INQUIEUDES ESPÍRITAS
1.- Entrevista a Divaldo P. Franco sobre la juventud
2.- Curso de Caridad: 20 ejercicios
3.- ¿ Quieres vivir con tranquilidad y alegría ?
4.- Tránsito al Más Allá.
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ENTREVISTA A DIVALDO P. FRANCO, SOBRE LA JUVENTUD
Pregunta - Una de las etapas más difíciles de nuestra experiencia encarnatoria
es la adolescencia. Desajustes, falta de comprensión, rebeldía etc. ¿Más allá
de los cambios físicos existe alguna explicación espiritual?
R - En cualquier etapa del proceso reencarnatorio el Espíritu es un ser
integral, que se somete a las contingencias impuestas por el mecanismo
corporal, facultándole el desarrollo de los valores que quedaron relativamente
adormecidos en estado embrionario. La infancia y la adolescencia, de ese modo,
son estados transitorios, en los cuales deben ser trabajados los recursos
intelecto-morales del ser humano, a fin de facultarle la conquista del
infinito. Naturalmente, a medida que ocurre la madurez orgánica, siempre bajo
el impositivo de las necesidades que suceden de las experiencias transcurridas,
el fenómeno se presenta consonante con el carácter del ser espiritual que es.
Gracias a tal circunstancia, ese tránsito puede ser tranquilo y positivo, como
también angustiante y perturbador. En esta fase, son de alta relevancia la
presencia del amor y de la disciplina, para que sean bien direccionados sus
recursos en potencial con vistas al futuro. He aquí porque la infancia humana es
la más larga entre los animales, que la tienen muy breve. Es en este período
que se fijan las lecciones que deberán guiar la existencia en desarrollo. La
adolescencia, resultante del primer nivel de aprendizaje, desarrolla las
impresiones adormecidas en el ser, que se expresarán conforme a los factores
ambientales, familiares, educacionales, sociales. Discor-dando de algunos
estudiosos que afirman estar impresos en nuestros códigos genéticos todos los
procesos orgánicos y psicológicos, acreditamos que la reencarnación impone
necesidades y compromisos que pueden ser trabajados por la educación, cuya
importancia es primordial. Nunca olvidemos que, aunque el cuerpo sea joven no
sucede lo mismo con el Espíritu, que es labrador de varias experiencias
transcurridas, de las cuales conserva las conquistas y prejuicios. Un día, un
joven me contó que le gustaba mucho la música rock pesado, y se vestía según
las bandas que él admiraba, mas paralelamente le interesaba saber del
Espiritismo y empezó a frecuentar una Casa Espírita. Se sentía en conflicto, no sabiendo si tenía que dejar la música que le gustaba
o mudar de hábitos.
P - ¿Qué le diría a ese joven?
R- Es natural que en la juventud el concepto de valores esté vinculado a los
intereses del placer. En un momento en el cual la música estridente y violenta
llama la atención, los jóvenes, que aún no definen su personalidad, pasan a
consumirla, imitando los líderes que asumen una postura mitológica o aberrante
en el comportamiento, principalmente como forma agresiva y reactiva a los
hábitos y costumbres sociales. Desde que encontramos ese joven en dicotomía de
comportamiento, sin saber que rumbo seguir, yo le diría que los intereses por
la música no pueden ser negados ante la atracción por el Espiritismo. La
Doctrina podrá darle una visión más amplia de la realidad de la vida, de lo que
él necesita, después penetrarla y sentirla más profundamente, adquiriendo
discernimiento para futuros comportamientos. Es necesario adquirir el juicio
selectivo, que transcurre de las experiencias, a fin de elegir lo que es lo
mejor para la existencia humana. Por tanto, el Espiritismo nunca prohíbe,
siempre esclarece y orienta.
P - ¿Ser joven debería ser sinónimo de qué? Deme cinco significados.
R - De soñador que demanda el infinito sin conocer el camino a seguir; del
individuo maleable que aguarda el trabajo paciente de la educación, que puede
ser considerada su hábil escultor moral; del idealista rico de imaginación y de
esperanza; del constructor de nuevas eras; del suelo virgen que aguarda ser
sembrado, y que producirá conforme sea cultivado.
P - Divaldo, ¿ cómo haces para mantenerte joven?
R - Procuro observar rigurosa disciplina de hábitos mentales y morales,
procurando colocar los deberes que merecen respeto encima de los placeres y
manteniéndome feliz con la oportunidad rara de la actual reencarnación, que me
brinda con la consciencia espírita. Evito irritarme, no cultivando el
pesimismo, disculpándome cuando me equivoco y haciendo lo mismo en relación al
prójimo, no enojándome cuando soy acusado, ni exaltándome cuando soy elogiado.
Gracias a los hábitos saludables de la oración, de la meditación y del trabajo,
busco enriquecerme de esperanza y de alegría para nunca desanimar.
P - ¿Qúe ofrece la propuesta espírita a los jóvenes y adolescentes delante de
una sociedad que les agracia con drogas, sexo, violencia?
R - El Espiritismo ofrece plenitud, demostrando que la transitoriedad del
placer debe ceder lugar a la perennidad de la alegría y del bienestar.
Enseñando auto conciencia, el Espiritismo derrumba las paredes invisibles de la
ansiedad y del miedo, ampliando los horizontes de la felicidad, que van más
allá de los condicionamientos ilusorios de las pasiones.
P - ¿Cómo fue el Divaldo joven?
¿Qué experiencias útiles nos podría transmitir?
R - Hasta donde recuerdo, el trazo característico de mi personalidad actual ha
sido la alegría de vivir, reconociendo a Dios por la oportunidad que disfruto.
En la infancia, me aturdía cuando los fenómenos espirituales de la mediumnidad
eran ignorados y, a través de la oración encontraba alivio y paz, adquiriendo
ánimo y entusiasmo para proseguir. Al tomar consciencia de la realidad
mediúmnica, busqué en el estudio de la Doctrina los tesoros que ahora me
iluminan la existencia. La gran experiencia que adquirí, me enseñó que somos
constructores del propio destino, y que solamente cuando resolvemos conseguir
lo que nos agrada, es que adquirimos la consciencia de la realidad de la vida.
P - ¿Cómo
debe actuar delante del mundo el joven espírita ?
R - Manteniéndose perfectamente ajustado a los compromisos doctrinarios,
preservándose de los trastornos que dominan en casi todas partes, mediante el
culto a los deberes: estudio, conducta, responsabilidad en el hogar y fuera de
él, trabajo y deportes, actividades socorristas direccionadas a los más
necesitados. El joven debe permanecer en el mundo sin pertenecerle, jamás
intentando huirle a las imposiciones, para que no caiga en conflictos
innecesarios. Ser joven es poseer un tesoro que debe ser preservado y
multiplicado mediante saludables acometimientos.
(Entrevista de Luis Hu
Rivas, ( publicada en el Portal Plenus)
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CURSO DE CARIDAD: 20 EJERCICIOS
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- Ejecutar alegremente las propias obligaciones.
- Guardar silencio frente a las ofensas.
- Olvidar los favores realizados.
- Liberar a los amigos de cualquier gentileza hacia nosotros,
- Controlar nuestra agresividad.
- Respetar y no condenar las opiniones que difieran de las nuestras.
- Eliminar toda pregunta maliciosa o innecesaria.
- No transmitir informaciones o enseñanzas que produzcan amarguras.
- Entrenar constantemente nuestra paciencia,
- Saber escuchar las dificultades de otros sin hablar de las nuestras.
- Buscar en todos los momentos la forma de ser más útil.
. No hablar mal de nadie.
- Buscar siempre la parte positiva de quien os participe sus experiencias.
- Alegrarse con la alegría de los demás.
- Tratar de no molestar a quien trabaja.
- Ayudar espontáneamente.
- Respetar el servicio cumplido por los otros.
- Quitar importancia a nuestros problemas particulares.
El aprendiz en la experiencia terrenal que quiera o pueda dedicarse, al menos, a alguno de los veinte ejercicios propuestos recibirá, con toda certeza, por parte del Divino Maestro y en la Escuela de la Vida, las más destacadas notas en el curso de caridad.
( Tomado de Alborada Espírita Cristiana)
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¿QUIERES VIVIR CON TRANQUILIDAD Y ALEGRIA?
Del Libro Mensajes de lo Invisible
Autor: Genaro Bravo Rabanales (Psicografía)
Edúcate en los términos siguientes:
Primero, con la boca:
Que no se abran tus labios para murmurar de tu prójimo, ni se manchen con la mentira, procurando siempre decir la verdad , no levantando calumnias contra nadie, ni insultando, evita provocar malas palabras, no pongas a DIOS de testigo de nada, respétalo, modera en todo tu vocabulario, que se distinga entre los demás.
Segundo, educando tu pensamiento:
Jamás pienses mal de tus hermanos porque se hace mas daño con el pensamiento que con las palabras, no pelees mentalmente con los que creas tus rivales, porque en ello surgirán cosas graves, que te enfermaran, cuando te vengan ideas mal sanas recházalas con el recuerdo de alegrías pasadas, así aprenderás a dominar tu pensamiento, no dándole paso a lo malo, pueda ser que a tiempo te llegue esta recomendación.
Tercero: Educa tus manos:
No levantes el dedo para señalar a tus semejantes, ni en bien ni en mal, no ocupes tus manos en el robo, ni para herir, mucho menos para firmar condenas, toma en cuenta que mañana lo harán contigo. Evita ocupar tus manos en hacer anónimos, pues ellas te son sagradas, porque te sirven para ganar el sustento de tu cuerpo y esto ha de ser honradamente.
Cuarto, educa tu espíritu:
Procura dominar los deseos y caprichos del cuerpo, pues se debe de andar conforme al ESPIRITU y no conforme la carne, todos los actos han de ser para agradar a DIOS y no para satisfacer los goces del cuerpo, ocupa una hora diaria, para conocer y examinar tus errores, y así podrás comprender que el espíritu tiene vidas sucesivas para lo que se está preparado, debes de saber que el cuerpo es el vehículo o sea el traje que le sirve, para el pulimiento y progreso espiritual.
Quinto, educa a tus hijos:
No azotes los cuerpos si tus malos ejemplos son la causa de los errores que hay en tus hijos, procura educarlos espiritualmente, pero antes con lo que practiques, recuerda que tu eres el primer maestro o maestra.
Todas las recomendaciones anteriores estúdialas, y si las aceptas las usaras como método importante para la educación de los hijos que DIOS te ha confiado, recuerda que como padre o madre tienes gran responsabilidad por que de tus hechos depende lo que ellos sean y así no tendrán juntos que llorar su desventura. Estas enseñanzas son para la humanidad de ambos sexos y para todas las edades y credos.
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TRÁNSITO AL MÁS ALLÁ
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EL TRANSITO DE LA ENCARNACION A LA DESENCARNACION EN LAS PERSONAS DESMATERIALIZADAS Y CON CONOCIMIENTO DE LA VIDA ESPIRITUAL.
Muy diferente es la posición del espíritu desmaterializado, aun en las más crueles enfermedades. Los lazos fluídicos que le unen al cuerpo, siendo muy débiles, se rompen sin ninguna sacudida. Después su confianza en el porvenir, que ha entrevisto ya con el pensamiento, algunas veces también en realidad, le hace mirar la muerte como una libertad y sus males como una prueba. De lo que resulta para él una tranquilidad moral y una resignación que endulzan el sufrimiento. Después de la muerte, rotos estos lazos en el mismo instante, ninguna reacción dolorosa se opera en él. Siente su despertar libre, dispuesto, aliviado de un gran peso, sobre todo contento porque no sufre ya.
12. En la muerte violenta, las condiciones no son exactamente las mismas. Ninguna disgregación parcial ha podido traer una separación anticipada entre el cuerpo y el periespíritu. La vida orgánica, en toda su fuerza, se para repentinamente. La separación del periespíritu no comienza, pues, sino después de la muerte, y en este caso, como en los otros, no puede operarse instantáneamente. El espíritu, sorprendido, está como aturdido, pero sintiendo que piensa, se cree aún vivo, y esta ilusión dura hasta que se da cuenta de su posición. Este estado intermediario entre la vida corporal y la vida espiritual es uno de los más interesantes para el estudio, porque presenta el singular espectáculo de un espíritu que toma su cuerpo fluídico por su cuerpo material, y que experimenta todas las sensaciones de la vida orgánica. Ofrece una variedad infinita de matices, según el carácter, los conocimientos y el grado de adelanto moral del espíritu. Es de corta duración para aquellos cuya alma está depurada, porque en ellos había un desprendimiento anticipado, y la muerte, incluso la más súbita, no hace más que apresurar su realización. En otros puede prolongarse durante años. Este estado es muy frecuente incluso en los casos de muerte ordinaria, y para algunos no tiene nada que sea penoso, según las cualidades del espíritu. Pero para otros, es una situación terrible. En el suicidio, sobre todo, ésta es la situación más penosa. El cuerpo, reteniendo al periespíritu por todas sus fibras, todas las convulsiones del mismo repercuten en el alma, y por esto siente atroces sufrimientos.
13. El estado del espíritu en el momento de la muerte puede resumirse así: El espíritu sufre tanto más cuanto el desprendimiento del periespíritu es más lento. La prontitud del desprendimiento está en razón del grado de adelanto moral del espíritu. Para el espíritu desmaterializado, cuya conciencia es pura, la muerte es un sueño de algunos instantes, exento de todo sufrimiento, y cuyo despertar está lleno de suavidad.
14. Para trabajar en su depuración, reprimir sus tendencias malas, vencer sus pasiones, es preciso ver sus ventajas en el porvenir. Para identificarse con la vida futura, dirigir a ella sus aspiraciones y preferirla a la vida terrestre, es necesario no sólo creer en aquella, sino comprenderla. Es necesario representársela bajo un aspecto satisfactorio para la razón, en completa concordancia con la lógica, el buen sentido y la idea que uno se forma de la grandeza, de la bondad y de la justicia de Dios. De todas las doctrinas filosóficas, el Espiritismo es la que ejerce, bajo este aspecto, la más poderosa influencia por la fe inquebrantable que da.
El espíritu formal no se limita a creer, cree porque comprende, y comprende porque se dirige a su entendimiento. La vida futura es una realidad que se descorre sin cesar a su vista. La ve y la toca, por expresarlo así, en todos los instantes. La duda no puede entrar en su alma. La vida corporal, tan limitada, se borra para él ante la vida espiritual, que es la verdadera vida. De ahí el poco caso que hace de las sinuosidades del camino y su resignación en las vicisitudes, de las cuales comprende la causa y la utilidad. Su alma se eleva por las relaciones directas que tiene con el mundo invisible, los lazos fluídicos que le adhieren a la materia se debilitan y así se opera un primer desprendimiento parcial que facilita el tránsito de esta vida a la otra. La turbación inseparable del tránsito dura poco tiempo, porque tan pronto como se ha franqueado el paso se reconoce a sí mismo. Nada le es extraño y se da cuenta de su estado.
15. Ciertamente el Espiritismo no es indispensable para obtener este resultado. Así es que no tiene pretensión de que sólo él puede asegurar la salvación del alma, pero la facilita por los conocimientos que procura, los sentimientos que inspira y las disposiciones en la cuales coloca el espíritu, a quien hace comprender la necesidad de mejorarse. Además, da los medios de facilitar el desprendimiento de otros espíritus en el momento en que dejan la envoltura terrestre, y de abreviar el término de la turbación por la plegaria y la evocación. Por la oración sincera, que es una magnetización espiritual, se provoca una disgregación más pronta del fluido periespiritual, por una evocación dirigida discretamente y con prudencia, y animando con palabras de benevolencia, se saca al espíritu del sopor en que se encuentra y se le ayuda a reconocerse más pronto. Si está sufriendo, se le incita al arrepentimiento, el único que puede abreviar los sufrimientos.
ALLAN KARDEC.
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