sábado, 29 de marzo de 2025

Las batallas en pro y en contra del aborto

 INQUIETUDES ESPIRITAS

1.- Pluralidad de mundos

2.- Ya estamos inmersos en la transición planetaria anunciada. (comunicado espiritual)

3.- Instinto, fatalidad y presentimientos.

4.- Las batallas en pro y en contra del aborto

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                PLURALIDAD  DE MUNDOS


Al considerar la Luna y los otros astros, ¿ quién no se ha preguntado si esos globos están habitados? Antes que la Ciencia nos hubiese iniciado en la naturaleza de esos astros, se podía dudar; hoy, en el estado actual de nuestros conocimientos, por lo menos existe la probabilidad; pero a esta idea, verdaderamente seductora, se hacen objeciones extraídas de la propia Ciencia. Se dice que la Luna parece no tener atmósfera, y quizás tampoco agua. En Mercurio, dada su proximidad con el Sol, la temperatura media debe ser la del plomo fundido, de manera que, si hay allí plomo, debe correr como el agua de nuestros ríos. En Saturno, es todo lo opuesto; no tenemos un término de comparación para el frío que debe reinar allí; la luz del Sol debe ser muy débil, a pesar de la reflexión de sus siete  lunas y de su anillo, porque a esta distancia el Sol no debe parecer sino una estrella de primera magnitud. En tales condiciones, se pregunta si sería posible vivir allí. No se concibe que semejante objeción pueda ser hecha por hombres serios. Si la atmósfera de la Luna no ha podido ser percibida, ¿es racional inferir que no exista? ¿No puede estar formada por elementos desconocidos o lo suficientemente enrarecidos como para no producir refracción sensible? Diremos lo mismo del agua o de los líquidos allí existentes. Con respecto a los seres vivos, ¿no sería negar el poder divino el creer imposible una constitución diferente de la que conocemos, cuando bajo nuestros ojos la providencia de la Naturaleza se extiende con una solicitud tan admirable hasta el más pequeño insecto, y da a todos los seres los órganos apropiados al medio en que deben habitar, ya sea el agua, el aire o la tierra, que estén sumergidos en la oscuridad o expuestos a la claridad del Sol? Si nosotros nunca hubiésemos visto peces, no podríamos concebir seres que viven en el agua; no nos haríamos una idea de su estructura. ¡Quién hubiera creído, hasta hace poco tiempo, que un animal pudiese vivir un tiempo indefinido en el seno de una piedra! Pero sin hablar de estos extremos, ¿podrían existir en los hielos polares los seres que viven bajo el fuego de la zona tórrida? . Y no obstante en esos hielos hay seres que poseen un organismo para ese clima riguroso, y que no podrían soportar el ardor de un Sol vertical. Por lo tanto, ¿por qué no admitiríamos que existan seres constituidos para vivir en otros globos y en un medio totalmente diferente del nuestro? Seguramente, sin conocer a fondo la constitución física de la Luna, sabemos lo suficiente como para estar ciertos de que, tal como somos, no podríamos vivir allí, como tampoco podríamos hacerlo en compañía de los peces en el seno del océano. Por la misma razón, si los habitantes de la Luna pudiesen venir a la Tierra –ya que constituidos para vivir sin aire o en un aire muy enrarecido, tal vez completamente diferente del nuestro– se asfixiarían en nuestra atmósfera espesa, al igual que nosotros cuando caemos en el agua. Una vez más, si no tenemos la prueba material y de visu  de la presencia de seres vivos en otros mundos, nada prueba que no puedan existir con un organismo que sea apropiado a un medio o a un clima cualquiera. Al contrario, el simple buen sentido  nos dice que debe ser así, porque repugna a la razón creer que esos innumerables globos que circulan en el espacio no sean más que masas inertes e improductivas. La observación nos muestra allí superficies accidentadas –como aquí– de montañas, valles, hondonadas, volcanes extintos o en actividad; ¿por qué entonces no existirían seres orgánicos? Está bien –dirán; que haya plantas y hasta animales, puede ser; pero seres humanos, hombres civilizados como nosotros, que conozcan a Dios, que cultiven las artes, las ciencias, ¿eso es posible? Por cierto, nada prueba matemáticamente que los seres que habitan otros mundos sean hombres como nosotros, ni que estén más o menos avanzados que nosotros, moralmente hablando  (*) ; pero cuando los salvajes de América vieron desembarcar a los españoles, tampoco sospechaban que más allá de los mares existía otro mundo que cultivaba las artes que les eran desconocidas. La Tierra está salpicada de una innumerable cantidad de islas, pequeñas o grandes, y todo lo que es habitable es habitado; no surge una roca en el mar sin que el hombre haya plantado al instante su bandera. ¿Qué diríamos si los habitantes de una de las más pequeñas de esas islas, conociendo perfectamente la existencia de otras islas y continentes, pero no habiendo tenido jamás relaciones con sus habitantes, se creyesen los únicos seres vivos del globo? Nosotros les diríamos: ¿Cómo podéis creer que Dios ha hecho el mundo sólo para vosotros? ¿Por qué extraña peculiaridad vuestra pequeña isla, perdida en un rincón del océano, tendría el privilegio de ser la única habitada? Lo mismo podemos decir de nosotros con respecto a otras esferas. ¿Por qué la Tierra –pequeño globo imperceptible en la inmensidad del Universo, que no se distingue de los otros planetas ni por su posición, volumen o estructura, porque no es el menor ni el mayor, ni está en el centro o en los extremos–, por qué, digo, sería entre tantas otras la única residencia de seres racionales y pensantes? ¿Qué hombre sensato podría creer que esos millones de astros que brillan sobre nuestras cabezas sólo han sido hechos para recrear nuestra visión? Entonces, ¿ cuál sería la utilidad de esos otros millones de globos imperceptibles a simple vista y que ni siquiera sirven para alumbrarnos? ¿No habría orgullo y a la vez impiedad en pensar que debe ser así? A los que les importa poco la impiedad, les diremos que es ilógico. Por lo tanto, con un simple razonamiento que muchos otros han hecho antes que nosotros, hemos llegado a la conclusión de la pluralidad de los mundos, y este razonamiento se encuentra confirmado por las revelaciones de los Espíritus. En efecto, ellos nos enseñan que todos esos mundos están habitados por seres corporales apropiados a la constitución física de cada globo; que entre los habitantes de esos mundos los hay más o menos avanzados que nosotros, desde el punto de vista intelectual, moral e incluso físico. Además, hoy sabemos que podemos entrar en relación con ellos y obtener de los mismos informaciones sobre su estado; también sabemos que no sólo todos los globos están habitados por seres corporales, sino que el espacio está poblado de seres inteligentes, invisibles para nosotros a causa del velo material arrojado sobre nuestra alma, y que revelan su existencia por medios ocultos o patentes. De esta manera, todo está poblado en el Universo, la vida y la inteligencia están por todas partes: en los globos sólidos, en el aire, en las entrañas de la Tierra y hasta en las profundidades etéreas. ¿Hay en esta Doctrina algo que repugne a la razón? ¿No es a la vez grandiosa y sublime? Ella nos eleva de nuestra propia pequeñez, muy diferentemente de ese pensamiento egoísta y mezquino que nos coloca como los únicos seres dignos de ocupar el pensamiento de Dios. 

Revista Espírita Allan Kardec de Marzo 1858

( *).- Es evidente que los llamados "hermanos extraterrestres", visitan nuestro planeta desde tiempos inmemoriables, y lo siguen haciendo. Esto confirma que su tecnología es muchísimo más avanzada que la nuestra actual, y sin embargo, habiendo podido conquistar y someter por la fuerza fácilmente al ser humano terrestre, no lo han hecho; nosotros si lo hubiésemos hecho, pues la historia nos demuestra como  cada vez que determinada civilización humana ha podido conquistar y someter a otros pueblos más débiles, lo han hecho. Esto nos demuestra que su nivel moral, como el tecnológico, está bastante por delante del de los seres humanos de la Tierra. (J.L. Martín)

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  YA ESTAMOS INMERSOS EN LA GRAN TRANSICIÓN PLANETARIA ANUNCIADA

( Comunicado espiritual)

                                              


- Buenas tardes tengamos, en nombre de Dios

Debido a la carrera tan veloz con que se avecinan los acontecimientos, nos conviene mucho a todos que no perdamos el contacto porque, cumpliéndose uno de los muchos secretos que tiene la Creación, esta comunicación y estos contactos inciden enormemente en la orientación a otros hermanos que se mueven en otras dimensiones- Y estos y nosotros, junto con vosotros, formamos la cadena irrompible y continua del adelanto espiritual del mundo en que vivís y al que nosotros estamos aún sujetos; unos en forma espiritual y otros en forma semiespiritual. Son muy importantes estas sencillas reuniones por la transcendencia que os hemos expuesto. Vosotros y nosotros desconocemos la cantidad de leyes grandiosas que tiene Dios preparadas para sus hijos; pero aunque desconozcamos estas, sabemos que nos servimos de aquellas que más nos afectan para nuestro bien y adelanto.

  Si no recordamos mal, os hemos dicho muchas veces que estéis preparados, que estudiéis, que los acontecimientos se aproximan, y tenéis y tenemos que actuar muy decidida y fuertemente. También os hemos dicho, cuando os sorprendan estos fenómenos que relatan los diarios y que consideráis como extraordinarios, que son las luces primeras que vienen iluminando a la nueva humanidad; que veréis cosas sorprendentes que os llenarán de júbilo, porque confirmarán totalmente vuestras convicciones.

Esas curaciones ( relatadas en la revista Karma-7 de Agosto de 1074) son rigurosamente ciertas y hay muchísimas más; lo que ocurre es que todavía son muy pocos los hombres que tienen la valentía de exponerlas exactamente igual a  como suceden, pero como "la luz no se puede esconder debajo del celemín", ni "las casas edificadas sobre un monte se pueden esconder", todos esos hechos comprobados dan lugar a una propaganda enorme, cuando se hacen públicos, como en estos casos.

El mundo ha de cambiar. La Teología, la Astrología, el Ocultismo, la Parapsicología, etc. y todas las ideologías espiritualistas conocen esos fenómenos y los refieren en sus libros de un modo más o menos claro, más o menos fantástico, pero todas tocan estos hechos con más o menos detalle.

Estáis en la transición enorme del planeta. Estamos todos también comprendidos en ella. Necesitáis además de esa fortaleza de ánimo, de ese enjuiciamiento que tenéis tan propio de los hombres que piensan rectamente y con sentido estricto de la Verdad; precisáis de esa fe que "transporta las montañas", porque ahora estáis consumiendo las pruebas materiales que os son necesarias para alcanzar la libertad en vuestra trayectoria. Estas pruebas son muy duras y difíciles, por ello, cuanto mayor sea vuestra fe, mejor las podréis superar.

Ya no es necesario que os recatéis tanto de exponer vuestras ideas y convicciones a los demás, porque los que creéis que  os van a hacer el mal o a censurar, se hallan deseosos de saber estas cosas, pero todavía no se atreven a desprenderse de sus conceptos arraigados, aunque estos no respondan totalmente a sus inquietudes,

Lo mismo que los hombres que gobiernan, dirigen, predican o se suben a los pódiums para exponer sus ideas, van cambiando de actitud y postura, porque las intransigencias saben muy bien que no llegan a buen puerto; así todos los hombres irán adaptándose a los nuevos tiempos y progresos.

Pronto no se medirán los hombres por su dinero, cargo o poder; se medirán por su recta conducta y por la forma clara de exponer públicamente la -Verdad de Dios.

La humanidad en su progreso camina muy deprisa, pues así es preciso para situarse en el lugar que le corresponde en los espacios siderales. Pronto, al cambiar de posición vuestro mundo, se modificarán en él muchas cosas que no podéis suponer, pero que el Sol llegue a explotar, como se presume en ese artículo de Karma.7 de agosto/74, eso no ocurrirá. Lo que ocurrirá es que el Sol también modificará sus radiaciones en la Tierra para que su progreso sea más efectivo.

Seguir adelante con mucho tesón y prepararos para nuevos acontecimientos políticos de importancia en vuestra patria, que dentro de algún tiempo se unirá con los adelantados del progreso.

Las religiones, libremente, modificarán sus sistemas e intransigencias. Las verdades que conocen y ocultan porque no les convenía exponerlas, las darán a conocer públicamente y eso hará que se produzca una aproximación entre ellas y entre cuantos conocen y defienden las Leyes de Amor y Fraternidad.

- Quedaros con Dios, hermanos.

( Comunicación tomada del libro "Desde la otra vida" del grupo espírita Giennense y editado por la F.E.E.)

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              Instinto, Fatalidad y Presentimientos                                                                       


Instrucciones dadas por san Luis 

Uno de nuestros corresponsales nos ha escrito lo siguiente: «En el mes de septiembre último, una embarcación menor, que hacía la travesía de Dunkerque a Ostende, fue sorprendida por un temporal durante la noche; el pequeño barco naufragó, y de las ocho personas que lo ocupaban, cuatro perecieron; las otras cuatro, entre las cuales me encontraba yo, consiguieron mantenerse sobre la quilla. Permanecimos toda la noche en esa horrible posición, sin otra perspectiva que la muerte, que nos parecía inevitable y de la cual sentimos todas las angustias. Al amanecer, el viento nos había empujado hacia la costa, y pudimos alcanzar la tierra a nado. «¿Por qué en ese peligro, igual para todos, sólo cuatro personas han sucumbido? Notad que, por mi parte, es la sexta o la séptima vez que escapo de un peligro tan inminente, y más o menos en las mismas circunstancias. Soy realmente llevado a creer que una mano invisible me protege. ¿Qué he hecho para esto? No sé gran cosa, no tengo importancia ni utilidad en este mundo y no me jacto de valer más que los otros; lejos de eso: había entre las víctimas del accidente un digno eclesiástico –modelo de virtudes evangélicas– y una venerable hermana de la congregación de San Vicente de Paúl, que iban a cumplir una santa misión de caridad cristiana. La fatalidad parece desempeñar un gran papel en mi destino. ¿No estarían allí los Espíritus para alguna cosa? ¿Sería posible obtener de ellos una explicación al respecto, preguntándoles, por ejemplo, si son ellos los que provocan o desvían los peligros que nos amenazan?...» De conformidad con el deseo de nuestro corresponsal, dirigimos las siguientes preguntas al Espíritu san Luis, que consiente en comunicarse con nosotros todas las veces que hay instrucciones útiles para dar. 1. –Cuando un peligro inminente amenaza a alguien, ¿es un Espíritu el que dirige el peligro? Y cuando la persona escapa del mismo, ¿es otro Espíritu el que lo desvía?   Resp. –Cuando un Espíritu se encarna, elige una prueba; al elegirla se traza una especie de destino que no puede impedir más, una vez que a la misma se ha sometido; hablo de las pruebas físicas. Al conservar su libre albedrío sobre el bien y el mal, el Espíritu es siempre dueño de soportar o de rechazar la prueba; un Espíritu bueno, al verlo flaquear, puede venir en su ayuda, pero no puede influir en él adueñándose de su voluntad. Un Espíritu malo, es decir, inferior, mostrándole y exagerándole un peligro físico, puede hacerlo vacilar y asustarlo, pero la voluntad del Espíritu encarnado no queda por ello menos libre de toda traba. 

2. –Cuando un hombre está a punto de perecer por accidente, parece que el libre albedrío no interviene en nada. Por lo tanto, interrogo si es un Espíritu malo el que provoca este accidente, siendo de cierto modo su agente; y, en el caso en que escape del peligro, pregunto si un Espíritu bueno ha venido en su ayuda. Resp. –El Espíritu bueno o el Espíritu malo no pueden sino sugerir pensamientos buenos o malos, según su naturaleza. El accidente está marcado en el destino del hombre. Cuando tu existencia ha sido puesta en peligro, es una advertencia que tú mismo has deseado, a fin de desviarte del mal y de volverte mejor. Cuando escapas de ese peligro, todavía bajo la influencia del mismo, piensas de manera más o menos firme en volverte mejor, según la acción más o menos firme de los Espíritus buenos. Al sobrevenir el Espíritu malo (digo malo sobrentendiendo el mal que aún hay en él), piensas que escaparás del mismo modo a otros peligros y dejas nuevamente desencadenar tus pasiones. 

3. –La fatalidad que parece presidir a los destinos materiales de nuestra existencia, ¿aún sería, pues, el efecto de nuestro libre albedrío? Resp. –Tú mismo has elegido tu prueba: cuanto más ruda sea y mejor la soportes, más te elevas. Aquellos que pasan su existencia en la abundancia y en la satisfacción humana son Espíritus débiles que permanecen estacionarios. De esta manera, el número de desafortunados aventaja en mucho al de los felices de este mundo, teniendo en cuenta que los Espíritus buscan en su mayoría la prueba que les será más fructífera. Ellos perciben muy bien la futilidad de vuestras grandezas y de vuestros goces. Además, la existencia más feliz es siempre agitada, siempre movida, aunque más no sea por la ausencia del dolor. 

4. –Entendemos perfectamente esta doctrina, pero eso no nos explica si ciertos Espíritus tienen una acción directa sobre la causa material del accidente. Supongamos que en el momento en que un hombre pasa por un puente, éste se derrumbe. ¿Quién ha llevado al hombre a pasar por ese puente? Resp. –Cuando un hombre pasa por un puente que debe romperse, no es un Espíritu el que lo lleva a pasar por ese puente: es el instinto de su destino el que lo conduce. 

5. –¿Quién ha hecho romper el puente? Resp. –Las circunstancias naturales. La materia tiene en sí misma las causas de su destrucción. En el caso tratado, el Espíritu, teniendo necesidad de recurrir a un elemento extraño a su naturaleza para mover fuerzas materiales, más bien ha de recurrir a la intuición espiritual. De este modo, si ese puente debía romperse, ya que el agua había desunido las piedras que lo componen y el óxido había corroído las cadenas que lo suspenden, el Espíritu –decía– insinuará más bien al hombre para pasar por ese puente, en lugar de hacer romper otro bajo sus pasos. Además, tenéis una prueba material que os adelantaré: cualquier accidente sucede siempre naturalmente, es decir, que las causas que se vinculan unas a otras, lo conducen insensiblemente. 

6. –Tomemos otro caso en el que la destrucción de la materia no sea la causa del accidente. Un hombre mal intencionado me da un tiro; la bala me roza, pero no me alcanza. ¿La habría desviado un Espíritu benévolo? –Resp. No. 

7. –¿Pueden los Espíritus advertirnos directamente de un peligro? He aquí un hecho que parecería confirmarlo: Una mujer salía de su casa y seguía por el bulevar. Una voz íntima le dijo: Detente, vuelve a tu casa. Ella titubea. La misma voz se hace escuchar varias veces; entonces, ella volvió sobre sus pasos; pero, cambiando de parecer, se dijo: ¿Qué he de hacer en mi casa? Seguiré; sin duda, es un efecto de mi imaginación. Entonces ella continuó su camino. A algunos pasos de allí, una viga que se desprendió de una casa la golpea en la cabeza y la deja caída sin conocimiento. ¿Qué era esa voz? ¿No era un presentimiento de lo que iba a suceder a esa mujer? –Resp. Era la voz del instinto; además, ningún presentimiento tiene tales caracteres: son siempre vagos. 

8. –¿Qué entendéis por la voz del instinto? –Resp. Entiendo que el Espíritu, antes de encarnarse, tiene conocimiento de todas las fases de su existencia; cuando éstas tienen un carácter saliente, conserva una especie de impresión en su fuero interno, y esta impresión, al despertarse cuando el momento se aproxima, se vuelve presentimiento. 

Nota – Las explicaciones precedentes se relacionan con la fatalidad de los acontecimientos materiales. La fatalidad moral está tratada de una manera completa en El Libro de los Espíritus.

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LAS BATALLAS EN PRO Y EN CONTRA DEL ABORTO

El efecto abortivo de la píldora del día después

Un estudio conducido por un grupo de científicos españoles dirigido por el doctor Emilio Jesús Alegre del Rey y publicado por el European Journal of Clinical Pharmacy reitera el potencial efecto abortivo de la píldora del día después.

“Hemos demostrado que, con las evidencias actuales, nadie puede continuar negando el efecto contragestivo, abortivo, de esta píldora”, aseveraba el doctor Alegre del Rey en una entrevista a  Zenit .

El resultado del estudio muestra que, en la mitad de los casos analizados en que los embarazos fueron impedidos por el Levonorgestrel -la píldora del día  después-, hubo fecundación y hubo concepción del embrión, pero la carga hormonal de la píldora impidió al embrión continuar su proceso de desarrollo, es decir, su vida.

El doctor Alegre del Rey destacaba que “se ha repetido hasta la saciedad que la píldora del día después no es abortiva”. Pero, para afirmar esto, señala este experto, se debe suponer primero que el aborto consiste en poner fin a un embarazo y que el embarazo empieza en el momento de la implantación del embrión en el útero.

“No es que el embarazo empiece en el momento de la implantación, es que es  a partir de ahí cuando es posible detectarlo”, asegura Alegre del Rey, que recuerda, además, que el aborto “no es poner fin a un embarazo, sino poner fin a la vida de un ser humano”. Por tanto, lo que se debe tener en cuenta “no es cuándo queremos decir que empieza el embarazo, sino cuándo comienza la vida humana”.

Sobre los motivos que se esconden tras el silenciamiento de los efectos abortivos de la píldora del día después, el doctor Alegre del Rey cree que  hay razones comerciales e ideológicas. Este experto explica que cuando la píldora se comercializó hubo un notable rechazo porque la ficha técnica del  Levonorgestrel  no omitía el posible efecto anti-implantatorio y por tanto abortivo. “Los productores, por tanto, usaron más tarde la estrategia de negar el efecto abortivo”, señala  Alegre del Rey.

 

     ABORTO  TERAPEÚTICO O LIBRE

Ya se logró  hasta en la ONU, cuya Carta Universal de Derechos Humanos, defiende como primero y principal  el Derecho a la Vida, englobando otros derechos, tal como el derecho a la libertad. Y este Tratado nacido como un paso hacia adelante en el progreso moral humano, ahora es derogado, dando otro paso para atrás.

En principio vemos aquí el caso concreto de Costa Rica, cuyo Código Penal   autoriza el aborto, pero la situación es perfectamente transferible al  resto de países que se encuentran  actualmente en situaciones semejantes respecto a la lucha por que se implante o no se implante el aborto libre en sus leyes.

No es señal de progreso el que se creen y acepten este tipo de leyes contra la vida, más bien al contrario, la implantación del aborto libre es una inequívoca señal de atraso cultural y humano, porque el progreso defiende y valora la vida como un bien supremo al cual todos tenemos derecho, nacidos y no nacidos, porque un ser humano no nacido, se mire como se mire o se le llame como se prefiera, es un ser humano  ya  existente y vivo, cuya vida depende de la vida de su madre, pero que es independiente de la misma.

Un diario independiente, se expresó en estos términos :

“Para conseguir su aprobación, la estrategia de las feministas es la siguiente: se agarran al art. 121 del Código Penal de Costa Rica que despenaliza el aborto terapéutico para pedir que se establezca un protocolo.

El art. 121 dice textualmente lo siguiente:

“No es punible el aborto practicado con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando no hubiere sido posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros medios”

Las feministas obvian el último extremo de que “no se haya podido evitar por otros medios” y se aferran al peligro para la salud de la madre.

Eso sí, interpretan salud en sentido amplio acogiéndose a la definición de la OMS: “estado de bienestar”.

Es decir, si el embarazo produce ansiedad o estrés en la madre, sería suficiente argumento para abortar.

Las feministas también están utilizando dos casos dramáticos para sensibilizar.

Uno es el caso de Aurora a la que diagnosticaron que su hijo nacería muerto. El otro es Ana, que tuvo un bebé anencefálico, sin cerebro, y murió a los pocos  segundos de nacer.

Argumentan que culminar el embarazo les produjo daño psicológico.

La realidad, archidemostrada por estudios científicos es que -en estos casos graves- es mejor terminar el embarazo y poderse despedir del bebé para poder iniciar el duelo.

Lo contrario es mucho más doloroso psicológicamente porque supone la participación en la muerte del propio hijo.

Afortunadamente la ciencia permite ya que no haya que elegir entre una vida u otra. El bebé es también un paciente del médico y el objetivo debe de ser salvar a los dos.

Sólo en el caso de un embarazo hectópico es necesario intervenir. El bebé anidado en la trompa en lugar de en el útero supone una amenaza cierta para la vida de la madre al tiempo que es segura su inviabilidad. 

Pero este caso no es considerado aborto provocado en ningún texto científico.

Todo lo demás, es sembrar sensiblería y confusión para IMPONER EL ABORTO.

Siguiendo con el empeño abortista que niega la vida humana cuando el ser humano aun está en el vientre de su madre, hoy  vemos con preocupación lo que es una mala noticia para la Humanidad:  

En la Revista Info-Vaticana, y firmado por Carlos Esteban, viene el siguiente artículo informativo que nos señala que en la actualidad  el  tema del aborto está siendo inclinado hacia lo que vienen pretendiendo los partidos abortistas y los grupos feministas pro-abortistas :

“Ya es oficial: la ONU excluye al no nacido del Derecho a la Vida"

4 noviembre, 2017

Las Naciones Unidas llevan desde su origen siendo, a través de sus distintas organizaciones filiales, un poderoso patrocinador del aborto en todo el mundo, financiando grupos como Planned Parenthood o abogando por campañas malthusianas radicales, muy próximas a veces a la coacción, en continentes enteros como África.

Pero, por otra parte, uno de los hitos de la ONU es la Carta Universal de los Derechos Humanos, el primero de los cuales es, naturalmente, la vida. Y hasta ahora, pese a todo su entusiasmo abortista, la posición oficial del concebido no nacido se beneficiaba indirectamente del silencio en cuanto a su inclusión -por lo demás, evidente- en este derecho universal.

Pero ahora, y a pesar de la oposición explícita de un centenar de gobiernos -como los de Polonia y Estados Unidos- y asociaciones provida, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha excluido explícitamente a los no nacidos del derecho a la vida en la legislación internacional esta semana en Ginebra.

Estados Unidos, que había basado su independencia en “el derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad” de los que todos los hombres han sido dotados por su Creador, se vieron en su día ante una contradicción similar con la esclavitud, lo que obligó a la llamada Cláusula de los Tres Quintos, que en la práctica suponía negar a los negros una plena humanidad para no tener que reconocer su inalienable derecho a la libertad.

El borrador de la disposición ha estado a cargo del profesor de Derecho israelí Yuval Shany, que ha trabajado en la misma durante dos años, y que admite haber sabido que no encontraría obstáculos. Los 18 miembros del comité aprobaron el texto, que en algunos aspectos es aún más radical que el previsto previamente.

Así, en el texto queda claro no solo que el ser humano concebido y aún en el seno de su madre no tiene derecho a la vida, sino que el acceso al aborto se convierte en derecho, y ha de ser “efectivo” y al alcance de cualquier economía, exactamente lo que había recomendado el lobby abortista.

Ni una sola voz, ni un solo ‘experto’, mencionó en las deliberaciones preocupación alguna por el hecho de que el niño en el vientre materno siente dolor, según numerosas pruebas, ni se mencionaron los códigos de todo el mundo que prevén una protección especial para el nasciturus.

Para mayor sarcasmo, las discusiones estuvieron dominadas por un tono de moralina. “Soy muy sensible a mi consciencia”, llegó a decir el profesor italiano Mauro Politi, aunque lo que conmovía su conciencia no era la muerte del concebido mediante métodos brutales sino la idea de que alguna mujer pudiera verse privada del derecho de acabar con la vida de su hijo no nacido.”

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