¿ Los Estigmatizados, son producto de un milagro , o de un fenómeno paranormal ?
Hay
sujetos que protagonizan una extraña clase de fenómeno, ciertamente
inquietante. Se trata de la aparición de estigmas o llagas
sangrantes sin una explicación física. Este es un antiguo fenómeno
que se ha relacionado siempre con los “milagros” a imitación de
las llagas de la crucifixión de Jesucristo,
y con lo “sobrenatural” debido a desconocerse otra explicación
para los mismos.
Su manifestación consiste en la aparición en el
cuerpo físico de una persona , de llagas, quemaduras o señales
rojizas, así como exudaciones sanguíneas de las mismas.
Generalmente se supone que reproducen las heridas que sufrió
Jesucristo en su pasión y muerte.
La
moderna Psiquiatría y
la Parapsicología sin
embargo, han llegado a la conclusión de que se trata de un
fenómeno natural, aunque raro, provocado
desde la propia mente del sujeto,
que fuertemente sugestionado o impresionado con una imagen, tiene
suficiente energía psíquica y poder mental , generalmente
inconsciente, como para plasmar sobre su propio organismo físico los
rasgos de dicha imagen. Esta puede estar en su mente impresionada
profundamente, por la que mentaliza conscientemente que van a
aparecer los estigmas , o debido a la enorme sugestión
inconsciente de su intenso fervor religioso, o bien porque una
sugestión externa se ha implantado en su mente, como ya ha sido
comprobado en algún caso de hipnotismo. Se han visto
experimentadores que mediante
un acto directo de su voluntad ,
hacen aparecer llagas y estigmas en el cuerpo de ciertas personas,
haciendo salir por ellos sangre y otros humores, para después
curarlos enseguida por un nuevo acto de voluntad contrario al
anterior. Este extraordinario e infrecuente suceso viene a demostrar
como la sola voluntad humana es capaz de actuar sobre la materia,
hasta el punto de poder destruir o reparar tejidos vivos.
P.Pio de Pietrelcina |
Entre los
mas famosos estigmatizados en la Historia, y han sido bastantes,
tenemos por ejemplo a Teresa Neuman
y al P.Pío de Pietrelcina.
- Jose Luis Martín-
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“Desgraciadamente, la
opinión tiene más fuerza que la verdad”.
-
Estobeo -
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DEBER Y LIBERTAD
¿Qué hombre, en las horas de silencio y de recogimiento, jamás interrogó la naturaleza y su propio corazón, pidiéndoles el secreto de las cosas, el por qué de la vida, la razón de ser del universo? ¿Dónde está el que jamás procuró conocer su destino, levantar el velo de la muerte, saber si Dios es una ficción o una realidad? No es propio del ser humano, aún siendo tan despreocupado, que nunca se hubiera planteado estos problemas temibles. La dificultad en resolverlos, la incoherencia y la multiplicidad de las teorías que originaron, las consecuencias deplorables que emanan de la inmensa mayoría de los sistemas desarrollados, todo este conjunto confuso, cansando el espíritu humano, le llevó a la indiferencia y al escepticismo.Sin embargo, el hombre necesita saber; necesita el rayo que alumbra, la esperanza que consuela, la certeza que guía y que sostiene. Y tiene también el medio de conocer, de ver la verdad, de librarse de tinieblas e inundarlo de su benéfica luz. Para eso, él mismo debe desprenderse de sistemas preconcebidos, descender, escuchar esa voz interior que habla a todos nosotros y que los sofismas no pueden engañar: la voz de la razón, la voz de la conciencia.
Así hice yo. Mucho tiempo reflexioné; medité sobre los problemas de la vida y de la muerte; con perseverancia sondeé estos abismos profundos. Dirigí a la eterna sabiduría un llamamiento ardiente, y me respondió, como responde a todo Espíritu animado del amor al bien. Pruebas evidentes, hechos de observación directa vinieron para confirmar las deducciones de mi pensamiento, para ofrecer a mis convicciones una base sólida e inquebrantable. Después de haber dudado, creí; después de haber negado, vi. Y la paz, la confianza y la fuerza moral crecieron en mí. Son los bienes que, en
la sinceridad de mi corazón, deseoso de ser útil para mis semejantes, vengo para ofrecer a los que sufren y los que desesperan.
Jamás la necesidad de luz se hizo sentir de forma más urgente. Una transformación inmensa se produce en el seno de las sociedades. Después de haber estado sometido durante largos siglos a los principios de autoridad, el hombre mismo aspira, cada vez má a sacudir toda traba, a gobernarse. Al mismo tiempo que las instituciones políticas y sociales se modificaban, las creencias religiosas y la fe a los dogmas se debilitaron. Es todavía una
de las consecuencias de la libertad en su aplicación a las cosas del pensamiento y de la conciencia. La libertad, en todos los dominios, tiende a sustituir a la coacción y a la autoridad, a guiar a las naciones hacia un horizonte nuevo. El derecho de algunos se convirtió en el derecho de todos; pero, para que este soberano derecho esté conforme con la justicia y lleve sus frutos es necesario que el conocimiento de las leyes morales venga a regular su ejercicio. Para que la libertad sea fecunda, para que ofrezca a las obras humanas una base segura y duradera, debe ser completada por la luz, la sabiduría, la verdad. La libertad, para hombres ignorantes y viciosos, ¿no es como un arma poderosa en las manos de un niño? El arma, en este caso, a menudo se vuelve contra quien la lleva y le hiere.
"El porqué de la Vida"
Léon Denis
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" El trabajo aleja de nosotros tres grandes
males: el hastío, el vicio y la necesidad"
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SINTOMAS DE MEDIUMNIDAD
La mediumnidad es una facultad inherente a todos los seres humanos, que algún día aparecerá de forma más ostensiva, de la que ocurre en el presente momento histórico.
Muchas enfermedades de difícil diagnóstico, por la variedad de síntomas, tienen sus raíces en los disturbios de la mediumnidad de prueba, esto es, aquélla que se manifiesta con la finalidad de invitar al espíritu a rescates aflictivos de comportamientos perversos o daños realizados en existencias anteriores. Por ejemplo, en el área física: dolores en el cuerpo, sin causa orgánica; cefalalgia periódica, sin razón biológica; problemas de sueño –insomnio, pesadillas, pavores nocturnos con sudor-; taquicardias, sin motivo justo; colapso periférico sin ninguna disfunción circulatoria, constituyendo todos ellos o apenas algunos de ellos, perturbaciones que derivan de la mediumnidad en surgimiento o con sintonía desequilibrada.
A medida que se perfeccionan los sentidos sensoriales, favoreciendo con más amplio caudal de comprensión del mundo objetivo, se amplía la embrionaria percepción extrafísica, motivando el surgimiento natural de la mediumnidad.
No pocas veces, es detectada por características especiales que pueden ser confundidas con síndromes de algunas psicopatologí as que, en el pasado, eran utilizadas para combatir su existencia.
No obstante, gracias a los notables esfuerzos y estudios de Allan Kardec, así como de una pléyade de investigadores de los fenómenos paranormales, la mediumnidad viene siendo observada y perfectamente aceptada con respeto, con respecto a benditas contribuciones que faculta al pensamiento y al comportamiento moral, social y espiritual de las criaturas.
Sutiles o vigorosos, algunos de esos síntomas permanecen en determinadas ocasiones generando mal estar y sinsabor, inquietud y trastorno depresivo, en cuanto que, en otros momentos surgen en forma de exaltación de la personalidad, sensaciones desagradables en el organismo, o antipatías injustificables, animosidades mal disfrazadas, como consecuencia de la asistencia espiritual de que se es objeto.
En el comportamiento psicológico, aún se presentan: ansiedad,
fobias variadas, perturbaciones emocionales, inquietud íntima, pesimismo, desconfianzas generalizadas, sensaciones de presencias inmateriales –sombras y bultos, voces y tocamientos- que surgen inesperadamente, en tanto que desaparecen sin ninguna medicación, representando disturbios mediúmnicos inconscientes, que son provocados por la captación de ondas mentales y vibraciones que sintonizan con el periespíritu del enfermo, procedentes de entidades sufridoras o vengadoras, atraídas por la necesidad de rehacer los conflictos en que ambos –encarnado y desencarnado- se ven envueltos.
fobias variadas, perturbaciones emocionales, inquietud íntima, pesimismo, desconfianzas generalizadas, sensaciones de presencias inmateriales –sombras y bultos, voces y tocamientos- que surgen inesperadamente, en tanto que desaparecen sin ninguna medicación, representando disturbios mediúmnicos inconscientes, que son provocados por la captación de ondas mentales y vibraciones que sintonizan con el periespíritu del enfermo, procedentes de entidades sufridoras o vengadoras, atraídas por la necesidad de rehacer los conflictos en que ambos –encarnado y desencarnado- se ven envueltos.
Esos síntomas, generalmente pertenecientes a los capítulos de obsesiones simples, revelan la presencia de facultad mediúmnica en desarrollo, requiriendo los cuidados pertinentes a su educación y práctica.
Sin embargo, no todos los individuos en los que se presentan síntomas de tal porte, necesitan ejercitar la facultad de que son portadores. Después de la conveniente terapia que es enseñada por el estudio del Espiritismo y por la transformació n moral del paciente, que se hacen indispensables al equilibrio personal, recuperan la armonía física, emocional y psíquica, prosiguiendo, con otra visión de la vida y diferente comportamiento, para que no le acontezca nada peor, conforme elucidaba Jesús, después del atener y la recuperación de aquéllos que Lo buscaban y tenían el cuadro de sufrimientos anterior.
Sin embargo, gran número de portadores de mediumnidad, tienen un compromiso con la tarea específica, que le exige conocimiento, ejercicio, abnegación, sentimiento de amor y caridad, a fin de atraer a los espíritus nobles, que se encargarán de auxiliar a cada uno de en el trabajo del ministerio iluminativo.
Trabajadores de última hora, nuevos profetas, transformándose en los modernosobreros del Señor, están comprometidos con el programa espiritual de modificación personal, así como de la sociedad, con vistas a la Era del Espíritu inmortal que ya se encuentra en sus cimientos afincados en la corteza terrestre.
Cuando sin embargo, los disturbios permanecen durante el tratamiento espiritual, conviene que sea tenida en consideración la psicoterapia consciente, a través de especialistas propios, con el fin de auxiliar al paciente-médium a realizar el auto descubrimiento, liberándose de los conflictos y complejas perturbaciones, que son consecuencia de experiencias infelices tanto del ayer como del hoy.
El esfuerzo por el perfeccionamiento interior aliado a la práctica del bien, abre los espacios mentales a la renovación psíquica, que se enriquece de valores optimistas y positivos que se encuentran en el Espiritismo, favoreciendo a la criatura humana con la alegría de vivir y de servir, al tiempo que la misma adquiere seguridad personal y confianza irrestricta en Dios, avanzando sin cualquier impedimento rumbo de la propia armonía.
Naturalmente, cuando se está encarnado, el proceso de crecimiento espiritual ocurre por medio de factores que constituyen el tejido celular, que siempre puede padecer enfermedades, desconciertos, problemas que forman parte de la psicoesfera terrestre, dentro de la condición evolutiva de cada uno.
La mediumnidad, sin embargo, ejercida noblemente, se transforma en bandera cristiana y humanitaria, conduciendo mentes y corazones al puerto de seguridad y de paz.
La mediumnidad, por tanto, no es un trastorno del organismo. Su desconocimiento, la falta de atención a sus impositivos, generan disturbios que pueden ser evitados, o cuando se presentan, reciben la conveniente orientación para que sean corregidos.
Tratándose de una facultad que permite el intercambio entre los dos mundos –el físico y el espiritual- proporciona la captación de energías cuyo tenor vibratorio corresponde a la calidad moral de aquéllos que la emiten, así como de aquellos otros que las captan y transforman en mensajes significativos.
En este capítulo, no pocas enfermedades se originan de este intercambio, cuando proceden de las vibraciones de entidades enfermas o perversas, que perturban el sistema nervioso de los médiums incipientes, produciendo disturbios en el sistema glandular e incluso afectando el inmunológico, facultando el campo para la instalación de bacterias y virus destructivos.
La correcta educación de fuerzas mediúmnicas proporciona equilibrio emocional y fisiológico, aportando salud integral a su portador.
Es obvio que no impedirá la manifestación de los fenómenos consecuentes de la Ley de Causa y Efecto, de los que necesita el espíritu en su proceso evolutivo, pero facultará la tranquila conducción de los mismos sin daños para la existencia, que proseguirá en clima de armonía y salud, a pesar de los acontecimientos impuestos por la necesidad de evolución personal.
Cuidadosamente atendida, la mediumnidad proporciona bienestar físico y emocional, contribuyendo para mayor captación de energías revitalizantes, que alzan la mente a las regiones felices y nobles, de donde se pueden obtener conocimientos y sentimientos inhabituales, que embellecen el espíritu y lo enriquecen de belleza y de paz.
Superados, por tanto, los síntomas de inicio de la mediumnidad, surgen las responsabilidades ante los deberes que irán a constituir el clima psíquico dichoso del individuo que, comprendiendo la magnitud de la situación, crecerá interiormente rumbo del Bien y de Dios.
Mensaje de Manuel Philomeno de Miranda, psicografiado por el médium Divaldo P. Franco, en la reunión mediúmnica realizada en el Centro Espírita en la ciudad de Paramirim (BA), Brasil, el 10 de julio de 2000.
Extraído del libro "Reencontro com a vida".
Traducido por Xavier Llobet
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
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