martes, 29 de enero de 2019

Ayúdate y el Cielo te ayudará


     REENCARNACIÓN

Sumario de temas:
1.- ¿ Un Espiritismo sin moral?
2.- Abandono de padre y madre por servir a Dios
3.- Ayúdate y el Cielo te ayudará.
    Concepto espírita de la figura de Jesús de Nazaret
4.-Comunicado mediúmnico de André Luiz
5.- Los Celos



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            Hace algún tiempo, me encontré con unas personas que se consideraban espíritas, o mejor dicho, nuevos espíritas y que abogaban claramente por separar el conjunto de enseñanzas que componen la Doctrina de su parte moral, centrándose tan solo en los componentes científico y filosófico de la misma. Después de escuchar sus planteamientos permanecí un tanto extrañado y confuso, pues no me gusta rechazar de antemano ninguna propuesta por muy disparatada que parezca, hasta no haber examinado en profundidad sus argumentos. Ellos insistían mucho en que lo verdaderamente importante de la cuestión era estudiar las bases, los fundamentos del Espiritismo pero sin que ello tuviera que suponer necesariamente ningún tipo de consecuencias en el comportamiento del individuo. El que hubiera o no cambios en la conducta diaria de la persona, en su proceder ético, debía quedar al libre criterio de cada cual, sin imposición alguna, pues esto se había demostrado como habitualmente contraproducente.

            En las horas siguientes y aprovechando un largo y agradable paseo en una jornada soleada, pensé y pensé cada vez más en la conversación mantenida con los miembros de aquel grupo, hasta que me di cuenta de los efectos que podría implicar tal aseveración si de verdad se llevara a la práctica. Me llamó la atención el supuesto rigor que mostraron en su exposición, su gran voluntad para cultivar el estudio, su tendencia a profundizar en muchos de los conceptos que constituyen los pilares de una Doctrina como la nuestra. Y sin embargo, había algo allí, en lo expuesto por esas personas de tono amable y sugerente, que no encajaba con mi perspectiva. Como a veces sucede, mi intuición se estaba adelantando al discurrir de mi propia razón.

            Aquellos sujetos hablaban con persistencia de comunicarse con todo tipo de espíritus,  se mostraran estos atribulados o no en las sesiones "mediúmnicas", para enseñarles la verdad a la que se enfrentaban, la realidad del más allá, la inmortalidad del alma y muchos otros postulados tan bien conocidos por nosotros. Sin embargo, no escuché en su mensaje palabra alguna relativa a un cambio intrínseco, a una interiorización sobre el análisis de lo que habían hecho en vida física o a la posibilidad de una transformación íntima. Decididamente, el corazón de sus expresiones olía a “asepsia”, era como tocar una fría losa de mármol ante la cual te quedas helado. En sus frases no existía mención alguna a la oratoria promulgada por el humilde carpintero de Nazaret, aquel que situó el vértice de su enseñanza en una sola palabra: amor. Sin ninguna referencia a Jesús y sin su pedagogía, el mensaje de aquellos seres que hablaron conmigo se escuchaba como aquel recipiente de madera que cuando lo golpeas suena a hueco, porque nada hay en su interior.

            Tuve la impresión de haber asistido a una clase teórica muy completa, muy técnica, de irreprochable contenido intelectual pero absolutamente carente de práctica, exenta de una traducción a los hechos más cotidianos, a las inquietudes más profundas de cualquier ser humano. Por un instante, imaginé aterrorizado qué habría ocurrido si el insigne Alexander Fleming, una vez estudiada y experimentada su teoría sobre la penicilina, hubiera decidido guardar tan secreta fórmula en uno de los cajones más escondidos de su laboratorio. ¡Dios mío, cuántas vidas se hubieran perdido si este gran científico inglés no hubiera optado por aplicar y extender su descubrimiento a los enfermos de la época!

        Respetando todos los posicionamientos y actitudes, estaría muy bien introducir el estudio sistematizado de la filosofía espírita en todas las universidades del mundo. Constituiría un gran avance intelectual, una gran hazaña en el campo del conocimiento. Pero qué cojo se nos quedaría el Espiritismo si los estudiantes, tras empaparse de todos sus postulados, salieran del aula sin mostrar el más mínimo interés en aplicar a sus vidas tan magnos principios.

     De este modo, si admitimos la frase del Codificador “fuera de la caridad, no hay salvación” como una de las que mejor resume el sentir espírita ¿de qué serviría en mi camino evolutivo conocer a la perfección este enunciado si luego me comporto como la persona menos compasiva del orbe? Pero un momento, ¿no será que el trayecto moral tiene muchas dificultades, más incluso que el intelectual? Si el Espiritismo reconoce estas dos vías como las idóneas para avanzar en el largo itinerario del progreso ¿adónde nos llevaría concentrarnos en la una para desatender la otra? ¿Acaso los médicos no efectúan su juramento hipocrático antes de atender a su primer paciente? ¿Para qué iba yo a plantar los mejores tomates en mi huerta valiéndome de mi buena erudición si luego soy incapaz de comerlos, distribuirlos o cuando menos regalarlos? ¿Para que se pudran? Y es que la lógica del Espiritismo es tan aplastante como efectiva; sus principios no se recogieron para terminar como una mera caligrafía de pergamino cubierta bajo el polvo.

            Queridos compañeros de ruta: todo en la existencia posee una doble vertiente que converge en un punto de encuentro. En otras palabras, toda teoría ha de transformarse necesariamente en práctica, todo cultivo del saber debe tener su extrapolación a la realidad. Siempre ha sido así y lo seguirá siendo, aunque algunos se regodeen en el autoengaño de la propia suficiencia, hija predilecta del orgullo. ¿Acaso no tuvo el mismo Thomas Edison que realizar una y mil pruebas antes de dar con la fórmula correcta para iluminar su famosa bombilla? Poco antes de su éxito y lejos de caer en el desánimo, el prolífico inventor, ante la desesperanza surgida en uno de sus colaboradores, le comentó: "no he fracasado; he descubierto 999 maneras de cómo no hacer una bombilla".

Las dos asignaturas por las que se nos examina en la vida van cogidas de la mano, ambas disciplinas resultan inseparables y por supuesto, se retroalimentan. Por tanto, no es posible actuar sin saber pero tampoco pretender avanzar más sin actuar. Si la mesa sobre la que desplegamos nuestro potencial se queda coja, todo su contenido se deslizará hacia abajo en pendiente fatídica y  caerá con estrépito sobre el suelo. La consecuencia está clara: un poso de amargura comenzará a depositarse sobre nuestros hombros, tan propia de la soberbia que invade a aquellos a los que tan solo les interesa la vertiente intelectual de la realidad.

- Jose Manuel Fernandez-

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ABANDONO DE PADRE Y MADRE  POR SERVIR  A  DIOS

                                                                           

                    Estas extrañas frases que se le atribuyen a Jesús de Nazaret, sin duda encierran un            significado mas allá de lo aparente de este consejo  que parece  una  clara contradicción        con las leyes del Amor, la Justicia y la fraternidad que debe existir entre los seres                  humanos y    más todavía  cuando estos pertenecen al mismo núcleo familiar.

                 En su discurso y lenguaje habitual, para hacer llegar mejor a sus discípulos y coetáneos de su época, todavía bastante atrasados intelectualmente,  el verdadero sentido profundo y eseencial de  sus enseñanzas, utilizaba parábolas y alegorías que dejaban en ellos la necesaria comprensión de lo enseñado, para que perdurase en sus almas y no lo olvidaran fácilmente. Por eso la recomendación de dejar al padre, a la madre, y a la familia en general,  bien habría que tomarla como otra alegoría  con la  que trataba de inculcar la idea de que por encima de los afectos  y apegos de este mundo, debemos  llevar nuestra conciencia  desde un punto de vista más elevado de lo que habitualmente lo considera el ser humano.  Cuando una obligación ética o moral elevada se nos presenta, no podemos dejar de hacerla con la excusa de que nos lo impide otro tipo de afectos u obligaciones, cuyo rango moral, ético y espiritual, resulta inferior.

                 En la vida debemos reflexionar y crear nuestra propia escala de valores del alma, esto es, los  valores éticos y morales. Y ante la obligación  moral establecida  por  un valor superior situado dentro de  esa escala, no podemos mirar para otro lado y dejar de afrontarla a cambio de  otros valores alternativos que situados en la misma, ocupan puestos inferiores. Esto sería como si el avaro de bienes materiales, dejase de alcanzar el oro con la excusa de que debe de coger el plomo. No podríamos admitir que nadie quiera lo inferior, teniendo al alcance lo superior, sin pensar que esa persona no está en su sano juicio.

                 Si este principio moral tan importante, no habrían habido tantas personas a lo largo de la historia humana, que literalmente, abandonaron  por mas o menos tiempo su núcleo familiar, para acudir en ayuda de otros colectivos o pueblos que necesitaban de su trabajo, tanto material como espiritual, para crecer como seres humanos y abandonar estados de miseria o de barbarie.
           
                La Humanidad  siempre ha sido  como un  gran organismo vivo pero en un proceso evolutivo continuo, que  para su marcha requiere de la ayuda de unas personas a otras y de unos pueblos a otros.
               
                 Jesús dio el ejemplo de esto cuando apenas era un adolescente, pues en un momento dado creyó conveniente aleccionar  y discutir en el templo con los sabios doctores y sacerdotes, abandonando momentáneamente a  su familia que lo reclamaban angustiados  ante  la momentánea pérdida.  El atendió la obligación moral de orden superior que esas circunstancias  le marcaban, lo que consideró como mas importante, pero sin embargo eso no supuso el abandono definitivo de  su madre y de sus hermanos, con los que más tarde se reunió.

                Al respecto, recuerdo ahora el popular refrán español que dice que “ antes es Dios que los santos”, o sea, que en efecto, lo  más importante es antes, pero no se puede por ello abandonar los seres queridos con los que tenemos unos lazos de amor y unas responsabilidades de  todo orden.

                   Con ese mensaje no nos  puede estar pidiendo  Jesús que literalmente tengamos que abandonar a nuestros seres queridos para ir por el mundo de predicador, de limosnero o de eremita. No tendría mucho sentido el invitarnos a abandonar los afectos familiares que Dios puso en nuestro camino por algún motivo importante, como es el limar nuestros defectos mediante la convivencia y  aprender a ser fraternales y caritativos, para aislarnos en una vida aislada y estéril, sin provecho para nadie,  en la que  desde luego, no vamos a encontrar a Dios. Especialmente vemos el caso más claro de los eremitas y monjes que eligieron aislarse y vivir una vida solitaria entregados a la oración, sin haber comprendido que la mejor y más auténtica oración que agrada a Dios, es el amor y la entrega en servicio a los demás.

                       Durante siglos, este episodio de la aparente sugerencia de Jesús,  ha sido  tomado literalmente por tantos jóvenes, hombres y mujeres que  intentando servir a Dios, abandonaron  literalmente  a sus familias dejándolas muchas veces abandonadas a su suerte, en una desvirtuada interpretación religiosa, y se encerraron en claustros de conventos, o de ermitas, condenados voluntariamente  a una  vida  antinatural y estéril, que en todo caso a ellos solamente podría servir en un alarde de egoísmo  que el  Divino Maestro no pudo aconsejar, porque la existencia humana es muy valiosa y su objeto es aprovecharla dándonos a los demás.

                  Sí que debemos tener claro,  sin embargo, que una vez establecida nuestra escala de valores, el valor principal será el de la opción de hacer el bien y ser útiles a cuantas más personas, tanto mejor, haciendo fielmente  lo que nuestra conciencia nos dictamine como camino a seguir, pero sin que ello suponga crear el sufrimiento por abandono a nuestros familiares directos con quienes tenemos no solamente vínculos consanguíneos, sino también  lazos de carácter moral  y espiritual contraídos con ellos desde antes de esta vida actual, lo que significa que los miembros de la familia deben ser en todo caso, los primeros destinatarios de la asistencia y de la caridad.

            Jose Luis Martín-


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             AYÚDATE Y EL CIELO TE AYUDARÁ

                (EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO -CAP. XXV, ITEMS DE 1 A 5)


                 ¿Y CÓMO NOS AYUDA EL CIELO (DIOS) ?

  Dios nos ayuda al permitir el progreso de nuestro Espíritu, que es la consecuencia natural de la aplicación digna de nuestro trabajo.y al propiciarnos un bienestar interior cuando hemos cumplido con nuestro deber.

¿ Y CÓMO PROGRESA LA HUMANIDAD ?

El deseo incesante de lo mejor, impulsa al hombre para aplicar su inteligencia en el descubrimiento de nuevos medios de mejorar su posición. Con eso, él va perfeccionando el medio en que  vive, al mismo tiempo que él progresa.

   ADEMÁS DE LO YA DICHO, ¿QUÉ OTRA FINALIDAD TIENE EL TRABAJO ?


El trabajo además tiene el objetivo de permitir al hombre, ejercitar su cuerpo y su inteligencia, para desarrollar las propias características del cuerpo humano y las tendencias del Espíritu que lo anima, lo cual ya es una invitación para el trabajo.

¿ POR QUÉ LOS ESPÍRITUS NO AYUDAN AL HOMBRE EN LOS DESCUBRIMIENTOS E INVENCIONES Y EN LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS GRAVES, COMO LA GUERRA, LAS ENFERMEDADES INCURABLES, EL HAMBRE, ETC?

Porque así, estarían dificultando sus posibilidades de aprendizaje y trabajo, además de que estarían impidiendo el progreso para seguir su curso normal.

"No, los Espíritus no vienen a exentar al hombre de la Ley del Trabajo: Vienen únicamente a mostrarle la meta que debe alcanzar y el camino que a ella conduce, diciéndole: Camina y llegarás".
Guión sistematizado para el estudio de "El Evangelio según el Espiritismo, Fundación Allan Kardec

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CONCEPTO ESPÍRITA DE LA PERSONA DE JESÚS DE NAZARET
Para el hombre, Jesús constituye el tipo de perfección moral al que la Humanidad puede aspirar en la Tierra. Dios nos lo ofrece como el más perfecto modelo, y la doctrina que enseñó es la expresión más pura de la ley del Señor, porque el espíritu divino lo animaba, y porque fue el ser más puro de cuantos han aparecido sobre la Tierra.
- Allan Karde. El Libro de los Espíritus.625

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   COMUNICADO MEDIÚMNICO DE                                    ANDRÉ LUIZ

(Médium: Chico Xavier Autor: André Luiz )

Aprendamos a evitar reclamaciones para no agravar dificultades.

Ante situaciones en la corrección se haga  realmente necesaria, entregue las circunstancias a los responsables por la orientación de ellas, que saben cuando y  como intervenir .

Si usted encontró el punto neurálgico de alguna crisis, habrá encontrado el lugar en donde el provecho general le pide auxilio. Procurando rectificar algún error, vale más su conocimiento del bien que su conocimiento del mal.

Resguardando la armonía de todos, imagínese en la condición de persona en la que usted pretende colocar su problema.

Reflexione en las tribulaciones que probablemente estará atravesando la criatura a quien usted desea presentar en su crítica. Su reclamación no le traerá ventaja alguna.

Antipatía  para con las personas de las cuales usted espera cooperación y servicio, es el modo más seguro de prevenirlas  en contra de su propio interés.

Cualquier persona, cuando cultive la paz, puede retirarse en paz del lugar en donde se juzgue en desarmonía o desaprecio.

Experimente disculpar siempre, por cuanto que aquello que nos parece falta en los otros, puede surgir como falta igualmente en nosotros, y tratándose de disculpar, si hoy lo podemos hacer, llegará siempre para cada uno de nosotros el día de recibir disculpas.

Ester Silva
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                                                           LOS CELOS


                                

Los celos, retratan la falta de autoestima, predominando la auto-desvaloración como consecuencia de la desconfianza en sí mismo, se transforma en terrible atormentador del ser de aquellos a los que  forman parte de su relacionamiento.

Las exigencias irrazonables, las sospechas insoportables, producen verdaderas cárceles privadas, en las que se desean aprisionar aquellos que se sienten asfixiados por la afectividad del enfermo emocional. En ese comportamiento, la desconfianza abre terribles brechas para la hostilidad y la rabia, que siempre se unen como mecanismo de protección de aquel que se siente desamado.

- Renata Pereira-

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