martes, 17 de junio de 2014

Influencia del Espiritismo en el progreso

 Influencia del Espiritismo en el progreso.
                     

. ¿Llegará el Espiritismo a ser una creencia común, o continuará siendo sólo el patrimonio de algunas personas? 


- Por cierto que llegará a ser una creencia común y señalará una nueva era en la historia del género humano, porque está en la Naturaleza y también porque han venido los tiempos en que debe tomar su puesto entre los conocimientos humanos. Sin embargo, habrá que sostener grandes luchas, más aún contra los intereses que contra la convicción, porque no hemos de ocultar que existen personas interesadas en combatirlo, unas por amor propio y otras por causas enteramente materiales. Pero, puesto que sus contradictores se van quedando cada vez más solos, pronto se verán obligados a pensar como todo el mundo, so pena de ponerse en ridículo. Sólo a la larga se transforman las ideas y nunca lo hacen de súbito. Se debilitan con el paso de las generaciones y concluyen por ir desapareciendo poco a poco junto con quienes las profesaban, y que son reemplazados por otros individuos imbuidos de principios diferentes, tal como acontece con las ideas políticas. Ved, por ejemplo, el paganismo. Por cierto que no hay nadie que hoy profese las ideas religiosas de aquellos tiempos. No obstante, muchos siglos después del advenimiento del Cristianismo dejó huellas que sólo la completa renovación de las generaciones pudo borrar. Lo propio ocurrirá con el Espiritismo. Está realizando muchos progresos, pero habrá todavía, durante dos o tres generaciones, un fermento de incredulidad que sólo el tiempo logrará disipar. A pesar de esto, su marcha será más rápida que la del Cristianismo, porque éste le va abriendo camino y el Espiritismo se apoya en él. El Cristianismo tenía que destruir. El Espiritismo sólo ha de edificar

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS
ALLAN KARDEC.
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Pestalozzi
 EDUCACIÓN Y LIBERTAD
Kardec  nos aconsejó, que soñemos  con un orden social más justo, para trabajar en la construcción de la base del edificio,  sin pensar en colocarle  la cúpula.  Esclareció que esa base debe estar formada  por la fraternidad en su más pura acepción, más advirtió que no adelanta  decretar la fraternidad ni escribirla en una bandera: será  preciso colocarla en el corazón de los hombres,  por la extirpación del  egoísmo y del  orgullo que ahí moran  aun. En el  estudio titulado Libertad, Igualdad, Fraternidad, el Codificador apunta la distinción entre libertad legal y libertad natural, enseñando que la segunda es imprescriptible para toda criatura humana;  podemos inferir, por tanto, que solo la primera queda  susceptible a las restricciones culturales.   El  demuestra que la libertad es hija de la fraternidad y de la  igualdad  y que, si la reunión de esos tres elementos,  el edificio social queda  incompleto. Advierte que, sin la fraternidad,  la libertad se torna en libre curso para todas las malas pasiones, y la igualdad conduce  al dislocamiento  del despotismo: bajo el  pretexto de igualdad, el pequeño rebaja al grande,  para tomar  el lugar,  y se torna tirano por su vez.    El trabajo que debemos desenvolver: eliminar el egoísmo y desarrollar la humildad; no es fácil, más no podemos desanimarnos, creyendo en la   imposibilidad de atender a esa meta. El Codificador seña  aun que la aspiración humana  por un orden mejor de cosas es indicio de la posibilidad  de alcanzarla y concluye: “A  los que son progresistas cabe acelerar ese movimiento por medio del estudio y de  la utilización de los medios  eficientes.”(1)      
Hoy, lo que se hace más necesario es que, viviendo en sociedades, los hombres alcancen una vida de inter-relación más consciente  y responsable,  aplicando su potencial  intelectual en la búsqueda de soluciones para los problemas reales de la colectividad que los abriga. Eso es más urgente que la formación de científicos individuales que apliquen su inteligencia  a descubrimientos particulares. Los descubrimientos individuales son importantes, porque cada avance de la ciencia significa el dominio de tecnología más apurada que facilita  la vida  de la criatura en la Tierra, más, considerando las dificultades que se presentan en la intimidad de los hogares y en el seno de los grupos que componen los aglomerados urbanos, sentimos que precisamos atender esa conciencia de la responsabilidad que nos cabe en el plano social.
La Doctrina Espirita instituye una nueva visión del mundo y del hombre, que debe fundamentar una nueva forma de educación. Será preciso, desde  temprano, colocar al niño en contacto  con un medio rico en estímulos, apoyar sus descubrimientos, incorporar la diversión y el juego de las actividades pedagógicas diarias y alentar la formación de grupos, por medio de los cuales cada uno podrá aprender a compartir sus adquisiciones. Más hay otros aspectos a considerar en cuanto a las energías que nos envuelven y producen efectos sobre nuestros pensamientos.
Los estudios espiritas muestran que las manifestaciones de la naturaleza y de la vida se resumen a vibraciones más o menos rápidas y extensas, conforme a las causas que las producen. Todo vibra en el Universo: la luz, el sonido, el calor, la electricidad.los rayos químicos, las emisoras de radio, todo en fin, son diferentes modalidades de  ondas de energía primitiva, llamada por Kardec “fluido  Cósmico Universal”. El Universo puede ser interpretado como un todo dinámico que expresa el pensamiento del Creador. El Hombre, creado a imagen y semejanza  de Dios, es dotado también de la capacidad de mentalizar y cocrear, utilizando los recursos intrínsecos a  la vida y al ambiente en que se encuentra. Como afirma André Luiz. “En los fundamentos de la Creación vibra el pensamiento inmensurable del Creador y sobre ese plasma divino vibra el pensamiento mensurable de la criatura, para constituirse   en vasto océano de fuerza mental en el que los poderes del Espíritu se manifiestan.” (2)
Cada Espíritu posee una irradiación más o menos luminosa, conforme  su grado de adelantamiento.  El pensamiento es expresión de energía mental. El imprime las moléculas del cerebro movimientos vibratorios de variada intensidad y, exactamente  como el sonido y la luz, se imprime por vibraciones que se propagan por el espacio con intensidades diferentes. Las vibraciones de los cerebros pensantes, de encarnados o desencarnados, se cruzan al infinito, sin confundirse.
A  nuestro alrededor, pasan corrientes de ideas y ondas de pensamientos que las personas más sensitivas pueden captar. El pensamiento es el agente esencial de todas las realizaciones en el plano físico. Nos hallamos todos sumergidos en un mismo océano de   sutil energía, más por la acción de nuestra voluntad, construimos a nuestro alrededor un halo vital caracterizado por los pensamientos que nos son habituales (aura).

Exteriorizamos continuamente una corriente de partículas mentales, cuya potencia depende de nuestra capacidad de concentración y del tenor de persistencia en el rumbo de los objetivos deseados. Este ambiente energético que nuestros pensamientos  crean a nuestro alrededor tienen la capacidad  de atraer elementos de corrientes mentales  a las que se asemejan, y esa energía que elegimos estar sumergidos interfiere en nuestra economía psíquica, creando impulsos que favorecen o atrapan nuestra evolución dependiendo de la dirección que elegimos dar a nuestros pensamientos.

Podemos ampliar aun más nuestra comprensión, percibiendo que cada agrupamiento humano posee también un ambiente  energética con las características peculiares de los individuos que lo componen. Las instituciones tienen, pues, su aura que puede favorecer o  dificultar los caminos de los individuos que a ella se vinculan. Pensando en eso, imaginamos que una escuela precisaría  cuidar de esa ambiente  energético, tornándolo factor de incentivo para el crecimiento del potencial de los educadores. Eso solo podría  darse, si los profesores y demás profesionales envueltos con la institución  estuviesen informados  a respecto de la importancia  de la contribución energética que está trazando y asumiesen un compromiso con su propio trabajo de crecimiento espiritual.

André Luiz nos trae otras informaciones bastantes interesantes sobre eso (3). En determinado momento de sus tareas, orientado por Aniceto y acompañado por Vicente,  tiene la oportunidad  de observar desde lo alto grandes núcleos   sombríos descolocándose en las calles  o envolviendo determinados edificios. Aniceto esclarece que “son zonas de materia mental inferior, materia que es expelida  incesantemente por cierta clase de personas (…) “compara eso a las bacterias producidas por un cuerpo enfermo, afirmando haber larvas mentales producidas  por mentes enfermas, pudiendo causar enfermedades en el cuerpo.  Señalada la importancia de la fe religiosa en la creación de un estado positivo  de confianza, optimismo y de ánimo sano en la mente de los encarnados, anulando las posibilidades de contagio inferior.

Una institución destinada a la educación precisaría estar protegida de esas nubes oscuras, cuya presencia debe, sin duda, dificultar cualquier actividad humana, cuanto más   aquel que objetiva el desenvolvimiento de los potenciales anímicos de  las criaturas. Destacamos, en  la orientación de Aniceto, el estado de espíritu que nos preserva del contagio de esas energías negativas: el estado positivo de confianza, optimismo y ánimo sano. Directores, supervisores y profesores precisaran estar siempre atentos en cuanto a los propios pensamientos, manteniendo esa atmosfera psíquica favorable  para que su contribución en la formación de la psicosfera   de la escuela sea la mejor posible.

Aun con André Luiz, vamos a aprender otros aspectos que acrecientan valioso material  a nuestras reflexiones  (4). En la visita al Hogar de Adelaida, recibe el informaciones sobre el  ambiente de la institución, trazando esclarecimientos que de cierto nos interesan. Afirmó el Instructor Jerónimo que aquella organización era campo propicio para las mejores trabajos del espíritu  y André Luiz observa: “En todos los compartimientos había luz de nuestro plano, indicando la abundancia de pensamientos saludables y constructivos de todas las mentes que allí se entrelazaban en la misma comunión del ideal. “Una joven colaboradora espiritual de la casa, Irene, notifica que  el salón de las reuniones públicas era el local que forzaba al equipo a un trabajo más arduo, porque los encarnados menos esclarecidos que comparecían al recinto traían semanalmente emanaciones mentales perjudiciales al ambiente y explico: “(…) los pensamientos ejercen vigoroso contagio y se hace imprescindible aislar a los prestigiosos colaboradores de nuestra tarea, librándolos de ciertos principios destructores o disolventes.”

André Luiz se extraño que el numero de colaboradores espirituales fuese tan grande, en contraposición al de las criaturas asistidas por la institución, más Irene esclareció que la obra no se dedicaba exclusivamente a las necesidades del estomago y del intelecto de la infancia desamparada, más también se destinaba a la evangelización y, para infundir espiritualidad superior a la mente humana, sería importante aprovechar instituciones como aquella en que se encontraban, para funcionar como un difusor de ideas saludables, por los valores de solidaridad cristiana que ofrecía. Ella acrecentó:”La fundación es mucho más que que  almas, que cuerpos, mucho más de pensamientos eternos que de cosas  transitorias. “E, enseguida, trazo una información que nos pareció muy buena, cuando menciona el hecho de que las instituciones creadas con fundamento en otras interpretaciones del Cristianismo, aunque realicen importante  trabajo en pro de los que sufren el desamparo, no ofrecen el mejor ambiente al trabajo de iluminación de la mente humana, porque “(…)  las concepciones espirituales  no se desenvuelven, que son tímidos en el molde de tiránicos dogmas obsoletos ".

Una institución espirita tiene, pues, la posibilidad de crear el ambiente ideal al trabajo de iluminación del ser humano, por la liberación del pensamiento dogmatico que amarra e impide realizaciones mejores. Hay personas, con todo que, al tornarse espiritas, apenas cambian algunos rótulos: cambian cielo por Nuestro Hogar, infierno por Umbral, resurrección por reencarnación, hostia por agua fluidificada, más mantienen la inflexibilidad dogmatica que impide a ellas mismas  el uso consciente del libre albedrio.

Precisamos meditar sobre  nosotros mismos, considerando nuestra necesidad de reeducación y de liberación de las cadenas interiores, para poder crear el clima propicio   para una educación libertadora.

Una receta interesante para quien trabaja con la educación  es dada por Ruben Alves: “(…) me  gustaría que nuestros currículos fuesen parecidos con la “Banda”, que hace a todo el mundo marchar, sin mandar, simplemente por hablar cosas de amor. ¿Más donde,  están en nuestros currículos, las cosas de amor? Me gustaría que ellos se  organizasen en las líneas del placer: que hablasen de las cosas  bellas, que enseñasen Física con las estrellas, cometas, las tapas y mármoles, con la química culinaria, la biología, con jardines y acuarios, Política con el juego del Ajedrez, que hubiese la historia cómica de los héroes, las crónicas de los errores de los científicos, y que el placer  y sus técnicas fuesen objeto de mucha meditación y experimentación… Mientras la sociedad feliz no llega que haya por lo menos fragmentos de futuro en el que la alegría es servida como sacramento, para que los niños aprendan que el mundo puede ser diferente. Que la escuela, ella misma, sea un fragmento del futuro”.(5)

 A respecto de eso vale la pena citar con Emmanuel:

“Acuérdate  de que vives, donde te encuentras, por iniciativa del Poder Mayor que nos súper visiona  los destinos y guardemos lealtad a las obligaciones que nos rodean. Y, actuando incesantemente en la extensión del bien, en el campo de lucha que la vida nos confía, esperemos por nuevas decisiones de la Ley a nuestro respecto, porque la propia Ley nos elevará de plano y nos sublimará las actividades en el momento oportuno.” (6)

Traducido al español `pr  M. C. R extraído de “Red Amigo Espirita”

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SI ABRAZAMOS   EL ESPIRITISMO POR IDEAL NO PODEMOS NEGARLE FIDELIDAD…

Si abrazamos el Espiritismo  por ideal no podemos negarle la lealtad.
La fidelidad doctrinaria resuena como algo vacio para los que no tienen compromiso con Jesús y Kardec. La lealtad a Kardec incide en la observancia de los preceptos anotados, contenidos   y cimentados en la Codificación, cuyos preceptos fundamentales fueron sustentados por los Espíritus Superiores. Una Institución Espirita  tiene que trabajar como legítimo pronto socorro espiritual, como un refrigerio a favor de las almas desaliñadas, y no como recinto de espejismo e ilusiones. El adecuado reducto kardeciano tiene que estar preparado para abrigar a un contingente cada vez mayor de personas sumergido en el fango de sus propias crisis morales, que yacen en los valles nebulosos  de la ignorancia.
Los núcleos espiritas reflejan la índole  y conciencia doctrinaria de sus dirigentes. Instituciones que adoptan practicas “doctrinarias” que chocan con los postulados Kardecianos  no es una casa genuinamente espirita.
El Espiritismo  nos presenta un nuevo orden religioso que necesita ser resguardado. La Codificación es la respuesta archivada de los Espíritus superiores a las cuestiones del hombre afligido en la Tierra, conduciéndolo al encuentro  del Creador. Entendemos que protegerla de la arrogancia de los novedosos  y de las propuestas vaporosas de los que la desconocen, es obligación de todos  nosotros.
Si adoptamos el Espiritismo, por ideal cristiano, no podemos negarle fidelidad. El espolio de la tolerancia no puede  actuar por la omisión ante injertos anormales y métodos irregulares  que seres incautos planean infligir, sobre todo en las sinuosidades del Movimiento Espirita.
No estamos disertando sobre la defensa intransigente de los postulados espiritas, y ni proponiendo rígida igualdad de metodologías, sin la debida consideración a los grados distintos de  evolución en que maduran las personas.
Sería contraproducente enredarnos por los atajos de los extremismos injustificables. Es obvio que no podemos transformar la defensa de  la fidelidad doctrinaria en uniformización  estanque de ejercicios que pueden bloquear la creatividad natural, ante el libre albedrio de cada cual.  Aunque  rebatamos actitudes extremas, no podemos abrir la mano de la prudencia  preceptuada por la pureza de los postulados espiritas.  No hesitemos, pues, cuando la situación se imponga, y estemos alerta sobre la fidelidad que debemos a Jesús y a KARDEC.  Es importante no olvidemos que en los sutiles consentimientos vamos des caracterizando la programación del Consolador Prometido.
Es imprescindible conservar el Espiritismo según lo heredamos del Codificador,  conservando el fulgor de sus conceptos, la claridad de sus contenidos, no consintiendo que se le alije  ideas nocivas, que solamente irán a embarazar a los ingenuos y a los pocos informados de sus lecciones.
En el Espiritismo, Cristo despunta como sublime y magnánimo conductor de corazones y el evangelio brilla como el Sol para iluminar a todas las conciencias. Recordemos que KARDEC transmitió a la humanidad el mejor de todos embalajes (fidelidad doctrinaria) al grandioso presente que es la Doctrina de los espíritus, y todos aquellos que tienen como base el aliciente del amor pueden, hasta, coexistir con cualquier obra o filosofía, que permanecerán blindados contra los agentes de las influenciaciones inquietantes.
Jorge Hessen


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