domingo, 22 de marzo de 2020

¿ A donde iremos después de la muerte?

      INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Definiciones de Espiritismo
2.- La estrategia celestial
3.- Elevación
     Frase de Kardec
4.- Los tiempos han llegado
5.- ¿ A donde iremos después de la muerte?





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        DEFINICIONES DE ESPIRITISMO
– Por: Allan Kardec

El Espiritismo es la ciencia que trata de la naturaleza, origen y destino de los espíritus y de sus relaciones con el mundo corporal.
“Qué es El Espiritismo”

El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones.
“Qué es El Espiritismo”

El Espiritismo, haciéndonos conocer el mundo invisible que nos rodea y en medio del cual vivimos, las leyes que lo gobiernan, sus relaciones con el mundo visible, la naturaleza y el estado de los seres que lo habitan y, en consecuencia, el destino del hombre después de la muerte, es una auténtica revelación en el sentido científico de la palabra.
“La Génesis”

Como método de elaboración, el Espiritismo utiliza exactamente el mismo que las ciencias positivas, es decir, aplica el método experimental. Se presentan los hechos de un orden nuevo que no pueden explicarse mediante las leyes conocidas: el Espiritismo los observa, compara y analiza y del efecto se remonta a la causa y de ésta, a la ley que los gobierna; luego deduce las consecuencias y busca sus aplicaciones útiles. No establece ninguna teoría preconcebida.
“La Génesis”

El Espiritismo se presenta con tres aspectos distintos, a saber: el hecho de las manifestaciones, los principios filosóficos y morales que de ellas emanan y la aplicación práctica de tales principios.
“El Libro de los Espíritus”

El Espiritismo es la ciencia nueva que viene a revelar a los hombres, mediante pruebas irrecusables, la existencia y naturaleza del mundo espiritual, así como sus relaciones con el mundo corporal.
“El Evangelio Según el Espiritismo”

Mediante el Espiritismo la humanidad ha de entrar en una nueva fase: la del progreso moral, que es su inevitable secuela.
“El Libro de los Espíritus”

El Espiritismo posee un poder moralizador incalculable en razón de la finalidad que asigna a todas las acciones de la vida y de las consecuencias que nos demuestra respecto a la práctica del bien y del mal. Así mismo nos brinda, en los momentos penosos, gracias a una inalterable confianza en el futuro: fuerza moral, valor y consuelo.
“La Génesis”

Como moral, el Espiritismo es esencialmente cristiano, porque la que enseña no es más que el desarrollo y la aplicación de la de Cristo, la más pura de todas y cuya superioridad no es negada por nadie.
“Qué es El Espiritismo”

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                           REFLEXIONES 
               EL ESTRATEGA CELESTIAL 

      Planificación estratégica es un concepto común, en el ámbito de la administración, que significa el acto de pensar y hacer planes de una manera estratégica. Ayuda en la definición de objetivos. Significa también utilizar los recursos disponibles de forma eficiente, aumentando la productividad de un individuo o una empresa. Planificación de los recursos humanos. Planificación financiera.
      Todo reviste gran importancia para que cualquier emprendimiento alcance el éxito deseado. Por esta razón, al definir su venida a la Tierra, el Maestro Jesús elaboró una planificación que incluyó milenios, mensajeros de variado orden y servidores más cercanos. Estableciendo que vendría para Su rebaño, alentó la esperanza de miles de Espíritus exiliados de un sistema solar distante, que llegaron al planeta azul, cuando todavía estaba en su fase de mundo primitivo. Alimentando sus mentes, contó con sus recuerdos para ser anunciado en todos los rincones, a lo largo de las eras. Y, con el fin de que los caminos fueran preparados de forma adecuada para Su llegada, fue enviando mensajeros de Su confianza, como valientes exploradores, a lo largo de los tiempos. 
       Reconocemos a Sus portavoces en todos los rincones de la Tierra. 
       Fo-Hi, en China, revela enseñanzas de gran pureza y de la más avanzada metafísica. Lao-Tse trae lecciones llenas del perfume de una extrema sabiduría moral.  Y Confucio, seis siglos antes del nacimiento de Jesús, influencia con su doctrina no solamente a China, sino a toda Asia Oriental. 
      Como precursores de la idea cristiana, en Grecia destacan Sócrates y Platón
      Y al acercarse el momento de nacer entre los hombres, el Señor Jesús elige a los doce, los pilares para la debida propagación de Su mensaje. No se olvidó de elegir a un hombre bien letrado, Levi, para que realizara las primeras y preciosas notas. No faltó el encargado de los valores del mundo, Judas, de Kerioth. Seguramente, alguien que se ofreció para servir al gran plan y que Jesús, atendiendo al libre albedrío de la criatura, lo incluyó entre los doce. También eligió a los setenta y dos, aquellos encargados de salir en parejas por los pueblos, anunciando la llegada del Mesías. Personas de muchas ciudades. Criaturas que Él puso en la Tierra, de forma estratégica, en determinadas localidades. Por esto, identificó a Zaqueo, en Jericó, que vendría a dirigir los trabajos apostólicos en Cesaréa. De la misma forma, va a Sicar, en Samaria, a recordar a Fotina, la mujer del pozo de Jacob, su misión. Ella se trasforma en la Iluminadora, sirviendo a la Buena Nueva. Jesús, Modelo y Guía.
       Estratega hábil, preciso, delineó un plan y lo ejecutó, paso a paso, con todos los detalles. Los que no tenemos ojos de ver, no le percibimos la excelsa diligencia en cada acción. Pero solamente una planificación bien ejecutada permitiría que una vida mesiánica tan corta lanzara semillas que siguen fructificando, tras el segundo milenio de Su estancia entre nosotros. 
Pensemos en eso.

 Redacción del Momento Espírita

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                             Elevación

       Espíritu, alma: tú que recorres estas páginas, ¿de dónde vienes y adónde vas? Subes del fondo del abismo y escalas los innumerables grados evolutivos de la vida.- Vas hacia las moradas eternas donde la gran ley nos llama y donde la mano de Dios nos conduce. ¡Tú vas hacia la luz, hacia la sabiduría, hacia la belleza!
       Contempla y medita. Por todas partes hermosas y poderosas obras solicitan tu atención. De su estudio extraerás, con el aliento y la confianza,el justo sentimiento de tu valor y de tu porvenir. Los hombres no se odian,no se desprecian sino porque ignoran el magnífico orden por el cual están todos íntimamente unidos.
       Tu camino es inmenso, pero el fin sobrepasa en esplendor si todo lo que se puede concebir. En este momento pareces muy pequeño en medio del colosal Universo; pero tú eres grande por la idea, grande por tus inmortales destinos.
      ¡Trabaja, ama y ora! ¡Cultiva tu inteligencia y tu corazón! Desarrolla tu conciencia, hazla más vasta, más sensible. Cada vida es un surco profundo de donde debes salir purificado, dispuesto para las futuras misiones, apto para trabajos cada vez más nobles, más grandes. Así, de esfera en esfera, de morada en morada, proseguirás tu carrera, adquiriendo fuerzas y facultades nuevas, unido a los seres que has amado y que han vivido y revivirán contigo..
       ¡Juntos evolucionaréis en común sobre la espiral de las existencias, en medio de maravillas insospechadas, pues el Universo, como tú mismo, se revela por el trabajo y desarrolla sus vivientes metamorfosis, ofreciendo goces, satisfacciones siempre crecientes y siempre renovadas a las aspiraciones y a los deseos puros del Espíritu!
LEÓN DENIS

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*NACER, MORIR, RENACER Y PROGRESAR SIEMPRE, TAL ES LA LEY".
- Allan Kardec

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              LOS TIEMPOS HAN LLEGADO



El Capítulo XVIII del libro "El Génesis" de Allan Kardec del año 1868, se desarrolla bajo el título "Los Tiempos han llegado", siendo el primer anuncio taxativo que tenemos sobre el cambio planetario que está aconteciendo en estos momentos hacia un mundo de regeneración.
Crisis económica a nivel mundial, conflictos bélicos inacabables unos, nuevos otros, conflictos sociales por doquier, cambio climático, desastres naturales de cualquier naturaleza, desastres ecológicos,  entre otros acontecimientos, son los claros indicios en este siglo XXI de la mudanza de un Planeta de pruebas y expiaciones hacia un planeta de regeneración.
Es preciso construir un nuevo hogar, sin embargo, es imperioso hacerlo sobre sólidas bases para construir sobre la firmeza. Esta firmeza únicamente acontece con la reforma íntima y moral de cada uno de nosotros y por ende, con la reforma íntima y moral de la humanidad pues la causa primera de tantos desastres actuales en todos los niveles, es sin duda alguna, la falta de reforma moral que hemos tenido durante tantos siglos y que hoy día ya nos "pasa factura".

Bezerra de Menezes, a través de la mediumnidad de Divaldo P. Franco nos ha ofrecido un destacado mensaje relativo a toda esta situación a fin de que podamos reflexionar sobre ello una vez más.

    Los tiempos han llegado, los tiempos apremian, es preciso reformarnos.
Hijos del Alma: que Jesús nos bendiga.
   El siglo XXI continúa elevándose a la más alta tecnología desbravando los infinitos horizontes de la ciencia.
 Antiguos misterios del conocimiento son desvelados. Enigmas, que permanecían incomprensibles, son descifrados, y el materialismo sonríe mofándose de los mensajes sublimes del amor.
    Paradójicamente, los avances respetables de esas áreas del intelecto no engañaron modificar las situaciones traumáticas que tienen lugar en el orbe, en la actualidad. En el auge de las conquistas de las inteligencias, permanecen las convulsiones sociales unidas a las convulsiones planetarias en el momento de la gran transición que pasa la Tierra amada por todos nosotros.

De un momento para otro, una erupción volcánica revienta las capas que ocultan el magma, y las cenizas – lanzadas por encima de 10 mil metros de la superficie terrestre – modifican todo el paisaje europeo amenazando las comunicaciones, los transportes, mientras se piensa en otras y continuas erupciones que pueden venir marcadas por gases venenosos o por lava candente... Fenómenos de tal monta pueden ser detectados, pero no impedidos, demostrando que la vaguedad de la inteligencia no puede ultrapasar la sabiduría de las leyes cósmicas establecidas por Dios.
Y Gaia – la gran madre planetaria– se retuerce, mientras en su superficie la violencia irrumpe en cascadas, amenazando la estabilidad de la civilización: política, económica, social y, sobretodo, moral, caracterizando estos como los días de las antiguas Sodoma y Gomorra de los apuntes bíblicos...

Se podría creer que el caos sería la conclusión final ineludible, sin embargo, la barca terrestre que navega los horizontes inmensos del cosmos no se encuentra sin rumbo.  Jesús está al timón y sus arquitectos divinos comandan los movimientos que le producen la alteración de la masa geológica, mientras se operan las transformaciones morales.

Iniciada la era nueva, surge, en este mismo siglo XXI, el periodo pre anunciador de la paz, de la fe religiosa, del arte y de la belleza, del bien y del deber.

Señalando ese periodo de transformación estamos invitados, encarnados y desencarnados, a contribuir en favor del adelanto que nos llega de forma compleja, sin embargo bien direccionada. Avancemos con las huestes del Consolador en la dirección del puerto del mundo de regeneración. Sean nuestros actos señalados por las preferencias de Jesús, de tal forma que se definan las directrices comportamentales.

...Y que todos puedan identificarnos por la manera como enfrentaremos sinsabores y angustias, testimonios y holocaustos, a la semejanza de los cristianos primitivos que vivieron, guardadas las proporciones, periodo equivalente, instaurando en la Tierra el Evangelio libertador, desfigurado en los últimos diecisiete siglos, mientras, con Allan Kardec, surgió el Consolador trayéndonos Jesús de vuelta.

Es comprensible, por lo tanto, que los espíritus comprometidos con el pasado delictivo intenten implantar el desorden, establecer el desequilibrio de las emociones para que pontifique el mal, en la versión mitológica de la perturbación demoníaca.

En nombre de la luz inapagable de aquellos importantes días de la Galilea, particularmente durante la sinfonía incomparable de las bienaventuranzas, demostremos que la nuestra es la fuerza del amor y nuestras reflexiones en el mundo íntimo trabajan por nuestra iluminación. 
Los días actuales, como en el pasado, amar es ver a Dios en nuestro prójimo; meditar es encontrar a Dios en nuestro mundo íntimo, a fin de esparcir la caridad en la dirección a todas las criaturas humanas. Trabajar, por lo tanto, el mundo íntimo, no temer cualquier amenaza de naturaleza calamitosa a través de las grandes destrucciones que forman parte del adelanto y de la renovación, o aquellas de dimensiones no menos significativas en la intimidad doméstica, en los conflictos del sentimiento, demostrando que la luz del Cristo brilla en nosotros y nos conduce con seguridad.
 Eurasia, cansada de tantas guerras, de destrucción, de la ceguera materialista, de los continuos holocaustos de razas y de etnias, de gobiernos arbitrarios y perversos, clama por Jesús, como el mundo todo necesita de Jesús. Sus emisarios, de Krishrna a Bahá’u’lláh, de Moisés a Allan Kardec, de Buda a los peregrinos de la no violencia, de Mahoma a los pacificadores musulmanes, todos esos, ministros de Jesús, le preparan, a través de los milenios, el camino para que a través del Consolador – aún sin cambios de directrices filosóficas o religiosas – predomine el amor.

Sean celebradas y vividas la creencia en Dios, en la inmortalidad, en las vidas o existencias sucesivas, haciendo que las criaturas se den las manos construyendo el mundo de regeneración y de paz por el que todos anhelamos...

Jesús, mis hijos, ayer, hoy y mañana, es nuestra brújula, es nuestro puerto. es la nave que nos conduce con seguridad a la plenitud.
Porfiad en el bien a cualquier precio. Una existencia corporal, por más larga, es siempre muy breve en el reloj de la inmortalidad. Sembrad, por lo tanto, hoy el amor, redimiéndolos de sus equívocos del ayer con seguridad, ahora, en la certeza de que estos son los sublimes días del gran cambio para mejor. 



   Aún derramaremos mucho llanto, oiremos muchas profecías alarmantes, pero la Tierra saldrá de ese proceso de transformación más feliz, más depurada, con sus hijos dichosos rumbo a un mundo superior en la escala evolutiva.

Saludamos a todos los compañeros de los diversos países aquí reunidos, y en nombre de los Espíritus que forman parte del equipo del Consolador, exoramos al Maestro inolvidable que continúe bendiciéndonos con su paz, en la certeza de que con Él- el amor no amado- venceremos todos los obstáculos. Mucha paz, hijos del alma, y que Jesús permanezca con nosotros. Son los votos del servidor paternal y humildísimo de siempre.

Mensaje psicofónico de Bezerra, recibido por el Médium Divaldo Pereira Franco en la mañana de 9 de Mayo de 2010, en el encuentro del Consejo Espírita Internacional, reunido en Varsovia, Polonia :

( Trabajo tomado del Blog Sublimeespirita)

                                                                 
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  ¿ A DÓNDE IREMOS DESPUÉS DE LA MUERTE ?

¿ A dónde va el alma cuando abandona su cuerpo ya gastado e inútil para la vida física, cuando se desprende de esa pesada envoltura material que la sujetaba al globo terrestre?
   He aquí la tercera pregunta que hicimos a la ciencia espírita, y resuelve este problema con tanta lógica como ha resuelto tantos otros.
   Hemos visto que, del espacio vienen los espíritus cuando revisten una forma material en nuestro mundo, para alcanzar por su medio un grado más alto de progreso; hemos visto también que el objeto de la vida humana es precisamente este, la purificación y la elevación del alma, por el trabajo y por el sufrimiento, siendo cada mundo un peldaño de la escala infinita del progreso por la que ha de ascender.
    Realizado el fin de la encarnación, agotado el fluido vital que animaba su organismo, cae este para dejar paso al espíritu, que vuelve a reconquistar con este hecho, su pérdida de libertad, y regresa a la vida espiritual de donde había salido cuando encarnó.
   Cada desencarnación en nuestro mundo representa, digámoslo así, un nacimiento en el espacio. Allí vuelve el espíritu después de librada su batalla aquí abajo; allí vive concreto e individualizado con su periespìritu o cuerpo espiritual que afecta precisamente la forma de su última encarnación, cuyo perispíritu le permite relacionarse con los demás espíritus que le rodean.
   Al llegar al espacio, al desprenderse de su cuerpo material, al reconocerse el espíritu, se cumple en él una de las leyes admirables que rigen el mundo espiritual. Proceded por sí mismo al reconocimiento del valor moral e los hechos que ha realizado en la vida que acaba de dejar, se erige en su propio juez; los actos las palabras, los propios pensamientos que como hombre efectuó, pronunció o tuvo, se presentan ante él como cuadros disolventes, y acata algunos, y reprueba terminantemente los demás. Es la conciencia desnuda y libre de hipocresía humana que se juzga a sí misma y falla contra su propio ser. No hay fallo más seguro, más exacto, más equitativo ni de mayores trascendencias para el espíritu, puesto que la condena que pronuncia es a la que se somete él mismo, para cumplir la Ley del Progreso.
     No es Dios quien juzga al espíritu que regresa de la vida corporal; no, Dios no es juez.
     Es el alma misma, la que penetra en los pliegues más recónditos de su conciencia y al encontrar allí al mal bajo muchos aspectos, ansiosa de verlo desaparecer, comprendiendo que solo en medio de los problemas, de las luchas, de los trabajos y de los sufrimientos de la vida material, podrá disminuir su carga de pesadas inmundicias morales y fortalecerse en la práctica de la virtud, pide suplicante al Padre que la ha creado, una nueva existencia material de pruebas y de expiaciones para progresar.
    Allí, en la vida errática, en el espacio, el espíritu reconoce sus yerros mejor que en la Tierra, y toma resoluciones, adopta determinaciones que comprende son necesarias para su purificación y progreso. Al verse detenido en su vuelo hacia las alturas luminosas del espacio, por el peso de su periespíritu, aun demasiado denso, demasiado grosero para permitir su elevación, adquiere el convencimiento de que su detención en los planos inferiores de la atmósfera terrestre, es debida a las muchas manchas que afean su cuerpo espiritual, y entonces, indaga, busca, pregunta cómo ha de conquistar ese estado especial, que  le dejará elevarse como los demás seres que cruzan veloces el espacio infinito, dejando tras ellos un reguero de luz.
    La Misericordia de Dios auxilia al cumplimiento de la Ley de Justicia en aquel pobre ser, permitiendo que la contestación le sea dada por sus protectores espirituales, y al oírla se convence de que, efectivamente, solo las luchas y los dolores de la vida material pueden obrar como reactivo purificador sobre él, transformando su periespiritu pesado, grosero, denso, incapaz de elevarse en un organismo fluídico de blancura inmaculada y de resplandeciente luz.
   Entonces, ante el reproche de la propia conciencia y el convencimiento de no haber empleado debidamente las horas de su última encarnación, el espíritu formula ardientes deseos y súplicas que serán atendidas cuando llegue la hora oportuna de cumplirse en él la Ley del regreso a la vida material, para continuar labrando en ella, la obra magna de su progreso.

He aquí la respuesta de la ciencia espírita:   
   Después de la desencarnación, vuel el espíritu al espacio; allí ve acumularse ante él toda la obra de su pasado; examina lo que está hecho y lo que queda por hacer para cumplimentar la Ley progresiva a la que está sometido, reconoce sus errores y sus caídas y tropiezos con las Leyes de Justicia y de Amor que deberían haber regido todos sus actos. Comprende que no  existe castigo eterno para los prevaricadores de la Ley, y si, como efecto de la infinita Misericordia de Dios, la eternidad del tiempo para redimirse, y los mundos de expiación y de pruebas con sus puertas abiertas a las almas impuras que se regeneren en ellos, en las aguas del sufrimiento.
    Acepta, bendiciendo a su Hacedor, el medio que le concede para purificarse y elevarse, y se prepara para sus futuros destinos bajo la dirección de sus Guías espirituales, que tratan de desarrollar en él la inteligencia para que adquiera una concepción cada vez más exacta del Universo y de su Autor, concepción que despertará en él la ternura de sentimientos y la fuerza de voluntad que necesitará en sus futuras encarnaciones para tratar a sus semejantes como a hermanos y para amarles como a sí mismo, amor que es precisamente la base de todo el edificio de su progreso.

- Revista "Fraternidad cristiana espírita" nº 23- 

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