INQUIETUDES ESPÍIRITAS
1.- El amor se aprende
2- Expiación y arrepentimiento
3.- Memorias de Amalia
4.- ¿ Quieres vivir con tranquilidad y alegría?
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EL AMOR SE APRENDE
El ser humano posee un
enorme potencial de realización. Siempre tenemos capacidad para crecer y
cambiar. Nada está acabado en nosotros, todo es susceptible de mejoramiento. A
partir de este principio analizaremos de qué modo podemos elaborar el
sentimiento de amor en nuestro campo espiritual.
a) Muévete en dirección al amor.-
El primer paso consiste en que establezcamos un norte para nuestra vida y trabajemos en esa dirección. El escritor Leo Buscaglia relaciona el estancamiento del individuo con el miedo a cambiar, porque la idea de perfección lo atemoriza, porque siente miedo de realizar una transformación aunque tenga condiciones para lograrla, con enorme provecho futuro. Es necesario que apartemos de nuestra mente el temor en cuanto a que el amor excede nuestras posibilidades y dificilmente podríamos experimentarlo. Si el amor no fuera posible, dos mil años atrás Jesús no nos habría estimulado a amar. En primer término, el amor es posible; en segundo término, es necesario. Es posible porque tenemos plenas condiciones mentales para desarrollarlo; es necesario porque sin él no seremos felices. Instala en tu proyecto de vida el desarrollo del amor que potencialmente se encuentra en cada uno de nosotros, y luego avanza hacia él con serenidad y determinación.
b) Conoce el amor.-
El conocimiento del amor se efectúa de diversas maneras por medio del estudio, de la observación, al comparar, al sentir, al reflexionar; cuando volvemos a empezar, cuando nos dejamos llevar por la intuición, etc. Si aspiramos a una porción más significativa de amor, para que nuestra vida esté más plena de ese sentimiento, tendremos que conocer de cerca el objeto de nuestros anhelos. Por eso nos propondremos hallar los elementos esenciales que nos ayudarán a comprender mejor lo que deseamos. Consultemos libros, vayamos a seminarios, meditemos sistemáticamente acerca del amor, analicemos con detenimiento nuestros actos y pensamientos en relación con los semejantes, y reflexionemos sobre las actitudes de los otros al respecto. De tal modo atraeremos a nuestro nivel de conciencia todo lo vinculado con el amor. Antes de eso tal vez las cosas nos pasaran desapercibidas, pero al traerlas al nivel consciente tendremos una noción más clara de nuestras propias actitudes. El desarrollo llega a ser más reflexivo, más profundo, con mayor conciencia de la importancia del sentimiento que estamos haciendo brotar en nosotros.
Una emoción conducida al nivel consciente puede seguir dos caminos:
- Si es
negativa, se reducirá;
- Si es positiva se ampliará.
Como el amor es un elemento positivo, cuando lo traslademos al
nivel consciente tenderá a multiplicarse, es decir que producirá una tendencia
a que obremos de acuerdo con sus preceptos.
C) Experimenta el amor.-
La experiencia consolida el estudio, el análisis, la reflexión y todas las otras formas de conocimiento de un tema cualquiera. El amor es uno de esos elementos que mejor se integran a la práctica, a la aplicación efectiva de la ley que lo caracteriza. Para identificarlo cabalmente es necesario experimentarlo. Pensar acerca del amor, leer, discutir, meditar en torno a él, son excelentes maneras de conocerlo en teoría. Sin embargo, mediante la práctica diaria transformaremos en realidad nuestros proyectos y anhelos espirituales, Juan Enrique <Pestalozzi, considerado el Pedagogo de la Humanidad, afirmó que para aprender a pensar no solo es necesario leer libros sobre el pensamiento, sino también pensar. Como hombre eminentemente práctico sostenía que tenemos la cabeza para pensar, el corazón para sentir y als manos para obrar. Este enunciado forma una triada extraordinaria para el desarrollo de las facultades humanas: pensar, sentir, obrar.
En cuanto al amor, esa triada constituye una referencia
educativa, o sea, conocer, sentir y obrar en el bien. Obviamente no podremos
detenernos en las lecturas o en las reflexiones acerca del tema; es
imprescindible avanzar más, llegar a vivirlo. Parafraseando a Pestalozzi
estamos en condiciones de afirmar que sólo amando aprenderemos a amar. La
práctica es la prueba definitiva, pues en general las personas son buenas en la
teoría pero deficientes en la práctica. Aunque obtengamos nociones
intelectuales acerca del amor, no serán suficientes. Sin la práctica no
conseguiremos aprobar el importante examen de la vida que consiste en amar. Al
despertar enfoca de inmediato tu pensamiento sobre esa virtud, por amor en tu
mirada, no pierdas ninguna oportunidad- por insignificante que parezca- para
obrar en el amor. Aprovecha cada momento de la vida para ser solidario, para
realizar algo útil. Si te habitúas a mirar con compasión y a practicar la
caridad, irás adquiriendo hábitos saludables, hasta llegar a incorporar
definitivamente a tu alma la fragancia embriagadora del amor al prójimo. Será
tu manantial de paz y ternura. Ese hábito persistente, productivo, te elevará a
la condición de colaborador de Dios.
- Jasón de Camargo-(Educación de los sentimientos)
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MEMORIAS DE AMALIA
Mi espíritu ha tenido predilección por encarnar muchas veces en este suelo español.- En él he gozado y he tenido el orgullo de ser tributado y agasajado por aquellos sencillos espíritus que no comprendían el orgullo del mío. En este suelo he recogido muchas flores que convertía, por mi jactancia e ingratitud, en espinas para aquellos pobres jardineros que se habían esmerado tanto en presentármelas. ¿Cómo cambiar de lugar? ¿Cómo tomar diferente rumbo, si no es posible coger el fruto sazonado lejos del árbol que lo arroja? A la sombra del mismo árbol, a los rayos del mismo sol, bajo el mismo ambiente es donde se tienen que recoger, una a una, todas aquellas espinas que uno por su orgullo ha hecho brotar de las flores. Aquellas espinas, por justa ley, tienen que penetrar dentro de nuestras carnes para producir el mismo dolor que hemos producido a los demás. Así es de la única manera que el espíritu puede dar el paso más agigantado.. Y aunque parezca que el espíritu lo tenga todo vedado en el transcurso de la vida, no es así: en sus momentos de lucidez se da verdadera cuenta de sus caídas y de sus promesas de quererse regenerar. Cuando el espíritu empieza una nueva labor, gime el cuerpo y se sonríe el alma, y esas dos entidades que al parecer no van unidas, dentro de la realidad funcionan en buena armonía, y poco a poco van cumpliendo esa gran misión llamada progreso.
MEMORIAS DE UNA MUJER
AMALIA DOMINGO SOLER
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