El mundo de los fluidos, que se entrevé más allá del estado radiante, reserva a la ciencia muchas sorpresas y descubrimientos. Son innumerables las variedades de formas que la materia, en estado sutil, puede revestir por las necesidades de una vida superior.
Ya muchos observadores saben que fuera de nuestras percepciones, existe otro mundo, no solo el de lo infinitamente pequeño, sino un Universo fluídico que nos envuelve, todo el poblado de multitudes invisibles.
Seres sobrehumanos – más no sobrenaturales – viven a nuestro lado, mudos testigos de nuestra existencia, y solo manifiestan la suya en condiciones determinadas, bajo la acción de leyes, naturales, precisas, rigurosas. Es importante penetrar el secreto de estas leyes, pues de su conocimiento dependerá para el hombre la posesión de las fuerzas considerables cuya utilización práctica puede transformar la faz de la Tierra en el orden de las sociedades.
Uno de los grandes misterios que la Ciencia Humana procura esclarecer es el de la existencia de una mataría básica universal, capaz de servir como punto de partida para el origen de los elementos físicos conocidos. Aunque investigadores de todo el mundo se han empeñado en el estudio de la estructura intima de los átomos, aun no se ha conseguido encontrar ese elemento Básico primitivo. Modernos estudios afirman que en un principio todos los elementos materiales estaban reunidos en un solo “punto”, bajo Una presión incalculable. En cierto momento, ese punto explotó, dispersando materia por el espacio, dando origen a las nebulosas, a los sistemas estelares, a los planetas a los astros. El Universo, de acuerdo con la física moderna, continua, expandiéndose y no se sabe hasta cuándo continuará en este proceso. La Ciencia cree que, encontrando el elemento material primitivo, estaría frente a la solución de muchos misterios sobre el origen de las cosas. En el siglo XIX cuando comenzaron las manifestaciones de los Espíritus, ellos revelaron una teoría donde explicaban de forma racional el origen de las cosas materiales y espirituales. Decían que había por toda la Creación un elemento primitivo etéreo, denominado “fluido cósmico Universal” y que todos los elementos materiales conocidos son formas modificadas de este fluido. Algunos científicos en el pasado investigaron la materia básica, también denominada “éter” más no consiguieron convencer a los medios científicos de su existencia. La Ciencia no podía comprender la presencia, en el espacio, de una materia tan sutil que no fuese detectada por los instrumentos existentes. El Espiritismo, a través de los fenómenos de efectos físicos, demostró la existencia del fluido cósmico Universal, base de todos los elementos materiales.
Es pues, en las leyes que rigen la vida espiritual, donde hay que buscar la clave de los milagros de esta categoría. El Fluido Cósmico Universal es la materia elemental primitiva, cuyas modificaciones y transformaciones constituyen innumerable variedad de cuerpos en la naturaleza. Es altamente influenciable por el pensamiento (que es una forma de energía) pudiendo modificarse, asumir formas y propiedades particulares. La acción del pensamiento Divino sobre el fluido cósmico Universal dio origen a las nebulosas, a los sistemas estelares, a los planetas y astros. Es en esa materia fluidica que el Creador ejecuta el plano existencial. Por medio del fluido cósmico Universal llena todo el espacio existente entre los mundos. Por medio de él viajan ondas del pensamiento del mismo modo que las ondas sonoras se proyectan en la camada atmosférica.
Alrededor de los planetas, el fluido Universal se presenta modificado. La presencia de la vida en el orbe le impone características especiales, pues es alterado por la actividad mental de los habitantes. En los mundos más primitivos, el fluido Universal que los circunda se presenta oscuro y pesado. En los mundos más civilizados la atmósfera espiritual es más leve y luminosa. Para comprender mejor este principio elemental podremos decir que tiene dos estados distintos: el de la imponderabilidad o de eterización (estado normal primitivo) y el de la ponderabilidad o de materialización. Al primer estado pertenecen los fenómenos del mundo invisible. Lógicamente entre los dos puntos existen innumerables formas intermediarias de transformación del fluido en materia tangible. En el estudio de este importante asunto podremos entender el origen de muchas afecciones del ser humano y los fundamentos de la fluidoterapia, largamente empleada en los centros espiritas, en la profilaxis y tratamiento de las enfermedades físicas y espirituales.
En el estado de eterización el fluido Universal no es uniforme; sin cesar de ser etéreo, pasa por modificaciones tan variadas en su género, y más numerosas tal vez, que en el estado de materia tangible. Tales modificaciones constituyen fluidos distintos que, si bien sean procedentes del mismo principio, son dotados de propiedades especiales, y dan lugar a los fenómenos particulares del mundo invisible. Una vez que todo es relativo, esos fluidos tienen para los Espíritus, que en si mismo son fluiditos, una apariencia material como la de los objetos tangibles para los encarnados, y son para ellos lo que para nosotros son las sustancias del mundo terrestre, ellos las elaboran, las combinan para producir efectos determinados como lo hacen los hombres con sus materiales, sin embargo usando procesos diferentes. “(Allan Kardec la Génesis, Cap., XIV
LOS Espíritus afirman que una de las modificaciones más importantes del fluido Universal es el fluido vital. El es el responsable por la fuerza matriz que mueve los cuerpos vivos. Sin él, la materia es inerte. Podemos decir que él es responsable por la animalización de la materia. Ese agente es el fluido vital. Es el que da vida a todos los seres que lo absorben y asimilan. La materia sin él no tiene vida el sin la materia no es vida. Cuando los seres orgánicos pierden la vitalidad, por la muerte, la materia se descompone formando nuevos cuerpos y el fluido vital vuelve a la masa, al todo Universal, para nuevas combinaciones y utilizaciones en el Universo. Cada ser tiene una cantidad del fluido vital, de acuerdo con sus necesidades. Las variaciones dependen de una serie de factores. Allan Kardec nos instruye sobre el asunto en el Libro de los Espíritu, en la pregunta 70:
“La cantidad de fluido vital no es la misma en todos los seres orgánicos: varía según las especies y no es constante en el mismo individuo, por así decir, algunos saturados de fluido vital, mientras otros lo poseen apenas en cantidad suficiente. Es por eso que unos son más activos, más enérgicos, y de cierta manera, de vida superabundante.
La cantidad de fluido vital se agota. Puede tornarse incapaz de sostener la vida, si no fuera renovada por la asimilación de substancias que lo contienen. El fluido vital se transmite de un individuo a otro. Aquel que lo tiene en mayor cantidad puede darlo al que tiene menos, y en cientos de casos hacer volver a la vida presta a extinguirse.
Estudiando esos fundamentos a la luz del Espiritismo, llegamos a la comprensión de muchas cosas simples que parecían complicadas e irreales, como por ejemplo la citación de Moisés en la Biblia sobre el origen del hombre. Dice él: Dios formó el cuerpo del hombre del limo de la Tierra y le dio un alma vivificadora, a su semejanza. El estaba cierto, pues quería decir que el cuerpo material era formado de los mismos elementos que habían servido para formar el polvo de la Tierra
El “alma viva a su semejanza “es el principio inteligente o espiritual retirado de la esencia divina, haciendo gran distinción entre lo material y el espiritual. El hombre puede mantener el equilibrio de su salud vital a través de la alimentación, de la respiración del aire puro y, por encima de eso, manteniendo una conducta mental sana.
El principio vital es la ley que rige la existencia del fluido vital.
“Los malos pensamientos corrompen los fluidos espirituales, como los miasmas deletéreos corrompen el aire respirable”
El pensamiento ejerce una poderosa influencia en los fluidos espirituales modificando sus características básicas. Los buenos pensamientos les imponen luminosidad y vibraciones elevadas que causan confort y sensación de bienestar a las personas que están bajo su influencia.
Los malos pensamientos provocan alteraciones, malestar, sensaciones contrarias a las que hemos mencionado. Los fluidos quedan oscuros y su acción provoca malestar físico y psíquico.
En la atmósfera fluidica se asocian seres desencarnados con tendencias morales y vibratorias semejantes. Por esta razón, los Espíritus Superiores recomiendan que nuestra conducta en las relaciones con la vida, sea lo más elevada posible. Una criatura que vive entregada al pesimismo y a los malos pensamientos tiene alrededor de si una atmósfera espiritual oscura, a la cual se aproximan Espíritus enfermos. La angustia, la tristeza y la desesperación aparecen, formando un cuadro físico-psíquico deprimente, que puede ser modificado bajo la orientación de las enseñanzas morales de Jesús.
“La acción de los Espíritus sobre los fluidos espirituales tienen consecuencias de importancia directa y capital para los encarnados. Desde el instante en que tales fluidos son el vehículo del pensamiento; que el pensamiento les puede modificar las propiedades, es evidente que ellos deben estar impregnados de las cualidades buenas o malas de los pensamientos que los colocan en vibración, modificados por la pureza o impureza de los sentimientos. Allan Kardec Génesis
A medida que el hombre crece en conocimientos percibe que sus males, tanto físicos como espirituales, es directamente proporcional a su grado evolutivo y que él puede cambiar ese estado de cosas, modificándose moralmente. Aliándose a las buenas compañías espirituales a través de sus buenos pensamientos podrá establecer una mejor atmósfera fluidica en torno de sí y consecuentemente del ambiente en que vive. Resumiendo todos somos responsables por el estado de dificultades morales que vive actualmente el planeta. Mejorándose la humanidad se depurará la atmósfera fluidica en cuyo medio vive, porque no le enviara nada más que fluidos buenos, y estos operaran una barrera invisible para la invasión de los malos. La tierra cuando este poblada por hombres que practiquen las leyes divinas del amor y la caridad no dudaremos que nos e encontrará más en condiciones de higiene física y moral como las actuales.
El pensamiento produce, pues, una especie de efecto físico, que reacciona sobre la moral; es una cosa que solo el Espiritismo puede hacer comprender. El hombre busca instintivamente, reequilibrarse, busca reuniones homogéneas y simpáticas donde pueda adquirir nuevas fuerzas morales; podríamos decir que allí recobra las perdidas fluídicas que experimenta cada día por la irradiación del pensamiento del mismo modo, que por la alimentación, recupera las perdidas del cuerpo material. El pensamiento es una emisión que ocasiona pérdidas de fluidos espirituales, y por consecuencia de fluidos materiales; de forma que el hombre necesita confortarse con los efluvios que recibe del exterior. Muchos médicos curan a sus pacientes con buenas palabras, el pensamiento benévolo lleva consigo fluidos reparadores que obran sobre lo físico tanto como sobre lo moral.
Al igual que nos libramos de los hombres ignorantes huyendo de ellos, nos podemos liberar de los malos fluidos de los espíritus malos oponiendo buenos fluidos, y como cada uno lleva consigo en su periespíritu una fuente fluidica permanente, el remedio está en si mismo. Basta purificar esa fuente y darle cualidades tales que sean para las malas influencias un repulsivo en vez de atractivo. El periespíritu es una coraza que conviene dar el mejor temple posible, y como las cualidades del periespíritu están en relación con las cualidades del alma, conviene trabajar en su propio mejoramiento, porque son las imperfecciones del alma las que atraen a los malos espíritus.
Los espíritus malos van donde el mal los atrae; si el mal desaparece, ellos se alejan. Los buenos espíritus, encarnados o no, no tienen que temer de la influencia de los malos espíritus.
El alma está revestida por un envoltorio o cuerpo fluídico, que se le denomina periespíritu. Es como una condensación del fluido cósmico universal alrededor del alma, deduciéndose de ahí que el cuerpo periespiritual y el cuerpo humano tienen su fuente en el mismo fluido, bajo dos aspectos diferentes. El periespíritu, o cuerpo astral, puede ser definido como un vehículo intermediario entre el Espíritu y la materia. Es el agente de las sensaciones externas. Al principio de la vida, el fluido periespiritual, está mezclado con los fluidos más groseros del mundo imponderable; se le puede comparar a un vapor fuliginoso que contiene las radiaciones del alma. Esta, aunque posee en germen todas las facultades que la evolución le va desenvolviendo, no puede manifestarlas, por su unión cohibida con el periespíritu, con esa especie de vaina sobradamente densa. Precisa, que esta primera edad del alma, los fuertes estímulos del hombre acudan a sacarla de su atonía.
Los fluidos son estados diversos de la materia etérea, la rapidez de su movimiento molecular es proporcional al grado de rarefacción de las moléculas; cuanto más groseros, opacos y en cierto modo viciosos sean los fluidos, tanta mayor resistencia opondrán a toda modificación, y tanto más tendrá que trabajar el alma, si es que quiere manifestarse, al exterior, a efectos de cambiar los movimientos de su envoltura y regularizar su acción.
El periespíritu es el lazo que sirve de eslabón entre ambos, pues, cuando de un lado sufre la influencia del pensamiento, del otro ejerce contacto con la materia. Es el periespíritu quien transmite las órdenes conscientes e inconscientes del Espíritu para la actuación del cuerpo físico. En el sentido contrario, el cuerpo astral lleva las sensaciones captadas por el cuerpo físico a la apreciación del alma. La constitución del cuerpo astral o periespíritu es de naturaleza semi-material, constituido de una modificación del fluido universal del orbe donde el Espíritu está encarnado. La estructura del periespíritu varía de mundo a mundo. Cuanto más evolucionados es el planeta, más sutil es el cuerpo fluídico de los que en el viven.
El periespíritu se modifica de acuerdo con la evolución del espíritu. Eso se da por la influencia del pensamiento de la entidad, en la estructura molecular del cuerpo espiritual. El periespíritu no es una masa homogénea. Posee órganos como el cuerpo físico y centros vitales por donde son absorbidas las energías espirituales. Según las pruebas que los Espíritus deben pasar en las encarnaciones, el cuerpo astral podrá ejercer influencia en la formación del cuerpo carnal, dando origen a enfermedades o anomalías orgánicas. El periespíritu es altamente plasmable. Cuando el espíritu está en libertad, puede cambiar la forma por la acción de su voluntad.
Esta propiedad explica las frecuentes referencias a las apariciones de seres angélicos y demoníacos, narrados en la historia de la humanidad.
Las apariciones de Espíritus son llamadas “materializaciones”. En esos fenómenos, lo que se ve es el periespíritu de la criatura manifestada y no el Espíritu, como piensan algunos. Las funciones del periespíritu, cuando emigra de un mundo para otro, el Espíritu cambia de periespíritu como si cambiase de ropa, pues su cuerpo periespiritual es formado de una variación del fluido Universal, existente alrededor del planeta donde encarna. El cuerpo fluídico refleja las experiencias vividas por la criatura y las envía al “sentido común” del espíritu (que es el propio espíritu) archivo definitivo de todos los pasajes de la entidad por el proceso evolutivo. Se sabe que los fluidos son el vehículo del pensamiento del Espíritu y que este puede imprimir en aquel las características que el aprueba, con la fuerza de su voluntad, ejerciendo sobre la materia la acción resultante de esta actuación. Es a través del periespíritu que se da esa acción en la materia. Funciona por tanto, como una esponja que absorbe del medio las emanaciones fluídicas buenas o más existentes en el.
Se deduce de ahí el origen de ciertos procesos de enfermedades, como también se comprende los mecanismos de cura a través de la fluidoterapia. El periespíritu tiene importante papel en los fenómenos psicológicos fisiológicos y patológicos. Cuando la medicina humana de abertura a los conocimientos de la Ciencia Espirita, ella abrirá nuevos horizontes para un abordaje y un tratamiento más completo de las molestias orgánicas y psíquicas. El Espiritismo contribuirá con las técnicas de manipulación de las energías para revitalizar el cuerpo astral y abastecerá elementos morales educativos, necesarios para el equilibrio definitivo del ser.
El periespíritu de los encarnados es de naturaleza idéntica a los fluidos espirituales, y por eso los asimila con facilidad, como la esponja se embebe el líquido.
Esos fluidos tienen sobre el periespíritu una acción tanto más directa, cuanto por su expansión y por su radiación, se confunden con ellos.
El periespíritu es el lazo que une la vida corporal con la espiritual, a él debe el espíritu encarnado el estar en relación continua con los desencarnados y por él se dan ciertos fenómenos especiales que no tienen su causa primordial en la materia tangible y que por esta razón son tenidos por sobrenaturales:
En las propiedades y en la irradiación del fluido periespiritual, es donde hay que buscar la causa de la doble vista o vista espiritual, que también puede llamarse vista psíquica, de la cual muchas personas están dotadas a veces sin saberlo, así como la vista sonambulico.
El periespíritu es el órgano sensitivo del espíritu, el ve y oye y siente por todo su ser aquello que está en la esfera de su irradiación de su fluido periespiritual. Por los órganos de la vista, el oído etc. Sus sensaciones están localizadas y limitadas a la percepción de las cosas materiales; por el sentido espiritual, se generalizan, es decir, no están localizadas en esta o la otra parte.
Estos fenómenos en el hombre son la manifestación de la vida espiritual; es el alma que actúa fuera del organismo. En la doble vista, o percepción por el sentido espiritual, no ve por los ojos del cuerpo, aunque a veces por costumbre los dirija hacia el punto donde es llamada su atención: ve por los ojos del alma y la prueba está en que lo ve con los ojos cerrados y a una distancia a la que no podría alcanzar su vista corpórea.
Aunque el Espíritu está durante la vida ligado al cuerpo por el periespíritu, esto no le impide transportarse a lo lejos, sea lejos en la tierra, o a cualquier punto del espacio. El espíritu añora su libertad, y en la vida corporal es esclava, adscripta al terreno.
El espíritu se alegra de abandonar su cuerpo y volar como el pájaro que escapa de la jaula. Esto se llama emancipación del alma; es durante el sueño cuando tiene lugar este efecto, el espíritu vive la vida espiritual, se encuentra en cierta manera como cuando el espíritu desencarna, recorre el espacio, conversa con sus amigos y otros Espíritus libres o encarnados como él.
El lazo fluídico que le retiene no se rompe definitivamente sino con la muerte; la separación completa no se verifica hasta que se extingue completamente la acción del principio vital.
Los efectos de la acción fluidica sobre los enfermos, son extremadamente variados, según la circunstancias; esta acción es a veces lenta, otras veces rápidas como una corriente eléctrica. El fluido cósmico Universal puede suministrar al cuerpo los elementos reparadores de que tenga necesidad. La curación se verifica por la sustitución de una molécula enferma por una sana. Y la curación será proporcional a la pureza de la sustancia inoculada; depende, además de la energía de la voluntad que provoca una emisión fluidica más abundante y da al fluido mayor agudeza de penetración y de las intenciones del que desea curar, sea hombre o Espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente, impura, son como substancias medicinales alteradas.
Todas las curaciones de este género son variedades del magnetismo, y no se diferencian sino por la prontitud de la acción. El principio es constantemente el mismo; es el fluido que representa el papel de agente terapéutico, y cuyo efecto está subordinado a su calidad y a circunstancias especiales.
La acción magnética puede producirse de varias maneras:
1º Poe el fluido del magnetizador, ósea magnetismo humano, cuya acción está subordinada a la potencia y sobre todo a la calidad del fluido.
2ª Por el fluido de los Espíritus que obra directamente y sin intermediario. Este es el magnetismo espiritual, cuya cualidad está en relación con las cualidades del Espíritu.
3º Por el fluido, que los Espíritus emiten sobre el magnetizador, al cual este sirve de conductor. El fluido espiritual, combinado con el fluido humano da a este las cualidades que le faltan. El concurso de los Espíritu si en tal caso es, a veces, probado por la evocación del magnetizador.La ciencia del magnetismo pone al hombre en posesión de maravillosos recursos. La acción de los fluidos sobre el cuerpo humano es inmensa; sus propiedades son múltiples y variadas. Numerosos hechos han probado que con su ayuda se pueden aliviar los sufrimientos más crueles. Los fluidos, obedeciendo a una poderosa voluntad, a un ardiente deseo de hacer el bien, penetran en todos los organismos débiles y devuelven gradualmente el vigor a los débiles y la salud a los enfermos.
Son muchos los que abusan y explotan, atribuyéndose un poder magnético imaginario. Esto es consecuencia inevitable del estado de inferioridad moral de la humanidad.
La existencia del fluido vital, aunque puesto en duda en nuestros días, es indispensable para poder explicar los fenómenos de la vida, porque la evolución y la forma de todos los seres vivientes, como los fenómenos de reconstitución orgánica, no son explicables por la ciencia moderna. El Espiritismo, que cree conocer la verdadera naturaleza del alma, ofrece una teoría con la cual se resuelven lógicamente un gran número de dificultades.
La causa de todas las diferencias que separan a los materialistas y espiritualistas de los espiritistas, está en la ignorancia en que se hallan los hombres de ciencia y los filósofos respecto a la existencia y naturaleza del periespíritu.
Para los fisiólogos, el alma no es sino la resultante vitales del cerebro.
La teoría materialista no explica nada respecto al Universo: se limita a comprobar hechos, que atribuye a leyes materiales que se encadenan y determinan sucesivamente.
Ha llegado el tiempo en que todos los velos, deben rasgarse. El espiritismo aporta pruebas tangibles de la existencia e inmortalidad del alma.
Con la certeza de las vidas sucesivas y de la responsabilidad de los actos, se resuelve otra gran cantidad de cuestiones.
No se ignora que las teorías que en estos estudios se defienden tienen necesidad de apoyarse en demostraciones, experimentales para ser absolutamente irrefutables y se guarda la certeza de que un día así será; pero por el momento, basta el presentar hipótesis lógicas que no choquen con ninguna enseñanza científica y expliquen todos los fenómenos, para demostrar la grandeza de la síntesis que se obtiene cuando se combinan los conocimientos humanos con las revelaciones espirituales.
El Espiritismo toca todos los problemas más difíciles de la fisiología y de la psicología al estudiar la acción de los Espíritus; y la naturaleza particular de las fuerzas que entran en juego en las materializaciones, es un motivo de profundo estudio para el investigador, porque el modo de actuar de los invisibles sobre la materia difiere radicalmente de lo que hasta el presente conocemos.
El día en que la Ciencia se persuada de la verdad de la Doctrina Espírita, se operara una verdadera revolución en los métodos por ella preconizados. Las investigaciones, que hoy tienen por único objeto, conocer la materia, se extenderán hasta el espíritu.
Ensayemos, pues, servirnos de los descubrimientos modernos adaptándolos a nuestra Doctrina; penetremos en las profundidades del ser humano, conducidos por la fisiología e iluminados por la Luz del espiritismo; hagamos palpable la influencia que el alma ejerce sobre todos los fenómenos vitales, sea en estado consciente o inconsciente; escrutemos con minuciosidad las relaciones delicadas e importantes de lo físico y de lo moral; intentemos determinar las conexiones de la vida psíquica con los fenómenos del organismo; busquemos en que parte del hombre subsiste la identidad del ser y las facultades del alma; resumiendo todas estas observaciones, tratemos de conciliar, en una mirada de conjunto que abrace al cuerpo y al alma, todos los resultados a que hayamos podido llegar.
El espiritismo es una gran verdad puesto que nos da la clave de lo que la ciencia humana ha sido impotente para descubrir.
Elaborado por Merchita.- Trabajo extraído de los libros:
La Génesis Cap. XIV, Allan Kardec
Después de la Muerte – León Denis
La Evolución Anímica de Gabriel Delanne
( ver el blog "El espírita albaceteño".- elespiritadealbacete.blogspot.com )
( ver el blog "El espírita albaceteño".- elespiritadealbacete.blogspot.com )
No hay comentarios:
Publicar un comentario