lunes, 28 de abril de 2014

Lo que es el Espiritismo

                  LO QUE ES EL ESPIRITISMO
 El Espiritismo vino a llenar un vacío en el siglo XIX, cuando el indiferentismo amenazaba con invadir a las masas, cuando el ateísmo se acurrucaba dentro de los gabinetes de física y química, recogiéndolo el sabio como la salvaguardia de su clara razón amenazada continuamente para supeditarla en las religiones positivas con su infierno eterno y sus recompensas eternas; ha venido una preciosa flor, que con su penetrante aroma da esperanza al triste, regeneración al desgraciado, fuerzas al débil y voluntad al fuerte para seguir con glorioso paso las escabrosidades del camino de la vida.
    Esta preciosa flor lleva un mundo de amor, que es fuente de vida, es la que dice continuamente a los seres que pueblan este Planeta por medio de sus intérpretes, los miles y miles de espíritus que nos rodean: en la eternidad de los tiempos nada se pierde, nada pasa desapercibido, todo queda fotografiado en la eterna vida de tu alma, en tus manos está el porvenir, vienes de algo y vas al progreso indefinido.
    Esto es a lo que ha venido el Espiritismo: a quitarnos el tupido velo que nos impedía comprender el porqué de nuestra vida, el porqué de nuestra muerte, el porqué de nuestros goces, el porqué de nuestras alegrías, el porqué de esos seres tan desgraciados como sufridos que tan solo han venido a la Tierra para penar, y el porqué de esos otros, que, si bien no tienen toda la felicidad tal cual sueña la fantasía, sin embargo poseen una felicidad relativa, grande en comparación a la desgracia de aquellos. Su levantada moral y su sana lógica descansando en hechos prácticos y convincentes, ha envuelto a todo el mundo con este fluido bienhechor, con este fluido que incita al hombre  a sacrificarse por su ideal, es necesario ese fluido, que cuando cae un ser al abismo le da fuerzas para levantarse y seguir hasta la consecución de su fin, ese fluido llamado esperanza que fortalece la fe en nuestro porvenir.
    Si supiésemos todo el bien que esta doctrina, o más bien ciencia, hace y ha hecho a la humanidad, ni un momento descansaríamos para propagar sus indiscutibles verdades, que son sin duda las que satisfacen en todo a la razón, verdadero guía de nuestros pasos en la Tierra. Sus enseñazas están tan de acordes con la idea que tenemos de esta gran causa que rige los mundos, llamada Dios; sus doctrinas están íntimamente enlazadas con lo que sienten nuestros corazones, son admitidas por el sabio que en sus horas de trabajo pide al cielo recompensa, del artista y del poeta que le pide inspiración, el desesperado que con sus contrariedades continuas le han hecho alzar la vista al firmamento y decir con toda la fe de su alma basada en la razón: ¡ Allí, allí está la verdadera vida, allí está la recompensa de mi resignación y de mi bondad practicada !
    El sabio y el ignorante, el rico y el pobre todos han encontrado en esa fuente agua para saciar su sed, todos han leído en este gran libro llamado Espiritismo, que va aumentando su volumen a medida que la humanidad avanza en la florida senda del progreso. El Espiritismo ha llenado todos los deseos, sus profundas verdades han convencido a muchos escépticos, porque han visto que el Espiritismo era el ancla salvadora que estaba llamada a salvar del naufragio a la humanidad que irremisiblemente iba a caer por su ateísmo o indiferencia.
    Hay seres que por su rebeldía y por su misma pena no creen en nada y nada esperan, la vida les agobia como carga demasiado pesada, su escepticismo lo llevan hasta el extremo de no creer ni en la bondad ni en el amor; y el sabio ateo que llega al fin de su carrera y ve todo su su trabajo, su gran laboriosidad perdida, sin esperar recompensa de sus continuos sacrificios, sin que le quede nada de lo que ha aprendido, perdiéndose todo en la materia;y dos amantes que es tanto lo que se aman, que su amor ha llegado a traspasar los límites de lo material y cuando la parca fiera viene a cortar el hilo de una de las dos existencias, se rompe ese amor que era su felicidad. Si los habéis visto, si vuestras lágrimas se han juntado para consolarlos en su dolor, no les dejéis, iniciadles en el Espiritismo, que al mismo tiempo que les da resignación a sus penas y esperanzas en su porvenir, les hace ver que los sufrimientos, que las penas de hoy responden a las faltas cometidas en anteriores existencias, que todo tiene un fin, como todo lleva el sello de la bondad divina.
    El Espiritismo nos enseña y nuestra razón nos dice que tiene que haber otra vida después de esta, que estos adelantos prematuros, que estos tardíos progresos y que estos salvajes instintos que se observan en los hombres que pueblan el Planeta Tierra, tienen que venir de otros puntos, porque en una sola existencia es imposible tanto desarrollo intelectual y moral en unos, y tanta perversidad en otros, así como no es posible hacer un buen hombre de un cafre. Algo tiene que haber en nosotros que sobreviva al cuerpo, porque si no fuera así como consecuencia lógica se negaría la existencia de Dios superior a todo lo creado. Lo nada no puede haber creado algo, su misma palabra lo dice: nada, una cosa que no tiene cuerpo, que no posee voluntad, porque si la tuviera entonces dejaría de ser nada. Por eso encontramos en esta naturaleza Divina, se llame Dios, Alá u otro nombre, la verdadera causa, derivando de ella todos esos efectos que en la naturaleza vemos continuamente reproducidos.
    Estas inteligencias tan precoces que a menudo tenemos ocasión de observar, nos lo demuestran claramente. Estos defectos físicos que continuamente observamos en seres que parece que solo han venido a sufrir y ningún mal han hecho a la humanidad, nos prueban que hemos tenido otras existencias en las cuales hemos hecho más o menos bien, más o menos daño, y que, siguiendo la ley del progreso que tiene que ser inmutable, vamos purificándonos por medio de las existencias que tenemos, al fin de alcanzar la perfección suprema que es nuestro punto de partida.
    Estas verdades hay que hacer esfuerzos para que fructifiquen, es menester que todos a una trabajemos para conseguir que reine en este mundo la fraternidad madre de todas las virtudes.
    No soseguemos, pongamos continuamente de relieve ese gran libro llamado ESPIRITISMO a fin de quitar de este mundo la superstición, el fanatismo y la indiferencia, plagas que amenazan invadirlo todo.
    ALLAN KARDEC, nuestro maestro nos mira, algo espera de nosotros, sabe que las convicciones cuando únicamente se sostienen dentro del hogar doméstico y aún allí con cierto temor no se arraigan, porque el hombre para hacer prosélitos de su causa, ha de tener el entusiasmo que le produce el conocimiento de la verdad.
    Es necesario, es imprescindible que se trabaje para progresar. Si las humanidades siempre hubiesen permanecido pasivas todo estaría en germen, nada se habría desarrollado.
    Si se quiere que el desgraciado sea consolado en su aflicción, y el pobre debidamente auxiliado, enseñemos la ciencia espírita, chispa de luz desprendida del cielo para iluminar a la triste humanidad.
    ¡ Todo por la verdad !
(Del libro " La Luz del Porvenir", de AMALIA DOMINGO SOLER, artículos publicados en la revista " La Luz del Porvenir" y recopilados por el Centro Espírita " La Luz del Camino" de Orihuela, Alicante - España)

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         FACTORES DE LA DELINCUENCIA

Hay que distinguir en el hombre, según el Espiritismo, dos elementos bien distintos: el cuerpo y el espíritu, que están unidos por un tercer elemento que sirve de vínculo de relación entre ambos – el periespiritu.

El espíritu es la esencia, el cuerpo la forma; el primero es el autor, el segundo es el instrumento. Ambos se influencian recíprocamente en proporción de sus respectivas fuerzas, conforme el mayor o menor adelantamiento del espíritu, o sea su fuerza consciente.

Así lo explica, Allan Kardec, en el capítulo del Libro de los Espíritus, donde explica la influencia del organismo sobre el espíritu, en los siguientes parágrafos:

¿Uniéndose al cuerpo, el espíritu se identifica con la materia?
Y los espíritus responden:

"La materia no es más que el envoltorio del espíritu, como el vestido del cuerpo. El espíritu uniéndose al cuerpo conserva los atributos de la naturaleza espiritual”.

¿Después de su unión con el cuerpo, el espíritu ejerce sus facultades con amplia libertad?
Y los espíritus responden:

La existencia de las facultades depende de los órganos que les sirven de instrumento; el grosor de la materia las debilita.”
el envoltorio material será obstáculo para la libre manifestación de las facultades del espíritu, como un vidrio muy opaco.
Se puede comparar también a la acción de la materia gruesa del cuerpo sobre el espíritu a la del agua lodosa que priva la libertad de los movimientos del cuerpo en ella sumergido.

 ¿De la influencia de los órganos puede inducirse una analogía entre el desenvolvimiento de los órganos cerebrales y el de las facultades morales e intelectuales?

Respuesta de los espíritus: “No se confunda el efecto con la causa. El Espíritu tiene siempre las facultades que le son propias. No son los órganos los que producen las facultades, más si estas las que determinan el desenvolvimiento de los órganos".

¿Se deduce de ahí que la diversidad de las aptitudes en el hombre depende únicamente del estado del espíritu?

Únicamente, no es el termino exacto. Las cualidades del espíritu, que puede ser más o menos adelantado, constituyen el principio. Cumple, sin embargo, se tenga en cuenta la influencia de la materia que dificulta, más o menos, el ejercicio de las facultades”
Al encarnar, el espíritu hace ciertas predisposiciones, y si para cada una se admite un órgano correspondiente en el cerebro, el desenvolvimiento será efecto y no causa. Si las facultades tuviesen principio en los órganos, el hombre sería una máquina, sin libre albedrio y responsabilidad en sus actos.
Sería preciso admitir que los mayores genios, sabios, poetas, artistas, lo son porque el acaso les dio órganos especiales; y a ahí se sigue que, sin ellos, no serían genios, y que el mayor de los imbéciles podría haber sido un Newton, un Virgilio, un Rafael, si fuese dotado de ciertos órganos.
Más absurda se torna la suposición, cuando se aplica las cualidades morales. Según ese sistema, S. Vicente de Paul, dotado de tal o cual órgano, podría haber sido un malvado, y al mayor de los desesperados le bastaría un órgano para ser Vicente de Paul.
Admítase al contrario, que los órganos especiales, si existen, son consecuencia, que se desenvuelve con el ejercicio de la facultad, como los músculos con el movimiento, y a nada irracional se llegará. Tenemos una comparación trivial, por fuerza es exacta. Por ciertas señales fisionómicas se conoce al hombre dado a la bebida; ¿serán ellos los que caracterizaran al ebrio o es la embriaguez la que origina las señales? Puede decirse que los órganos reciben el cuño de las facultades.

¿Podría dejar de existir el mundo corporal, o nunca haber existido, sin que se alterase la esencia del mundo espirita?
Respuesta:

" Si, pues son independientes, con todo es incesante la correlación entre ambos, pues actúan incesantemente uno sobre el otro”.
Siendo así, pues, en determinación o causa del delito, encontramos dos clases de factores en el propio individuo delincuente: las facultades del espíritu, y las influencias con las que la materia dificulta el ejercicio de ellas, o lo que viene a ser lo mismo; caracteres psíquicos y factores o caracteres anatómicos.

Veamos cómo son explicados por el Espiritismo, los caracteres psíquicos del criminal:

Son los más importantes y significan el atraso del espíritu. El hombre criminal es aquel en el cual encarnó un espíritu atrasado.

No hay necesidad de recordar toda la serie de caracteres psíquicos puestos en relieve por Lombroso, Marro, Ferri, Lacasagne etc. Todos se pueden reducir a una síntesis: inferioridad o atraso moral.

Atraso moral que no siempre significa atraso intelectual
El Espiritismo, sin embargo, al llevar el evolucionismo a otras vidas o encarnaciones, admite un nuevo factor psíquico.

Algunas veces, el espíritu desencarnado, intelectualmente progresista, lamenta haber caído en el mal, y, naturalmente, desea expiar sus culpas, vencer las sugestiones que lo dominaron en la encarnación pasada, y voluntariamente se presenta a la lucha por el progreso moral, para combatir en el propio ambiente en el que fue vencido, a fin de vencer, entonces, a su vez, armado de la experiencia y del deseo de progresar rápidamente.

Extraído de “LA Filosofía Penal dos Espíritas - Fernando Ortiz


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LE LLAMAN KARMA

La Ley de Causa y Efecto, nos hace ver que en la vida nada es fruto del acaso, y que siempre existe una relación entre lo que ha ocurrido y lo que viene enseguida.
“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa, todo sucede de acuerdo con la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida.”
La Ley de Causa y Efecto es una ley de vida que muchas personas no tomamos en cuenta, y que es realmente importante para poder lograr buenos resultados en todos los aspectos de nuestra vida. Es una ley que funciona perfectamente en todos los planos y trae a la realización todo lo que sembramos, tanto en pensamiento, palabra y acciones. Esto quiere decir que todo lo que hacemos pone en movimiento una causa y ésta trae una consecuencia, positiva o negativa, que dependerá de la causa puesta en movimiento. No existe el azar, la buena suerte o la mala suerte, sólo resultados.
- Rey Formoso -

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