viernes, 3 de abril de 2020

Progreso en días de confinamiento

 INQUIETUDES ESPIRITAS

1.- Progreso en días de confinamiento
2.- Causa y efecto
3.- El falso Padre Ambrosio
4.-¿Jesús de Nazaret resucitó muertos porque era Dios?




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Juanma
                                                                         

       Progreso en días de                     confinamiento  


Civismo, empatía y solidaridad son mecanismos para dinamizar lo Divino que reside en nosotros… y, de tarde en tarde, suceden acontecimientos que nos sacuden como comunidad y nos hermanan ante la adversidad precisamente para que esos mecanismos conscienciales salgan a la luz…
El Espiritismo, el de verdad, conlleva un compromiso moral y una sensibilidad espiritual (que podríamos entender también como despertar de conciencia), y en este sentido, como espíritas, debemos esforzarnos por superar conceptos como «castigo» (pero también «caos» y/o «azar»)… y ver todo esto del covid-19 como un reajuste necesario a nivel social, humano y conciencial, ‘sacudidas’ imprescindibles para evolucionar, es decir; salir de la zona de confort de nuestro ego, superar el individualismo, el materialismo, etc.
Suena una hora especial, pues en un tiempo fuertemente marcado por el antagonismo de intereses económicos, de nacionalismos y banderas, ocurre algo que se extiende por el planeta y nos recuerda que todos somos iguales, que todo lo que no nace de la buena voluntad humana, en interés mayor lo hacen las leyes universales que sirven a la luz y el progreso… El planeta, el universo, lo Divino que todo lo impregna, tiene sus propios y sabios mecanismos de reajuste, y se activan cuando es necesaria una mayor dosis de conciencia, unión, solidaridad y paz.
Y ahora que vamos a tener mas tiempo, acudamos a ese código universal de conocimiento y auto-reforma que es el Espiritismo; dediquemos determinado día de la semana (o algunos minutos cada día), a ser posible en familia o allegados que compartan con nosotros el confinamiento; estudiemos, leamos algún mensaje edificante, abramos un espacio de vibración u oración… Y, por supuesto, no dejemos pasar este período en la queja o la indolencia de los viejos hábitos, y podamos aprovechar este confinamiento (nada es casual en un universo causal) para el estudio y reflexión que nos brinda el Espiritismo, para la meditación y el auto-encuentro, y salir de este período de reajuste social y espiritual, un poco mejores…
Aprovechemos este tiempo… pues aunque todos (espíritas o no) estamos convocados a nivel planetario, el conocimiento espiritista conlleva un plus de lucidez y de responsabilidad, y debemos estar a la altura: en prudencia, empatía y compromiso.
No es tiempo para lamentaciones morbosas basadas en la culpa y la ira divina (los adoctrinamientos apocalípticos, aún colocados sutilmente, no forman parte del Espiritismo). En tiempos inciertos y precisamente como espíritas, seamos realistas pero positivos, y donde estemos, sembremos serenidad y esperanza…
Confiemos a cada instante en la divinidad, es decir; en la ciencia y el amor que guía y sostiene todo…, pues todo es instrucción, progreso y equilibrio.
Por Juan Manuel Ruiz González para Blog de Juanma en ZonaEspirita.com a Domingo 29 de marzo de 2020

Escrito por Juanma del Grupo Espírita de Córdoba


                           

                                                                                                                                                           **********************************


             CAUSA Y EFECTO


La Ley de Causa y efecto que impone al Espíritu la necesidad de progresar, rige también nuestra vida humana y ella explica el por qué y el para qué de todos los hechos que la confortan.

Dios jamás castiga, y los dolores humanos son consecuencia de los errores humanos.

Todo lo que se produce en nuestro mundo y en nuestra humanidad, aun cuando aparezca como un hecho aislado, tiene relación con hechos del pasado, y a la vez, con hechos del futuro.

Todo en nuestro mundo- como en el Universo entero- está bajo la acción de Causa y Efecto.
Nada se produce por sí mismo; todo tiene una causa y una finalidad.

En consecuencia, acostumbrémonos a considerar los hechos que se producen a nuestro alrededor, como Efecto de alguna Causa.
Podemos decir, por lo tanto, que la casualidad no existe, sino que es Efecto de una Causa, y que esta es siempre Espiritual.
En conclusión: Existe la Causalidad y no la Casualidad.

Cada sentimiento, cada emoción, cada pensamiento, siendo vibración que emana de nuestra alma o nuestra mente - aun cuando no se haya cristalizado en hechos- queda unida a nosotros, y por Ley, gracias a Dios, retornará a su punto de origen, es decir, a nosotros mismos.

Por Ley de Causa y Efecto, todo lo que realizamos queda "grabado" y, antes o después, habrá de retornar a nosotros, con la misma calidad vibratoria que lo ha originado.
Es decir, que recibiremos hechos de Amor por nuestros hechos de Amor, y hechos dolorosos por aquellos hechos realizados sin Amor y que hayan causado dolor.

Cuando no hacemos el bien, es una deuda espiritual que deberá ser saldada mediante el propio esfuerzo; no hay posibilidad de que la deuda sea saldada por el esfuerzo, la acción o la voluntad de otro, ni de que con el correr del tiempo, la deuda "sea olvidada".
Solo mediante la propia voluntad y el propio esfuerzo, puede un Ser saldar la deuda, devolviendo el Bien.

Cuando se transgrede el bien, se deberá recibir- antes o después-, tanto como hizo o pretendió hacer, más todo aquello que su acción y el efecto de su acción, pudieron haber atraído a quien o a quienes lo recibieron.

Aquellos que ignoran esto, poco esfuerzo hacen por adaptarse a la ineludible necesidad de vivir de acuerdo a la Ley del Amor.

El Amor llega a seres con conocimiento, iluminando sus mentes, a fin de que a través del mismo, puedan evitar en el futuro nuevas transgresiones a la Ley.

Nosotros irradiamos, y de acuerdo con lo que irradiamos, recibimos.
La vibración que nosotros proyectamos es la que nos vuelve con todo aquello que hemos producido el dolor o en felicidad para los demás.
Todo lo que de nosotros sale, a nosotros habrá de retornar.

Indefectiblemente, ahora o después, recibiremos aquello que hemos dado o deseado dar.

La Ley Divina y Universal del Amor, actúa en Armonía con la Ley de Causa y Efecto, y es la única Ley que puede modificar el Efecto, sin desvirtuar la Ley.

¿Cómo lograrlo?.- Un buen comienzo será mediante el autoanálisis, revisando nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Estudiando, compasivamente, las elecciones realizadas, por si es necesario modificarlas a favor del bien.

Somos Amor... solo debemos retomar el camino hacia la Fuente, nuestra Esencia: Dios

Por Marcela Parolín (Buenos Aires)                    


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               El falso Padre Ambrosio

Uno de los escollos que presentan las comunicaciones espíritas es el de los Espíritus impostores que pueden inducir al error sobre su identidad y que, al abrigo de un nombre respetable, intentan pasar los más groseros absurdos. En muchas ocasiones hemos explicado sobre este peligro, que deja de serlo para cualquiera que examine, a la vez, la forma y el fondo del lenguaje de los seres invisibles con los cuales esté en comunicación. No podemos repetir aquí lo que hemos dicho sobre ese tema; léase atentamente al respecto en esta Revista, en El Libro de los Espíritus y en nuestras Instrucciones Prácticas, y se verá que nada es más fácil que precaverse contra semejantes fraudes, por poco de buena voluntad que en esto se ponga.

Reproducimos solamente la siguiente comparación que habíamos citado en alguna parte: «Suponed que en un cuarto vecino al que estáis se encuentren varios individuos que no conocéis, que no podéis ver, pero que escucháis perfectamente; ¿no sería fácil reconocer su conversación, si son ignorantes o sabios, personas honestas o malhechores, hombres serios o atolondrados, gente de buena compañía o sujetos groseros?»

Tomemos otra comparación sin salir de nuestra humanidad material: Supongamos que un hombre se os presente con el nombre de un distinguido literato; ante ese nombre, lo recibís al principio con toda la debida consideración a su supuesto mérito; pero si él se expresa como un hombre grosero, reconoceréis inmediatamente sus intenciones y lo expulsaréis como a un impostor. Sucede lo mismo con los Espíritus: se los reconoce por su lenguaje; el de los Espíritus superiores es siempre digno y en armonía con la sublimidad de los pensamientos; nunca la trivialidad mancha la pureza. La grosería y la bajeza de las expresiones sólo pertenecen a los Espíritus inferiores. Todas las cualidades y todas las imperfecciones de los Espíritus se revelan por su lenguaje, y con razón se les puede aplicar este adagio de un célebre escritor: El estilo es el hombre. Estas reflexiones nos son sugeridas por un artículo que encontramos en el Spiritualiste de la Nouvelle-Orléans del mes de diciembre de 1857.

Es una conversación que se estableció, a través de un médium, entre dos Espíritus, uno dándose el nombre de Padre Ambrosio y el otro el de Clemente XIV. El Padre Ambrosio era un respetable eclesiástico, muerto en Luisiana en el siglo pasado; era un hombre de bien, de gran inteligencia, y que ha dejado un recuerdo venerado. En este diálogo, donde el ridículo disputa con lo innoble, es imposible confundirse sobre la cualidad de los interlocutores, y es preciso concordar que los Espíritus que han mantenido dicho diálogo han tomado muy pocas precauciones para enmascararse; porque ¿cuál es el hombre de buen sentido que podría un solo instante suponer que el Padre Ambrosio y Clemente XIV 183 hubieran podido rebajarse a tales trivialidades, que se parecen más a una escena burlesca? Comediantes del más bajo nivel que hiciesen una parodia de esos dos personajes, no se expresarían de otro modo.

Estamos persuadidos que el Círculo de Nueva Orleáns – donde sucedió el hecho – lo ha comprendido como nosotros; dudar de esto sería injuriarlos; sólo lamentamos que a la publicación no la hayan hecho seguir de algunas observaciones correctivas, que hubieran impedido a las personas superficiales tomarlo como un modelo de estilo serio del Más Allá. Pero apresurémonos en decir que ese Círculo no tiene apenas comunicaciones de ese género: las hay de muy diferente orden, donde se encuentra toda la sublimidad del pensamiento y de la expresión de los Espíritus superiores. Hemos pensado que la evocación del verdadero y del falso Padre Ambrosio pudiese ofrecer un asunto útil de observación sobre los Espíritus impostores; en efecto, es lo que ha tenido lugar, así como se puede juzgar por la siguiente conversación:

1. Muerto en Luisiana en el siglo pasado y habiendo dejado un recuerdo venerado, ruego a Dios Todopoderoso que permita al verdadero Padre Ambrosio, en Espíritu, comunicarse con nosotros.
– Resp. Estoy aquí.

2. ¿Quisierais decirnos si realmente vos habéis mantenido la conversación relatada en el Spiritualiste de la Nouvelle-Orléans con Clemente XIV, y cuya lectura hemos hecho en nuestra última sesión?
– Resp. Lamento por los hombres que han sido engañados por los Espíritus, de los cuales también me compadezco.

3. ¿Cuál es el Espíritu que ha tomado vuestro nombre?
– Resp. Un Espíritu farsante.

4. Y el interlocutor, ¿era realmente Clemente XIV?
– Resp. Era un Espíritu simpático al que había tomado mi nombre.

5. ¿Cómo pudisteis haber permitido que se hayan dicho semejantes cosas en vuestro nombre, y por qué no habéis venido a desenmascarar a los impostores?
– Resp. Porque no siempre puedo impedir a los hombres y a los Espíritus que se diviertan.

6. Concebimos esto para los Espíritus; pero con respecto a las personas que han recibido esas palabras, son personas serias y que de ninguna manera buscaban divertirse.
– Resp. Con más razón: ellos deberían haber pensado que tales palabras sólo podrían ser el lenguaje de Espíritus burlones.

7. ¿Por qué los Espíritus no enseñan en Nueva Orleáns principios en todos los puntos idénticos a los que enseñan aquí?
– Resp. La Doctrina que os es dictada pronto les servirá; no habrá más que una.

8. Puesto que esta Doctrina debe ser enseñada allí más adelante, nos parece que si lo hubiera sido inmediatamente anticiparía el progreso y habría evitado, en el pensamiento de algunos, una lamentable incertidumbre.
– Resp. Los caminos de Dios son a menudo impenetrables; ¿no existen otras cosas que os parecían incomprensibles en los medios que Él emplea para llegar a sus fines? Es preciso que el hombre se ejercite en distinguir lo verdadero de lo falso, pero todos no podrían recibir la luz súbitamente sin ser encandilados.

9. ¿Quisierais decirnos, os lo ruego, vuestra opinión personal sobre la reencarnación?
– Resp. Los Espíritus son creados ignorantes e imperfectos: una sola encarnación no puede serles suficiente para aprender todo; es preciso que se reencarnen para progresar con las bondades que Dios les destina.

10. ¿Puede la reencarnación tener lugar en la Tierra o solamente en otros globos?
– Resp. La reencarnación se da según el progreso del Espíritu, en mundos más o menos perfectos.

11. Esto no nos dice claramente si puede tener lugar en la Tierra.
– Resp. Sí, puede tener lugar en la Tierra; y si el Espíritu la pide como misión, eso debe ser más meritorio para él que pedir avanzar más rápido en mundos más perfectos.

12. Rogamos a Dios Todopoderoso que permita al Espíritu que ha tomado el nombre del Padre Ambrosio comunicarse con nosotros.
– Resp. Estoy aquí, pero no queráis confundirme.

13. ¿Eres tú realmente el Padre Ambrosio? En el nombre de Dios, te intimo a decir la verdad.
– Resp. No.

14. ¿Qué piensas de lo que has dicho en su nombre?
– Resp. Pienso como pensaban los que me escucharon.

15. ¿Por qué te has servido de un nombre respetable para decir semejantes tonterías?
– Resp. A nuestros ojos los nombres no son nada: las obras lo son todo; como se podía ver lo que yo era por lo que yo decía, no le atribuí consecuencias a la usurpación de este nombre.

16. ¿Por qué en nuestra presencia no mantienes tu impostura?
– Resp. Porque mi lenguaje es una piedra de toque con la cual no podéis engañaros.

Nota – Varias veces se nos ha dicho que la impostura de ciertos Espíritus es una prueba para nuestro juicio; es una especie de tentación que Dios permite para que, como lo ha dicho el Padre Ambrosio, el hombre pueda ejercitarse en distinguir lo verdadero de lo falso.

17. Y tu compañero Clemente XIV, ¿qué piensas de él?
– Resp. Él no es mejor que yo; ambos tenemos necesidad de indulgencia.

18. En el nombre de Dios Todopoderoso, te pido que vengas.
– Resp. Estoy aquí desde que está el falso Padre Ambrosio.

19. ¿Por qué has abusado de la credulidad de personas respetables, para dar una falsa idea de la Doctrina Espírita?
– Resp. ¿Por qué estamos inclinados a faltas? Porque no somos perfectos.

20. ¿Ambos no pensasteis que un día vuestra bellaquería sería descubierta, y que los verdaderos Padre Ambrosio y Clemente XIV no habrían de expresarse como vosotros lo habéis hecho?
– Resp. Las bellaquerías ya fueron descubiertas y castigadas por Aquel que nos creó.

21. ¿Sois de la misma clase que los Espíritus a los que llamamos golpeadores?
– Resp. No, porque aún es preciso tener razonamiento para hacer lo que hicimos en Nueva Orleáns.

22. (Al verdadero Padre Ambrosio.) ¿Os ven aquí estos Espíritus impostores?
– Resp. Sí, y sufren al verme.

23. Estos Espíritus ¿son errantes o reencarnados?
– Resp. Errantes; ellos no son lo bastante perfectos como para desprenderse si estuviesen encarnados.

24. Y vos, Padre Ambrosio, ¿en qué estado estáis?
– Resp. Encarnado en un mundo feliz y sin nombre para vosotros.

25. Nosotros os agradecemos los esclarecimientos que habéis tenido a bien darnos; ¿tendríais la bondad de venir otras veces entre nosotros, para decirnos algunas buenas palabras y darnos un dictado que pueda mostrar la diferencia entre vuestro estilo y el de aquel que había tomado vuestro nombre?
– Resp. Estoy con aquellos que quieren el bien dentro de la verdad.

Allan Kardec
Revista Espirita 1858


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¿Jesús de Nazaret resucitó 

 muertos porque era Dios ?

Jesús de Nazaret, durante su vida pública, no resucitó muertos ni hizo milagros, tal como se entienden en el sentido de alterar de forma extraordinaria lo que está sujeto a unas normas y leyes de la Naturaleza. Eso sí hubiese sido algo “sobrenatural”, pero nada existe fuera de la Naturaleza, pues esta es el orden establecido por el Padre para ala Creación. Existen fenómenos paranormales o extraordinarios, pero no sobrenaturales, porque no puede contradecirse Dios a Sí mismo en su Creaación.
  Jesús no vino a este mundo para hacer de mago prestidigitador ni para romper las Leyes Naturales establecidas por Dios. Además, Él no dijo en ningún momento que Él fuese Dios, y desde luego no lo era. Él solamente dijo ser Hijo de Dios, y por extensión también nos enseñó a que todos somos igual que Él, hijos del mismo Padre. Dios es nuestro Padre Celestial, porque de Él procedemos.
Por otra parte, es de señalar que Dios solo se manifiesta mediante unas normas fijas, que son las leyes cósmicas naturales, por lo Dios no se dedica a resucitar seres humanos en este pequeño planeta Tierra, ni a hacer grandes milagros para impresionarnos con su poder. Si tales milagros fuesen reales, tal como se entienden, Dios estaría actuando contra sus propias Leyes establecidas por Él.  que tienen un carácter universal. Creer en esa fantasía es como pretender rebajar la infinita grandeza y sabiduría del Creador.
En la persona de Jesús de Nazaret encarnó el Espíritu regidor de la Tierra, el Cristo  que Él fue y es su Guía,  que tutela este planeta y a sus criaturas, desde el comienzo  de la existencia de nuestro mundo, en todo su proceso. Él es sin duda, el Ser espiritual de más elevado, cercano al Padre, y de la más alta jerarquía espiritual que ha encarnado jamás  en la Tierra.
Precisamente este elevado Ser,  encarnó como  Jesús de Nazaret, para impulsar nuestra evolución  enseñándonos el camino a la perfección y a la felicidad cerca del Padre, con  Su mensaje ético y moral que tanto  ha impulsado la evolución espiritual en la Tierra, además  de mostrarnos nuestra filiación Divina  haciéndonos comprender que somos hermanos  procedentes de un mismo Padre común y que juntos nos debemos aproximar  a  nuestro Padre común, por el camino del Amor que nos lleva a una felicidad incomprensible todavía para los seres humanos que habitamos actualmente este pequeño mundo de Expiación y Pruebas que es la Tierra.
De otra parte, un Ser Crístico de su nivel, no actúa aislado y en solitario en un mundo tan inferior  como lo es el nuestro y mas aún como lo era la Tierra en aquella  época, sino que lo hizo asistido por  la enorme energía  mental y la gran capacidad espiritual vibratoria de muchos otros evolucionadísimos Seres del Plano Espiritual o de otras dimensiones, que nunca dejaron de  acompañarle, ayudarle y servirle en su misión redentora.
     Los prodigios de Jesús fueron reales, pero no sobrenaturales; estuvieron basados en el dominio natural  y la autoridad que Su Espíritu tenía sobre la Naturaleza, como magnetizador y manejador de las energías cósmicas, además de por su enorme ascendiente y poder sobre todos los seres espirituales que ante Su sola presencia le quedaban sometidos. Jesús realizó sus prodigios mediante ese  gran poder mental y magnetizador que irradiaba, así como por la potente energía sanadora que dirigía y controlaba desde la mente mediante Su voluntad. El tenía estas capacidades de modo natural, sin tener que hacer para ejercerlas esfuerzos extraordinarios, debido a su elevadísimo nivel de evolución en todos los sentidos. De hecho, el único “secreto” que Él podía tener para mantener y aplicar esas capacidades, era su permanente conexión espiritual con el Padre y con todo el cortejo de grandes Seres espirituales que lo acompañaban permanentemente.
     Él no vino a este mundo  para  hacer mágicos y maravillosos  milagros que pareciesen trastocar el orden Divino de la Creación, de la vida y de la muerte,  establecidos por el Padre,  derogando  la Ley Natural  establecida,  ni ninguna otra ley divina, porque estas leyes fueron establecidas  por el mismo Dios Creador,  infinitamente superior en Jerarquía  a todas sus criaturas, incluidos los “Arcángeles” y todos  los “Cristos Planetarios”.
      Jesús  fue un profundo conocedor del espíritu humano  su psicología, y sabía como despertarlo al interés por una comprensión espiritual y  guiarlo por el camino para realizar una  reforma moral que nos  impulsase en el proceso evolutivo. Por eso, a veces obró prodigios de sanación mediaante su  gran poder Divino, cuando  las leyes de Causa y Efecto  lo permitían, pero lo que no hizo nunca, a pesar de las apariencias, fue resucitar cadáveres en el literal sentido de su significado, derogando así una ley natural establecida por el Padre, ni  menos aún pretendiendo  impresionar a nadie  haciendo que ningún espíritu ya libre de la materia regresara desde el Más Allá  a la misma materia abandonada con la muerte, pues además para ser creído y llegar al corazón de los que le escuchaban, no necesitaba ejercer de mago prestidigitador ni de romper con las Leyes Naturales establecidas , sino que lo lograba llegando al corazón de quienes le seguían por la pureza y elevada  irradiación mental o por el enorme magnetismo que le caracterizaba. Tenemos por ejemplo, el episodio evangélico de la “resurección” de su amigo Lázaro, de la que el evangelista señala, para remarcar más el hecho en sí mismo, que el cadáver ya olía, para dejar claro que no había otro sentido en el cuadro descrito, que el de la verdadera y auténtica muerte, y que Jesús, impresionado ante la muerte de su amigo, sollozó, lo que vendría a señalar que el mismo Jesús era un Ser humano, tan sensible como cualquiera, y lo tuvo por muerto, no sabiendo lo que poco después acontecería con el amigo por su mediación. Sin embargo, este caso, como tantos otros conocidos o desconocidos que se han dado a lo largo de la historia humana, bien pudo ser en realidad, un estado de catalepsia o muerte aparente, del que Cristo lo sacó por su gran poder magnetizador y su autoridad sobre todos los Espíritus.
 Por estos  poderes hizo también otros muchos “milagros”, pero discretamente, de modo que no transcendieron y  por eso  no han pasado a la historia a través de aquellas ancestrales crónicas  primero relatadas y luego escritas que fueron seleccionadas en los escritos Evangélicos, pues queda claro que a Jesús no le interesaba captar la atención de ese modo, no era esa su misión,  porque además esto hubiera sido más bien  una rémora para cumplir con su misión de llegar a despertar el verdadero sentimiento y el corazón de las personas.
- Jose Luis Martín-



“Se puede decir que en la naturaleza no hay milagro, pero también se puede decir que todo es milagro”

                -Pío Baroja(1872-1956),escritor español-
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