LLEGARÁ UN DÍA..

         LA CIENCIA DEL AMOR
     El amor a la ciencia no basta, ha dicho el profesor Falcomer: se necesita también la ciencia del amor. En los fenómenos no se trata únicamente de elementos físicos, sino que intervienen también agentes espirituales, seres mortales que, como nosotros, piensan, aman y sufren.
En las profundidades invisibles se extienden la inmensa jerarquía de las almas, desde las más oscuras a las más radiantes; y depende de nosotros atraer las unas y alejar las otras.
El único medio consiste en crear en nosotros, con nuestro pensamiento a nuestros actos, un foco radiante de pureza y de luz. Toda comunión es obra del pensamiento, y el pensamiento es la esencia misma de la vida espiritual. Es una fuerza que vibra con una intensidad creciente, a medida que el alma sube desde el ser inferior al espíritu puro y desde el espíritu a Dios.
Las vibraciones del pensamiento se propagan a través del espacio y nos traen pensamientos y vibraciones similares. Si llegamos un día a comprender la naturaleza y la extensión de esta fuerza, no tendremos más que elevados y nobles pensamientos. Pero el hombre se desconoce a si mismo, como ignora los recursos inmensos de este pensamiento creador y fecundo que duerme en él y con ayuda del cual podría renovar el mundo....
En nuestra inconsciencia y en nuestra debilidad, con frecuencia no atraemos hacia nosotros más que seres malos, cuyas sugestiones nos conturban. Así es como llega a alterarse la comunión espiritual y se obscurese por culpa de nuestra inferioridad...Fluidos envenenados se extienden por el haz de la Tierra, y la lucha tremenda entre el bien y el mal se desarrolla en el mundo invisible lo mismo que en el mundo material....
La atracción entre los pensamientos y las almas es toda la ley de las manifestaciones psiquicas.
Todo es afinidad y analogía en el mundo de lo invisible. Los que buscáis el secreto de las tinieblas, elevad muy arriba vuestros pensamientos con el fin de atraeros a los genios inspiradores, a las fuerzas de lo bueno y de lo bello. y elevadlos no tan sólo en los momentos de estudio y de experiencia, sino siempre, a todas las horas del día, como ejercicio saludable y regenerador. No olvidéis que estos son los pensamientos que, lentamente, afinan y depuran nuestro ser, engrandecen nuestras facultades, nos hacen aptos para sentir las más delicadas sensaciones, fuente de nuestra felicidad en el porvenir.
LEÓN DENIS.

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       Buscando la paz

Saludo matinal

Queridos amigos, hola buenos días, despertamos  y quizás tú seas uno de esos compañeros en  el que las relaciones sociales en tu entorno no son nada favorables. Disgustos y problemas en la convivencia han ocasionado discusiones y rencillas, que han hecho sentirte triste y deprimido, porque tú no eres capaz de comprender la forma de ser de  ciertas personas, o ellos no te comprenden a ti. La convivencia  no es cosa fácil, a veces, eso lo sabemos.

A veces no son los otros los que fallan, a veces es que hemos de  cambiar nuestra forma de ver las cosas.  Es normal tener dificultades con otras personas; forma parte de la vida estar en desacuerdo con otros. El mismo carácter distinto entre sujetos es suficiente para que surjan diferencias con respecto a algún evento del diario vivir. Los valores, convicciones, principios, ideales, cambian de una persona a otra, de modo, que es una gran satisfacción saber que a pesar de tantas discrepancias el mundo de las relaciones interpersonales pueda seguir funcionando.

Muchas veces las heridas emocionales, los traumas, los problemas de índole psicológica surgen de dificultades en las interacciones. Las personas a veces sufren heridas emocionales a causa de rechazo, traición, abandono, maltrato general, fraude, manipulación, violencia… No es exagerado decir que, todos en una u otra medida hemos sido ofendidos, maltratados en una u otra forma. El ser humano más honrado y privilegiado por la vida, siempre tendrá algo que perdonar, algo que vino a incomodar o tratar de dañar su paz interior.

Gran parte del temor en las personas, las sensaciones desagradables de las frustraciones radican en su sentimiento de impotencia, es decir, en la incapacidad de lograr todo lo que se proponen. Esto no debe justificarse o darse por superado en vista de los adelantos tecnológicos notables o el desarrollo actual de la ciencia; se afirma aquí en el sentido de que hay eventos que escapan de las manos de las personas; la muerte, la armonía interpersonal, el progreso material, una espiritualidad absoluta, problemas sociales prácticamente imposibles de resolver...que causan cierta indefensión en las personas.

 La paz mundial, la eterna juventud, la salud perfecta, la apariencia ideal, sentirse y verse triunfante ante los demás...muchas veces no dependen del control voluntario y bienintencionado del individuo. Por ello, aquellas cosas que usted no logra cambiar o definitivamente escapan de su habilidad o capacidad, requieren la aceptación con paz, y una nueva dirección a seguir, lo contrario sería un frustración permanente, a la verdad innecesaria, con inútiles cargas de tensión.

Vivir en paz, infortunadamente, no es algo muy característico de nuestras culturas. La paz no es uno de nuestros mejores valores, prácticas y logros sociales. El mejor medio de vivir la paz es la práctica y consciencia personal de cada individuo: ¿Vivimos en paz con nosotros mismos? ¿Vivimos en paz con Dios? ¿Procuramos vivir en paz con los demás? El fallar en alguno de estos tres  variantes hará que no podamos  estar en paz. La paz en este mundo no es ausencia de conflicto, de dificultades o problemas por resolver, pues de ser así nos encontraríamos en el cielo mismo, donde nada de esto parece corresponder. La paz es una actitud-conducta de amor, conciliación, comunicación, interacción consigo mismo y con el prójimo, es decir, se combate contra toda forma de guerra interpersonal que pudiera dañar a los unos y a los otros. En otro nivel es la apacible tranquilidad del alma y del espíritu, en medio de la tormenta de la vida. Es la facultad de estar sosegado consigo mismo, tomarse a sí mismo con calma y serenidad.

Procuremos esa serenidad, aprendamos a calmarnos, a buscar la soledad para  poder meditar sobre nuestros hechos  y conseguir la paz en nosotros mismos,  busquemos el conseguir la  estabilidad emocional.

- Mercedes Cruz Reyes -

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             LA TRIADA DEL UNIVERSO

El Universo se define en una tríada, similar a las tríadas druídicas: Dios, espíritu y materia. Lo vemos en el párrafo 27, cuando Kardec pregunta si existe dos elementos generales, el espíritu y la materia, y los Espíritus le responden: “Oui, et pardessus tout cela, Dieu, le créateur, le père de toutes choses; ces trois choses sont le principe de tout ce qui existe, la trinité universelle”. [“Sí, y por encima de todo está Dios, el Creador y Padre de todo. Esas tres cosas constituyen el principio de cuanto existe, la trinidad universal”.] La materia, empero, no es sólo el elemento palpable, pues hay en ella el fluido universal, su lado fluídico, que desempeña el rol de intermediario entre el plano espiritual y el propiamente material. 
Ante esa concepción surge un problema de carácter teológico y escriturístico. Si Dios no se asemeja al hombre, ¿cómo interpretar el pasaje bíblico según el cual Él creó al hombre a su imagen y semejanza? La explicación se provee en el parágrafo 88, cuando Kardec pregunta sobre la forma del Espíritu, no de aquel que aún se halla revestido de su cuerpo espiritual o periespíritu, sino del Espíritu puro
  “Les Esprits ont-ils une forme déterminée, limitée et constante? – À vous yeux, non; aux nôtres, oui; c´est, si vous le voulez, une flame, une lueur, ou une étincelle éthérée”. [“¿Tienen los Espíritus una forma determinada, limitada y constante? – Para vuestros ojos, no, pero sí para los de nosotros. Esa forma es, si así lo queréis, una llama, un fulgor o una chispa etérea”.] Según se advertirá, el hombre en su esencia – sólo en aquello en que puede parecerse a Dios - no es un animal de carne y hueso, ni incluso una forma humana en cuerpo espiritual, sino una chispa etérea. Así lo hizo Dios a su imagen y semejanza.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC

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EQUILIBRIO EMOCIONAL DE LA CRIATURA

Mercedes Cruz Reyes

El equilibrio emocional, en realidad, una conquista diaria, donde la persona se vuelve consciente de sus malas respuestas al entorno, a las personas, sus inseguridades propias, sus actitudes desagradables.

cada uno de nosotros tenemos  la gran lucha  de la criatura humana educada para oprimir,  para vencer a los otros, aunque nos encontremos  bajo los golpes de los conflictos internos que nos aturden y degradan, conduciéndonos a veces al desequilibrio y a la locura.

Luchamos por conseguir el equilibrio emocional, perdonar a los que nos han ofendido, tratando de encauzar el propósito firme,  de alcanzar la auto reforma.

Día tras día muchos sufren con su mal carácter, si se entiende este como un enojo constante, una irritabilidad a flor de piel, la inconstancia en lo que se hace, la intolerancia con cuanto rodea a la persona. Controlarse, dominarse a sí mismo es una de las artes más difíciles, pero a la vez más anheladas, en el fondo, por toda persona orientada al cambio, al perfeccionamiento. Es posible entender el equilibrio emocional como una forma sabia y paciente de vivir la vida emocional, sin irse a los extremos emocionales, cualquiera sea la emoción en juego; decir vida emocional es referirse a la connotación/significado que el individuo da a sus vivencias...si es equilibrado en ellas, si posee cierta madurez para no perder el control de la situación y por tanto de su propia vida.

Jesús nos dijo: “Que muchos son los llamados y pocos los escogidos.”

El escogido es aquel que consigue el triunfo sobre la inferioridad moral, el que se entrega a la opción realizada, que lo compensa interiormente con la alegría del bien que inculpe en los sentimientos.

Cuando esa disposición  se establece  y pasa a gobernar nuestro destino, desaparecen las ambiciones  del triunfo externo, porque pasamos a comprender  el poco valor que tiene el gozo exhaustivo, que siempre nos deja indicios de amargura y frustración, sin compensar  el esfuerzo empeñado por conseguirlo.

Poco a poco desaparece el instinto egoísta de competitividad que rinde, estipendios  para el orgullo, no llenando los vacíos existenciales.  Descubrimos que hay placeres  más significativos y reconfortantes que aquellos que se derivan de la posesión, de la ostentación y del orgullo.

Alcanzando, finalmente, una gran claridad  con el discernimiento de aquello que es importante en detrimento de aquello que es transitorio que satisface por un momento y posteriormente ya no se tiene esa inquietud.

 En todos los comienzos humanos, son muchos los que hemos sido invitados para las realizaciones ennoblecedoras, no obstante, revestidos por la sombra, fácilmente nos desinteresamos en proseguir por falta de la respuesta compensadora a los vacíos del ego, que se preocupa con abarrotarse de preocupaciones y de luchas por la conquista de la primacía.

Hay invitaciones por todas partes, y no todos tenemos ojos para ver ni oídos para oír, concitándonos  a conquistar   significados existenciales  que nos cubran de armonía,  dirigiendo nuestros pasos  hacia los mejores rumbos, aquellos que no nos frustran  ni nos conducen a la desesperación dispensable.

Los seres humanos  nos encontramos en la Tierra envueltos en batallas iluminativas cada vez más severas. Una vez que superamos aquellas  que tienen que ver con la existencia física, resurgen en las guerras urbanas o entre las Naciones, enfrentamos luchas en el hogar, en el grupo social, en el trabajo, mediante las cuales adquirimos sabiduría y aprendemos a conquistar las altiplanicies interiores..

A medida que nos robustecemos emocionalmente, más desafiantes se tornan los combates, porque se transfieren hacia el campo íntimo donde permanecen las herencias del proceso de evolución ya conquistada.

Mediante la identificación de los objetivos  que deseamos alcanzar, nos auto-iluminamos  y recurriendo a la oración, que es una fuente inagotable de energía, nos abastecemos  y nos renovamos sin cesar, de manera a triunfar  sobre las dificultades que ya no nos obstaculizan el paso.

Por tanto, aquellos que  el mundo son tenidos como superados, ingenuos, no acreedores de la mentirosa  consideración de la convivencia social enfermiza, son los últimos a pesar de eso, perfectamente integrados en los objetivos superiores de la vida, se tornan los primeros en el reino de los cielos.

El equilibrio o estabilidad emocional como suele entenderse a la capacidad y vivencia controlada de las emociones y sentimientos, es una de las experiencias más codiciadas por el ser humano; semejante a como se habla de la felicidad, Dios, el éxito, el amor y la alegría.

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                    LLEGARÁ UN DÍA... 

...Llegará un día en que la criatura humana se olvidará de sí misma, y naturalmente cuando llegue ese día -que no está lejano ni está cerca-, las criaturas humanas se abrazarán cariñosamente. 
Llegará un día en que el lobo feroz beberá en el mismo riacho que el cordero. 
Un día llegará, en que las criaturas estrecharán sus corazones en una tierna afectividad. 
Llegará un día en que el Santuario de los Espíritus abrigará la misericordia de Dios, y dejará de ser un club para convertirse en un altar de la naturaleza. 
Vendrá un día en que nos amaremos los unos a los otros con ternura, y nos susurraremos a los oídos palabras tiernas de arrobo. 
Vendrá un día en que el amor conseguirá superar al odio y a la amargura. 
Hijas e hijos del corazón, el Señor nos ha convocado para la implantación de su Reino en los paisajes lúgubres de la Tierra, en los lugares recónditos, donde el dolor se oculta y la vergüenza marca con una impresión a fuego, los corazones derrotados. 
Pase lo que pasare, ¡amad! La honra del amor es para quien ama. Tended las manos de la caridad; dejad que el amor penetre por el cerebro, descienda a través de la voz y camine mediante la ternura de las manos, para que brille en el corazón -como el del Crucificado-, que lleno de sangre nos invitó a la redención. 
No mañana, sino hoy. No más tarde, sino ahora es el momento sagrado de ayudar. 
Regocijaos, vosotros que lloráis. Aquí estamos aquellos que os amamos para deciros, suavemente: -Venid, estamos esperándoos. 
Venid para que disfrutemos de la merced y la ternura del Amor no amado: ¡Venid, y yo os consolaré! 
Hijas e hijos del alma, retornad a vuestros hogares y amad al prójimo más próximo de vosotros: la familia. Honradla con vuestros besos de afecto y amad, enriqueciendo de vida a quienes están sedientos de amor y hambrientos de comprensión. 
Jesús está esperándonos. 
¡He aquí el instante propicio para nuestra integración con el Espíritu del Cristo! 
Mucha paz. 
Imploramos a Dios que a todos os bendiga, y os abrazamos en nombre de los Espíritus-espíritas que aquí estamos. 
El servidor humildísimo y paternal de siempre, 
Bezerra (Bezerra de Menezes) 

Mensaje psicofónico recibido por el médium DIVALDO PEREIRA FRANCO, al finalizar la conferencia pública pronunciada en el Grupo Espírita ANDRÉ LUIZ de Rio de Janeiro, en la noche del 
22 de septiembre de 2016. 

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