactitud matemática que tienen sus leyes, trabajamos cuanto nos es posible en nuestro progreso, y cuando la soledad nos abruma, cuando el desaliento nos domina, miramos al cielo, vemos en él los resplandores de la eterna vida y decimos: ¡En la Creación todo es justo! 
Extraído del libro de Amalia Domingo Soler “Hechos que prueban”

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                                                          AMAR

“SOLO POR EL AMOR SERA SALVO EL HOMBRE” JESÚS. 

Nos manifiesta Juana de Angelis: “Amar, es un paso avanzado del desarrollo psicológico del ser, una conquista de la emoción, que debe superar los conflictos (…) Creciendo junto a la razón, el sentimiento del amor es el gran estimulante para el progreso ético, social y espiritual de la criatura, sin cuya presencia se mantendría en las necesidades primarias, sin mayor significado psicológico. (…) 
El Amor es una fuerza irradiante que vence las distonías de la violencia vigente en el primitivismo humano (…) El amor-perdón es un acto de gentileza que la persona se dispensa, no permitiendo entorpecerse con los vapores angustiantes del desequilibrio o desarticularse emocionalmente bajo la acción de los tóxicos del odio resentido. 
El hombre psicológicamente maduro es saludable, por eso, se ama y se perdona cuando se sorprende en un error pues percibe que no es un ser especial o alguien irreprochable. Comprendiendo que el trabajo de elevación se da mediante las experiencias de errores y aciertos. (…) El amor es quien ilumina la faz oscura de la personalidad, conduciéndola al conocimiento de los defectos y auxiliándola en la realización inicial de la autoestima (…) vincula a los seres de manera nada común, poseyendo la fuerza dinámica que restaura las energías cuando están agotadas y conduce a los gestos de sacrificio y abnegación más grandiosos posibles. (…) 
No hay quien resista la fuerza dinámica del amor, es luz permanente en el cerebro y paz continua en el corazón.
En cualquier circunstancia la terapia más eficiente es amar. (…) 
La síntesis propuesta por Jesús en torno del amor, es de las más bellas psicoterapias que se conocen: Amar a Dios por encima de todas las cosas y al prójimo como a sí mismo, en una trilogía armónica. (…) 
Por tanto, ante cualquier situación, es necesario amar. 
No siendo amado, se debe amar. 
Cuando se ama se es libre, saludable y se despierta a la plenitud. (…) 
De este modo a través del amor, invencible amor, el ser se espiritualiza y avanza en la dirección del infinito, plenamente realizado, totalmente saludable, por tanto feliz.” 

(Párrafos de su libro: Amor, invencible Amor) 

Este desarrollo de Juana, nos ayuda a comprender mejor que la clave es amar, y agregan los espíritus: “Amaos e instruíos e aquí la llave de los cielos que en vuestras manos tenéis…”; la que abre las puertas a todas las conquistas más nobles del ser. 
Eduquémonos para amar, en un mundo donde late amenazante la violencia. 
Frente a quienes trabajan sin amor, educan sin amor, se vinculan sin amor, engendran sus hijos sin amor; donde la responsabilidad y el compromiso están ausentes; eduquémonos para amar. 
En un mundo en el que dormitan las conciencias, aturdidas en pasiones desenfrenadas, en el consumismo, en la sensualidad; eduquémonos para amar. 
Ante aquellos que buscan evadirse de la realidad, sumergidos en el vicio, la droga, el alcohol, alucinados; adolescentes, jóvenes y tantas almas perturbadas… eduquémonos para amar. 
Delante de los corazones fríos de indiferencia cruel; en los paisajes de la niñez violentada, desamparada, hambrienta de afecto y contención; eduquémonos para amar. 
En la falta de comprensión del verdadero sentido de la existencia, del vacío existencial que atormenta y deprime, o delante del odio, el crimen, la brutalidad que se manifiesta insensible; eduquémonos para amar. 
En medio del materialismo, la ambición desmedida, el egoísmo, el orgullo y las vanidades humanas; eduquémonos para amar. 
Y educándonos, también eduquemos, sembremos, divulguemos, estrechemos las manos en nombre del amor, rescatando, iluminando conciencias, liberándonos y liberando; fortaleciendo a los desvalidos, consolando. Perdonando, superando resentimientos, ejerciendo la paciencia, la tolerancia. Sanando, orientando, acompañando. Evangelizando y esparciendo las semillas del amor, que son luz en el camino de la felicidad, de la evolución. Ya que amar es nuestro derecho, pero también nuestro deber
Redacción
Material extraÍdo del boletín "HORIZONTES DE LUZ" 
Publicación de la Sociedad de Estudios Espiritistas “Juan Lastra” -ARGENTINA-

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