Son muchos los hombres, que aman y adoran a Jesús, el Divino Maestro, se le ha llamado de muchas maneras, porque todos tenemos un Jesús especial en nuestro corazón. El apareció un día en nuestro horizonte y es una figura honorifica a la cual casi todos respetamos, El no puede estar exento en nuestras vidas, porque perderíamos el rumbo. Y, aunque hay muchos que no le conocen, ellos no son desconocidos para Jesús, porque hemos de recordar que somos sus ovejas, y ningún buen pastor deja a ninguna oveja perdida. Es por esa razón y la de que según sus propia s palabras de: “Es a través de mi que llegareis al Padre” si nosotros deseamos ignorarlo, El nos busca, a través, de todas las formas que sabemos cómo llegamos a El.
A veces lo hacemos, por una enfermedad, otras por los problemas que sabemos son propios del hombre y que representan sus angustias y pesares, lamentablemente la mayoría lo hacemos por el dolor, solo cuando adolecemos por las cosas que son difíciles de solucionar, o que no tienen solución, es cuando pensamos en algo sublime, algo por encima de nuestra capacidad y de la de cualquier ser humano, cuando recurrimos al socorro divino.
Jesús es el Ser más notable de la Historia de la Humanidad. Jesús separa el lado oscuro de la sociedad y de las criaturas, iluminando las conciencias con la propuesta de la liberación por medio del conocimiento de la Verdad e integración en los postulados soberanos del amor.
Incomprendido, asediado por la astucia y la perversidad, perseguido tenazmente, jamás se dejó atemorizar o desviar del objetivo para el cual había venido. Jamás la Humanidad volverá a vivir días como aquellos en los cuales “ÉL estuvo con las criaturas, sufriendo con ellas amándolas, ayudándolas y entendiéndolas, al tiempo en que tomaba ejemplos de la Naturaleza y en su pauta incomparable cantaba la melodía extraordinaria de la Buena Nueva.
Su voz alcanza a los oídos de hoy en día de todos aquellos que sufren o que aspiran por los ideales de belleza y de felicidad, ambicionando la plenitud.
El legado dejado por El a la Humanidad, porque nada escribió, sufrió rudas alteraciones a través de los tiempos. No obstante, permaneció la esencia de Sus enseñanzas, que se encuentran sintetizadas en el “Amor a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo”. Jesús, el Hombre excelente, llegó a la tierra y enfrentó a la ignorancia predominante trayendo el mensaje de amor que jamás fuera presentado antes en la formulación de la cual Él era portador.
Jesús no vino a someter a la Humanidad ni a someterse a las leyes vigentes. Era portador de una revolución que tiene por base el amor en su esencialidad más excelente y sutil, y que al ser adoptado transforma los cimientos morales del individuo y de la sociedad.
El traía una nueva versión de la realidad, concentrado en el ser inmortal, procedente del mundo espiritual y que a el volvía, lo que alteraba la estructura de la justicia, que ya no mas debería ser primitiva destructiva, sino educativa rehabilitadota.
El trajo la Buena Nueva cuyos objetivos se centran en el futuro del Espíritu, en su emancipación total, en su incesante búsqueda de Dios.
Tornándose el Camino, la Suya es la Verdad que conduce a la Vida, a la plenitud, al acopio de la sabiduría y del amor. Sus parábolas son discursos de todos los periodos del desarrolló socio psicológico de las criaturas. Y aunque hizo, grandes silencios en torno de verdades más transcendentes que podrían ser desnaturalizadas por falta de madurez evolutiva y psicológica de Sus contemporáneos, imposibilitados hasta registrar el pensamiento, que habría e sufrir, inevitablemente, mutilaciones, adaptaciones, adulteraciones de acuerdo con los intereses vigentes en cada estadio de la evolución.
Toda la terapéutica propuesta por Jesús es libertadora, total y sin retrocesos. El no se detiene al borde del problema, sino lo identifica, despertando al problemático para que no reincida en el error, en el compromiso moral con la conciencia, a fin de que no le acontezca algo peor, tales como la amargura sin consuelo, la expiación sin alternativa, el impositivo del rescate compulsivo.
Jesús es la luz del mundo, y todo aquel que lo instale en su corazón, no se perderá, porque es la luz de la Verdad, tratemos si aun no lo hicimos, de fijarlo en nuestro horizonte como nuestra estrella guía, para que en los momentos de tempestad y cuando el Sol esté tapado por las nubes, sea nuestra estrella guía para que no perdamos el camino por donde hemos de ir.
Amigos os deseo un día feliz, que este miércoles como todos los días, el señor nos colme de bendiciones. Merchita
Voces del Espíritu
La Naturaleza es mi Madre,
El Universo es mi camino.
La Eternidad es mi Reino.
La inmortalidad es mi Vida.
La Mente es mi Hogar
El Corazón es mi Templo.
La Verdad es mi Culto
El Amor es mi Ley.
La Forma en sí es mi Manifestación.
La Conciencia es mi Guía
La Paz es mi Abrigo.
La Experiencia es mi Escuela.
El Obstáculo es mi Lección.
La Dificultad es mi Estímulo.
La Alegría es mi Canto.
El Dolor es mi Aviso.
La Luz es mi Realización.
El Trabajo es mi Bendición.
El Amigo es mi Compañero.
El Adversario es mi Instructor.
El Prójimo es mi Hermano.
La Lucha es mi Oportunidad.
El Pasado es mi Advertencia.
El Presente es mi Realidad.
El Futuro es mi Ppromesa.
El Equilibrio es mi Actitud.
El Orden es mi Señal.
La Belleza es mi Ideal.
La Perfección es mi Desino.
La Forma en sí es mi Manifestación.
La Conciencia es mi Guía
La Paz es mi Abrigo.
La Experiencia es mi Escuela.
El Obstáculo es mi Lección.
La Dificultad es mi Estímulo.
La Alegría es mi Canto.
El Dolor es mi Aviso.
La Luz es mi Realización.
El Trabajo es mi Bendición.
El Amigo es mi Compañero.
El Adversario es mi Instructor.
El Prójimo es mi Hermano.
La Lucha es mi Oportunidad.
El Pasado es mi Advertencia.
El Presente es mi Realidad.
El Futuro es mi Ppromesa.
El Equilibrio es mi Actitud.
El Orden es mi Señal.
La Belleza es mi Ideal.
La Perfección es mi Desino.
El ESPÍRITU
Médium: Francisco Cândido Xavier
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AL SERVICIO DE LA LUZ
No olvides que todos los perseguidores de la luz son habitualmente enfermos del espíritu acomodados en el mal.
Muchos traen en el pecho el volcán del odio, exhalando los fluidos oxidantes del fuego devorador que les consume la vida, para enredarse, poco a poco, en las telas de la locura, cuando el crimen no les tome la existencia; otros, transportan en el corazón la llaga de la codicia o de la envidia atacarles el seno y aun otros se abisman en los laberintos de la desmesurada ambición, abriendo para sí mismos el pozo del dolor, al que descenderán para la bendición expiatoria…
Otros muchos, sufren en lo intimo del alma la infestación del vicio que los transforma en presa fácil de los empleados de la sombras y casi todos padecen en la propia mente el asalto de la ignorancia en la que se hacen, olvidadizos, instrumentos soeces de la miseria y de la insania en verdadero flagelo público.
Renteando con ellos – pobres hermanos nuestros que eligieron para si mismos la condición penosa de detractores - los trata por enfermos necesitados de socorro y medicamentos.
Conociéndolos, de cerca, recuerdo a Jesús en el monte la bienaventuranza reservada en el mundo a los que ejerzan el perdón y la misericordia.
Y, es por ese motivo que, en la ultima hora, circulando por ellos, en los tormentos de la cruz, el Señor los recomendó a la Tolerancia Divina, y, en vez de aceptarles las injurias y desafíos, prefirió segregarlos en el hospital de la oración.
Observa el mundo a tu alrededor y percibirás, en la desigualdad de las situaciones, la Justicia Divina expresarse con la perfección de la sabiduría y del amor.
Emmanuel – del libro: Alborada del Reino, Médium: Francisco Cándido Xavier
Aportado por
Juan Carlos Mariani ******************* |
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