domingo, 6 de noviembre de 2016

El verdadero éxito



                     
                                            SHEILA Y MARTI

( Comunicación mediúmnica)

En el Nombre de Dios, amados hermanos :

Vamos a contaros nuestra historia, una dolorosa historia que vivims en la Vida Terrenal.
   
Era Agosto del año 1967, y en uno de esos días locos de verano,mi novio y yo salíamos de una fiesta, cogimos un carro, íbamos marcados por la borrachera, el vehículo apenas sin control iba dando tumbos de un lado para otro y no dejábamos de reírnos; de pronto algo se cruzó en la carretera, no sabíamos lo que era, pues estaba lloviendo y a través de los cristales, no se veía bien; mi novio no quiso parar, pero al final lo convencí y aunque de muy malas ganas, volvimos hacia atrás; ¿Qué pensais que nos encontramos en la carretera?. Un niño tirado en la calzada con su bicicleta; al verlo nos asustamos, montándonos en el vehículo salimos corriendo a toda marcha; por el camino intenté convencer a mi novio para que parase el vehículo y fuéramos a auxiliar al muchacho, y aunque se l supliqué, él no quiso parar.
   Llegamos a casa muertos de miedo y temiendo que se descubriera todo, pero pasaron los días y poco a poco se fué olvidando el incidente y la Policía no pudo encontrarnos.
   Desde aquel día del fatal accidente, estuvimos sufriendo pesadillas y muchos remordimientos; no podíamos ni dormir, pero pese a todo aquello, seguíamos con nuestras noches locas, emborrachándonos, de fiesta en fiesta, igual que aquella en la que arrollamos al pequeño con su bicicleta, que lo hizo desencarnar. Otro día íbamos por la carretera a toda velocidad, yo estaba muy asustada, pero mi novio no quiso reducir la marcha y se reía de mi pánico; de repente un camión que venía en dirección contraria, chocó contra nosotros y nos arrastró hacia la vía del tren, vimos con espanto como un convoy de grandes dimensiones se acercaba a nosotros a toda velocidad, intentamos con angustia y desesperación salir del vehículo, pero las puertas con el choque se habían blqueado y no nos era posible salir de aquel infierno, al moment escuchamos un fuerte y terrible impacto, que nos hizo desencarnar en el acto.
    Ahora y desde este plano espiritual en que nos encontramos, estamos pagando todas las deudas que sembramos en el pasado, sufriendo el dolor de aquel niño desencarnado y de su madre, llorando desconsoladamente por la pérdida de su hijito. Aquí y por donde quiera que vamos, nos gritan llamándonos asesinos, por haber quitado la vida a nuestro prójimo y a nosotros mismos.

  Hermanos, nos encontramos en un mund errante de sufrimientos, de dolor y de angustia por doquier. En el Santo Nombre de Dios, hermanos nuestros, os rogamos que le pidáis al Todopoderoso, clemencia para nuestros atribulados Espíritus, pues grande es nuestro sufrimiento, mientras vagamos por este Mundo de un lado para otro, en esta dimensión en la que no se ve la luz y somos como avecillas ciegas que no saben a donde van.

Confiamos en que Dios nos dé la oportunidad de rectificar todo el daño que por ignorancia causamos en la Vida Terrenal, daños causados a nuestro prójimo y también a nosotros mismos, permitiéndonos una nueva encarnación para poder devolver con el bien, todo el mal que hicimos anteriormente.

Hermanos, que esta historia que os hemos contado, sirva al menos, para que aprendáis que hay que tener prudencia en la carretera y nunca manejar el vehículo como si fuera un juguete, y por eso, que desde este Plano Espiritual, os rogamos que no cometáis el error tan grande que cometimos nosotros y así podréis evitaros pasar por los tormentos que padecemos ahora.

  De unos hermanos arrepentidos, para que oréis por nuestros espíritus.
    - Sheila y Marti, Espíritus- Lousiana(Estados Unidos)


( Recibida por la hermana Purificación, del Grupo Alborada Espírita Cristiana, la noche del 23-06-00)

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¿ Quien quiere ser feliz?

La felicidad es un anhelo básico de la humanidad. La cuestión, por tanto, no es preguntar quien quieres ser feliz, pero ¿ qué es la felicidad ?

Sin embargo, la respuesta para la primera indagación es casi automática, las palabras para responder la segunda tienden a aparecer más lentamente. Esto es por que, como decía Séneca, no es fácil descubrir lo que hace la vida feliz, pues cuanto más se busca la felicidad, más de ella se aparta. Siendo que - completa el pensador en su pequeño opúsculo sobre la temática-, cuanto mayor es la velocidad, mayor es el error y mayor la distancia a recorrer. Para optimizar esta búsqueda, es interesante  echar mano de algunas reflexiones.
Sócrates, por ejemplo, a través de lo que conocemos por las palabras de Platón, enseñaba que la mayor de todas las felicidades es el conocimiento de las esencias y de las verdades puras.
En consonancia con la visión socrática, y teniendo a la vista que el Evangelio de Jesús es un manantial de consolaciones y de promesas de una alegría más duradera y profunda, que no podría ser de este mundo toodavía, el Espiritismo enseña que la felicidad absoluta es patrimonio de los Espíritus puros que consiguieron adentrarse en el conocimiento de las esencias proclamadas por el filósofo.
A pesar de esto, el ser dispone de la posibilidad de ser relativamente feliz, de acuerdo con su grado evolutivo. Debiendo, inclusive, buscar activamente este estado. Entretanto, esta búsqueda no se debe dar por medio de procesos externos. Al contrario, ella está basada: 1) en la posesión de l necesario para la subsistencia del cuerpo; 2) en la conciencia moral tranquila; y 3) en la fe en el futuro.
Sin lo básico para la manutención del cuerpo, el indivíduo  carece de condiciones para pensar en otras cosas, más allá de la propia sobrevivencia. Pero, por otro lados, los excesos de variados órdenes, inclusive los financieros, no son capaces de comprar la alegría, ya que no logran llenar el interior del ser. Garantizado, de ese modo, lo mínimo para mantener la salud física y mental, ser feliz no es una cuestión de tener o de no tener, sino que pasa por la capacidad de emplear útilmente lo que se posee y de no desesperarse por aquello que, a pesar de no estar poseído, igualmente no es imprescindible.
Con la conciencia en paz, se puede obtener la tranquilidad anhelada. La angustia por los acontecimientos pasados se dirime. El miedo a las incomprensiones se desvanece. Y el orgullo por las adulaciones no se genera.
De igual modo, la fe tiene un papel crucial en la conquista de ser feliz. Utilizando comparaciones, se puede decir que ella es el "salto de gato" en la receta de la vida; es el tablero final que liga el puente construído por la razón entre la ignorancia y la plenitud; es el detalle último en la alegoría de la existencia. Con ella, la ansiedad por el futuro incierto, disminuye.
Para la Doctrina Espírita, por tanto, la felicidad es una finalidad, pero de igual manera es un medio por el cual se debe buscar vivir, sin recurrir a la necesidad de posesiones, sin quedarse en la angustia por el pasado, sin dejar que sea  mar de fondo de la ansiedad con relación al futuro...., sino, por el contrario, procurando hacer esta construcción en el maravilloso momento del hoy y de lo posible.

- Leonardo Machado- Recife (Brasil) - Rev. "O Consolador" nº 209

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“La mayor felicidad de la vida es saber que somos amados” 
      - Víctor Hugo -
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UN POQUITO MÁS SOBRE LA REENCARNACIÓN

Este es un tema capital, trascendental. Sin él, es prácticamente imposible encontrarle un sentido a la vida, más allá de los anhelos más próximos, de algunos objetivos en la vida que justifiquen nuestras luchas, nuestros esfuerzos; pero que sin el estudio de esta ley fundamental, nos faltará siempre elementos que completen el engranaje espiritual, que nos explique las desigualdades humanas, que le dé un carácter justo y misericordioso a las obras de Dios Padre.
La vida está repleta de situaciones complejas, difíciles, sangrantes, que no encuentran acomodo lógico y razonable en una sola vida. Es como si tratáramos de entender una obra literaria fantástica, extraordinaria, con la lectura, estudio y análisis de un solo capítulo de la obra, habiendo perdido el resto. Esto sería una quimera, y aunque en dicho capítulo quedara patente el talento y buen hacer de su autor, siempre nos quedarían preguntas sin respuestas, destellos de genialidad a medias, imposibles de entender en su conjunto sin la lectura del resto de capítulos de tan magnífica obra.
Las vidas sucesivas funcionan del mismo modo. Somos la consecuencia del ayer, vivimos actualmente las experiencias y las pruebas necesarias a nuestro actual momento evolutivo, ni más ni menos; ejerciendo la libertad de que se nos dota para escoger el camino que más nos convenga o plazca. “La siembra es voluntaria y la cosecha obligatoria” reza un viejo axioma.
Las desigualdades humanas, los cambios de fortuna, las enfermedades así como la salud, la riqueza o la pobreza, etc., no son caprichos divinos, accidentes desgraciados de la providencia para someter caprichosamente a unos, muchas veces en beneficio de otros.
Seguramente nos vendrá al pensamiento los egoísmos humanos, el materialismo voraz, las pasiones de los poderosos que no permiten el desarrollo de una sociedad justa y equitativa. Efectivamente, queda un largo camino por recorrer, pero esto por sí sólo no justifica, no explica el que unos nazcan en hogares confortables y otros, como ocurre en muchos puntos de nuestro planeta, vivan y crezcan en ambientes de miseria, guerras y destrucción.
El ser humano no sólo busca la supervivencia sino también una posibilidad de vivir con su familia en paz, con un futuro por delante que le permita ser relativamente feliz; dicho con otras palabras: vivir con dignidad. Muchas veces, el espíritu, por negligencias y errores del pasado, se ve con la necesidad de reencarnar con ciertas carencias que le movilicen, le obliguen a buscar, a superarse a sí mismo en las luchas diarias, utilizando sus recursos internos dormidos.
Del mismo modo, aquellos que nacen en hogares donde todo les sonríe, con un amplio patrimonio y posibilidades materiales, es una concesión provisoria de la que también tendrán que dar cuentas, una vez queden despojados de todo ello, de vuelta a nuestro verdadero hogar espiritual.
La vida humana, con cuerpo físico es un suspiro, es un día corto en la inmensidad de una eternidad que no estamos en condiciones de comprender. En nuestra limitada capacidad de entendimiento, sujetos al espacio y tiempo, se nos nubla la razón cuando echamos una mirada a la inmensidad que nos aguarda; pequeños todavía en evolución y a la percepción de la realidad que nos envuelve, imposible de percibir con nuestros sentidos groseros aún.
Necesitamos distintas vidas, que son como los capítulos de una obra maravillosa, como el ejemplo anterior, para reflexionar, experimentar, acertar y equivocarnos. En cada pasaje de la obra, el personaje principal va creciendo, muchas veces de una forma casi imperceptible para el lector-observador; capacitándose para mayores empresas, adquiriendo experiencia, ampliando su conciencia, su visión de la vida, de la realidad.
Cada circunstancia importante de la vida encierra una valiosa lección. Debemos aprender a leer sin rebelarnos. Nada ocurre por azar, Dios Padre no se equivoca, puesto que traemos al encarnar un programa de realizaciones, de tareas a desarrollar. Aprendiendo a amar al prójimo como a nosotros mismos. Desarrollando valores, buscando unos objetivos superiores que le den un sentido profundo a la vida.
Cuando no es así llega el vacío, la depresión, la búsqueda frenética de placeres que llenen un espacio interior sombrío. Al carecer de un rumbo claro, falto de ideales, muchos se lanzan a la adquisición de bienes materiales, a la búsqueda de una riqueza rápida y sin esfuerzo, para posteriormente con el botín conseguido vivir plácidamente, experimentando y buscando todo tipo de estímulos sensoriales, intentando compensar el estrés acumulado.
Efectivamente, una vez conseguida la meta propuesta, ahora toca ampliar si cabe la fortuna conseguida a costa del esfuerzo de muchos y al mismo tiempo disfrutar sin escrúpulos del botín…. Estos son los casos de aquellos cuya educación y malos ejemplos encaminaron hacia la búsqueda del éxito egoísta, aislados de la realidad y que forman parte de una sociedad a la que le deben de aportar algo útil, siendo generosos.
Por todo ello, necesitamos hacer un alto en el camino, revisar nuestras creencias, ampliando horizontes de comprensión con el estudio de las grandes leyes universales, razonando por nosotros mismos; buscando un sentido de la vida que nos llene de verdad, que nos genere entusiasmo, ganas de luchar y compartir, tornando ese vacío existencial en alegría, en felicidad.
Ha sido esa nuestra humilde pretensión, generar con estos artículos una cierta inquietud de búsqueda, de reflexión para plantearse otras posturas, otras formas de ver la vida.
Vivimos momentos cruciales para la humanidad. Por una parte, el triste espectáculo de las migraciones masivas hacia el viejo continente buscando paz y prosperidad, convirtiendo el mar con su travesía en pateras, en un gran cementerio de personas, incluidas mujeres, ancianos y niños, huyendo del horror de las guerras. Por otro lado, el cada vez mayor índice de suicidios, en un gran porcentaje por jóvenes y adolescentes. Las crisis económicas, políticas y sociales que complican el futuro y la convivencia, dejándose por el camino, la sensatez y la solidaridad entre los pueblos; levantando muros donde otrora se derrumbaron. Todo ello nos muestra un escenario muy complicado, lleno de sufrimiento, donde muchas veces, la parte emocional, los sentimientos, la sensibilidad humana tiene que hacer un esfuerzo importante para admitir una realidad que es consecuencia de los momentos especiales que nos ha tocado vivir. Aún, incluso, conociendo las leyes espirituales y su mecánica muy justa.
Para concluir diremos que, es la hora del amor, de la comprensión, haciendo visible el principio espiritual, la exhortación del Espíritu de la Verdad que nos pide lo siguiente: “AMAROS, esta es la primera enseñanza, INSTRUIROS, esta es la segunda”.
Efectivamente, el amor y la instrucción son las palancas esenciales de transformación, son los dos pilares que nos han de aportar el consuelo y la esperanza, la certeza en un futuro mejor, una vez se hayan completado las experiencias y situaciones que los actualmente encarnados en este viejo mundo nos ha tocado vivir.
  Reflexiones Finales por:   José M. Meseguer- © 2016, Amor, Paz y Caridad
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¿CÓMO ACONTECE NUESTRA EVOLUCIÓN?

– visión espírita -

Dios creó el Universo. Dentro de ese Universo hay varios mundos. Estos mundos son creados gradualmente, juntamente con sus habitantes. Muchos planetas fueron creados antes que nuestro planeta Tierra, así como otros aún serán creados . Por tanto, otros Espíritus evolucionaron antes que nosotros. Uno de esos Espíritus es Jesús. Él evolucionó en otro planeta antes de ser creado el nuestro. Cuando Él estuvo muy evolucionado, Dios lo instruyó para acompañar el nacimiento y el desarrollo del planeta Tierra.
Nuestro planeta tuvo su origen hace más o menos  4,5 billones de años y todo era una masa incandescente imposibilitada de tener vida.
Con el transcurrir de millones de años, la masa incandescente se fue enfriando y se fueron formando los elementos que existen hay en nuestro planeta: el aire, el agua, las rocas, el sol, las plantas, los animales y el hombre.
La vida apareció hace más o menos 3,5 billones de años, por tanto, un billón de años después del inicio de formación de la Tierra. Se afirma que la primera forma  de vida surgió en el agua bajo la forma de seres minúsculos extremadamente simples. Estos fueron volviéndose cada vez más complejos y dieron origen a las células, después las plantas y los animales invertebrados que habitaban el mar. Más tarde, la vida se fijó sobre la tierra firme y después en el aire.

Es fantástica la marcha del surgimiento de las diferentes formas de vida sobre la Tierra: microorganismos, plantas, peces, reptiles, aves y mamíferos.
A l largo de mucho tiempo, los seres sufrieron transformaciones sucesivas, dando origen a varias especies. Ese proceso se llamó EVOLUCIÓN.
Pero, después, con los reptiles, surgieron ls animales horrendos de las eras primitivas, los dinosaurios. Emmanuel, en el libro "A camino de la Luz", dice que la Naturaleza se volvió como una gran fábrica de ensayos monstruosos. Los trabajadores de Cristo analizaron la combinación prodigiosa de los complejos celulares, cuya formación ellos mismos habían delineado, entonces perfeccionaron la máquina celular en el limite posible, a las leyes físicas del globo. Fue entonces cuando ellos desaparecieron para siempre de la fauna terrestre.
Los primeros seres humanos surgieron sobre la Tierra hace aproximadaamente 3 millones de añs. Parece mucho, pero no lo es, si consideramos que la vida en el planeta tiene más de 3 billones de años.
  Nosotros, los espíritas, concordamos con la teoría de Charles Darwin, pero él se detuvoo en la evolución de las formas físicas y Kardec le dió continuidad, mostrando que el cuerpo evluciona conforme a la evolución espiritual a través de la reencarnación.
   De acuerdo con la Génesis ( el primer libro bíblico ), el mundo, los animales y el hombre fueron creads directamente por Dios durante una semana.
  Esa descripción es de unos tres mil años atrás, época en la que el hombre no tenía los conocimientos científicos de hoy.
  Actualmente, la narrativa de la creación del mundo sería bien diferente. Pero en un punto, ella continuaría igual: Dios es el creador de todo cuanto existe.
   Todo comienza por el átomo; del átomo pasamos a ser un mineral; del mineral pasamos a ser un vegetal; del vegetal pasamos a ser un animal; del animal pasamos a los seres humanos; al fin, de seres humanos pasaremos a arcángeles. Por milenios y milenios de evolución experimentamos grados inferiores hasta que conquistamos la inteligencia. Entre el irracional y el hombre, hay largos caminos por recorrer. No fuimos creados todos al mismo tiempo, porque Dios crea incesantemente, por eso es natural que encontremos Espíritus encarnados y desencarnados en grados de evolución diferentes
   Cuando un perro, por ejemplo, de señal de inteligencia, no continuará más aquí en la Tierra, que no le ofrecerá condiciones; al desencarnar el Espíritu de ese perro irá para mundos que están al comienzo de su evolución. Después este perro, reencarnará en el cuerpo de un primate, aprendiendo a andar de pie y a utilizar las manos.
   Después reencarnará en un planeta primitivo, cuyos moradores son espíritus que habitan en cavernas. Y así, evolucionará con el planeta, como ocurrió con nosotros. Fuimos moradores de las cavernas, desencarnamos y aprendemos en el plano espiritual alguna cosa; reencarnamos y volvemos mejor, con más  conocimiento; desencarnamos y encarnamos varias veces, hasta salir de la caverna y nos volveremos seres más evolucionados, buscando cada vez más el crecimiento espiritual. Nuestro planeta ya fue un mundo primitivo y está pasando de pruebas y expiaciones para la regeneración. En cuanto a eso, otros mundos están siendo creados y con él pasando por todo el proceso de evolución de ellos y de los seres que en él aparecieron. Cada planeta es habitado por Espíritus con grado evolutivo correspondiente al planeta.
Allan Kardec clasifica los planetas en :
1) Primitivos: donde los espíritus realizan sus primeras encarnaciones.
2) De pruebas y expiaciones: donde predomina el mal, porque hay mucha ignorancia; ahí las personas sufren las consecuencias de los errores cometidos ( expiación), o pasa por experiencias, pruebas y luchas. La Tierra es un mundo así.
3) De Regeneración: en ellos no hay más expiación, pero aún hay pruebas por las que el espíritu tiene que pasar para consolidar las conquistas evolutivas que hizo y a desenvolverse más. Son mundos de transición entre los mundos de expiación y los que vienen a continuación.
4) Dichosos o Felices: en estos mundos predomina el bien, porque sus moradores son espíritus más evolucionados; hay mucho bienestar y progreso en general.
5) Divinos o Celestes: donde el bien sin ninguna mixtura y la felicidad, son absolutas, como obra sublime de sus moradores: los Espíritus Puros.
Compilación de Rudymara retirada de los libros “La Genesis” de Kardec; “El Evangelio según el Espiritismo”; “A Camino de la luz” de Emmanuel; “Espiritismo, una nuova era” de Richard Simonetti.
- Revista Verdad y Luz -
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"TUS PARIENTES Y AMIGOS, SON ALMAS QUE TU MISMO ATRAJISTE, CON TU PROPIA AFINIDAD"- Chico Xavier-

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El éxito verdadero

Hasta tanto no apliquemos el verdadero concepto de educación, que se estructura en mente-cuerpo-espíritu, haríamos bien en tener en cuenta nuestra parte trascendental, convivencial, nuestro ser íntimo que late y se irradia más allá del ropaje celular que nos cubre momentáneamente para nuestra singladura por el mundo de las formas.

Todos buscamos la felicidad, solo que, con frecuencia, lo hacemos por los senderos menos acertados, donde, quizá, materialmetne, saquemos algún provecho temporal pero, a menudo también, hacemos que nuestra alma se quede "anestesiada"... Pesadamente comprometida ante las leyes superiores de orden y equilibrio que rigen el Universo.

Pese a que, aparentemente, hemos alcanzado un nivel de conciencia nuevos primitivista y estamos rodeados de un evidente adelanto tecnológico y de recursos, aún no nos hemos liberado del "hombre viejo" caprichoso y egoísta que tanto nos hizo caer en pasadas existencias. Aún, la sutil seducción del halago nos ronda el alma y, (la efímera y llena de trampas) melodía del poder y el "bienestar", en su acepción más materialista, nos atrae poderosamente... Y es así como por conseguir una serie de cosas o metas que creemos irresistibles y/o imprescindibles, nos empeñamos incluso moralmente, por conseguirlas, aunque con el paso del tiempo (y el tiempo nos coloca exacta y puntualmente ante aquello que hemos abviado o que aún no hemos hecho bien) toda conquista externa no nos bastará para llenarnos por dentro. Sólo las conquistas morales nos enriquecen y nos cubre de verdadera plenitud.

Eduquémonos en la libertad y honestidad, y eduquemos a nuestros hijos no para el espejismo del poder, sino para la verdadera felicidad, la que nace del equilibrio, la fe y la auto-aceptación que nos salva de caer en las redes de la instisfacción y el abuso.

Si realizamos una rápida visión del panorama social y cultural que nos rodea, nos vemos forzados a reconocer que cada vez es más difícil ser uno mismo sin perder identidad frente a los numerosos "bastones psicológicos" que, jóvenes y no tan jóvenes necesitan para sentirse realizados ante la avalancha que nos "vende" el sector más utilitarista de la llamada "sociedad de consumo"... La verdad es que nada nos impide el adquirir tal o cual cosa que, simplemente, nos apetezca tener y disfrutar; distinto es que por no obtenerla, nos sintamos inferiorizados o desconsiderados... Lo cierto es que el exhibir cierta marca de ropa o jactarnos de la casa en que vivimos, no habla, precisamente, de personalidad brillante ni de fortaleza interior.

Ni el "estatus" (académico, social, económico), por brillante que sea, ni las adquisiciones materiales por atractivas que sean, harán el trabajo principal para el cual nos comprometimos antes de encarnar: mejorar la "calidad" de nuestro alma en las luchas contra la ambición, el orgullo y las pasiones menos trabajadas. Si dejamos esto por otras cosas, lamentaremos los amargos dardos internos de las oportunidades perdidas.

Tendemos (por atavismos milenarios) a inclinarnos por aquello que, justamente, tiene fecha de caducidad: el cuerpo y los bienes terrenales... Justo lo que se extinguirá un día, no importa los años que hayamos invertido en ello. Y, por el contrario, tendemos a dejar a un lado con increíble facilidad, justo aquello que hemos venido a "pulir": nuestro propio espíritu, nuestro YO real.

Los Mentores de luz y amor no se cansan de advertirnos con paciencia y sabiduría ejemplar, propias de las almas elevadas, que intetemos vivir lo mejor posible (dentro de los límites que imponen el respeto a los demás y el equilibrio de las cosas) pero que no olvidemos nuestro ser interior, nuestro alma, pues es por ello, para elevarla, que una nueva encarnación en la escuela de la vida material se programó con el beneplácito de lo Alto... Cuando pasemos al "otro lado", la verdadera realidad de la vida, al mundo de las causas que envuelve el nuestro, (de donde todo proviene, incluidas las matrices originales de la vida) se nos preguntará que hemos hecho para vencer nuestras malas inclinaciones; se nos preguntará si aprovechamos los recursos que fueron colocados en nuestro camino para instruirnos, para donar a los menos favorecidos, etc... Entonces, como tantas otras veces, una serie de imágenes desfilarán ante nuestros paneles mentales, y seremos testigos de los éxitos y los fracasos y, con frecuencia, dada nuestra torpe e inmadura elevación espiritual y mental, también muchos seremos perplejos y desnudos observadores de las variadas oportunidades de crecimiento interior que fueron desperdiciadas, de una manera abierta o engañándonos ingenuamente para sentirnos más disculpados...

La búsqueda del éxito (cuando se presenta de una manera desordenada, obsesiva), en ocasiones, puede ser una "fuga" más como el alcohol, el sexo desmedido o las drogs, aspectos que no atienden a las necesidades reales, aquellas que predominan en la naturaleza humana y tienen transcendencia, en razón de su origen, del ser espiritual que somos.

El verdadero significado de la dicha, de la paz y la conquista, se establece, no en lo que poseamos, sino en la liberación de las que nos angustian y de los miedos que nos aturden.

No dejemos pasar las invitaciones de la vida, que a todos acude y, que se expresa de mil maneras distintas, para instruirnos y crecer en la práctica de la solidaridad de las almas (una de las propuestas espíritas), la práctica del bien, la auto-vigilancia de nuestros instintos menos felices, etc... Así, cuando atra

Sacudamos nuestra conciencia y asumamos la gran responsabilidad que nos brindan. Mucho le es pedido al que mucho se le ha dado...

No dejemos que la vanidad y los intereses personales nos desvíen de esa misión que nos trajo al mundo, en una coyuntura social y política tan complicada como la que atrviesa nuestro planeta. De alguna u otra manera todos hemos contribuido (en existencias pretéritas) a que los fantasmas de la violencia, el hambre y la ira se extiendan por los territorios del hombre de este siglo XXI que, apenas, estrenamos... ¿cuál será nuestro papel en esta nueva reencarnación? ¿Cómo contribuiremos a anular todos esos abusos que practicamos y/o el bien que pudimos hacer y no hicimos? Los espíritas tenemos la brújula más segura. ¿Empezamos? En estos tormentosos días, se torna tan urgente como inaplazable un esfuerzo generalizado a fin de restaurar los valores éticos-morales, culturales y espirituales de la Humanidad, que vienen sufriendo contundentes combates de exterminio.

El hombre de la tecnología y de la biónica, de la cibernética y de la ingeniería genética, ensoberbecido por las conquistas de la inteligencia, resbala, lamentablemente, en los tormentos psicológicos característicos de la pérdida de la dirección de si mismo y de los objetivos esenciales de la vida.

Fascinado por las conquistas exteriores, no se da cuenta de los perjuicios internos que lo consumen, por falta de estructura emocional para soportar las presiones derivadas de los factores degenerativos por él mismo generados.
En estos días, hay glorias del intelecto y observaciones del sentimiento, aguardando orientación.

El Espiritismo llega en el justo momento, para invitarte a una revisión de conceptos, así como a una profundización consciente y seria de la realidad de si mismo, en la condición de ser inmortal que eres, al contrario de apenas factótum orgánico que rumba sin destino, perdido en la propia incuria.


Un miembro de la FEE
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