¿Qué
significa reencarnar?
Reencarnar
significa volver a habitar un cuerpo físico. Es a través de la
reencarnación que el hombre consigue evolucionar y llegar a la
perfección.
Una
existencia sola es un tiempo muy corto, un plazo muy limitado, para
que el hombre pueda conocer, y saber todo de todo. La ley de
renacimientos explica y completa el principio de la inmortalidad. La
evolución del ser indica un plan y un fin. Ese fin, que es la
perfección, no puede realizarse en una sola existencia, por más
larga que sea. Debemos ver en la pluralidad de las vidas del alma
(reencarnación) la condición necesaria para su educación y su
progreso.
Sin
el principio de la preexistencia del alma y de la pluralidad de
existencias, la mayor parte de las máximas del Evangelio son
ininteligibles; por esto dieron lugar a interpretaciones tan
contradictorias: ese principio es la clave que debe restituirles su
verdadero sentido.
Todos
los espíritus han sido creados simples e ignorantes, y se instruyen
en las luchas y tribulaciones corporales. El que unos se inclinen
desde el principio al bien, solo les proporciona llegar antes al
fin, y penar menos, pues todas las penas de la vida son originadas
por la imperfección del hombre, por su tendencia al mal. Mientras
menos imperfecto es el espíritu, menos tormentos sufren, el que no
es envidioso, celoso, egoísta, ambicioso, no sufrirá los tormentos
que de estos defectos se originan.
El
alma (espíritu) después de residir temporalmente en el Espacio,
renace en la condición humana, trayendo consigo la herencia buena o
mala, de su pasado; renace como niño, reaparece en la escena
terrestre para representar el nuevo acto del drama de su vida, pagar
las deudas que contrajo, conquistar nuevas capacidades que le han de
facilitar la ascensión y acelerar la marcha hacia delante.
La
Doctrina de la reencarnación, es la única que corresponde a la idea
que formamos de la justicia de Dios para con los hombres que se
Hallan en condición moral inferior, la única que puede explicar el
futuro y firmar nuestras esperanzas, pues nos ofrece los medios de
rescatar nuestros errores por nuevas pruebas. La razón nos lo indica
y los Espíritus nos lo enseñan.
Mientras
tanto, no todas las almas tienen la misma edad, ni todas subirán con
el mismo paso sus periodos evolutivos. Unas recorren una carrera
inmensa y se aproximan ya al apogeo de los progresos terrestres;
otras mal comenzaron su ciclo de evolución en el seno de las
humanidades. Estas son almas jóvenes, emanadas hace menos tiempo del
foco Eterno. Llegadas a la humanidad, tomaron lugar entre los
pueblos salvajes o entre las razas bárbaras que pueblan los
continentes atrasados, las regiones desheredadas del Globo. Y,
cuando al fin, penetren en las civilizaciones, fácilmente se dejan
reconocer por la falta de desembarazo, de aptitudes, por su
incapacidad para todas las cosas y principalmente, por sus pasiones
violentas.
Así
en el encadenamiento de nuestras estaciones terrestres, continúa y
se completa la obra grandiosa de nuestra educación, el moroso
edificar de nuestra individualidad, de nuestra personalidad moral.
Es
por esa razón que el alma tiene que reencarnar sucesivamente en los
medios más diversos, en todas las condiciones sociales; tiene que
pasar alternadamente por las pruebas de la riqueza de la pobreza,
aprendiendo a obedecer par después mandar. Precisa de las vidas
oscuras, vidas de trabajo, de privaciones para acostumbrarse a
renunciar las vanidades materiales, a despojarse de las cosas
frívolas, a tener paciencia, a adquirir disciplina del Espíritu.
Son necearías las existencias de estudio, las misiones de
dedicación, de caridad, por vía de las cuales se ilustra la
inteligencia y el corazón se enriquece con la adquisición de
nuevas cualidades; después vendrán las vidas de sacrificio por la
familia, por la patria, por la Humanidad. Son necesarios también la
prueba cruel, crisol donde se funden el orgullo y el egoísmo, y las
situaciones dolorosas, que son el rescate del pasado, la reparación
de nuestras faltas.
Las
encarnaciones y las reencarnaciones no ocurren solo en el planeta
Tierra: las vivimos en diferentes mundos. Las que aquí pasamos no
son las primeras, ni las últimas; son, no obstante, de las más
materiales y de las más distantes de la perfección.
La
encarnación carece de límites precisamente trazados, si tenemos en
vista solo el envoltorio que constituye el cuerpo del Espíritu
(periespíritu) dado que la materialidad de ese envoltorio disminuye
en la proporción que el espíritu se purifica. En ciertos mundos
más adelantados que la Tierra, el es ya menos compacto, menos
pesado y menos grosero y, por consiguiente, menos sujeto a las
vicisitudes. En grado más elevado, es diáfano y casi fluídico. Va
desmaterializándose de grado en grado y acaba por confundirse con el
Espíritu.
No
fue la doctrina Espirita la que invento la teoría de la
reencarnación. En la India, en Egipto, en Persia las ideas
reencarnacionistas han prevalecido desde los principios de la
civilización.
El
papiro de Anana (1320 a. C) demuestra la idea entre los egipcios.
“El
hombre retorna a la vida muchas veces más no se acuerda de sus
existencias anteriores, excepto algunas veces en sus sueños. Al
final todas esas vidas le son reveladas.
Pitágoras,
Sócrates, Buda, Apolunio de Tiara, Heredoto, Plotino, Porfirio,
todos defendían ese principio. Muchas religiones se han basado en la
creencia de las vidas sucesivas: El Brahmanismo, el Budismo, el
Truismo etc.
No
hay duda de que, bajo el nombre de resurrección, el principio de la
reencarnación es un punto de una de las creencias de los judíos,
punto que Jesús y los Profetas confirmaron de modo y forma. De donde
se sigue que negar la reencarnación es negar la palabra de Cristo.
Ninguna
religión ha negado el mundo de los muertos y todas se han esforzado
en describirlo. Así mismo, en todas existe una creencia esencial en
común, entre la vida material y la espiritual hay una continuidad
del ser humano y la muerte representa tan sólo un cambio de estado.
La
ciencia moderna confirma todo ello, aunque fue a mediados del siglo
XX cuando Allan Kardec dio a conocer su obra, que reafirma los
conceptos esenciales emitidos por los más destacados hombres de
todos los pueblos desde los confines del tiempo, dando origen al
Espiritismo.
Es
sobre todo en los últimos 15 a 20 años, con la investigación de lo
que sucede en la “muerte clínica” que la teoría de la
supervivencia del espíritu y en consecuencia de la reencarnación,
ha despertado un inmenso interés en el mundo occidental, ya que los
investigadores de las experiencias de personas resucitadas después
de estar clínicamente muertas, han acumulado datos fascinantes que
ponen de acuerdo las conjeturas de los antiguos y la evidencia médica
moderna.
Las
evidencias científicas de la reencarnación son:
Los
Genios Precoces
Son
criaturas prodigio, que desde la más tierna edad muestran poseer
conocimientos, de tal orden hacia los temas más diversos que seria
imposible explicar sin la certeza de que vivieron antes.
Kardec,
examinando la cuestión, pregunto a los benefactores, como entender
este fenómeno. (P 219 del Libro de los Espíritus) y le dijeron:
“aprendizaje del pasado, recordación anterior del alma”
Recordación
espontánea de vidas pasadas
Se
caracteriza por el hecho de personas, especialmente criaturas pasar
a recordar espontáneamente vidas anteriores.
Regresión
de la memoria a vidas anteriores
Innumerables
casos han surgido de personas que pasan a relatar vivencias
anteriores durante el fenómeno, hoy en día relativamente común, de
regresión de la memoria.
A
finales del siglo pasado, el pesquisidor francés Alberto Rochas,
realizó experiencias con regresión de la memoria y consiguió
llevar a uno de sus pacientes a una existencia precedente. A partir
de hay otros cuentistas, en diverso partes del mundo, comenzaron a
desenvolver esas técnicas, consiguiendo anotar millares de
referencias concordantes con el principio de la polín génesis.
Recientemente, este
proceso fue desenvuelto con fines terapéuticos, donde psiquiatras
espiritualistas se sirven de técnicas apropiadas para, a través
de la regresión de la memoria, desenvolver condiciones neuróticas
de pacientes psiquiátricos. Esos procesos, aun en el campo
experimental, no son aceptados por la Ciencia Oficial, recibió el
nombre de (Terapia de vidas Pasadas)
La
reencarnación se basa en los principios de la misericordia y de la
justicia de Dios.
En
la misericordia divina, porque, así como el buen padre deja siempre
la puerta abierta a sus hijos imperfectos, facultándoles la
rehabilitación, también Dios a través de vidas sucesivas – nos
da la oportunidad para que podamos corregirnos, evolucionar y
merecer el pleno gozo de una felicidad duradera.
Emmanuel
llega a decir: “La reencarnación es casi el perdón de Dios”.
En
la justicia, los errores cometidos y los males inflingidos al prójimo
deben ser reparados durante nuevas existencias, a fin de que,
experimentando los mismos sufrimientos, los hombres puedan rescatar
sus debitos, pasando a conquistar el derecho a ser felices.
La
unicidad de las existencias es injusta e ilógica, pues no atiende a
las sabias leyes del progreso espiritual.
Es
injusta porque gran parte de los errores humanos es el resultado de
la ignorancia y, en una vida, no nos es posible el recate de nuestros
errores, principalmente cuando el arrepentimiento nos sobreviene
casi al final de la existencia. Es preciso se de la oportunidad al
arrepentido para que el compruebe su sinceridad a través de las
necesarias reparaciones.
Es
ilógica, porque no puede explicar las grandes diferencias de
actitudes de las criaturas desde su infancia; las ideas innatas,
independientemente de la educación recibida, que existen en unos y
no aparecen en otros; los instintos precoces, buenos o malos, no
obstante a la naturaleza del medio donde nacieron.
Las reencarnaciones
representan para las criaturas imperfectas valiosas oportunidades de
rescate y progreso espiritual.
Solo
la pluralidad de la existencia puede explicar la diversidad de los
caracteres, la variedad de las aptitudes, la desproporción de las
cualidades morales, en fin, todas las desigualdades que hieren
nuestra vista.
Solamente
el amor proporciona vida, alegría y equilibrio. Cada uno ha de ver
aquello que le proporcione legítimo provecho. El que hace lo que
puede, recibe el salario de la paz. Los espíritus están asociados
en existencias comunes, participando en el mismo cáliz de dolores y
en las mismas alegrías terrestres. En la generalidad reposan en un
mismo lecho, no obstante cada uno vive en planos mentales diferentes.
Es muy difícil que se hallen reunidos en los lazos domésticos,
almas de la misma esfera.
Todas
las almas que no pudieron liberarse de las influencias terrestres
deben renacer de nuevo en este mundo para trabajar en su
mejoramiento; es el caso de la inmensa mayoría. Como las otras fases
de la vida de los seres, la reencarnación está sujeta a leyes
inmutables. El grado de pureza del periespíritu y la afinidad
molecular es la que determina la clasificación de los Espíritus en
el espacio y fijan las condiciones de reencarnación. Los
semejantes se atraen. Es en virtud de ese hecho, de esa ley de
atracción y de esa armonía que los Espíritus de un mismo orden, de
caracteres y tendencias análogas se aproximan y constituyen
familias homogéneas.
Es muy fácil amar a los
amigos, admirar a los buenos, defender a los familiares, comprender
a los inteligentes, , entronizar afecciones, conservar a los que nos
estiman, loar a los justos y ensalzar a los héroes conocidos; más
si somos respetables con semejantes posiciones intimas, es preciso
reconocer que ellas representan servicio realizado en nuestro
proceso evolutivo. El Espíritu encarnado no ha alcanzado la
redención final. Por eso la tempestad es la bienhechora; la
dificultad la maestra; el adversario, es el instructor eficiente.
No debemos permitir la
intromisión de fuerzas negativas y destructoras en el campo íntimo
del alma. Siempre es posible transformar el mal en bien, cuando hay
firme disposición de la criatura en el servicio de fidelidad aL
Señor. Toda reconciliación es difícil cuando somos ignorantes en
la práctica del amor, pero sin la reconciliación humana, jamás
será posible nuestra integración gloriosa con la Divinidad.
Cuando
la fidelidad sincera al Señor permanece viva en el corazón de los
hombres, hay siempre lugar para el aumento de misericordia a la que
se refería Jesús en su apostolado. Cada hombre, como cada Espíritu,
es un mundo por si mismo y cada mente es como un cielo…
Del
firmamento, descienden rayos de sol y lluvias benéficas para la
organización planetaria, pero también, en el instante de la lucha
de los elementos atmosféricos, desde ese mismo cielo proceden
chispas destructoras. Así es la mente humana. En ella se originan
las fuerzas equilibradas y restauradas para los trillones de células
del organismo físico; pero cuando nos hallamos perturbados,
emitimos rayos magnéticos de alto poder destructivo para las
comunidades celulares que nos sirven.
Solamente
el amor proporciona vida, alegría y equilibrio. No existen milagros
para el culto del menor esfuerzo. Cuando nos enseñan la necesidad
del amor, de su practica no se propone por obediencia a meros
principios de esencia religiosa y si atendiendo a imperativos reales
de la propia vida.
La procreación es uno de
los servicios que pueden ser realizados por aquellos que aman, sin
ser el objeto exclusivo de las uniones. El espíritu que odia o que
se coloca en posición negativa ante la ley de Dios, no puede crear
vida superior en parte alguna.
A
medida que nos dirigimos hacia el camino del equilibrio, logramos
material de experiencias provechosas, oportunidades de rectificación,
fuerza, conocimiento. Alegría y poder. Armonizándonos con las
leyes supremas, encontramos la iluminación y la revelación,
mientras los Espíritus Superiores adquieren los valores de la
Divinidad.
“Unión
de Cualidades” entre los astros se llama magnetismo planetario de
atracción, entre las almas, se denomina amor, y entre los elementos
quimicos, es conocida por afinidad.
Los
procesos de reencarnación, tanto como de la muerte física, difieren
hasta el infinito, no existiendo dos absolutamente iguales. Las
facilidades y los obstáculos, están subordinados a numerosos
factores, muchas veces relacionados con el estado conciencial de los
propios interesados en el regreso a la tierra o en la liberación de
los vehículos carnales. Hay compañeros de gran elevación, que al
volver a la esfera terrestre no necesitan ayuda del plano
espiritual. Otros al revés, por proceder de zonas inferiores,
necesitan de mucha cooperación.
La
reencarnación es el curso repetido de lecciones necesarias. La
esfera terrestre, es una escuela divina. El amor, por medio de las
actividades intercesoras, reconduce diariamente al banco escolar de
la carne, a millones de aprendices. La vuelta de ciertas entidades de
las zonas más bajas. Ocasiona laborioso esfuerzos de los
trabajadores del plano espiritual.
El
diamante perdido en el lodo por algún tiempo, no deja de ser
diamante. De igual modo, la paternidad y la maternidad, en si
mismas, son siempre divinas. En todos los lugares se desenvuelve el
auxilio de la esfera superior, toda vez que se encuentre en juego la
Voluntad de Dios.
El
organismo de los engendrados, en expresión más densa, proviene del
cuerpo de los padres, que le sustenta la vida y crea sus
características con su propia sangre. La criatura terrena, hereda
tendencias y no cualidades. Las primeras cercan al hombre que
renace, desde los primeros días de la lucha, no solo en su cuerpo
transitorio, sino también en el ambiente general en el que fue
llamado a vivir, perfeccionándose; las segundas, resultan de la
labor individual del alma encarnada, en la defensa, educación y
perfeccionamiento de si misma en los círculos benditos de la
experiencia. ...
(CONTINÚA EN EL SIGUIENTE)..
(CONTINÚA EN EL SIGUIENTE)..
- Merchita-
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" Amar no significa superproteger. Nadie nos ama más que Dios; sin embargo, Él no nos aparta de la lucha...
NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española.
Los viernes a las 23,00 horas se os invita a asistir a una conferencia en la misma sala.
Los domingos a las 21,00 horas tenemos la clase de Estudio del Espiritismo por el "Grupo espírita Sin Fronteras".dirigido por Carlos Campetti-
Y además recomiendo los Blogs: El espirita albaceteño.- elespiritadealbacete.blogspot.com.es
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