viernes, 3 de abril de 2020

En el estudio del Más Allá

  
 INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- La Transfiguración
2.- Sobre el pase magnético
3.- Del manuscrito de Amalia
4.- Más Allá de un Centro Espírita
5.- En el estudio del Más Allá





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                         LA TRANSFIGURACIÓN

122. Pasemos al segundo fenómeno, el de la transfiguración. Consiste en el cambio de aspecto de un cuerpo vivo. El siguiente es un hecho de esa naturaleza, cuya completa autenticidad podemos garantizar, ocurrido durante los años 1858 y 1859, en los alrededores de Saint-Étienne. Una joven de aproximadamente quince años gozaba de la singular facultad de transfigurarse, es decir, de tomar,en determinados momentos, todas las apariencias de ciertas personas muertas. Tan completa era la ilusión, que se creía tener delante a la persona cuya apariencia ella tomaba, en virtud de la notable semejanza de los rasgos fisonómicos, de la mirada, del tono de la voz e, incluso, del leguaje que empleaba al hablar. Ese fenómeno se repitió cientos de veces sin que la voluntad de la muchacha interviniera en modo alguno. Tomó en varias ocasiones la apariencia de su hermano, fallecido unos años antes. Reproducía no sólo su semblante, sino también el porte y la corpulencia. Un médico del lugar, que muchas veces había presenciado esos extraños efectos,hizo la siguiente experiencia, con el propósito de asegurarse de que no era víctima de una ilusión. Obtuvimos las informaciones de él mismo, del padre de la joven, y de muchos otros testigos oculares,muy honrados y dignos de fe. Este médico tuvo la idea de pesar a la muchacha en su estado normal, y luego durante la transfiguración, cuando presentaba la apariencia del hermano, que contaba al morir veintitantos años, y que era mucho más alto y fuerte que ella. ¡Pues bien! Verificó que el peso de la joven casi se duplicaba cuando estaba transfigurada. La experiencia era concluyente, de modo que era imposible atribuir aquella apariencia a una simple ilusión óptica. Tratemos de explicar ese hecho, que en otros tiempos hubiera sido calificado de milagro, y al cual hoy denominamos
simplemente fenómeno.

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS
ALLAN KARDEC

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           SOBRE EL PASE MAGNÉTICO


Allan Kardec nos instrúye:
al respecto de las condiciones del pasista o donante:
“La primera condición es trabajar su propia depuración (moral y ética),a fin de no alterar a los fluidos saludables ,que está encargado de transmitir.
Esa condición no podría ser ejecutada sin el más completo desinterés material y moral...
Allan Kardec. Revista Espírita, noviembre 1866


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DEL MANUSCRITO DE AMALIA

La redención del hombre es muy sencilla; solo consiste  en amar al prójimo como a si mismo; pero dentro de esta sencillez hay un obstáculo que levanta una muralla entre el “bien” y el “mal” es el orgullo.

Cuando el espíritu desciende  a la tierra y promete a esa “naturaleza divina” llamada Dios, que ya es enérgica y firme, para  pasar del “mal” al bien le envuelven  unas fuerzas superiores a las suyas  y encarna desconocedor de todo cuanto a prometido; pero entre la promesa  y el Yo se constituye una ley, y esa ley es la que rige durante nuestro paso por la tierra; y así empieza para el Espíritu una existencia  de lucha y progreso.

Vivimos dentro de la oscuridad y la ignorancia, sin conocer  esa ley que nuestro arrepentimiento ha creado y que es la única  que nos conduce a puerto de salvación. Todas las religiones tienen la tendencia de inculcar al  hombre el arrepentimiento y el acto de contrición; pero la equivocación de todas está en dar al hombre un plazo tan corto para arrepentirse.

El hombre tiene una eternidad para reconciliarse. El hombre ha sido, el hombre es, y el hombre será. Los mismos obstáculos, y alfilerazos que recibe  le van enseñando  el camino de su propia regeneración. Cuando está cansado  por el peso de sus culpas, que consciente o inconscientemente  pesan en su conciencia,  y no puede más,  entonces el hombre  invoca su regeneración.

Cuando un espíritu ha pasado por la tierra lleno de adulaciones y placeres, al penetrar en el mundo  de la verdad es tan grande su desengaño, que el llanto es el fluir de su alma y este es el Jordán de su regeneración.

Cuando el acto de contrición es puramente verdadero, es cuando el espíritu  no puede retroceder de lo que ha prometido, siendo el llanto el bautismo del alma. El hombre solo se bautiza cuando retira el velo del orgullo que lo domina; entonces ve la verdad y se redime por el sufrimiento que sus mismas pequeñeces le han proporcionado.

Por el llanto  que brota de su alma se redime y e bautiza; y esa redención y ese bautismo es obra propiamente suya; y entonces es cuando prepara una nueva existencia, dando a Dios lo que e de Dios y a Cesar lo que es de Cesar, descendiendo a esa penitencia dispuesto a luchar y a vencer.

Los que niegan la existencia de Dios son almas tan pequeñas que aun  no han comprendido de donde emana esa inspiración que los alienta y los guía por el destierro de la vida; y si no se conocen ellos mismos ¿Cómo van a conocer  a Dios es muy difícil y muy fácil.

    El Espíritu conoce a Dios cuando ha sufrido y llorado mucho, porque para conocer  lo bello y lo grande se tiene que haber pasado antes por esos estados atmosféricos en que el hombre se asfixia; y dentro de esa misma labor es cuando el hombre analiza y conoce la verdad. Para que el hombre ore con el alma, es necesario que se encuentre  en un lugar donde las zarzas obstaculicen su paso; pues al verse imposibilitado para salir  de ese laberinto es cuando decae su cuerpo y se eleva su alma. Para el alma  nunca se  cierran todas las puertas en el momento  en que su cuerpo gime y llora ella comienza a cambiar de actitud.

La tierra es un vergel de flores; solo en sus troncos guarda las espinas, y esos troncos y espinas no los confecciona Dios, sino que es la sombra de la imperfección del hombre. Cuando el hombre desee ser feliz, ha de  poner la parte que le corresponde  que es la de cumplir todos sus deberes. Cuando el hombre comprenda que su paso por la tierra es un trabajo de prueba, empezará su verdadera labor, fatigando el cuerpo y ensangrentándose las manos para arrancar las espinas del tronco de la inmortalidad, del orgullo, de la envidia de los celos etc. que el mismo ha fabricado.

Es un trabajo duro, pero para limpiar el planeta  de imperfecciones, la obra es enteramente del hombre. El hombre es el que ha hecho crecer las espinas;  el ha convertido el jardín  en un campo árido y sin placer ninguno. Pero el hombre se cansará de sufrir, y se cansará de llorar,  y fatigado en la “playa de su vida” escuchando el lenguaje de su conciencia, empezará su redención.

En el siglo que está pasando aun no es concedido al hombre el poder contemplar  de cerca las maravillas. Antes ha de purificarse por el sufrimiento, que le reporta  una eternidad de goce; menos que un granito de arena en la inmensidad del océano.

¡Benditos los justos; dichosos los humildes y los limpios de corazón, que para ellos será la felicidad eterna!

Trabajo realizado por Merchita

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     Más allá de un Centro                       Espírita


Creo sinceramente que, un craso error que cometemos muchos, es limitar la terapéutica espírita a las reuniones… me explico. Con frecuencia, casi por costumbre, sin darnos cuenta, “forzamos” que la gente vaya a los centros, y eso está bien cuando surgen las circunstancias adecuadas, pero no como norma general, porque no todo el mundo está llamado a ir a un grupo.
A los que no van a ir, o de momento no están interesados pero, aún así, si que les gusta o se sienten receptivos al mensaje del espiritismo, se les puede indicar lecturas que les ilustren, se pueden tener charlas periódicas sobre nuestra doctrina, y si tienen algún problema personal, se les puede asesorar con cosas que pueden poner en práctica en casa, en su vida de relación, etc., porque el Espiritismo es una escuela educacional (y por lo tanto de desarrollo personal). Pero ocurre que muchas veces, al no poder o no estar interesada la persona en asistir al centro, la damos por perdida…, es como si ya no nos importara. Esto es un error grave.
Hay muchas pautas que, como espíritas, podemos recomendar para hacer en casa o en el día a día, sin tener necesariamente que pasar por un grupo… Porque el espiritismo no solo es lo que se organiza dentro de un centro o el asistir al mismo, sino que es una maravillosa terapia de desarrollo personal para espíritas…y para simpatizantes.
El Espiritismo del día a día es tan edificante y necesario como el que se vive en un centro.
Quizá la persona no se haga espírita (porque no es necesario o porque no esté en su camino), pero aplicará ciertas cosas que le pudo indicar un espírita, o mantendrá charlas edificantes con él, cuando toque, etc, y esto le hará tener una referencia práctica de lo que es y no es Espiritismo, y, de alguna manera, mantendrá un vínculo con el mismo.
Por Juan Manuel Ruiz González

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EN EL ESTUDIO DEL MÁS ALLÁ
   
   En el estudio del Más Allá, se intenta averiguar científicamente, de donde venimos, lo que somos y a donde vamos como seres cósmicos.
   Al mismo tiempo se desarrolla también una filosofía y una doctrina de verdaderos valores humanos, con una ética y una moral, que hace que se manifieste un estado de verdadera felicidad interna.
  La parte moral, se basa en el verdadero sentido del primer y antíguo Cristianismo, que es el amor fraternal cósmico, que no necesita de ritos, ceremonias, ni misas; ni creer en dogmas ni en misterios, Lo importante son los sentimientos internos del espíritu, lo que es progresivo para nuestro estado material y espiritual, pero esas prácticas externas no conducen a nada.
   En los momentos actuales, se están aprovechando comercialmente toda clase de supersticiones, debido al escaso conocimiento que se tiene de las verdades espirituales, y se olvida el gran bagaje de moral que tenemos en nuestro interior, sin haberlo puesto en marcha.
   Todos estos que se autodenominan videntes, que lucran y engañan con la cartomancia, ahora tan de moda, con sortilegios y adivinación para embaucar a sus semejantes, y lo mismo con cartas astrales, engañando y cobrando cantidades abusivas, que bien se manifiesta en la prensa diaria; a todos estos solo mueve el interés, y con ello están causando un verdadero mal a la sociedad. Para esta clase de abusos, creo que hemos de procurar ser un poco más inteligentes para no caer en ellos.
   En el estudio de la ciencia de la Parapsicología, se estudian las facultades psíquicas que todo ser humano posee; que aunque lo ignoramos, todos tenemos algo que la Naturaleza nos ha dotado; pero cuando esto se va desarrollando y se llega a la conclusión de que es una verdad, por haberse comprobado que es una realidad, lo primero que se exige es no creerse superior a los demás por este concepto. Cuanto más humilde se es, mejor funciona, y sobretodo no aceptar remuneración alguna ni obsequios de ninguna clase. Esto es muy importante para que estas facultades continúen vigentes, porque si se explotan, lo que en un principio era real, luego la Naturaleza o la Providencia, lo retira, porque entonces se está actuando en falso. Lo que si que hay que tener muy presente es que las facultades no se pueden comercializar, porque son una herramienta de trabajo para darse a los demás, que nos concede el Supremo Creador para ayudar a nuestros semejantes, en momentos de verdadero sufrimiento, tanto físico como espiritual, y para ello existen facultades de muy variadas clases y circunstancias.
   Y sobre todo, recordemos que no son espiritistas quienes se lucran, explotan o engañan en nombre del Espiritismo. Los que se ocupan de la cartomancia, sortilegios y adivinación para embaucar a sus semejantes. Todo aquel que mixtifica o se atribuye falsas facultades, en cuyo fondo está el absurdo, el fanatismo o el interés. Nadie que obre así es espírita, aunque diga serlo.
   Los espíritistas proclamamos el libre examen de las ideas en toda su amplitud, que las cosas que no sean razonables para cada uno, tampoco pueden ser de obligación ni devoción.
   En lo posible, no dogmaticemos en nada y aceptemos toda verdad evidente, venga de donde venga, para evolucionar con ella.
   Creemos que el Espiritismo no ha de llenar su misión, cultivando censuras, ni críticas, ni violencias de palabra o de obra, sino sembrando soluciones racionales.
   Creemos que hay  que respetar en absoluto las ideas de los demás, dejando a cada uno con la responsabilidad de sus creencias, pero sin que esto impida la comparación serena o el comentario desapasionado, de cualquier clase, para enmendar lo que se estime equivocado, y en todo caso hacer honor a este lema: " Hacia lo superior, poor el amor y el estudio".

- Salvador Sanchis Serra -

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