domingo, 28 de octubre de 2018

Entrevista a Divaldo


 Os invito a ver  los siguientes temas:

1.- Los Libros de la Codificación Espírita
2.- ¿ Qué es la Terapia de la Reencarnación?
3.- De la Reencarnación
4.-Crisis Mundial: La gran Catarsis
5.-Entrevista a Divaldo 




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  Los libros de la Codificación Espírita









      El Libro de los Espíritus no es tan sólo la piedra fundamental o el hito inicial de la nueva codificación, porque constituye su propio esbozo, su núcleo central y al mismo tiempo el andamiaje o estructura general de la Doctrina. Si se le examina en relación con las restantes obras de Kardec que completan la codificación, se comprueba que todos esos libros tienen su punto de partida en el contenido de aquél. Podemos definir las diversas zonas del texto que corresponden a cada una de aquellas obras.

     Así como en la Biblia existe el núcleo central del Pentateuco, y en el Evangelio el de la enseñanza moral de Cristo, en El Libro de los Espíritus podemos localizar una parte que se refiere a él mismo, a su propio contenido: es el conjunto de los Libros Primero y Segundo, hasta el Capítulo Cinco. Este núcleo representa, dentro del esquema general de la codificación que hallamos en la obra, la parte que le corresponde a él mismo. En cuanto a los demás, comprobamos lo siguiente:

PRIMERO: El Libro de los Médiums, secuencia natural de El Libro de los Espíritus, que trata con especialidad el aspecto experimental de la Doctrina, tiene su fuente en el Libro Segundo, a partir del Capítulo Seis y hasta el final. Toda la materia que esta parte contiene es reorganizada y ampliada en El Libro de los Médiums, en especial lo referente al Capítulo Nueve: “Intervención de los Espíritus en el mundo corpóreo”.

SEGUNDO: El Evangelio según el Espiritismo es una derivación natural del Libro Tercero, donde se estudian las leyes morales, tratando sobre todo la aplicación de los principios de la moral evangélica, así como los problemas religiosos de la adoración, la plegaria y la práctica de la caridad. Incluso encontrará el lector en esa parte las primeras formas de “Instrucciones de los Espíritus”, comunes en El Evangelio…, con la transcripción completa de comunicaciones firmadas que versan sobre asuntos evangélicos.

TERCERO: El Cielo y el Infierno deriva a su vez del Libro Cuarto, “Esperanzas y Consuelos”, en que se examinan los problemas relativos a las penas y goces terrenales y futuros, inclusive con la discusión del dogma de la eternidad de las penas y el análisis de otros dogmas, entre ellos el de la resurrección de la carne y los del Paraíso, Infierno y Purgatorio.

CUARTO: El Génesis, los Milagros y las Profecías se relacionan con los Capítulos Dos, Tres y Cuatro del Libro Primero, y Capítulos Nueve, Diez y Once del Libro Segundo, así como con ciertos fragmentos de capítulos del Libro Tercero, que tratan problemas genésicos y de la evolución física de la Tierra. Por su amplio sentido, que abarca al propio tiempo las cuestiones de la formación y desarrollo del globo terrestre, y las referidas a pasajes evangélicos y de la Sagrada Escritura, El Génesis…, se ramifica de una manera más difusa que los restantes libros de la codificación, dentro de la estructura de la obra Máter.

QUINTO: Los pequeños libros de introducción al estudio de la Doctrina, como El principiante espírita (2) y ¿Qué es el Espiritismo?, que no se incluyen propiamente en la codificación, están asimismo relacionados de una manera directa con El Libro de los Espíritus, derivando de su “Introducción” y “Prolegómenos”.

2.-  Título se da a una edición brasileña del Capítulo II del libro ¿Qué es el Espiritismo?, publicado separadamente. [Nota de la Editora.]

     Así pues, la codificación se nos presenta como un todo homogéneo y consecuente. A la luz de ese estudio se desmoronan las tentativas de separar uno u otro libro del bloque de la codificación, como posible expresión de una forma diferente de pensamiento. Y nótese que los vínculos señalados aquí de un modo tan sólo formal pueden y deben ser aclarados en profundidad por un estudio minucioso del contenido de las diversas partes de El Libro de los Espíritus, en confrontación con las restantes obras. Tal estudio exigiría también un análisis de los textos primitivos, como la primera edición de El Libro de los Espíritus y la primera del de los Médiums y del Evangelio…, pues, conforme se sabe, todos esos libros fueron ampliados por Kardec luego de publicada la primera edición de cada uno, siempre con la asistencia y orientación de los Espíritus.

     En un estudio más amplio y profundo sería posible mostrar el desarrollo de ciertos temas que, sólo planteados en El Libro de los Espíritus, encuentran solución en obras ulteriores. Es lo que se comprueba, por ejemplo, con los lazos entres Cristianismo y Espiritismo, que se definen por completo en El Evangelio…, o con el controvertido problema del origen del hombre, que tiene su explicación definitiva en El Génesis…, e incluso con las cuestiones de la mediumnidad, solucionadas en El Libro de los Médiums, y las teológicas y bíblicas, en El Cielo y el Infierno.

     Conviene aclarar, empero, que la ampliación de todos esos temas no significa, en ningún caso, que se modifiquen los principios asentados en el presente libro. A veces, ciertos asuntos que sólo afloran en El Libro de los Espíritus son desarrollados de tal manera en otras obras que, al leer éstas, tenemos la impresión de encontrar novedades. Pero lo cierto es que en aquél sólo han sido señalados en una forma sintética. Es lo que sucede, por ejemplo, con el problema de la evolución general, definida por León Denis en aquella frase célebre: “El alma duerme en el mineral, sueña en el vegetal, en el animal se agita y en el hombre despierta”. 

     Véase, al respecto, la definición del parágrafo 540 del presente libro, que expresa: “C´est ainsi que tout sert, tout s´enchaîne dans la nature, depuis l´atome primitif jusqu´á l´archange, qui lui même a comencé par l´atome. ¡Admirable loi d´harmonie dont votre esprit borné ne peut encore saisir l´ensemble!”   [“Así pues, todo sirve, todo se eslabona en la Naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo. ¡Admirable ley de la armonía, cuyo conjunto no puede abarcar  aún vuestro Espíritu limitado!”]

( Trabajo aportado por Claribel Díaz)



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" Nunca quise cambiar la religión de nadie, porque positivamente, no creo que la religión "a" sea mejor que la religión "b".... En los orígenes de toda religión cristiana, está el pensamiento de nuestro Señor Jesucristo".
- Chico Xavier -

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 ¿ Qué es la terapia de la Reencarnación?

      Este método terapéutico fue  un gran descubrimiento científico debido al  investigador español Jose María

Fernández Colavida, ( 1819-1888) que demuestra la hipótesis de la Reencarnación, aunque no es este el  principal objetivo de esta terapia, sino que lo es el de la curación de traumas, complejos y fobias que no se han podido solucionar por otros métodos. Posteriormente, en  el  año   1.978 , esta técnica fue experimentada y confirmada   por   el    Dr.   Morris   Netherton.  
     Consiste en poner al sujeto bajo hipnosis y hacer retroceder los   recuerdos vividos de su mente yendo atrás en el tiempo hasta  llegar a alcanzar  etapas anteriores a su actual identidad personal.  A través del estado de trance hipnótico se hace regresar  la memoria del individuo  en el tiempo, a través de  un proceso libre y consciente de asociación de ideas y recuerdos, reviviendo experiencias lejanas en el tiempo de su actual existencia, hasta alcanzar el momento de su nacimiento; llegado a ese punto, se continúa retrocediendo en la memoria ahondando en tiempos anteriores hasta que el sujeto comienza a experimentar otras  vivencias deferentes,  con conocimientos y experiencias extraños  que desconocía en su vida actual, llegando finalmente de este modo, hasta el  origen y la causa del problema que le afectaba y que se encontraba en alguna situación ocurrida en algún episodio de una vida anterior.
   Cuando se hace una regresión a una vida pasada, no se está viajando al pasado, sino que este se hace presente debido al sufrimiento traumático que  se determina en el sujeto. Regresar a la infancia, a la vida fetal o a vidas humanas anteriores, supone conducir la consciencia ante unos recuerdos perdidos en lo mas profundo del Ser humano que en estado normal de  vigilia no tenemos acceso a ellos y que en esa circunstancia se hacen muy presentes.
      Mediante esta técnica  terapeútica se   relaja    profundamente    al   sujeto  hasta   hacerle   bajar   sus   ritmos  cerebrales a  seis  o  siete   ciclos  por     segundo,   que  corresponden al  nivel mental Theta, en el cual  no se  produce  una total pérdida de   conciencia.

     Durante las regresiones, a veces los pacientes se ven afectados físicamente por el suceso o tragedia que reviven, tal como  experimentando dolores, punzadas, inflamaciones, molestias de cualquier zona del cuerpo, etc, relacionadas con alguna causa traumática anterior como origen de las mismas, o con la clase de muerte que tuvo.  Inclusive, a veces, estos síntomas físicos  comienzan a manifestarse aun antes de  revivir   los hechos del pasado, pero  sin embargo una vez alcanzados y vividos de nuevo  como causas conscientes, cesan los  efectos correspondientes.


Los resultados  de esta terapia y su rapidez suelen ser  muy superiores a los obtenidos con otros tratamientos psicológicos o farmacológicos.

- Jose Luis Martín-

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             DE LA REENCARNACIÓN

.. ¿Cómo puede acabar de depurarse el alma que no ha alcanzado la perfección durante la vida corporal? 
- Sufriendo la prueba de una nueva existencia.- 


¿De qué manera realiza el alma esta nueva existencia? ¿Por su transformación como Espíritu? 
- Al depurarse, el alma experimenta sin duda una transformación, pero para ello necesita la prueba de la vida corporal. 
.

 El alma ¿tiene, pues, muchas existencias corpóreas? 
- Sí, todos tenemos muchas existencias. Los que afirmen lo contrario quieren manteneros en la ignorancia en que ellos mismos están: ese es su deseo. 
.

 De este principio parece resultar que el alma, tras haber dejado un cuerpo, toma otro. Dicho de otra manera, reencarna en un nuevo cuerpo.
¿Así hay que entenderlo? 
- Evidentemente. 


El número de las existencias corporales ¿es limitado, o el Espíritu reencarna perpetuamente? 
- Con cada nueva existencia el Espíritu da un paso más por la senda del progreso. Cuando se ha despojado de todas sus impurezas ya no tiene necesidad de las pruebas de la vida corporal.. 


EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
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Comentario  de Marco Antuan.-:

. Tantas existencias y tantas formas diferentes de pensar y actuar, vivencias de un mismo espíritu hasta alcanzar la Angelitud, es la prueba mas grande de la Misericordia y de la Justicia Divina, lo que sembramos recogemos, y los defectos que vamos depurando son la conquista de nuestro Espíritu. Marco Antuan, 


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CRISIS MUNDIAL: LA GRAN CATÁRSIS


Vivimos en un mundo de enormes contrastes. Por un lado, el desarrollo vertiginoso de la ciencia y la tecnología, especialmente en las últimas décadas. Unos avances que facilitan la vida y la comunicación global. Jamás en la historia de la humanidad ha existido un progreso como el de hoy día. Por otro lado, el déficit moral, el individualismo egoísta, consecuencia de muchos factores, como pueden ser los de carácter educacional, religioso, social, etc. En los países más desarrollados han provocado incluso, una relajación de costumbres, focalizando el sentido vital de la existencia en aspectos puramente materiales, como son los de tipo profesional, económico y aquellos otros relacionados con el confort, ocio y el placer.
Muy lejos quedan ya, en esos mismos países desarrollados, los grandes esfuerzos realizados a lo largo de la historia para conseguir disminuir las desigualdades, las injusticias. Como ocurrió durante la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII.  La abolición de la esclavitud en el mundo. La lucha por la igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres. También los esfuerzos por superar las discriminaciones raciales en Estados Unidos, principalmente en la década de los 60. Son conquistas que han costado muchos sacrificios, y también la pérdida por el camino de muchas vidas humanas, con la esperanza y la ilusión de conseguir una sociedad más justa y equitativa. La Declaración Universal de los Derechos Humanos firmada por 48 países en el año 1948 supuso un avance significativo, al menos, una declaración de intenciones. No obstante, nos hemos estancado, el foco está puesto en otros puntos, como es la ambición egoísta y el materialismo del que hemos hecho mención.
Ahora mismo, el mundo se agita dentro de una gran crisis mundial, en todos los sentidos. La lucha de clases se mantiene, y se observa como el poder económico se va concentrando cada vez más en una pequeña minoría privilegiada, mientras otros se van empobreciendo y los jóvenes gozan de menos oportunidades. Al mismo tiempo, los intereses de las grandes multinacionales y el poder de la industria, ha soslayado el problema de la creciente contaminación que ahoga a muchas ciudades y es la causante de un calentamiento global de consecuencias imprevisibles.
Esto es como si en una gran vivienda llena de gente, se produjera un incendio y este se  fuera extendiendo por todos sus rincones, y en la que unos pocos privilegiados tuvieran a su alcance unas mascarillas de oxígeno que les resguardara temporalmente, mientras observan como el humo avanza y se densifica. Está claro que los más egoístas buscan su salvación, escaparse del problema, no obstante el fuerte olor y el ambiente denso no les permite escaparse del todo, más pronto o más tarde les afectará también. Sin duda, no es tan sencillo, no comprenden que forman parte de un mismo hogar aunque no quieran. Se creen triunfadores, privilegiados, se aferran a eso y no desean mezclarse con el resto.
Como nos demuestran los hechos históricos del pasado, las crisis son cíclicas porque el progreso no es uniforme y horizontal, tiene sus vaivenes, sus altibajos. Son procesos naturales, necesarios para el desarrollo y crecimiento de la humanidad. Empero, la actual crisis no tiene precedentes en la historia, porque nos aboca a un cambio fundamental, casi definitivo.
Es curioso observar la existencia de mensajes, comunicaciones procedentes del mundo espiritual, cuyo análisis que efectúan de la realidad mundial es bastante dura. Un ejemplo es el mensaje de Ana Fuentes de Cardona, psicografiado por Divaldo Pereira Franco durante la celebración del Congreso Espírita Mundial en Cartagena de Indias (Colombia) en el año 2007, donde dice, entre otras cosas lo siguiente: La  sociedad terrestre nunca tuvo tanta cultura, ciencia y tecnología como en la actualidad. Mientras tanto, jamás hubo tanto dolor y aflicción como en estos días… El sufrimiento alcanza niveles jamás experimentados anteriormente….
No estamos viviendo guerras mundiales como las dos vividas durante el siglo XX. Sin embargo, el mensaje de Ana Fuentes de Cardona es inapelable. Además, no es la única voz que habla en estos términos. Son mensajes para la reflexión y el estudio. No se trata de ver exclusivamente lo negativo, el vaso medio vacío. Claro que hay esperanza, claro que hay optimismo; hay una luz que asoma por el horizonte. Pero, la realidad ahora, con todo ese dolor, con todo ese sufrimiento, con todos los problemas políticos, sociales, económicos, humanitarios, climáticos, etc.; se está poniendo en jaque a todas las estructuras conocidas del ser humano. Ante este panorama el preclaro mentor Bezerra de Meneses, en otro mensaje es también muy contundente y afirma: (*) Se podría creer que el caos sería la conclusión final ineludible, sin embargo, la barca terrestre que navega los horizontes inmensos del cosmos no se encuentra sin rumbo.
Jesús está al timón y sus arquitectos divinos comandan los movimientos que le producen la alteración de la masa geológica, mientras se operan las transformaciones morales.
Iniciada la era nueva, surge, en este mismo siglo XXI, el periodo pre anunciador de la paz, de la fe religiosa, del arte y de la belleza, del bien y del deber.
Desde un punto de vista netamente espiritual podemos observar que este mundo, hoy día y más que nunca, hace honor a su categoría transitoria de expiación y prueba. Vivimos en un gran escenario de luchas que anteceden a la nueva aurora, al cambio definitivo que nos ha de llevar a un mundo de regeneración.
Una vida acomodada, sin luchas, sin objetivos, no nos permite desarrollar los recursos internos que poseemos, en estado latente, adormecidos, esperando su oportunidad, sea forzosa o voluntaria. La falta de estímulos, de ideales nos hace muy vulnerables, frágiles, nos crea inseguridad y el miedo hace acto de presencia. Sin embargo, nuestro destino es el progreso y la plenitud, pero con luchas, con trabajo, con esfuerzo; no puede ser de otra manera. Como indica un viejo adagio: “Personas fuertes raramente tuvieron un pasado fácil”. A lo que podríamos añadir: La fortaleza innata de ahora sin una causa aparente, procede de otras existencias. Nada se consigue sin trabajo, sin esfuerzo.
Ningún río crece en agua clara (Juan Damasceno Bisbal)
Hemos de mencionar al famoso neurólogo y psiquiatra austriaco Viktor Frankl, creador de la logoterapia, quien vivió una experiencia muy dura en los campos de concentración nazis. Fue allí, en el transcurso de su vivencia en unas condiciones miserables, donde pudo poner en práctica lo que posteriormente, en 1945, escribiría en su obra El hombre en busca de sentido.
En esa obra explica que el sentido de la vida no es una invención utópica sino que hay una razón muy poderosa que la justifica y que debemos de descubrir libremente. También asevera que las tensiones en la vida son necesarias, cumplen una función superior, para esforzarse y luchar por una meta o una misión que le merezca la pena.
Es por tanto, perentorio, ajustarnos a la realidad que nos ha tocado vivir, buscando el sentido espiritual de nuestras vidas. Hemos de cambiar primero nosotros, con las ideas claras y un rumbo cierto para vivir con cierta armonía dentro de los profundos procesos de transformación en los que estamos inmersos. Cuando las corrientes son muy intensas, hemos de ser flexibles como las ramas de los juncos que se mueven a merced de los fuertes vientos pero sin renunciar a sus raíces. El mismo Viktor Frankl afirmaba: Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.
Hemos de desechar el miedo y la incertidumbre. Como afirma Bezerra: Jesús está al timón. No es una banalidad. Tenemos la capacidad y las herramientas para afrontar todos los desafíos que la vida nos proponga. Si trabajamos, si adquirimos la luz clara del conocimiento, podremos albergar la calma en la tempestad, el consuelo en los procesos amargos, y la esperanza en un futuro mejor aunque todavía no lo veamos. Esta es la más importante decisión que debemos de tomar para alcanzar el gran ideal, la gran propuesta a la que estamos invitados.
 José Manuel Meseguer.- Amor, Paz y Caridad
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      Entrevista a Divaldo 
por el periodico: El universal.com.. 

Divaldo Pereira Franco es el máximo representante de la doctrina del Espiritismo. 
Asegura que después de la muerte hay vida. 

¿Qué niño de cuatro años no sale huyendo si ve a una anciana que dice ser su abuela y está muerta? 
Divaldo, no. 
El reconocido médium y espiritista asegura que era un niño cuando se le apareció el primer espíritu. Era el de María Catalina, su abuela, a quien no conocía. 
Ana, la madre de Divaldo, se aterrorizó, porque el pequeño insistía en que la anciana quería hablar con ella. Entonces, la mujer, quien nunca conoció a su madre (porque murió cuando ella era pequeña), lo llevó donde una hermana de ella, quien sí  llegó  a conocerla. 
El espíritu seguía dejándose ver de Divaldo, aún en la casa de su tía. La hermana de su madre le preguntó qué ropa usaba el supuesto espíritu. 
“Me acuerdo que le dije que era muy bajita, llevaba una falda muy larga, tenía algo en la cintura y además algo que brillaba aquí (señala el pecho). Mi tía dijo: 'Ana, esa es mamá. Y eso que brilla es un camafeo que yo le puse a su cadáver'”, cuenta el brasilero. 
Divaldo tiene 86 años, pero luce como de 50; y, cuando habla, parece que tuviera más bien 300 años de existencia. Siempre menciona fechas exactas (era como hacer un viaje en el tiempo) y tiene un aura muy agradable. A decir verdad, esperaba un personaje un poco oscuro. Ya sabes: los espíritus, las almas de los muertos, el más allá. 
La entrevista se realizó en la Dirección de este medio y fue más bien como un diálogo en el que todos participamos e intentamos disipar nuestras dudas. No todos los días se está frente a la máxima autoridad en el mundo de la doctrina del Espiritismo. 

¿Cuál es el caso más curioso que ha atendido como espiritista? 
-Son centenares, pero una de las más importantes de mi vida sucedió conmigo mismo. En 1954 tuve un problema de garganta que terminó en un cáncer. El médico que me atendía era muy amigo y me invitó a una reunión íntima donde se materializó un espíritu. De repente, escuché una voz femenina que me dijo: 'Divaldo, abre la boca'. También me pidió que abriera los ojos. Cuando lo hice, vi a una señorita de 1,66 metros de estatura más o menos, que intuí era judía, sonriendo, vestida de enfermera de la Primera Guerra Mundial. Llevaba un lapicero que tenía una bombilla verde en el final. Me dijo: 'Voy a cauterizar el problema y va a doler'. Ese bombillo era confortable, porque se apoyaba en la lengua. Cuando el lapicero estaba adentro, disparó algo, sentí un dolor intenso y pegué un grito. Eso mismo hizo dos veces. Recuperé la voz desde aquel mes de mayo de 1954 hasta el día de hoy. Ese era el espíritu de una enfermera llamada Sheyla. Me quedé tan sorprendido que pensé que era un delirio, porque soy espiritista. 

¿Para qué sirve el Espiritismo? 
-Para iluminar la conciencia. Las religiones dicen que la vida continúa y que después de la muerte se será feliz para siempre o desgraciado para siempre. El espiritista quiere demostrar que la vida tiene un sentido psicológico, que la muerte es un cambio de vibración. Porque hoy todo es energía. Nosotros creemos que después de la muerte hay vida. Mejor dicho, hay una vida de donde venimos y para donde retornamos. Pero lo más importante del Espiritismo es que propicia una armonía interior, porque vivimos en una lucha tremenda. 
Nosotros creemos que hay una fuerza en el universo que se llama Dios, naturaleza, energía y esta fuerza creó la vida, pero una vida con una finalidad que era la plenitud física. El materialismo nos plantea que seremos felices cuando lo tengamos todo; y aun cuando conseguimos todo, tememos perderlo. De modo que nunca somos felices. Yo tengo 86 años y puedo decirlo, porque pasé por todos esos periodos. Hoy miro hacia atrás y siento una armonía extraordinaria, porque conseguí llegar hasta aquí sin métodos lucrativos. 

¿Cómo hizo para escribir 254 libros? 
-Gracias a los espíritus. Yo transcribo lo que me dictan todos los días  durante 4 horas, y ahí vamos publicando poco a poco. Ya tenemos 121 ejemplares traducidos en 16 idiomas, pero lo más fantástico es que no disfruto de una moneda en derechos de autor. Todos los derechos de autor los donamos a instituciones de caridad. 

¿De qué manera ha sentido a Jesús en su vida? 
-Nací en una familia católica y, cuando me hice espiritista, entendí a Jesús, porque yo lo comprendía de acuerdo con el dogma de la Iglesia. Cuando identifiqué que Jesús no era Dios, sino el hijo de Dios y que nos amaba, que no permitía que nadie se perdiera y fuera al infierno para toda la eternidad, nació un sentimiento de ternura, de dulzura por este hombre que había tenido tanta  paciencia para aquellos que fueron sus enemigos. 
Lo que más me fascinó de la figura de Jesús fue su capacidad de amar, porque fue golpeado por un soldado en la cara y no reaccionó. Esa es una actitud extraordinaria. De modo que cuando leí el Sermón de la montaña, mi vida cambió completamente, porque yo era parte del grupo de personas que creía que fuerte era quien vencía a los otros; poderoso, quien dominaba. Con ese texto comprendí que fuerte es quien se domina. Una ética totalmente opuesta a la que vivimos hoy.    La propuesta de Jesús es vencerse a sí mismo, a las malas inclinaciones; y eso es fascinante. 

¿Qué asimila el Espiritismo del Cristianismo? 
-Todo. El espiritismo es una lectura del cristianismo. La diferencia es interpretativa. Para nosotros, Dios es amor. La vida es única, pero las existencias corporales son múltiples a través de las encarnaciones, y los espíritus vuelven comunicándose con nosotros. Existe una pluralidad en los mundos y creemos totalmente en todo lo que Jesús dijo, porque somos cristianos. 

¿Usted cree que Jesús resucitó físicamente o espiritualmente? 
-Espiritualmente. 

¿Quién es su familia? 
-Soy el último ejemplar, porque soy el último de una familia de 13 hermanos y ya se desencarnaron. Entonces, estoy solo, pero tengo una familia universal fantástica. Tengo mis hijos espirituales. He adoptado 84, quienes a su vez me han dado más de 300 nietos y ya 20 bisnietos. Pero tataranietos no quiero (risas). 

¿Qué riesgos tiene trabajar con espíritus?¿Cómo saber si los medios son auténticos? 
-Muchos riesgos, porque los espíritus tienen tareas importantes. Como las criaturas humanas, hay espíritus buenos y malos. Y ¿cómo saber que los medios son auténticos? Si hay interés económico o de otra naturaleza, hay una posibilidad de que no lo sean. Nunca paguen por actividades mediúmnicas, porque están cobrando por los espíritus y ellos no ganan nada. Para yo poder dedicarme de lleno a esto, antes tuve que trabajar muchos años para el Gobierno. El trabajo del espiritista es buscar el bien para construir una sociedad nueva. 

¿A qué vienen los espíritus a este mundo? 
-Vienen a demostrar que continúan viviendo, para aconsejarnos, advertirnos de algunas situaciones. Pero para que ellos se manifiesten, es necesario el merecimiento, que tengamos una vida saludable. No es necesario que seamos santos, pero sí ciudadanos. Por poner un ejemplo: es absurdo que en Brasil, en los últimos 10 años, fueran asesinadas en las calles 500 mil personas, 50 mil por año. Es una guerra no declarada. Los espíritus nos protegen. Yo viajo más de 250 veces al año y nunca he perdido un vuelo o tenido un atraco o algún problema. 

¿Cómo saber que estamos frente al espíritu que evocamos? 
-Yo puedo evocar a María Antonieta, pero viene María Fernanda y me miente. De modo que para no equivocarnos, los sometemos a un test. Si llamo a mi madre, le tengo que preguntar cómo era el nombre de ella, cómo era la casa donde vivíamos. Los espíritus no soportan ser investigados, porque nuestra lucha es la búsqueda de la verdad. Y en términos generales no evocamos espíritus, oramos y los que quieren o tienen algo que decir aparecen en el sitio. 

¿Ha sido víctima de alguno? 
-Cuando murió un hermano por un choque en 1944, yo tenía 17 años. Después de ese accidente quedé con dificultades para caminar y quedé paralítico desde el 24 de junio hasta el 5 de diciembre de ese año. Entonces, un día una prima llevó a una señora que yo no conocía. La señora era médium, me miró y me dijo que yo no estaba enfermo, que era víctima de un espíritu que estaba atravesado en el centro de mis movimientos. El nombre de ese espíritu era José, así se llamaba mi hermano. Se aproximó a mí y, después de unos minutos, me dijo que me pusiera de pie. Tenía miedo de caerme, pero mi madre me mandó callar y me pidió que obedeciera. Lo hice y comencé a caminar hasta hoy. 
Esa señora nos invitó a una reunión en la que se leyó el Evangelio del Espiritismo, y sentí una sensación maravillosa. Me desmayé y, cuando retorné, mi madre lloraba, porque mi hermano José se comunicaba. Desde entonces, esos fenómenos se repitieron, pero sólo hasta 1947 que fue cuando tomé conocimiento del Espiritismo, y fui estudiándolo. A partir de ahí, me transformé en espiritista, sin abandonar el respeto por la religión. 

¿Qué no le pregunté que desee compartir con nuestros lectores? 
-Lo que es más importante en la vida: amar. Cuando se ama, se es feliz. El verdadero sentido de la vida es vivir amando. No es importante que nos amen, porque si amamos para que nos amen, es un arreglo. Pero cuando amamos por el interés de ver al otro feliz, esto es la plenitud. En la vida todos tenemos enemigos. ¡Todos! Lo más importante es no ser. enemigo de nadie. Tener paz en el corazón. Por eso, solamente por el amor, la paz es posible en la criatura humana
Extraido del periodico: El universal.com..
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