INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-El triunfo del Monoteísmo
2.- La otra cara
3.- Un Reinado de Amor
4.- Inhumación y Cremación
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Con el judaísmo aparece la figura del profeta, realizando llamamientos de fidelidad a Dios, mediante la observancia de sus leyes, y hacia la reforma moral de las personas, con el objetivo de espiritualizar al pueblo.
El más reciente de esos profetas, Jesucristo, hizo de la bondad, la compasión, el perdón de las ofensas y el amor hacia los demás, el camino para entrar en el reino de los cielos y se mostró a sus discípulos tras su muerte, dando fe de esa vida que nos espera y que es real.
Habló de esperanzas y consuelos en un mundo donde reinaba la crueldad y la avaricia, el abuso de poder y la explotación de los débiles. Habló para el pueblo humilde y sencillo y le pidió que perdonara, que olvidara rencores y que amara a su prójimo. Las bienaventuranzas del sermón de la montaña son balsámicas para los corazones doloridos de sus seguidores: el pueblo llano y desposeído.
¿Por qué pide Jesús esa actitud? Es algo totalmente contrario a los ímpetus vengativos dominantes en los pueblos de aquella época. Según su mensaje, es la condición indispensable para que de ese modo podamos entrar en el banquete del cielo, que representa la vida abundante del mundo espiritual, después de la muerte.
En sus mensajes el uso intencionado de parábolas ocultó al pueblo la comprensión completa de su predicación de vida eterna y evolución mediante la reencarnación.
Era habitual en las religiones antiguas la existencia de dos enseñanzas, una completa y profunda solo accesible para los adeptos mejor preparados, y otra más superficial,
para el pueblo sencillo y poco instruido. El cristianismo no fue diferente y Jesús enseñó solo a sus discípulos el fondo completo de su mensaje, ocultándolo al resto
mediante parábolas.
Los mil años de oscuridad de la Edad Media acabaron por enterrar el mensaje sublime de Jesús entre dogmas y fanatismos crueles.
LA OTRA CARA
Considerándose el estado
moral en que se encuentran incontables criaturas humanas por los caminos del
planeta terrestre, aun vivenciando los instintos agresivos, es comprensible que
los relacionamientos no siempre se realicen de manera pacífica. Predominando la
naturaleza animal en detrimento de la espiritual, el orgullo se arma de
mecanismos de defensa, resultantes de la prepotencia y de la argucia para
reaccionar ante los conocimientos amenazadores o que sean interpretados como
tales…
La acción proveniente
del raciocinio y de la lógica cede lugar a los impulsos agresivos, y se
establecen los conflictos cuando deberían prosperar el entendimiento y la
comprensión. En razón de la fase más primitiva que racional, cualquier
acontecimiento desagradable asume proporciones inadecuadas que no se
justifican, porque los recursos morales de la bondad sucumben ante la cólera
que se instala y lleva a la alucinación. De cierta manera, manteniéndose los
comportamientos arbitrarios de existencias atrasadas que no fueron domados,
fácilmente la ira rompe el envoltorio delicado de la gentileza y acontecen los
lamentables atritos, que deben y pueden ser evitados.
La educación equivocada,
que estimula al fuerte para gobernar, al destaque, contribuye para que la
mansedumbre y la humildad sean dejados al margen, catalogadas como flaquezas
del carácter y debilidad moral. El territorio en el cual cada individuo se
desarrolla, después de la apropiación, es defendido con violencia, como si la
posesión tuviese duración infinita, lo que constituye lamentable equivoco. Esa
debilidad del sentimiento se manifiesta en la conducta convencional del ser
humano que opta por ser temido, cuando la finalidad de su existencia es
tornarse amado. Se multiplican, indefinidamente, las pugnas, que pasan de una
para otra existencia hasta que las Soberanas Leyes impongan la sumisión y el
reequilibrio a través de afligentes explicaciones.
La ley del progreso y,
por consecuencia, a todos cabe el esfuerzo de liberación de las herencias
enfermizas, de los hábitos primitivos, experimentando conquistas íntimas que se
irán acumulando en la estructura emocional que se presentaran en forma de paz y
de concordia. El conocimiento espirita, porque es iluminativo, es el más
eficiente para la edificación moral, aunque fluye de la concienciación de que
el avance es inevitable y la repetición de las actitudes infelices constituye
estagnación y fracaso…
Las dificultades, por
tanto, las diferencias de opinión, los insultos y agravamientos deben ser
considerados experimentos como prueba del mejoramiento espiritual, al
aprendizaje de nuevas conductas encontradas en El Evangelio de Jesús. Cuando
eso no ocurre, se queda sujeto a la influencia maléfica de los Espíritus
inferiores que se complacen en generar situaciones embarazosas responsables por
esas conductas lamentables. Es indispensable vigilar los sentimientos del
corazón, a fin de dominarse la ira, esta es chispa eléctrica responsable de
incendios morales de resultados dañinos. Ha de considerarse, además, el hecho
de una parada cardiaca, de una accidente vascular cerebral de consecuencias irreversibles,
no programados, más que si suceden solamente por la falta de control emocional
provocados por la rabia… Aprende a dominar los impulsos de ira, porque la
existencia terrestre no es un viaje delicioso al país roseo de la alegría sin
fin… Esfuérzate por comprender el otro lado, la forma como los otros encaran
los mismos acontecimientos… Lucha por vencer la arrogancia, porque todos los
espíritus que anhelan la paz, por la victoria de las pasiones tienen, como
primer desafío, la superación de los sentimientos inferiores, aquellos que
deben ser sustituidos por los de naturaleza dignificante.
Si alguien te aflige, es
porque se encuentra necesitado de ayuda y no de combate, es su forma de llamar
la atención para su soledad y angustia. Fuego con fuego aumenta el incendio
devorador. Intenta colocar en el brasero el agua de la paz y se apagaran las
llamas amenazadoras. No fue por otra razón, que Jesús propuso: No resistáis al
hombre malo, más a cualquiera que os pegara en la cara derecha, ofrecerle
también la otra, conforme anotó Mateo en el capítulo 5, versículo 39 de su
Evangelio. Atacado, en el Pretérito, El ejemplifico la enseñanza verbal, no
reaccionando a las agresiones, cuando los soldados, tejiendo una corona de
espinas, la pusieron en su cabeza… manteniéndose en silencio… Ofrecer, la otra
mejilla es más que exponer el lado contrario, con el fin de sufrir nueva
envestida de la perversidad. Se trata de la cara moral, noble, que se encuentra
oculta, aquella rica de sentimientos elevados que distingue una de otra
criatura.
Nadie es lo que
representa exteriormente, tanto existen contenidos crueles ocultos por la
educación, por el disimulo y la hipocresía, como sentimientos relevantes y
buenos. Al ser alcanzado por cualquier cosa desagradable que golpee tu emoción,
hiriéndote la delicadeza de las reservas íntimas, en vez de reaccionar, desvela
otra cara, la del amor, de la compasión, de la misericordia, actuando con
serenidad. La otra cara es el ángel adormecido en el paisaje luminoso de tu
mundo interior. Allí posees tesoros de amistad y de ternura que desconoces. Con
esa, la brutal, la de la reacción, la defensiva, ya estas identificado,
debiendo encontrarte cansado de vivenciarlas. Sumerge, de ese modo, en el rio
de las aguas silenciosas de tu mundo interior y refréscate con su contribución.
Luego después, deja que los tesoros del amor del Padre que se encuentran
adormecidos, fluyan suavemente y se incorporen a los contenidos habituales,
sustituyéndolos a lo largo del tiempo y predominando al fin. A la medida que
esto acontezca, renacerás de los escombros como la Fenix de la mitología, que
se renovaba y renacía de las cenizas que la consumían.
El bien es la meta que
todos debemos alcanzar. No te permitas, por tanto, perturbar, por las emociones
enfermizas y viciosas que te consumen, destruyendo tus más queridas
realizaciones espirituales. Eres responsable por tus actos, cual sembrador que
avanza, siembra a dentro, lanzando las semillas que germinarán con el tiempo,
ciertamente muchos se perderán, otros, no en tanto, producirán el doble, lo que
implica una cosecha superior al volumen esperado. Es necesario cuidar del tipo
de las simientes que serán distribuidas por tus manos. Siembra bondad y
cosecharás alegría de vivir, nunca devolviendo mal por mal. Una chispa, un rayo
que se prenda a un depósito de combustible luego presentará la destrucción.
Contrólalos en la corriente de tus reflexiones, generando la disciplina de la
contención de su carga poderosa de energía, canalizándola para labores
ennoblecida que te exoneraran a la lucha, a las conquistas ya logradas que te
honorifican. La otra cara se encuentra cubierta por camadas de experiencias
dolorosas. Retira esa basura mental y permite que se presente irisada de sol
espiritual la otra cara, para que el amor real sea la marca de tu
comportamiento en cualquier circunstancia u ocurrencia difícil.
Por el Espíritu Juana de Ángelis
Médium Divaldo P.
Franco. En la reunión mediúmnica del Centro espirita Camino de Redención, la noche del
15 de abril del 2009
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UN REINADO DE AMOR
Mi reinado no se impondrá con las armas ni con el exterminio; lo digo y añado aún más: Mi manto blanco de Maestro de Divina Sabiduría no se manchará con sangre de hermanos ni se mojará con llanto de ancianos desolados, de viudas desamparadas ni de huérfanos ambulantes por los caminos.
¿ El Eterno dador de Vida me habría ungido acaso para levantarme un trono de oro a costa de innumerables vidas y de infinito dolor por mi mano?.
¿ Creéis que Dios Omnipotente, que hizo surgir millares de mundos de Si mismo, necesita que mueran asesinados en los campos de batalla, multitud de sus criaturas, para levantar un Enviado Suyo como rey de una nación determinada?.
Mi reinado es Eterno sobre este Mundo que el Padre Celestial me dio en heredad desde los siglos de los siglos. ¡ Mas no queráis apresurar la hora ni torcer el camino que está marcado en el pensamiento de Dios. ¿ No me da Él cuando quiere poderes Supremos sobre als enfermedades, sobre los elementos y sobre la muerte?. ¿ Y osáis pensar que el Ungido de Dios se va a hacer solidario con el exterminio y la matanza, cuando siente tan cerca de Si la Voz Divina que lo dice: Ámame sobre todas las cosas y al prójimo como a tí mismo?.
¡ Mi trono estará formado de corazones amantes, amigos míos, mi corona real será formada por diamantes por todos los que habrán triunfado de la mentira y de la ignorancia. Y vendrán a mi con sus manos puras y sus frentes coronadas de rosas !.
¡ Mi túnica de lino y mi manto de púrpura serán tejidos por las manos que visten al desnudo y secan el llanto de los doloridos !. ¡ Oh, mis amigos de ahora y de siempre!. No queráis apresurar la hora de Aquel que me ha enviado entre vosotros y que os pone a mi lado para secundar mi obra y no para impedirla.
Hilarión del Monte Nevo
. Arpas Eternas .
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¿El espíritu
desencarnado sufre cuando su cuerpo es quemado? ¿Cuáles son los motivos que
están haciendo cada vez más un número mayor de personas a optar por la
cremación? ¿Qué aconseja el Espiritismo?
Cuando se estudia el
comportamiento de la Humanidad a lo largo de los milenios, se observa la nítida
preocupación del hombre con su futuro después de la muerte. Un individuo es
declarado oficialmente muerto en el momento que cesan sus funciones vitales.
Como cada grupo recibe la herencia social y religiosa de las tradiciones
cultivadas por las generaciones anteriores, cabe a los miembros del grupo al que
el individuo pertenece, cumplir los ritos tradicionales hasta la instalación
definitiva del cuerpo en su morada.
INHUMACIÓN Y CREMACIÓN
La Inhumación es el
ritual más practicado. Consiste en el entierro del cadáver en un nicho,
generalmente en el cementerio de la comunidad. La cremación, es el acto de
quemar el cadáver reduciéndolo a cenizas colocadas en una urna y enseguida
sepultadas o esparcidas en un lugar previamente determinado. Sin embargo,
conocida y practicada desde la más remota antigüedad por los pueblos primitivos
de la Tierra no ha sido muy utilizada, aunque modernamente lo va siendo cada día más.
El fuego pasó a ser
utilizado por el hombre en la Edad de Piedra Fragmentada y, por su pureza y
actividad, era considerado por los Antiguos como el más noble de los elementos,
aquel que más se aproximaba a la Divinidad. Con la eclosión de la religiosidad,
el ser humano fue descubriendo que había algo entre el Cielo y la Tierra y el
fuego pasó a ser utilizado en rituales religiosos.
Predominaba la
creencia que al quemar el cadáver, con él serían quemados todos sus defectos y
al mismo tiempo el alma se liberaría definitivamente del cuerpo, llegando al
cielo purificada y no volvería a la Tierra en forma de "apariciones"
asustando a los vivos.
La cremación tuvo como
base la fuerza purificadora del fuego. En los últimos tiempos, en todo el
continente europeo han sido encontradas vasijas del Periodo Neolítico (Edad de
la Piedra Pulida), llenas de cenizas de los individuos. Esos indicios revelan
que la cremación ya era practicada en los principios de la Civilización de la
Tierra.
Con el paso de los
siglos la cremación se fue volviendo una práctica consagrada en el oriente
(India, Japón, etc.), regiones de Grecia y la Antigua Roma donde vivían
civilizaciones adelantadas que utilizaban el proceso gracias a los
"status". Entre los pueblos ibéricos se hizo un rito generalizado,
precedido de músicas, bailes y hasta banquetes. Con estas ceremonias se
esperaba obtener actitudes benévolas de los dioses, buscando conducir las almas
al Reino de los Muertos y allí cuando llegara sería recibida y cuidada con
cariño.
LA INFLUENCIA DEL
CRISTIANISMO
La evolución natural
de la Humanidad y el ciclo iniciado con Jesús hace 2000 años modelando una
nueva mentalidad, influenciaban sensiblemente en las costumbres culturales y
religiosas de los pueblos. Con la expansión del cristianismo, en el intento de
solidificar la fe, se fueron estableciendo dogmas, entre ellos, el de la
Resurrección. Jesús, como descendiente de una de las doce tribus de Judá, fue
sepultado conforme las tradiciones de la Ley Mosaica. La Iglesia proclamó como
Dogma de fe que el Mesías resucitó en cuerpo y alma ( lo que sería antinatural e irracional.)
Con excepción de los
países orientales donde su práctica es normal, el rito de la cremación quedó
olvidado hasta el año 1876, cuando en Washington, en los Estados Unidos, en el
intento de verificar el proceso, fue establecido el primer horno crematorio de
los días actuales, provocando polémicas y controversias, sobre todo de la
Iglesia que se posicionó contra la destrucción voluntaria del cadáver.
Sólo a partir de 1963,
mediante la propagación del proceso en diversos países del planeta, el Vaticano
a través del Papa Pablo VI presentó una apertura, pero no posicionándose
claramente cuando se expresó que no prohibía la cremación, pero recomendaba a
los cristianos, la piadosa y tradicional costumbre de la sepultura. La Iglesia
tuvo sus razones para defender la Inhumación. Probar plenamente la cremación
sería negar el dogma de la resurección de los muertos por ella establecido
En esa secuencia
histórica se observa que en la cultura religiosa de todos los pueblos siempre
flotó una nebulosa noción de espiritualidad y en ella la preocupación del
hombre con su destino después de la muerte. Hasta que a mediados del siglo XIX,
el francés Allan Kardec, codificador de la doctrina espírita, lanzó una nueva
luz en los horizontes mentales del hombre cuando entreveía un mundo de
inteligencias incorpóreas.
Los espíritus son los
seres inteligentes de la Creación que habitan ese mundo. Simples e ignorantes
en su punto de partida, caminan para el progreso indefinido reencarnando
sucesivamente. En la encarnación, la unión entre el periespíritu y el cuerpo es
hecha a través de un cordón fluídico. Siendo la existencia terrena una fase
temporal, después del cumplimiento de la misión moral, con la muerte del cuerpo
físico, el espíritu vuelve a su lugar de origen conservando la individualidad.
LA DESUNIÓN NO ES SÚBITA
En el fenómeno de la muerte, los lazos que unen el
espíritu al cuerpo se deshacen lentamente. De una forma general todos sienten
esa transición que se convierte en un periodo de perturbaciones variando de
acuerdo con el estadio evolutivo de cada uno. Para algunos se presenta como un
bálsamo de liberación, en cuanto que para otros son momentos de terribles
convulsiones. El desligamiento total sólo ocurre cuando el lazo fluídico se rompe
definitivamente.
Delante de la Nueva
Revelación presentada por la doctrina de los espíritus y teniendo en
consideración la perturbación que envuelve el periodo de transición, se
preguntó: ¿incinerado el cuerpo cómo es la situación del espíritu? Consultado el mundo espiritual se expresó así: "Es un proceso legítimo. Como espíritu
y cuerpo físico estuvieron unidos mucho tiempo, permanecen hilos de
sensibilidad que precisan ser respetados".
Esas palabras revelan que aunque el cuerpo muerto no transmita ninguna sensación física al espíritu, sin embargo, la impresión de lo ocurrido es percibida por este, existiendo la posibilidad de que puedan surgir traumas psíquicos. Se recomienda a los adeptos de la doctrina espírita que desean optar por el proceso de la incineración. que prolonguen el acto en un tiempo de 72 horas mínimo, después de la desencarnación.
Aunque la Inhumación
continúe siendo el proceso más utilizado, la milenaria cremación, por mucho
tiempo olvidada, volvió a ser de nuevo practicada en los tiempos modernos. Este
procedimiento se viene difundiendo ampliamente en función de la falta de
espacio en las grandes ciudades. Con el crecimiento de la población las áreas
que antes eran destinadas para ser un cementerio se volvieron escasas.
CREMACIÓN: UNA
CUESTIÓN DE ECONOMÍA
Adeptos de todas las sectas están optando por la operación de la incineración. Sus partidarios se fundan en diversas consideraciones. Para algunos está ligada a factores sanitarios, porque algunos cementerios pueden estar causando serio daño al medio ambiente y a la calidad de la vida de la población, en cuanto que para muchos usuarios de la cremación el proceso disminuye los encargos básicos económicos, entre ellos, la manutención de la tumba.
Según la Ley actual , la
cremación sólo será efectuada después de pasar 24 horas, contadas a partir del
fallecimiento y, que sean atendidas las exigencias prescritas. La prueba
relativa a la manifestación del fallecido en ser incinerado debe estar
expresada en una Declaración de documento público o particular.
Las cenizas
resultantes de la cremación del cuerpo serán recogidas en una urna individual y
la familia les dará el destino que el fallecido determinó. Muchos países ya cuentan con Jardines Memorables y edificios
llamados "Columbarios", con unas cajas para ser depositadas las urnas
con las cenizas de los fallecidos pudiendo ser visitadas por los parientes.
Kardec, el codificador
dijo: "El hombre no tiene miedo a la muerte sino a la transición".
A la medida que hubiera madurez y comprensión para la extensión de la vida, el ser humano sabrá valorar cada momento de la vida terrena y dedicará al cuerpo el debido valor que él merece. A través del cuerpo, el espíritu se iluminará. Se rescata el pasado, se vive el presente y se prepara el futuro. En la desencarnación es restituida la libertad relativa al espíritu en cuanto que el cuerpo permanece en la Tierra además de otros bienes materiales.
El espíritu preexiste
y sobrevive al cuerpo. Tanto inhumación como cremación son formas de acomodar
el cadáver. Expresan el libre albedrío de cada uno. Ambos procesos destruyen el
cuerpo. Para optar por la cremación es necesario tener un cierto desapego a los lazos materiales e
incluso con la inhumación, en el caso que el espíritu no estuviese debidamente
preparado moralmente, menos dolorosa será la separación.
Artículo de Maria
Aparecida Romano
Extraído de la Revista Cristã de Espiritismo - Nº6 - Año 1
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