Por su misma naturaleza el hombre posee a veces numerosas facultades, como el magnetismo, la radiestesia, la psicometría, la clarividencia etc.
Los egipcios conocían las propiedades del magnetismo, ese fluido humano que, dispensado por las manos o la mirada, regulariza y estimula las funciones orgánicas de un enfermo. En ciertos papiros, se puede leer: “Posa tu mano sobre el dolor, y dile al dolor que se vaya”. (Papiro descubierto por Ebers, tomado de un tratado de medicina faraónica bajo Amenofis I, 1700 a.C.) La imposición de manos sobre los cuerpos enfermos se practicaba en Egipto como dan cuenta las ceremonias esculpidas en bajorrelieve.
En la Grecia antigua, los Asclepíades practicaban la imposición de manos, las fricciones y el sueño Plinio, en su Historia Natural, habla de las curaciones conseguidas por el “tacto” de ciertos hombres de “virtudes médicas”.
La práctica del magnetismo aparece igualmente en India, China, Fenicia y Caldea. Se la ve en los templos de Isis y de Osiris. Esa energía particular, la encontramos en Jesús que, por imposición de manos, curaba a los enfermos.
En la Edad Media, y hasta el siglo XV, los “curanderos” utilizaban las mismas técnicas magnéticas de hoy, mientras que la palabra magnetismo, en esa época, era empleada sólo para designar el conjunto de propiedades de los imanes. Uno de los más célebres curanderos se llamaba Greatrakes, un irlandés capaz de curar tocando el lugar enfermo y cuyas curas magnéticas fueron autorizadas por el conjunto de médicos de su época. Siempre se han observado en el cuerpo humano ciertas propiedades que no carecen de analogía con las del imán. Hacia mediados del siglo XV, se estudió la tradición que atribuye al hombre el poder de ejercer sobre sus semejantes propiedades análogas a las de los imanes. El primer indicio de esa idea se encuentra en las obras de Paracelso. Después de él, en los siguientes siglos, ciertos sabios como Glocenius y Maxwell creyeron reconocer en el imán las propiedades del principio universal que explicaba todos los fenómenos de la naturaleza. El siglo de las luces contó con numerosos investigadores que nos permitieron conocer nuevas teorías y, respecto a la investigación sobre el magnetismo, podemos citar en este ámbito precursores a quienes está dedicado este dossier.
Franz Anton Mesmer nacido en 1734, médico alemán, expuso su descubrimiento del principio universal. Según él, el hombre, igual que el imán, puede actuar sobre sus congéneres gracias al fluido del cual dispone y distribuye con sus manos. Para Mesmer, las enfermedades proceden de un mal reparto del fluido en el interior del cuerpo: “Tengo en la mano una verdad esencial para la felicidad de la humanidad”. Poco tiempo antes de su muerte, dio su conformidad para un curso de mesmerismo en la universidad de Berlín.
El Dr. Deleuze (1753-1835) reunió las observaciones del marqués de Puységur y las de Mesmer y comprobó que la voluntad dirige el fluido magnético. El Barón du Potet (1796-1881) practicó y enseñó el magnetismo. Como científico, comprendió que esa posibilidad natural, inherente a ciertos hombres, era la medicina del porvenir y un poderoso medio de curar. Publicó veinte volúmenes de su periódico Le Magnétisme y numerosos tratados y libros.
Charles Lafontaine (1803-1892), quien se hizo magnetizar para instruirse, fue un gran vulgarizador del magnetismo. Por cierto, fue después de haber asistido a una demostración de Lafontaine en Manchester, el 13 de noviembre de 1841, cuando el médico escocés James Braid comenzó a interesarse por el magnetismo animal que él denominó hipnosis. Observemos, de paso, que solamente los Estados Unidos e Inglaterra se interesaron por este resurgimiento del magnetismo llamado hipnosis. El Marqués de Puységur (1751-1825) fue alumno de Mesmer. Descubrió el fenómeno del sonambulismo artificial o sueño magnético. El enfermo que se encuentra en ese estado adquiere una expansión prodigiosa en la facultad de sentir de algunos de sus órganos externos, generalmente los de la vista y el oído que se adormecen y todas las sensaciones que dependen de ellos se operan internamente. Tuvo el gran mérito de descubrir la clarividencia de los sonámbulos que, durante el sueño, eran capaces de descubrir e indicar los remedios que podían curarlos a ellos mismos o a los demás enfermos. Daban a distancia los consejos más reconocidos respecto a enfermos a los que nunca habían visto. Si bien esa época fue rica en experiencias y descubrimientos de las características comunes entre las propiedades del magnetismo y las de la luz, el calor, la electricidad y hasta del sonido, lo fue también en batallas. Los opositores al magnetismo siempre han tratado de ridiculizar que éste sea posible; desde 1784, múltiples comisiones de investigación han tratado de saber si existía un fluido magnético comparable al que Mesmer describía. La primera comisión designada concluyó que el magnetismo animal correspondía sobre todo a la imaginación, que el fluido no era de ninguna utilidad y que los magnetizadores se dejaban embaucar por sus enfermos. Esta conclusión sería objetada luego gracias a las curaciones obtenidas por el Dr. Liébault (creador de la facultad de Medicina de Nancy en 1882) en bebés, niños que no tenían desarrollados ni el discernimiento ni la imaginación. La academia de Medicina también prohibió a los médicos utilizar el magnetismo: “Ningún doctor se declarará partidario del magnetismo animal, ni por sus escritos, ni por su práctica, so pena de ser borrado del cuadro de doctores”. (Recordemos, sin embargo, cómo y por cuánto tiempo, la facultad de Medicina impidió la utilización de la quinina, tan eficaz contra las fiebres). Un informe secreto fue aún más lejos, destacando sobre todo un atentado contra las buenas costumbres de la época, por los toques que los magnetizadores ejecutaban sobre sus pacientes y principalmente sobre las mujeres. En cuanto a la Iglesia, ella veía allí la obra del diablo, sobre todo cuando el magnetismo desencadenaba el sonambulismo y la comunicación posible con los espíritus. Varios médicos rechazaron esta prohibición y fueron excluidos. El Dr. Varnier redactó un informe en defensa, apoyado por diecisiete abogados, censurando esta exigencia de la facultad, de refutar el magnetismo. Jussieu hizo un acto de resistencia y como miembro de la comisión se negó a firmar la conclusión del informe. Sin embargo, a pesar de la oposición, la práctica del magnetismo no se detuvo, estaba en todas las conversaciones, se publicaron las actas de curaciones y en Francia se crearon por todas partes sociedades magnéticas. En su resumen de la historia de Francia, Félix Bodin escribió: “Los fenómenos de magnetismo ya no pueden ser puestos en duda sino por aquellos que no quieren tomarse el trabajo de verificar. Es pues tiempo de declarar su existencia”. Escritos en escuelas, informes publicados en cursos públicos, hacia 1820 el magnetismo pareció entrar en una época de investigación científica. Se emprendieron experimentos en los hospitales parisienses, en el Hôtel Dieu (*) con du Potet y en la Salpêtrière. Como siempre, las comisiones comprueban y concluyen. En junio de 1831, la Academia de Medicina, convencida, concluyó así su informe: “La Academia debería alentar las investigaciones sobre el magnetismo como una rama muy curiosa de la psicología y de la historia natural”. Nunca lo hizo, hasta que a fines del siglo XIX, los hermanos Durville continuaron las investigaciones acerca del magnetismo en Francia, Portugal e Italia. En 1893, en París, nació una escuela de magnetismo luego de un congreso magnético internacional en 1889. Después de dos años de ejercicios, los hermanos Durville y el célebre Papus, doctor de la
facultad de París, que soñaba con una escuela de medicina libre, pidieron al gobierno incluir la escuela en el rango de los grandes establecimientos de enseñanza superior libre. Después de investigación y contra investigación, el ministerio y la Academia de Medicina dieron una opinión favorable.
Desgraciadamente, la escuela desapareció durante la primera guerra mundial. En 1922, un decreto del Boletín Oficial del Estado instituyó el diploma de Estado de enfermero-masajista, expedido después de dos años de estudios. El magnetismo no fue señalado explícitamente en esa enumeración pero figura entre los agentes terapéuticos admitidos por el 13º congreso de medicina forense. (*) Nombre que se daba antiguamente al hospital principal de las ciudades francesas. (N. del T.) Contrariamente a otros países europeos, hoy en día el magnetismo, no siempre es reconocido oficialmente en Francia. Sin embargo, todos los días se realizan curaciones por los magnetizadores. Frente al pasado, frente a todos esos trabajos practicados por investigadores sinceros, concienzudos y reconocidos, no sólo sería deshonesto desconocer el fenómeno magnético, sino también dar muestras de oscurantismo al no continuar las investigaciones. Las leyes inherentes al magnetismo han sido comprobadas y establecidas desde hace muchísimo tiempo.
LA ENSEÑANZA DE LOS ESPÍRITUS
Con la enseñanza de los espíritus en este ámbito, así como en otros, los conocimientos se amplían y se convierten en un formidable terreno de investigación en provecho de la salud de todos. No se puede aliviar o curar, si no se tienen en cuenta los tres generadores, físico, periespiritual y espiritual. En diferentes artículos anteriores, ya hemos tratado este importante asunto. Cada uno de nosotros es un ser pensante, que actúa y que ama dentro de su cuerpo físico. Nuestro espíritu, proveniente de una fuerza causal que podemos denominar Dios, dirige provisionalmente su conciencia en un cuerpo. Por lo tanto, llegar a la carne y no considerar sino la carne, es llegar al efecto olvidando la causa. Llegar al espíritu, es alcanzar el equilibrio de nuestra existencia. Para curar, es necesario llegar al espíritu y admitir que todo individuo tiene una dimensión espiritual. El periespíritu, del griego peri, es decir alrededor, se llama Ka en Egipto, soplo de vida o pneuma en el Antiguo Testamento y cuerpo espiritual en los Evangelios o cuerpo astral, y es el vehículo esencial del espíritu. Ese periespíritu es un poco como el sistema nervioso de nuestro organismo, difunde una energía que permite la concepción y organización del cuerpo, y registra todos los eventos de esta vida, así como los de las precedentes. La enfermedad es resultado de un desequilibrio, de una falta de armonía entre estos tres componentes, cuerpo, espíritu y periespíritu. Nuestro cuerpo vibra según el estado de nuestro pensamiento y puede descomponerse por múltiples razones: por causas externas, ambientales, que sufrimos, como la precariedad, el aislamiento, la polución, pero también, y sobre todo, por causas internas de orden psicológico, malestar y preocupaciones. En su mayoría, el conjunto de nuestros males físicos sigue siendo determinado en el seno mismo de nuestro psiquismo. Un psiquismo que responde a la vez al espíritu y a la fusión establecida entre el espíritu y el periespíritu, es capaz de deteriorar el físico con sus angustias, sus ambivalencias afectivas, el estrés y las emociones. El
conde Albert de Rochas (1837- 1914)politécnico, teniente coronel del ejército territorial que estudió el magnetismo y la hipnosis, estaba convencido de la realidad de este doble llamado periespíritu: “La teoría del cuerpo astral o cuerpo fluídico fue admitida por los sabios de la antigüedad y nosotros hemos regresado allí por el método experimental. Esta hipótesis permite comprender la mayoría de los fenómenos del magnetismo y el espiritismo”.
EL MAGNETISMO ES UNA CIENCIA VERDADERA
El magnetismo es un exceso de energía que poseen ciertos individuos. Aun cuando cada ser humano posee un reflejo magnético cuando se golpea o se quema, no todo el mundo puede ofrecer ese fluido a los demás. No hablaremos de don, sino de una posibilidad natural de ciertas personas para aliviar. El origen de la fuerza magnética se encuentra en una densidad doble de la materia periespiritual del magnetizador y lo que hay de más en un cuerpo, puede ser integrado a lo que hay de menos en otro. He aquí el origen, la realidad y el destino de la fuerza magnética. Por una simple imposición de manos, o por una serie de “pases magnéticos” o hasta por la mirada sobre el cuerpo del paciente, los enfermos sanan, porque al llegar al periespíritu del enfermo, el magnetismo devuelve fuerza y energía a las células que lo componen y estas células cargadas de fuerzas saludables, redinamizadas, devuelven al cuerpo físico la energía necesaria para su reconstrucción. Un magnetizador espírita difiere de un magnetizador ordinario, en la medida en que dispensa un magnetismo iluminado, es decir un magnetismo que se apoya en las informaciones y los consejos dados por los espíritus. Insisten en el pensamiento que debe acompañar al gesto magnético, como a todo acto terapéutico cualquiera que éste sea. Ese pensamiento, que debe sumarse a la acción magnética es un fluido. Cuando sale del cuerpo ese fluido se transforma en vibración y cuando esa vibración llega al otro, se convierte en efluvio, un efluvio amoroso que realmente alcanza su objetivo. La virtud principal de la energía magnética consiste en reactivar todas las células de los órganos vivos, pero magnetizar no quiere decir hacer cualquier cosa. Como magnetizadores espíritas, nosotros recibimos instrucciones precisas para cada enfermedad y cada magnetizador espírita actúa en la misma forma para cada enseñanza dada. El magnetizador espírita, conducido en su marcha por el espíritu, se enriquece con un conocimiento nuevo. Aprende simultáneamente que la fuerza magnética puede diferir según el individuo, que la fuerza magnética es, junto con la hipnosis, la radiestesia y la clarividencia médica una inmensa posibilidad para aliviar los cuerpos doloridos, y que vivimos en un mundo vibratorio. Un magnetizador espírita tiene la extraordinaria suerte de ser informado por el mundo de los espíritus. Todas las verdades han tenido desde su nacimiento partidarios y detractores pero jamás los detractores han logrado detener su marcha, apenas la han retrasado. El ser humano no se reduce a un aglomerado celular. La medicina debe poder salir de las definiciones llamadas eruditas que se detienen al nivel de la célula sin saber que la materia periespiritual es un mundo inmenso, fuente de energía y reestructuración. Deseemos que mañana se realice el encuentro entre esas dos medicinas, en beneficio de nuestra salud, pues tenemos el mismo objetivo: aliviar, curar. Como espíritas, lucharemos junto a todos los que desean suprimir las sutiles barreras del intelecto y que finalmente todas las leyes de la naturaleza sean reconocidas, leyes telúricas, telepáticas, fluídicas, magnéticas y espirituales.
- Patricia Saliba -
LA REVISTA ESPIRITA N° 83 ENERO 2011 15
Fuentes: Magnetismo animal, Binet, curso de magnetismo de du Potet
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MOMENTO DE LA GLORIOSA TRANSICIÓN
...Ahora estamos en un nuevo período.
Estos días señalan una fecha muy especial, la fecha del cambio del mundo de pruebas y expiaciones hacia el mundo de regeneración.
La gran noche que se abatía sobre la Tierra lentamente dio lugar al amanecer de bendiciones
Retroceder ya no es posible.
Firmasteis, hijas e hijos del alma, un compromiso con Jesús, antes de sumergiros en la indumentaria carnal, el de servirlo con abnegación y devoción.
Prometisteis que le seríais fieles aunque se os exigiera el sacrificio.
Alargándose los horizontes de ese amanecer que viaja hacia la plenitud del día, exultemos juntos – los Espíritus desencarnados y vosotros que transitáis por el mundo de sombras – además del júbilo que a todos nos domina, tengamos presentes las graves responsabilidades que nos embellecen la existencia en el cuerpo o fuera de él.
Deberemos revivir los días inolvidables de la época del martirologio. Seremos invitados, no solamente al aplauso, al entusiasmo, al júbilo, sino también al testimonio. El testimonio silencioso en los paisajes interiores del alma. El testimonio por amor a aquellos que no nos aman. El testimonio de abnegación en el sentido de ayudar a aquellos que aún se complacen en generar dificultades intentando, inútilmente, obstaculizar la marcha del progreso.
Iniciada la gran transición, llegaremos a la culminación, y, en razón directa en que el planeta experimenta sus cambios físicos, geológicos, los cambios morales son inaplazables. Que seamos nosotros aquellos Espíritus-espí ritas que demostremos la grandeza del amor de Jesús en nuestras vidas.
Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros griten, que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar siempre, trayendo a Jesús de regreso con toda la fuerza de aquellos días que quedan lejos y que están muy cerca…
¡Jesús, hijas e hijos queridos, espera por nosotros!
Que sea nuestro escudo el amor, nuestras herramientas el amor y nuestra vida un himno de amor.
Son los ruegos que manifestamos los Espíritus-espí ritas aquí presentes y que me sugirieron representarlos ante vosotros.
Con mucho cariño, el servidor humildísimo y paternal de siempre,
Becerra
¡Mucha paz, hijas e hijos del corazón!
(Mensaje psicofónico recibido por el médium Divaldo Pereira Franco en la clausura de las conmemoraciones del centenario del nacimiento de Chico Xavier realizadas en el Centro de Convenciones Ulises Guimaraes, en Brasilia, DF, en la tarde del 18 de abril de 2010.)
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EL FANATISMO:
La actitud mental y espiritual del ser humano, determina la manera que "cree", que se manifiesta o que se radicaliza en creencia, opiniones y cuestiones de fe.
La actitud mental SANA, pues engendra ideas y posiciones constructivas y sanas. Mas...una mente estrecha, aferrada al "conocimiento adquirido" de acuerdo a sus estado de evolución, se manifiesta con ideas oscuras, fanáticas, cerradas, obtusas...y abusa de la buena fe y de las creencia de los demás que buscan el apoyo de una IDEA SANA.
Ejemplos (tristes) de oscurantismos y fanatismos abunda en la historia del hombre. Hoy como ayer, algunos de los auto llamados "iluminados" despliegan sin garantía de verdad, sus estrechas opiniones que solo son amparadas por la mente del que las cree. Analicemos TODO, venga por donde venga y venga de quien venga....muchos falos profetas han salido al mundo a predicar sus "verdades".
- Rey Formoso-
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Unificación Espírita
Hijos, antes de pretender la unificación de los servicios concernientes a la fe espirita, pretended la unificación de vuestros sentimientos en la vivencia de los postulados que abrazasteis.
No existe unión sin entendimiento.
Quien no sabe ceder en sus puntos de vista no sabe trabajar por el congraciamiento de los compañeros. Sin duda, la unión en torno a nuestros principios en la Doctrina Espirita, es de fundamental importancia en la preservación de la unidad del Movimiento, todavía, sin la ejemplificación de los que se lanzan a semejante cometido, ocupando cargos de importancia, todo esfuerzo en este sentido no pasara de tentativa frustrada de aproximación.
Por ahora, convenzámonos de que la perfecta integración de ideas es un sueño vago y distante entre los hombres, pero, para quien busca concordar en lo esencial, el accesorio no es factor de división. Si la teoría es válida, solamente la practica habla de su significado y su importancia.
La disensión entre los adeptos de la Causa, la fragiliza delante de sus opositores y la torna vulnerable a las críticas. Si los hermanos de ideal no silencian ofensas en el grupo espirita, toda la tarea queda comprometida y no alcanza la finalidad que se propone. De quien lidera nunca se espera solamente la palabra.
Hijos, el “amaos unos a los otros”, no nos condiciona el amor aquellos que conviven con nosotros, o sea, no implica en que amemos solo a aquellos que no nos crean incomodidades. Al contrario, el gran desafío del amor se nos resume en el amor que daremos a cuantos constantemente, nos prueban en la capacidad de comprender y perdonar. Unámonos en la fe, uniéndonos en nuestros propósitos de renovación intima a través de las buenas obras.
A pretexto de defender la Verdad, no fomentemos el fanatismo y el preconcepto. Unámonos en el ideal superior del bien incondicional a los semejantes y estaremos prestando a la unificación espirita a nuestro mejor y decisiva colaboración.
Bezerra de Menezes
Extraído del libro “A coragen de Fé”
Carlos A. Baccelli
Traducido por Jacob
No existe unión sin entendimiento.
Quien no sabe ceder en sus puntos de vista no sabe trabajar por el congraciamiento de los compañeros. Sin duda, la unión en torno a nuestros principios en la Doctrina Espirita, es de fundamental importancia en la preservación de la unidad del Movimiento, todavía, sin la ejemplificación de los que se lanzan a semejante cometido, ocupando cargos de importancia, todo esfuerzo en este sentido no pasara de tentativa frustrada de aproximación.
Por ahora, convenzámonos de que la perfecta integración de ideas es un sueño vago y distante entre los hombres, pero, para quien busca concordar en lo esencial, el accesorio no es factor de división. Si la teoría es válida, solamente la practica habla de su significado y su importancia.
La disensión entre los adeptos de la Causa, la fragiliza delante de sus opositores y la torna vulnerable a las críticas. Si los hermanos de ideal no silencian ofensas en el grupo espirita, toda la tarea queda comprometida y no alcanza la finalidad que se propone. De quien lidera nunca se espera solamente la palabra.
Hijos, el “amaos unos a los otros”, no nos condiciona el amor aquellos que conviven con nosotros, o sea, no implica en que amemos solo a aquellos que no nos crean incomodidades. Al contrario, el gran desafío del amor se nos resume en el amor que daremos a cuantos constantemente, nos prueban en la capacidad de comprender y perdonar. Unámonos en la fe, uniéndonos en nuestros propósitos de renovación intima a través de las buenas obras.
A pretexto de defender la Verdad, no fomentemos el fanatismo y el preconcepto. Unámonos en el ideal superior del bien incondicional a los semejantes y estaremos prestando a la unificación espirita a nuestro mejor y decisiva colaboración.
Bezerra de Menezes
Extraído del libro “A coragen de Fé”
Carlos A. Baccelli
Traducido por Jacob
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