martes, 5 de julio de 2011

Drogas



Las drogas, tal como es de
dominio público, son 
sustancias entorpecedoras,
excitantes, alucinógenas, 
utilizadas con la finalidad 
de, inicialmente y con carácter 
provisional, propiciar al usuario 
un pretendido estado psíquico 
que le parezca agradable.


 Son también designadas como 
drogas las sustancias 
farmacéuticas,utilizadas para 
amenizar los dolores, la curación 
de enfermedades y el bienestar 
de los convalecientes.

Cotidianamente, cuando algo 
no está bien, una de las palabras 
más utilizadas, posiblemente, 
sea: ¡droga!Colocando énfasis 
en la pronunciación de la palabra,
lo que carecteríza la gravedad
de la situación.

Las drogas, farmacéuticas o no, 
utilizadas de forma 
irresponsable, inducen a los 
estados de alteración de la 
conciencia o alucinaciones. 
Los usuarios las denominan de 
viajes.

Viajes, que generan graves
secuelas de orden físico y psíquico.

Lamentablemente es muy grande el 
número de personas que las 
consumen.

Las instituciones médicas, religiosas
 y gubernamentales, están 
preocupadas con esas estadísticas 
que demuestran el desprecio por 
la vida y por uno mismo.

¿Qué será de nuestro futuro,si la 
juventud se entrega al vicio,
 olvidándose de los valores
intelectuales, las conquistas 
personales y del enriquecimiento
del espíritu?

¿Qué será de nuestro futuro, 
cuando los niños, que deberían
 estar jugando al fútbol, 
divirtiéndose en sus bicicletas
o participando de otras 
actividades lúdicas y deportivas,
prefieren drogarse, dejando de
lado el placer que esas 
actividades les proporcionarían?

¿Qué será de nuestro futuro, 
cuando los adultos se entregan 
tales vicios, olvidándose de la 
nobleza de las luchas para lograr 
sus sueños?

¿Qué será, en fin, de nuestro 
futuro, cuando ancianos, que 
deberían estar compartiendo la 
riqueza de sus experiencias, 
deciden abrazar las drogas, 
olvidando valores y afectos?

¿Qué será?...Mientras la 
preocupación crece por esas
situaciones, preocupa también
el panorama de otras drogas
que vienen destruyendo 
amistades,instituciones y 
hogares.

Hablamos de la rabia que 
alimenta venganzas mezquinas,
apuntando sus lanzas contra  
las personas que actúan por el
 bien del prójimo.

Nos acordamos de la envidia 
que destruye excelentes 
proyectos de calidad, que tienen 
como objetivo consolar corazones, 
serenar ánimos e incitar al 
optimismo.

Esto sucede porque el envidioso 
considera que es más fácil 
destruir, antes que esforzarse 
para alcanzar el trayecto del otro 
y, de esa forma,hombrear con 
dignidad por el mismo ideal de 
lucha  por su semejante.

Nos acordamos de la maldad que 
establece intrigas, esparce la 
cizaña de la mentira, arruinando 
el honor de personas nobles, 
además de crear sospechas en 
tareas de total renuncia.

Esa forma de actuar sigilosamen-
te, en las sombras de la noche, 
lanzando venenos aquí y allí, de 
forma sutil, es una droga que 
igualmente produce muchos 
males.

Por todo eso, si usted no quiere 
contaminarse, ni servir al mal, 
piense un poco.

Si le llegan informaciones desti-
lando veneno, acerca de perso-
nas e instituciones, utilice su 
buen discernimiento.

Examine lo que hacen los acusa-
dos, sus obras, sus realizaciones.

Ponga la báscula de la pondera-
ción en lo que escuche del acu-
sador, sus actos y actitudes.

Piense que, mientras el acusado 
está actuando en el bien, el acu-
sador está sembrando la intriga, 
el mal.

Y entonces, con lucidez, no per-
mita inocularse por las drogas de 
la rabia, la envidia y la maldad.

Conforme la orientación de 
nuestro Maestro Jesús, inmuní-
cesé con la vigilancia y la oración.

No haga viajes por el país de las 
tinieblas. No se deje enredar por 
el mal.

Sirva siempre al bien. Viva por el 
bien. Esparza el bien y contagie 
muchos, con su disposición de 
acertar, de ser mejor, con plena 
consciencia de sus pensamientos
 y actos.

Redacción de Momento Espirita

( Visitar el blog  elespiritadealbacete.blogspot.com )

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