Manifestaciones de María...
Mensajes muy instructivos, llenos de amor y enseñanzas para todos nosotros.
Fragmentos de uno de los mensajes, recibido en agosto de 1873:
“Mientras el Espiritismo se mantuvo oculto en el fondo de las conciencias, como el grano de trigo en las entrañas de la tierra, se juzgó suficiente el ridículo para anonadarlo; pero, contra todas las previsiones de sus contrarios, no sólo no ha caído en el olvido ni continuado, avergonzado en los secretos pliegues de una que otra conciencia aventurera, sino que se ha atrevido a salir a la luz y a disputar el derecho de legitimidad en la herencia de Jesús; por esto, todos los elementos opuestos se conciertan y sus más mortales enemigos se aprestan para embestirlo y vencerlo.”
En el mismo mensaje encontramos:
“Os han tratado de locos: ¡bendita locura, la locura que consuela por la esperanza y purifica por el cumplimiento del deber, sancionado por la ciencia y la razón!”
Más adelante:
“Si el dogma de la eternidad de sufrimientos se hubiese ceñido a una eternidad relativa, que es en el sentido en que Jesús la entendió, la justicia de Dios habría en Él resplandecido, y en Él, la Iglesia le habría glorificado.”
En 1954, la querida y añorada médium Yvonne A. Pereira, recibió psicográficamente el libro “Memorias de un suicida”, y en él encontramos varias actuaciones del espíritu María de Nazaret, a beneficio de los suicidas, en especial las informaciones de que ella comanda la Legión de los Siervos de María, totalmente volcada hacia aquellos que, sufridores en la Tierra, optaron por entrar por la puerta oscura y equivocada del suicidio.
Veamos algunos pasajes de esta extraordinaria obra extraídos de la séptima edición de la Federación Espirita Brasileña:
Al llegar al Hospital María de Nazaret, un grupo de aproximadamente doscientos suicidas que había sido retirado del Valle de los Suicidas es recibido con cariño para iniciar el tratamiento de recuperación. El autor describe la escena y los médicos que los atienden se expresan así (…) “se aproximaron a cada uno de los lechos, hablaron con dulzura con cada uno de nosotros, pusieron sobre nuestras cabezas atormentadas sus manos tan delicadas y níveas que se diría que eran translúcidas, acomodaron nuestras almohadas, obligándonos al reposo; nos cubrieron paternalmente, acomodando cobertores a nuestros cuerpos helados, mientras murmuraban en tonos tan cariñosos y sugestivos, que una pesada somnolencia nos venció inmediatamente. –Necesitáis de reposo… Reposad sin recelo, mis amigos… Sois todos huéspedes de María de Nazaret, la dulce Madre de Jesús… Esta casa es de ella…”
En otro pasaje de la obra, el Mentor esclareció: “Pero, generalmente, los avisos y las órdenes vienen de lo Alto…de allá, donde fluye la magnánima asistencia de la piadosa Madre de la Humanidad, la Gobernadora de nuestra Legión… Si las entidades en observación no pertenecen a la tutela directa de la Guardiana, podrá el Guardián de la falange o de la legión a la que pertenecen solicitar su favor en pro de los extraviados, y su amoroso concurso para que el objetivo sea alcanzado, porque existe fraterna solidaridad entre las diversas agrupaciones del Universo Sideral, infinitamente más perfectas que las existentes entre las naciones físicas terrenales. (…) No obstante, si a otro eminente Espíritu le fuese dirigida la súplica, ésta sería encaminada a María y se seguirán los mismos procedimientos, pues, como venimos afirmando, es María la sublime acogedora de los réprobos que se arrojaron a los temerosos abismos de la muerte voluntaria… ¡Pero, todo eso, no quiere decir ciertamente que nuestra Excelsa Directora precisará de súplicas y pedidos de quien quiera que sea, a fin de tomar sus misericordiosas providencias! Al contrario, esas generosas medidas fueron permanentemente tomadas, con el funcionamiento de los puestos de observación y socorro especiales para suicidas.”
Al llegar a la Ciudad Esperanza, que es descrita con algunos
pormenores emocionantes, tal es la belleza de la misma, el Director de la ciudad, Hermano Sóstenes, se expresó así:
Al llegar a la Ciudad Esperanza, que es descrita con algunos
pormenores emocionantes, tal es la belleza de la misma, el Director de la ciudad, Hermano Sóstenes, se expresó así:
“¡Sed bienvenidos,mis queridos hijos! Que Jesús, el único Maestro que, ciertamente, encontraréis aquí, os inspire la conducta a seguir en la nueva etapa que hoy se delinea para vosotros. ¡Confiad! ¡Aprended!
¡Trabajad! ¡A fin de que podáis vencer! Esta mansión os pertenece.
¡Habitáis por tanto, un hogar que es vuestro, y donde encontraréis hermanos como vosotros, hijos del Eterno! ¡María, con el beneplácito de su Augusto Hijo, ordenó su creación para que os fuese proporcionada la ocasión de hacer preparativos honrosos para la rehabilitación indispensable! ¡Encontraréis en su amor de madre el sublime soporte, para que venzáis la negrura de los errores que os apartaron de las huellas del Gran Maestro, a quien debéis sobre todo amor y obediencia! Por lo tanto, ¡corresponde apresurar la marcha y recuperar el tiempo perdido!
Espero que sabréis comprender con inteligencia vuestras propias necesidades…”
Siguiendo con los trabajos de aprendizaje en la Ciudad Esperanza, hubo una presentación de todos aquellos que serían los “profesores” que los prepararían para los nuevos días. Al presentar a Aníbal, que es aquel muchacho del sublime pasaje evangélico, donde Jesús posa la mano en su cabeza y dice “dejad venir a mí a los niños, porque de ellos es el reino de los cielos” y que había sido preparado para el trabajo espiritual desde apartadas eras, el Mentor esclarece el encuentro de aquel Servidor con Jesús, que se expresa así:
“–¡Ve,Aníbal…y da tus labores a la Legión de Mi Madre! Socorre con mis enseñanzas, que tanto aprecias, a los más destituidos de luz y de fuerzas que encuentres, entre los confiados a tus cuidados… Piensa, preferentemente, en aquellos cuyas mentes han desfallecido bajo las penalidades del suicidio… ¡Desde hace mucho tiempo los entregué a la dirección de Mi Madre, porque sólo la inspiración maternal será bastante misericordiosa para erguirlos hacia Dios! ¡Enséñales Mi Palabra!Através de Mis lecciones, enséñalos a amar, a servir, a dominar las pasiones, oponiendo sobre ellas las fuerzas del Conocimiento, a encontrar las sendas de redención, en el cumplimiento del Deber, que para los hombres tracé, a sufrir con paciencia, porque el sufrimiento es prenuncio de gloria, palanca poderosa del progreso. ¡Ábreles el libro de tus recuerdos!
Acuérdate de cuando me oías, en Judea…e ilumínales con las claridades de mi Evangelio, pues es sólo eso lo que les falta…”
Todos estos puntos demuestran la conexión entre María y Jesús, y queda clara su tarea de amor en relación con los suicidas, que comenzó con la atención que ella le dio un día a Judas, que después de entregar a Jesús a los judíos, entró por la puerta del suicidio.
¡Trabajad! ¡A fin de que podáis vencer! Esta mansión os pertenece.
¡Habitáis por tanto, un hogar que es vuestro, y donde encontraréis hermanos como vosotros, hijos del Eterno! ¡María, con el beneplácito de su Augusto Hijo, ordenó su creación para que os fuese proporcionada la ocasión de hacer preparativos honrosos para la rehabilitación indispensable! ¡Encontraréis en su amor de madre el sublime soporte, para que venzáis la negrura de los errores que os apartaron de las huellas del Gran Maestro, a quien debéis sobre todo amor y obediencia! Por lo tanto, ¡corresponde apresurar la marcha y recuperar el tiempo perdido!
Espero que sabréis comprender con inteligencia vuestras propias necesidades…”
Siguiendo con los trabajos de aprendizaje en la Ciudad Esperanza, hubo una presentación de todos aquellos que serían los “profesores” que los prepararían para los nuevos días. Al presentar a Aníbal, que es aquel muchacho del sublime pasaje evangélico, donde Jesús posa la mano en su cabeza y dice “dejad venir a mí a los niños, porque de ellos es el reino de los cielos” y que había sido preparado para el trabajo espiritual desde apartadas eras, el Mentor esclarece el encuentro de aquel Servidor con Jesús, que se expresa así:
“–¡Ve,Aníbal…y da tus labores a la Legión de Mi Madre! Socorre con mis enseñanzas, que tanto aprecias, a los más destituidos de luz y de fuerzas que encuentres, entre los confiados a tus cuidados… Piensa, preferentemente, en aquellos cuyas mentes han desfallecido bajo las penalidades del suicidio… ¡Desde hace mucho tiempo los entregué a la dirección de Mi Madre, porque sólo la inspiración maternal será bastante misericordiosa para erguirlos hacia Dios! ¡Enséñales Mi Palabra!Através de Mis lecciones, enséñalos a amar, a servir, a dominar las pasiones, oponiendo sobre ellas las fuerzas del Conocimiento, a encontrar las sendas de redención, en el cumplimiento del Deber, que para los hombres tracé, a sufrir con paciencia, porque el sufrimiento es prenuncio de gloria, palanca poderosa del progreso. ¡Ábreles el libro de tus recuerdos!
Acuérdate de cuando me oías, en Judea…e ilumínales con las claridades de mi Evangelio, pues es sólo eso lo que les falta…”
Todos estos puntos demuestran la conexión entre María y Jesús, y queda clara su tarea de amor en relación con los suicidas, que comenzó con la atención que ella le dio un día a Judas, que después de entregar a Jesús a los judíos, entró por la puerta del suicidio.
Estas manifestaciones, forman parte del libro “Roma y el Evangelio”, editado en 1874 en España
COMUNICACIÓN DE LA MADRE MARÍA
DE NAZARET
“Amigos míos, velad sin cesar. No olvidéis ni por un momento lo que debéis a la Providencia, a vuestros hermanos del Universo y a vosotros mismos. A la Providencia le debéis todo lo que puede hacer vuestra felicidad, a los hombres vuestro amor, a vosotros mismos la salvación.
Habéis sido de los llamados: de vosotros depende el que, en breve término seáis de los elegidos. Veo que queréis ser de estos últimos, y para alcanzar dicha tan inefable, oíd lo que debéis practicar:
Desde la mañana, al despertar, hasta que el sueño vuelva por la noche a cerrar vuestros ojos, ocupad todos los instantes que os dejen libres las obligaciones que os rodean, en elevar vuestro espíritu hacia el Padre común de las criaturas y en cumplir su sabia y próvida voluntad. Y ¿sabéis el mejor modo de elevar a Dios el corazón y obedecer sus órdenes en la Tierra? Orad por los que sufren; compadeced las miserias, sobre todo las del alma; llevad un consuelo allí donde asome una lágrima; amad a los niños y a todos los seres débiles, y sed su providencia; mirad a los que os ofenden, con cariño, olvidando sus injurias; instruid a los ignorantes, con preferencia en las verdades del espíritu; combatid con la unción de la palabra y del ejemplo todos los fanatismos, y muy especialmente el fanatismo religioso; no disimuléis la verdad, antes predicadla siempre sin temor; sed severos con vosotros, y excusad las debilidades ajenas; no prestéis jamás el corazón a la lisonja y al orgullo; no olvidéis las obligaciones que os ligan a vuestros padres, a vuestras esposas y a los hijos que habéis recibido, pero sin exagerarlas en perjuicio de los demás; en suma: amad y practicad el amor. Cada uno de estos actos es una flor del alma, y juntos forman un delicado ramillete, cuyos aromas suben hasta Dios.”
María
“(…) ¿Habéis profesado la pobreza que nace del amor, y la dulzura que nace de la humildad, o por el contrario habéis sido acaparadores e iracundos? (…)”
María
“Roma y el Evangelio”, Don José Amigó y Pellicer
“Círculo Cristiano Espiritista” de Lérida, España,1874
ANUARIO ESPIRITA
“Amigos míos, velad sin cesar. No olvidéis ni por un momento lo que debéis a la Providencia, a vuestros hermanos del Universo y a vosotros mismos. A la Providencia le debéis todo lo que puede hacer vuestra felicidad, a los hombres vuestro amor, a vosotros mismos la salvación.
Habéis sido de los llamados: de vosotros depende el que, en breve término seáis de los elegidos. Veo que queréis ser de estos últimos, y para alcanzar dicha tan inefable, oíd lo que debéis practicar:
Desde la mañana, al despertar, hasta que el sueño vuelva por la noche a cerrar vuestros ojos, ocupad todos los instantes que os dejen libres las obligaciones que os rodean, en elevar vuestro espíritu hacia el Padre común de las criaturas y en cumplir su sabia y próvida voluntad. Y ¿sabéis el mejor modo de elevar a Dios el corazón y obedecer sus órdenes en la Tierra? Orad por los que sufren; compadeced las miserias, sobre todo las del alma; llevad un consuelo allí donde asome una lágrima; amad a los niños y a todos los seres débiles, y sed su providencia; mirad a los que os ofenden, con cariño, olvidando sus injurias; instruid a los ignorantes, con preferencia en las verdades del espíritu; combatid con la unción de la palabra y del ejemplo todos los fanatismos, y muy especialmente el fanatismo religioso; no disimuléis la verdad, antes predicadla siempre sin temor; sed severos con vosotros, y excusad las debilidades ajenas; no prestéis jamás el corazón a la lisonja y al orgullo; no olvidéis las obligaciones que os ligan a vuestros padres, a vuestras esposas y a los hijos que habéis recibido, pero sin exagerarlas en perjuicio de los demás; en suma: amad y practicad el amor. Cada uno de estos actos es una flor del alma, y juntos forman un delicado ramillete, cuyos aromas suben hasta Dios.”
María
“(…) ¿Habéis profesado la pobreza que nace del amor, y la dulzura que nace de la humildad, o por el contrario habéis sido acaparadores e iracundos? (…)”
María
“Roma y el Evangelio”, Don José Amigó y Pellicer
“Círculo Cristiano Espiritista” de Lérida, España,1874
ANUARIO ESPIRITA
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¿Que significa ser Espirita?
Entre quienes adoptan las ideas espíritas existen, tres categorías bien distintas:
1ª Los que creen pura y simplemente en los fenómenos, pero que de ellos no deducen ninguna consecuencia moral;
2ª Los que perciben el alcance moral de los mismos, más no lo aplican con los demás ni con ellos mismos;
3ª Los que aceptan personalmente todas las consecuencias de la Doctrina y la ponen en práctica, es decir, se esfuerzan por vivir su moral.
Éstos, son los espíritas practicantes o verdaderos espiritas. Esta distinción es importante, puesto que bien explica las anomalías aparentes, que se dan entre los que se dicen espiritas. Sin ella sería difícil comprender las actitudes de determinadas personas. ¿Cuál es la moral que preceptúa el Espiritismo? Amaos los unos a los otros; perdonad a vuestros enemigos; no tengáis ira, ni rencor, ni animosidad, ni envidia, ni orgullo, ni egoísmo; sed severos con vosotros mismos e indulgentes para con los demás. Tales deben ser los sentimientos del verdadero espírita, de aquel que se atiene al fondo y no a la forma, del que coloca al espíritu por encima de la materia. Éste puede tener enemigos, mas no es enemigo de nadie, puesto que no desea el mal de persona alguna, sea quien fuere, y con mayor razón, tampoco procura hacer mal a ninguno.
Allan Kardec.
1ª Los que creen pura y simplemente en los fenómenos, pero que de ellos no deducen ninguna consecuencia moral;
2ª Los que perciben el alcance moral de los mismos, más no lo aplican con los demás ni con ellos mismos;
3ª Los que aceptan personalmente todas las consecuencias de la Doctrina y la ponen en práctica, es decir, se esfuerzan por vivir su moral.
Éstos, son los espíritas practicantes o verdaderos espiritas. Esta distinción es importante, puesto que bien explica las anomalías aparentes, que se dan entre los que se dicen espiritas. Sin ella sería difícil comprender las actitudes de determinadas personas. ¿Cuál es la moral que preceptúa el Espiritismo? Amaos los unos a los otros; perdonad a vuestros enemigos; no tengáis ira, ni rencor, ni animosidad, ni envidia, ni orgullo, ni egoísmo; sed severos con vosotros mismos e indulgentes para con los demás. Tales deben ser los sentimientos del verdadero espírita, de aquel que se atiene al fondo y no a la forma, del que coloca al espíritu por encima de la materia. Éste puede tener enemigos, mas no es enemigo de nadie, puesto que no desea el mal de persona alguna, sea quien fuere, y con mayor razón, tampoco procura hacer mal a ninguno.
Allan Kardec.
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¡La medida correcta!
Amigos míos, sabemos que existe para cada ser y cada momento, en todo el Universo, " la medida "correcta", ( la capacidad propia), cabiéndonos aprender a conocer las nuestras y a respetar las ajenas.
Cada criatura tiene sus particularidades, su identidad espiritual que la vuelve única e inmortal, dentro de lo que entendemos por Universo.
Es todavía evidente, que la "medida correcta" (equilibrio), para cada uno es cada situación singular.
A veces, nos comparamos a otros y sofocamos lo que realmente somos para copiarnos de alguien o de algo, perdiendo las oportunidades de desarrollar nuestra singularidad y hacer la diferencia por como fuimos criados.
Cada cual recibió talentos propios y de extrema importancia, que cuando son utilizados en la "medida correcta", agregan un inmenso valor a todo. Somos todos Uno, unidos por las telas de la vida, ¿recuerdan?.
Por tanto, no existen talentos superiores o inferiores. No existen trabajos de importancia mayor menor. Cuando son desarrollados y ejecutados en la "medida correcta", todos son extremadamente importantes.
Somos llamados, sin excepción, a compartir, como co-creadores, en la construcción de un mundo de Amor, pero ¿cuantos dicen SI?. El SI es la medida correcta.
Aun hay muchos que se dicen cristianos y hasta espíritas, y se colocan en un plano más elevado por pensar que poseen un "saber" superior a otras sectas, doctrinas y religiones. Puro engaño es en verdad, una dosis extra de orgullo y falta de humildad, donde la "medida correcta", no está siendo aplicada.
Los grandes folósofos, maestros y sabios, decían no saber nada, pues entendían que el conocimiento que tenían era insignificante ante todo lo que aún tenían por aprender. Pero los ignorantes se colocan como profundos sabios, pues no comprenden la dimensión del saber.
" La medida correcta" del saber es cuando a través del conocimiento intelectual adquirido, lo absorbemos. Y de forma casi espontánea lo colocamos en nuestras actitudes de vida. Por eso, mis amigos, aún tenemos y tendremos muchos que aprender hasta que nos elevemos en la condición de espíritus relativamente perfectos .
Continuando con nuestros pensamientos, como he mencionado anteriormente, las veces que nos anulamos siendo copia de otro, no estamos utilizando la "medida correcta"
Sé que algunos cuestionan; ¿ Cómo podemos entender ese posicionamiento en relación a copiar el ejemplo de Jesús y de tantas otras personalidades que supieron vivir el Amor y transitar por el camino del Bien?
Iniciemos destacando la diferencia entre "copiar" y "seguir el ejemplo". Cuando copiamos no hay un esfuerzo de entendimiento, de construcción. Apenas camuflamos lo que somos interiormente sirviendo de máscaras para demostrar lo que nos gustaría ser. Toda copia, bien lo sabemos, no posee el valor de un original.
Cuando procuramos "seguir los pasos" de Jesús, buscamos el entendimiento de sus acciones y enseñanzas, utilizamos "la medida correcta" y adecuada de nuestros precarios conocimientos y nuestro grado de desarrollo espiritual, para progresar moralmente.
¿ Percibieron la diferencia ?
La medida correcta nos hace buscar el verdadero saber, que es construido a través de la lapidación de nuestras cualidades y dones, agregando valor a nuestro "Yo Crístico".
Sugiero que esta semana nos dediquemos a encontrar "la medida adecuada" para nosotros en cada situación que se presente.
Con mucho cariño,
29-05-15
Médium: Lúcia (Grupo Mediúmnico Maria de Nazaret – CAVILE)
Espíritu: Hermano Mateo (Colonia Espiritual Maria de Nazaret)
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Arreglar el mundo
.
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba sus días en su laboratorio en busca de respuesta para sus dudas.
Cierto día, su hijo de seis años invadió su santuario, decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera entretenerlo. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras, recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta, se lo entregó a su hijo diciendo:
– “Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin la ayuda de nadie.”
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:
– “Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido componer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible?¿Cómo el niño había sido capaz?
– “Hijito, tu no sabías cómo era el mundo, cómo lo lograste?”
– “Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura del hombre. Así, que di vuelta a los recortes, y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era.”
– “Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.”
. Gabriel García Márquez
.
Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos. Pasaba sus días en su laboratorio en busca de respuesta para sus dudas.
Cierto día, su hijo de seis años invadió su santuario, decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiera entretenerlo. De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras, recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta, se lo entregó a su hijo diciendo:
– “Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin la ayuda de nadie.”
Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así. Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:
– “Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo”.
Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido componer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones, con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares. ¿Cómo era posible?¿Cómo el niño había sido capaz?
– “Hijito, tu no sabías cómo era el mundo, cómo lo lograste?”
– “Papá, yo no sabía cómo era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura del hombre. Así, que di vuelta a los recortes, y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era.”
– “Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta a la hoja y vi que había arreglado al mundo.”
. Gabriel García Márquez
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