Vivimos rodeados de influencias que modifican nuestra conducta, conscientemente o no.
Como nos encontramos en un progreso espiritual marcado por problemas y dificultades, fijamos con mayor facilidad las impresiones inquietantes y deprimentes que sugieren desánimo o rebeldía, malestar o violencia al contacto con frívolos y soñadores, ociosos o perversos, porque ellos pueden fácilmente expresar los sentimientos en que se encuentran poseídos.
Aléjate de las influencias perniciosas. Razona mientras escuchas a los charlatanes, examina su conducta, a qué destinan su tiempo, si son fieles a los ideales que dicen comulgar.
Como son incapaces de ascender, por comodidad o sistemática rebeldía, combaten a los que luchan y los apartan del trabajo mediante actitudes vanas y promesas engañosas a quienes pretenden entrar en el crecimiento espiritual por medio del bien.
Libérate de su fascinación o su influencia te enfermará. Ten un objetivo en la vida, cómo lo deseas y por qué lo anhelas. Ora buscando las influencias superiores y recibirás la correcta inspiración.
Únete a los que luchan ofreciéndoles tu entusiasmo, sin conflictos ni indecisiones. No esperes encontrar personas ni obras perfectas.
Perfecciónate, descubre lo difícil que es ese proceso y comprenderás la lucha de los otros, el afán de los demás…
Decídete por el bien, ello modificará tu vida y a la vez influenciarás positivamente el comportamiento de otras personas. (adaptación)
Espíritu: Juana de Angelis.
Médium: Divaldo Pereira Franco.
Libro: “Recetas de Paz”
Médium: Divaldo Pereira Franco.
Libro: “Recetas de Paz”
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“Amar es un aprendizaje. Convivir es una construcción”.
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Divaldo y Chico Xavier |
Eclosión de la Mediumnidad
La
mediumnidad, siendo una facultad natural, eclosiona o surge en la
época apropiada, definida en el planeamiento reencarnatorio del
individuo.
Sin duda,
este poderoso instrumento puede convertirse en lamentable factor de
perturbación, teniendo en cuenta el nivel espiritual y moral de
aquél que se encuentra investido de tal recurso. (3)
La eclosión
mediúmnica puede, entonces, ocurrir bajo dos formas:
• Espontánea
- sin generar al médium iniciante mayores trastornos, sean físicos
sean emocionales.
• De
prueba - el médium presenta desórdenes emocionales que alcanzan su
organización física. Pueden ocurrir perturbaciones espirituales.
Esta última
es la forma más común del surgimiento de la mediumnidad en el
estado evolutivo en que aún nos encontramos. El presente estudio se
detendrá más en ese aspecto.
El
surgimiento de la facultad mediúmnica no depende del lugar, edad,
condición social o sexo.
Puede surgir
en la infancia, en la adolescencia o en la juventud, en la edad
madura o en la vejez.
Puede
revelarse en el Centro Espírita, en casa, en los templos de
cualquier denominación religiosa y en el materialista. (5)
Las señales
o síntomas que anuncian la mediumnidad varían infinitamente.
Reacciones
emocionales insólitas. Aparente sensación de enfermedad.
Escalofríos y malestar. Irritaciones extrañas. (5)
Cuando
aparece la mediumnidad, surgen disturbios variados, sean en el área
orgánica, a través de desequilibrios y enfermedades o mediante
inquietudes emocionales y psíquicas, por debilidad de su
constitución fisiopsicológica (del médium).
No es la
mediumnidad la que genera el disturbio en el organismo, sino la
acción fluídica de los Espíritus que favorece la alteración de la
distonia o no, de acuerdo con la cualidad de que esta se reviste.
Por otro
lado, cuando la acción espiritual es saludable, un aura de paz y de
bienestar envuelve al medianero, auxiliándolo en la preservación de
las fuerzas que lo nutren y sustentan durante la existencia física.
(4)
Al analizar
las condiciones del surgimiento de la mediumnidad en el ser humano,
podemos afirmar que ella aparece y se desarrolla de forma cíclica,
es decir, se procesa por etapas sucesivas, en forma de espiral. Las
criaturas la poseen, por decir así, a flor de piel, pero resguardada
por la influencia benéfica y controladora de los Espíritus
protectores, que las religiones llaman ángeles de la guarda;
en esa fase infantil las manifestaciones mediúmnicas son más de
carácter anímico, el niño proyecta su alma en las cosas y en los
seres que le rodean, recibe las intuiciones orientadoras de sus
protectores, a veces ve e indica la presencia de Espíritus y no es
raro que transmita avisos y recados de los Espíritus a los
familiares, de manera positiva y directa o de manera simbólica e
indirecta. (6)
Independiente
de la persistencia del fenómeno mediúmnico, el niño debe ser
encaminado a la Evangelización Espírita, para ser auxiliado más
efectivamente.
Con el
crecimiento, el niño se va desligando cada vez más del mundo
espiritual, pasando a envolverse en las cosas del plano físico y,_
en consecuencia, las manifestaciones mediúmnicas van escaseando. Se
cierra el primer ciclo mediúmnico (...). Entonces se considera que
el niño no tiene mediumnidad, la fase anterior es tomada a cuenta de
la imaginación y de la fabulación infantil. (7)
Generalmente
es en la adolescencia, a partir de los doce o trece años, que se
inicia el segundo ciclo. En el primer ciclo sólo se debe intervenir
en el proceso mediúmnico con oraciones y pases, para suavizar las
excitaciones naturales del niño, casi siempre cargadas de
reminiscencias extrañas del pasado carnal o espiritual. En la
adolescencia su cuerpo ya maduró lo suficiente para que las
manifestaciones mediúmnicas se vuelvan más intensas y positivas. Es
tiempo de encaminarlo con informaciones más precisas sobre el
problema mediúmnico (...). El pase, la oración y las reuniones de
estudio doctrinario son los medios de auxiliar el proceso (de la
eclosión), sin forzarla, dándole la orientación necesaria. (7)
El tercer
ciclo ocurre generalmente al pasar de la adolescencia a la juventud.
entre los dieciocho y los veinticinco años. En esa fase, es tiempo
de los estudios serios del Espiritismo y de la Mediumnidad, así como
la práctica mediúmnica libre, en los centros y grupos espíritas.
(8)
Hay un
cuarto ciclo, correspondiente a mediumnidades que sólo aparecen tras
la madurez, en la vejez o en su aproximación. Se trata de
manifestaciones que son posibles debido a las condiciones de la edad:
debilidad física, permitiendo más fácil expansión de las energías
periespcas; mayor introversión de la mente, con la disminución de
actividades de la vida práctica: estado de apatía neuropsíquica,
provocado por los cambios orgánicos del envejecimiento (...). Ese
tipo de mediumnidad tardía tiene poca duración, constituyendo una
especie de preparación mediúmnica para la muerte. Se restringe a
fenómenos de videncia, comunicación oral, intuición, percepción
extrasensorial y psicografía. (8)Es muy
común, en los momentos próximos a la desencarnación, la ampliación
de las facultades mediúmnicas, sobre todo por la percepción de
entidades espirituales.
Pueden ser
momentos de gran belleza y alegría, si el Espíritu cultivó el bien
a lo largo ñ de la encarnación. Puede representar, sin embargo,
sufrimiento para la criatura que no supo conquistar valores positivos
durante la experiencia terrestre. (11)
El momento
de la eclosión de la facultad mediúmnica en el Espíritu encarnado
es de fundamental importancia, una vez que esa facultad podrá
proporcionar beneficios al propio encarnado y al prójimo, si es bien
orientada y amparada fraternalmente.
Se debe
considerar, sin embargo, que no siempre la persona es
convenientemente asistida después que afloran sus facultades
mediúmnicas; sea por ignorancia respecto al asunto, lo que es más
común, sea por desinterés o desatención de los familiares o de los
amigos.
Lo cierto es
que, en el inicio de su desarrollo, los médiums enfrentan muchos
conflictos. A veces no tienen el menor conocimiento de la doctrina y
ni siquiera traspasaron nunca las puertas de un Centro Espírita.
Después de
intentar solucionar sus problemas por los métodos convencionales
(mediúmnicos y psicológicos) es que recurren, en última instancia,
al Espiritismo.
Cuando
ocurre esto, esos hermanos llegan completamente desorientados a la Casa
Espírita, aún bajo el guante de los preconceptos religiosos que
alimentaron por mucho tiempo.
Debidamente
orientados para un tratamiento espiritual a través de pases y
reuniones de estudios evangélicos, se revelan incrédulos, exigiendo
que el Espiritismo les resuelva las dificultades de un instante para
otro.
Preguntan
por un Centro que sea más fuerte...
Dicen no
creer en la influencia de los Espíritus...
Afirman que no quieren ser médiums...
Es natural
que sea así, porque se encuentran en desequilibrio psicológico.El dirigente
espírita, o aquél a quien corresponde las tareas necesitan tener
paciencia y conquistar su confianza. (2)
En otras
ocasiones, los médiums iniciantes por revelarse fascinados por el
entusiasmo excesivo, delante del impacto de las revelaciones
espirituales que los visitan de lleno, solicitan el entendimiento y
el apoyo de los hermanos expertos, para que no se pierdan a través
de engaños brillantes. (9)
Las Casas
Espíritas ofrecen campo para el estudio y la educación de la
mediumnidad a todos aquellos que desean servir en la siembra de
Cristo en esa área.
Auxiliar al
médium, en la tarea de desarrollar su facultad mediúmnica en
beneficio del prójimo y de sí mismo, no es tarea fácil. Exige del
dirigente espírita no sólo dedicación a ese género de actividad,
sino lucidez mental para auxiliar, con bondad y paciencia, a la
criatura que presenta la mediumnidad de eclosión en bases de
pruebas.
Los
dirigentes espíritas deben comprender, sobre todo, que en el inicio
de la mediumnidad, los médiums tropiezan con el escollo de tener que
vérselas con Espíritus inferiores y deben darse por felices cuando
son sólo Espíritus livianos.
Necesitan
poner toda la atención en que tales Espíritus no asuman predominio,
por cuanto ocurriendo eso, no siempre les será fácil desembarazarse
de ellos.
Ese punto
es de tal modo esencial, sobre todo en el comienzo, que no siendo
tomadas las precauciones necesarias, pueden perderse los frutos de
las más bellas facultades. (1)
Es
fundamental que los orientadores espíritas, empeñados en el trabajo
de estudio y educación mediúmnica, tengan conciencia de lo que
representa esa práctica para saber auxiliar acertadamente. El
orientador espírita necesita conocer con seguridad la Doctrina
Espírita y las sutilezas de la práctica mediúmnica; debe ser
alguien que busca vivenciar las enseñanzas evangélicas, para poder
transmitir al médium iniciante respuestas claras a sus dudas y
confortamiento moral a sus alteraciones emocionales o afectivas.
La criatura
cuya facultad mediúmnica eclosionó y que se dispone a iniciar su
ejercicio, debe tener conciencia de la importancia y de lo que
significa esa facultad.
Por eso
mismo, los amigos desencarnados, siempre que sean responsables y
conscientes de los propios deberes delante de las Leyes Divinas,
estarán entre los hombres exhortándolos a la bondad y al servicio,
al estudio y al discernimiento, por cuanto la fuerza mediúmnica, en
verdad, no ayuda y no edifica cuando esté distante de la caridad y
ausente de la educación. (10)
Extractado por José L. Martín , del Curso de la FEB "Estudio y educación de la Mediumnidad".
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ÍTEMS DE LA IRRITACIÓN
En cuanto en el clima de la serenidad, consideramos que la irritación no es recurso de auxilio, sean cuales sean las circunstancias.
El primer prejuicio que la intemperancia mental nos impone es aquel de apartarnos de la confianza a los otros.
La cólera es siempre señal de enfermedad o de debilidad.
Las manifestaciones de violencia pueden establecer el régimen del miedo, a nuestro alrededor, más no cambian lo intimo de las personas.
Siempre que nos encolerizamos, complicamos los problemas que nos preocupan, en vez de resolverlos.
La amargura que vengamos a exteriorizar es, invariablemente, la causa de numerosas perturbaciones para los entes queridos que pretendemos ayudar o defender.
Cuando actuamos con furia, comúnmente alejamos el apoyo más sustancial de aquellos compañeros que se proponen prestarnos auxilio.
La cólera es casi siempre tomada como ligación para tramas obsesivas, de los cuales no nos será fácil la precisa liberación.
La aspereza en el trato personal crea resentimiento, y el resentimiento es siempre factor de enfermedad y desequilibrio.
En cualquier asunto, de apaciguamiento y aprendizaje, trabajo e influencia, adquisición o simpatía, irritarse contra alguien o contra alguna cosa será siempre el resultado inevitable de perder.
Por el espíritu Emmanuel – Del libro: Encuentro de Paz, Médium: Francisco Cándido Xavier
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