miércoles, 8 de enero de 2014

Es el Espiritismo una Religión




Es el Espiritismo una Religión (extractado de la Revue Spirite, 12/1868) ( E )

(...) Creer en  un Dios Todopoderoso, soberanamente justo y bueno; creer en al alma y en su inmortalidad; en la preexistencia del alma como única justificación del presente; en la pluralidad de existencias como medio de expiación, de reparación y adelanto intelectual y moral; en la perfectibilidad de seres más imperfectos; en la felicidad creciente  con la perfección; en la equitativa remuneración del bien y del mal, según el principio: “a cada cual según sus obras”;  en la igualdad de la justicia para todos, sin excepciones, favores ni privilegios para ninguna criatura; en la duración de la expiación limitada a las imperfecciones; en el libre arbitrio del hombre, que le deja siempre escoger entre el bien y el mal; creer en la continuidad de las relaciones entre el mundo visible y el mundo invisible; en la solidaridad que religa a todos los seres pasados, presentes y futuros, encarnados y desencarnados; considerar la vida terrestre como transitoria y una de las fases de la vida del Espíritu, que es eterno; aceptar valerosamente las pruebas, en vista de un futuro más deseable que el presente; practicar la caridad en pensamiento, en palabras y obras en las más amplia acepción del término; esforzarse cada día para ser mejor que en la víspera, extirpando toda imperfección de su alma; someter todas las creencias al control del libre examen y de la razón, y no aceptar nada por la fe ciega; respetar todas las creencias sinceras, por más irracionales que nos parezcan, y no violentar la conciencia de nadie; ver, en fin, los descubrimiento de la  Ciencia, la revelación de las leyes de la Naturaleza, que son las leyes de Dios: ese es el Credo, la religión del Espiritismo, religión que puede conciliarse con todos los cultos, esto es, con todas las maneras de adorar a Dios. Es el lazo que debe unir a todos los espíritas en una santa comunión de pensamientos, esperando que una a todos los hombres sobre la bandera de la fraternidad universal.
Con la fraternidad, hija de la caridad, los hombres vivirán en paz y se evitarán males innumerables, que nacen de la discordia, a su vez hija del orgullo, del egoísmo, de la ambición, de la envidia y de todas las imperfecciones de la Humanidad.
El Espiritismo da a los hombres todo lo que es preciso para su felicidad aquí en la Tierra, porque les enseña a contentarse con lo que tienen. Que los espíritas sean, pues, los primeros en aprovechar los beneficios que el les trae, y que inauguren entre sí el reino de la armonía, que resplandecerá en las generaciones futuras.
Los Espíritus que nos acompañan aquí  son innumerables, atraídos por el objetivo que nos propusimos  al reunirnos, a fin de dar a nuestros pensamientos la fuerza que nace de la unión. Ofrezcamos a los que nos son caros un buen recuerdo, y la garantía de nuestro afecto, coraje y consuelos a los que de ello necesiten. Hagamos de modo que cada uno recoja su parte de los sentimientos de caridad benevolente de que  estuviéremos animados, y que esta reunión de los frutos que todos tienen  derecho a esperar.
Allan Kardec

(Últimos cuatro párrafos. Extractado de Revista Espírita, diciembre de 1868, Ed.  FEB, pág. 487-495)

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“Después de todo no es tan sorprendente nacer una vez como nacer dos”
- Voltaire -


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PRINCIPIOS ÉTICOS Y MORALES DEL ESPIRITISMO.-


Comenzamos por definir que la moral es , en general, la regla de buena conducta que distingue el bien del mal y está fundamentada en el acatamiento y observación de las leyes Divinas.
La ética es todo lo que es moralista o que estudia y observa las reglas de la moral.
La moral es conciencia; la ética es acción coherente con arreglo a los dictados de la moral.
La ética y moral que se desprenden del Espiritismo y de la reencarnación, que es uno de sus pilares fundamentales, tienen un carácter evolucionista, y sus principios se fundamentan en los conocimientos filosóficos sobre nuestro destino.
Estos principios éticos y morales constituyen un elemento donde se integra la filosofía y la Ciencia de observación de donde proceden, y son los mismos principios morales Cristianos en toda su pureza y en toda su esencia, libres de dogmatismos e interpretaciones religiosas previamente establecidas, según las tradiciones y culturas de cada civilización. A la vez los principios éticos y morales que se desprenden del conocimiento de las Leyes Universales y Espirituales afectan al desarrollo de nuestra evolución espiritual. Esto nos lleva a deducir la necesidad de nuestro trabajo y esfuerzo personal para lograr esa evolución o mejora, así como la necesidad de cultivar las facultades intelectuales y afectivas.
Podemos observar que estos principios éticos y morales que se desprenden de la filosofía espírita se basan en la interpretación y comprensión de las enseñanzas de Jesús-Cristo, y engloban, junto a otros,el conocimiento de la reencarnación que es el medio natural para la evolución del Ser espiritual.
Estos principios están basados en la aceptación de la existencia de Dios y del Alma, así como de su inmortalidad.; asimismo se basan en el conocimiento de las Leyes Morales, en particular la ley del Amor y la de Causa y Efecto.
Asimismo al contemplar como es la Ley de Evolución a través de la reencarnación, se deduce la lógica existencia de otros mundos habitados y los lazos de hermandad que nos unen a ellos, independientemente de los diferentes niveles espirituales que puedan tener
Los principales pilares que basan la moral espírita nacida de la filosofía que encierra las enseñanzas de los Espíritus Superiores que fueron transmitidas a Allan Kardec, provienen de las enseñanzas extraídas del Evangelio de Jesús, circunscritos sintéticamente en la Ley del Amor y Caridad.

- José Luis Martín-
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“ Piensa cada día en alguien que sepas que está afligido, o sufriendo, o necesitado de ayuda; y vuelca sobre él el caudal de tu amoroso pensamiento”
-Krishnamurti-

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LA RAZONABLE CIENCIA ESPÍRITA

El Espiritismo, en su aspecto de Ciencia del ser inmortal, siempre impone una conducta compatible con su estructura doctrinaria: dejar a la investigación científica la palabra, cuando se trate de cuestiones que le digan al respecto de acatar esas conclusiones, hasta que otras mejores o más bien fundamentadas vengan a substituirlas.
No opina, excepto cuando puede demostrarlo por medio de la experiencia de laboratorio, aunque éste sea el mediúmnico.
De otra forma, el Espiritismo no tiene prisa para incorporar en su campo de informaciones, novedades o incoherencias que puedan ser consideradas complementos o desdoblamientos de sus tesis, o bien actualización de sus enseñanzas, en forma de connivencia con todo lo que necesita comprobación y resistencia al tiempo en sus conquistas continuas.
Se vive un momento cultural en la Tierra, en el cual, surgen y desaparecen novedades ante el claro sol del conocimiento científico.
Mitos, ídolos y supersticiones aparentemente bien estructurados, son destrozados a cada instante, en el esfuerzo que el hombre realiza para equilibrarse y sostenerse en realidades que no le defrauden..
Por esto, es factible una postura de observación tranquila por parte del adepto del Espiritismo, al respecto de informes y narraciones rotulados de verdaderos por quienes se presentan como testigos de los mismos.
No es que se deba dudar de todas las criaturas, sino que es necesario tener criterio de evaluación razonable al respecto de todo, sin los arrobos de la emoción.
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El conocimiento libera al hombre de la ignorancia, estructurándole emocional y psíquicamente, armándole de valores éticos para una existencia digna.
Por eso, una creencia que no resista el cuestionar de la ciencia, es errónea, manteniéndose por poco tiempo, ya que, por falta de fundamentos, se desmorona por si misma.
La razón es la conductora del pensamiento que se debe apoyar en la ciencia para conquistar y conducir la existencia humana a su verdadero desiderátum, sin comprometerse con teorías absurdas y concepciones fantasiosas, imaginativas.

Divaldo Pereira Franco.
Antonio Ugarte.

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