miércoles, 20 de agosto de 2014

¿ Soledad durante la muerte ?


¿En el momento de la muerte estamos solos?

Aun en los casos en los que la muerte del ser humano sobreviene de modo solitario e inesperado, y sin ayuda de nadie, ningún ser querido, durante el proceso de la muerte o desencarnación, está realmente solo, pues siempre es ayudado y asistido al menos por un Ser espiritual, el mismo que durante la existencia terrestre, le ha acompañado de cerca para inspirar y guiar su conciencia como Ser humano; este es conocido como “Espíritu Guía” ( el Ángel de la Guarda para ciertas religiones) .
Asimismo es acompañado también por otros Espíritus que tienen encomendada la función específica de colaborar para llevar a cabo el proceso desencarnatorio, que llevan a cabo minuciosamente, como si de cirujanos del plano Astral se tratase; ellos van soltando gradualmente los puntos de energía vital que unen los órganos del cuerpo físico con los del periespíritu del Ser que desencarna, hasta que al fin llega el momento de cortar el último y definitivo lazo : el “Cordón Plateado” que le permitía evadirse del organismo físico durante los momentos de sueño profundo . Una vez cortado este lazo de energía vital , la muerte del cuerpo ya es irreversible y definitiva sin posible vuelta atrás.
Las intervenciones de estos Seres espirituales, afectan no solo a los fluidos vitales que conforman el cuerpo vital y que actúan como lazos con los órganos del cuerpo, sino también directamente sobre los propios órganos físicos, en los que a consecuencia de esto se producen fallos de funcionamiento, como por ejemplo, la rotura interna de capilares que producen hemorragias internas, acelerando así el proceso, o el fallo de funcionamiento en algún órgano vital.
En otros casos estos Seres asistentes en el proceso de la desencarnación, ayudan aplicando pases magnéticos longitudinales a lo largo del cuerpo, que actúan como anestésico y relajante, preparando así el desenlace.
Además de los espíritus que actúan y colaboran en el proceso de la desencarnación, el estar o no solos después del desprendimiento del cuerpo, está en función de los Seres queridos que puedan estar aguardándole en la otra dimensión, y que le han precedido en su partida de este mundo , saliendo a recibirlo y a celebrar su llegada como la del viajero querido recién llegado después de haber estado durante un tiempo fuera de su ciudad.
Existe otra clase de soledad, que debemos evitar siempre que podamos, y es la que se experimenta del lado de “ acá ” antes de partir. Esta clase de soledad, siempre triste para el que siente que ya va a dejar este mundo de inmediato, no suele ser experimentada por quien en la vida ha sido generoso y bueno, pues nunca faltan en ese caso amigos y familiares que coinciden al lado del moribundo en sus últimos momentos
Hay casos en que el Ser que desencarna, debido a merecerlo o a necesitar de esa experiencia a consecuencia de comportamientos humanos erróneos y de estados de conciencia negativos, así como de su propio estado mental y emotivo mantenido durante el proceso de su desencarnación, atraen durante la recta final de su vida, a espíritus inferiores que actúan e influyen acerca del mismo durante este proceso , infringiéndole sufrimientos y vampirizando la poca energía vital que le queda.

-Jose Luis Martín-

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Todo lo que está verdaderamente vivo debe morir. Fijaos en las flores: sólo las flores de plástico no mueren nunca”.
Anthony de Mello(¿Quien puede hacer que amanezca?)


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               TERAPIAS DESOBSESIVAS

 La obsesión es una yaga moral del Espíritu,  su generalización es muy amplia, tornándose periódicamente, una virosis de contacto rápido, como resultado del proceso evolutivos de las criaturas exige su imposición como una necesidad sanadora  de los  cuantiosos  compromisos negativos que permanecen en la economía de la sociedad.

En la Antigüedad Oriental, así. Como después, durante la Edad Media, se presentaba con características epidémicas y barría a los pueblos, les daba una tregua y retornaba  intempestivamente.

En sus diversos aspectos, ha sido muchas veces confundida, con la locura,   a desafiado a los estudiosos del comportamiento, de la salud, de la religión y de las ciencias de la mente.

En ciertas ocasiones, sutil, asume proporciones inesperadas, llevando a extremos lamentables  a aquellos que caen en sus redes.

Por la imposibilidad de enfrentarla, de reducirla, con recursos hábiles y eficaces, la humanidad ha sufrido considerándola un castigo divino, utilizando por desconocimiento de su génesis, métodos de combate no menos crueles.

La obsesión puede influir maléficamente en la organización física, produciendo patologías  tan complejas como dañinas. Ya que se trata  de la ingerencia de la presencia psíquica  de un desencarnado  en un encarnado.

Allan Kardec la estudió profundamente, siendo el primer investigador en penetrar en  sus causas, analizarlas y presento las terapias  compatibles, capaces de disminuirlas o erradicarlas completamente. 

Antes que el, Jesús, diversas veces, enfrento y atendió  a obsesos y obsesores, socorriéndolos con Su inefable amor y libertando a unos de los otros, mediante la fuerza restauradora  de que era poseedor.

Su dialogo con esos enfermos son profundos, presentando a la sicopatología  un admirable capitulo, que permanece oscuro en las áreas de las doctrinas especializadas.

El espiritismo, en cambio, por lidiar con los factores causales, analiza el problema y lo elucida, proponiendo métodos  correctos para atender a los que se encuentran involucrados, al tiempo que suministra terapias preventivas, que impiden la instalación de la enfermedad.

La obsesión tiene sus raíces fijas en los antecedentes morales  de ambos litigantes. Egoístas e irreflexivos, no miden las consecuencias  de sus actos venales, pasando a vincularse uno en el otro a través de las cadenas del odio, de la venganza, que los hace cada vez más infelices. Arrastrándose, de ese modo, por siglos  de sufrimientos dolorosos, pasando de victimas a verdugos y recíprocamente, hasta que el amor les encienda la luz de la esperanza en las sombras  donde permanecen y el perdón los torne verdaderos hermanos en la senda evolutiva.

El amor es el primer medicamento para la terapia obsesiva. Ya que abre las puertas de la esperanza y esclarece las finalidades de la vida, proporcionando el perdón que suaviza los dolores producidos por las ulceras del odio.
Si por el contrario  persisten  en el resentimiento y el malquerer, el rencor y la desconfianza, la obsesión permanece como un acido quemando los delicados engranajes de la casa mental y produciendo  las alineaciones tormentosas.

La mediumnidad es la gran oportunidad que posibilita la identificación y la cura de las obsesiones. El paciente victima de la obsesión, es portador de mediumnidad,  que necesita conveniente educación, con el fin de aplicarla en finalidades relevantes.

La obsesión es una dolencia grave, aun cuando se presente en un cuadro simple, que puede ser de forma depresiva o de morbo que afecta la salud física. Es por eso que se impone la transformación moral  del paciente y el cambio  de  actitud emocional del agente que la desencadena, consciente o no.

La obsesión existe, porque existe un debito, por parte del que la sufre.

Las leyes de la vida disponen  de recursos para la reeducación de los incursos en sus códigos de justicia. La intemperancia y precipitación de los individuos, perturbados en si mismos, los llevan a los desagravios y venganzas, produciendo esos innecesarios procesos de sufrimientos.

Lamente infeliz, a través de la monoidea  de agraviar, descarga  ondas de odio sobre su desafecto que, desprovisto de recursos  morales, tales como la invigilancia, la caridad, el amor , las capta por medio  del campo del periespiritu, con el cual aquella sintoniza por afinidad vibratoria hasta transformarse en una idea perturbadora  en su propio psiquismo.

A veces, por la acción de la voluntad, condensa  sus vibraciones, presentándose con aspectos terroríficos durante la vigilia y el parcial desdoblamiento producido por el sueño, y provocando por medio de pavor, que se transforma en una patología alucinante.

En la sucesión de sus interferencias consigue dominar la mente culpable,  que se le hace sumisa, dando curso a los más graves fenómenos  de subyugación, que la ignorancia, por muchos siglos, consideró como posesión demoníaca y que los científicos  rotularon esquizofrenia.

De la misma forma, la constante  ingestión psíquica de la onda mental enfermiza produce variados disturbios orgánicos, que facilitan  la instalación de gérmenes destructivos de la salud o provocan, por si misma, alteraciones celulares, ulceraciones,  disfunciones de diversos órganos.

En consecuencia, la desobsesión es la terapia especializada y única poseedora de recursos para la liberación del alineado.

Mediante el esclarecimiento del  espíritu enfermo, imbuido de la falsa idea de justicia, se deberá disuadirlo del propósito infeliz, demostrándole el error en el que se encuentra e inducirlo a la certeza de que el amor de Dios todo lo resuelve.

Es necesario la concienciación de la victima, para que busque la rehabilitación por medio de un cambio de comportamiento mental y espiritual. La reforma moral del obseso hará que su actual perseguidor constate su esfuerzo en mejorarse, demostrando arrepentimiento de las acciones infelices, y serenando el animo,  se torna amigo del antiguo verdugo,  avanzando con el para la ruta del bien.

La desobsesión también puede realizarse más allá de la esfera física, por la intervención de los benefactores espirituales, cuando constatan el esfuerzo del alma para rehabilitarse y auxiliar a su perseguidor.

En los procesos que afectan al organismo fisco, además del recurso espiritual liberador conveniente la terapia medica correspondiente, para la reorganización del mismo.

El abuso del  sentimiento, que  lleva a la vampirización psíquica, es también un motivo de obsesión, que genera prolongados disturbios.

Los deseos perturbadores lanzan petardos mentales que alcanzan a aquellos a los cuales son dirigidos, produciendo extrañas  y desagradables sensaciones. Cuando son recíprocos, dan curso a una interdependencia  psíquica  que afecta tanto al área de la emotividad, así como de la organización somática, generando sufrimiento.

La criatura es siempre responsable por su propia vida. Solamente hay agravios, obsesión y sufrimiento, porque se eligen comportamientos  enfermizos en detrimento de aquellos otros que son positivos.

Con las poderosas energías del amor, es con lo que podemos disolver las cadenas del mal, es esta, la solución para la desobsesión, se libera el ser del sufrimiento que su negligencia generó, favoreciendo con la salud integral,  resultado  de una mente en armonía con la vida,  a una organización física equilibrada y la emoción como la razón  dirigidas hacia el bien, hacia el progreso, hacia la felicidad.

Trabajo de Merchita,  extraído del libro “Plenitud” de Divaldo Pereira Franco

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INGENIERÍA GENÉTICA


36)¿ Le será lícito al hombre manipular la genética de otros animales o de sus propios semejantes?
Toda vez que las aspiraciones humanas se transformaren en alienación perturbadora, teniendo como objetivo intervenir en los códigos genéticos para realizar verdaderas aventuras, la legitimidad de la experiencia debe ceder lugar a los impositivos de una ética trabajada con rigor, a fin de que las vidas animales y humanas sean eximidas de las aberraciones, que muchas mentes desequilibradas, de ayer como de hoy, han intentado realizar en diversas culturas, particularmente en aquellas que se caracterizan por el totalitarismo del poder, que pretende considerar superiores a algunas razas en detrimento de otras, que padecerían su impiedad y la cobardía de las persecuciones crueles.
No es lícita, por tanto, la manipulación genética en animales – con excepción, cuando se tiene por objetivo mejorar la calidad de la raza, evitando su fragilidad y las enfermedades consecuentes del medio ambiente o de factores hereditarios – ni en criaturas humanas, sin graves consecuencias para la sociedad.
37) ¿Las Leyes de Dios imponen algún límite a ese desarrollo?


El hombre tiene el derecho y el deber de investigar siempre, a fin de que el progreso no quede paralizado en las conquistas logradas. No obstante, cuando las experiencias superan la capacidad de control del ser humano, las Leyes de Dios, mediante fenómenos naturales, impiden su avance y permiten que acontecimientos inesperados, desastrosos, demuestren la insensatez de aquel que se yergue a la condición de semidios.

38) El progreso moral del ser humano no acompañó el progreso tecnológico. Hace poco, el mundo asistió, impresionado, a una experiencia en la que una oreja humana fue implantada en el lomo de un ratón. Algunos científicos especularon sobre la posibilidad de la creación de una raza humana intelectualmente inferior, destinada exclusivamente a los trabajos pesados, sin el problema de eventuales reivindicaciones por mejores condiciones de vida. ¿Las leyes de la Naturaleza le permitirán al hombre penetrar en los mecanismos de la biogenética?
Entre las nobles funciones de la ciencia se encuentra aquella que se encarga de examinar las posibilidades denominadas imposibles, que pueden un día, tornarse factibles, realizables. No obstante, soñar con la creación de hombres y mujeres Xerox, insensibles al dolor, automatistas, sin percepción hacia su realidad existencial, es llevar la aspiración a la condición de pesadilla.

Sin duda, el científico puede intervenir en la constitución genética y perturbar su desarrollo, generando anomalías en el proceso de su multiplicación. Empero, para que la vida humana se exprese plenamente, es indispensable la presencia del Espíritu cuyo órgano modelador es el periespiritu, que estimula a las células conforme a las necesidades de naturaleza cármica, obedeciendo a la ley moral de causa y efecto.
39) ¿Cuál es la visión de los Espíritus en torno a la bioética y del número excesivo de discusiones alrededor de la reglamentación de ese tema, considerando el gran avance de la ingeniería genética en el área de la clonación, control fetal, trasplantes y mutaciones?
Considerando la realidad del ser humano como Espíritu inmortal, el fenómeno de la muerte biológica es inevitable, sin que ese acontecimiento afecte la estructura de que está constituido. No obstante, ante la necesidad de evolucionar a través de las sucesivas reencarnaciones, el Espíritu desarrolla las potencialidades intelectuales y penetra en los mecanismos que rigen la vida material, descubriendo recursos preciosos para tornar la existencia física menos tormentosa, menos afligentes, como resultado de las conquistas en el transcurso de los milenios.
Los laboratorios de investigación amplían los campos de estudio y diariamente, nuevos descubrimientos contribuyen para que se pueda vivir con más equilibrio y más felicidad.
Sin embargo, simultáneamente, los atavismos materialistas que permanecen en muchos estudiosos de la vida, trabajan con objetivos de burlar el dolor, la muerte, la degeneración que, para ellos, pueden ser evitados, contornados, superados, presentando mecanismos especiales que faciliten la fuga a lo inevitable. De ese comportamiento, nacen propuestas absurdas para el momento y algunas otras trágicas para la vida.
Por tanto, es indispensable que sea levantada una ética para la genética, una bioética, para establecer límites y cercenar la oportunidad de desarrollar los sueños macabros , convirtiendo al ser humano en cobayo para experimentos dantescos, con el pretexto de construir seres superiores genéticamente organizados, postergando sine die el momento de la muerte física, realizándose trasplantes antes de que ocurra la muerte real e interfiriendo en la estructura de los genes y cromosomas, delante de fetos que presentan anomalías detectables, como si las mismas procediesen del cuerpo y no del Espíritu.
Tal procedimiento no considera los acontecimientos cármicos que se dan en las criaturas de complexión orgánica saludable con profundos disturbios psíquicos y emocionales o que se tornan víctimas de accidentes mutiladores y fenómenos degenerativos.
Cuando la Ciencia, por medio de sus nobles investigadores, se adueñe de la realidad del Espíritu, comprenderá la necesidad de establecer un código de preservación de la vida, de ese modo, una bioética fundamentada en el respeto y la dignificación de la criatura humana.
El sueño de lograr una clonación real, copiando seres patronizados, ya es una realidad; empero, bien distante de conseguir el mismo éxito con relación a la criatura humana, conforme a los moldes que conocemos, en razón de que sólo puede acontecer mediante la intervención del Espíritu, sin lo cual tendremos formaciones aberrantes de células que, desprovistas del modelo organizador biológico, jamás repetirán el individuo original.
Sin embargo, teniendo en cuenta que la ingeniería genética llegue a conseguir los requisitos indispensables para que la vida humana se manifieste, el Espíritu utilizará esa circunstancia y podrá reencarnar, jamás idéntico a otro, en razón de las conquistas que tipifican a cada uno.
40) ¿Las inserciones periespirituales en la zona física se darán en los genes del ADN celular? ¿Serían los genes campos prácticamente energéticos, de antipartículas atómicas, como incrustadas en fajas apropiadas de la molécula del ADN?
Podemos afirmar que el ADN, en su estructura íntima, es un campo de energía en su más elevada expresión, exteriorizada por el periespiritu en su función organizadora del cuerpo físico y toda su estructura molecular que, de alguna forma, se constituiría de antipartículas atómicas.

Divaldo Pereira Franco - Manuel Vianna de Carvalho (espíritu),

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