lunes, 21 de noviembre de 2016

EL TRÁNSITO



 

                            ALLAN KARDEC
                                                 (BIOGRAFÍA)


El día 3 de Octubre de 1.804, nació el entrañable codificador del espiritismo Allan Kardec.

"El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus, como doctrina filosófica comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones." ( "¿Qué es el Espiritismo?" Allan Kardec ) 

Allan Kardec fue codificador del Espiritismo. Organizador escrupuloso de un material que fundamentó la corriente espiritista del s.XIX, pero en modo alguno se trató de un escritor imaginativo y tampoco de estilo místico.
Primeramente debemos saber que Francia en el 3 de Octubre de 1.804 , día del nacimiento de Hippollite Leon Denizard Rivail (más tarde veremos cómo pasaría a llamarse Allan Kardec), ya había pasado por la época de la Enciclopedia y, esta línea de pensamiento, dejó en las bases de su sociedad, a grandes pedagogos muy rigurosos, formadores de la conciencia intelectual de Kardec. 
Allan Kardec nació en un hogar donde la elevada cultura estaba ya profundamente asentada. Hizo sus primeros estudios en Lyon y los completó en Yverdum (Suiza), en el Instituto del celebre profesor Pestalozzi, conocido por ser uno de los más respetados centros de enseñanza de toda Europa, y por donde pasaron famosos intelectuales de aquella época. Nuestro hombre se reveló aquí como un discípulo brillante en Ciencias y Letras. 
Se entrego a fondo a la lingüística y hablaba correctamente el alemán, el inglés, el español y el holandés. Vuelto a París funda allí un Instituto de Enseñanza semejante al de Yverdum. Y como educador publica numerosos libros, gracias a los cuales, a pesar de verse arruinado por problemas familiares, consigue sobrevivir económicamente. Daba también clases de química, física, astronomía y anatomía comparada.
Prosiguiendo su carrera pedagógica hubiera podido desarrollar su vida, pero en 1854, con 50 años, oye hablar por primera vez del fenómeno de las mesas giratorias (estaba de moda). Fue su viejo amigo Fortier (magnetizador) el que le dijo..."He aquí una cosa extraordinaria, no solamente se hace girar la mesa, magnetizándola, sino que se le hace hablar: se interroga y ella contesta." Nuestro codificador contestó... "Yo creeré en ello cuando lo vea y se me haya probado que una mesa tiene cerebro para pensar, nervios para sentir, y que puede convertirse en sonámbula. Hasta entonces permitidme que no vea en ello mas que un cuento de niños ." 
Al principio de 1855, encontró a Carlotti (otro viejo amigo) que vuelve a relatarle fenómenos, y a sugerir el hecho de que pudieran estar provocados por espíritus, esto despierta su irresistible curiosidad de estudioso e investigador. En Mayo de 1855, acompañado de Fortier, visita la casa de una conocida sensitiva , Madame Roger
Allí mantiene una conversación con diversas personas que le redundaron en la idea antes sugerida por Carlotti. Esta reunión le causa honda huella y en allí mismo es ya convidado a asistir a una sesión de experiencias. Cuando sale dice..."fue allí, donde por primera vez puedo dar testimonio del fenómeno de las mesas giratorias, que saltaban y corrían, en condiciones tales que la duda no era posible. Allí vi también algunos ensayos imperfectos de escritura mediúmnica".
Todavía escéptico, pero impresionado, traba amistad con la familia Baudin , a cuyas reuniones es invitado. Nos cuenta..."Fue allí donde hice mis primeros estudios sobre Espiritismo, mas fundamentados sobre las observaciones que sobre las revelaciones. Apliqué a esta nueva ciencia, como lo había hecho siempre, el método experimental. Jamás senté una teoría preconcebida. Observaba con atención, comparaba, deducía y sacaba conclusiones; de los efectos me remontaba a las causas mediante la deducción y el encadenamiento lógico de los hechos y admitiendo la viabilidad de una explicación solamente cuando podía resolver ella todas las dificultades inherentes al tema... Este es el procedimiento que utilicé toda mi vida, a partir de los veinticinco o veintiséis años. De entrada comprendí la gravedad de la investigación que emprendía y entreví en estos fenómenos la clave del oscuro y controvertido problema del pasado y del porvenir de la humanidad, la solución y la respuesta a todas mis búsquedas. Se trataba de una revolución completa en las ideas y en las creencias; por tanto debía actuar con circunspección y no a la ligera; ser positivista y dejar los ideales de lado para evitar afirmaciones ilusorias." 

En 1855 recibe de Carlotti y de un grupo de estudiosos 50 cuadernos conteniendo relatos de experiencias y comunicaciones diversas, pidiéndole que analice y ordene el contenido. Una noche, en una de las sesiones en casa de Baudin, nuestro hombre (todavía Rivail) recibe una comunicación de su espíritu protector. Éste, nombrado Espíritu de la Verdad, le revela una anterior encarnación con los druidas en la Galia y cuyo nombre, en aquellos tiempos, fue Allan Kardec. 

También le comunica su ayuda en la importante tarea para la que ha sido destinado. A partir de este momento Allan Kardec se lanza al trabajo, recibiendo instrucciones a través de diferentes médiums ( Japhet, Croset, Dufaux, Aline, hermanas Baudin, etc ) diversificando de este modo los intermediarios de su comunicación con los espíritus, para mejor contrastar la verdad.

El 18 de Abril de 1857 publica un libro que marcará el inicio del espiritismo " El Libro de los Espíritus". Este libro ya aparece firmado con el nombre Allan Kardec, apartando así la época de escritor y pedagogo prestigioso que firmaba con el de su nacimiento. En los pocos años que le quedaban ya por vivir (en esta reencarnación) escribió todos los libros que completan la codificación espirita y completo el primero. 

En 1858 editó la Revue Spirite (Revista Espírita). En 1861 publica El Libro de los Médiums. Su texto comprueba el carácter científico de la Doctrina Espírita, y provoca un gran revuelo y el catolicismo se levanta contra Allan Kardec. Ese mismo año 300 libros espíritas son quemados en Barcelona por la inquisición española. Tiempo después, al respecto de este hecho, Kardec recibió, a través de un médium, el siguiente mensaje del obispo de Barcelona, autor del acto de fe que decretó la incineración de los libros, y que ya había desencarnado: "Esta escrito. Tu quemaste las ideas y las ideas te quemaron. Rogad por mí; rogad, porque es agradable a Dios la oración del perseguido para con su perseguidor. Habla el que fue obispo y ahora no es mas que penitente".

En 1864 publica El Evangelio según el Espiritismo. En 1865 publica El Cielo y el Infierno. En 1868 publica La Génesis. Allan Kardec desencarnó en 1869, contaba casi 65 años. La obra de Allan Kardec es de obligatorio conocimiento para descifrar el Espiritismo. Muchos libros espíritas se han publicado después, pero en los del codificador se resume el carácter original de esta transmisión espiritual, y la orientación para acercarnos nosotros a los mensajes. Además estos libros, por su extenso tratamiento del tema, contienen innumerables descubrimientos, muchos de ellos verificados después por la ciencia.

Debemos recordar que en el mismo año de la desencarnación de Kardec, la Sociedad Dialéctica de Lóndres nombró un comité para estudiar los fenómenos del Espiritismo, cuyo conocimiento se propagaba por toda Europa. Tras meses de investigaciones, sus 22 miembros concluyeron que los fenómenos eran auténticos. A ésta han seguido muchas otras investigaciones sobre los fenómenos y las tesis espíritas que igualmente han concluido aceptando la propuesta del Espiritismo.

(Facilitado por A.Calatayud Martinez)

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CONSCIENTE, INCONSCIENTE, SUPERCONSCIENTE

En la mente humana se producen procesos conscientes e inconscientes, que interactúan entre sí y conforman lo que conocemos con el nombre de psiquis. El creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, comparó el consciente, el inconsciente y la psíquis con un iceberg, en donde el consciente sería la parte visible (parte menor), y el inconsciente, la parte que no se ve, la mayor. La psiquis sería el iceberg mismo.
   Los modelos de la psiquis varían de acuerdo con el pensamiento de cada investigador. La comprensión alcanzada con respecto a la estructura de la mente y de sus mecanismos, derivó en el model esbozado por quienes se han aplicado al estudio de ese importante asunto. Para Carl G,Jung, por ejemplo, la psiquis está compuesta por tres niveles interrelacionados: la conciencia, el inconsciente personal y el inconsciente colectivo. El psicoterapeuta italiano Dr. Roberto Assagoli, llegó a hacer un diagrama de la constitución del ser humano. En su diagrama destacó los inconscientes inferior, medio y superior ( o superconsciente), el campo de la conciencia, el YO consciente o EGO, el YO superior y el inconsciente colectivo. Para el psiquiatra brasileño Jorge Andréa dos Santos, el ser humano se presenta como verdaderos campos energéticos de diferentes frecuencias. Él los denomina inconsciente puro, inconsciente pasado e inconsciente actual, campo mental, psicosoma (periespíritu), doble etérico y cuerpo físico, donde las energías se van densificando desde el centro (inconsciente puro) hacia la periferia (cuerpo físico).

Consciente.- El campo de la conciencia es la parte de la personalidad con percepción directa, de conformidad con las investigaciones de Assagioli. Es el flujo incesante de sensaciones, imágenes, pensamientos, sentimientos, deseos e impulsos que pueden ser observados, analizados y evaluados. La conciencia es, por lo tanto, la capacidad que posee el espíritu de percibir por sí mismo y de obtener una visión perfecta de las relaciones organismo/medio.
   Esa capacidad del espíritu de almacenar informaciones y utilizarlas en la forma que desea, demuestra el poder de la conciencia. Cualquier hecho, incluso inconsciente, solamente adquiere consistencia y validez por la relación que establece con la conciencia; de lo contrario no sería percibido, como opina el médico Carlos Toledo Rizzini. El consciente tiene un sentid más preciso de sus contenidos, como son las sensaciones, los pensamientos, los sentimientos, etc., porque efectúa un trabajo de razonamiento analítico sobre ellos.
   El consciente es, por lo tanto, una de las tres razones de la psiquis donde se perciben con claridad los fenómenos correspondientes a las funciones psíquicas del ser humano. Es además una especie de estuario de las energías provenientes del inconsciente. Si éstas son negativas podrían llegar a recargar el campo de la conciencia de elementos perturbadores. Si son positivas, contribuirán al equilibrio del indivíduo, haciendo que obre de una manera armoniosa en su vida de relaciones.
   El consciente puede permanecer vigilante y establecer las más variadas relaciones cn td aquello que gravita a su alrededor. Incide sobre los recuerdos archivados y les imprime la dirección que le place. El campo de la conciencia puede ser una especie de conexión entre el medio interno(psiquis) y el externo(sociedad).

Inconsciente.- Es la zona espiritual responsable del archivo de las experiencias humanas. Lo compone una rica gama de energías provenientes de las experiencias vividas por el espíritu en el transcurso de sus reencarnaciones. Se encuentran dentro de él todos los aprendizajes, incluso los de las épocas más remotas, que dan origen a centros energéticos vinculados con el tipo de experiencia vivida. Ese archivo es el equivalente del sótano de la psiquis de Freud . Desde el punto de vista espírita, ese sótano contiene no solo las reminiscencias de la vida presente, sino también las de todas sus experiencias reencarnatorias. Es mucho más que un archivo.
   El Dr. Jorge Andréa dos Santos subdivide el inconsciente en tres zonas: inconsciente puro,inconsciente pasado e inconsciente actual. Presentamos una síntesis de sus bservaciones:

a) Inconsciente puro.-  Es la zona más desarrollada del inconsciente por contener energías de excelsa pureza. En ella se refugian los impulsos divinos de la evolución, que iluminan el instinto y distancian al ser humano de la animalidad. Desde ese centro fluyen energías desconocidas rumbo a las demás zonas de la psíquis, que se van condensando a medida que se aproximan a las zonas periféricas, cmo las capas energéticas del consciente.

b) Inconsciente pasado.-  En esta zona se encuentra el archivo de las experiencias adquiridas por el indivíduo en sus sucesivas encarnaciones. Esas experiencias son archivadas en forma de centros energéticos o núcleos de potenciación, que podrían contener experiencias sanas o disgustos, según la clase de vivencia archivada. Jung denominó a esta zona inconsciente colectivo.


c) Inconsciente actual.- Esta zona de la psiquis se circunscribe a la zona corriente; contiene los registros de la encarnación presente. En esta zona toman forma la mayoría de los conflictos y problemas provenientes del extrerior (consciente), que en el futuro puedan llegar a regresar con el aspecto de neurosis y enfermedades psicosomáticas. Probablemente el inconsciente actual es una zona reguladora del intercambio entre el exterior y el interior.


Superconsciente.- Mientras que el consciente está cargado de la razón, o sea, del análisis de los fenómenos mentales, el superconsciente se encarga del trabajo de síntesis y de la intuición.

  Para nuestro nivel mental y espiritual, el consciente tiene un sentid más claro de las cosas, mientras que el superconsciente funciona con mayor sutileza y nivel evolutivo; no analiza los fenómenos, los experimenta. Es el caso, por ejemplo, de los genios, los artistas, los santos y los investigadores que buscan en la inspiración la fuente de sus conquistas. El supercnsciente despliega importante actividad en los espíritus sublimados, porque ya han conquistado un nivel mental superior al común de los hombres de la Tierra. Así como con aquellos que santificaron el orbe con sus lecciones de amor y paz. Ludwig van Beethoven,por ejemplo, creador de la grandiosa Novena Sinfonía, entró en la inmortalidad por sus obras musicales y también por su conducta. Jóven todavía, perdió a su madre y se hizo cargo de sus hermanos, pues su padre era alcohólico. Realizaba conciertos de beneficiencia, incluso para la familia de Mozart cuando este ya había desencarnado. A los 27 años quedó sordo y pese a ello creó las más bellas páginas de la historia de la música.
    Según Calderaro en el libro En el Mundo Mayor, de André Luiz, psicografiado por Chico Xavier, la región correspondiente al superconsciente está localizada en los lóbulos frontales del cerebro. Esa es la zona de la expresión de las energías superiores del espíritu. Su activación depende de los campos energéticos vertidos por entidades de mayor sublimación. El campo cerebral es, por lo tanto, una verdadera máquina orgánica que continúa siendo estudiada por los científicos. Mucho se ha conseguido saber con respecto a sus actividades, pero mucho es lo que todavía queda por averiguar en ese sentido. Desde el punto de vista espiritual, el cerebro representa a una planta, con luces diversas que componen una estructura de campos de fuerza específicos para cada región de uso. El pensamiento y las emociones, al igual que los sentimientos, ejercen gran poder sobre  una usina de fuerza. Ellos accionan los plugs en la génesis de las actividades cerebrales, dando lugar a un sin número de respuestas químicas en el cuerpo orgánico.  Cuando son superiores, el cerebro se deleita en producir sustancias restauradoras del equilibrio orgánico; en caso contrario el cuerpo se  inunda de componentes que reducen su resistencia física.
   El conjunto de esas tres zonas psíquicas constituye la capacidad energética del espíritu.

( Extracto de Educación de los Sentimientos, de Jasón de Camargo)


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EL TRÁNSITO.
1. No se excluyen por la confianza en la vida futura los temores del tránsito de esta vida a la otra. Muchos no temen la muerte por el hecho de morirse, lo que temen es el momento de la transición. ¿Se sufre o no se sufre en el tránsito? He aquí lo que les ocupa más, y la importancia de este asunto es tanto mayor cuanto con toda seguridad nadie puede evitarlo. Puede uno dejar de hacer un viaje terrestre, pero aquel camino han de recorrerlo todos, ricos y pobres, y por doloroso que sea, ni la clase social, ni la fortuna, pueden endulzar su amargura.

2. Al ver la calma de ciertas muertes y las terribles convulsiones de la agonía en algunas
otras, se puede ya considerar que las sensaciones no son siempre las mismas. Pero, ¿quién puede hacernos una reseña respecto de esto? ¿Quién nos describiría el fenómeno fisiológico de la separación del alma y del cuerpo? ¿Quién nos dirá las impresiones que se sienten en este instante supremo? Sobre este punto, la ciencia y la religión enmudecen.
¿Y por qué? Porque falta a la una y a la otra el conocimiento de las leyes que rigen las
relaciones del espíritu y la materia; la una se detiene en el umbral de la vida espiritual; la otra en el de la vida material. El Espiritismo es el lazo de unión entre las dos. Él solo puede referir cómo se opera la transición, y sea por las nociones más positivas que da de la naturaleza del alma, ya sea por lo que informan los que han dejado la envoltura material. El conocimiento del lazo fluídico que une el alma y el cuerpo es la clave de este fenómeno, así como de muchos otros.

3. La materia inerte es insensible, éste es un hecho positivo. Sólo el alma experimenta las sensaciones del placer y del dolor. Durante la vida, cualquier separación de la materia se refleja en el alma, quien recibe por ello una impresión más o menos dolorosa. El alma es la que sufre y no el cuerpo. Éste no es más que el instrumento del dolor, el alma es el paciente.
Después de la muerte, estando el cuerpo separado del alma, puede ser impunemente
mutilado, porque nada siente. El alma, cuando está aislada, no sufre por la desorganización de este último. Tiene sus sensaciones propias, cuyo origen no está en la materia tangible.
El periespíritu es la envoltura fluídica del alma, de la cual no se separa ni antes ni después de la muerte, con la que no forma, por expresarlo así, más que uno, porque no puede concebirse el uno sin el otro. Durante la vida, el fluido periespiritual penetra en el cuerpo en todas sus partes y sirve de vehículo a las sensaciones físicas del alma. Por este intermediario obra también el alma sobre el cuerpo y dirige sus movimientos.

4. La extinción de la vida orgánica causa la separación del alma y del cuerpo por la rotura del lazo fluídico que los une, pero esta separación jamás es brusca. El fluido periespiritual se separa poco a poco de todos los órganos. de modo que la separación no es completa y absoluta sino cuando no queda un solo átomo del periespíritu unido a una molécula del cuerpo. La sensación dolorosa que el alma experimenta en semejante momento está en razón de la suma de los puntos de contacto que existe entre el cuerpo y el periespíritu, y de la mayor o menor dificultad y lentitud que ofrece la separación. Es preciso, pues, entender que, según las circunstancias, la muerte puede ser más o menos penosa. Estas diversas circunstancias son las que vamos a examinar.

5. Sentemos, desde luego, como principios los cuatro casos siguientes, que se pueden mirar como las situaciones extremas, entre las cuales hay una multitud de matices:
1.º Si en el momento de la extinción de la vida orgánica estuviese operada completamente la separación del periespíritu, el alma no sentiría absolutamente nada.
2.º Si en este momento la cohesión de los dos elementos está en toda su fuerza, se produce una especie de rasgadura que obra dolorosamente sobre el alma.
3.º Si la cohesión es débil, la separación es fácil y se verifica sin sacudidas.
4.º Si después del cese completo de la vida orgánica existen todavía numerosos puntos de contacto entre el cuerpo y el periespíritu, podrá el alma sentir los efectos de la descomposición del cuerpo hasta que el lazo se rompa enteramente.
De esto resulta que el sufrimiento que acompaña a la muerte está subordinado a la fuerza de adherencia que une el cuerpo al periespíritu. Que todo lo que pueda menguar esta fuerza y favorecer la rapidez de la separación hace el tránsito menos penoso. En fin, que si la separación se opera sin ninguna dificultad, el alma no experimenta ninguna sensación desagradable.

6. En el tránsito de la vida corporal a la vida espiritual se produce también otro fenómeno de una importancia capital: es el de la turbación. En este momento, el alma experimenta un sopor que paraliza momentáneamente sus facultades y neutraliza, en parte al menos, las sensaciones. Está, por expresarlo así, cataleptizada, de modo que casi nunca es testigo consciente del último suspiro.
Decimos casi nunca, porque hay un caso en que puede tener conciencia de ello, como veremos después. La turbación puede, pues, considerarse como el estado normal en el instante de la muerte.
Su duración es indeterminada, varía de algunas horas a algunos años. A medida que se disipa, el alma está en la situación de un hombre que sale de un sueño profundo. Las ideas son confusas, vagas e inciertas. Se ve como al través de una niebla, poco a poco la vista se aclara, la memoria vuelve, y se reconoce.
Pero este despertar varía según los individuos. En unos es tranquilo y experimentan una sensación deliciosa, mientras que en otros está lleno de terror, de ansiedad, y produce el efecto de una terrible pesadilla.

7. El momento del último suspiro no es, pues, el más penoso, porque,ordinariamente, el alma no tiene conciencia de sí misma. Pero antes sufre por la desagregación de la materia durante las convulsiones de la agonía, y después, por las angustias de la turbación. Apresurémonos a declarar que este estado no es general. La intensidad y la duración de este sufrimiento están, como hemos dicho, en razón de la afinidad que existe entre el cuerpo y el periespíritu. Cuanto más grande es esta afinidad, mayor es y más penosos son los esfuerzos del espíritu para separarse de sus lazos.
Pero hay personas en las cuales la cohesión es tan débil, que la separación se opera por sí misma y naturalmente. El espíritu se separa del cuerpo como un fruto maduro cae de su tallo. Esto sucede con las muertes tranquilas y de apacible despertar en la otra vida.

8. El estado moral del alma es la causa principal que influye sobre la mayor o menor facilidad de la separación. La afinidad entre el cuerpo y el periespíritu está en razón de la adhesión del espíritu a la materia. Está en su máximum en el hombre cuyas preocupaciones se encuentran todas en la vida y goces materiales, y es casi nula en aquel cuya alma purificada se ha identificado con anticipación con la vida espiritual. Puesto que la lentitud y la dificultad de la separación están en razón del grado de depuración y desmaterialización del alma, depende de cada uno hacer el tránsito más o menos fácil o penoso, agradable o doloroso.
Sentado esto, a la vez como teoría y como resultado de la observación, nos queda por examinar la influencia de la clase de muerte sobre las sensaciones del alma en el último momento.
El cielo y el infierno. Allan kardec.
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Aprenda a escuchar a aquellos que le buscan su auxilio: escuchar para socorrer es un arte valioso. Muchos corazones angustiados se recomponen cuando explican sus dolores a alguien compadecido. Si alguien lo busca, honrando su pequeñez con el tesoro de la plena confianza, deténgase a escuchar para atender. Un silencio hecho de entendimiento significa participación cristiana en la agonía ajena. Sea el corazón que escucha ayudando.
-Chico Xavier
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  CARTA DE ABRAHAM LINCOLN. 
Esta es una carta escrita por Abraham Lincoln a la dirección del colegio donde estudiaba su hijo. 
Contiene consejos, que siguen vigentes para dirigentes, trabajadores, maestros, padres y estudiantes. 

“Estimado profesor : 
Él deberá aprender que no todos los hombres son justos ni veraces pero por favor dígale que para cada vil hay un héroe, que para cada egoísta hay también un líder dedicado. 
Enséñele por favor que para cada enemigo habrá también un amigo, enséñele que más vale una moneda ganada que una moneda encontrada, enséñele a perder, pero también a saber gozar de la victoria. Apártelo de la envidia y dele a conocer la alegría profunda de la sonrisa silenciosa. Hágale maravillarse con los libros pero déjelo también perderse con los pájaros del cielo, las flores en el campo, los montes y los valles. 

En los juegos con los compañeros, explíquele que la derrota honrosa vale más que la victoria vergonzosa, enséñele a creer en sí mismo, aunque cuando esté solo contra todos. 
Enséñele a tener fe en sus propias ideas, aún cuando alguien le diga que está equivocado. Enséñele a ser amable con la gente amable y duro con los duros, enséñele a no dejarse llevar por la multitud simplemente porque otros también se dejaron. 
Enséñele a escuchar a todos pero, a la hora de la verdad, a decidir solo. 

Enséñele a reír cuando estuviese triste y explíquele que a veces los hombres también lloran. 
Enséñele a ignorar el aullido de las multitudes que reclama sangre y a luchar solo contra todos, si él cree que tiene razón. 
Trátelo bien pero no lo mime, porque sólo la prueba de fuego hace el buen acero. 
Déjelo tener el coraje de ser impaciente y la paciencia de ser corajoso. 
Transmítale una fe sublime en el Creador y fe también en sí mismo, pues sólo así podrá tener fe en los hombres. 
Ya sé que estoy pidiendo mucho, pero vea lo que puede hacer, querido profesor.” 

Abraham Lincoln (1830)
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CLASIFICACIÓN DEL NIVEL DE LOS ESPÍRITUS
Toda clasificación exige método, análisis y conocimiento profundo del asunto. Ahora bien, en el Mundo de los Espíritus, aquellos que poseen conocimientos limitados son –como en la Tierra los ignorantes- inhábiles para abarcar un conjunto, para formular un sistema. Sólo de manera imperfecta conocen o comprenden cualquier clasificación. Para ellos, todos los Espíritus que están por encima de su nivel pertenecerán al primer orden, y piensan así porque no se hallan en condiciones de distinguir los matices del saber, la capacidad y moralidad que distinguen a aquéllos, tal como acontece entre nosotros con un hombre rudo que juzga a las personas ilustradas. Incluso los que son capaces de ello pueden diferir en cuanto a las categorías, según sea su punto de vista, en especial cuando una división no tiene nada de absoluto. Linneo, Jussieu y Tournefort tuvieron cada cual su método, y no por esto ha experimentado cambio alguno la botánica. Porque ellos no inventaron las plantas ni los caracteres que las distinguen. Simplemente, observaron las analogías y con arreglo a ellas han formado los grupos o clases. Y bien, así hemos procedido nosotros: no inventamos a los Espíritus ni sus caracteres. Hemos visto y observado, los hemos juzgado conforme a sus palabras y sus hechos, y después los clasificamos por sus similitudes, basándonos en los datos que ellos nos proporcionaron. 
Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones. En la última, la que está al pie de la escala, se hallan los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la tendencia al mal. Los de la segunda, en cambio, se distinguen por el predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo de realizar el bien: éstos son los Espíritus buenos. Y la primera comprende a los Espíritus puros, aquellos que han alcanzado el grado supremo de la perfección. Tal división nos parece completamente racional y presenta caracteres bien definidos. Sólo nos restaba, entonces, hacer resaltar, por medio de un número suficiente de subdivisiones, los matices principales del conjunto. Y es lo que hemos hecho con ayuda de los Espíritus, cuyas bondadosas instrucciones no nos faltaron jamás. 

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC
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