sábado, 15 de marzo de 2025

Piénsalo y vibra con amor

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Diferentes naturalezas de las manifestaciones espíritas

2.- Adquisición de la conciencia

3.- La inferioridad humana

4.- Piénsalo y vibra con amor

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DIFERENTES NATURALEZAS DE LAS MANIFESTACIONES

Los Espíritus atestiguan su presencia de diversas maneras, según su aptitud, su voluntad y su mayor o menor grado de elevación. Todos los fenómenos de que tendremos ocasión de ocuparnos se relacionan naturalmente con uno u otro de esos modos de comunicación. Por lo tanto, para facilitar la comprensión de los hechos, creemos un deber abrir la serie de nuestros  artículos con el cuadro de las diferentes naturalezas de manifestaciones. Se las puede resumir así: 

1°) Acción oculta: cuando no tiene nada de ostensible. Tales son, por ejemplo, las inspiraciones o sugerencias de pensamientos, las advertencias íntimas, la influencia sobre los acontecimientos, etc. 

2°) Acción patente o manifestación: cuando es apreciable de alguna manera. 

3°) Manifestaciones físicas o materiales: son aquellas que se traducen por fenómenos sensibles, tales como ruidos, movimientos y desplazamiento de objetos. Muy a menudo estas manifestaciones no poseen ningún sentido directo; sólo tienen como objetivo llamar nuestra atención sobre algo y convencernos de la presencia de un poder superior al hombre.

 4°) Manifestaciones visuales o apariciones: cuando el Espíritu se presenta bajo una forma cualquiera, sin tener ninguna de las propiedades conocidas de la materia. 

5°) Manifestaciones inteligentes: cuando revelan un pensamiento. Toda manifestación que posea un sentido, aunque no fuese más que un simple movimiento o un ruido que denote una cierta libertad de acción, es una manifestación inteligente, porque responde a un pensamiento u obedece a una voluntad. Las hay en todos los grados. 

6°) Las comunicaciones: son las manifestaciones inteligentes que tienen por objeto un continuo intercambio de pensamientos entre el hombre y los Espíritus. 

La naturaleza de las comunicaciones varía según el grado de elevación o de inferioridad, de saber o de ignorancia del Espíritu que se manifiesta, y según la naturaleza del tema que trata. Pueden ser: frívolas, groseras, serias o instructivas. 

Las comunicaciones frívolas emanan de Espíritus ligeros, burlones y traviesos, más maliciosos que malos, que no atribuyen ninguna importancia a lo que dicen. 

Las comunicaciones groseras se traducen por expresiones que chocan la decencia. Emanan de Espíritus inferiores o que aún no se han despojado de todas las impurezas de la materia. 

Las comunicaciones serias son graves en cuanto al tema y a la manera como son hechas. El lenguaje de los Espíritus superiores es siempre digno y desprovisto de cualquier trivialidad. Toda comunicación que excluya la frivolidad y la grosería, y que tenga un objetivo útil –aunque fuese de interés privado– es por esto mismo seria. 

Las comunicaciones instructivas son las comunicaciones serias que tienen por objeto principal una enseñanza cualquiera, dada por los Espíritus sobre las Ciencias, la Moral, la Filosofía, etc. Son 8 más o menos profundas y más o menos verdaderas, según el grado de elevación y de desmaterialización del Espíritu. Para obtener un fruto real de esas comunicaciones es necesario que sean regulares y seguidas con perseverancia. Los Espíritus serios se vinculan a los que quieren instruirse y los secundan, mientras que dejan a los Espíritus ligeros el cuidado de divertir con sus chistes a los que no ven en esas manifestaciones más que una distracción pasajera. Es por la regularidad y por la frecuencia de las comunicaciones que se puede apreciar el valor moral e intelectual de los Espíritus con los cuales se conversa, y por el grado de confianza que merecen. Si es necesario tener experiencia para juzgar a los hombres, más aún lo será para juzgar a los Espíritus.

Revista Espírita de Allan Kardec 1958

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ADQUISICIÓN DE LA CONCIENCIA

 

                                                                                          


Allan Kardec, el gran responsable por la codificación del Espiritismo, les preguntó a los Sabios del espacio dónde están escritas las leyes de Dios.

 Y ellos le contestaron: en la conciencia.

 De esta forma, todos los seres humanos traen consigo, entalladas en la propia conciencia, las leyes divinas.     

 Sin embargo, aunque estén escritas, no todos logran leerlas, interpretarlas y practicarlas. Para ello es necesario el desarrollo del sentido moral.

 Esa conquista es fruto del esfuerzo personal, del estudio, de la meditación,  de los pensamientos nobles. 

 El despertar de la conciencia es un efecto natural del proceso evolutivo, y esa conquista permitirá al ser evaluar factores profundos como el bien y el mal, lo correcto y lo erróneo, el deber y la irresponsabilidad, la honra y la deshonra, lo noble y lo vulgar, lo lícito y lo irregular, la libertad y el libertinaje.

 Esa conciencia no es de índole intelectual, actividad de los mecanismos cerebrales. Es una fuerza que los impulsa nacida en las experiencias evolutivas, que se exteriorizan en forma de acciones.

 La encontramos en personas incultas intelectualmente, y ausente en otras, portadoras de conocimientos académicos.

 Especialistas en problemas respiratorios, por ejemplo, que conocen los daños provocados por el tabaquismo, por el alcoholismo y por otras drogas, y que, a pesar de ello, usan, ellos mismos, uno de esos flagelos, demuestran que aún no han desarrollado la conciencia plena.

 Sus datos culturales son frágiles de tal forma, que no disponen de valor para mantener una conducta saludable. 

 Por otro lado, hay individuos que no tienen nociones intelectuales pero tienen lucidez para actuar ante los retos de la existencia, y eligen un comportamiento no agresivo y digno, aunque a costa de sacrificios.

 La conciencia puede ser entrenada mediante el ejercicio de los valores morales elevados, que tienen por objeto el bien del prójimo y, en consecuencia, el propio bien.

 Si desea iluminar su conciencia, he aquí algunas breves reglas que van a ayudarlo a alcanzar ese propósito:

 Administre sus conflictos. El conflicto psicológico es inherente a la naturaleza humana y todos lo sufren.

 Evite elegir hombres modelo para seguir. Ellos también son falibles y, a veces, se comprometen, lo que, de ninguna manera, debe constituir falta de estímulo.

 Permítase una dosis mayor de confianza en sus valores, esforzándose para mejorar siempre y sin desanimar. Si se equivoca, repita la acción, si acierta, siga adelante.

 No huya al enfrentamiento de problemas usando disculpas falsas, comprometedoras, que lo sorprenderán más tarde con dependencias infelices.

 Reaccione a la depresión, y trabaje sin auto piedad ni acomodación  perezosa.

Tenga en su mente que los suyos no son los peores problemas. Ellos pesan  de acuerdo al volumen que usted les imprime.

 Libértese de la queja pesimista y medite más en las fórmulas para perseverar y producir.

 Nunca ceda espacio a las horas vacías, que se llenan de aburrimiento,  malestar o perturbación.

 Recuerde que usted es humano y el proceso de toma de conciencia es lento. Usted adquirirá seguridad y lucidez a través de una acción  continua y firme.

 ¡Piense en eso!

La existencia terrena es toda una oportunidad para el enriquecimiento continuo. 

Cada instante es una aspiración de nuevas acciones que favorezcan el  crecimiento, el conocimiento y la conquista.

Saber utilizarla es un reto para la criatura que se afana por nuevas realizaciones.

¡Piense en eso, pero piense ahora!

- Redacción de Momento Espírita-

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           LA INFERIORIDAD HUMANA     

Quienquiera que se eleve por encima del nivel común siempre es el blanco de los celos y la envidia. Quienes se sienten incapaces de llegar a la altura en que aquel se encuentra, se esfuerzan por rebajarlo mediante la difamación, la maledicencia y la calumnia; tanto más fuerte gritan, cuanto más inferiores son, y suponen que se enaltecen y lo eclipsan con el ruido que promueven.- Esa ha sido y será la historia de la humanidad, hasta tanto los hombres no hayan comprendido su naturaleza espiritual, y ampliado su horizonte moral. Semejante prejuicio es, por lo tanto, propio de los espíritus mezquinos y vulgares, que toman a su propia personalidad como modelo.

Por otro lado, las personas que sólo conocen a los hombres por su espíritu, suelen hacer de ellos una idealización, que crece a medida que pasa el tiempo y que sus respectivas posiciones se van distanciando. Se los despoja de todo rasgo de humanidad; pareciera que no deben hablar ni sentir como los demás; que tanto sus pensamientos como el lenguaje que emplean deben vibrar constantemente en el tono de la sublimidad, sin tomar en cuenta que el espíritu no podría permanecer constantemente en estado de tensión, de perpetua sobreexcitación. A través del contacto diario de la vida privada, se percibe en todo momento que el hombre material en nada se diferencia del común. El hombre corporal, el que impresiona a los sentidos, casi sofoca al hombre espiritual, que sólo impresiona al espíritu. A la distancia, sólo se ven los destellos del genio; de cerca, se ven las limitaciones del espíritu.

Después de la muerte ya no se puede hacer ninguna comparación; sólo subsiste el hombre espiritual, y este parece tanto más grande cuanto más lejano se torna el recuerdo del hombre corporal.

A eso se debe que aquellos cuyo paso por la Tierra ha quedado señalado por obras de verdadero valor, sean más apreciados después de la muerte que cuando estaban vivos. Se los juzga con mayor imparcialidad porque, como ya han desaparecido los envidiosos y los celosos, se han acabado los antagonismos personales. La posteridad es un juez desinteresado que aprecia la obra del espíritu y la acepta sin entusiasmo ciego cuando es buena, y la rechaza sin rencor cuando es mala, prescindiendo de la individualidad que la produjo.

Jesús no podía escapar a las consecuencias de este principio, inherente a la naturaleza humana, si se considera que él vivía en un medio de escasa ilustración y entre hombres dedicados por entero a la vida material. Sus compatriotas sólo veían en Él al hijo del carpintero, al hermano de hombres tan ignorantes como ellos mismos, y por eso no percibían aquello que le daba superioridad y lo investía del derecho de censurarlos. Así, cuando Jesús comprobó que su palabra tenía menos autoridad sobre los suyos, porque lo despreciaban, que sobre los extranjeros, prefirió ir a predicar entre quienes lo escuchaban y a quienes inspiraba simpatía.

Es posible hacerse una idea de los sentimientos que alimentaban sus compatriotas, en relación con Él, por el hecho de que sus propios hermanos, acompañados por su madre, fueron a una reunión donde Él se encontraba, para prenderlo, diciendo que había perdido el juicio. (Véase San Marcos, 3:20 y 21, 31 a 35; y El Evangelio según el espiritismo, Capítulo XIV.)

De ese modo, por un lado, los sacerdotes y los fariseos acusaban a Jesús de obrar en nombre del demonio; por otro, era tildado de loco por sus parientes más cercanos. ¿No es eso lo que sucede actualmente en relación con los espíritas? ¿Deberán estos quejarse de que sus conciudadanos no los traten mejor que como fue tratado Jesús?.. Lo que causa extrañeza es que en el siglo Veintiuno*, y en el seno de naciones civilizadas, ocurra eso mismo que ocurría hace dos mil años y no tenía nada de sorprendente para un pueblo ignorante.

 * (En el texto original dice " en el siglo diecinueve " porque es cuando fue escrito este libro).

La Génesis - Capítulo XVII 396
Allan Kardec.

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PIÉNSALO y VIBRA CON AMOR

Vibra con amor y el universo te responderá; no te engañes, no pierdas tu valioso tiempo; no andes por el camino de falsos amores, si alguien no te trata con respeto, no te valora, no te ama.
No alimentes una esperanza engañosa, no te ama quien solo te busca por un interés que le conviene a él solo.

No te olvides de ti, ni te pierdas, por satisfacer una mentira, no te empeñes en aparentar quien no eres, tan solo por querer satisfacer los deseos de quien te usa y dice amarte tan solo pensando en una cama, en un cuerpo, sin valorarte como ser humano que siente y padece.
No sigas manteniendo una mentira y dándole la espalda a la verdad. No trates de cambiar a quien le gusta ser como es; si no te gusta el destino que él lleva
y a donde te quiere conducir, deja de andar su camino, y retorna al tuyo.
Valórate como ser humano y no permitas que te conviertan en una marioneta,
donde muevan tus hilos entornos a intereses ajeno a los tuyos. Eres un ser humano sumamente valioso que piensa, anhelas, deseas, tienes sentimientos, emociones y sobre todo quieres amar y ser amada/o, no usada/o ni engañada/o.
Vivir la vida, no es vivir una mentira; procura ser feliz, si no con otro, contigo misma/o.
No esperes un cambio de quien no tiene el mismo interés que tú, quien ama a alguien trata de evitarle el sufrimiento, no de crearlo.

No labres tu desdicha, buscando que otros anden por tu sendero siendo su meta muy distinta a la tuya.

Da, pero no permitas que te transformen en un títere.

Ama, pero no permitas que abusen de tu benevolencia; confía pero no seas ingenua/o.
Escucha, pero jamás dejes de escuchar tu propia voz.
No le des la espalda al amor, a la verdad, para vivir un engaño.
Sólo siendo tú, podrás amar sinceramente.

PIÉNSALO,
VIBRA EN AMOR Y EL UNIVERSO TE RESPONDERÁ.

- Arquides Fernández-

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